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LA PREPARACION AL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
EL RITO DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
ESCRUTINIO
Tercera Pregunta:
Sacerdote: “¿Están dispuestos a recibir de Dios, responsable y amorosamente los
hijos, y educarlos según la Ley de Cristo y de Su Iglesia?”
UNIDAD 3: SER PADRES
OBJETIVO GENERAL:
Que los novios comprendan el valor y la importancia de ser padres de familia
responsables, tanto en la procreación como en la formación de sus hijos
Que la pareja reconozca y comprenda sus diferencias físicas y psicológicas y
descubrir la importancia de aceptarlas, respetándolas, para complementarse
mutuamente.
Entender que siendo diferentes, física y mentalmente, ambos forman una unidad
y todos fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. 2 +3 = 1 (la pareja + La
Santísima Trinidad en unidad)
o Saber aceptar nuestras diferencias
o Entender cómo ser castos dentro del matrimonio
SEXUALIDAD DE LA PAREJA
Conociendo nuestro cuerpo (Ver anexo 1)
La intimidad de la pareja
Higiene sexual
Ideología de género (Ver anexo 2)
Los fines del matrimonio
Que el hombre y la mujer descubran que su cuerpo es una obra de Dios y que la
sexualidad es un regalo para lograr los fines del matrimonio
o Conocer el funcionamiento sexual reproductivo de ambos y cómo ocurre
el milagro de la vida
o Entender la importancia y la limpieza y cuidados del cuerpo para una
intimidad plena
o Enfatizar que el matrimonio es exclusivo entre hombre y mujer
o Entender que uno de los fines del matrimonio es la procreación
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PROCREACION RESPONSABLE
Respeto a la vida
Paternidad / Maternidad, un don de Dios
La familia, Santuario de la Vida
Regulación natural de la fecundidad
Planificación Familiar Natural (Ver Anexo 3)
Métodos Anticonceptivos (Ver Anexo 4)
La Familia, Taller de Humanidad
Educación y formación de los hijos
Que la pareja comprenda el verdadero significado de la procreación responsable
para:
o Reconocer la dignidad de cada ser humano desde el momento de la
concepción
o Que los novios comprendan que la vida inicia desde la fecundación y
termina con la muerte natural
o Entender que la vida es un regalo de Dios y no un derecho.
o Entender que los hijos deben ser educados en el amor y con disciplina
o Iniciar la educación en la castidad en los hijos desde el nacimiento
PATERNIDAD Y MATERNIDAD: Los hijos, don preciosísimo del Matrimonio (1 )
¿Están dispuestos a recibir de Dios…
Objetivo del tema:
Llevar a los novios a reflexionar sobre su disposición a ser padre y madre.
Disposición: "Aptitud para hacer algo; soltura en preparar algo" (2)
De acuerdo a la definición, disposición implica preparación. Cuando nos
disponemos a hacer un paseo, no emprendemos la marcha y ya, sino que nos
organizamos. ¿A qué distancia está el lugar al que iremos? ¿Cuánto tiempo se hace a
1 Familiaris Consortio, No. 14
2 Nuevo Diccionario de la Lengua Española. Editorial Norma, 1999
3
pie, en carro o en bus? ¿Qué necesitamos llevar? ¿Será conveniente ir ahora o
esperarnos? En fin, son muchos elementos que se deben tomar en cuenta para hacer
un paseo y evaluar el momento más oportuno para salir.
Lo mismo sucede si estamos pensando en tomar un curso o algo tan sencillo
como ir al cine, porque no iremos a algo a lo que no estemos dispuestos. Por
eso, disposición también implica apertura, tener ganas o decisión de hacer algo.
Esta primera parte de la tercera pregunta del Rito del Matrimonio, nos sitúa en la
disponibilidad de los novios a tomar conciencia de que el Sacramento del Matrimonio
implica dos aspectos primordiales: el unitivo y el procreativo. (3)
Unitivo, porque a través de las expresiones físicas de la sexualidad, el amor de
los esposos se mantiene, se alimenta y crece; y
Procreativo, porque al expresarse su amor, el fruto se verá plasmado en la
transmisión de una nueva vida. Así pues, la noticia de la llegada de los hijos será
recibida con entusiasmo, amor y ternura.
