Los medios naturales de España

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1. Características geográficas del espacio español.

Por su situación, España se encuentra en el hemisferio norte, en el continente europeo (entre los 27º de latitud sur y los 43º de latitud norte).

Por su tamaño, España es el segundo país más extenso de la Unión Europea, con 506.000 Km2.

Dentro de España se diferencian cuatro unidades territoriales. La principal es la España peninsular (97,53 %) encrucijada entre Europa y África, y entre el Océano Atlántico y el mar Mediterráneo.

El archipiélago balear (0,98 %), en el mar Mediterráneo, está formado por las islas de Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera y Cabrera.

El archipiélago canario (1,47 %), en el Océano Atlántico, está formado por las islas de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro.

Además, existen dos enclaves en la costa norteafricana (0,0006 %): Ceuta y Melilla.

España es un país diverso debido a la variedad de relieves y climas, que generan paisajes diferenciados y un desigual reparto de recursos naturales, que tiene su repercusión en la actividad económica.

2. Las grandes unidades del relieve.

2.1 Características del relieve peninsular.

La península tiene una forma maciza debido a su gran anchura y costas rectilíneas, por lo que la influencia del mar en el interior es limitada.

La altitud media de España (660 metros) es elevada respecto a la media europea debido a las altas cordilleras y la extensa meseta interior.

La disposición predominantemente periférica de las cordilleras frena la influencia del mar en el interior.

2.2 Tipos de unidades morfoestructurales peninsulares.

Zócalos: Son llanuras o mesetas cuyos orígenes se remontan a la era primaria, siendo creadas por la erosión de las cordilleras de dicha era. Son de rocas silíceas y se localizan en la mitad occidental peninsular.

Macizos antiguos: Montañas de la era terciaria surgidas por levantamiento de partes del zócalo. Son de rocas silíceas y se localizan en el Sistema Central, Montes de Toledo, Macizo Galaico y parte occidental de la Cordillera Cantábrica.

Cordilleras de plegamiento: Montañas de la era terciaria surgidas por el plegamiento de sedimentos de la era secundaria. Son de rocas calizas y se localizan en el Sistema Ibérico y parte oriental de la Cordillera Cantábrica (cordilleras intermedias a partir de bordes del zócalo), y en los Pirineos y Cordilleras Bética (cordilleras alpinas a partir de fosas marinas).

Cuencas sedimentarias: Zonas hundidas de la era terciaria rellenadas con sedimentos. Son de rocas calizas y arcillosas y se localizan en las Depresiones del Duero, Tajo y Guadiana (cuencas a partir de bloques hundidos del zócalo), y en las Depresiones del Ebro y del Guadalquivir (depresiones prealpinas a partir del hundimiento de fosas marinas).

2.3 Evolución geológica.

Era Arcaica (Precámbrico): Entre 4.000 y 600 millones de años. Se desarrollan montañas de pizarras y gneis que hoy en día se observan en Galicia, y parte del Sistema Central y Montes de Toledo.

Era Primaria (Paleozoico): Entre 600 y 225 millones de años. La orogénesis herciniana da lugar con materiales silíceos a los macizos Hespérico, de Aquitania, Catalano-Balear, del Ebro y Bético-Rifeño.

Era Secundaria (Mesozoico): Entre 225 y 68 millones de años. Se erosionan los relieves de la era primaria y se sedimentan materiales calizos en los bordes del macizo Hespérico y en las fosas marinas pirenaica y bética.

Era Terciaria (Cenozoico): Entre 68 y 1,7 millones de años. La orogénesis alpina da lugar a las cordilleras alpinas a partir de fosas marinas (Pirineos y Cordilleras Béticas) y a depresiones prealpinas (del Ebro y del Guadalquivir).

Además, la orogénesis alpina provocó el rejuvenecimiento del macizo Hespérico que: se inclina hacia el oeste, se rodea de bordes montañosos (parte oriental de la cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico y Sierra Morena), y se fractura dando lugar a bloques levantados (Macizo Galaico, parte occidental de la Cordillera Cantábrica, Sistema Central, Montes de Toledo), bloques hundidos (depresiones del Duero, Tajo y Guadiana) y volcanes (Campo de Calatrava, Olot-Ampurdán y cabo de Gata).

