Historia de las Religiones II a

Post on 09-Jul-2015

213 views 3 download

description

Estudio de la Religiòn en la Prehistoria

Transcript of Historia de las Religiones II a

Los pueblos sin tradición escrita

La prehistoria

Pre

his

tori

aPaleolítico

Nómades: solían formar pequeños grupos que se iban trasladando según encuentran alimento.

Herramientas: Al golpear piedras contra piedras consiguieron armas que sirvieron para cazar, cortar carnes y pieles para vestir. Utilización del fuego en le Paleolítico medio.

Neolítico

Sedentarios: Formaron los primeros poblados . Agricultura y ganadería .

Herramientas: piezas de cerámica, Vasija de barro para cocinar y guardar alimento.

Construcción de monumentos: dolomes y menhires

Edad de los Metales

Utilizan los metales primero el cobre y luego el bronce y por ultimo el hierro.

Inician con la actividad comercial, por medio de intercambios.

Finaliza la prehistoria con el surgimeinto de los primeros documento sescritos, en el caso del antiguo Oriente en el año 3500 a. C.

Paleolítico

Los primeros grandes pasos del hombrePostura vertical del homínido:

* Puede organizarse el espacio conforme a una estructura: en cuatro direcciones, extendiéndose por delante, por detrás, a derecha, a izquierda, por arriba y por abajo

* A partir de esta experiencia original, se elaboran los diferentes medios de orientación.

* El espacio orientado en torno a un «centro» explica las divisiones y particiones de los territorios y las viviendas, así como su simbolismo cósmico.

El empleo de utensilios:

* No queda limitado a una situación particular o a un momento especifico, como con los simios.

* Las piedras trabajadas servían para una función que no prefigurada en el cuerpo humano.

La «domesticación» del fuego:

* La utilización del fuego data de Chu-feutien(600000 años), pero es muy posible que la “domesticación” se produjera antes.

Se transforman en carnívoros:

* Vivieron de la caza, lo recolectados por las mujeres y los niños eran insuficientes para asegurar la supervivencia de la especie. La caza determino la división del trabajo según el sexo.* La muerte de las piezas estable una relacionentreel cazador y animales. Esta «solidaridad» se revela en el acto de matar, la sangre que se derrama es semejante a la del hombre.

* Dar muerte a la fiera cazada o al animal domesticado equivale a un “sacrificio” en el que las victimas son intercambiadas.

La interpretación de las fuentes:

Los «documentos» son numerosos, pero «opacos»: huesos humanos, especialmente cráneos, utensilios de piedra, pigmentos (ocre rojo) y otros.

A partir del Paleolítico reciente (30000 a.C.) hay grabados y pinturas rupestres, guijarros pintados y figurillas talladas con intención religiosa.

Los utensilios tecnológicos sirvieron también de valores religiosos. El valor religioso de un arma pervive en poblaciones rurales europeos.

Fue el «dominio de la distancia», con el arma arrojadiza, el que suscitó creencias, mitos y leyendas. Pero un utensilio, revela su intencionalidad tecnológica, mientras que se nos escapa todo lo que se pensó o sintió. Vasija de barro del Neolítico 6000 a. C., en el Museo Arqueológico

de Atenas

Los cazadores primitivos consideran a los animales semejantes a los hombres, pero con poderes sobrenaturales; creen que el hombre puede transformarse en animal, y a la inversa.

En cuanto a los seres sobrenaturales se distinguen:

* Los compañeros o «espíritus guardianes».

* Las divinidades Ser Supremo-Señor de los animales.

* Los espíritus de la selva y los espíritus de las distintas especies.

El hechicero, cueva de Trois Frères en Francia

La muerte del animal es un rito, el Señor de los animales vela para que el cazador mate sólo lo necesario; los huesos, especialmente el cráneo, tienen un considerable valor ritual ( se cree que contienen el «alma» del animal).

De ahí que se depositen el cráneo y los huesos largos en lugares elevados. Existe la costumbre de ofrecer a los seres supremos un bocado de cada animal.

