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SEMILLAS
DIRECCION GENERAL DE AGRICULTURA
LAS SEMILLASPOR
ANTONIO GARCIA ROMEROIngeniero Agrónomo. Director de la Estación Central de Enlayo de
Semillol.
SERVICIO DE PUBLICACIONES AGRICOLAS
GRÁFICAS U¡;I'INA. MELÍo:NIJEZ VALD{:S, 7. MADRID.
El principio de toda planta, y como consecuencia de todo cultivo, es, en la gran mayoría de loscasos, la semilla. No decimos "en todos" pensandoque también se hacen plantaciones de tubérculos,bulbos, rizomas, estacas e injertos..., procedimientos de multiplicación o reproducción asexuada delos vegetales, que logran, sin necesidad de semillas, nuevos seres; pero estos casos en la prácticadel cultivo son los menos. Tan limitados queconstituyen la excepción.
Lo general es que sembremos. que entreguemos la semilla a la tierra para que allí germine.y no hace falta pensar mucho para comprenderque no debe ser indiferente ni trivial emplear unau otra semilla: una semilla joven u otra ya vieja,una llena, perfectamente granada, u otra vana;una limpia u otra mezclada Ton toda clase de impurezas o materias extrañas. Puesto que la simiente será la planta, cuidemos de que aquélla sehalle en condiciones de formarla, de realizar latransformación que se le pide. Y luego, que porsu vigor, su sanidad, por todas y cada una delas circunstancias que reúna, sea garantía para eléxito.
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Esto lleva ;¡ decir algunas palabras, las precisas. re"IJl'c!O :1 C0!l10 son las semillas.
Las sl'milbs. que proceden, como es sabido, deóvulos fccundados existentes en la mayoría delos casos en esa parte básica y dilatada del órgallO f emcnino de la flor llamada ovario, constan,a grandes f;JSgOS, de dos partes distintas: tegumento \' almendra.
El t~gurnento, simple o doble, es la cubiertaprotectora de la semilla. Su superficie, unas veceslisa, brillante (habas, judías), otras opaca y granulosa. presenta en ocasiones verrugas, crestasonduladas, etc. No es raro que sus células seprolonguen en pelos ya uniformemente repartidos, como ocurre en las semillas del algodonerodonde forman el algodón, ya localizados en ciertos puntos, de los que surgen como penachos. Aveces, las cubiertas de las semillas y sus tegumentos modifican un cierto número de célulasy forman alas: membranas finas y delicadas, queson, como los pelos, auxiliares para la diseminación. Y hay casos-citando sólo los más notables-en que las células de este tegumento o sege1ifican en contacto del agua, dando capas gelatinosas (tino). o engruesan y se llenan de líquidosazucarados y ácidos, formando un tegumento carnoso. Es el caso de la granada. Al comernos losrubíes de sus g-ranos 10 hacemos golosamenteatraídos por sus modificadas cubiertas.
En el tegumento se aprecian, con mayor o menor claridad, según las semillas, el llamado "hilo",cicatriz formada por la rotura del cabillo o sos-
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tén del óvulo, y el m icr ópilo, abe rt ura de éste pordonde surge la rad ícula en el proceso de germ inac ión del gr ano.
L a alme ndra, que ocupa cas t todo el volumen
Al gunas sem illas. Muy aumentada s y e n s u ta mañ ona t u ra l.
de la semilla, cons ta a su vez sólo de embrión enlos casos más simples y. gen eralm ent e, de un areserva nutritiva ex terio r a aquél : albumen o endosperrno.
El embrión, unas veces recto, otras curvo, enocas iones en espiral, es siempre la parte esencial de la semilla, "la planta en miniatura". Enél se distingue un cilindro co r to, "tallito" , terrni -
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nando dI.' un extremo por un pequeño cono "radícula' y de ot ro por una masa ovoidea aplastada,relati vamente considerable, que en las plantas dicotiledóneas se separa fácilmente en dos mitades,aplicadas una contra otra por su cara plana, Dichas partes son los cotiledones. Los que, al germinal' muchas semillas y salir el tallo a flor detierra, constituyen el primer par de hojas de laplanta. Hojas que se agotan paulatinamente hastamorir, en provecho del tierno vegetal oe que iorrnan parte,
Entre ambos cotiledones, Pero invisible por fuera en tanto que están juntos, se halla el conoterminal del tallito, ora desnudo, ya desarrolladoen gémula o yema, o provisto en algunos casos(judías) del primer par de hojuelas.
Las materias que rodean al embrión: albumen,endosperrno o perispermo, o las que se alojan ensus cotiledones (casos de semillas sin albumen),contienen materias nutritivas diversas: almidón.aceites, sustancias nitrogenadas, celulosa, dandolugar a reservas amiláceas oleaginosas, córneasetcétera. Las gramináceas, por ejemplo, encierranen sus semillas no sólo almidón, sino una materianitrogenada, que es el gluten de los cereales, Losgranos de adormidera, de ricino, de colza, sonricos en aceites; algunos albúrnenes de tipo celulósico o córneo, adquieren tal dureza que la industria los utiliza para fabricar diversos objetos.Es el caso de la semi11a de Phyte!efans, palmerade América, cuvos granos, del tamaño de un huevo de gallina, tienen un albumen celulósico, blan-
_'0. tan resistente que con el nombre de "marfilvegetal" o corozo, sustituye al hueso y al cuernoen diversas aplicaciones.
Estas sustancias de reserva necesita ser digeridas y asimiladas por el embrión para que \.:'1proceso gerrninativo se cumpla. Las transformaciones que se originan son, la mayor parte de lasveces, desdoblamientos con hidratación, realizados bajo el influjo de diastasas apropiadas: amilasa, invertina, saponasa, pepsina. etc.
Se ve, por lo dicho, que si el tegumento puede tener en ocasiones algún interés como elemento protector, de imbibición, etc., lo fundamental de la semilla es la vulgarmente llamada almendra y, sobre todo, dentro de ella. el embrión.Una semilla sin embrión o con el embrión mutilado podrá servir para hacer harina. para elconsumo de hombres y animales, para aplicaciones industriales, Inunca para la siembra! Y siesencial es la presencia del embrión, muy importante es asimismo que el grano no sufra quebrantos en sus reservas. Son éstas las que hande atender al sustento de esa "planta en pequeño"que se aloja en el interior de la semilla, hasta queel embrión, evolucionando, se transforme en unaplanta con raíces capaces de absorber los jugosne la tierra, y con tallos V hojas Que, saliendo ala superficie, 'formando en- sus .células, con el concurso de la luz. la materia verde o clorofila. posean armas para captar elementos de la atmósfera y formar. con éstos y con los que asciendendel suelo, los alimentos que precisa su economía.
CUNVJClONES PARA LA GERM Il\ACJÓN
Condición intrínseca de la germinación será,pues, que el grano esté completo, bien formadoy constituido en todas sus partes. Hay semillas,en efecto, de forma y tamaño normales, cuyo tegumento, regularmente desarrollado, encierra sóloun esbozo o aborto de almendra, ocupando el aireel volumen restante. Es preciso, además, que lasemilla que va a sembrarse se encuentre interiormente madura; esto es, que las células que constituyen el embrión y el albumen o endospermo sehallen en estado tal, que sus sustancias de reservapuedan ser digeridas y asimiladas tan pronto lascondiciones del medio exterior se cumplan. Estamadurez interior coincide a veces con la madurezque pudiéramos llamar "externa" (condiciones devolumen, peso, color, brillo, blandura, etc.), ytambién con la madurez del fruto; pero en otroscasos (gramináceas) precede a aquélla, mientrasque en algunos la sigue. Ejemplo de esto últimoes lo que ocurre con semillas de rosal, melocotonero, etc.. que, colocadas en las condiciones demedio más propicias, tardan dos o más años eniniciar la germinación,
Lograda la madurez interna de la semilla espreciso que no se pierda. El mismo trabajo in-
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terno-fenómenos de ox idación ¡U C da al gra nosu mad u rez puede, de pe rsist ir , qu itá r ela.
La duración de la madurez interna, o C01l10 sedice a menudo. ju zgando de la cau a por el ef ec-
Fases suces ivas de la g ermina ci ón de una sem illade a lubia s.
to, la du ración del poder germ inativo de la se miIIa, va ría sensibleme nte con la naturaleza de lasreservas que cont iene. Los g ranos de albumencó rneo (cafeto. umbelíferas) pierden su mad urezpor el solo hecho de desecarse. Las semillas o lea-
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ginosas conservan más tiempo que las antes citadas su facultad gerrninativa, pero al cabo de cierto tiempo su aceite se oxida y se enrancia por elaire. El almidón, el azúcar, las sustancias albuminoideas son menos alterables, siendo los g-ranosamiláceos los que sostienen durante más tiemposu poder germinativo.
Hacen falta, además, determinadas condicionesen el medio. Se necesita agua: un cierto gradode humedad, oxígeno-una atmósfera respirabley adecuada temperatura. El calor es preciso a lagerminación-e-que es una fase. particular del ereeimiento-, 10 mismo que al crecimiento generalde las plantas. Es decir, que hay un límite inferior de temperatura por bajo del cual el fenómeno no se realiza, y otro superior, pasado elcual tampoco ocurre. Ya veremos, al ocuparnosmás adelante del modo de determinar el podergerminativo de las semillas, las diferentes variantes que a este respecto exigen unas y otras. Adelantemos ahora que las temperaturas óptimas parala mayoría de las especies se comprenden entre20 v .wgrados centígrado.
Colocada una semilla normal, joven y sana enuna tierra mullida, aireada. húmeda y que disfrute de temperatura a propósito, la germinación serealiza ráoidamente.
El proceso germinativo 'se caracteriza por fenómenos morfológicos y fisiológicos que vamosa examinar brevemente.
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a) Fenómenos morjoláq.cos.
Supongamos un grano con albumen de una dicotilcdonea : una semilla de ricino, por ejemplo.depositada en un suelo húmedo y rodeada de ambiente tibio. El agua atraviesa ei tegumento, hincha la almendra, y ésta, al aumentar de volumen,produce la desgarradura parcial de aquél. Como
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Semilla de judía, hendida longitudinalmente: i, tegumento; e, cotiledones : r, radícula; t" tallito, y o, gé
mula.
al mismo tiempo la radícula crece y tiende a salir,se origina en el micropilo una fuerte tensión quehiende por dicho lugar las cubiertas.
La radícula, una vez fuera, crece, curvándosehacia abajo, influenciada por su geotropismó positivo y toma la posición vertical. Es la llamadaraíz terminal o raíz principal de la planta.
Cuando esta raíz alcanza determinada longitud.se alarga el tallito del embrión por crecimiento
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intercalar, dirigiéndose verticalmente hacia arriba,impulsado por su geotropismo negativo.
Sigue creciendo en esta dirección durante cierto tiempo, llevando obligadamente con él los doscotiledones fijos a su extremo y el albumen quelos rodea, y de esta suerte, el grano, cada vezmás esquilmado y modificado en su interior, sealza una cierta altura por encima de la superficiede la tierra donde fué sembrado. Pero al mismotiempo, la semilla, que continúa hiachándose porla acción del agua absorbida, rasga más y más sutegumento, hasta que éste cae.
Se ve entonces coronando el tallito, a la masaentera y desnuda del albumen, blanquecina, ligeramente amarillenta, dentro de la cual los doscotiledones y la gémula siguen aprisionados. Dichocautiverio dura poco. El albumen disminuye progresivamente, ya que sus reservas van pasando,por osrnosis, a los cotiledones. Cuando aquéllas seagotan, la capa o envolvente que sujetaba desaparece. Los cotiledones quedan libres, y comogozosos de esa libertad que se les brinda, se separan, se expanden, se orientan en busca de laluz y se tiñen de verde, apareciendo de esta suerte como las primeras hojas de la planta.
Dichos cotiledones atienden desde entonces ala nutrición del nuevo vegetal de dos modos: absorbiendo el anhídrico carbónico del aire mediantesu clorofila, ..¡ consumiendo también, poco a poco,los restos del albumen que pueden quedar adheridos a la superficie. Agotada totalmente dichareserva, la alimentación de la plantita se verifica
de igual modo que cuando ya es adulta: por lasraíces y por estas hojas especiales, sin dientes nilóbulos, que son los llamados cotiledones.
Separados éstos, como hemos dicho, dejan verentre ambos, y coronando el tallo, un pequeñoabultamiento, muchas veces cónico: la gémula, queha sido trasladada, llevada, por los movimientosdescritos, pero que no ha crecido aún.
Este es su momento. El tallito no crece ya. Loscotiledones no pueden seguir subiendo con él. Pero la gémula o yema terminal del tallo, antes inactiva, siente que ha llegado su hora. Y se alarga, se desarrolla, se conduce como el botón terminal de un tallo cualquiera, esto es, prolongandoel tallito inicial de la planta y produciendo sobresus flancos hojas y yemas axilares.
y así resulta que el tallo del joven vegetal-hemos supuesto que se trataba del ricino-s-quedaformado de dos trozos de origen diferente: el deabajo, que comprende desde el extremo superiorde la raíz hasta los cotiledones, y que se debeal crecimiento del tallito del embrión, y el superior, que abarca el resto del tallo desde los cotiledones hasta el final, y que es debido al desarrollode la gémula. Aquel trozo suele llamarse hipocotileo, aludiendo a su posición por bajo de los cotiledones, y éste, el superior y de mayor longitud,epicotileo. A las semillas que se conducen, cualla del ricino, tomada por ejemplo, se las dice granos o semillas epígeas, para expresar que son lanzadas fuera de la tierra en el proceso germina-
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tivo, en vez de quedar en el sitio donde fuerondepositadas.
Si las semillas carecen de albumen-s-caso de lasjudías-·, por hallarse todas las reservas nutritivas
c..
Sección longitudinal de una cariópside de maíz: p, pericarpio del {ruto; a y a" partes dura y blanda del albumen; e, embrión, en el que se aprecian radícula, ta-
Hito, gémula y cotiledón.
en los cotiledones, su almendra no constará sinode embrión, con sus dos cotiledones plenos dematerias alimenticias. Estos salen también al exterior conducidos por el tallito, a cuyo extremoestán unidos. Luego se separan, vacian poco apoco su contenido, que pasa al joven tallo, y una.vez marchitos se sueltan.
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Los cotiledones no se arrugan y desprenden apoco de salir al aire, en todos los casos. En numerosas plantas persisten, por el contrario, en estado carnoso; se llenan de granos de clorofila yson, ese primer par de hojas antes descritas, distintas de las nacidas por encima de ellas a expensas de la gémula.
Por último, en los granos hipógeos, así llamados por permanecer bajo tierra sin asomar elexterior, lo que es debido a que el tallito nos lotransporta, las fases morfológicas de la gcrrnina-.ción se simplifican. La radícula asoma la primerapor el micropilo, como en los demás casos, peroel tallito no crece o crece apenas. Es la gérnula,distintamente de 10 que antes pasaba, la que evoluciona desde el principio, debiéndose el nuevotallo, por entero, a su crecimiento. Y, naturalmente, como los cotiledones están sujetos al taIlito, y éste no se alarga, el grano queda allí dondefué sembrado.
El tallo se forma esta vez de un solo trozo porencima de los cotiledones, y es engendrado exclusivamente por la gémula. Se denomina por dicha razón epicotileo. Es el caso de la encina, delcastaño, de todas las gramináceas y de casi todaslas monocotiledóneas.
b) Fenómenos fisiológicos.
Para estudiar la fisiología propia del períodogerminativo, se acostumbra a fijar, algo arbitrariamente, como término de esta fase, la aparición
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de la clorofila en los cotiledones o en las hojitasde la gémula, para evitar la complicación resultante de sumar a dichos procesos las funcionesde la asimilación del carbono y transpiración a laluz: c1orovaporización.
Es evidente que cuando el embrión, al iniciarsela germinación, abandona su periodo de vida latente, se encuentra francamente imposibilitado para nutrirse como lo hacen las plantas, ya quecarece de raíces por donde absorber la savia delsuelo y de hojas verdes capaces de asimilar elanhídrido carbónico del aire. El embrión se nutreexclusivamente, como antes de ahora hemos in- .dicado, de materias alimenticias acumuladas enlos cotiledones o en el albumen y endospermo.
Estas reservas, de naturaleza variable: almidón,cuerpos grasos, granos de aleurona, celulosa, etc.,no pueden ser utilizadas por el protoplasma delembrión mientras no están en la misma fonnaquímica que si hubieran de ser consumidas porlas células animales. Para adquirirla, sufren fenómenos digestivos análogos a los que experimentarían en el tubo digestivo de aquéllos. Fermentosespeciales producidos en las células de los cotiledones o en las del albumen, atacan a las materias nutritivas y las transforman en productos líquidos y asimilables.
Un ejemplo: en los granos a base de almidón-albumen del trigo, cotiledones de las judíasse desarrolla una diastasa: amilasa, que actúa sobre el almidón análogamente a como procede laarnilasa de la saliva o del jugo pancreático, y le
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transforma en azúcar de maltosa por una serie dehidrataciones y desdoblamientos.
Un segundo fermento, la maltasa, obra en seguida sobre el azúcar de maltosa, hidratándoley desdoblándole en azúcar de glucosa, soluble yasimilable por el protoplasma de la célula. Otrosfermentos: pepsina, saponasa, invertina, realizanacciones análogas sobre las reservas nitrogenadas, grasas, azucaradas, etc.