Era Cuaternaria (Neozoico): Entre 1,7 millones de años y la actualidad. Tiene lugar el glaciarismo dando lugar a glaciares de valle (Pirineos) y glaciares de circo (en las principales cordilleras).

Además se formaron terrazas fluviales escalonadas en torno a los ríos por la variación de sus caudales (lo que ocurrió en los ríos Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir y Ebro).

2.4 Tipos de unidades litológicas (roquedo) y su modelado.

Área silícea: Predomina el granito (roca ígnea formada en las eras arcaica y primaria). Se localiza en el oeste peninsular, parte occidental de la Cordillera Cantábrica, Sistema Central, Montes de Toledo y Sierra Morena.

El relieve granítico si se altera químicamente por el agua da lugar a arenas pardoamarillentas y si se fractura a través de diaclasas en alta montaña origina crestas o galayos y canchales, en zonas bajas con diaclasas paralelas a la superficie da lugar a domos y en zonas bajas con diaclasas verticales a la superficie genera bolos, berrocales, tores, caos granítico y rocas caballeras.

← Cresta o galayo

Canchal →

Domos Bola y piedra caballera

Berrocal Tor

Área caliza: Predomina la caliza (roca sedimentaria que se disuelve fácilmente con el agua formada en la era secundaria y plegada en la terciaria). Se localiza formando una Z invertida en la península (Prepirineos, Montes Vascos, parte oriental de la Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico, Cordillera Costero – Catalana y Cordillera Subbética).

El relieve cárstico da lugar a surcos (lapiaces o lenares), valles estrechos y profundos (gargantas, cañones, foces u hoces), depresiones alargadas (poljés), cavidades en forma de embudo (dolinas o torcas, que unidas forman uvalas), galerías subterráneas (cuevas con estalactitas y estalagmitas) y pozos que conectan la superficie con una cueva (simas).

← Lapiaces o lenares

Cañón →

Poljés

Torca o dolina

Uvalas

Sima →

Área arcillosa: Predomina la arcilla (roca sedimentaria formada en las eras terciaria y cuaternaria). Se localiza en las cuencas de la Meseta, Depresiones del Ebro y del Guadalquivir y llanuras costeras.

El modelado de la arcilla da lugar en los valles a llanuras suavemente onduladas (campiñas), y en zonas sin protección vegetal y alternancia de sequías y lluvias torrenciales a surcos profundos (cárcavas) que unidos generan badlands.

Campiña Cárcavas

2.5 Unidades morfoestructurales de la península ibérica.

MESETA: Llanura elevada (600-800 metros) en el centro de la península. Surgió en la era primaria al erosionarse el Macizo Hespérico creado en la orogénesis herciniana. En la era terciaria se transformó en tres unidades.

Zócalo: Se formó en la era primaria con rocas silíceas y se observa en penillanuras (superficies onduladas), montes isla (elevaciones en zonas de roca más dura), y gargantas o tajos (zonas hundidas por los ríos). Domina el oeste peninsular (penillanuras zamorano-salmantina y extremeña).

Garganta: Arribes del Duero

Sierras interiores: Se formaron en la era terciaria por el levantamiento de bloques del zócalo en la orogénesis alpina. Sus cumbres se han redondeado. Predominan las rocas silíceas. Engloba al Sistema Central y sus sierras (Ayllón, Somosierra, Guadarrama, Gredos, Peña de Francia, Gata y Estrella) y a los Montes de Toledo (donde destacan las sierras de Guadalupe y San Pedro).

Cuencas sedimentarias: Se formaron en la era terciaria por el hundimiento de bloques del zócalo en la orogénesis alpina, alternando estratos blandos (arcillas) y duros (calizas), que dan lugar a páramos (zonas planas elevadas), campiñas (llanuras onduladas) y cuestas (zonas de transición entre páramos y campiñas). Las cuencas sedimentarias se desarrollan en torno a los ríos Duero, Tajo y Guadiana.