Calco del panel de la cueva de Les Trois-Frères. Hacia 15.000 a.C.

A partir del Musteriense (70000) hay sepulturas. Pero han aparecido cráneos y mandíbulas mucho más antiguas, como en Chu-feu-tien (400.000 A.P.). No se tratan de sepulturas, pero la conservación de estos cráneos son por razones religiosas.

La costumbre de espolvorear con ocre rojo los cadáveres está difundida, desde Chufeutien hasta las costas de Europa, en África, Australia, Tasmania, en América hasta la Tierra de Fuego.

Homo sapiens neanderthalensis

Ciertas sepulturas también pueden ser interpretadas como una precaución contra el eventual retorno del muerto; en estos casos, el cadáver aparece encogido y atado. La posición replegada del cadáver, se deba, a una esperanza en su «renacimiento», se conocen casos de inhumación intencionada en posición fetal.

Es probable que los cráneos y otros restos óseos de animales hallados junto a las sepulturas sean restos de banquetes rituales o de ofrendas. Esto implica que el difunto habría de proseguir su actividad en el otro mundo.

El enterramientos orientados hacia el este, indicando la intención de solidarizar el alma con el curso del sol, que implica la esperanza de un «renacimiento», en una existencia ulterior en el otro mundo.

c) hasta el Paleolítico tardío no se puede hablar «con mayor o menor certeza» de sacrificios.

En un estudio sobre los sacrificios entre los paleantrópidos, J. Maringer ha llegado a las conclusiones siguientes:

a) a nivel del Paleolítico antiguo no están atestiguados los sacrificios

b) los documentos del Paleolítico medio se prestan a interpretaciones diversas, pero su carácter religioso (es decir, de sacrificios) no es evidente

Pinturas rupestres Venus de Berejat Ram Altos del Golán

Cueva de Lascaux (Francia)

Roca de los Moros España

Techo de Altamira

Periodo clásico (Magdaliense, 15000 a. C.), con una relaismo muy avanzado en cuanto a las formas

Como estas pinturas aparecen en lugares alejados de la entrada, se considerar estas cavernas como una especie de santuarios. Muchas de ellas eran inhabitables y las dificultades que presenta el acceso a ellas reforzaba su carácter numinoso.

Los osos, leones y otras bestias salvajes acribilladas de flechas o las figuras modeladas en arcilla de la caverna de Montespan, representando osos o leones atravesados por agujeros, se han interpretado como pruebas de la «magia de la caza».

Es probable que en las zonas más profundas de estos «santuarios» se celebrasen ciertos ritos previos a la caza o en «iniciación». Una escena de la caverna de Trois-Fréres ha sido interpretada como representación de un danzante disfrazado de bisonte, que al parecer toca un instrumento.

El «Gran Mago» de la caverna de Trois-Fréres, figura que mide unos 75 cm. Puede ser interpretado como un «Señor de los animales» o un hechicero.

H. Kirchner ve en ella una escena chamánica: el hombre no estaría muerto, sino en trance ante un bisonte sacrificado, en el más allá. El pájaro posado sería su espíritu protector. Tendría por objeto lograr la comparecencia del chamán en éxtasis ante los dioses para pedir una bendición.

La caverna de Lascaux, es de acceso difícil. Puede verse un bisonte herido y un hombre muerto y caído en tierra con arma, aparece apoyada contra el vientre del animal; junto al hombre hay un pájaro.

Se relaciona con el chamanismo los dibujos «de rayos X», en donde aparecen como al trasluz el esqueleto y los órganos del animal. En Francia (13000-6000 a.C.) y Noruega entre 6000-2000 a.C, Siberia oriental, entre los esquimales, en América (los odjibwas, los pueblos, etc.) en la India, Malasia, Nueva Guinea y noroeste de Australia. Propia de los pueblos cazadores.

Parece segura la existencia de algún tipo de «chamanismo». El chamanismo domina la ideología religiosa de los pueblos pastores y de los cazadores.

