Jugando Con Las Palabras 1

Post on 19-Jun-2015

5.976 views 4 download

description

Juega con los signos de puntuación.

Transcript of Jugando Con Las Palabras 1

Jugando con las palabras 1

Signos de Puntuación

Signos de puntuación

El profesor escribió y pidió a los alumnos colocar los signos de puntuación:

Yo un hombre feliz no necesito una mujer

Pero hubo dos soluciones correctas:

Yo, un hombre feliz, no necesito una mujer.

Que escribieron los varones.

¿Yo? Un hombre feliz no, necesito una mujer.

Y la escribieron las mujeres, claro.

Colocar los signos de puntuación es sumamente importante, pues de ello depende la correcta comprensión de un escrito.

Lee las siguientes historias y descubrirás cuan importante es la puntuación en un texto.

Las tres hermanas

Tres hermanas se enamoraron de un joven. Éstas un día le presentan un ultimátum: debe decidir por una. El joven, al que no le gustaba que lo presionen, les contesta con un escrito que les da al día siguiente. Y les dice que debe irse de viaje y no ha podido puntuar la respuesta, les encarga que coloquen ellas los correspondientes signos. Se marcha y las mozas, con esperanza, leen:

Me piden que diga cuál esla que prefiere mi amorSi obedecer es rigordigo pues que amo a Teresano a Leonorno aspira mi amor a Juanaque no es poca su belleza

Teresa lo vio claro, ella era la elegida. La puntuación obligada era:

Si obedecer es rigor,digo, pues, que amo a Teresa.No a Leonor.No aspira mi amor a Juana,que no es poca su belleza.

Mas Leonor le respondió que faltaban más signos de interrogación:

Si obedecer es rigor,¿digo, pues, que amo a Teresa?No, a Leonor.No aspira mi amor a Juana,que no es poca su belleza.

Entonces Juana, alertada por las interrogaciones introducidas por Leonor, discurrió que era ella la elegida y que el versillo debía de puntuarse así:

Si obedecer es rigor,¿digo, pues, que amo a Teresa?No. ¿A Leonor?No. Aspira mi amor a Juana,que no es poca su belleza.

Con lo que el enigma no se aclaraba. Hubieron de esperar al regreso del joven, que demostró no tener delicadeza. La puntuación correcta era ésta:

Si obedecer es rigor,¿digo, pues, que amo a Teresa?No. ¿A Leonor?No. ¿Aspira mi amor a Juana?¡Que no! Es poca su belleza.

La herencia

Un señor por ignorancia, ¿o tal vez por mala intención?, dejó al morir el siguiente testamento escrito:

Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luís tampoco jamás se pagará la cuenta del sastre nunca de ningún modo para los Jesuitas todo lo dicho es mi deseo Facundo.

Cuando se leyó el testamento, las personas aludidas se atribuían la preferencia, empezó entonces una disputa entre el sobrino Juan, el hermano Luís, el sastre y los padres jesuitas.

Con el fin de resolver las dudas, acordaron que cada uno se llevara el escrito y le colocara la puntuación respectiva.

El sobrino Juan lo presentó de la siguiente forma:

Dejo mis bienes a mi sobrino Juan, no a mi hermano Luís. Tampoco, jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.

El hermano Luís presentó su reclamo de esta manera:

¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? ¡No! A mi hermano Luís. Tampoco, jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.

El sastre justificó su derecho como sigue:

¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luís? Tampoco, jamás. Se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.

Los Jesuitas consideraron que el documento debería interpretarse de la siguiente manera:

¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luís? Tampoco, jamás. ¿Se pagará la cuenta del sastre? Nunca, de ningún modo. Para los Jesuitas todo. Lo dicho es mi deseo. Facundo.

Para poner orden, se acudió a la autoridad que, después de examinar el escrito, dijo en tono severo: “Señores, aquí se está tratando de cometer un fraude; la herencia pertenece al Estado”:

¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luís? Tampoco. Jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo, para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.

En tal virtud, y no resultando herederos para esta herencia, queda incautada en nombre del Estado, y se da por terminado este asunto.

Jugando con las palabras 1

Perú - 2009

http://palabrasconjuegos.blogspot.com