REBORDES MONTAÑOSOS DE LA MESETA: Cordilleras diversas que rodean la Meseta. Formadas en la era terciaria por levantamiento de bloques de la Meseta o plegamientos de bordes.

Macizo Galaico - Leonés: Se formó en la era terciaria por el levantamiento del noroeste del zócalo. Sus rocas son silíceas. Destacan las sierras Segundera, La Cabrera y Los Ancares.

Cordillera Cantábrica: Se diferencia entre un sector oeste (Macizo Asturiano) y otro este (Montaña Cantábrica).

Macizo Asturiano (sector oeste): Se originó en la era terciaria por levantamiento del zócalo. Predominan los materiales silíceos, aunque hay excepciones (Picos de Europa).

Montaña Cantábrica (sector este): Se originó en la era terciaria por el plegamiento de caliza en el borde de la Meseta.

Sistema Ibérico: Se creó en la era terciaria al pegarse materiales calizos del borde de la Meseta, aunque también aparecen otros materiales. Hay dos sectores.

Sector noroeste: Presenta las mayores alturas, destacando las sierras de la Demanda, Urbión y Moncayo.

Sector sureste: Hay dos ramas una interior o castellana (sierras de Albarracín y de Cuenca) y otra exterior o aragonesa (sierras de Javalambre y Gúdar), estando separadas ambas por la fosa de Calatayud.

Sierra Morena: Se formó en la era terciaria, al levantarse las Cordilleras Béticas y crearse la Depresión del Guadalquivir. El color de sus rocas silíceas (pizarras) dieron nombre a la sierra. Destacan la sierras de Madrona, Pedroches y Aracena.

DEPRESIONES EXTERIORES DE LA MESETA: Cuencas o fosas prealpinas triangulares situadas fuera de la Meseta. Formadas en la era terciaria al hundirse las zonas periféricas a las cordilleras alpinas y rellenarse con sedimentos terciarios y cuaternarios.

Depresión del Ebro: Encerrada entre los Pirineos, el Sistema Ibérico y la Cordillera Costero – Catalana. Tiene dos sectores: los somontanos y el centro.

Somontanos (piedemontes pirenaico e ibérico): Próximos a las cordilleras y formados con materiales conglomerados que dan lugar a torreones rocosos (mallos) y depresiones (hoyas).

Centro: Terrenos junto al río Ebro con estratos duros de calizas y blandos de arcillas, que dan lugar a mesas y en las zonas áridas arcillosas a badlands.

Depresión del Guadalquivir: Encerrada entre las Cordilleras Béticas y Sierra Morena. Predominan los materiales de arcilla que dan lugar a campiñas, aunque en zonas calizas aparecen mesas o cerros testigos.

CORDILLERAS EXTERIORES DE LA MESETA: Cordilleras que recorren algunos bordes de la península ibérica fuera de la Meseta. Se formaron en la orogénesis alpina de la era terciaria al plegarse calizas de fosas marinas y rejuvenecerse macizos primarios.

Pirineos: Se diferencian tres zonas: la axial, los Prepirineos y la depresión media.

Eje o zona axial: Formado por el rejuvenecimiento del macizo silíceo de Aquitania en la era terciaria. Presenta las mayores altitudes de los Pirineos: Pico de Aneto y Monte Perdido.

Prepirineos: Formados por materiales calizos de la fosa pirenaica plegados en la era terciaria. Se sitúan al sur de la zona axial y se dividen entre sierras interiores y exteriores.

Depresión media: Zona hundida entre las sierras interiores y exteriores formada por margas.

Montes Vascos: Prolongan los Prepirineos hacia el oeste, estando formados en la era terciaria por el plegamiento de calizas depositadas en fosas marinas. Destacan Peña Gorbea y Aralar.

Cordillera Costero Catalana: Se originó en la era terciaria por el rejuvenecimiento del macizo Catalano Balear de rocas silíceas (norte) o el plegamiento de calizas de fosas marinas (sur). Se divide en dos sectores.

Cadena litoral: Paralela a la costa (Altos del Garraf).

Cadena prelitoral: Al interior, con mayores altitudes (Montserrat y Montseny).

Cordilleras Béticas: Se diferencian tres zonas: Cordillera Penibética, Cordillera Subbética, Depresión Intrabética.

