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Número Especial 7mo Coloquio Internacional Ciudades del Turismo 2017
LOS MURALES DE ZACATLÁN, PUEBLA; UN DISCURSO EN EL ESPACIO
URBANO-ARQUITECTÓNICO
Juan Manuel Aldana Zárate1
Rosario Nava Ramírez 2
Resumen
Los murales de Zacatlán representan el sesgo de su relación con el arte en zonas
urbanas desde sus creencias y tradiciones; contextualizando la identidad del
pueblo mágico en tres etapas de intervención en la barda perimetral del panteón
municipal: en la tercera etapa desde la creación del universo hasta el nacimiento,
muerte y resurrección de Jesús, en la segunda la historiografía de la cultura
náhuatl, y en la primera con la conmemoración del 300 aniversario que Zacatlán
es llamado “de las manzanas”, constituyendo el lugar que resume la historia del
hombre desde una visión religiosa y cultural, que se traduce en símbolo de
comunicación e identidad territorial arquitectónica y urbana.
La construcción de la barda perimetral del panteón en el siglo XIX aportó
significación para la comunidad, ha servido cronológicamente para
manifestaciones comerciales, políticas y sociales, sus cualidades constructivas
1 Profesor Investigador de la Facultad de Arquitectura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
(FABUAP). Maestro en Diseño Arquitectónico por la FABUAP. Arquitecto por la FABUAP. Domicilio: Blvd. Valsequillo s/n Ciudad Universitaria, Puebla. Pue. C.P. 72570. Tel (045) 2223234726. Email: jmaz2006@hotmail.com 2Profesora investigadora de la FA-BUAP, Diseñadora Urbana Ambiental por la FABUAP, Maestra en
Ordenamiento Territorial por la FABUAP, Doctora en Procesos Territoriales por la FABUAP. Colaboradora del Cuerpo Académico “Procesos Territoriales” 268 BUAP. Línea de Investigación participación social en los procesos de planeación urbana. : Blvd. Valsequillo s/n Ciudad Universitaria, Puebla. Pue. C.P. 72570. Email espacial_narr@yahoo.com.mx
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evolucionaron de ser una barda de piedra, a ser base para una obra artística local
contemporánea.
Los murales se convierten en hito urbano, lugar de encuentro, convivencia y
ocio, un lugar turístico y de desarrollo económico, potenciando políticas públicas
para mejorar la imagen del contexto inmediato.
Así, los murales son promotores de la transformación del uso del suelo
urbano generando mayor plusvalía y acaparamiento, establecen una relación
dialéctica con el medio construido, ambiental y social, constituyendo un hecho
urbano de alta complejidad en el que la memoria histórica se materializa. En
esencia representa una apropiación: de los artistas que intervinieron, del poder
político y económico, pero también de la sociedad zacatecana. Esto contribuye a
generar una nueva imagen mediante el arte urbano en Zacatlán (potenciando su
implementación en todo México). Ha modificado el estilo de vida al cambiar el
contexto urbano del perímetro del panteón municipal.
Palabras clave: murales de Zacatlán, arte urbano local, transformación e
identidad urbana.
Introducción
El espacio urbano en Zacatlán ha venido expandiéndose en las últimas dos
décadas por el crecimiento poblacional que requiere de espacio físico para la
construcción de vivienda, lo que tiene como consecuencia natural la
implementación de espacios de equipamiento urbano como áreas de recreación y
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esparcimiento, abasto, comercio, y servicios, teniendo como núcleo de desarrollo
el centro histórico, sin embargo, ha sido mucho más notable esta expansión a
partir del año 2011 en que Zacatlán fue declarado Pueblo Mágico dentro del
Programa Nacional de Pueblos Mágicos que comenzó en 2001 por el gobierno
federal de México, siendo presidente Fox Quesada.
Este nombramiento si bien, es un galardón que el pueblo recibe por sus
tradiciones, usos y costumbres, corre el gran riesgo de perderlas paulatinamente
por la transgresión que representa con la llegada del incipiente turismo, ya que el
espacio urbano se ve en la necesidad de ampliar su capacidad de respuesta a una
población itinerante, y al mismo tiempo, a aquellos que al visitarlo, deciden
trasladar su residencia a este lugar, y como alude Paul Singer, este “crecimiento
demográfico de la ciudad, la convierte, a su vez, en un mercado cada vez más
importante para bienes y servicios de consumo” (1983, p. 33).