Pero los novios que se están preparando para recibir el Sacramento de
Matrimonio llevan una "programación anti-vida" con relación a su paternidad y
maternidad. Generalmente están muy preocupados con los mensajes que reciben
diariamente de diversas partes:
"Es mejor posponer la llegada de los niños, así tienen oportunidad de conocerse
mejor…"
"¡Los niños son muy caros! Mejor usemos ese dinero para mejorar la casa o
comprar un segundo carro, o viajar…"
"Si tienen niños pronto, ya no disfrutarán de paz…"
"Una familia pequeña vive mejor…"
"¡GANGA! Apartamento para estrenar. No se admiten niños…"
"Si tienen hijos, perderás la figura y tu marido ya no se interesará en ti. ¡Ya te
acordarás de mí…!"
3 Gaudium et Spes No.50 y Humanae Vitae No.12
4
Con estos mensajes y miles más, la joven pareja sigue adelante con sus
preparativos para casarse, motivados con una mentalidad anti-niños, y creen que esa
es la manera adecuada. Después de todo, si les aconsejan eso, es por algo…
Pero, ¿cuál será la mejor decisión? ¿Qué hay atrás de toda la propaganda que se
escucha? ¿Por qué ha "pasado de moda" eso de ser padre y madre?
El mundo de hoy exige muchas cosas a los jóvenes. La competitividad y los
altos "standares" de trabajo, exigen que estén mejor preparados y capacitados para la
vida profesional. Eso hace que no puedan dedicar mucho tiempo a los hijos, así que el
pensamiento es: "-Mejor no tenerlos… todavía. Esperaremos un tiempo…"
Las jovencitas no consideran que el ser madre "de tiempo completo" sea un
privilegio… lo ven como una carga. Algo que ya no se mira bien. Quedarse en casa
es de "otra época", por eso, deben "realizarse" profesionalmente antes que dedicarse a
criar niños… "Eso" puede esperar. No es prioridad…
Los medios de comunicación social, la propaganda y los mismos gobiernos, han
lanzado campañas publicitarias promocionando las familias pequeñas ya que les
ayudará a tener un mayor poder adquisitivo, centrando sus prioridades en el
consumismo.
Algunas personas han tenido una mala experiencia en sus hogares de
origen. Tal vez han vivido muchas limitaciones, o bien han crecido sin padre o sin
madre y han pensado que cuando se casen tendrán una familia pequeña para no
"sufrir" mucho o repetir la historia.
Casarse implica que un hombre y una mujer fundarán una familia. Eso requiere
de una decisión que a su vez, conlleva el mismo deseo de fundarla. ¿Será que se
puede ir al matrimonio con la idea de no tener hijos? ¿Podremos llamar a eso una
familia?
El cometido fundamental de la familia es el servicio a la vida (4). Al recibir
voluntariamente el Sacramento del Matrimonio, nos convertimos en colaboradores del
mismo Dios (5), pues aceptamos gustosos su plan de vida para nosotros. Transmitir la
4 La Familia Cristiana: Una buena nueva para el Tercer Milenio. Pontificio Consejo para la Familia. Preparación al IV Encuentro Mundial de las Familias, CELAM 2002 5 Gen 1, 27 y 28
5
vida, aceptar y acoger la vida, y protegerla, es perpetuar los valores humanos y
cristianos que han regido desde el principio de los tiempos.
Como esposos, la pareja tiene mil maneras de manifestar su amor, entre ellas
está la sexualidad como una de las más fuertes. Este amor es tan profundo que se
"halla enraizado de una manera natural en lo que se puede llamar actitud de
perpetuación" (6) puesta por Dios y que asegura la permanencia de la vida regida por
la inteligencia y la voluntad, más que por el instinto. No debemos pensar que el amor
está dispuesto solo para la fertilidad, pero sí se debe ver como una respuesta valiente
de parte de los esposos a estar dispuestos a cooperar con el amor de nuestro Creador
y Salvador (7) Es como si el amor alcanzara su plenitud cuando se abre a recibir una
nueva vida, cuando es fecundo.
"En la procreación de una nueva vida los padres descubren que el hijo, si es fruto de su
recíproca donación de amor, es a su vez un don para ambos: un don que brota del
don". (8)
Y, ¿qué pasará entonces con aquellos matrimonios que, por alguna situación
particular, de carácter fisiológico, no pudieran procrear hijos? ¿Será entonces, que su
unión pierde valor por no cumplirse el fin procreativo? La Iglesia nos orienta y nos
anima a encontrar el verdadero amor paterno y materno más allá de los vínculos de
carne y sangre acogiendo a un hijo en adopción (9). Esta es otra forma de
estar dispuestos y abiertos a la paternidad y maternidad, logrando así que el amor de
la pareja sea fecundo, que trascienda.