Cordillera Penibética: Macizo primario silíceo Bético – Rifeño rejuvenecido en la era terciaria. Se sitúa junto a la costa, destacando Sierra Nevada (con el Pico Mulhacén).

Cordillera Subbética: Formada en la era terciaria por plegamiento de calizas de la fosa bética. Alternan calizas y margas. Se localiza en el interior, destacando las Sierras de Grazalema y Cazorla.

Depresión intrabética: Zona hundida arcillosa entre las cordilleras Penibética y Subbética. Aparecen badlands y destacan las hoyas de Ronda, Antequera, Guadix y Baza.

2.6 El relieve costero peninsular.

En la península ibérica podemos distinguir numerosas formas del relieve costero. Como salientes de tierra en el mar tendríamos a los cabos, denominados deltas cuando aparecen en las desembocaduras de los ríos.

Los entrantes de mar en la tierra se denominan golfos si son grandes y si son menores bahías. Cuando la entrada de mar se produce aprovechando el final de un valle fluvial tenemos una ría.

Según la altura de la costa está puede ser alta o baja. Las costas altas dan lugar a acantilados (paredes verticales o abruptas junto a las costas), cuevas (galerías subterráneas a nivel del mar), arcos marinos (puentes entre dos acantilados), farallones (agujas rocosas) y rasas (plataforma rocosas costeras elevadas o a nivel de mar).

Las costas bajas formadas por arena, grava o guijarros al nivel del mar dan lugar a playas, dunas (montículos de arena), marismas (terrenos costeros pantanosos inundados por el mar), flechas y cordones litorales (acumulación de arena lineal que penetra en una bahía pudiendo llegar a cerrarla), tómbolos (cuando una flecha litoral une un islote con el continente) y albuferas (lagos separados del mar por un cordón litoral).

Las costas españolas podemos dividirlas en atlánticas (noroeste) y mediterráneas (sureste), en función de las aguas marinas que las bañan.

En la costa atlántica diferenciamos la cantábrica (en general, rectilínea y acantilada), la gallega (entrecortada por las rías altas y bajas), y la atlántica andaluza (dominada por las marismas del Guadalquivir y el golfo de Cádiz).

En la costa mediterránea diferenciamos el sector sur bético (paralela a las Cordilleras Béticas, con acantilados y terrazas marinas), el Golfo de Valencia (con amplias playas y albuferas), y el litoral catalán (dominada por costas acantiladas por influencia de la Cordillera Costero Catalana y calas).

2.7 El relieve insular balear.

Las islas Baleares son parte de dos cordilleras de la era terciaria: la Cordillera Subbética (Mallorca, Ibiza y Formentera) y la Cordillera Costero – Catalana (Menorca).

En Mallorca se diferencian tres unidades de relieve: la Sierra Tramuntana (con el Puig Mayor), la Sierra de Llevant (con la isla de La Cabrera) y el Pla o depresión central.

En Ibiza (Eivissa) y Formentera se diferencian tres unidades de relieve: montañas calizas del norte de Ibiza, montañas al este de Formentera y llanuras entre ambos macizos (sur de Ibiza y casi toda Formentera).

En Menorca se diferencia entre la Tramuntana (montañas calizas al norte de la isla) y el Migjorn (llanura caliza al sur de la isla).

El relieve costero balear combina acantilados (en las zonas montañosas del norte de Mallorca y Menorca) y playas largas y arenosas en el sur, además de calas en las desembocaduras de los torrentes y albuferas (Alcudia). Destacan las bahías de Mallorca y Alcudia.

2.8 El relieve insular canario.

Origen geológico: Las islas se crearon en la era terciaria (orogénesis alpina) a partir de fracturas en la corteza terrestre por las que ascendió magma (volcanes).

El relieve canario es, por tanto, un relieve volcánico en el que se observan conos volcánicos (elevaciones cónicas formadas al acumularse cenizas y piedras alrededor de la boca de emisión de un volcán) como los que presentan el Teide (Tenerife) o el Teneguía (La Palma).