El descubrimiento de figuras femeninas del último período glaciar están muy repartidas, desde el suroeste de Francia hasta Siberia, y desde el norte de Italia hasta el Rin. Son estatuillas de 5 a 25 cm. de altura, talladas en piedra, en marfil o en hueso. Están sumamente esculpidas, con un abdomen de proporciones exageradas y con la cabeza carente de rasgos.

La presencia femenina:

Laussel (Dordoña)

«Venus» de Lespuges«Venus» de Willendorf (Austria)

Cazadores de Asia fabrican esculturas en madera, llamadas dzuli. Los dzuli femeninos representan a la abuela mítica de la que descienden todos los miembros de la tribu y que protege a las familias; se les obsequia ofrendas.

En Mal'ta, Siberia se encontró una «aldea» cuyas casas, estaban divididas en dos mitades, a la derecha, de los hombres, y la izquierda de mujeres; las estatuillas femeninas son de este sector. Sus homólogos masculino representaban pájaros o falos.

Es probable que este sistema de complementariedad se invocara a la vez para organizar el mundo y para explicar el misterio de su creación y regeneración.

Leroi-Gourhan poner de relieve la función de la polaridad masculino-femenino en el conjunto del arte paleolítico. Ha observado que existe una agrupación por parejas de los valores macho hembra, por ejemplo, bisonte (femenino) y caballo (masculino).

Cueva de La Pasiega Cantabrica

Altamira Femenino

Ekain

Los diferentes temas, se dividen en cuatro grupos:

* El caballo, presente en los conjuntos parietales (26 %)

* El bisonte o uro (buey salvaje) (28 %)

* El mamut, la cabra montés y el ciervo (26 96)

* El hombre, el oso, el rinoceronte y los felinos (7 %).

Las demás figuras (la mujer, el reno, el lobo, el pez, el pájaro, etc.) se reparten el resto del porcentaje: el más abundante, el reno es el 3,5 %.

El Neolítico

Cambios en el iniciación del proceso Neolítico: El final de la época glaciar, 8000 a.C fue una alteración del clima y paisaje:

Cambio la flora y la fauna. Surgen las estepas árticas.

El retroceso de los glaciares provocó la retirada de la fauna hacia las regiones septentrionales.

En el sureste asiático, es la época de la domesticación de los animales y de la agricultura.

Los cazadores siguieron sus presas, pero la disminución de la caza les obligó a instalarse a orillas de los ríos, donde pescaban.

Las prácticas religiosas de los cazadores de reno septentrional europeo.En los depósitos de limo de un pantano de Stellmoor, cerca de Hamburgo, A. Rust encontró los restos de doce renos sumergidos.

Recogió en este yacimiento numerosos objetos: flechas de madera, utensilios de hueso, hachas de cuerno de reno y descubrió un poste de madera de pino con un cráneo de reno colocado en la punta. Este indicaría el lugar donde de un banquete ritual.

Interpretado este hecho como una ofrenda de primicias a una divinidad.

En Ahrensburg-Hopfenbach, en una estación mesolítica del 10000 a.C, Rust extrajo del pantano un tronco de sauce de unos 3,50 metros de largo y toscamente esculpido, en el que podían distinguirse la cabeza, un cuello alargado y grandes trazos incisos que, según el autor, representaban los brazos. Este «ídolo» había sido hincado en el fondo del pantano.

Se trata verosímilmente de la imagen de un ser sobrenatural, si bien resulta imposible precisar su estructura.

La pintura rupestre naturalista en el Levante Español se trasformó en un arte geométrico rígido. En Sierra Morena aparecen figuras antropomórficas: ciervos y cabras, de pocas líneas, así como de signos: franjas, círculos, puntos, soles Están emparentadas con los guijarros pintados del Azilienses.

Podemos compararlos con los churingaaustralianos. Objetos rituales, representan el cuerpo místico de los antepasados. Se guardan en cavernas sagradas, y sólo se muestran a los iniciados.

Si bien es cierto que la idea del antepasado mítico y del culto a los antepasados domina el Mesolítico europeo, esto se explique por el recuerdo de la época glaciar, cuando los antepasados vivían en una especie de «paraíso de los cazadores».