Seguramente podrán argumentar que la ciencia avanzó mucho en los últimos
años y que está el recurso de la fertilización in vitro y otras técnicas de fertilización
asistida. En este aspecto, debe quedar claro que si bien la Iglesia en ningún momento
está opuesta a la ciencia, como Madre nos llama a "que observemos las normas de la
ley natural interpretada por su constante doctrina que nos enseña a que cualquier acto
matrimonial debe quedar abierto a la transmisión de la vida" (10). Esto no significa que
de cada unión se dé una concepción, pero en el momento en que se incorporan
6 Gen 1, 27 y 28
7 Gaudium et Spes, No.50 8 Evangelium Vitae, No.92
9 Ibid, No.93 10 Evangelium Vitae, No.11
6
elementos ajenos a la naturaleza misma de la pareja (sean contraceptivos o
fertilización asistida), el aspecto unitivo dejar de ser íntimo y propio de la pareja e
intencionalmente se bloquee el aspecto procreativo.
Quiero concluir esta reflexión con las palabras de SS Juan Pablo II:
"No tengáis miedo a los hijos que puedan venir;
ellos son el don más preciado del matrimonio…" (11)
Actividades sugeridas:
a. Elaborar un rótulo con letras grandes y de colores vivos que diga la frase "Están
dispuestos a recibir de Dios…"
b. Que los jóvenes, en trabajo individual, escriban cuál es su disposición hacia la
idea de tener hijos (Cuántos, cuando, etc.). Hacer un panel para discutir.
c. Pedir a las parejas que compartan los consejos que les han dado con relación a
los hijos
d. Se les puede pedir que ellos busquen la palabra "disposición" en el diccionario y
partir de sus mismos conceptos hacia la reflexión de su paternidad y maternidad.
e. Lecturas sugeridas:
Jeremías 1, 5
Salmo 139/138, 16
Salmo 127/126, 3
ESPACIAMIENTO DE EMBARAZOS (Ver anexo 3)
"… responsable y amorosamente los hijos…"
Objetivo del tema:
Que las parejas de novios tomen conciencia de lo que implica planificar
responsablemente el número de hijos que piensan tener, a través de conocer el
funcionamiento de los métodos contraceptivos y los métodos naturales.
11 Homilía de SS Juan Pablo II, en Montevideo, 7 de mayo de 1998
7
Responsable:
1. Obligado a responder o rendir cuenta de alguna cosa o por alguna persona.
2. Que es consciente y formal en sus palabras, decisiones o actos" (12)
Amor: Sentimiento de afecto que la persona experimenta hacia otra y por la que desea
su felicidad y anhela su presencia (13).
Al analizar la frase, responsable y amorosamente, podemos ver un enlace. Las
palabras no están desligadas, se complementan. Responsabilidad y amor. Hombre y
mujer. Camino y ternura. Búsqueda de la felicidad.
Si nos vemos obligados a responder o rendir cuentas de nuestros actos, en ese
determinado momento en que la pareja va libre y voluntariamente a darse el
Sacramento del Matrimonio (14), ¿a quién se responde? ¿A la sociedad, a ellos
mismos o a Dios? Además, está el otro componente: el amor. La pareja se ama. Si
no fuera así, no estarían dando ese importante paso que cambiará radicalmente sus
vidas. Pero su amor no se queda allí, estático. Ese amor crecerá y trascenderá en los
hijos que procreen como resultado de ese mismo amor.
Por eso, es importante que los novios comprometidos profundicen en cada uno
de los aspectos que implica el Sacramento del Matrimonio. Una preparación
superficial, rápida, sin el debido tiempo para el discernimiento, solo podrá dar como
resultado una relación inmadura, irreflexiva, egoísta que podría terminar en una
separación a no muy largo plazo y formar parte de las estadísticas de los matrimonios
que se separan al poco tiempo de haberse casado.
Pero, ¿qué es lo que la Iglesia les está cuestionando? Es su disposición a ser
responsables y amorosos con relación a su paternidad y maternidad. Por eso, la pareja
debe madurar bien su respuesta. No se les está obligando a tener una determinada
cantidad de hijos; se les está preguntando por su disponibilidad a la paternidad y a la
12 Nuevo Diccionario de la Lengua Española. Editorial Norma, 1994 13 Ibid
14 Referencia a la primera pregunta del Escrutinio del Rito del Sacramento del Matrimonio
8
maternidad. Les está dando la opción a practicar de manera responsable y amorosa, la
libertad que el mismo Dios nos ha dado desde el principio. Simplemente pide que la
pareja no actúe egoístamente, tomando en cuenta que el egoísmo es contrario al amor
mismo.