También aparecen calderas (cráteres circulares creados por la explosión o hundimiento de un volcán) como las calderas de Las Cañadas (Tenerife) o Taburiente (Las Palmas).

Las erupciones volcánicas generan malpaíses (terrenos abruptos creados al solidificarse la lava), abundantes en Fuerteventura.

Las paredes volcánicas pueden ser horizontales (diques o muretes volcánicos) o verticales (roques o agujas volcánicas) al rellenarse los conductos de emisión del magma por lava solidificada.

Por último también destacan los barrancos, valles escarpados que van desde las cimas volcánicas a través del mar, erosionados por torrentes.

Por su parte, la costa canaria está dominada por grandes acantilados (como los de Los Gigantes en Tenerife) y playas de cantos (islas occidentales) o de arena (islas orientales).

3. La diversidad hídrica.

3.1 Los ríos peninsulares.

Un río es una corriente de agua continua que circula por un cauce y desemboca en el mar, en otro río o en un lago.

Distintos elementos condicionan el caudal de un río (cantidad de agua que circula en un segundo por un lugar determinado del río expresada en m3/s) y la organización de los mismos en territorios que comparten las aguas que van a un mismo río principal (cuenca hidrográfica), y en territorios formados por los ríos que desembocan al mismo mar (vertiente hidrográfica).

Varían el caudal y organización de un río: el clima (según las precipitaciones y temperaturas), el relieve (separando los ríos y modificando su capacidad erosiva), la litología (que hace que la escorrentía sea subterránea – con las rocas calizas – o superficial – con las rocas silíceas y arcillosas), la vegetación (su ausencia facilita la evaporación, erosión e inundaciones) y la acción humana (mediante la construcción de presas).

En particular, el caudal del río varía en función de su recorrido (suele ser mayor en su desembocadura por los aportes de los afluentes) y de las variaciones en el tiempo (irregularidad anual al diferenciarse épocas de crecidas y estiajes e irregularidad interanual).

Las variaciones estacionales en un río originan el régimen fluvial del mismo que puede ser nival (si las aguas proceden de las nieves), pluvial (si proceden de las lluvias) o mixto (si proceden de nieves y lluvias).

En España se distinguen once grandes cuencas hidrográficas: las del Norte, Miño, Dero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir, Pirineo oriental, Ebro, Júcar, Segura y Sur.

Estas cuencas se distribuyen en tres vertientes hidrográficas: la cantábrica, la atlántica y la mediterránea.

La vertiente cantábrica se caracteriza por sus ríos cortos (al nacer cerca del mar), caudalosos y regulares (gracias al clima oceánico) y con gran poder erosivo (por la gran pendiente).

La vertiente atlántica se caracteriza por sus ríos largos (al nacer lejos del mar), caudalosos (al recoger muchos afluentes) e irregulares (por el estiaje del verano) y con escaso poder erosivo (por la poca pendiente).

En la vertiente mediterránea los ríos en general son cortos (al nacer cerca del mar), de escaso caudal e irregulares (por el clima mediterráneo) y con gran poder erosivo (por la pendiente y escasa vegetación).

3.2 Los lagos y humedales españoles.

Un lago es una masa de agua dulce o salobre que se acumula en zonas hundidas. Las lagunas son lago con un tamaño y profundidad menor. En España hay unos 2.500 lagos, aunque predominan los pequeños y estacionales.

Los lagos se clasifican según su origen en endógenos (formados a partir de depresiones creadas por las fuerzas del interior de la Tierra) y exógenos (formados a partir de depresiones creadas por las fuerzas externas de la Tierra).

Hay dos tipos de lagos endógenos: los tectónicos (en terrenos hundidos por fallas o pliegues) y los volcánicos (en el cráter de un antiguo volcán).

← Laguna de La Janda (Cádiz)

Laguna en Campo de Calatrava (Ciudad Real) →

Hay cinco tipos de lagos exógenos: los glaciares (formados partir de antiguos circos, lenguas y morrenas glaciares), los cársticos (a partir de zonas calizas hundidas por el agua), los endorreicos (en zonas áridas planas), los eólicos (en depresiones formadas por el viento), y las albuferas (lagos litorales salados separados del mar por un cordón litoral).

