Fundamentalismo Min. José Raúl Quintero Ancona. En fundamentalismo, como fenómeno social, se ha...

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FundamentalismoFundamentalismo

Min. José Raúl Quintero Ancona

En fundamentalismo, como En fundamentalismo, como fenómeno social, se ha presentado fenómeno social, se ha presentado históricamente y de manera históricamente y de manera periódica, una vez que, una periódica, una vez que, una estructura social-religiosa estructura social-religiosa establecida, enfrentó un proceso establecida, enfrentó un proceso de cambio, y ante éste “peligro”, de cambio, y ante éste “peligro”, respondió radicalizando sus respondió radicalizando sus posturas que la distinguían de los posturas que la distinguían de los demás. demás.

Inicialmente el término Inicialmente el término “fundamentalismo” se acuño al “fundamentalismo” se acuño al calificar a la corriente antimoderna calificar a la corriente antimoderna y antiliberal del protestantismo y antiliberal del protestantismo evangélico norteamericano de evangélico norteamericano de principios del siglo XX, que abogada principios del siglo XX, que abogada por el retorno a los fundamentos por el retorno a los fundamentos bíblicos de la fe cristiana, leídos bíblicos de la fe cristiana, leídos literalmente, sin contextualizar y literalmente, sin contextualizar y aplicados al presente.aplicados al presente.

Entre 1910 y 1915 en Estados Unidos se edito una serie de folletos que dieron origen al término fundamentalismo. Su título era “Los Fundamentos: un testimonio de la Verdad” y fueron publicitados por pastores evangélicos, quienes los repartieron gratuitamente entre las iglesias y seminarios.

Su pensamiento era en contra de la pérdida de la influencia de los principios evangélicos es E. U. durante las primeras décadas del siglo XX. Era la proclama cristiana acerca de la verdad literal de la Biblia. Estas personas se consideraban defensoras de la verdad.

Esta campaña contribuyó a que los secularistas de la época les denominaran fundamentalistas.

La ortodoxia evangélica resumía, en dichos folletos, en cinco puntos los fundamentos:

1. La inerrancia y exactitud de la Santa Biblia dada su inspiración divina

2. La divinidad de Jesucristo3. Su nacimiento virginal4. La redención por el sacrificio en

la Cruz5. La Resurrección de los muertos

cuando se produzca la segunda venida de Nuestro Señor Jesucristo.

El fundamentalismo se institucionalizó entre 1919 y 1920; contaba con fuerte apoyo y adherentes en altos círculos sociales y gubernamentales, y reaccionó de forma militante contra la modernización tanto secular como religiosa.

El fundamentalismo encontró su detonante en la propagación de las ideas evolucionistas de Charles Darwin, que entraban en directo conflicto con la literalidad del Génesis bíblico. También reaccionó fuertemente contra el ateísmo de los pensadores y sindicalistas anarquistas, socialistas y comunistas.

Hoy en día, dicha denominación es extensiva a diferentes corrientes dentro del cristianismo, judaísmo e islamismo, pero no es exclusiva de religiones monoteístas, ya que también se presenta por ejemplo en el hinduismo.

El fundamentalista pretende defender y sostener su fe firmemente en su forma completa y literal, sin concesiones, matizaciones, reinterpretaciones ni reducciones. Presupone que su doctrina puede establecerse con precisión y de modo determinante.

El fundamentalista apela a una autoridad sagrada que debe ser reinstaurada como un antídoto para una sociedad que se ha desviado de sus legados culturales.

Otras palabras que se usan hoy en día como sinónimo de fundamentalista son: extremista, integrista, ortodoxo y fanático.

Cuando hablamos de fundamentalismo en el mundo contemporáneo, nos referimos a una serie de movimientos, en diferentes países, que comparten ciertos rasgos comunes y que se caracterizan por una combinación de dos elementos, sin que haya necesariamente una relación entre ellos pero que están unidos de manera contingente y repetitiva.

Uno de esos elementos es la invocación de un retorno a los textos sagrados, leídos de forma literal; el otro es la aplicación de esas doctrinas a la vida social y política.

Comprendemos que el fundamentalismo es una respuesta a los cambios en el entorno, una manera de protegerse de las modificaciones en el estado y estilo de vida de quienes sufren esos cambios.

El fundamentalismo es una respuesta en contra del secularismo, el neoliberalismo, y cuando esa respuesta se da de una manera violenta y pretender permear las estructuras sociales y políticas adquiere la forma de integrismo.

El fundamentalismo adopta una actitud hostil frente a los fenómenos socioculturales de la modernidad que, a su juicio, socavan los fundamentos del sistema de creencias, como por ejemplo:

La secularización, la teoría evolucionista, el progresismo, el diálogo con la cultura moderna y posmoderna, las opciones políticas revolucionarias de las personas y los grupos creyentes, la emancipación de la mujer, la apertura a los descubrimientos científicos, los avances en la genética, los movimientos sociales, los métodos histórico-críticos, etc.

Cuando los ejemplos anteriores son considerados enemigos de la religión, entonces son combatidos frontalmente.