Ahora bien, una vez se acepta el compromiso, se debe tener suficiente amor y
valentía para esa otra etapa que deberán enfrentar: ser padre y madre.
La aventura de ser padres en un mundo plural
Las familias de este tiempo atraviesan cambios constantes y situaciones
diversas. Hoy nos encontramos con que las parejas se divorcian, los hombres se unen
con otros hombres para formar “pareja”, lo mismo sucede con las mujeres. También
nos encontramos con muchas madres solteras y familias incompletas. Pareciera como
que todo esos tipos de relación son “normales” y naturales y que no nos queda más
remedio que aceptarlos y aprender a convivir con ellos. Todo eso hace que los
matrimonios que se van formando vayan con ciertas dudas, especialmente en cuanto a
hijos se refiere. Temen fracasar en su relación, por lo que también temen no ser
buenos padres. Hoy se habla de una crisis de la paternidad y la maternidad. Pero al
analizar la situación desde el punto de vista espiritual, caemos en la cuenta de algo
que ya sabíamos: El Plan de Dios para la humanidad es que seamos una familia
integrada por un papá, una mamá y sus hijos, y que, como tal, busquemos la felicidad.
Mostrar lo positivo de ser papá y mamá hará que los jóvenes esposos reconozcan
su misión de transmisión de la vida. Cuando un hombre y una mujer se preparan para
ser padres, es como si cruzaran la frontera hacia un lugar desconocido. Encontrarán
que hay un elemento nuevo que los distingue de otros matrimonios jóvenes que se
encuentren cerca: serán papá y mamá. Cuando se sitúan en su nuevo estado, les
invade una sensación nueva, de gozo, de alegría y también de mucha
incertidumbre. Empiezan a prepararse, a pensar en nombres, a comprar ropita, a
preparar la cuna… Imaginan cómo será su bebé: ¿Será varoncito o una nena? ¿A
quién se irá a parecer? ¿Qué será cuando sea grande? ¡Algunos papás hasta piensan
en donde estudiarán y el deporte que practicarán!!!
Es hermoso reconocer que en esta misión de ser papá y mamá, los esposos
participan del amor de Dios y de su poder de Creador y Padre, mediante esa
9
cooperación libre y responsable en la transmisión del don de la vida humana (15),
cumpliendo las palabras: "-Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y
sometedla." (16)
Pero al mismo tiempo, la noticia de la próxima llegada de un hijo, inspira
ternura. Cuando vemos pinturas de la Sagrada Familia, nos conmueve ver al Hijo de
Dios en las manos amorosas de Su Madre. Así, "todo niño, -imagen de Jesús que
nace- debe ser acogido con cariño y bondad. Al transmitir la vida a un hijo, el amor
conyugal produce una persona nueva, singular, única e irrepetible" (17).
Una de las figuras más hermosas de la familia que se encuentran en los
documentos de la Iglesia es la "familia, santuario de la vida" (18). Un santuario es un
templo en donde se venera a un santo. En términos ecológicos, es una reserva que
puede ser forestal o animal, en donde se protegen especies en peligro de extinción. Al
aplicarlo a la familia, podríamos pensar que es allí en donde sus miembros encuentran
seguridad, comprensión, refugio y en donde la vida humana se valora como única e
irrepetible. Es así como deberán pensar en su hogar: un santuario de la vida,
construido por esa pareja que se ama y a la que vendrán a sumársele sus hijos, fruto
de ese mismo amor.
Solo con una disposición así, los esposos podrán conocer, aceptar y participar
del designio de Dios para vivir su amor conyugal y convertirse en sus cooperadores en
la transmisión de la vida.
Igual de importante es presentar a los jóvenes el derecho que tienen de "decidir
el intervalo entre los nacimientos y el número de hijos a procrear" (19), tomando en
cuenta que la misma Iglesia les orienta a que el espaciamiento de los embarazos sea
por razones justificadas, que no sean de índole egoísta y que excluya la contracepción,
la esterilización y el aborto (20)."