Lago de Sanabria (Zamora)

Lagunas de Ruidera (Ciudad Real)

Laguna de Gallocanta (Zaragoza)

Closes del Ampurdán (Girona)

Albufera de Alcudia (Mallorca)

Los humedales o zonas palustres son terrenos cubiertos por aguas poco profundas como lagunas, albuferas, deltas, marismas. En España hay más de 2.500 humedales, destacando su importancia para la fauna (anfibios, aves,...).

Los acuíferos son embalses subterráneos de agua que se forman al infiltrarse en la superficie terrestre las aguas de las precipitaciones hasta alcanzar un estrato impermeable. Sus aguas salen a la superficie a través de manantiales, teniendo un gran valor ante las sequías lo que ha llevado a su sobreexplotación.

En España se encuentran en las depresiones de la Meseta (Duero, Tajo, y Guadiana), próximas a ríos y en las zonas de nacimiento de los principales ríos. En las islas Baleares y Canarias son la principal fuente de agua dulce.

5. Los paisajes naturales de España.

RobleHaya

ESPECIES VEGETALES DEL BOSQUE CADUCIFOLIO

HAYEDO

LANDA

BREZO

TOJO

PRADO

ESPECIES DEL BOSQUE PERENNIFOLIO

AlcornoquesAlcornoques

DEHESA DE ENCINAS

MAQUIA

LENTISCO

BREZO

RETAMA

JARA

GARRIGA

PLANTAS AROMÁTICAS

LAVANDA

TOMILLOROMERO

ESTEPA

ESPÁRRAGO

ESPARTAL

PALMITO

ESPARTO

PalmitoPalmito

EspartoEsparto

Vegetación hasta los500 metros de altitud

Cardon

Tabaiba

DRAGO

SABINA

PALMERAS

BOSQUE DE LAURISILVA

PINO CANARIO

VIOLETA DEL TEIDE

TAJINASTE

6. Naturaleza y recursos en España.

El ser humano se aprovecha del medio natural al obtener de este recursos con los que satisfacer sus necesidades.

El relieve continental abrupto de España repercute en la actividad humana influyendo en los poblamientos urbanos, en la actividad agraria, en el aporte de materias primas, en las comunicaciones y en el turismo.

El relieve costero rectilíneo perjudica la instalación de puertos, limita los recursos pesqueros y favorece el turismo de sol y playa.

Los recursos hídricos, relacionados con el agua, son esenciales para la vida humana. El ser humano usa el agua en actividades que la consumen (usos consuntivos) - hogares y municipios, uso industrial y regadío – y en actividades que no consumen agua (usos no consuntivos) – peca – acuicultura, producción hidroeléctrica, navegación, deportes -.

Usos consuntivos del agua

Regadío: 80 % del consumoLa minería también consume (y contamina) mucha agua

Limpieza de callesRiego de jardines

Industria: 2º uso principal

Usos no consuntivos de agua

La acuicultura: la pesca del futuro

La energía hidroeléctrica

La pesca

Actividades deportivas

La diferencia entre el agua disponible y el agua consumida en un año da lugar al balance hídrico. Este es positivo en España, pero en las cuencas del Júcar, Segura y Sur, y en Baleares es negativo (déficit hídrico).

El déficit hídrico en España es generado por la desigual distribución de la disponibilidad del agua y de su consumo y por la insuficiencia de embalses y por las pérdidas de agua.

El agua de los ríos se aprovecha en España mediante numerosas obras hidráulicas: más de 1.000 embalses, más de 15.000 km de canales y trasvases (como el Tajo-Segura). Además, se han creado plantas potabilizadoras y depuradoras.

También se aprovecha el agua de los lagos pirenaicos (energía hidroeléctrica), de los acuíferos (pozos), y del mar (plantas desaladoras).

Para gestionar los recursos hídricos España cuenta con una política hidraúlica basada en la Ley de Aguas (el agua es considerada de dominio público), el Plan Hidrológico Nacional (que vigila la calidad y cantidad de aguas de todas las cuencas) y los Planes Hidrológicos de Cuenca gestionados por las Confederaciones Hidrográficas.