Así, en el 2001, el proceso de urbanización se ha acelerado por las razones
antes mencionadas. Éste tiene como promotores a actores diversos que participan
con diferentes funciones, así, los nuevos residentes que buscan identificarse con
las tradiciones del pueblo, el comercio que se acrecienta con la necesidad de
nuevos productos y servicios, el abasto que demanda la mayor cantidad de
habitantes, los servicios que no solo deben atender a la población residente, sino
que principalmente a la gran cantidad de visitantes cuya afluencia se concentra los
fines de semana y sobre todo, en días festivos.
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La ampliación de servicios requiere de un espacio físico, y esto ha sido uno
de los detonantes de la transformación del espacio urbano, ya que los
ayuntamientos en los diferentes periodos administrativos han venido haciendo
adaptaciones al espacio urbano, ya sea por mejoras a la infraestructura, La Plaza
ha sufrido diversas modificaciones, por ejemplo, y la vialidad también se ha
modificado con la peatonización de calles y la creación de andadores y bandas
también peatonales en las calles perimetrales del parque central, así como
cambios de circulación vehicular que influye sin duda en la percepción del espacio
físico puesto que las perspectivas se favorecen según el sentido vehicular.
Dichas transformaciones del espacio urbano se observan, principalmente,
por la Feria de la Manzana, que desde 1941 se había venido realizando en el
parque central, y que en el año 2015 fue trasladada al centro expositor debido a la
enorme cantidad de visitantes que se concentraban en el espacio abierto central
insuficiente para tal demanda.
La presencia constante de festivales como el encuentro Internacional del
Elote y del Maíz, con la coronación de la doncella Xilonen, el desfile durante la
Feria de la Manzana y diversas presentaciones que se realizan a lo largo del año
en el kiosko van adaptándose a un público creciente.
Estos son sólo algunos de los eventos que enmarcan parte de las
costumbres, tradiciones y usos que están presentes en Zacatlán, pero los actores
que intervienen son, las autoridades municipales, las asociaciones que promueven
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actividades artísticas, comerciales y religiosas, y en mucho, la participación
ciudadana.
Zacatlán es un Pueblo Mágico que ha conservado la mayoría de sus
tradiciones y costumbres originales, pese a la gran demanda de espacios urbanos.
Esto no sería posible, sin la participación ciudadana que independiente de cada
ayuntamiento trabaja constantemente por gente de familias oriundas que
generación tras generación vienen haciendo aportaciones a los espacios urbanos,
desde la aportación de ideas, la probación e incluso han participado en la propia
ejecución de los proyectos.
No obstante, las transformación en el espacio urbano va cambiando la
imagen, a las personas del pueblo como los residentes que van adaptándose a los
beneficios colaterales: mayor movilidad, mejora de la imagen arquitectónica de los
inmuebles, mejoras en el equipamiento e infraestructura urbana, en el mobiliario, y
en la estancia en los espacios públicos por las adaptaciones que se realizan por
los actores que intervienen.
Sin duda el nombramiento de Pueblo Mágico se traduce como la promoción
del territorio a nivel nacional y que forma parte de un “pensamiento único” que
implica un modo de concebir y de gestionar a las ciudades a través de la lógica de
la competitividad y de la necesidad de atraer inversionistas y visitantes,
principalmente (Duque, 2011). Es decir, se proyecta una imagen de ciudad
deseada con atributos turísticos, económicos y políticos.
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Por otro lado, la relación que se establece entre los Murales y los visitantes,
ya sea asiduos, temporales y de una sola visita es de mutualidad porque ellos se
establece una acción de autonomía que no depende una de la otra, en tanto, la
presencia turística desconozca la presencia de la obra realizada en el muro
perimetral del panteón. Sin embargo, cuando el turista entra en contacto con los
murales, cuando visita la obra construida e interactúa, la relación cambia a una
simbiosis natural donde el espectador hace de los retablos un interlocutor, se
convierte en una relación de interdependencia que hace necesaria la modificación
del espacio urbano por la permanencia de las personas en el sitio y la creciente
afluencia de personas que sobre todo en fines de semana y días festivos saturan
la vía y dificultan el tránsito vehicular.
Identidad
La identidad en el espacio urbano que la podríamos definir como la asimilación de
sus características con las de la población, es decir, el espacio urbano-
arquitectónico posee características que definen a la población en sus usos y
costumbres, y la población es quien la crea, no hay nada que se construya en el
espacio urbano de este pueblo que no pertenezca a sus necesidades, así, la traza
urbana, la tipología arquitectónica y en entorno natural son parte de esa identidad.