15 Familiaris Consortio, No. 28 16 Gen 1, 28
17 Puebla, No. 584 18 Santo Domingo, No.214.b
19 Carta de los Derechos de la Familia, Art.3
20 Ibid
10
Aquí entra a revisarse la palabra responsablemente. Los esposos deben
considerar seriamente las razones que los motivan a decidir el número de hijos y
cuándo tenerlos, así como las consecuencias de sus decisiones (21). “Ellos viven
entonces un momento de especial responsabilidad, incluso por la potencialidad
procreativa vinculada con el acto conyugal (22).”
La libertad está íntimamente relacionada con la responsabilidad, que al mismo
tiempo supone libertad. Esto quiere decir que hay una relación directa entre libertad y
responsabilidad. Conforme una persona tiene más libertad, es más su
responsabilidad. Al aplicarlo a la pareja de esposos, éstos tienen la libertad de elegir
cuándo tener sus hijos, y cómo espaciarlos. Pero esa misma libertad les exige mayor
responsabilidad. Deberán evaluar todos los factores que ello implica: salud de la
esposa, riesgos y beneficios de planificar, conocimiento de su cuerpo, consecuencias,
etc. Por ello, dentro de la misma preparación al matrimonio se les debe presentar la
propuesta de la Iglesia, sus razones éticas y morales para recomendarles que excluyan
los métodos contraceptivos y la alternativa que, con justo derecho (23), las parejas
pueden optar a planificar el número de hijos que desean tener a través de conocer las
opciones naturales que la ciencia pone a su disposición.
La pareja será la que, a última instancia, tomará su decisión de cuántos hijos
desean tener y el método que utilizarán. Seguramente, los agentes de Pastoral Familiar
no sabrán nunca qué hará cada pareja. Por esa razón, se debe aprovechar al máximo
esta oportunidad. Se les debe llevar a que ellos mismo se den cuenta que no es
"necedad" de la Iglesia, o que sus orientadores no están actualizados.
¡Al joven de hoy ya no se le puede dar un pliego de prohibiciones y amenazas so
pena de pecado capital! Ellos deberán valorar la preocupación que la Iglesia tiene
como Madre, así como que su relación hombre-mujer va más allá de una mera entrega
de pasión que luego pasa y lo que tiende a dejar es un vacío existencial.
21 Medellín, conclusiones. Promoción Humana: 3. Familia y Demografía No. 16
22 Carta a las Familias, SS Juan Pablo II, No. 12
23 Carta de los Derechos de la Familia, No. 3
11
Para que una pareja de novios, próximos a casarse, tome una decisión de vida
como lo es el número de hijos que planea tener y el espaciamiento entre los mismos,
es necesario que tengan los elementos para fundamentar su decisión.
Yo propongo que se lleve la siguiente secuencia lógica:
1. Diálogo Conyugal (24)
Los esposos, de manera consciente, deben asumir con responsabilidad y amor, el
don de la vida. Por eso, su decisión debe estar basada en esos dos elementos
fundamentales para hacer de su hogar, desde el mismo principio de sus vidas en
común, un santuario de la vida en donde se reciba y se cuide la misma como un don de
Dios. Por eso, la pareja, libre de egoísmos y con vista a un proyecto de vida común,
debe detenerse un momento y reflexionar sobre el número de hijos que planean tener,
teniendo en cuenta los siguientes elementos:
a. Condiciones espirituales: la oración
La oración es primordial para la relación de la pareja. Se supone que si la pareja
se está preparando para recibir el Sacramento del Matrimonio, no puede excluir a Dios
de los momentos cruciales de su vida, como tampoco de los más sencillos y
cotidianos. Por eso, deberán invitar a Dios a su diálogo, confiando en la promesa
hecha por el mismo Jesús: "Donde están dos ó tres reunidos en mi nombre, allí estoy
Yo en medio de ellos"(25), de esta manera, empiezan a edificar su “Iglesia doméstica”,
o sea, hacer de su hogar el lugar primero en donde se conoce a Dios y se le toma en
cuenta como el fundamento de su familia.
Será pues, una oportunidad de experimentar la presencia de Dios desde el
mismo inicio de su vida en común. Los esposos están llamados a transmitir la vida,
siendo cada vez más conscientes del significado de la fertilidad, como acontecimiento
privilegiado en el cual se manifiesta que la vida humana es un don recibido para ser a
su vez dado. "En la procreación de una nueva vida los padres descubren que el hijo, si
es fruto de su recíproca donación de amor, es a su vez un don para ambos: un don
que brota del don" (26).