Respecto a los climas, estos también influyen en las actividades humanas como en la distribución de la población y el hábitat, la agricultura, el uso de fuentes de energía renovables, la dificultad en el transporte y el turismo de sol y playa y de montaña.

La vegetación, imprescindible para la vida a través de la fotosíntesis, proporciona alimentos, materias primas, energía, e impulsa actividades recreativas. Además, mejora el medio ambiente al reducir la contaminación, el ruido, la evaporación, la erosión,...

7. Los grandes problemas medioambientales en España.

Las actividades humanas ocasionam problemas medioambientales como: la sobreexplotación de recursos, la contaminación del medio natural, y la extinción de especies. Frente a estos problemas se han desarrollado organizaciones ecologistas y políticas medioambientales.

La Constitución española de 1978 garantiza el derecho a un medio ambiente adecuado (art. 45), para lo que se han estipulado una serie de delitos ecológicos con sus sanciones correspondientes. Además, España ha suscrito acuerdos internacionales frente a problemas ecológicos, asume la política medioambiental de la Unión Europea a favor del desarrollo sostenible y gestiona el medio ambiente a través del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Los problemas que afectan en España al relieve continental son provocados por actividades extractivas y construcción de infraestructuras, destruyendo el paisaje. El relieve costero se ve alterado por la presión urbanística, que pretende ser controlada mediante una política de costas.

Los problemas de contaminación atmosférica en España son numerosos y tienen su origen principal en la quema de combustibles fósiles en centrales térmicas, industrias, transportes, calefacciones,... que generan gases que contaminan y alteran la atmósfera repercutiendo en el clima y la salud humana.

La lluvia ácida (precipitación con mayor acidez de lo normal) se genera por emisiones de azufre y nitrógeno mezclada con las nubes de agua, provocando contaminación y acidificación de agua, vegetación, suelos y edificios. En España afecta a entornos de centrales térmicas, buscándose su reducción mediante el cumplimiento del Convenio de Ginebra.

Efectos de la lluvia ácida en los bosques

La reducción del ozono en la estratosfera (agujero de la capa de ozono) es provocada por los CFCs, permitiendo la entrada de rayos ultravioleta dañinos para los seres vivos. El Protocolo de Montreal buscó la reducción de la emisión de CFCs.

El aumento del ozono en la troposfera (agujero de la capa de ozono) es provocado por la reacción del sol en verano con los gases generados por la combustión de hidrocarburos, generando enfermedades respiratorias.

El campana de contaminación urbana (smog) es una niebla de polvo y humo formada por el tráfico, las calderas de carbón y las obras, por lo que se concentra en las grandes ciudades en situaciones anticiclónicas en invierno. Provoca enfermedades respiratorias y cardiacas y se intenta solucionar mediante planes de mejora de calidad del aire, fomentando el uso del transporte público.

El efecto invernadero es un fenómeno natural por el que el vapor de agua, el dióxido de carbono y el metano dejan pasar la radiación solar a la Tierra pero retienen parte de la misma. El problema es el aumento artificial de estos gases por las actividades humanas, que aumentan la retención de calor provocando el calentamiento global.

El calentamiento global tiene graves consecuencias: aumento de sequías y huracanes, derretimiento de los polos, aumento del nivel del mar, extinción de especies,... España se alejado de los limites de emisiones de gases de efecto invernadero acordados en Kioto (1997). Para reducir las emisiones se intenta promover las energías renovables, la eficiencia energética,...

La contaminación acústica (ruido) se origina por el tráfico por carretera, aeropuertos, industrias, obras, locales nocturnos,... dañando la salud de las personas. España es el país de la Unión Europea con mayor nivel de ruido, para lo que se ha impulsado una Ley del Ruido (2003) que desarrolla mapas de ruido y controla las actividades que lo generan.

Respecto a las aguas, los problemas en España son su sobreexplotación y su contaminación. El aumento del consumo de agua (urbano, industrial y agrario) sobreexplota las aguas y provoca el descenso del caudal de los ríos y la desecación de humedales y acuíferos.