De esta forma, el espacio urbano-arquitectónico asimila y representa las
características de la forma de vida de sus habitantes, por ello la identidad del
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espacio y sus pobladores es una relación estrecha, simbiótica e indisoluble, ya
que la identidad se revaloriza y se recrea a través de nuevas identidades
culturales y patrimoniales como eje de sus propio desarrollo territorial (Molano,
2007).
No obstante, la identidad urbana rebasa los límites geográficos del Pueblo,
se exporta por difusión publicitaria, pero cuando esta identidad “habla” de la forma
de vida de la población, la difusión se hace de boca en boca y esto genera una
mayor tendencia a ser visitado, creando un diálogo al ser transmitido por
experiencia propia del habitante y del visitante.
Sin duda, Zacatlán se ha convertido en un territorio que compite por atraer
inversionistas, visitantes y turistas al brindar atractivos turísticos, culturales y de
entretenimiento y que forman parte de su nueva identidad, que obedece a
necesidades mercantiles que condicionan hasta cierto punto el desarrollo turístico,
económico y urbano, promoviendo sus ventajas comparativas con el resto de los
Pueblos Mágicos al vitalizar su territorio.
Por ejemplo, los murales son obras artísticas que atraen turismo, es una
obra que no se convertido en una mercancía debido a que es una obra artesanal -
única por el momento-3, por lo que cuentan con un valor de uso que concluye con
valor estético que modifica la imagen urbana arquitectónica del muro de piedra
base existente. Sin embargo, el mural no es una obra destinada al uso por ser
artística, pero como Fritz señala, “representa la promesa estética del valor de uso”
3 Al decir artesanal, no nos referimos a una obra temporal, mucho menos efímera, ya que la técnica empleada
permitirá que los murales permanezcan con los cuidados adecuados muchos años.
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(1993, p.91). Sus cualidades intrínsecas entonces no denotan signos de valor de
cambio, pues su valor de uso aun es una promesa.
Simbiosis con el contexto urbano
Los murales perimetrales del panteón son ahora una visita obligada para el
turismo que visita Zacatlán, a dos calles del centro histórico y junto con el
espectáculo de los autómatas de “Relojería Centenario” en su “Museo del Reloj” y
el Paseo de la Barranca que muestra el bello escenario natural del lugar, potencia
la posibilidad de convertir esta zona en un corredor turístico que necesariamente
plantea a corto plazo, el replanteamiento de la circulación vehicular y la expansión
de bandas peatonales para albergar la afluencia turística. Es precisamente aquí
donde se hace simbiótica la relación con el espacio urbano de los murales con el
contexto que lo rodea, se hacen interdependientes en las soluciones urbanas, en
los acuerdos que deben tomarse para las adecuaciones al espacio urbano,
incluso, con las modificaciones que ya comienzan a darse en los espacios
arquitectónicos con la implementación de comercios que enriquecen el
equipamiento urbano de esta zona que hasta antes del inicio de la construcción de
la obra muralística presentaba poca afluencia de tránsito vehicular y peatonal.
De esta forma, la simbiosis expresada con el contexto urbano enuncian
parte de la estructura topológica4 del sitio, específicamente en los murales, es
4 Desde la semiótica se entiende como el espacio que a partir de la distinción fundamental entre extensión vs
espacio, de la cual la primera seria la sustancia y la segunda susceptible de convertirse en significación (en línea: lasemiticadelespacio).
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decir, cada uno de los retablos y de los murales representan situaciones y lugares
particulares, que van desde el relato de la creación del universo, el nacimiento, la
muerte y la resurrección de Jesús, hasta la representación de la historia de la
cultura náhuatl y para finalizar con la evocación histórica y cultural de Zacatlán,
que representa para cada uno de los observadores habitantes y turistas diferentes
significados y significantes.
Los murales de Zacatlán
Los murales de Zacatlán, de muy corto aliento, inician como una propuesta para
rescatar y fomentar parte de las tradiciones y costumbres culturales del sitio en el
2014. Proyecto que fue dirigido por Mary Carmen Olvera Trejo5 y elaborado por su
equipo de trabajo, eligiendo como base de esta obra muralística la barda
perimetral del panteón municipal que, a su vez recobra importancia al
considerarse como un signo turístico e hito urbano relevante para el Pueblo
Mágico.
A partir de esta propuesta los murales y los retablos, se fueron desarrollando de
manera paulatina, elaborados en cuatro etapas:
1) Mural dedicado al encuentro del Elote y el Maíz, elaborado y finalizado en el 2014 (ver fotografía 1 y 2).