24 Conclusiones de Medellín. Promoción Humana e: Familia y Demografía, No. 17
25 Mt 18, 20
26 Evangelium Vitae, No. 92
12
b. Condiciones físicas (27)
El matrimonio debe preguntarse si gozan de condiciones físicas adecuadas para
tener un bebé o posponer un embarazo.
Cuando hay quebrantos serios de salud, principalmente de la madre, un
embarazo no es conveniente. La madre debe estar en excelente condición física ya
que por nueve meses estará nutriendo a su bebé, quien aprovechará a lo máximo todo
lo que ella pueda proporcionarle para su desarrollo fetal. De allí que es prudente que la
pareja que decida tener su bebé, acuda al ginecólogo con unos meses de anticipación
para preparar su cuerpo para el gran acontecimiento.
Si por el contrario, la futura mamá no se encuentra en las condiciones
adecuadas de salud, será conveniente que posponga el embarazo hasta que se
recupere. De igual manera, si ya hay hijos, deben considerar que a una madre le toma
aproximadamente dos años recuperarse de un embarazo para estar apta para otro, y
así el nuevo bebé goce de las mismas condiciones óptimas que el hermanito anterior.
c. Condiciones psicológicas (28)
La estabilidad emocional de la pareja es sumamente importante para una
decisión tan trascendental. Si se está pasando por un período de desajustes
emocionales, peleas frecuentes, dificultades laborales, etc., tal vez no sea ese el mejor
momento para un embarazo. La madre debe gozar de estabilidad emocional, de una
relación placentera y amorosa a fin de que el embarazo se desarrolle en un ambiente
de armonía que el mismo bebé en desarrollo pueda percibir.
Cuando una pareja está con problemas, un bebé no es la solución. Primero
deben estabilizarse y será entonces que se den las condiciones para agregar un
miembro a la familia.
d. Circunstancias externas (29)
27 Humanae Vitae, No. 16
28 Ibid
29 Humanae Vitae, No.16
13
Los esposos deberán evaluar también la situación económica, de tal manera que
el nuevo hijo no se le reciba como una carga, sino como una buena noticia. Si el
esposo está sin trabajo, o es estudiante y sus ingresos son insuficientes, deberán
evaluar si ese es el mejor momento para tener un nuevo hijo o hija.
Todo lo anterior son solo ejemplos de situaciones que podrían presentarse. Sin
embargo, si los esposos están dispuestos a enfrentar las dificultades y tienen un
corazón abierto y generoso para recibir a sus hijos, seguramente acogerán una nueva
vida como un regalo de Dios.
De cualquier manera, con esta reflexión se trata de hacer ver a los jóvenes que
un hijo no es "algo" que sucede. Es una vida, es un don de Dios, y debe tratarse como
joya preciosa. Una vez la pareja ha concluido su diálogo, es fundamental que dé el
siguiente paso:
2. Conocimiento del cuerpo humano. Su funcionamiento con relación a la
procreación. (Ver Anexo 1)
Para que los esposos puedan tomar una decisión, deben formarse una conciencia
crítica, pero para ello deben contar con los elementos necesarios. Deberán informarse
y familiarizarse con los procesos biológicos que ocurrirán al dar ellos inicio a una nueva
vida. Será fundamental que tengan un conocimiento y respeto de esas funciones ya
que "la inteligencia descubre, en el poder de dar la vida, las leyes biológicas que
forman parte de la persona humana (30)."
No hay nada más impresionante y maravilloso, que conocer el perfecto
funcionamiento del cuerpo humano. Ninguna de sus partes es casualidad; cada una
cumple una función específica. Los grandes tratados de medicina explican en detalle el
cómo y el por qué de cada parte del cuerpo, y para lograr un dominio amplio,
¡tendríamos que estudiar medicina! Así que será oportuno en este momento, dar a
conocer, a grandes rasgos, el funcionamiento del aparato reproductor del hombre y la
mujer, para apreciar la maravilla hecha por Dios.
30 Humanae Vitae, No. 10, Puebla 610 y 611
14
Es preciso hacer conciencia en la pareja que la información que se le dará no es
suficiente, pero que les servirá para comprender cómo funcionan sus cuerpos. Se les
deberá aconsejar que se asesoren con un médico católico, para lo que es
recomendable tener referencias, tanto de ginecólogos como de ginecólogas, ya que las
parejas pueden solicitarlo y no es conveniente proponerles algo de lo cual no se les
puede responder.