La idea de los antepasados míticos no era ajena al sistema religioso de las gentes del Paleolítico, ya que forma parte de la mitología de los orígenes de las civilizaciones de cazadores.

En el Cercano Oriente, y sobre todo en Palestina, el Mesolítico es una época creadora, sin perder por ello su carácter de transición entre dos civilizaciones de signo distinto: la de la caza y la recolección y la basada en el cultivo de los cereales.

El origen de la agricultura y sus consecuencias religiosas:

La «revolución neolítica» se produjo entre los años 9000 y 7000 a.C. Al ser productor de alimentos, el hombre modifico su comportamiento.

Su arte es naturalista, han aparecido pequeñas esculturas de animales y figurillas humanas, frecuentemente en actitudes eróticas. El simbolismo sexual de las mazas en forma de falo tienen significación mágico-religiosa. Las sepultura natufiense pueden presumirse como actos religiosos, se consideraba la cabeza como sede del «alma».

La cultura natufiense eran sedentarios. Descubrieron la importancia alimentaria de los cereales y la domesticación de animales, con lo que aumento la población.

Los denominados Amantes de Ain Sajri. British Museum.

Las experiencias extáticas habían permitido reconocer la existencia de un principio independiente del cuerpo, el «alma». El elemento «espiritual» estaba presente en todo el cuerpo, en cierto sentido constituía su «doble». Pero con la localización del «alma» en el cerebro se creyó que era posible asimilar el elemento «espiritual» de la víctima comiendo su cerebro; el cráneo, paso a ser objeto de culto.

El hombre tubo que de perfeccionar su técnica para la medida del tiempo. El cultivador no tenía más remedio que elaborar numerosos planes, se veía obligado a realizar en un orden preciso una serie de actividades con vistas a obtener un resultado lejano y al principio, jamás seguro: la cosecha.La domesticación de las plantas provocó unas creaciones y modificación de valores.

Los tubérculos y los árboles de frutos comestibles habrían nacido de una divinidad inmolada. El ej. más famoso procede de Ceram, Nueva Guinea: del cuerpo descuartizado de una doncella semidivina, Hainuwele, brotaron plantas. Este asesinato cambió por completo al hombre, se introdujo la sexualidad y la muerte, las instituciones religiosas y sociales. Su muerte permite a la diosa estar siempre presente en la vida de los hombres. Al nutrirse de las plantas, se nutren de la sustancia misma de la divinidad.

El mito del asesinato primordial justifica los ritos cruentos como el sacrificio humano y el canibalismo.

Todas las actividades rituales (ceremonias de la pubertad, sacrificios de animales o humanos, canibalismo, ceremonias funerarias, etc.) son una rememoración del asesinato primordial. El cultivador relaciona con un asesinato el trabajo; en los cazadores, la responsabilidad de la matanza se atribuye a un «extranjero», teme la venganza del animal abatido o del Señor de los animales.

La significación de estos mitos es evidente: las plantas nutritivas son sagradas, puesto que proceden del cuerpo de una divinidad. La planta nutritiva no está «dada» como el animal. Es el resultado de un dramático acontecimiento primitivo. En los mitos de cultivo de los cereales, hay un robo primordial: los cereales existian en el cielo, guardados por los dioses; un héroe civilizador sube al cielo, se apodera de algunos granos y los regala a los hombres.

La agricultura provoca una crisis de valores: las relaciones religiosas con los animales son suplantadas por la solidaridad entre el hombre y la vegetación. La sacralidad femenina pasan a primer plano. Como las mujeres tuvieron un cometido decisivo en la domesticación de las plantas, su posición social se refuerza y se crean la matrilocación.

Las mujeres se convierten en responsables de las cosechas, pues son las que conocen el «misterio» de la creación. La Diosa Madre representada por la dama de Pazardzhik

(Bulgaria), una figurilla procedente de la cultura “Karanovo”

Diosa mesopotámica de la vegetación, HandcastPaper bajorrelieve

Un misterio que exige la «muerte» de la semilla para asegurarle un nuevo nacimiento con una sorprendente multiplicación.

