Post on 07-Jul-2015
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La perrita Lola
Un buen día llegó a un pequeño pueblecito una perrita color canela, era menuda, con unas patitas muy cortas y unas orejas bien largas.
Tenía muchísimo miedo de todas las personas y no permitía que se acercasen a ella ni mayores ni pequeños; ni tan siquiera, otros perritos del pueblo. Parecía que la habían maltratado y abandonado, por lo que no se fiaba de nadie.
Encontró refugio debajo de unos hierros amontonados, pero no la resguardaban lo suficiente.
Muy cerca de allí vivía Don Luis, un hombre que le encantaban los animales, pero viajaba tanto, que no podía adoptar a Lola,
Don Luis siempre le teníacomida y agua fresca.
Lola veía a Don Luis y movía con rapidez su rabito encaracolado, le esperaba siempre a la misma hora, pero nunca consentía que Don Luis se le acercara demasiado, dejaba la distancia suficiente para siempre poder huir a toda velocidad.
Don Luis la miraba de lejos para que pudiera comer tranquilita.
Entre los vecinos se hizo conocida, muchos preguntaban ya por la perrita Lola, pero nadie sabía lo que le había ocurrido para que se comportara así.
Llegaron las lluvias y Lola aparecía empapada caminando de un sitiopara otro, sin un insignificante rayito de sol que le secara sus largasorejas…
Cada cual llevaría algún trocito sobrante de comida, formarían uncírculo evitando así que Lola pudiera huir y ante tales manjaresseguro que Lola se rendiría al abrazo de los pequeños.
Los niños y niñas del pueblo idearon un plan, querían que Lola tuviera un hogar, unos dueños y que recibiera el cariño que merecía. Don Luis había estado de viaje y Lola llevaría varios días sin comer, así que pensaron prepararle un banquete a Lola.
Y así ocurrió.Al principio Lola estaba muy asustada, pero comenzó a olfatear, amedida que los niños y niñas se acercaban, más olores intensos ydeliciosos le llegaban a su negro y hambriento hociquito.
Le hablaban con cariño y le ofrecían sus comiditas. Lola fueprobando los trocitos y dejándose poco a poco acariciar, Erafantástico, había muchas personas que la querían querer, no todaseran malas como ella pensaba.
Era cierto, ¡se dejaba acariciar y comía de su mano!
Cuando Don Luis regresó y supo lo acontecido, se alegró muchísimo y fue corriendo a ver a Lola.
Don Luis la llevó a casa de su madre que vivíasolamente con un gatito y para los tres, la felicidad llegóa sus vidas.