Además, los agentes de Pastoral Familiar deberán disponer de material
audiovisual actualizado, prepararse e informarse adecuadamente sobre el tema para
hacer una buena presentación a los jóvenes que, generalmente, creen tener ya la
información completa.
3. Asesoramiento Espiritual
Una vez que la pareja ya tiene conocimientos básicos de fisiología humana y
regulación de la fertilidad, deberá buscar una orientación de tipo espiritual y doctrinal,
como un último elemento previo a tomar su decisión. Esta orientación podrá darla un
sacerdote o una pareja que tengan formación en consejería matrimonial.
Podría parecer que este paso no es tan necesario, pero lejos de ello, el
compartir sus inquietudes con alguien dispuesto a escucharlos y a darles una
orientación, les ayudará a reforzar su decisión.
Ahora la pareja está preparada para el último paso:
4. Toma de decisión
Este paso es exclusivo de la pareja, el cual deberá ser tomado en base al
proceso sugerido. Se debe hacer conciencia en los jóvenes que decisiones tan
trascendentales como ésta no se toman a la ligera, o en base a la experiencia o
recomendación de otros. Es una decisión de vida y de vidas. Es parte de su proyecto
común, con vistas al futuro, recordando "que deben conformar su conducta a la
intención creadora de Dios, manifestada en la misma naturaleza del matrimonio y de
sus actos, y constantemente enseñada por la Iglesia (31)."
31 Humanae Vitae, No. 10
15
Se puede concluir que, para desarrollar una verdadera paternidad y maternidad
responsable, los esposos deben recorrer un camino de discernimiento. Para ello,
partiendo del amor los mismos esposos se tienen, deben buscar
el conocimiento. Para valorar el cuerpo humano y sus funciones, especialmente las
reproductoras, éstas se deben conocer y entender. Solo así podremos respetar el don
de la vida, la cual surge del mismo amor que la pareja se tiene. Con esta dinámica se
podrá entonces, elaborar un proyecto de vida, que de vida a los cónyuges y que esa
vida sea traducida en nuevas vidas, frutos de su amor.
PAPÁ Y MAMÁ: Mis primeros maestros
"… y educarlos según la Ley de Cristo y de Su Iglesia?"
Objetivo del tema:
Que los novios reflexionen sobre su tarea educativa en el camino de la fe para con sus
hijos, a partir de su propia vivencia.
Educar: "Desarrollar o perfeccionar las facultades y aptitudes del niño o del
adolescente" (32)
Un hombre y una mujer deciden casarse porque se aman tanto, que están
dispuestos a envejecer juntos, decididos a superar las dificultades que se les vayan
presentando. Su base es el amor, y sobre ella planificarán su vida. Pero, ¿qué pasa
con esas parejas que tenían ese proyecto y al poco tiempo se están
separando? ¿Será que era amor lo que verdaderamente los unía o una pasión basada
en la atracción física?
Si "Dios es amor" (33), ¿está Él en medio de la relación de estos novios? ¿No
será éste el momento para cuestionarlos y que ubiquen a Dios dentro de su
relación? ¿Estarán dispuestos a hacerlo? ¿Están recibiendo esta preparación sólo
porque es requisito? ¿Están preparados para casarse? Y más aún, ¿estarán
preparados para ser padre y madre?
32 Nuevo Diccionario de la Lengua Española. Editorial Norma, 1994
33 1ª Juan 4, 16)
16
Además de su disponibilidad a ser padres, se les está cuestionando el hecho de
su capacidad de educar a sus hijos. Pero no se está hablando de una educación
escolar. Se refiere a una vida de fe, que les presente a Cristo y a Su Iglesia con una
información de primera mano: lo que se vive en casa, lo que papá y mamá practican..
Muchas parejas se casan "por la Iglesia", pero no viven “como Iglesia”. No han
hecho de su hogar "verdaderas Iglesias domésticas en cuyo seno se vive la Fe, se
educa a los hijos en la Fe y se da un ejemplo de amor, de mutuo entendimiento y de
irradiación de ese amor al prójimo…" (34)
¿Cuánta conciencia tiene una pareja de recién casados de su responsabilidad
"como los primeros y principales educadores de sus hijos" (35)? Es importante
hacerles ver que nadie puede ser responsable de algo si ignora de qué se trata. Si
esta misión no se tiene clara, su labor educativa como formadores en la fe será muy
pobre y tal vez fracasen, porque ser padre y madre no se improvisa. Es una labor de
día a día, algo que se vive y se construye.