Diosa Tierra Madre CATALHOYUK Pueblo del Neolítico 6000 a.C.

El suelo fértil se asimila a la mujer, la Tierra Madre paría sin ayuda alguna, por partenogénesis. Después del descubrimiento del arado, el trabajo agrícola se asimila al acto sexual. Un simbolismo complejo, de estructura antropocósmica, asocia la mujer y la sexualidad a los ritmos lunares, a la Tierra (asimilada a la matriz) y a al «misterio » de la vegetación.

Las culturas agrícolas elaboran lo que podríamos llamar una religión cósmica centrada en la renovación periódica del mundo. Los ritmos cósmicos se expresan en términos tomados de la vida vegetal. El cosmos es simbolizado en el Árbol del Mundo. La «realidad absoluta», la inmortalidad, es accesibles a privilegios bajo la forma de un fruto o fuente que mana al pie de un árbol. Si el mundo tiene que ser renovado, habrá que reiterar la cosmogonía cada vez que se celebre el Año Nuevo.

En el templo de Hagar Quim hay un altar que tiene esculpidos en sus cuatro lados un árbol, siendo la representación escultórica más antigua del “árbol de la vida”

Árbol del mundo Celta.

El sedentarismo organiza el «mundo» de manera muy distinta de la nómada. El «centro del mundo» es el lugar consagrado por los ritos y las plegarias, en un determinado momento, construían altares y santuarios.

En China es posible reconstruir el simbolismo de la casa neolítica. En la cultura Yang-chao había unas pequeñas construcciones circulares que tendría la misma estructura que la yurta mongol.

El cielo se concibe como una inmensa tienda sostenida por un poste central, el poste de la tienda y la abertura superior para la salida de humos se asimilan al «Poste del Mundo» y al «Agujero del Cielo», la estrella polar. Se da el nombre de «Ventana del Cielo» a la abertura.

Religión neolítica del cercano oriente

Dos estatuillas femeninas y otras que representan animales indican un culto de la fecundidad. Los muertos eran enterrados bajo las viviendas. Algunos cráneos descubiertos presentan las partes inferiores modeladas en yeso y los ojos indicados mediante conchas, hasta el punto de que han sido comparados con retratos. Se trata de un culto al cráneo.

Jericó es la ciudad más antigua del mundo (6850 a.C.), sin cerámica pero fortificada y con una maciza torre y edificios públicos.

Hay documentos sobre el culto a los cráneos en TellRamad (Siria, cerca de Damasco), donde se han exhumado calaveras con la frente pintada de rojo y los rasgos faciales sobremodelados y en niveles del quinto milenio, aparecen algunas figurillas antropomórficas modeladas en arcilla.

Estatuillas femeninas aparecidas en Palestina y fechadas hacia el 4500 a.C. presentan a la Diosa Madre bajo un aspecto terrorífico y demoníaco

El culto a la fecundidad y el culto a los muertos están íntimamente relacionados.

Las culturas de Hacilar y Chatal Hüyüfe (7000 a.C), en Anatolia. El culto a los cráneos en Hacilar. En ChatalHüyüfe aparecen los esqueletos enterrados bajo las viviendas y con ofrendas. La principal divinidad es la diosa, presentada como: * mujer joven * madre dando a luz a un niño o toro * anciana. La divinidad masculina aparece bajo la forma de un muchacho, hijo o amante de la diosa, y de un varón con barba.

Diosa de Catal Hüyük (Anatolia, hoy Turquía)

(c. 6000 a.C.). Figura de Gran Diosa majestuosa, entronizada, flanqueada por dos felinos.

Los relieves que representan a la diosa de 2 m. de anchura en yeso, así como las cabezas de toro se fijaban a los muros. Un santuario (6200 a.C.) contenía cuatro cráneos humanos colocados bajo otras cabezas de toro fijas en los muros. Un muro aparece con pinturas con buitres con piernas humanas y atacando a unas figuras decapitadas, también humanas. En un nivel más reciente (5435-5200 a.C.) desaparecen las figuras de la diosa con niño o acompañada de un animal, así como las figurillas masculinas.