La característica que mejor define la actitud fundamentalista es su negativa a recurrir a la medicación hermenéutica en la lectura de los textos fundantes de las religiones. Se cree que éstos han sido revelados directamente –o mejor aún- dictados directamente por Dios, tienen un solo sentido, el literal, y una única interpretación, la que emana de su lectura directa.

Propende a aislar el texto de su contexto socio-histórico hasta convertirlo en objeto devocional, a quien se considera intocable y se rinde culto. Tal concepción conduce inevitablemente al dogmatismo en las creencias, al sobrenaturalismo en la comprensión de la realidad, a la uniformidad en el actuar y al providencialismo en torno al futuro

Lo plural se uniformiza y lo relativo se absolutiza. Se produce, por tanto, una mezcla de planos entre los Absoluto y las mediaciones; más aún, una suplantación de aquél por éstas.

El lenguaje religioso, que es el resultado de la convención de una comunidad creyente y actúa como código de comunicación común para poder entenderse, se convierte en fórmula fija, inmutable, toma la forma de dogma y funge al interior de la comunidad creyente como ortodoxia. El pluralismo es visto, por ende, como una amenaza contra la unidad de la fe.

Al venir a la tierra, Jesús también se encontró con las actitudes fundamentalistas de los fariseos, grupo de judíos apegados a la estricta obediencia de la Ley de Moisés y a sus propias tradiciones que no están consignadas en los libros del Pentateuco; apegos todos por encima del ser humano.

Jesús siempre mostró rechazo a esas conductas fundamentalistas y fanáticas, dando preeminencia al ser humano por encima de la Ley, eso está claro en los evangelios. Los fariseos eran judíos que retornaron del Babilonia y descendientes del celo nacionalista de los Macabeos.

Conclusión: Tanto en tiempos de Jesús, como en nuestros tiempos, quienes adoptan posturas fundamentalistas pueden contribuir a retrasar la cosecha; hay que reconocer que la religión es portadora también, de preocupaciones antropológicas, de respuestas a preguntas significativas para el sentido y el sin sentido de la vida y de la muerte y de propuestas alternativas de vida.

Si como cristianos no queremos automarginarnos sino tener un diálogo constructivo con los nuevos escenarios mundiales, entonces tenemos el desafío de hacer una relectura de nuestra historia, de nuestra herencia así como de nuestra doctrina. Aprendiendo a ser tolerantes y accesibles para con los distintos y los errados.

De tal manera que en virtud de esta nueva comprensión, se manifieste una nueva manera de hacer religión sin excluir o discriminar. Un espíritu perdonador, tolerante e incluyente nos servirá mejor para ser sal y para ser luz, es decir para contribuir con nuestro granito de arena, o de sal, para preservar lo que se corrompe y para alumbrar lo que se obscurece.

Si queremos seguir siendo reconocidos y existentes como iglesia deberemos cumplir con nuestra función salvífica ante horizontes distintos. Contribuyendo a la curación física, mental y espiritual del ser humano, que vive una experiencia de alineación y desgarro y que se encuentra integrado o encerrado en un sistema que le consume su tiempo y su vida y lo deja sin defensas, y que requiere un tratamiento terapéutico-espiritual integral y que hoy es más necesario que nunca y por lo demás, no se aleja de nuestra función fundamental: la soteriología.

Nos vendría bien, a más de ser fieles a nuestra herencia, el movilizar nuestra energía, generando soluciones éticas solidarias e impulsoras de prácticas liberadoras.

Hoy la sociedad no necesita una iglesia que se oculte en los templos, tampoco una iglesia que lo discrimine por ser distinto ni que le juzgue por ser diferente, más bien necesita una iglesia, que como Jesús, se acerque a todos, igual a la sexoservidora como al discapacitado, o al portador de una enfermedad contagiosa. Para ello necesita tener una actitud y una doctrina incluyente e inclusiva.

A manera de advertencia: Lo contrario al Fundamentalismo es la tolerancia, pero hay que reconocer que este otro extremo puede ser peligroso también. Ya que hay situaciones en la que la tolerancia puede significar complicidad, omisión culposa, insensibilidad ética o comodismo.

Debemos ser “fundamentalistas” en cuanto a no tolerar…

…a quienes asesinan inocentes, abusan sexualmente de los niños y trafican con los órganos humanos.

…a quienes esclavizan a menores para producir más barato y lucrar con la vida de los demás.

…a los terroristas que en nombre de su religión o de su proyecto político cometen crímenes y matanzas.

…con quienes dilapidan los bienes públicos y en base a leyes injustas ó a su conveniente comprensión, se quedan con los bienes del pobre.

…con las mafias del narcotráfico, tráfico de armas y de la prostitución que incluyen secuestros y asesinatos.

…con las prácticas que, en nombre de la cultura cortan las manos de los ladrones y someten a las mujeres a mutilaciones genitales.

¿Dónde están entonces los límites del fundamentalismo y de la tolerancia? En el sufrimiento, en los derechos humanos y en los derechos de la naturaleza; Donde se deshumaniza a las personas, ya que nadie tiene derecho de imponer un sufrimiento injusto a otro.

¡Gracias!Min. José Raúl Quintero Ancona