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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELAUNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO DE MIRANDA “JOSÉ MANUEL SISO MARTÍNEZ”DOCTORADO LATINOAMERICANO EN EDUCACIÓN:
POLÍTICAS PÚBLICAS Y PROFESIÓN DOCENTEMETATEORÍA Y EDUCACIÓN
Ciencia Normal y Paradigma
Díaz Alzurn, Donnis ManuelMorffe Peraza, Miguel Ángel
Abril, 2018
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELAUNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO DE MIRANDA “JOSÉ MANUEL SISO MARTÍNEZ”DOCTORADO LATINOAMERICANO EN EDUCACIÓN:
POLÍTICAS PÚBLICAS Y PROFESIÓN DOCENTEMETATEORÍA Y EDUCACIÓN
Ciencia Normal y Paradigma
Díaz Alzurn, Donnis ManuelMorffe Peraza, Miguel ÁngelAbril 2018
RESUMEN
La estructura de la Revoluciones Científicas, de Thomas Kuhn (1971), es una de las obras epistemológicas de extraordinaria trascendencia del siglo XX. El autor, rebate las diversas propuestas que venían haciendo de la ciencia una especie de caja acumulativa de sucesos meramente explicados. Ofrece sus fundamentos con la consciencia de que ha habido una inadecuada conducción sobre lo que debe entenderse como la ciencia. La investigación normal parte de realizaciones que ocurrieron en el pasado desde el punto de vista científico, las cuales son reconocidas por la comunidad, lo que implica que las zonas investigadas por la ciencia normal son mínimas. Este tipo de ciencia no aspira a producir cambios, las novedades son fracasos, no se acercan a las expectativas. La ciencia está llena paradigmas, aquello que se establece como algo universalmente válido y que durante cierto tiempo proporciona modelos y posibles soluciones a una comunidad científica, esa convención de ideas y principios en saber unificado. Cada época va generando un universo de referentes simbólicos que tienen validez, legitimidad y reconocimiento, por eso que algunos paradigmas son muy cambiantes, pues no duran todo el tiempo, se modifican. Una vez que comienza una revolución científica, los procesos de mediación y de manipulación que han existido, pierden su importancia y pasan a ser sustituidos por otros. Lo que pasa es que el nuevo logro de paradigma, presenta nuevas formas de ver las cosas, se crean nuevos métodos de análisis y nuevos problemas a que dedicarse. Se inicia un proceso amplio y externo de asimilación conceptual. En consecuencia, surge una nueva teoría a partir de un fracaso notable de la actividad normal. La nueva teoría parece una respuesta directa a la crisis, se deben inventar alternativas teóricas, sobre todo en los primeros pasos o etapas de un paradigma y rediseñar igualmente las herramientas.
Palabras clave: Ciencia Normal. Paradigma. Enigma. Revolución Científica.
A modo de Introducción
Tomas Kuhn, a través de su libro La Estructura de las Revoluciones Científicas,
ofrece una posición amplia y contraria a la que presentaban los teóricos lógico positivistas y
los falsacionistas sobre el desarrollo del conocimiento científico para el momento en que
aparece su controversial obra.
No obstante, se declara no relativista y asume una posición histórica. Orientación
ésta que le imprimirá a su libro defendiendo y demostrando la tesis de que la ciencia se
encuentra enmarcada en una historia de largos períodos de estabilidad, lo que él
considerará, de alguna forma, como “Ciencia Normal”. De acuerdo con su tesis, estos
períodos se observan sistemáticamente interrumpidos por cambios bruscos de una
propuesta teórica a otra sin ninguna posibilidad de comunicación entre ellas. Denominará
estos cambios bruscos como “Revoluciones Científicas” y sobre ellas fundamentará las
ideas expuestas en el libro.
En el siguiente trabajo, estas ideas serán presentadas partiendo del hecho de que el
autor desarrolla un enfoque histórico de la ciencia, planteándola desde dos perspectivas:
una formalista, en la que la ciencia posee características de actividad racional y controlada;
y otra historicista, en la que la ciencia es concebida como una actividad concreta que ha
dado a lo largo de siglos presentando peculiaridades y características propias, respondiendo
a factores externos y al consenso de sus practicantes.
Kuhn, aborda el concepto de paradigma como fundamental en la estructura de su
propio pensamiento, reconociéndolo como las realizaciones científicas universalmente
aceptadas que, durante un cierto tiempo, ofrecen modelos para resolver problemas en
atención a una comunidad científica en particular.
Este no se trata de un trabajo analítico ni mucho menos, es más bien un esbozo del
libro de Kuhn, a través del que se van estableciendo algunas consideraciones críticas en
atención a la propuesta “kuhniana”, haciendo reflexiones que refuerzan, por un lado, ciertas
afirmaciones del autor y, por otro, algunas interrogantes sobre aspectos que pueden no
compartirse o no quedar lo suficientemente claros.
Las ideas desarrolladas se presentan de acuerdo con la cronología del libro y parten
de opiniones personales, de sugerencias bien sea leídas o escuchadas de manera informal,
pero que, independientemente del caso, permiten esgrimir las pretensiones del autor.