Por su acción los alimentos almacenados en las
m: ~ ~~ IA W W' 'N' n*~~"
A. Semilla con albumen : e, cotiledones; a, albumen;t, tegumento.-B. Semilla sin albumen: e, cotiledones;t, tegumento.s-C. Semilla de almendro: e, cotiledonesvoluminosos, comprendiendo entre ellos el resto delembrión.-D. Semilla de adormidera, donde se apre-
cia el embrión e curvado sobre el albumen.
semillas son licuados y digeridos, penetrando después por osmosis en los tejidos del embrión. Siun mismo grano contiene reservas de diferentenaturaleza, se desarrolla un fermento o diastasaespecial para cada una. Tal ocurre en muchassemillas de leguminosas y de cereales, que poseenal mismo tiempo una cantidad más o menos crecida de aleurona y de almidón.
Es difícil precisar el momento en que acaba lagerminación. Se dice-antes lo hemos expuesto-s-
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que la planta se hace independiente, cuando emitesus primeras hojas verdes, y es capaz de asimilarpor su clorofila. Pero en dicho momento las re-
.1 _ .~_.-o, Semilla de amapola ("Papaver Rhoeas") j b, remi
lla de "Corydalis'"; e, semillas aladas.
servas no están aún completamente agotadas. Elvegetal adquiere una independencia completa deun modo gradual o progresivo, difícil de sorprender y fijar.
LOS ANÁLISIS DE SEMILLAS
<1) Necesidad de una muestra media.
Entre las determinaciones analíticas referentesa las semillas es una de las más importantes-lamás fundamental sin duda-investigar si estospequeños órganos vegetales se hallan en condiciones de convertirse en plantas de modo normal,o sea de realizar prontamente, vigorosamente, lasvarias fases morfológicas y fisiológicas que componen el proceso germinativo.
Para conocer este extremo, e igual si se tratade saber la pureza o de realizar cualquier otradeterminación, es indispensable realizar ensayos.y como esto no podria efectuarse con muestrasgrandes, de peso y volumen considerable, que complicarían extraordinariamente la técnica de la operación e inutilizarían, por otra parte, cantidadapreciable de semillas, surge una primera necesidad: la de formar, lo mejor que se pueda, de 'amanera más perfecta que sea factible, la muestramedia: del producto. Una muestra media, "bien tomada", cuando se trate de recoger una determinada cantidad de semilla del almacén, del barco,del saco donde se encuentra la mercancía, pararemitirla al Laboratorio de análisis,
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y otra segunda formación de muestra media,lo más minuciosa posible, y ya en el referido Laboratorio, para tomar de ella los pocos granos olos contados cientos de granos con que haya deefectuarse el análisis. Por escrupuloso, por preciso que éste sea, no puede indicar otra cosa sinoel valor de la pequeña muestra con que se manipula. Debe, pues, procurarse que ésta respondacon fidelidad, en una u otra de las determinaciones antes citadas, a la naturaleza de la partida ode la muestra que se ha de analizar.
b) Modo de tomor la muestra media.
En la toma de muestras correspondientes a unaexpedición conviene adoptar determinadas precauciones. Así, para pequeños lotes, hasta de tressacos, se tomarán, valiéndose de sondas a propósito, muestras próximamente del mismo peso entres sitios distintos: arriba, en el medio y en elfondo de cada saco. En partidas de más de treintasacos y menos de cincuenta, las "Narmas internacionales de análisis de semillas" aconsejan tomaruna muestra cada cuatro o cinco sacos y siempreen dos de ellos como mínimo. Para cada uno, lastomas se hacen en las tres zonas: superior, mediae inferior, antes expresadas.
En lotes de semillas de trébol, alfalfa y otras,suceptibles de contener granos de cuscuta, se tomarán muestras de todos los sacos, cualquiera quesea su número.
Si las semillas se hallan situadas a granel, en
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cajas, vagones o cua lquie r ot ro envase o depós ito ,se toma la mues t ra con una so nda larga , introducié ndo la en va rios puntos y alturas de l conjunto.
De forma r la muestra dura nte la o peració n (k
Air eaci ón y examen de m ues tras puesta s a germinar.
limpi a mecánica de las sem illas, se retira rán , aintervalos iguales , pequ eñ as cantidades de las quesalgan de la máquina.
.uando el g rano se halla en montones de befo rmarse una mu estra mínima de dos ki los, h aciendo las tomas en quince o veinte sitios di ferent es. tanto en 10 bordes como en el medio delmontón, mezclando éste previam ente 10 me jo r po-
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sible. En algunos casos, como en los de semillasque se sueltan unas de otras difícilmente, la tomase hace con la mano, cogiendo puñados próximamente iguales de distintos sitios del envase.
La cantidad de semilla que en todos los casosse separa es, en general, bastante mayor que laque se exige para una muestra con destino alanálisis. Por esta razón es indispensable su mezclaperfecta antes de constituir el paquete que habráde enviarse al Laboratorio. Cuando se dispone deaparatos mezcladores, se usan a dichos fines.
Los pesos mínimos necesarios para una muestra de envío, varían con la naturaleza de las semillas. Para gramináceas pratenses, trébol blancoe híbrido, coles. lechugas y otras del mismo o aná10R'o tamaño, son suficientes SO gramos.
La cantidad va en aumento con el volumen delas especies. Para las de lino, alfalfa, espinaca.rábanos, etc., bastan 100 gramos; 200 gramos paralas semillas de remolacha y las de judías y p,uisantes de granos pequeños; 400, para judías yguisantes de granos gruesos y cereales en general; 500 R'ramos para maíz, habas, garbanzos, etc
Recibida una muestra en el Laboratorio hay quetomar de ella la cantidad de semilla precisa parala determinación o determinaciones que se pretendan. Esta pequeña muestra de análisis se anarta, bien a mano o. con un buen aparato divisor.En el primer caso, la semilla recibida, muy mezclada previamente, se extiende en una bandeja depoco fondo, formando una capa uniforme, dereducida altura. Luego, con una cucharita apro-
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piada y en diversos sitios de la bandeja-ocho odiez por lo mcnos-i-, se toman pequeñas porcionesde la muestra, hasta reunir la cantidad conveniente. Otro método, llamado de particiones, consiste en extender. la muestra, ya mezclada, sobreuna hoja de papel, repartiéndola en capa regulary dividiéndola en dos mitades con un instrumentoque no corte. Hecho esto, una de las mitades sedivide en dos partes, y se sigue así sucesivamente,hasta quedarse con una cantidad sensiblementeigual a la necesaria para el análisis.
El empleo de aparatos divisores conduce al mismo resultado,
e) La pureza de las semillas.
Siguiendo un orden lógico, cuando con unamuestra de semillas han de realizarse distintasdeterminaciones analíticas, la primera que generalmente se efectúa es la investigación de su pureza.
Son consideradas semillas "puras" las que corresponden a la especie indicada por la etiquetade la muestra. Si en ésta figura, por ejemplo, lasemilla en cuestión como "trébol híbrido", todaslas semillas y restos que no sean de dicho trébolse considerarán impurezas, y asimismo algunas deestas 'semillas de trébol si están rotas, como luegodiremos.
No importa que algunas semillas estén parcialmente dañadas, arrugadas, raquíticas o imperfectamente maduras. Perteneciendo a la especie que
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va a analizarse y siendo capaces de producir gi'rmenes. se consideran como puras.
Así, una semilla a la que falten parte de loscotiledones. se dará como buena si los conserva en
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Fases de la germinación de un grano epigeo, sin albumen: r, raíz principal; t, tallito; e, cotiledón; h, hojas
normales.
más de su mitad. Los pedazos pequeños se estimarán, por el contrario, como materia inerte.
Las semillas sin embrión o las que carecen deuna parte de dicho embrión no tienen valor. Silo que falta es sólo una parte del tegumento,seclasificarán como puras. Las semillas comidas por.insectos se contarán como puras si el daño se hallalocalizado en el albumen o endospermo ; pero si la
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radícula u otra parte del embrión se encuentraatacada, se toman como materia inerte.
IMPUREZAS
Impurezas son las semillas pertenecientes aplantas objeto de cultivo, vegetales cuya concurrencia no puede causar perjuicio apreciable, pero que no pertenecen a la especie o variedad deque se trata
Asimismo se conceptúan impurezas todas lasmaterias inertes.
A saber: las semillas o partes de semillas de laespecie objeto de análisis que, por estar en trozosmuy pequeños, carecen de embrión, o que porhallarse, de otra suerte, muy dañadas, no se" pueden considerar semillas puras.
Las piedras, el polvo, la arena o la tierra, laspartes de raíces, tallos, hojas, inflorescencias; lasglumas y las semillas vacías o vanas de gramináceas; los trozos de semillas extrañas, las semillas sin embrión, las leguminosas sin tegumento,las germinadas, los glomérulos de remolacha vacíos, los insectos muertos o trozos de éstos, lasconchillas, excrementos, granos atacados por parásitos y cuantas materias no sean semilla.
Impurezas son, asimismo, las semillas de malashierbas, entendiendo por tales las de plantas reconocidas como invasoras: esas numerosas especies de la vegetación llamada "espontánea"-algodistinta para cada país-, que roban aire, luz, terreno, agua y alimentos al vegetal que se cultiva.
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Muy de tener en cuenta, entre éstas, son las Semillas de las plantas parásitas-euscuta entre
Gcrrnina do res tipo jacohsen, de apli cación para semillas pequeña s.
otras-, que constit uyen otros tantos serios enemigos para el cultivo.
ti) Dctcrminacum de la pureza.
Para reconocer la pureza de una semilla se e rn- 'pieza por form ar cuidadosam ente , siguiendo lasins trucciones antes expuestas, la llamada "m uestrade análisis". Lu ego se pesa con la mayor exactitud posible una cierta cantidad de dicha mu es-
tra-e-el peso minimo de semillas necesarias parael análisis de pureza varia de 1 a 300 gramos,según la clase de semilla-, y hecha la minuciosapesada, se procede a separar las impurezas delas semillas puras. La operación es lenta y exigetanta paciencia como claro concepto de todas ycada una de las partes que se someten a la observación.
La separación de impurezas se facilita poniendo la pequeña muestra que va a estudiarse sobreun trozo de vidrio, bajo el cual se colocan papeles de distintos colores, según la especie que vayaa analizarse, procurando que ésta destaque delfondo que se la prepara. El operador tendrá queauxiliarse en buen número de casos de una lentede pie.
Una manera recomendable de proceder es situar las semillas objeto del ensayo a la izquierdade dicha placa de vidrio e irlas empujando haciala derecha mediante una espátula apropiada, desuerte que formen las ya vistas, una a modo defaja estrecha. Las impurezas se colocan con laespátula o mediante pinzas a propósito en la partesuperior o en la inferior del cristal, formando loscorrespondientes montoncitos, que deben ser trespor lo menos: uno para las semillas de malas hierbas, otro para las restantes semillas y el terceropara las materias inertes.
Hay casos en que, para facilitar una primeraseparación de impurezas, se usan con resultaddiferentes juegos de cribas o aparatos a base deéstas-el procedimiento es obligado si se trata de
muestras relativamente grandes-, y otros casoshay en que las determinaciones de pureza nopueden hacerse fácilmente a la luz natural, teniendo que recurrir a los aparatos llamados dia[anoscopos, de los que existen varios tipos y donde la observación de las semillas se hace sobre
Distintas fases de la germinación de un grano epígeocon albumen: {J, radícula; b, tallito; e, cotiledones;d, albumen; t, tegumento; g, gémula; h, primeras ho-
jas normales.
una placa de vidrio translúcido fuertemente iluminada por su parte inferior. El empleo de los diafanoscopos está, sobre todo, indicado para la observación de las menudas semillas pratenses, donde hay que comenzar por apreciar si éstas se hallan vanas o no.
En los certificados correspondientes a las "Normas internacionales de análisis", vigentes en
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nuestro país, la determinación de la pureza comprende tres apartados fundamentales: semillaspuras, impurezas inofensivas e impurezas perjudiciales, descomponiéndose el segundo en: las denominadas "materias inertes" y "semillas de otrasplantas cultivadas".
En los análisis de pureza de semillas gruesasno es de aconsejar el empleo de la lupa, porquecausa gran fatiga en la vista. Sin embargo, su usoes preciso cuando se trata de semillas menudas.
Otra manera de operar en la investigación dela pureza es recurrir a los aparatos Dodder construidos para dicho fin. Constan éstos de una pequeña tolva o embudo, donde se coloca la semillacuyas impurezas van a separarse. La semilla saledel embudo en cantidad mayor o menor, que puede regularse, y pasa directamente a una faja deterciopelo negro, giratoria, .que se desliza accionada por una pequeña manivela. Sobre la cintase sitúa una lente de gran aumento que se acercao se separa a voluntad. El operador, sentado antela mesa donde se coloca el aparato, comienza porregular la salida del grano y, esto hecho, muevecon la mano izquierda la manivela.
Una tira más o menos ancha de semillas salede la boca de la tolva y pasa ante los ojos delobservador conducida por la negra cinta de terciopelo. Aquél ve perfectamente, a través de lalente; todas las semillas que, tan despacio comose quiera, pasan ante su vista. Y con unas pinzasque maneja su mano derecha separa, una tras otra,todas las semillas o materias que pueden cons-
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tituir impurezas, y las deposita en otros tantosvidrios de reloj o en cristaliza.lores, debidamenteclasificadas. L¿lS semillas dadas corno buenas SOl)
~~-~, .
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Germinación de un grano hipógeo : t, tcgurneuto ; g,gémula; e, cotiledones; ta, tallito epicotileo,
recogidas en otro recipiente de vidrio, situado enel extremo del aparato, opuesto al embudo, debajo de la terminación de la cinta que gira. Mástarde, cada uno de los grupos de impurezas pueden repasarse de nuevo por si procede algunarectificación de criterio.
Conseguidos, por uno u otro sistema de operar, estos diversos lotes, hay que realizar su pe..sada. Pesada escrupulosa, ya que se trata de can-
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tidades muy pequeñas, base de cálculos para eltotal de la muestra. Se pesa primero el lote lógicamente mayor, el de semillas puras, y luego loscorrespondientes a cada categoría de impurezas.Entre todos deben dar, precisamente, o con muypequeño error, el peso primitivo, y los variospesos de impurezas, el total de impurezas de lamuestra ensayada. Estas se refieren a ciento yse deduce en consecuencia la pureza de la semilla.
Dicha pureza, para la mayoría de las buenassemillas pertenecientes a plantas cultivadas, oscila entre el 80 y el 99 por 100. Los valores másbajos corresponden a gramináceas pratenses, ylos más altos a cereales y leguminosas de grancultivo.
Huelga encarecer la importancia de la purezade las semillas. El agricultor que compra una determinada partida de granos, en el supuesto deno ser engañado respecto de la especie o de lavariedad, puede serlo aún por dos conceptos:uno, porque en el peso de la llamada semillafiguren pocos o muchos kilos de materias, que, enel mejor caso, para nada le sirven, y en muchosle pueden perjudicar; otro, porque las que realmente sean las semillas deseadas no estén encondiciones de germinar. El primer aspecto es elrelativo a la pureza.
El labrador que compra una semilla sucia conelevado tanto por ciento de impurezas, empiezapor pagar más caro que si se tratara de una limpia el kilo de semilla, y se expone también a
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que los granos de otras plantas: cultivadas, de lavegetación espontánea o de parásitas perjudiciales, que figuren en las impurezas, hagan concurrencia a veces desastrosa, a las buenas semillas.Además ocurre que sembrando con estas semillas sucias en la creencia de que no lo son, se
Distintos modelos de lentes empleadas en la observación de las semiJIas y de sus impurezas.
puebla la hectárea de tierra con menor númerode individuos "útiles" del que hace falta; la siembra puede quedar clara y, por tanto, ser la cosecha menos remuneradora que en otros casos.
Es, pues, un dato de importancia, de manifiesto interés, la investigación de la pureza de las semillas.
En cuyo conocimiento, como fácilmente secomprende, caben muchos grados de precisión."Así, hay ocasiones en que sólo se consigna "englobo" el peso correspondiente a impurezas porsemillas de malas hierbas, y otros en que se procede a la clasificación botánica de cada una deéstas, lo que sólo puede hacerse con garantía poniendo a germinar las semillas, si conservan su
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vitalidad, esto es, ensayándolas culturalmentc,para proceder más tarde a la clasificación de laplanta, o también recurriendo a ficheros o muestrarios de semillas que permitan conocer, porcomparación con otras-utilizando el microscopio y procediendo a cortes, preparaciones, etc.,si necesario fuera-, la especie o variedad deque se trata. El empleo en dichos ensayos de losrayos ultravioleta, aplicación muy recientemente iniciada, abre horizontes a esta no sencillacomprobación.
e) El origen de las semillas.
Intimamente relacionada con la clasificación delas impurezas está la determinación del llamado"origen" de las semillas. Sabido es que, segúnsus procedencias, las. semillas tienen muy distinto valor agrícola. No es igual para los nnes delcultivo el origen de una alfalfa o de un trébol ode otra semula cualquiera. Hay lugares donde,por la naturaleza del suelo, las condiciones climatológicas, etc., las semillas dan lugar a plantas de mejor calidad, de mayores rendimientosy más resistentes a factores adversos. Existe también el problema de la aclimatación, dependientedel lugar de origen. Interesa por tanto saber, alo menas presumir con algún fundamento, de dónde vienen las semillas que nos ofrecen. Esto, enla mayoría de los casos, es labor compleja y difícil, que se basa fundamentalmente en la naturaleza de las impurezas. El examen de las par-
tículas minerales. y sobre todo de la semillas deplantas ext rañas, puede ser un acertado cam inopara investig-ar dicho orig-en. Cada pa ís suele te-
Dos mod elos de d ia íanósc opos.
ner su llora espontánea ca racte ríst ica. y dentrode ella especie s de mayor ge ne ralidad y abundancia. A dicho est udio, y asim ismo a un ensayo cultural, en los casos que parezca aconsejable, hayque recurrir para averiguar el origen o procedencia de las semiIlas.