Como soluciones a la sobreexplotación del agua se promueve su ahorro, mejorando regadíos, reparando fugas y reutilizando el agua. Además, el Proyecto Linde ha delimitado el cauce de los ríos, el Programa de Aguas Subterráneas controla los acuíferos y España ha suscrito el Convenio Ramsar de protección de los humedales.

La evacuación de desechos a las aguas que impiden su oxigenación y regeneración contamina las aguas superficiales y subterráneas. Esta contaminación proviene de la actividad agrícola, ganadera, industrial, del transporte del petróleo, de vertidos de las ciudades y de vertederos incontrolados, alterando los ecosistemas acuáticos.

La contaminación de las aguas afecta en España a los tramos finales de los ríos de la mitad sur peninsular y a las costas próximas a ciudades y en la ruta de los petroleros. Como soluciones hay una red de alerta de calidad de las aguas y planes para recuperar las aguas degradadas, con la construcción de nuevas depuradoras.

Respecto a la vegetación, esta sufre daños, alteraciones y deforestación. Los daños de los bosques se deben a motivos naturales y humanos provocando defoliación. Para evitar esto España se ha sumado a la Red Europea de Seguimiento de Daños en los Bosques.

También los bosques se alteran al sustituir la vegetación autóctona por otras foráneas de mayor rendimiento económico (pino, eucalipto,...), que acidifican los suelos, arden más y alteran la fauna. Para evitar estos problemas se fomentan repoblaciones con especies autóctonas.

La deforestación o destrucción de la cubierta vegetal es causada por talas agrícolas o para construir y por incendios forestales causados por quemas agrícolas. En España, las condiciones climáticas de verano favorecen los incendios especialmente en Galicia.

Como consecuencia de la pérdida vegetal se incrementa la erosión del suelo, las emisiones de CO2, se pierde biodiversidad,... Para atajar estos problemas se ha creado el Plan Forestal Español 2002-2023 basado en la sensibilización, vigilancia, inversión en la extinción, castigo de los responsables,...

Respecto al suelo, este sufre su contaminación, erosión y desertificación. La contaminación del suelo se debe a fertilizantes, plaguicidas y vertidos industriales, que lo intoxican y perjudican a la agricultura. Por ello se impulsa la agricultura ecológica y el Plan Nacional de Recuperación de Suelos Contaminados promueve la descontaminación.

La erosión o desgaste del suelo se produce por causas naturales y humanas (deforestación, sobreexplotación agrícola,...). Cuando es extrema genera la desertificación o pérdida de la capa fértil. Esta es favorecida por el crecimiento urbano y la sequía. El sureste peninsular y Canarias presentan un alto grado de desertificación.

Frente a la desertificación se ha creado la red RESEL, se fomentan repoblaciones y se mejora la gestión agraria e hídrica.

Respecto a los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) estos generan contaminación en los vertederos incontrolados y también en las incineradoras.

Los residuos se incrementan con el consumo, existiendo en España un Plan Nacional de Residuos Urbanos que impulsan las “tres erres”, especialmente la reutilización, y cierra los vertederos incontrolados.

Respecto a la pérdida de biodiversidad esta se produce por la caza furtiva, la alteración y fragmentación de hábitats y la actividad agrícola industrial. En España destacan como especies en peligro de extinción el urogallo, el oso pardo, el lince ibérico, la foca monje,...

Para proteger la biodiversidad se ha creado un Catálogo Nacional de Especies Amenazadas y se ha promovido una red de espacios naturales, habiéndose creado los primeros parques nacionales a principios del siglo XX.

Dentro de los espacios naturales destacan los parques, áreas naturales poco transformadas singulares o representativas por algún motivo. Los parques pueden ser nacionales o naturales regionales.

Otros espacios naturales son: las reservas naturales, que buscan proteger elementos naturales raros o frágiles; los monumentos naturales, que destacan ciertas formaciones naturales; o los paisajes protegidos (zonas con destacado valor estético).

La Unión Europea, por su parte, ha promovido la creación de Lugares de Interés Comunitario y Zonas de Especial Protección para las Aves.

Además, la Organización de Naciones Unidas creó la Red Mundial de Reservas de la Biosfera, siendo España el tercer país con más áreas protegidas.

Número de reservas de la Biosfera por país.