2) Mural dedicado al Monte de Zacatlán de las Manzanas en conmemoración de sus 300 años de su fundación, elaborado y finalizado en el 2014 (ver fotografía 3).
3) Historiografía de la Cultura Náhuatl, elaborado y finalizado en el 2015 (ver fotografía 1 y 2).
5 Originaria de Zacatlán, Puebla. Directora de Turismo Municipal de Cuetzalan, Puebla, en el periodo de 2011
– 2014.
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4) Retablos de los Pasajes Bíblicos, elaborado y finalizado en el 2016 (ver fotografías de la 4 a la 16).
Cabe mencionar que la última etapa de los murales que corresponde a los
retablos con pasajes bíblicos, éstos fueron propuestos por parte del sacerdote
Elpidio Mora Cervantes como sugerencia a Olvera Trejo, retablos que actualmente
son los más visitados por los observadores turistas, al igual, que el mural dedicado
a la cultura náhuatl.
Recreando de esta forma el espacio urbano, desde una nueva forma del
uso y del consumismo del espacio de una manera participativa y no meramente
contemplativa. Ya que los propios habitantes que se encuentran cerca o que
colindan con los murales se han apropiado del sitio al cuidarlo de manera
desinteresada. Participación que viene desarrollándose desde que se originó con
la idea de la propuesta, el desarrollo y la ejecución, con la búsqueda constante del
financiamiento y su realización a través de la gestión, evidenciando la activa
participación entre sus colaborares desde la dirigente, los artistas urbanos y las
instancias correspondientes como el Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH) y el propio gobierno municipal, quienes sumaron sinergias para la
realización de este arte urbano, reflejando la historia y la identidad del Pueblo
Mágico de Zacatlán en solo dos años, ya transcurridos.
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Foto 1. En el primer plano se observa el Mural
dedicado al encuentro del Elote y el Maíz, realizado
en el 2014. Y en el segundo plano sobre la barda
perimetral del panteón se aprecia el mural que
muestra parte de la Cultura Náhuatl, realizado en el
2015. Fotografía de Aldana Zárate, octubre 2016.
Foto 2. En el primer plano se observa el desnivel de
paso que enmarca el mural del encuentro del Elote y
el Maíz, y como remate visual el perímetro de la
barda del panteón municipal de Zacatlán. Fotografía
de Aldana Zárate, octubre 2016.
Foto 3. Se observa parte del corrido peatonal y
vehicular por el paseo de la barranca de los jilgueros
y en el segundo plano el Mural dedicado al Monte
de Zacatlán de las Manzanas en conmemoración de
sus 300ª nos de su fundación. Fotografía de Aldana
Zárate, octubre 2016.
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Foto 4. Se visualiza parte de los retablos bíblicos, sugeridos por el sacerdote Elpidio Mora,
ubicados en la calle Porfirio Díaz, realizados en 2016. Fotografía de Aldana Zárate, octubre
2016.
Foto 5. Retablo bíblico, “EL ÁNGEL”, artistas: Raúl
Sánchez Marchena y Luis Enrique Olvera. Fotografía
de Aldana Zárate, octubre 2016.
Foto 6. Retablo bíblico, “LA RESURRECCIÓN
DE LOS MUERTOS”, artistas: Osvaldo Olvera
Trejo y Erika Berra Simoni. Fotografía de
Aldana Zárate, octubre 2016.
Foto 7. Retablo bíblico, “JESÚS Y MARÍA
MAGDALENA”, artistas: Jorge Gutiérrez O. Y
Trish Metzner. Fotografía de Aldana Zárate,
octubre 2016.
Foto 8. Retablo bíblico, “MUERTE DE JESÚS”,
artistas: Mary Carmen Olvera y Manuel Aldana.
Fotografía de Aldana Zárate, octubre 2016.
Foto 9. Retablo bíblico, “LA RESURRECCIÓN DE
JESÚS”, artistas: Zeferina Cruz Pérez y Mirian
Barrios. . Fotografía de Aldana Zárate, octubre
2016.
Foto 10. Retablo bíblico, “LA RESURRECCION
DE LÁZARO”, artistas: Raúl Sánchez Marchena
y Luis Enrique Olvera. Fotografía de Aldana
Zárate, octubre 2016.
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Foto 14. Retablo bíblico, “LA ANUNCIACIÓN”,
artistas: Miguel Díaz Guerrero y Toñita
Hernández. Fotografía de Aldana Zárate, octubre
2016.
Foto 15. Retablo bíblico, “EL PARAISO DE ADAN
Y EVA”, artistas: Zeferina Cruz Pérez y Mirian
Barrios. Fotografía de Aldana Zárate, octubre
2016.