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f) La identidad botánica.
Dichos ensayos culturales son asurusmo poderosos auxiliares, según antes decíamos, para investigar la "identidad botánica" de una semilla.Es corriente, en el capítulo de fraudes, mezclarsemillas caras con otras que se les parecen muchopor su forma y su tamaño, pero de valor agrícola y precio muy inferior a los de aquéllas. Ytambién, dar una por otra, sin molestarse siquiera en hacer la mezcla. En estos casos el ensayocultural, si es factible, puede descubrir el engaño. Pero en muchos otros no cabe aquél o no daesta prueba ninguna luz. LlS semillas base delfraude no germinan porque (1(' antemano se destruyó, artificialmente, su vitalidad o sencillamente porque son viejas, y dicho se está que en talescasos no hay modo de comparar unas y otrasplantas y de apreciar sus diferencias.
Los ficheros de semillas juegan un papel auxiliar de importancia en la investigación de laidentidad botánica. Las Estaciones de ensayos desemillas deben poseer colecciones de muestras 10más amplias posibles y contrastadas oficialmente. La observación a simple vista o con ayuda delmicroscopio de unas u otras semillas permite resolver, en ocasiones, la siempre difícil cuestión.
g) Determitlaci6n del poder germinativo de lassemillas.
Hemos examinado, antes de ahora, las condiciones que necesitan reunirse en la semilla y en
el medio para que se realice normalmente la germinación, y también cómo este fenómeno se verifica según las clases de semillas. Queda por tratar únicamente la manera de efectuar los ensayos.
La determinación del poder germinativo debehacerse con semillas puras, esto es, apartadaspreviamente como tales en un análisis de pureza. Si éste no se hizo, bastará elegir las semillas,cuidando de no contar como tales a los cuerposextraños. Al separarlas se cogerán, indistintamente, las llenas y las arrugadas, las grandes ylas pequeñas, las de una y otra coloración. Es decir, que después de bien mezcladas las semillasentre las cuales se han de apartar las precisas para realizar el ensayo, se tomarán éstas tal comose presentan a la mano, que, provista de unas pinzas, las va cogiendo. De otro modo, si, por ejemplo, se apartasen las semillas mayores y las demejor aspecto, se iría realizando una clasificación o elección, y claro que el resultado del ensayo no respondería a la realidad de la muestra.Como tampoco respondería si se eligieran premeditadamente las peores.
La determinación del poder germinativc deuna semilla puede hacerla el agricultor de fácilmanera. Bastará que cuente un centenar de semillas y las pO,nga sobre un plato en cuyo fondo sehaya colocado una capa de algodón en rama, untrozo de bayeta o de papel celulosa, tierra o arena humedecida, etc., etc. Las semillas deben quedar un tanto hundidas, esto es, bien en contacto
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con dicho medio, para que las llegue fácilmentela humedad, que no conviene que sea excesiva.Puesto el plato o recipiente en la cocina de lacasa o en otro lugar abrigado, procurando que latemperatura se acerque 10 más posible a los veinte grados, a los diez o doce días se puede dar, engeneral, como terminado el ensayo y deducir ensu vista, contando los granos que emitieron sucorrespondiente radícula y tallito, y, por otro
A
A. Germinación de un grano sano y normal.-B y C.Germinación de granos viejos o enfermos
lado, los que se hincharon únicamente o ni estohicieron, qué tanto por ciento está en condiciones de dar lugar a plantas.
Si, por ejemplo, de 200 granos apartados hangerminado 174, dicho se está que el poder germinativo de la semilla es, aproximadamente, del87 por lOO, o sea, y todavía más claro, que decada 100 semillas de aquella muestra sólo 87 están en condiciones de producir seres nuevos.
Para que esta aproximación sea mucho mayor
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que procediendo del modo indicado, los Laboratorios de las Estaciones de ensayo de semillasadoptan tina larga serie de precauciones. que sefijan en las correspondientes Normas oficiales delanálisis. Así, en todos los casos, se recomienda tomar como mínimo 4()O semillas, que se apartanconforme se ha dicho. sin escogerlas, y que suelen ponerse en cuatro germinadores de 100 gramos cada una, lo suficientemente espaciadas paraque no queden en contacto durante el procesogerminativo. A fin de lograr su reparto uniformesobre el "substratum" o medio de germinación,hay marcadores y aparatos especiales que cumplen perfectamente su cometido. Se presume undefecto de uniformidad en las condiciones de germinación y se realiza, en consecuencia, un segundo ensayo cuando existe entre los resultadosde dos o más germinadores una diferencia superior al 10 por 100 para aquellas semillas de facultad germinativa del 80 por 100 como mínimo,y a 15 por 100, para granos de facultad germinativa de 79 por 100 como máximo. Debe cuidarse en el ensayo de que la humedad no seaexcesiva, para que no se haga muy difícil el acceso del aire a las semillas. Algunas especies, lasde remolacha y pimiento entre otras, son muysensibles a esta abundancia de humedad.
La velocidad de evaporación del agua del germinador depende, en su mayor parte, de la humedad de la atmósfera en que se realiza el ensayo. Para evitar la rápida desecación del "substraturn", se colocan en el interior de los termos-
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tatos o estufas de germinaclOn, a que luego nosreferiremos, bandejas u otros recipientes llenosde agua.
La observación de las temperaturas, según lasespecies, es uno de los cuidados más esencialespara el éxito oc los ensayos de germinación. Nohace falta sostener una temperatura fija en lascondiciones artificiales en que aquéllos se realizan-no olvidemos que la temperatura varía enlas condiciones naturales de las siembras y delos cu1tivos-, pero aquélla debe mantenersedentro de ciertos límites en relación con la naturaleza de las semillas.
Una temperatura casi constante de 1.5 a 18-20
grados, o sea la temperatura corriente en el interior de las habitaciones, es la adecuada paraaquellas semillas cuya germinación se sabe quese retrasa para temperaturas superiores a 20 grados. Hay especies que requieren, por el contrario, temperaturas bajas, de 10 a 12 grados, yotras que van perfectamente con temperaturasalternadas: una de 18-20 grados, dsrante dieciocho horas, y otras de 25-30 grados, durante lasseis horas restantes.
Las semillas germinadas deben contarse y retirarse de los germinadores en determinadas fechas, distintas' según las especies. Por lo general, el primer conteo de gérmenes se realiza entrelos tres y siete días, y el último entre los doce ycatorce. Hay semillas de rápida germinación, para que a los seis o siete días puede darse porterminado el ensayo. Para otras, en cambio,
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debe esperarse hasta pasadas veintiocho y treinta fechas; esto en el supuesto de referirnos a
Gcrminador Stainer.
semillas agrícolas. Las semillas forestales son mucho más lentas en germinar.
Modos de octiuar el proceso qcrmonatiuo en lassemillas.
A veces conviene, por causas diversas, activarel proceso germinativo de las semillas. Entre lostratamientos recomendables figuran como másadmitidos el baño o el enfriamiento previo, ladesecación, las incisiones, la acción de la luz ylos tratamientos químicos.
Las semillas de algunas especies necesitan para germinar tal cantidad de agua, que el medio
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en que corrientemente se las silúa 110 proporcIOna toda la necesaria.
EII estos casos se recomienda poner previamente a remojo las semillas-de veinticuatro acuarenta y ocho horas-, debiendo cuidar de queel tiempo de la imersión no perjudique al proceso germinativo y, asimismo, de que la temperatura del agua no exceda de la habitual del ensayo.
A otras semillas, de cosecha reciente, es ventajoso mantenerlas en los primeros días del ensayo a unos 10 grados de temperatura. conservándolas los restantes a la temperatura habitual.Para que germinen ciertas semillas es indispensable someterlas secas al frío durante algunosdías antes de llevarlas a la estufa de germinación.
La madurez de las semillas recientemente recolectadas puede acelerarse de modo notable porla desecación hasta su grado normal de humedad.Se recomienda con tal objeto una temperaturaque no pase de 40 grados centigrados, coincidente con una buena aireación, bastando cinco díasen estas condiciones para que desaparezcan delas semillas las causas que motivan su retrasogerminativo.
Asimismo, para activar la germinación de semillas que no estén completamente maduras, seadmite, y es práctica muy extendida, hacerles unaincisión pequeña o seccionar la extremidad opuesta al embrión.
Muchas especies germinan más de prisa y en
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proporción más elevadas si están expuestas a laluz. La germinación para tales casos puede realizarse a insolación directa, a la luz difusa-estu fa o termostato colocado a la luz del día-o porel alumbrado artificial. En todos los casos es IllUY
importante que tengan las semillas, durante dicha exposición a la luz, la temperatura conveniente.
h) Aparatos empleados en la anterior determinación.
En las determinaciones del poder germinativo,los aparatos empleados varían con la naturalezadel operador y las circunstancias de las muestras.
Los medios de germinación más sencillos, ypor lo tanto más corrientemente empleados, sonlos siguientes:
Si se trata de semillas pequeñas, se utiliza elpapel de filtro o de celulosa, bien colocando aquéllas-si son muy pequeñas-directamente sobrerodajas o pequeños trozos de dicho papel, o encerrándolas en bolsas o sobres del mencionadomaterial, construídas y dobladas de distintas' maneras. Estas bolsas se humedecen y sitúan, bienen grandes vasos de vidrio, debidamente preparados, o en platos de loza, etc., etc.
Los referidos vasos suelen ser cilindros, de altura comprendida entre 20 Ó 30 centímetros, yde 10 a 15 centímetros de diámetro. En su fondose ponen una o varias rodajas, humedecidas, depapel de filtro, y las paredes se forran asimismo
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etc este pap el. Sobre ellas, y en zIgzag . por paquetes de cua tro o cinco, se van disponiendo lasbolsas de ja ndo espac ios para que circ ule bien elaire , y cubr iéndolo todo con otras rodajas dclmismo papel hu medecido, más un trozo de algodón en rama, que cier ra el va o y que contribu-
Platos con arena calci nada empleados en la germinación d c sem illas g-ru esas.
ye a mantene r la humedad . Las bolsas deberánma rcarse con indi cacion es rela tivas a la fecha delensayo y la cifra qu e co rresponda a su anota ciónen el cor respondiente libro-registro. Para mojarlas se introducen sus dos tercer as partes en aguatemplada, invirtiendo luego la posición, para queel resto se humedezca. Las rodajas y tiras que se
ponen corno fondos, tapas y paredes del vaso, sehumedecen de modo análogo,
También se emplean para semillas pequeñaspocillos ° recipientes de porcelana porosa o detierra cocida-i-germinadores Nobbe, Stainer, etcétera-i-, rodeados de agua o de arena húmeda.La ventaja de este sistema sobre la mayoría delos ensayos efectuados con bolsas de papel defiltro consiste en que el grado de humedad se mantiene así de una manera más. regular, sin intervenciones extrañas. El éxito depende, en mucho, de la porosidad del germinador, debiendo piocurar con los oportunos raspados y una estrterada limpieza que aquélla no se pierda.
Para semillas gruesas se emplean tiras de papel secante, dobladas por sus bordes de modo queal montarse hagan cierre, y arrolladas sobre síluego de puestas las semillas. Si éstas son de cierto volumen necesitan más humedad, lo que seconsigue con este modo de proceder. Los "rollos"de semíllas en germinación se depositan en vasijas, de modo análogo al indicado anteriormentepara las bolsas.
Con frecuencia ofrece ventajas en las determinaciones del poder germinativo de las semillasel empleo de tierra o arena puesta en platos deloza u otros recipientes, que pueden llegar a serhasta de cartón. En dicho "substraturn" la humedad se distribuye uniformemente, y el desarrollo de los hongos-peligro de las germinaciones, más de temer si se trata de semillas viejasse atenúa notablemente. Debe emplearse arena
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de río bien lavada y calcinada o una tierra arellosa esterilizada.
Los platos, muy empleados para el ensayo desemillas gruesas, serán de loza o de cristal, de undiámetro medio de 22 centímetros y de una altura aproximada de S centímetros. Se llenan hastacerca del borde con la arena o tierra destinada adicho objeto, y se cubren, una vez puestas en elloslas semillas, con discos de vidrio ordinario, paraatenuar la evaporación. Tanto para colocar lassemillas equidistantes como para hacer rápidamente las cavidades donde emplazarlas, se emplean marcadores formados por un platillo demadera que lleva en una de sus caras una asa y,por la opuesta, cien clavos de cabeza cónica delos que sólo asoma esta última, dispuestos demodo que la presión del ma rcaelor sobre la arena produzca fácilmente los huecos donde se sitúan las semillas. Los granos relativamente pequeños, dentro del volumen para que se empleanestos germinadores, no deben quedar cubiertos deltodo, sino un tanto hundidos en la arena. Lassimientes algo mayores se dejarán ligeramentecubiertas.
Como aparatos especiales, muy empleados enlos Laboratorios consagrados al análisis de lassemillas, deben mencionarse los germinadores concampanas de vidrio y las estufas de germinacióno termostatos.
El germinador de campanas de vidrio, indicado para semillas menudas, consiste, en primertérmino, en un depósito de cobre de doble pared
destinado al agua, que encaja en el soporte general del aparato; en su borde se apoyan diversos listones de vidrio grueso, convenientemente espaciados, llamados a servir de sostén a lospequeños gerrninadores. Cada uno de éstos consta: de una especie de platillo de vidrio O pequeño cristalizador, de unos ocho centímetros de diámetro, taladrado en su centro, y de una campanatubulada, también de vidrio, que cubre aquél, evitando rápidas pérdidas de humedad.
Sobre el fondo del expresado platillo se colocauna rodaja o disco de "crochet", tejida con hilo
Germinador "de Nobbe".
de algodón absorbente, de cuyo centro parte unalarga mecha del mismo hilo, que pasa por elorificio del platillo y se sumerge en el depósitopara el agua.
Encima de la expresada rodaja se colocan unao dos más, de papel celulosa, destinadas a recibirlas semillas. El líquido sube por la mecha, se extiende por el tejido y el papel que cubren el fondo del platillo y llega a las semillas. En algunasEstaciones de ensayo de semillas se substituyen lasrodajas y mechas de algodón por redondeles y ti-
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Germinado r Copenhague, de campanas de vidrio.
ras de papel celulosa, 10 que evita el tene r quedesinfectar con fre cuencia dichos útil es.
En estos germinadores, entre los que figura como principal el jacobsen , empleándos e mu chotambién el de Copenhague, muy análogo, no hayque preocuparse de facilitar a las semillas humedad .
Para atender, asimismo, a la temperatura, vanprovistos de un termostato para gas o electr icidad,que procura los necesarios grados al agua deldepósito y al recipiente en genera1.
Otro tipo de aparato, empleado para germinaciones a la obscuridad o a la luz difusa , es el termostato cerrado o estu fa de germinación. Dichoaparato se compone de una ca ja espaciosa dedobles paredes, protegida contra las variacionesde temperatura por capas de air e interpuesto, tabiques a base de amianto, corcho impregnado de
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algún producto aislante, etc., etc. Dicha caja tienevarios pisos, que permiten el libre paso del aire,y sobre ellos se colocan los platos u otros recipientes con las semillas en ensayo. Generalmentese regula por la electricidad la temperatura interior de dichas estufas.
Para renovar la atmósfera de los granos engerminación deben abrirse a diario las estufas ylevantar las campanas de los germinadores tipos]acobsen una vez al día, por lo menos. Si las
a, Platillo; b, campana, y e, rodaja de "crochet", conmecha absorbente, de un germinador de campanas.
semillas se hallan en platos o dentro de bolsas,se alzarán también diariamente las cubiertas deaquéllos y se abrirán las bolsas, tendiendo al expresado fin. No hay para qué añadir que en todoslos casos es preciso que la humedad no desaparezca, y si esto no. se consigue de modo automático, se procurará, regando la arena de losplatos por el borde de éstos, o humedeciendo el
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papel de filtro de las bolsas o de las vasijas dondese pongan éstas.
Al pasar )05 datos de germinación al libro-registro se contarán por separado los granos germinados, los no germinados, pero sanos y enteros,y los hinchados y podridos. De los segundos, denominados "semillas duras", nos ocuparemos másadelante.
DETEIUUNAClÓN DE LA CUSCUTA
a) Características de la semilla y de la planta.
Entre las investigaciones más minuciosas deLaboratorio, relativas al análisis de semillas, figura la correspondiente a la cuscuta.
La cuscuta es, probablemente, la planta parásita fanerogama que causa más daños al cultivo.Sus diversas variedades pueden vivir sobre grannúmero de plantas: tréboles, loto, vezas, cáñamo,lino, hasta en determinadas gramináceas, pero enel trébol, sobre todo en la alfalfa, es donde eldaño es más corriente y también donde es mássensible.
La cuscuta, conocida por diversos nombres vulgares: "cabellos de Venus", "barba de monje ocapuchino", etc., es una planta privada casi porcompleto de clorofila, que vive parásita sobre lostallos y elementos aéreos de los vegetales a queataca.
Los granos de cuscuta, salvo en variedades excepcionales, son muy pequeños (1), de forma máso menos redondeada u ovoidea y de coloraciones
(1) Los granos de cuseuta tienen de 5,50 a 8 diezmilímetros de eje mayor pa ra las especies de semillaspequeñas y de ,,!O a 1,'5 milímetros para la cuscutagruesa.
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varias. generalmente obscuras, pardorrojizas, algoamarillentas en ocasiones. Su embrión forma uncuerpo filiforme, sin cotiledones, que se retuerceen espiral alrededor de un albumen carnoso.