Una diosa es recuperada en las excavaciones de Tell Halaf (Siria), a principios del siglo XX.

Las imágenes de toros, las cabezas de carnero y la doble hacha tenían una función de culto, en relación con el dios de la tormenta. No aparecieron figuras masculinas, pero si las representaciones de la diosa, con palomas y pechos exagerados.

La cultura Tell Halaf aparece cuando se extinguen las culturas de Anatolia. Los muertos eran enterrados junto con ofrendas, entre las que hay figurillas modeladas en arcilla. El toro salvaje era venerado como epifanía de la fecundidad masculina.

Cultura Obeid, de Iraq y Mesopotamia (4325 a.C.) Progreso en el trabajo de los metales (hachas de cobre, diversos objetos de oro). Hay cabezas humanas y de animales esculpidas en mármol con significación religiosa. Sellos Gawra representan escenas de culto. Las figuras humanas están esquematizadas. Estatuillas en piedra como sacerdotes.

Templos monumentales. Como el Templo Blanco (3100 a.C), de 22,3 por 17,5 m. Esta plataforma engloba los restos de antiguos santuarios, y constituye un zigurat, o «montaña sagrada».

La espiritualidad neolítica en Europa:

La agricultura penetró con mucha lentitud en Europa. El clima posglaciar permitía a las sociedades mesolíticas de la Europa central y occidental subsistir con los productos de la caza y de la pesca. Las primeras comunidades agrícolas se desarrollan a lo largo de los cursos fluviales y en bosques.

En el 7000 a.C., aparece en las costas de Grecia e Italia, en Creta, en Anatolia meridional y en el Creciente Fértil una civilización que conoce el cultivo del trigo, la cebada y la domesticación de animales.

Entre 6500 y 5300 a.C. se produjo una eclosión cultural en los balcánes y en Anatolia. Gran numero de objetos (sellos con ideogramas, figuras humanas y animales, vasos teriomorfos, imágenes de mascaras divinas) indica que se desarrollaban rituales. Hacia el 3500 a. C. se multiplican las aldeas defendidas por fosos o murallas. Hay altares y santuarios, asi como objetos diversos de culto.

Si bien es cierto que el edificio espiritual del Neolítico no nos es accesible, algunos de sus fragmentos se han conservado dispersos en las tradiciones de las sociedades rurales.

Cerámica, ídolos y objetos de cobre de Gumelnitsa 4500 a. c.).

La palabra sumeria an.bar, el más antiguo vocablo usado para designar el hierro, se escribe con los signos «cielo» y «fuego». A diferencia del cobre y del bronce, la metalurgia del hierro se industrializó rápidamente. El hierro no llegó a adquirir una posición predominante hasta que se descubrió el horno y sobre todo la técnica del «endurecimiento» del metal por el calentamiento hasta el rojo blanco.

La Edad de los Metales:

Se impone la sacralidad telúrica, de las minas y los minerales. Los metales «se crían» en el seno de la tierra. Las cavernas y las minas son asimiladas a la matriz de la Tierra Madre. Los minerales vienen a ser en cierto modo «embriones». Los mineros practican unos ritos que exigen el estado de pureza, el ayuno, la meditación, la plegaria y ciertas prácticas de culto. Los ritos son los requeridos ya que se introduciran en una zona sagrada, inviolable; se entra en contacto con una sacralidad que no forma parte del universo religioso familiar, más profunda y peligrosa.

El artesano sustituye a la Tierra Madre para acelerar y llevar a término el «crecimiento». De ahí las precauciones, tabúes y ritos. El horno es el medio con que se logra «acelerar» el proceso de maduración. El fundidor y el herrero son considerados «dueños del fuego». Aparecen las figura del herrero divino que forja las armas de los dioses. Las mitologías de las minas y de las montañas, las hadas, genios, elfos, fantasmas y espíritus son otras epifanías de la presencia sagrada de quien penetra en los niveles geológicos de la vida.