Foto 11. Retablo bíblico, “LA ASCENCIÓN”,
artistas: Miguel Díaz Guerrero y Toñita
Hernández. Fotografía de Aldana Zárate,
octubre 2016.
Foto 12. Retablo bíblico, “JESÚS APRENDE DE
JOSÉ”, artistas: Jorge Gutiérrez O. Y Trish
Metzner. Fotografía de Aldana Zárate,
octubre 2016.
Foto 13. Retablo bíblico, “EL NACIMIENTO DE
JESÚS”, artistas: Mary Carmen Olvera y Juan
Manuel Aldana. Fotografía de Aldana Zárate,
octubre 2016.
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La participación ciudadana incluso asume mayor relevancia en las
adecuaciones, pues vecinos del lugar promueven y vigilan que los automóviles de
turistas no se estacionen frente a la acera de los murales y han colocado tejas que
cubren el muro en el intento de proteger la obra. Este es el primer indicio que
muestra la consecuente adaptación de los espacios de este entorno inmediato.
Conclusiones
Los murales de Zacatlán representan, sin duda, parte de la identidad de este
Pueblo Mágico, ya que en este sitio los usuarios en su papel de observadores
habitantes y observadores turistas se apropian, recrean, imaginan, e incluso
interpretan cada uno de los retablos que forman parte de estos majestuosos
murales, sin embargo, la revaloración del espacio que se da a partir de la
interpretación de las experiencias humanas es el resultado de las prácticas
sociales en los espacios urbanos.
De tal forma, que, los espacios urbanos se ven alterados por las nuevas
exigencias de la sociedad, como afirma Ascher (2007), “ser libres en compañía”
Foto 16. Retablo bíblico, “LA CREACIÓN”,
artistas: Osvaldo Olvera Trejo y Erika Berra
Simoni. Fotografía de Aldana Zárate, octubre
2016.
Foto 16. Retablo bíblico, “ALAS
DE ANGEL”, artistas: Miguel Díaz
Guerrero y Toñita Hernández. .
Fotografía de Aldana Zárate,
octubre 2016.
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(Ídem, p. 61), un claro ejemplo, son los murales como un espacio colectivo y al
mismo tiempo individual, donde le permite al observador ser autónomo al elegir
parte del mural donde desea expresar su búsqueda del donde quiero, cuando
quiero, y como quiero, esto reflejado en una imagen (fotografía).
Pero, contradictoriamente, se vuelve un espacio vulnerable por los mismos
observadores quienes destruyen poco a poco este espacio, principalmente,
cuando deciden llevarse un pedazo de mosaico como la evidencia de que estuvo
presente, como parte de las modas colectivas contemporáneas, donde el
observador pierde conciencia colectiva y tratar de satisfacer sus necesidades
individuales del momento, es decir, es un espacio conmensurable.
Por otro lado, los murales también representan cambios organizacionales
sobre el territorio por su ubicación periférica, por sus remates visuales, y sobre
todo por sus desplazamientos tanto peatonal como vehicular, podríamos decir que
se encuentran en un lugar estratégico en el espacio-tiempo.
La implementación de una estrategia urbana que conserve y promueva esta
obra es necesaria a corto plazo, no puede verse ya a Zacatlán sin estos murales,
ya que han pasado a ser parte de su esencia. Esta estrategia comprometería a
todos los actores involucrados a preservar y promover los murales como un
elemento identitario de la nueva forma de vivir el espacio urbano de este Pueblo
Mágico.
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Referencia bibliográfica
Libros
Fritz, H. Publicidad y Consumo, Crítica de la Estética de las Mercancías. Fondo de Cultura Económica. México. (1993). Singer, P. Economía Política de la Urbanizacón. Ed. Siglo XXI. México. (1983).
Artículos
Duque Franco, Isabel. “Bogotá: entre la identidad y el marketing urbano siempre presente
las necesidades, expectativas e intereses de los potenciales compradores”. 31
CUADERNOS DE GEOGRAFÍA. Vol. 20, n.º 1, 2011. Pp. 29-45. Recuperado en línea, 18
de diciembre de 2016. http://www.redalyc.org
Molano L., Olga Lucía. “Identidad cultural un concepto que evoluciona” Revista Opera,
núm. 7, mayo, 2007, Universidad Externado de Colombia Bogotá, Colombia. Pp. 69-84.
Recuperado en línea, 10 de diciembre de 2016. http://www.redalyc.org