Las semillas de cuscuta pueden estar muchotiempo "sin mover", como vulgarmente se dice,
Ramo de alfalfa atacado por la cuscuta, En el grabado pueden apreciarse los tallos y flores de la pxrásita.
esto es, sin germinar, hasta que se reúnan en elterreno las condiciones de humedad, temperaturay aireación precisas para ello. Asimismo-e-y ellocontribuye también a la difusión de la plagaatraviesa el grano de cuscuta los órganos digestivos de los animales, sin resentirse en lo másmínimo su facultad germinativa. Si la plantita
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recten nacida del grano de cuscuta tropieza apoco, en los movimientos de nutación que realizael tallo, con un soporte o tutor vegetal a propósito, se aplica a él con fuerza, se arrolla en espiral e introduce en la planta hospitalaria sus chupadores, unas pequeñas prominencias en formacónica que. penetrando en los tejidos de la plantaatacada, absorben sus jugos y llegan a causar sumuerte. La afinidad de la cuscuta por una especiedada está ligada a la cantidad de materias absorbibles útiles, especialmente glucosa, que la referida planta posee (1).
(1) El género cuscuto, que compone para algunos botánicos una familia, Cuseutdceas, cuenta con más de 70especies parásitas sobre diversas plantas. Están, entreaquéllas, en España, la Cuscuta Epilmum, llamada "podagra" de flores blancas, parásita sobre el lino; la Cuseuta EfWopea, "Cabellos de Venus", de flores rosadas, queinvade vegetales diversos, y la Cuscata Epithymum, susceptible de vivir parásita sobre lotos, alfalfas, tréboles,veza, esparto, tomillo, etc., etc. Esta especie, que se encuentra en todas nuestras regiones, produce grandes daños. Entre las razas que presenta es interesante la Cuscata trifoli, que ataca al trébol y a la alfalfa, y que sedistingue de la Epithyml/ln por sus tallos más vigorosos, blancoamarillentos-aquélla los tiene rojizos-, y porsus flores grandes y pálidas reunidas en más nutridasinflorescencias.
También merecen citarse, por ser frecuentes en lasmezclas procedentes del extranjero, la Cuscuta suoueolens, originaria de América del Sur y parásita de la alfalfa cultivada.
Dicha Cuscuta, y 10 mismo las C. rocemosa, C. Gronoxi y otras especies americanas, difieren de las especies indígenas por el mayor tamaño de las semillas.
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Fijada la cuscuta al vegetal que ha de alimenrarla se desarrolla rápidamente, ernijiendo talloslargos, muy delgados y débiles, de tono amarillento o rosado. Y crece tan de prisa, que en pocotiempo constituye alrededor de cada foco de invasión una extensa mancha donde los tallos, ramos y hojas de la planta cultivada se ven envueltos por una verdadera maraña de filamentos quecada día que transcurre aumenta su radio y abarca una extensión mayor. Si al segar el forraje, opor cualquier otra faena, se transportan trozos detallos de cuscuta a un sitio sano, aquéllos reproducen la plaga. emitiendo rápidos los correspondientes chupadores en las zoms donde se realizael contacto.
La floración de la cuscuta tiene lugar durantelos meses de verano. Las flores, de reducido tamaño, son regulares, tetrámeras o pentámeras, desépalos libres, corolas blancas o ligeramente rosadas, estambres soldados con la corola y pistilo dedos carpelos biovulados, disponiéndose en pequeños capítulos o espiguillas. El fruto es una cajao cápsula de dos cavidades. que se abre transversa1mente-pixidio-en la generalidad de los casos, y otras veces por desgarraduras irregularesque nacen de uno de sus extremos. La cuscutaproduce también pequeños tubérculos, que poseenla poco grata propiedad de multiplicarla.
El desarrollo de la cúscuta es muy rápido durante los meses estivales, estimándose que unsolo pie basta para destruir cuantas plantas de
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alfalia o trébol le rodea n, en un radio de daso t res metros.
Todas las particularidades que vam os citandorelativas ;1 esta planta ha cen ver la dificultad decombatir la con éx ito y de ext irpa rla totalment e .
Sus dafios son . po r ot ra pa rt e, tan g randes, qu e
Semilla ele alfa lfa, limpia de impurezas.
no debe olvid arse ningún cuidado ni despreciarseninguna precaución qu e contribuya a evitarla.
La técnica acon sej a diversas medidas y tratamientos para precaver y combatir los efectos dela cuscuta, Figuran entre el los : evitar los estiércoles de animales a limentados con forrajes in fectados de dicha parásita; segar aparte los corrosinvadidos y mete r en s ces lo segado pa ra lleva rlo a quemar lejos del cult ivo : pu lverizar la s ma n-
- Si -
ehas invadidas, después de bien segado y ret irado el forraje, con di solu ciones de sulf ato dehierro del lO al 20 por 100 ; qu ema r paja decereales roc iada de gasolina o pet róleo, en loscorros recién segados ; exte nder sobre las rnan -
Granos de al fal fa - mezclados con semillas de cuscuta gruesa y de cuscuta finao pequeña . (El aum en to es tá comprendido enti e 16 y20 veces el tamafio natu -
ral.)
Semillas de trébol, enuni ón de otras de cuscutag r uesa y pequeña. (E l mismo aument o del g rabado
anterior.)
chas sulfato de potasa a fuertes dosis, etc., etc.El detalle de cada uno de estos tratamientos alargaría ex traordina riamente nuestro trabajo y nosdesviaría de nu estro principal propósito de llamaruna vez más la at ención sobre esta parásita. Lacreación de un alfal far, por ejemplo, supone nosólo mu cho tiempo invertido en nive laciones ydemás labor es de preparación del terreno, sino importantes gastos de instalación; el cultivo puede
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durar . según las regio nes }' otros fac to res, decinco a doce años, v es ve rdade ra mente lamentable que. por falta 'de precauciones en la adqui sición de la semilla o por ot ros descuidos, al segundo () tercer añu esté in vadid o el alfa lfar porla cuscuta , y haya necesidad de rot ura rlo.
b) Separocion 111 ecénica de la cuscuto.
Por ello, eS de una importancia exce pcional lagar ant ía de la semi lla; ad quirir ésta de establecimie ntos qu e dispongan de máquinas adecua da s
Dcscu scutad ora con aspir ador para la eliminación decuscu ta, Los modelos de mayor acción pued en limpiar
de 200 ;l 300 kilos de semilla por hora.
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para la eliminación de la cusc uta y que ofrezcala alfa lfa descusc utada,
La separac ión de los granos de alfalfa y decuscuta puede hacerse de varios mo dos. Es unofrota r la muestra, poco a poco, en tre te las burdas y gruesas . para romper las cápsulas de cuscuta y poder luego, mediant e un cribado a mano,con cribas de mallas especiales, elimina r sus se-
Descuscutado ra para alfalfa, tréboles y otras legumi nosas forraj eras.
millas . Pero el de mayor es rendimientos, el um coque cabe ap lica r cuando se trata de pequeñascantidades de alfalfa es el empleo de máquinasdescuscutado ras accionadas a mano o, mejo r, mediante un motor. La indu stria las const ruye devarios modelos, alguno muy simplifi cados y otrosde gra ndes rendimientos.
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r) 1<crollocilllicllto de /(1 cuscuta.
I'ara la determinación de la cusc uta en los La boraiorios se examina un peso (le [ 00 gramos desemilla en el caso del trébol violeta o ro jo, de laalfal ía v de otras semil las legumin osas de l mismotamaño', y de 50 gra mos para el trébol hibrido() el t rébol blanco ,
L os cer ti ficados oficiales de análisis tien en siem -
Otro modelo de descuscutadora, ya instalado y en di sposición de funci onar.
pre un rengl ón que dice : "Número de granos decuscut a por kilogramo." Las tolerancias relativasa la presencia de la cuscuta , para dar en su virtud una muestra por limpia o cuscutada, . variansegún los países, debiendo indi carse en los ref eridos certifi cados el límit e admitido ; por eje mplo:semilla descuscuta da con to lera ncia de cinco gra nos po r kilo.
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Suele mencionarse en los Boletines de análisissi la cuscuta es gruesa o pequeña. Para verlo secriba la muestra por un tamiz cuyos orificios tengan un milímetro de diámetro. La cuscuta quepasa por estas cribas se considera como pequeña.y la que queda en el tamiz, como gruesa. LosLaboratorios deben tener muestrarios, lo máscompletos que sea posible, de variedades de cuscuta, para llegar mejor a su identificación.
En resumen: la cuscuta casi siempre llega alcultivo mezclada con la semilla de alfalfa. Y existiendo medios expeditos de reconocer la presencia de esta parásita y máquinas descuscutadorasal alcance de cualquier comerciante de granos, nohay motivo que justifique el empleo de semillassucias, portadoras de la temible plaga. El comercio debe ofrecer la semilla de alfalfa con plenagarantía de que va sin cuscuta, y el agricultorque no compre en comercios Que ofrezcan libre decuscuta la mercancía, cuidará, antes de sembrar,de tomar una muestra y enviarla a un Laboratorio de análisis. Las consecuencias, muy difícilmente remediables, que puede producir un descuido bien valen estas precauciones.
SEMILLAS DURAS
Todas las semillas no observan, ni mucho menos, la misma rapidez para germinar. Algunas,como las de alfalfa y otras leguminosas, determinados cereales, etc., son rapidísimas; a las cua-.renta y ocho horas del ensayo gran parte de ellasmuestra al exterior su pequeña radícula. Otras,en cambio, observan una lentitud desesperante.Pasan ocho, quince, veinte o más días, en condiciones de medio las más propicias para que secumpla el proceso germinativo y ni se hinchano abultan, ni se pudren. Están como si se hubieran puesto allí la víspera. Se trata de las rlamadas "semillas duras", cuya cubierta o tegumento resulta, por cutinización, o por incrustación de determinadas materias, o por hallarse revestidas de una capa cérea, o por otra causa, impermeable al agua. No siempre todas las semillasde un lote perteneciente a una determinada especie presentan estas condiciones de dureza. Haycasos (el trébol violeta, por ejemplo) donde untanto por ciento elevado de la semilla no germina aunque tengan los granos el mejor aspectoy dispongan de temperatura y humedad adecuada. Si a estas semillas se las sumerge en aguadurante varios días, ni el color violeta ni su vo-
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lumen se modifican. No cabe duda que es la impermeabilidad de la capa superficial del tegumentoel motivo de dicha inercia. En efecto, si pinchamos ligeramente algunos granos con la punta deuna aguja o un útil análogo, es decir, si abrimosun portillo al agua, el grano se abulta rápidamente, germinando pronto si encuentra las condiciones de medio tantas veces citadas.
Toda semilla necesita, como sabemos, absorbercierta cantidad de agua para germinar en buenascondiciones, cantidad próxima al 43 por 100 enpeso. Según la permeabilidad de la cubierta, aquélla pasa en más o menos tiempo, y conviene queel fenómeno se realice de manera uniforme, sihemos de lograr la debida simultaneidad de germinación.
Cuantas personas se ocupan de cultivos sabenbien el perj uicio que en el desarrollo de las siembras origina una escalonada aparición de las semillas. En la lucha por la vida que se establece.llevan notoria ventaja las plantas de más precoznacimiento. Sus más fuertes raíces y largos tallosaprovechan los elementos del suelo y del aire enmás favorables condiciones y acentúan--euandonada tiende a igualar el desarrollo-e-la diferenciainicial.
En algunas semillas (ciertas coníferas, cuscuia,Anogollis, mercurial, Lathyrus, trébol rojo, zulla,Melilotus, Acacia, Robinia, Ceratonia, Gledischia,plantas productoras de caucho, etc.) la dureza detodos o buena parte de los granos es tan marcada,que ha obligado a pensar en tratamientos espe-
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ciaJes de estas semillas para asegurar la germinación. Lu mismo ocurre en otras que se siembran rodeadas de parte del iruto: el endocarpio.Los llamados vulgarmente "huesos" de aceituna,debido precisamente a la impermeabilidad de lareferida cubierta, son de lenta y reducida germinación, y es preciso recurrir a procedimientos especiales para activarla y aumentarla.
Una de las dificultades de extirpar pronto lasmalas hierbas que invaden las tierras de cultivoestriba en esa dureza de tegumentos que las permite conservarse en el suelo un año y otro sinalteración alguna, hasta que encuentran un momento o fenómeno propicio a su germinación.Por limpio que esté el barbecho o los sembrados,siempre quedarán en el suelo esas semillas durasesperando la ocasión extraordinaria que debe convertirlas en plantas.
Procedimientos empleados para favorecer sugerminación.
Para facilitar la absorción de agua por las semillas se recurre a procedimientos mecánicos, físicos y químicos.
Figuran entre los primeros el limado parcialde la semilla o del endocarpio que la envuelve, oseccionarla en una mínima parte en zona siemprealejada del embrión. Esto sólo puede tener aplicación práctica con semillas relativamente gruesas. Hemos hecho algunas observaciones sobre elparticular con semillas de pino marítimo. Sin
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tratar, necesitaron cerca de tres meses para germinar el 82 por 100. Limado ligeramente uno delos extremos del tegumento, se consiguió dichotanto por ciento en veinticinco días.
Otro modo de operar mecánicamente es mezclar las semillas duras con arena cuarzosa, agitando el conjunto. Las aristas vivas de la arenarayan y hieren el tegumento y dan paso al agua,que, al hinchar el grano, acaba por rasgar aquél.Hay aparatos especiales para conseguir dicho batido o mezcla. También se recurre a cajas :j depósitos rotatorios, cuya superficie interna--en sustitución de la mezcla con arena antes citada-seforra de papel de lija; y asimismo se empleanmolinos regulados de forma que las muelas rompan o quebranten la cubierta sin llegar el dañoa la almendra.
Estos tratamientos mecánicos tienen, en general, el defecto de la falta de uniformidad enlos resultados producidos. En algunos granos, elrozamiento puede originar heridas profundas, quesupongan lesiones del embrión, mientras que otrosescaparán sin haber sufrido acción alguna. Porotra parte, según donde se realice la herida, éstatendrá mayor o menor importancia. El tegumentono es un elemento de resistencia uniforme. Suespesor varía con la forma y curvatura del granoy en él existe una zona que podemos llamar débil, el micropilo, de cutinización más imperfectay donde la desgarradura o lesión producida enla semilla puede alcanzar mayor importancia.Quiere esto decir, en resumen, que los tratarnien-
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tos mecarucos no llegan a todos los granos nihacen en todos la herida que justamente necesitan, pudiendo fallar por defecto o exceso. Tienen,en cambio, la ventaja de la relativa rapidez delprocedimiento, salvo si se trata del limado o seccionamiento individual de las semillas.
Los procedimientos físicos se reducen, casi exclusivamente, a la inmersión de las semillas enagua más o menos caliente, con 10 que al aumentodel poder penetrante del líquido se une, con laconsiguiente ventaja, la distensión de los tegumentos.
El tratamiento por el agua caliente resulta eficaz e inofensivo siempre que se realice en lasadecuadas condiciones y con las precauciones debidas. Los peligros consisten, bien en sobrepasarla temperatura a la cual pierde la semilla-poralteración de sus diastasas-la facultad germinativa, o en que se desequen los granos humedecidos una vez iniciada su germinación. Esta paradapor falta de humedad puede suspender en absoluto la evolución del grano en planta.
Ciertas veces, por el simple hecho de que lassemillas necesiten embeber, para germinar, mucha agua que el substratum no puede fácilmentefacilitarles, se ponen aquéllas previamente a remojo antes de situarlas en los germinadores, cuidando, claro está, de que el tiempo de la inmersiónno perjudique al proceso germinativo y, asimismo,de que la temperatura del agua no pase de lahabitual en que se realice el ensayo. Esta práctica,que suele llamarse "baño previo", no se refiere,
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como se deduce de lo expuesto, a semillas duras,sino a semillas necesitadas de mucha agua paragerminar.
Tratamiento para semillas duras será sumergirsemillas, de zulla, por ejemplo, en agua hirviendopor un determinado número de minutos. La duración debe calcularse por ensayos previos conpequeños lotes de semillas. Algunas simientes resilten, sin alteración, el agua hirviendo durantemás de una hora. Con otras no debe llegarse, nicon mucho, a esta elevada temperatura.
Los tratamientos de orden químico ensayadosfueron muchos. Puede decirse que se probarontodas las substacias disolventes o dislacerantes deltegumento, y que en los ensayos, de que hacemosgracia al lector, triunfaron los agentes ácidos sobre los alcalinos. Aquéllos presentan la ventajade que caso de alcanzar a las reservas, por excesode contacto, no precipitan las diastasas, cuerpos,en cambio, coagulables por los alcalinos.
Desde los ensayos de Love Harry y LeigthyClide, de la Universidad de Cornell-Estados Unidos-, el ácido sulfúrico es el más empleado conlas semillas duras. La Estación Central de Ensayode Semillas, sita en la Moncloa, realizó en 1921-22muy interesantes experiencias con este ácido ensemillas de algarrobo y de acacia. Dicho trabajo,llevado escrupulosamente por un ilustre ingenieroagrónomo, don Enrique Giménez Girón, puso demanifiesto la acción favorable del ácido sulfúricoconcentrado en la germinación de las semillasduras.
