Las fiestas, las compras,

el bullicio y la algarabía

nos hacen olvidar la esencia de la

navidad…

Gastamos dinero en regalos,

comidas, licores…

Nos vestimos de gala,

Preparamos una gran comida…

Decoramos nuestras casas con luces,

bambalinas, árboles, guirnaldas…

¿Transformamos nuestras vidas y

hacemos obras buenas, de caridad,

de fraternidad, de solidaridad, como

ofrenda a nuestro Salvador?

Estar alegres y compartir con familiares y amigos el gozo del nacimiento de Jesús

Tener esperanza porque Dios cumple sus promesas

Comprender que todos somos hermanos

Ser solidarios con quienes nos necesitan

Orar juntos, en familia en acción de gracias y adoración…

Es que la NAVIDAD es

esencialmente una fiesta religiosa…

Invitemos a nuestras celebraciones

navideñas, a su protagonista:

EL NIÑO JESÚS…

Esperanza, María Fernanda y ZuleimaCaracas, 2011