Cuando los cónyuges se dan cuenta de su responsabilidad, ven su hogar como
un “taller de humanidad” (36) en donde el ser humano, desde su nacimiento, empieza
a forjarse como persona, aprendiendo a comportarse como tal. Dentro de la familia se
desarrollará su personalidad, reconociendo su dignidad personal, aprendiendo a amar y
ser amado, adquiriendo valores y desarrollando sus virtudes. Así mismo, a través de la
interrelación de los miembros de la familia, se aprende la sociabilidad, siendo solidarios
y responsables entre sí, reconociendo límites, aprendiendo normativas, todo útil para
cuando deba salir del hogar para insertarse en la sociedad.
Si no están preparados, estos jóvenes deben empezar a prepararse ya. Será
una invitación a que inicien un tiempo de discernimiento. Aquí ya no se trata solo de su
labor de ser padres, se trata de ellos mismos.
Algunos muchachos le dicen a la novia: -Me caso, pero no me obligues a ir a
misa… Estos jóvenes jamás se acercan a la Iglesia, pero ahora ¡se casan por la
Iglesia! Deberán comprender que no se trata de un evento social, o que se están
34 Puebla, No. 94
35 Familiaris Consortio, No.36 36 Manual de Pastoal Familiar. Orientaciones pastorales. P. Jaime Fernández, Chile 1999
17
casando por la Iglesia solo por el "qué dirán" si no lo hacen así. ¿Por qué casarse si
no participan del gozo de ser miembros activos de la Iglesia de Jesucristo? ¿Cómo van
a cumplir el compromiso de educar a sus hijos en la Ley de Cristo y de Su Iglesia, si ni
ellos mismos la conocen?
Si la pareja no tiene algún tipo de acercamiento a Dios, tal vez sea este el mejor
momento para que revise esa área de su relación; es la oportunidad de hacerles ver
que si no hay una experiencia de Dios en sus vidas, se están casando sin razones que
justifiquen adquirir un compromiso de tal magnitud ante el mismo Dios.
Claro que está el pensar que al menos, al casarse por la Iglesia tienen la
oportunidad en un futuro, de irse acercando poco a poco, y que en el camino irán
adquiriendo esa madurez. Nunca es tarde para comenzar. Pero, ¿no sería más
maduro que ellos reconocieran su lejanía y su poco conocimiento de la Iglesia y que se
fueran acercando, siendo novios, maduren en su fe y luego, con pleno conocimiento y
gozando del amor de Dios, tomen la decisión de unirse en el Sacramento del
Matrimonio? Entonces, no tendrán dificultad de educar a sus hijos en el camino de la
fe, porque ellos mismos estarán recorriendo esa ruta.
Más adelante, cuando los hijos lleguen, los llevarán al Sacramento del Bautismo
en donde ingresarán a la Iglesia. No será un "requisito", sino una respuesta al amor
que se profesan a través del amar a Cristo y a Su Iglesia. Sus hijos aprenderán, desde
la cuna y sus primeros años" a conocer, a sentir y a adorar a Dios y a amar al
prójimo…" (37), tal y como papá y mamá lo hacen…
Todo esto es un proceso, es un camino de maduración en que él y ella optan
libremente a fundar un hogar a través de administrarse el Sacramento del Matrimonio.
CONCLUSIÓN
Cuando Papá y Mamá ejercen su paternidad y maternidad responsable, cumplen
con lo que la Iglesia propone: "Puesto que los padres han dado la vida a los hijos,
están gravemente obligados a la educación de la prole y, por tanto, ellos son los
primeros y principales educadores de sus hijos. Este deber de la educación familiar es
37 Declaración Gravissimum Educationis, No. 3
18
de tanta trascendencia, que, cuando falta, difícilmente puede suplirse. Es, pues, deber
de los padres formar un ambiente familiar, animado por el amor, por la piedad hacia
Dios y hacia los hombres, que favorezca la educación íntegra personal y social de los
hijos. La familia es, por tanto, la primera escuela de las virtudes sociales, que todas las
sociedades necesitan." (38)
El compromiso es claro. Si los esposos lo reconocen, verán que, además de
darle la vida a sus hijos, ellos:
> están obligados a educarlos
> difícilmente puede alguien sustituirlos
> esa educación es basada en el amor a Dios y a los hombres
> trascenderá a la sociedad
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