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Volviendo a los análisis de semillas, es frecuente, como antes apuntábamos, que ciertas leguminosas, tréboles y alfalfas entre otras, que nodeben ser consideradas CO!nO semillas duras, yaque la mayoría no lo son, presenten, 'sin embargo,un determinado tanto por ciento de semillas deese carácter, granos que, cuando los demás delgerminador o son ya pequeñas plantitas o se hanpodrido, continúan, por su volumenvcolor; dureza, etc., como el primer día. Si estos granos,que al acabar plazo del ensayo "no han movido",se cuentan como no germinados, como granossin valor, es evidente que se comete cierto error,toda vez que lo probable es que, llevados al te- ,rreno, y al cabo de un tiempo variable, la mayo- i
ría sean nlantas. Por eso, en los Boletines internacionales de análisis, al referirse al poder germinativo de las semillas, se suelen hacer tres apartados: uno, el de las semillas germinadas en tantosdías-los que correspondan a la clase de semi11a-, que es el que fija el poder germinativo; otro,el de semillas sin valor, podridas, etc., y un tercero, correspondiente a semillas duras. Estas son,ciertamente, la esperanza de que el poder germinativo obtenido pueda, por su concurso, elevarse.
y 10 que también suele hacerse en los análisises dar como buenas, esto es, como' germinadas,una mitad o una tercera parte de las semillasduras de ciertas especies botánicas.
VALOR REAL DE LAS SEMILLAS
La pureza y el valor germinativo de las semillas, considerados aisladamente, no dan sino unaidea incompleta de la calidad del producto. Unasimiente pura, limpia, puede germinar mal, y unabuena germinación no implica pureza. Lo que enrealidad vale una semilla depende, a la vez, desu limpieza y del grado de germinación; de siestá o no sucia y de si germina mal o bien. Laconsideración de ambos aspectos es lo que se denomina ualar real o valor cultural. El valor realde toda semilla expresa el tanto por ciento, enpeso, de granos germinables. Se calcula multiplicando la pureza por el poder germinativo y dividiendo el resultado por 100. Es decir, que si lapureza de una semilla es de R2 por 100 y 95 por100 su poder germinativo, su valor real vendrádado por la sencilla fórmula:
82 X 95v
100
Para que esta cifra represente, sin salvedades,el valor agrícola de la semilla, tiene que ocurrir
que entre las impurezas observadas no existaninguna perjudicial: cuscuta, etc.
En los Boletines de análisis figura, como unade las determinaciones, el valor real de la muestra.
PESO DE LAS SEMILLAS
Otro apartado interesante es el peso. Las se:'millas de más peso tienen, en general, un embriónde mayor vigor y desarrollo que las menudas yligeras y también más abundantes reservas, condiciones ambas propicias para conseguir individuos fuertes y robustos. Entre dos semillas dela misma variedad, será, por tanto, más recomendable la más pesada. El empleo de semillas debuen peso constituye uno de los métodos de mejora al alcance de los agricultores. Las cribas limpiadoras o clasificadoras, llamadas también conalguna impropiedad "seleccionadoras" y a las queluego nos referiremos, apartan los granos másvoluminosos, que son, salvo casos excepcionales,los más pesados; y varias de ellas, por el aditamento de una turbina, clasifican no sólo por volumen, sino también por densidad.
Las determinaciones de Laboratorio que se realizan sobre este particular se refieren al peso de1.000 granos, al de litro y al del hectolitro.
Para halIar el primero se cuentan, sin escoger,semillas puras tomadas de la muestra puesta alaire, a la temperatura del local donde se trabaja,formando cuatro lotes, por lo menos, de 100 granos cada uno, y mejor, dos lotes de 1.000 granos.
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Pesados separadamente, Se toma la media quedará , direc tamente en este último caso, ° mu lti plicada por JO cn el pri mero, la cii ra buscada.
El llamado "peso especifico" : peso del lit ro odel hectolit ro, se determina con aparatos especiales, de cuarto dc litr o o de litro , que permitenconocer, ac tuando con estas pequeñas cantidadesde semi llas, el peso del he ctol itro. Este dat o constituye, a veces, uno de los elemen tos qu e influ yencn los contra tos comerciales, siendo especialmentebuscado po r los negociantes de cereales. Las fá-
Pcsah cctolitro "Nilema",
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Aparato que rige o ficia Iment c en la s t ran sa rc ioncs pa ra la determinaci ón del peso del hect oli tr o.
bricas de harinas disponen , cas i sin exce pción, deaparatitos "pesa-hectolitros", que utilizan con . tan temente para conocer el pC 50 específi co de lostrigos.
Dicho peso especifico Se expresa en kilos porhectolitro, y es costumbre darl o con una sola cifra decimal. La media del resultado de dos o t respesadas, por lo menos, representa el dato buscado,tolerándose una di Icrencia de 0,5 kilogramos entre los resultados de las pesadas que e u tilicenpara ha lla r esa cifra .
DETERMINACIÓN DE LA HUMEDAD
La mayor o menor humedad de una semillainfluye en su conservación. Semillas que poseenun tanto por ciento elevado de humedad se conservan peor que aquéllas en que dicho factor norebasa el tipo normal. Una humedad exageradapuede ser debida a malas artes del comercio, interesado, en ocasiones, en aumentar el peso delas semillas. La humedad media de éstas se hallapróxima al 14 por 100. .
Para determinar la humedad con precisión esindispensable que la muestra llegue al Laboratorio envasada en un recipiente impermeable al aire,al objeto de que no se produzca durante el transporte ninguna variación de humedad.
Luego se separan de la muestra las piedras másgruesas, los terrones y otras impurezas voluminosas y, después de mezclar el resto cuidadosamente,se toman-por duplicado para dar siempre cifrasmedias-s-re ó 20 gramos de. semillas, según seanéstas de mayor o más pequeño volumen, colocándolas en una estufa de desecación en frío. Seenciende ésta, y se mantiene durante cinco horas a103 grados centíg-rados. con libre acceso de aire.A la salida de la estufa pasan las semillas a undesecador y se pesan de nuevo una vez frías, to
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mando precauciones para que no haya una reabsorción de humeda d. La diferencia entre la pri-
O tro modelo de pesahectolitro.
mera y la última pesada indica la humedad dela muestra.
Si se desea una desecación rápida y total, setritu ra groser amente cierta cantidad de semillas,bien mezcladas antes, y se pesan dos muestrasmedias del polvo así obtenido, proced iendo luegocomo se ha dicho anteriorme nte. Se admite un adiferencia de 0,5 por 100 para los resu ltados delos dos ensayos que, como mínimo, deben hacerse.
LA )IEJOHA DE LAS SEl\IlLI.AS
a) Cambio de simientes.
Tanta importancia tiene para el éxito del cultivo la calidad de la simiente, que es dicho vulgar"de tal semilla tal cosecha", expresando así laestrecha dependencia que existe entre una y otra.El cambio de simientes, o sea la renovación periódica de semillas de la variedad cultivada en ellugar, mediante otras procedentes de sitios donde,por circunstancias de medio, cuidados culturales,etcétera, resultan más productivas, obedece a eseafán de mejora sentido por los agricultores detodas las épocas y es práctica que, aunque deresultados poco estables, tiene, no obstante, eficacia y valor temporal cuando la semilla traída deotra zona es adecuada al clima v el terreno enque vivirá en lo sucesivo. •
b) Importación.
La importación de semillas extranjeras si, comoexcepción, puede admitirse, como sistema, comoproceder general, no la juzgamos recomendable.
Dicha importación debe quedar limitada a aquellos Centros oficiales o entidades para los que nosignifique gasto sensible el ensayo, y decimos "en-
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sayo", pues sólo en pequeño, a título de pruebay de estudio, deberá, en principio, importarse.
No hay que olvidar que la adaptación de unasemilla al lugar donde se destina es función detres importantes factores: clima, suelo y cultivo.
(1) "1 ~
(1) ~f ~,~qCf1Cf~1 ~tJ~ffíqt
(~)~~ ~~~~~~etfr~f~
(4) ~ ?((:r 'f Cf? ,Semillas tratadas por ácido sulfúrico durante tiemposdiferentes. Cada uno de los cuatro lotes a que corresponden las lineas horizontales se componía de 20 semillas. Resultados obtenidos a los veinticinco días de
ensayo de germinación.(1) Testigo (sin tratar)J2) 2') minutos (3).fO aUnulos (4) 60mlnulos
Si las condiciones climatológicas del país de procedencia de la semilla no son análogas a las desu nuevo emplazamiento; si, asimismo, el terrenodifiere, por su constitución y fertilidad, de modonotable; si tampoco podemos procurar a la planta las labores, abono, etc., que forman su cultivohabitual, la especie o variedad venida de fuera,degenerará rápidamente y se hará inferior: depeor clase y menor rendimiento que la que pretendíamos suprimir. Todo, en el supuesto de quela semilla que se importe sea realmente huena
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en su medio, pues se dan casos en que, por desconocimiento de lo que se pide, ni esto sucede.
Son numerosisimos los ensayos perfectamentellevados por Centros nacionales con cereales-sobre todo trigos-procedentes del extranjero. Enpequeñas parcelas bien preparadas y abonadas,se han venido observando por nuestras Granjasy Estaciones de Agricultura cientos de trigos franceses, italianos, rusos, americanos ... Y unas vecesporque la rápida elevación de la temperatura ylos vientos cálidos y secos frecuentes en la primavera de tal o cual región española originaronel afogonado o escalde de los granos; otras, por·que los trigos en cuestión no pudieron sufrir, sinresentirse, la sequedad de atmósfera y suelo dedeterminadas comarcas; muchas veces, también,porque algunas características de estos trigos: fá.cil desgrane, abundante producción foliácea, propensión a la roya, etc., aconsejaban, desde luego.desecharlos, es el caso que en el transcurso de tantos años no hay variedad extranjera que puedadecirse que adquirió carta de naturaleza en nuestro país. Varias tuvieron éxitos temporales: eltrigo Rietti, por ejemplo, pero sin llegar a prevalecer. En los últimos años empieza a extendersepor nuestros campos el trigo Manitoba, y muyrecientemente los trabajos del Instituto de Cerealicultura parecen indicar la conveniencia depropagar algunos excelentes trigos italianos.
Pero, repetimos, son los Centros oficiales agrícolas los que deben casi exclusivamente estar altanto de cuanto notable se produzca en el extran-
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jero, procurando la adaptación, incluso mediantehibridaciones, de todo aquello que por su origen,etcétera, ofrezca alguna garantía de ac1imtarse anuestras comarcas agrícolas. Al agricultor, en general, la importaciones de nuevas especies y variedades no deben preocuparle, siendo su papelesperar, respecto a ellas, a que los técnicos de supaís recomienden sin reservas, después de ser debidamente contrastada, una determinada variedad.
c) Máquinas clasificadoras y lin¡piadoras.
Pero el labrador tiene desde luego a su alcance, a más del cambio de simientes ya aludido,y recomendable en muchos casos, el empleo delas máquinas limpiadoras-clasificadoras, que separan cuerpos extraños y semillas de malas hierbasy agrupan las mejores simientes.
Como hemos dicho antes de ahora, las semillasmás voluminosas son, en general, las de embriónmás desarrollado y las de mayor cantidad de reservas. Un germen robusto y en condiciones denutrirse bien dará lugar a individuos más vigorosos que los que no reúnan estas condiciones.El uso de tamices y de máquinas limpiadoras queaparten con destino a la siembra los granos gruesos en una práctica esencial, muy provechosa parael éxito de la futura cosecha, y aunque no seaesta clasificación por volumen de efectos durables,realizada constantemente produce muy satisfactorios efectos. Por ello es de aconsejar que todolabrador de alguna importancia cuente, entre sus
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útiles o máquinas agrícolas, con una de éstas, llamadas corrientemente y no con absoluta propiedad, seleccionadoras de cereales; los pequeñosagricultores deben, más que otros, unirse, y elSindicato tendrá medios sobrados para adquiriruna buena máquina-s-las hay muy perfectas y degrandes rendimientos-e-que llene esta necesidadde sus asociados.
Ensayos hechos en España con muestras diferentes de trigos dieron los siguientes resultados:
ProduCción por Peso Excedente porhecl4rell del hec- hect4rea=== - tolltro ="~--_==
Grano Pala Orano Pelll
KIlS, KI/s. Kgs Kgs. Kgs.
ElIsayonúm. 1 :
Grano seleccionado... 2.525 6.200 78,3 325 8&>Jdem Sin limpiar ...... 2,200 5·.320 76
Ensayo IIltm. 2:
Grano seleccionado... 2.7'30 5.600 79 205 400Idern sin limpiar. ..... 2.525 5.200 7H
Ensayo núm. 3:
Grano seleccionado... 2·545 5.700 79 225 340Idem sin limpiar ...... 2·320 5.360 77
Si se valoran los excedentes debidos al uso delas máquinas limpiadoras a los precios actuales,siempre habrá una ventaja para el grano pasadopor las cribas-aparte la muy grande de no lle-
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var a la tierra malas semillas-comprendida entre150 y 200 pesetas por hectárea.
Otros diferentes ensayos hicieron ver, análogamente, que, como promedio, las gruesas semillas de cereales son capaces de aumentar las cosechas en proporciones que fluctúan entre un 15y un 25 por 100. Además, los granos procedentesde estas semillas voluminosas son mejores y demayor peso. Con el centeno, utilizando comparativamente semillas pequeñas y semillas gruesas dela misma partida, la relación de cosechas fué, enmuchos casos, de 60 a 100.
En los modelos más corrientes de cribas clasificadoras propias para agricultores, el grano salede la tolva en que se vierte por una compuerta.que regula a voluntad la abertura mediante unvolante que actúa sobre una barra o tirante fileteado. Pasa luego a un distribuidor de aletas, enforma de abanico, que extiende los granos porla superficie de un desmotador de trepidación encargado de limpiar las semillas de todas las materias extrañas de algún volumen. Va luego aun clasificador que separa todas las granzas, ydeslizándose por un embudo vertical, llega a unaserie de cilindros; su número varía según la perfección de la criba. Estos cilindros, montados enun eje inclinado, llevan en sus paredes internasalvéolos de distintos calibres, destinados a recoger los granos, y auxiliados por un canal interiorprovisto de una hélice realizan, de manera sencilla, la clasificación de aquéllos, conduciendo cada semilla, según su tamaño, a un sitio distinto.
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Los mode los más perfeccionad os de esta clasede cribas son de tri ple efec to. poseen tr es números distintos de alvéolos n cavidades y real izan es-
Jnego de tamices empicados en los laboratorios de análisis de semillas para el cribado de alfalfas y tr éboles
en la investigaci ón de la cuscuta ,
meradamente la clasificació n de tr igos, cebadas.centenos y avenas, limpián dolos de paj as largas,restos de espigas, semillas ex tra ñas y toda clase deimpurezas. Dichos modelos suelen fabricarse dedos cuerpos para facilitar su tran sporte y su manejo.
U na de estas seleccionadoras corr ientes y clásicas, accionada por dos obreros, grava entre
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mano de obra, lubrificantes, amortización e interés de la máquina, etc., unas 10 pesetas el costede los 110 a 130 kilos de trigo necesarios parala siembra de una hectárea. Y el beneficio, mirado sólo desde el punto de vista del rendimiento,esto es, sin tener en cuenta la ventaja de contribuir con esta práctica a limpiar el suelo de malashierbas, ni lo que representa la mejora de calidad de la semilla, pasa, según antes indicábamos,de 100 pesetas para la mencionada unidad superficial.
Hay modelos para todos los casos. Unos, degrandes rendimientos y muy perfeccionados, propios para agricultores de mucha labranza, Sociedades y Sindicatos, y otros, de mucho menor coste y trabajo, adecuados para labradores modestos,que son los casi exclusivamente usados en España. El rendimiento, que es sólo de uno a doshectolitros de trigo limpio por hora para los modelos pequeños, es, para otros mayores, de dosa cuatro hectolitros, pasando de los ocho y nueve'hectolitros hora en los modelos grandes de estetipo de cribas, ninguno de grandes rendimientos.Estos se consiguen con otros muy diversos modelos de máquinas limpiadoras, movidos a motor,cuyos números mayores limpian de 1.000 a 2.500kilos hora.
Todas estas máquinas, cada una dentro de sucampo de acción, son evidentemente útiles. El primer paso conducente a la mejora de las semillases que todo agricultor, por pobre que sea, realiceesta clasificación por volumen. Ciertamente que
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no todos se hallarán en posición y situació n decomprar una limpiadora, pero todos deben pertenecer a alguna entidad agrícola. y en éstas. inexcusablemente. debe haberlas.
~ [ús completa y útil que la separación por vo-
Pesag ranos de laborat ori o para la detcr minaciin delpeso del hectolit ro .
lum en es la realizada atend iendo al peso de las semilla s. Las más pesada s contendrán lóg icamentemá reservas, y el embrión , a su costa, se desarroHará mejor. Aunque en cas i todo s los casos lassemillas más voluminosas tienen mayor peso, hayotros en que , por una u ot ra causa . no ocurre así ,resu ltando más segu ro para todas las sit uaci onessepa rar con destino a la s iembra los granos máspesados, origen de plantas más precoces y pro-
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ductivas y luego, en su día, semillas de mayorpeso susceptibles de conseguir más alta cotizaciónen los mercados.
Las casas de maquinaria agrícola construyencribas clasificadoras en las que, por adición deun aparato denominado turbina de aire o ventilador de turbina, se realiza la separación de granos, no sólo por volumen, sino por densidad, aislándose. perfectamente las semillas más gruesas ypesadas, las rotas, vanas, agorgojadas, las de plantas invasoras, etc.
d) Selección metódica.
Otro fácil sistema de contar para las siembrascon semillas elegidas es el llamado de selecciónmetódica. Para explicarlo, supongamos que se trata del trigo y que ha llegado el momento de comenzar la siega. Cada labrador, dentro de lazona dedicada a este cereal, tendrá corros, suertes, amelgas, donde las plantas, a simple vista,parecerán mejores; donde también, por el emplazamiento, naturaleza del terreno, etc., la granazón se habrá realizado más normalmente.
Dicho agricultor, días antes de empezar a segar, visitará esos pagos favorecidos; se fijará enlas plantas que por circunstancias diversas : estaren la orilla del campo, caer sobre un rodal dondehubo estiércol, quedar más clara la simiente ymás espaciadas las matas, etc., etc., sean másvigorosas, de tallos más fuertes y de más largasy voluminosas espigas; cortará de estas últimas
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las mejores por lo sanas y densas y por habercuajado más flores de cada espiguilla. Con ellasformará varios haces-2.ooo a 3.()(X) espigas pueden ser suficientes-y los trasladará a la finca.
De las espigas reservadas se cogen luego lasmejores simientes. Es interesante a este objetosaber dónde podrán hallarse. Para el trigo, dichos granos, cuyo emplazamiento se relaciona conel modo de fecundarse las flores, se hallan en elsegundo tercio del largo de la espiga; para laavena, en la extremidad de los ejes; para ciertasleguminosas, como la esparceta y la alfalfa, elmejor grano está en la base de las inflorescencias,por lo que se suprimirán los de arriba, etc., etc.
Volviendo al trigo, ya hemos indicado que hande tomarse de las espigas apartadas como mejores los granos de las zonas centrales. Y éstos sonlos que, previa una ligera separación a mano delos manifiestamente peores, se destinarán a lasiembra, que ha de ser punto de partida del método en cuesti6n.
De no haberse realizado en el campo, en momento oportuno, la expresada separación de lasmejores espigas, cabe recurrir a las cribas seleccionadoras para escoger, en cualquier momentoanterior a la siembra, los granos de más peso yvolumen. De una u otra manera dispondremosde semilla adecuada para iniciar nuestro trabajo.
Supongamos que un año con otro, la hoja que. el agricultor siembra de trigo es de unas rs hectáreas-fácilmente se referirán estos sencilloscálculos al caso particular que sea-o Nuestro pro-
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pósito se diri girá a obtener semilla mejorada encantida d bastante para sembrar con ella anualmente la mencionada extensión dedicada en lafinca a trigo.
Llegado septiembre, en una parcelita de tierra
Cri ba selecciona dora del modelo más ge ne ra lizado ennuestro paí s.
propia para el cereal de que se trata, se eligiráuna superficie aproximada de seis áreas. que bienlabrada y convenientemente abon ada- sin que elabono sea excesivo--, se sembrará del trigo elegido (previa desi nfección del mismo por cualquiera de los sistema s que más adelant e diremos ) ,teniendo cuidado de no deja r pasar la época máspropicia de sementera en la localidad, y efec-
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tuando la operación con "tempero" ya la profundidad debida.
El trozo de tierra apartado se marca con cordel, de modo que los granos, colocados uno a uno--{) mejor de dos en dos en previsión de marras---en las intersecciones de líneas trazadas endos direcciones perpendiculares, queden en todossentidos a una distancia aproximada de 20 centímetros. Huelga añadir que dicha parcela deberáatenderse con cierto esmero durante la vegetación de las plantas.
Llegada la recolección, las seis áreas supuestas, tenida en cuenta la manera de hacer la siembra, naturaleza del terreno y cultivo de que fuéobjeto, darán, como mínimo, 200 kilogramos. Antes de segar esta tierra se apartarán las espigasy granos mejores de modo idéntico al expresadopara la semilla de origen. Formamos así otro loteescogido, destinado a sembrar otra parcelita, deigual superficie que la primera, en el otoño próximo. Con el resto de lo recolectado en la parcelade seis áreas podrá sembrarse, también en elcitado otoño, otra parcela mayor, de buena tierraa ser posible y de extensión aproximada a unahectárea. Dicha siembra, clara, será atendida conalguna preferencia en relación a los demás sembrados en la finca.
y vamos con la tercera recolección. Cuandose efectúe, tendremos: la parcela pequeña, de seisáreas, donde se procederá exactamente igual queel año anterior, y la parcela mayor, en nuestrosupuesto de una hectárea, que dará como mínimo
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J 4 ó 16 quintales métricos, probablemente 20 Ómás. Estos se emplearán, llegando octubre, en lasiembra de toda la hoja de trigo de la finca.
Continuando así los años sucesivos, cada vezserá mejor-de no ocurrir algo anormal-el trigodedicado a simiente en cada una de las superficies citadas.
El resultado de este proceder es tan manifiesto,que pronto se consigue pasar de las espigas raquíticas de 16 a 20 granos o de las corrientes enno pocos pueblos, de 20 a 25 granos, a las' quesostienen en su raquis 40, 60 Ó más granos.
Ensayos de selección metódica realizados hacemuchos años por el ilustre ingeniero agrónomodon José Cascón, en VilIasabariego, dieron el siguiente resultado:
Largo medio de las espigas sin seleccionar, II
centímetros; ídem de las seleccionadas, 22 centímetros; número medio de granos de una espiga'10 seleccionada, 27; ídem de espigas seleccionalas, 40; peso medio de una espiga, sin selección,15,23 gramos; ídem íd. con selección, 27,Sg gramas; ídem de un grano no seleccionado, 39 centigramos; ídem íd. seleccionado, 52 centigramos.
Dichos datos están de acuerdo con los obtenidospor este sistema en la Granja Agrícola de Valladolid y en otros Centros oficiales.
La trascendencia de conseguir unos granos máspor espiga es mayor de la que a primera vistaparece. Lo hace patente el dato de que basta quecada una de las cañas ° tallos de un sembrado
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de trigo tenga cinco granos más por espiga de losacostumbrados, para que el total de la cosecha,suponiendo una empanadura de 300 cañas pormetro cuadrado, señale un aumento de producción de cuat ro a seis quintales métricos por hec-
Un modelo IllUY perfecto de la máquina clasificadora.
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tárea, No hay que olvidar que el supuesto de300 cañas por metro cuadrado representa unasiembra muy clara o un amacollado o ahijamientomuy pobre. Las buenas cosechas corresponden,generalmente, a 400 Ó 600 cañas para la citadasuperficie.
Asimismo, en estas siembras objeto de selecciónmetódica se han conseguido frecuentemente espigas con espiguillas de cuatro a cinco granos.El número de espiguillas de nuestros candealespara espigas regularmente desarrolladas, es deocho a diez. Por ser dobles-a una y otra cara-,suman en total 18 ó 20. Conteniendo cada espiguilla cinco flores, no hay que encarecer la importancia para el total de cosecha de un país deun grano más por espiguilla o de 18 a 20 máspor espiga.
Como se ha visto, en el citado procedimientode mejora no son precisos ni maquinaria costosani auxilios extraños, ni desembolso de importancia. Lo que sí hace falta, desde luego, es voluntad.
* • *Existen métodos científicos fundados en la cien
cia genética que componen la verdadera selección o mejora de las semillas. Métodos que nosólo se proponen acrecer las cosechas, sino quepersiguen, para llegar en último grado, a aquellafinalidad económica, objetivos diversos: precocidad, resistencia al frío, al encamado, a las plantas criptógamas, calidad harinera, etc.
No pretendemos ni asomarnos a esa técnica,ya que su exposición no es tarea breve ni fácil,y escapa, además, al carácter sencillo, plenamentedivulgador, de estos trabajos. en los que sólo seexponen cosas que puedan comprender y realizar, sin grandes esfuerzos ni sacrificios, los labradores.
Los técnicos agrónomos serán los llamados, mediante el detenido estudio de aquella ciencia, aobtener tipos que acumulen notables caracteresy que los transmitan por herencia.
LA DESINFECCIÓ;'¡ DE LAS SEMILLAS
a) Objetivos que CO'n ella se persiguen.
JZs práctica muy generalizada en otros países,y que cada día, por fortuna, cuenta con másadeptos en nuestra población agrícola, la desinfección de semillas, especialmente cereales. Sepretende con ella destruir aquellos gérmenes-s-esporas-de enfermedades criptogámicas que puedan ir adheridos a las cubiertas o tegumentos delos granos, y hasta, en algunos casos, invalidarlos que existan en el interior de aquéllos.
Realizando la adecuada desinfección cuidadosamente, se tiene la garantía de que la semillaempleada en la siembra no será portadora de lasesporas de las temibles enfermedades.
Pero esto no quiere decir, claro está, que elcultivo haya de verse en absoluto libre de ellas.Las prácticas de desinfección no pueden evitarlos gérmenes que existen en el suelo, que cayeron en él procedentes de espigas invadidas o queel viento transportó, a veces desde considerablesdistancias. Tales esporas pueden atacar a los granos sanos, a los granos que acabaron de ser objeto de desinfección, y la enfermedad presentarseluego en las plantas, es inevitable; pero desin-
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Iectando las semillas suprimimos la manera m ásgeneral de extenderse ciertas en fermedades criptogámicas tIue se echan en ellas, y con ciertosprocedimientos de que luegu habla reinos, evitamostambién la invasión, por contacto, en el terreno,
El tratamiento ha de variar obligadamente, en tres otros factores, con la forma de ataque de la
Limpiadora "He lios" de tri ple tami zado y dobJ-: aspira ción, capaz de gran des rendimientos.
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criptógama y la naturaleza de la semilla. Estaúltima circunstancia determinará, dentro de unmismo procedimiento, que varíe tanto la concentración del desinfectante-como el tiempo de contacto.
En la desinfección de los garbanzos, por ejemplo, semilla delicada, de tejidos fácilmente penetrables por la disolución que se emplee--con manifiesto peligro, por tanto, de que el veneno, lasubstancia tóxica utilizada, llegue fácilmente alembrión, destruyendo la vitalidad de la semilla-,el tratamiento no puede ser el mismo, ni en intensidad ni en permanencia, que el recomendado parasemillas de albumen lenta o difícilmente penetrable por el líquido.
Habrá, pues, que distinguir, que aconsejarsebien, que no realizar las desinfecciones "a tontasy alocas". Por otra parte, estas prácticas preventivas son, la mayoría de los casos, sencillas y económicas. Al alcance, a un tiempo, de todas lasinteligencias y de todas las fortunas.
b) Medios más prácticos y eficaces de realizarla desiJlfeccián.
Ocupándonos en primer término del trigo, semilla que por su excepcional importancia bienmerece esta preferencia, hay dos criptógamas queprincipalmente le atacan: la conocida vulgarmentecon el nombre de caries ° tizón, Tilletia tritici-también puede ser debido el ataque a otra especie muy afín, T. loeois, cuya existencia no está
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confirmada en España-y la llamada "carbón desnudo o volante", originada por el hongo Ustilagotritici.
Los efectos de las caries, tizón o carbón cubierto del trigo, se manifiestan en la planta muytardíamente, siendo difícil observar los individuos invadidos antes del completo desarrollo dela espiga. Pueden presumirse las espigas atacadas por este mal, tan pronto se forman, porquesu color verde es más oscuro que en las sanas,tardando en amarillear más tiempo que aquéllas.La referida tonalidad es más o menos marcadasegún las variedades, y no resulta un dato claroy perceptible. Las plantas atacadas alcanzan menor desarrollo que las sanas, produciendo menosy más pequeñas espigas.
Luego, cuando los granos alcanzan una consistencia pastosa, la separación es mucho más fácil;hasta oprimirlos entre los dedos. Los enfermospor la caries aparecen llenos de una masa negray blanduzca. Esta, llegadas a la madurez las semillas, se convierte en materia aceitosa y pulverulenta que ocupa por completo aquéllas y quetiene un aspecto y un olor--olor a la salazón dearenques-inconfundibles.
La forma de los granos ayuda también a distinguirlos. Los enfermos son, en general, máscortos y más abultados o globosos, con el surcopoco marcado y coloración más oscura.
La caries puede atacar a todas las espigas deuna planta o bien a un corto número de ellas.Y, para una espiga, puede afectar a todos los
Máquina limpiador a de gran rendimiento.
Di stin ta s sepa raciones que realiza con el gra no ¡ ' Ie pasa por la tolva.
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granos o sólo a algunos, sin preferencia determinada respecto a situación o emplazamiento. Lainvasión de los granos sanos se debe a. granos invadidos o cariados. Estos se rompen fácilmentedurante la trilla, dispersando su contenido constituido por las esporas del hongo, que se adhieren fácilmente a las espigas sanas. Es indudableque muchas de dichas esporas, cuya cantidad esenorme, se desprenden más tarde de las semillasen donde cayeron en las operaciones del aventado,medición, ensacado, etc.; pero no es menos cierto que restan todavía muchas en las cubiertas delos granos sobre las que van al terreno-de nodesinfectar antes las semillas-llegado el momento de sembrar.
En trigos invadidos por el carbón cubierto ocaries, sembrados sin tratamiento alguno, las esporas de la parásita, al germinar, invaden las tiernas plantitas del cereal, desarrollándose paralelamente a éstas hasta producir en los nuevos granos esporas que se difunden por el aire.
Como en este. caso los gérmenes que producenla enfermedad se hallan en el exterior de la semilla, si mediante un tratamiento adecuado, quesólo afecte a las cubiertas de aquéllas, se impidela germinación de tales esporas, se habrá evitadola enfermedad en la parte que de aquéllas deriva.La práctica más corriente de desinfección, aunqueno la más recomendable, es el sulfatado de lassemillas, bien por aspersión o por inmersión, siendo este último modo de proceder mucho más perfecto.
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El sulfatado por aspersión consiste en ir echando sucesivamente pequeñas cantidades de grano,que suden manejarse con una pala, sobre una superficie lisa, de baldosín o cemento, rociándolomediante una escobilla que se sacude repetidasveces sobre aquél con la disolución de sulfatocolocada en vasija próxima. Luego la pala va removiendo el montón cada vez mayor que se forma, y cuando está todo el grano humedecido, seextiende y deja secar a la sombra. Algunas vecesse empolvorea también con cal. Este sulfatado poraspersión tiene, entre otros, el inconveniente dequedar con frecuencia parte de Jos granos sinmojar.
La inmersión, como su nombre indica, consisteen sumergir el grano en la disolución de sulfatocúprico preparado al efecto. Se echa la semillaen cestos o canachos forrados con harpillera fuertepara que los granos no se escapen, y se introducendichos recipientes en la vasija que contiene ladisolución, donde se tienen el tiempo que se estima adecuado. Luego se extienden y orean lomismo que en el caso anterior. Hay dos métodospara la inmersión; el llamado de Kuhn: inmersión en la disolución de sulfato, seguida de otraen lechada de cal, y el llamado de Linhart: inmersión en la disolución de sulfato de cobre. Ambos, más o menos modificados en lo relativo altiempo y duración del tratamiento, son de aceptables resultados en la lucha contra la caries, siendo, a nuestro juicio, preferible el primero porsu mayor acción respecto a la parásita y menor
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influencia en el decrecimiento del poder germinativo de las semillas. Es, en cambio, más lentoy exige mayor cantidad de vasijas. Aunque elsulfatado de los granos ha sido lo clásico y corriente hasta hace pocos años, hoy se prefierenlos tratamientos en seco, que tienen diferentesventajas de que luego hablaremos.
El empleo en la desinfección de la formalinaproduce, desde el punto de vista fungicida-o deacción contra el hongo-, resultados completos,pero rebaja. a veces sensiblemente, el poder germinativo de las semillas. Dicho daño se hace sentir cuando se han dejado secar aquéllas lentamenteantes de la siembra o se hace ésta sobre tierrassecas y frías, donde tardan mucho en germinar.Si la sementera se realiza inmediatamente al tratamiento, en un suelo bien provisto de humedad,el daño de las semillas desinfectadas es muy pequeño. La desinfección con íormalina está apenasextendida en nuestro país, y realmente existenprocedimientos más prácticos, por 10 que no insistimos en éste.
El comercio ofrece productos tales como elGermisán, Uspulwm, Cereson, etc., objeto de intenso reclamo y de muy difundido empleo en elextranjero. Dichos preparados-compuestos orgánicos de mercurio que no suelen originar perjuicios a las semillas-son recomendables, aunquecon los inconvenientes más o menos atenuadosde la desinfección en medios líquidos. Las corrientes modernas respecto a tratamientos previosde la semilla se inclinan por la desinfección en
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seco, recurriéndose casi exclusivamente al uso decarbonato de cobre, aunque también se empleay puede emplearse con eficacia el acetato cúprico.
La desinfección del trigo por el carbonato decobre se reduce a mezclarlo en un recipiente biencerrado y dotado de movimiento giratorio, conuna determinada cantidad de carbonato finamentepulverizado, para conseguir que todo el granoquede totalmente cubierto por dicho polvo, queactúa como preventivo, impidiendo la infecciónpor el "micelio", o aparato vegetativo del hongocausante de la enfermedad.
El empleo del carbonato de cobre presenta diferentes ventajas: impide la infección por las esporas que lleve el grano y le previene de la quepueda derivar de esporas existentes en el terreno;permite realizar el tratamiento días y hasta mesesante de la siembra de las semillas, sin perjuiciopara éstas; evita el riesgo de decrecimiento desu poder ¡¿-erminativo y hasta parece ejercer unaacción estimulante en la germinaci6n de las tratadas; como el grano no se hincha, cual ocurreen los tratamientos líquidos, no es necesario re¡¿-ular la sembradora para compensar el aumentode volumen de las semillas mojadas por líquidosfungicidas, El empleo del carbonato de cobre setraduce en un aumento de cosecha con relacióna las producciones de semillas desinfectadas enmedios líquidos, y tiene asimismo la ventaja deproteger al ¡¿-rano de los ataques de los gorgojos.
Para la aplicación del carbonato de cobre puede bastar una barrica, a la que se aplica un eje
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que permite su rotación sobre unos apoyos horizontales, y en la que se abre una portezuelaacondicionada para lograr un cierre hermético:
Vista parcial de dive rsas máquinas empleadas en la limpia y clasificación de semillas .
E l comercio ofrece aparatos metálicos en formade tambor, de cilindro o e ;bica, apoyados en esteúltimo caso horizontalmente sobre un eje quepase por una de sus diagonal es, forma que facilita mucho el vaciado del grano. Y como los tiposcitados son de pequeños rendimientos--en el debarril, por ejemplo, no se puede llenar cada vezmás de un cua rto o un tercio de su volumen sise quier e obtener una buena mezcla-, se hanideado otros modelos de trabajo continuo, accio-
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nados por un motor, capaces de más considerahle labor,
Cualquiera que sea la máquina o recipiente empleado, debe procurarse que no produzca en sumovimiento mucho polvo. pues el carbonato perjudica al operador, irritando sus ojos y mucosasnasales; resulta, además, venenoso cuando se aspira. Este es el principal inconveniente de la desinfección en seco. pues aunque no se haga polvodurante la mezcla, es difícil que no se desprendadurante el llenado de los sacos.
Para evitar o atenuar estas molestias y peligrossi se trata de máquinas pequeñas, puede operarseal aire libre -para que éste arrastre el polvo producido. En máquinas de mayor rendimiento, sedisponen pantallas y un ventilador que logranla finalidad perseguida. También es de recomendar el empleo de mascarillas o simplemente de unpañuelo mojado para proteger nariz y boca.
El carbonato deberá tener una riqueza en cobre del 50 al 60 por 100, siendo tal su gradode pureza que atraviese un tamiz del número 200
(200 mallas por pulgada francesa) en la proporción de un 95 a un 98 por 100.
La cantidad de carbonato que se emplee ser;'la necesaria "para recubrir el grano, dependiendoesto en parte de la perfección del aparato querealice la mezcla. Lo corriente es aconsejar de200 a 250 gramos de carbonato por quintal métrico de semilla. Cuando el carbonato está enexceso favorecevcomo es natural, la formaciónde polvo, y si, por el contrario, escasea, se cubren
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imper f ectamentc los granos, en perjuicio de losefectos del producto.
Criptógamas causantes de infecciones análogasen otros cereales: la Ustilago liordei, productoradel "carbón cubierto de cebada", y las UstiJagoouenae y Ustilago Iocois, conocidas vulgarmentecon el nombre de "carbón de la avena", puedencombatirse al igual que la caries del trigo antescitada con los tratamientos de desinfección aque nos hemos referido; pero no ocurre lo mismocon otras especies causantes de ataques muy parecidos en sus efectos a los ya mencionados perocuya forma de invasión y, como consecuencia, losprocedimientos para luchar con ellas son distintos. Nos referimos, entre otras, a la criptógamaUstilago tritici, que origina el "carbón desnudo ovolante" del trigo, y a la Ustilaqo ",uda, que produce el "carbón desnudo o volante" de la cebada.
Las espigas atacadas por el Ustilago tritici toman el aspecto de desformadas masas negruzcasque, desecadas, se convierten en un polvo como elhollín. Este se halla compuesto por numerosísimas esporas que, al transportarse por el viento,insectos, ti otros agentes, difunden la plaga.
Por coincidir la presencia de las espigas invadidas por la parásita con la plena floración deltrizo, dichas esporas caen fácilmente sobre lasflores de las espigas sanas y su aparato vegetativo--micelio- -invade la flor o el grano de trigo enformación Pero el crecimiento del hongo cesapronto. permaneciendo dicho micelio dentro delgrano en forma latente y alcanzando éste el tarna-
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;10, peso y formas normales, sin que se puedadistinguir de las semillas sanas.
Al hacer la siembra e iniciarse la germinación,el hongo recomienza también su vida activa y sedesarrolla al tiempo que la planta de trigo, sinque sea factible distinguir los individuos sanos deJos enfermos, 10 que sólo ocurre en el momentode espigar unos y otros.
Lo corriente es la destrucción de toda la espiga, reducida a poco más que su raquis, pero enocasiones el daño queda circunscrito a la parteinferior de aquélla.
Se comprende, por lo antes dicho sobre la iorma de invadir al trigo esta parásita, que los tratamientos de desinfección en medios líquidos o enseco a que para la caries nos hemos referido,no rirvan en este caso, ya que el germen no sehalla en la superficie de los granos, sino dentro;y si la permanencia con la disolución fuera losuficientemente prolongada para llegar al interiorde la semilla, al destruir el micelio del hongo también invalidaría el embrión.
Por eso, al confundir frecuentemente los agricultores estas enfermedades-aunque tanto por elolor del polvillo parduzco en el caso de la caries,como por el color negro del carbón pueden distinguirse unas de otras-e-se han encontrado, enmuchos casos, con el resultado negativo del sulfatado.
y es que esta práctica y las que antes hemoscitado no sirven para el carbón volante o desnudo del trigo, como no sirven para el carbón
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desnudo de la cebada. La única manera de combatir al presente estas enfermedades es el tratamiento por agua caliente que se hace preceder de unainmersión de las semillas en agua a temperaturasuficiente para iniciar la germinación del hongo.La forma de proceder es como sigue;
a) Inmersión del trigo en agua a unos 25 grados de temperatura durante un tiempo de cuatroa seis horas.
b) Inmersión durante un minuto, en un bañoa temperatura inferior en tres o cuatro grados, ala del baño caliente o verdadero tratamiento.
e) Inmersión. en agua caliente a temperaturacomprendida entre ~o y 55 grados por espacio dediez minutos; y
el) Escurrido y remojado del grano en aguafría, extendiéndolo después en capa de poca altura para que se enfríe y deseque.
Esta práctica de la desinfección por agua caliente disminuye siempre-en mayor o menor cantidad, según la precisión con que se realiza-elpoder germinativo normal de las semillas, 10 queexige las compensaciones consiguientes al calcular su cantidad para la siembra.
Tratándose de pequeñas porciones de grano,puede realizarse la operación con cuatro cubas otoneles sobre las que SI: díspone, en el techo dela habitación, una polea que permita introducir oretirar los sacos portadores de la semilla. Cada recipiente se destinará a una de las fases del tratamiento y la elevación de temperatura para las
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fases b) yc) se consigue, generalmente, mediantela adición de agua hirviendo.
El comercio extranjero dispone de aparatos quepermiten efectuar este tratamiento con una mayorcomodidad, pero todavía no son aún lo suficientemente perfectos para realizar la operación con lasprecauciones y exactitud debidas.
No hay que olvidar que la práctica es delicada,
Gorgojo de trigo--Caltmdro granoria--, muy aumentado.
ya que la diferencia entre las temperaturas mortales para el micelio del hongo y para el embriónde la semilla es muy pequeña. Esta es, precisamente, la dificultad del tratamiento que, por hoy,no está al alcance del agricultor, quedando dentrode la esfera limitada de los Centros oficiales yentidades agrícolas. Las personas que deseen informes complementarios y precisos sobre los extremos a que nos referimos someramente en estetrabajo, pueden y deben dirigirse a los Serviciosagrícolas del Estado, y muy especialmente a lasEstaciones de Fitopatología agrícola. La Central,situada en 11. Moncloa, Madrid, ha publicado notabilísimos folletos sobre las enfermedades de las
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semillas y los tratamientos adecuados para combatirlas.
De que es posible combatir y vencer deben persuadirse plenamente los labradores. Los malesque atacan a sus cultivos se deben a causas perfectamente conocidas y los temidos daños se pueden, en gran número de casos, evitar.
Así, por ejemplo, las enfermedades conocidasvulgarmente y confusamente por "carbón" o "tizón" a que en este artículo nos referimos, no sonimputables ni a un rocío, ni a los efectos de unanube-aunque la humedad, auxiliada por la temperatura, contribuya al desarrollo de las criptógamas-ni a ninguno de esos factores a quienes,ligeramente, las atribuye el vulgo. Las originanespecies botánicas bien definidas, plantas inferiores cuya evolución fué pacientemente sorprendida.
La ciencia tiene, cada día que pasa, mayoresy más eficaces medios para luchar con tales plagas.
CONSERVACIÓN DE LAS SEMILLAS
a) Condiciones más favorables a su buena conservación.
Lo mismo si es con miras a la siembra que sise trata de almacenajes de orden comercial: granos dedicados a piensos y a otras aplicaciones industriales, las semillas que se cosechan han depermanecer más o menos tiempo guardadas, enespera del momento de su empleo. Y duranteese lapso, el agricultor o comerciante deben procurarlas las condiciones más propicias a su buenaconservación.
No existen hasta la fecha datos bastantes pararesponder de un modo concreto al interesante extremo de la influencia ejercida por los medios deconservación en la facultad germinativa de lassemillas.
Se han realizado, sin embargo, diversos ensayos para conocer como pequeñas muestras de granos situados en determinados locales: laboratorios,etcétera, donde la atmósfera es generalmente másseca que en los almacenes de semillas, conservansu facultad germinativa. Debido a que el granoes encerrado en tales casos en saquitos o bolsasde tela o de papel, la humedad, el ácido carbó-
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nico y otros productos de la respiración no pueden acumularse alrededor de las semillas, delmismo modo que en los almacenes, silos, etc.La Estación de ensayos de semillas del Estadodanés tiene curiosos datos de estos interesantesestudios. De ello resulta que las semillas de trébol, alfalfa y otras leguminosas análogas; de re-
Polílla o palomilla de los cereales: a, insecto perfecto;b, larva. Muy aumentados.
molacha, de colinabos y varias crucíferas más yde algunas especies de gramíneas como los ballicos, dactilos y fíeos, guardadas en pequeños lotesen las condiciones citadas, pueden conservar casiinalterada su facultad germinativa durante tres,cinco o más años, mientras que semillas de unpoder germitativo menor la pierden antes.
También se han hecho ensayos Con pequeñascantidades de granos a diferentes grados de humedad, en graneros corrientes, pero con ambiente,sin embargo, más seco que el de los almacenes.De estas observaciones resulta que la duracióndel poder germinativo de las semillas, en su fasede conservación, depende en mucho de la dosis
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de humedad de dichos granos. Si ésta es grandecuando se llevan a encerrar, la disminución desu facultad genninativa es intensa y rápida; parauna humedad de 10-15 por 100 la facultad germinativa de semillas como la cebada y los guisantesse conserva casi sin variación durante dos años,comprobándose asimismo que la pérdida, tanto demateria como de acciones vitales, son mayoresal estar los granos más húmedos. Esto, en líneasgenerales ya se sabía. Por otra parte, tanto portratarse de lotes pequeños como por ser la atmósfera de los locales algo inferior en humedada la frecuente en los almacenes, los resultados nosirvieron para deducir consecuencias realmenteprácticas.
El doctor M. Hinrich, de Rostock, ha escritoen 1923 una Memoria sobre una serie de experiencias muy curiosas. Las deduccíones de estetrabajo son las siguientes:
a) Cuando se renueva el aire a menudo, hastalos granos muy húmedos pueden conservar la facultad germinativa durante largo tiempo.
b) Semillas desecadas a 113 de su contenidoen humedad normal pueden guardar inalterablesu facultad germinativa durante muchos años endepósitos cerrados a una temperatura de 30 grados.
e) Una temperatura baja de conservación--cinco grados centígrados-obra eficazmente enel mantenimiento de la facultad germinativa.
d) Semillas ya de muchos años conservanpeor su poder germinatívo que las semillas nue-
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vas, aunque estas últimas se coloquen en condiciones de germinación mCROS favorables.
La primera conclusión sorprende un tanto. Resulta de ella que no es la fuerte dosis de humedad la que disminuye un tanto el poder germinativo de los granos, sino el ácido carbónico y losvapores producidos por una más intensa respiración y más alta temperatura.
Es de hacer notar 10 que importa que las semillas en depósito, si están húmedas, se aireendebidamente. Si esto no se puede hacer, se disminuirá el contenido en humedad por un secadoartificial. Conforme se reduzca aquélla y sea másbaja la temperatura, las semillas conservan mejorsu facultad germinativa.
En los meses de invierno, cuando los almacenesson f ríos-a los cinco grados antes citados o amenos grados-, la respiración de las semillas estan débil que apenas pierden en materia y podergerminativo.
Pero en primavera, hacia los diez grados, aumenta la respiración y la temperatura se elevaen los granos, agotándose éstos rápidamente.
La Estación de ensayos de semillas de Copenhague inició en otoño de 1924 un estudio bastante completo, valiéndose de 40 muestras de lasprincipales especies cultivadas en aquel país: gramíneas, leguminosas y plantas raíces. De cadauno de estos lotes hizo dos partes: una de doskilos y otra de un kilo, colocándolas en un granalmacén de granos. Las muestras de un kilo permanecieron intactas durante el ensayo, pesándo-
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las cada quince días para averiguar su contenidoen humedad. De los otros lotes de dos kilos, setomaron muestras en el mes de agosto de 1925, enlos de marzo y diciembre de 1926 y en septiembrede 1927. para ensayos de germinación y de contenido de humedad, ensayos que, naturalmente,se habian también realizado al comienzo de laexperiencia. Sería largo y poco práctico reseñaraquí la copiosa lista de cifras deducidas de estasobservaciones que, por otra parte, no pueden tenersino en cada caso un valor relativo deducido delclima, condiciones de las semillas y modo de realizar su conservación. Para obtener datos de cierta precisión en un lugar habría que actuar durante un período de muchos años con semillascultivadas de épocas distintas, situadas en distintos almacenes, etc. Lo deducido como avancede los estudios realizados es que semillas de cultivo que al ser almacenadas tienen un poder germinativo normal, mantienen sin alteración dichopoder por lo menos año y medio, si se guardanen buenas condiciones, considerando, en primertérmino, entre éstas la dosis de humedad.
Hay también que tener en cuenta cuando setrata de semillas dedicadas a la siembra, que todocambio en el grano entraña otro correlativo en laplanta que de aquél procede. Las lesiones son,casi siempre, de consecuencias fatales para el nuevo individuo. Y al hablar de lesiones no nos referimos únicamente a las traumáticas y mecánicas,sino que incluimos en ellas las llamadas lesionesquímicas.
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No hemos de insistir en la gravedad extrema deaquellos casos en que la radícula gémula y tal litodel embrión, a la vez o por separado. son objetode ataque, ni en las de otros de menos importancia, pero siempre sensibles, en que la parte delembrión invadida son los llamados cotiledones.órganos donde, como es sabido, se almacenan lasreservas de que se vale la planta hasta hallarseen condiciones de elaborar por sí misma los materiales necesarios para su crecimiento.
Podría creerse que esta mutilación o merma delas reservas influye de manera poco apreciable en
Modo de situarse los recipientes para el sulfuro de carbono en los montones de grano.
la posterior evolución de la planta, pero tal supuesto es erróneo.
Es un hecho corriente que cuando se siembrano entierran semillas a una profundidad no proporcionada a su volumen-más hondas de 10 quefuera oportuno-las plantas a que dan origen nobrotan o son endebles o raquíticas. Las reservasno fueron en este caso bastante para el largotrayecto que había de recorrer el tallo, y los díasque tenían que transcurrir hasta la aparición sobre la superficie del suelo de las primeras hojas.Otra observación de esta influencia de las reservas es el hecho de que las semillas más volurnino-
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sas y dCl1sas-pcsadas--dent ro de la especie sonuniversalmente tenidas en mayor estima que laspequeñas o ligeras.
Cuando los granos no se dedican a la siembra,sino a ser molturados, etc., el daño es asimismoimportante. El deterioro o alteración de las semi1Ias, cualquiera que sea su causa, significa, enciertos casos, pérdidas notables en el peso y, entodos, depreciación de la mercancía.
Dedúcese de lo esbozado, no ya la conveniencia, sino la necesidad de preservar las semillasde los riesgos que las amenazan durante su conservación. Y para no hacer demasiado largo estecapítulo, nos ocuparemos únicamente de los peligros más frecuentes a que se hallan sujetas, atendiendo al mantenimiento de la propiedad o carácter base de su aplicación agrícola o industrial.
En el caso de semillas de uso agrícola 10 primordial, 10 fundamental es la facultad germinativa, la integridad del embrión; en el segundo, laevitación de mermas y alteraciones en las partesaprovechadas por la industria.
b) La desinfección de los graneros.
Supongamos que se dispone de un granero aceptable, esto es, con muros, suelos y techos bienunidos, sin hendiduras en las maderas y revestímientes, exento de desconchados, etc., que ofrezcan cómodo refugio a las larvas y crisálidas devarios insectos, principalmente "gorgojos" y "polillas" que constituyen las más frecuentes y temibles plagas; supongamos también que se to-
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rnaron precauciones análogas respecto a la entrada de roedores; que el local dispone de los huecosnecesarios, orientados de Norte a Sur y opuestosde forma que se pueda regular la temperatura...
En un granero en estas condiciones debe procederse periódicamente, antes de encerrar el granoy después de limpio el recinto, a su blanqueo conlechada de cal, adicionada de un S por 100 de sulfato de cobre; piedra lipis, lapislázuli ... Cuandoaños antes haya experimentado el granero el ataque de insectos, deberá fumigarse enérgicamenteantes de entrar el grano, para destruir las puestasde huevecillos, larvas, etc., que pudieran quedar.
Atendiendo a la economía, sencillez de las manipulaciones y menor peligro para las personas,entendemos recomendable el empleo del gas sulfuroso o del formol. Pueden emplearse también,con las debidas restricciones, el sulfuro de carbono, el ácido cianhídrico y el cloro gaseoso. Pero lomás fácil y económico es acudir al anhídrico sulfuroso mediante la combustión del azufre que produce, aproximadamente, el doble de su peso de gas.Para facilitar dicha combustión, conviene mezclaraquél con salitre-nitrato potásico-a razón de70 gramos de este último por kilo de azufre.
Para operar se comienza por cerrar el graneroherméticamente, obturando los resquicios de loscierres con tiras de papel engomado o engrudado.Luego se dispone el azufre con su correspondienteporción de salitre, en un recipiente vidriado, prendiéndolo fuego y retirándose rápidamente el operador, cerrando y tapando perfectamente, del mo-
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do antes dicho, la puerta de salida. Se deja actuarel gas de dos a cuatro o cinco días, pasados loscuales se abre el granero, no debiendo entrar persona alguna hasta que la ventilación se halle muyavanzada, para evitar la acción tóxica del gas.
Las cantidades que corrientemente se empleanson de 30 gramos de azufre y dos de salitre pormetro cúbico de capacidad del local. Algunos elevan la dosis hasta el doble, pero la corriente esla indicada. La llamada "falsa polilla" exige cantidades mayores que el gorgojo. Si la operaciónse realiza por personas poco prácticas en cubicar,pueden recordar la siguiente fórmula: V = LXIX h, en la que L es la longitud del local, 1 laanchura y h la altura del techo en el caso degranero con cielo raso. Si el granero está aguar··dillado a dos aguas, puede acudirse a esta otra;V = LXI X (h - 0,1251), teniendo las letrasel mismo significado que en el caso anterior. Enesta segunda fórmula, h es la altura del suelo ala cumbrera.
No conviene que haya granos en el granerocuando se realiza la fumigación, por razones quemás adelante veremos al tratar de la desinfecciónde semillas.
Para actuar con el sulfuro de carbono se guardan análogas precauciones. Este cuerpo tiene elinconveniente de ser muy inflamable, pero produce muy satisfactorios resultados, recurriéndosea él con frecuencia. Las dosis, variables con lacapacidad del local, temperatura a que se opera,etcétera, oscilan entre un mínimum de 65 gramos
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y un maxuuo de J(X> por metro cúbico de capa cidad del local, sin tener en cuenta el espacio ocupado por el grano. Lo corriente es que no se empleen sino '30 gramos por metro cúbico.
Para reducir el gasto de desinfecta nte y conseguir una mayor eficacia del gas se dosifica at en-
Algunas lenteja s atacadas por gorgo jos.
dicndo a la cant idad de g rano a t rata r y se procede como sigue: se hacen montones prismát icosde la altura que la sem illa permita y se aplica unacantidad de S0 a 60 gramos por quintal métrico--equivalente, ap rox imadame nte, a dos fan egas- oS i el gra no está húmedo y se ha recalentad o, esconveniente aumentar dicha cantidad hasta 70 ti
80 gramos.
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Luego, en la parte alta de los montones, y uniformemente repartidos, se colocan recipientes depoco fondo--cazuelas de barro o cosa análoga-,en los que se echa el sulfuro.
Conviene cubrir dichas vasijas con una gasaun tanto espesa y enterrarlas ligeramente en lasemilla. Si el montón es pequeño, basta situar unsolo recipiente en la parte alta, y debe ser precisamente en la parte superior, porque los vaporesde sulfuro de carbono son más pesados que elaire y van descendiendo y llenando los intersticiosentre las semillas. En cada recipiente no debecolocarse más de un tercio de litro, empleandopara distribuir la dosis calculada cuantos sean necesarios.
Puede echarse el sulfuro directamente sobre elmontón, pero cabe el riesgo de comunicar malolor al grano, sobre todo si el sulfuro no es bueno.Cuando se trata de grandes cantidades de ~rano,
no hay más recurso que inyectarlo en los montones uniformemente distribuido,
Puesto de un modo u otro el sulfuro, se cubreel montón con lonas o sacos mojados, para queel gas se confine mejor en las semillas. Todas estas operaciones deben hacerse con las ventanasabiertas, e inmediatamente después de efectuadasse cierra bien todo, tapando perfectamente lasjuntas de los huecos.
Cuando se trata de cantidades pequeñas, puederealizarse la desinfección en toneles o en depósitos análogos, colocando siempre el sulfuro en la
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parte alta y tapando con lona embreada y contablas u otro peso encima.
Después del tratamiento, se airea perfectamenteel grano para que se vayan los vapores del insecticida, pues un contacto prolongado con aquéllosperjudicaría la germinación de las semillas.
Los mejores resultados se consiguen operandoa temperaturas no inferiores a 20 grados. A menos de 15, el sulfuro no es activo.
Para los gorgojos de las leguminosas, debe forzarse la dosis antes indicadas sin llegar a los 100gramos por quintal métrico de semilla para noperjudicar su poder germinativo.
Como el sulfuro de carbono es muy inflamable,basta el punto de que la mezcla de sus vaporescon el aire en la proporción del 6 al 7 por 100 esya explosiva, y dichos vapores son, además, asfixiantes, convendrá conservar los recipientes delsulfuro de carbono en sitios frescos; cuando songrandes, puede tenerse DI aire libre protegidosdel sol. Y hay que cuidar también de no acercarseal sulfuro fumando o con lumbre y de no tenerlocerca de las cocinas ni donde puedan saltar chispas eléctricas..,
También es prudente colocar un poco de aguaen Jos recipientes en que se conserva el sulfurode carbono, pues ésta, por su menor densidad,se mantendrá siempre en la parte de arriba formando un cierre hidráulico que impedirá, en parte, el desprendimiento de vapores.
Las personas y animales deben huir de situarse junto a los locales destinados a la desinfec-
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ción, pues los vapores de sulfuro que pueden escapar por rendijas o grietas podrían ser causade envenenamiento.
Lo mismo para el sulfuro que si se trata deotros desinfectantes, no hay que olvidar que ladesinfección no inmuniza el grano y que, por tanto, podrá éste infectarse de nuevo si se lleva aotro local invadido por los insectos.
Respecto a la desinfección con el cloro gaseoso,el mejor medio de obtenerlo es tratar el hipoclorito cálcico por vinagre fuerte. Dicho gas tienela contra de oxidar con facilidad los herrajes quepueda haber en el local. También se recomiendanlas pulverizaciones con formol al 30 por lOO, debiendo guardarse-huelga decirlo-en ambos casos las precauciones de cierre del granero y ventilación previa del mismo, ya mencionadas.
El gas cianhídrico da excelentes resultados, pero debe manejarse con grandes precauciones porsu elevada toxicidad. Es recomendable, y hastacon preferencia a otros tratamientos, en aquellasexplotaciones y lugares donde se conozca bien sumanejo por haberlo aplicado a combatir plagas delnaranjo, olivo, etc. Las proporciones de su empleo, en general, pueden ser las mismas que lasusadas contra dichas plagas, y la duración de cinco a seis días.
Efectuada la desinfección del local, y una vezesté bien ventilado, pueden situarse en él los granos, pero con ciertas precauciones. Si por cualquier causa-lluvias en la era o durante el transporte-se humedecen éstos, conviene esperar an-
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tes de almacenarlos a que se sequen. En todos loscasos, como precaución sistemática, no deberándepositarse en montones de espesor superior a0,60 metros, removiéndolos en un principio confrecuencia, a fin de airear y secar las capas másprofundas. Este cuidado es indispensable paraevitar el calentamiento y fermentación de las reservas.
e} Tratamiento de las semillas atacadas por gorgafos y otros insectos.
Para las semillas destinadas a las siembras, lostratamientos tienen por límite obligado la disminución, en número y vigor, del poder germinativo.
Los insectos que atacan con más fercuencia alos granos almacenados son los llamados vulgarmente "polillas" y "gorgojos". En los cereales sonfrecuentes el gorgojo del trigo (Calandra qronaría), el del arroz (Calandria orizae), la polilla o palomilla (Sitotroga cerealelloí, la falsa polilla (Tinea granella) , la polilla bandeada (Plodia interpunctella) y otros; y en las leguminosas, diferentes coleópteros de la familia láridos, denominadostambién gorgojos: géneros Lorio, Acanfhoscélides, etc.
Algarrobas, yeros, garbanzos, lentejas, habas,guisantes, muelas, altramuces, alubias, son invadidos por las muy voraces larvas de estos insectoscuyas hembras depositan sus huevecillos en lasvainas o legumbres todavía tiernas, y a veces
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también en las sem illas almacenadas en los gra11(: ros. Dichas larvas, al nacer y desar rollarse. determ ina n galerías de dimensiones cons ide rab les CI!
re lación con el volume n de aquéllas.Sobre todo en las más pequeñas- yeros, vezas,
lentej a s , ctc. - -, los des trozos son de gra vedad y
Muest ras de gorgojos invaso res de semillas de ieg uminosas.
trascendencia, pues los ins ectos, al dispon er demenor espacio, no se limitan a consum ir las reservas, sino que llegan con sus ga lerías hasta elembrión. Así, en las algarrobas y yeros , cuya germina ción normal oscila entre el 90 y 9S por lOO,
no pasa, para las semillas ata cada s del gorgoj o, del6 al 1 2 por lOO. En mu elas y guisantes , la germinación de las semillas atacadas es del 50 al 60 por
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lOO, siendo la g-erminación normal de las sanas del94 al g8 por 100.
Los procedimientos empleados para combatirlosson de tres órdenes: Meomicos. Fundan su eficacia en la necesidad de reposo, calor y oscuridadsentida por la mayoría de los insectos en las primeras fases de su vida. El traspaleo o remociónde las semillas es eficaz en cierto grado. La manera más sencilla de realizarlo consiste en darvuelta al montón, lanzando el grano con la palaa distancia y de modo que la parle situada debajo quede encima. Así, los granos que estabanen la oscuridad pasan a la luz y las larvas quelos atacaban son destruídas en gran número.
Más perfecta y rápidamente se consigue dichafinalidad con el empleo de centrifugadoras, o seamáquinas de construcción muy diversas, cuyafunción, según su nombre indica, consiste en lanzar violentamente los granos, con el auxilio deun tambor que gira rápidamente, contra una envolvente que rodea al expresado tambor.
También se recomienda remover los granos confrecuencia, dejando aislados y quietos varios pequeños montones, a los que se acogen los insectos,que son fácilmente destruídos con agua hirviendo.
M ¿dios físicos. Resulta de observaciones realizadas que una temperatura hasta de 70 grados,siempre que no actúe más de tres o cuatro horasy estando seco el grano, no disminuye sensiblemente su facultad genninativa, bastando de 50 a55 grados centígrados para provocar la muerte delarvas, insectos, etc. Este margen de 15 a 20 gra-
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dos permite aplicar dicho agente a la destrucciónde los insectos a que nos venimos refiriendo.
Existen muchas disposiciones para emplearle,pero casi todas adolecen del mismo defecto: lamala distribución del calor. Se ha recomendadointroducir las semillas en un horno de cocer pancalentado fuertemente, en el que se deja luegobajar la temperatura hasta 55 grados, poniendoentonces los granos aislados del suelo del hornocon tablas y esteras, ya que dicho suelo se encuentra más caliente. Como fácilmente se comprende, el procedimiento es engorroso, algo caroy exige mucho tiempo y una atención sostenida.
Mejor juicio nos merece el procedimiento ernpleado desde hace muchos años en la provinciade Salamanca, gran cultivadora de lentejas, conlas semillas de esta clase atacadas por los gorgojos. Es el siguiente: un prisma exagonal terminapor ambas bases en muñones que se apoyan encojinetes implantados en soportes de diferente altura. Por uno de los extremos, y mediante unjuego de rueda y piñón, accionada la primera poruna manivela, se pone en movimiento el prisma.Bajo éste se coloca un semicilindro de palastro,en el que se queman madera, ramaje, etc., combustibles que produzcan llamas capaces de alcanzar al prisma. En el interior del prisma, y debidoa su inclinación, circulan las semillas. El númerode revoluciones más conveniente parece ser de 30a 35 por minuto. Este mismo aparato puede hacerse de gasto continuo, construyendo hueco elmuñón más alto, al que se adapta, por un collar
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de deslizamiento, una pequeña tolva de alimentación. Pero insistimos en la dificultad de regularla temperatura Cl\ una masa tal dc semillas, asícomo de conseguir que alcance debidamente laacción del calor a todas ellas. Siempre hay, además, el riesgo de que se perjudique la calidad delgrano y su poder germinativo.
Aledios químicos. Se emplean casi los mismoscuerpos que en la desinfección de graneros, Variando algo las dosis y tiempo de acción. Sin embargo, el gas sulfuroso hay que proscribido, tanto en este caso como en el de conservación degranos para usos industriales. Dicho gas no sóloperjudica a la facultad germinativa, sino que altera el gluten.
El sulfuro de carbono es el más corrientementeempleado, no obstante sus ya repetidos peligros.En España, en Andalucía, hay casas comercialesque 10 utilizan en gran escala y con éxito, a dosispróximas a la de 50 gramos por hectolitro de semilla. Tratándose de almacenes grandes, se hanllegado a emplear roo gramos por metro cúbico.
El gas cianhídrico tiene sobre el sulfuro decarbono las ventajas de perjudicar menos al poder germinativo de las semillas y de necesitarsedosis más pequeñas, pero se trata de un productomuy venenoso para el hombre, que no debe aplicarse sino por personas especializadas en su manejo.
Las dosis requeridas para destruir los insectosson, aproximadamente, de 40 gramos de cianurosódico por metro cúbico de capacidad del local,
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Aparatos para la desin fección , en seco, de semillas.
sin tener en cuenta lo que ocupa el grano. D ichasproporciones no merman la facultad de germina ción de las semillas, pero debido a que el gascianhídrico tiene densidad casi igual a la de l aire ,penetra mal en el interior de los montones, y n opuede aplicarse más que con el g rano ensacado yapilado de suerte que el gas pueda llegar fácilmente a todos los sacos.
Para producir el ácido cianhídrico se empicacianuro sódico , ácido sulfúrico y agua en la pro -
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porción de una parte, en peso, de cianuro portina y media en volumen de agua. Repetimos queti modo de proceder es idéntico a cuando se trata de la fumigación del naranjo. El tiempo deexposición no debe ser nunca inferior a veinticuatro horas y el local ha de mantenerse cerrado10 mejor posible, ventilándole bien antes de entrar una vez terminada la operación.
En la actualidad existen máquinas productorasde ácido cianhídrico que permiten introducirlodesde el exterior, atravesando las puertas con unamanguera perfectamente ajustada. Este modo deoperar es más cómodo y seguro. Insistimos en queeste sistema de desinfección debe hacerse en locales aislados y por personas expertas en su ernpIco. . ; ," ,.,>....
El.tetraclcrusn decarbono ofrece la ventaja deno .ser in'flari1abt~; IO'qpe disminuye el peligrode su uso, pero tiene menor eficacia que el sulfuro y necesita emplearse a dosis dobles o triplesque aquél, razones pof.1as que está muy limitadasu aplicación. El m()~fl' de utilizarle es el mismoque parae1 sulfufÓ;"
Otros product¡){se recomiendan: la cloropicrina, el óxido de etileno, etc., pero hasta el presente no se han llegado a generalizar, careciéndose de datos experimentales que permitan aconsejarles.
El sulfuro de carbono triunfa en la desinfección de graneros y granos y será muy interesanteque nuestros Centros agrícolas de investigacióndeterminen con la mayor precisión posible la do-
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sis a que debe ser empleado para que produzcacumplidamente su objeto, sin merma de la facultad germinativa de las semillas.
Cuando los granos en vez de destinarse a lasiembra se reservan para usos industriales, las limitaciones antes señaladas no existen. La facultad germinativa no ofrece interés. Sólo lo tienela conservación de las cualidades del grano y suintegridad química.
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IN DICEPÁGS.
Partes que componen una semilla '" 5Condiciones para la germinación '" 10
a) Fenómenos morfológicos '" I.~b) Fenómenos fisiológicos... ... 17
Los análisis de semillas , '" ;¿Ia) Necesidad de una muestra media... 21b) Modo de tomar la muestra media... 22e) La pureza de las semillas.,; 25d) Determinación de la pureza... z8e) El origen de las semillas '" 35f) La identidad botánica :. .•. 37g) Determinación del podergerminativo de las
semillas ' :.: 37h) Aparatos empleados en la"U'ttrior determi-
nación.,; ... ... . .', .o' ... .. ,', ,,, ••• 44Investigación de la euscuta..; .•. .. ... ;.. ... 52
a) Características de la semilla y de la 'planta, 52b) Separación mecánica' de la C\.Iscuta · 58e) Reconocimiento de hJ cuscuta , 60
Semillas duras , '" '"., .._.... 62Procedimientos empleados'jiara favorecer su ger-
minación... ... .., ... ... ." "." .o... 64Valor real de las semillas., . .:'":'.... 69Peso de las semillas... ... ... 71Determinación de la humedad... 74La mejora de las semillas... .. '" 76
a) Cambio de simientes... .. '" 76b) Importación... ... ... ... 76e) Máquinas clasificadoras y limpiadoras... 79d) Selección metódica... ... '" '" 85
La desinfección de las semillas '" 93, a) Objetivos que con ella se persigucn..; 93
b) Medios más prácticos y eficaces de realizarla desinfección... ... ... ... ." 95
Conservación de las semillas... '" ... 109a) Condiciones más favorables a su buena con-
servación... ... ... ... ... ... ... ... ... 109b) La desinfección de los graneros...... 115e) Tratamiento de las semillas atacadas por
gorgojos y otros insectos '" ..
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