Ciencia normal y paradigma
La estructura de la Revoluciones Científicas, de Thomas Kuhn (1971), constituye
una de las obras epistemológicas de extraordinaria trascendencia del siglo XX. En ella, el
autor, rebate con argumentos fehacientes las diversas propuestas que venían haciendo de la
ciencia una especie de caja acumulativa de sucesos meramente explicados, es decir, “un
depósito de anécdotas o cronología” (p. 20), cargada de confusos conceptos e inconclusas
afirmaciones: “un concepto de la ciencia que se obtenga de ellos no tendrá más
probabilidades de ajustarse al ideal que los produjo, que la imagen que pueda obtenerse de
una cultura nacional mediante un folleto turístico o un texto para el aprendizaje del idioma
(p. 20). Con esto, Kuhn, ofrece sus fundamentos consciente de que ha habido una
inadecuada conducción sobre lo que debe entenderse sobre la ciencia, partiendo no sólo de
su propia experiencia personal sino, además, de los textos tradicionales que se usan en la
formación científica, llamados en la actualidad libros de texto, y antes llamados lecturas
clásicas, cuyos procedimientos científicos parecen recaer solamente en la observación, en
las leyes y en los postulados que ellos presentan.
Sobre estos últimos aspectos, se cuestionan los resultados obtenidos por los
científicos: “los científicos son hombres que, obteniendo o no buenos resultados, se han
esforzado en contribuir con alguno que otro elemento a esa constelación particular. (p. 21).
Entonces, ¿se habría tenido hasta entonces una serie de criterios equivocados acerca del
desarrollo científico, concebido como un proceso de acumulación gradual y continuo? Al
menos, los historiadores que se inscriben dentro de esta visión tradicional son los que se
hacen preguntas tales como “¿Cuándo se descubrió el oxígeno?, ¿quién concibió
primeramente la conservación de la energía?” (p. 22) entre otras por el estilo, con lo que
Kuhn, advierte sobre la intrascendencia y el error de formularse este tipo de preguntas y, en
consecuencia, determina que la ciencia “no se desarrolla por medio de la acumulación de
descubrimientos e inventos individuales” (p. 22).
Desde esta perspectiva los historiadores de la ciencia se han planteado, entonces,
nuevos tipos de preguntas trazando líneas diferentes de desarrollo que frecuentemente nada
tienen de acumulativas. Vale la pena tomar en consideración, que el análisis de los datos de
la llamada “antigua ciencia” no se comparan con los de la “ciencia moderna”. La cuestión
es revisar si la aportación de un científico va acorde a sus contemporáneos y si puede ser
aplicada a través del tiempo, pudiendo definir un paradigma, considerado por Kuhn como
“realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo,
proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica” (p.13). En
este punto surge la pregunta: ¿dónde quedan las creencias del investigador?
A lo que responde Kuhn:
Un elemento aparentemente arbitrario, compuesto de incidentes personales e históricos, es siempre uno de los ingredientes de formación de las creencias sostenidas por una comunidad científica dada en un momento determinado. Sin embargo, este elemento arbitrario no indica que cualquier grupo científico podría practicar su profesión sin un conjunto dado de creencias recibidas. Ni hace que sea menos importante la constelación particular que profese efectivamente el grupo, en un momento dado. La investigación efectiva apenas comienza antes de que una comunidad científica crea haber encontrado respuestas firmes. (p. 26)
En este sentido y bajo estos planteamientos, introduce, el autor, la expresión
“ciencia normal”, “la actividad en que, inevitablemente, la mayoría de los científicos
consumen casi todo su tiempo, se predica suponiendo que la comunidad científica sabe
cómo es el mundo” (p. 26), en el libro es presentada, además, como la investigación basada
en datos, métodos, y toda clase de hechos anteriores que sean reconocidos y duraderos
(cierto tiempo) por un grupo de científicos de determinada especialidad y que sirve para su
uso tanto didáctico como práctico (p. 33). Este grupo seleccionado de científicos tienen en
común lo que Khun llama “paradigmas compartidos” es decir, el mismo concepto y
métodos sobre aquello que estudian y que quieren comprobar y demostrar a una comunidad
científica más amplia. Sin embargo, hasta este punto lo que comparten aún no es un
paradigma como tal sino hasta el momento que logren la demostración y la aceptación de
sus investigaciones implicando al mismo tiempo “ley, teoría, aplicación e instrumentación”
(p. 34).
El camino, entonces, de esta ciencia normal pareciera ser procurarse un paradigma
para ser demostrado y aceptado. Si este paradigma se transforma, se crea una revolución
científica, pero si trasciende repetidas veces a otros paradigmas, es cuando da paso a una
ciencia normal y, o madura (p. 36). No obstante, si no se cuenta con algún paradigma bien
definido, cualquier fin de la investigación realizada parecerá importante. La cuestión es
tener un punto de estudio en común que los lleve a un resultado con credibilidad para ser
aceptado y adoptado para procedimientos científicos posteriores y que le otorgue mayor
seriedad a la ciencia formal en construcción, ya que esta teoría, transformada ahora en
paradigma, no necesita explicar más allá de lo que está demostrando.
Podría asumirse que cada paradigma es importante por los datos y resultados que
genera para dar paso a su propia transformación y creación de otro paradigma. Si se
intentara desplazar por completo un paradigma anterior se borraría parte importante de
conocimiento pasado que abrió camino a los paradigmas recientes (p. 43); la credibilidad y
fuerza no serían suficientes, sería como comenzar de cero, algo que podría ser beneficioso
para la construcción de la ciencia normal, pero cabe destacar que para que un paradigma y
la ciencia normal sean reconocidas como tal primero tienen que ser aceptadas por la
comunidad científica.
Estudiar cada una de las partes del problema que plantea un paradigma es
extremadamente difícil, es por eso que sólo se toman pequeñas partes de él y el crecimiento
de la ciencia normal va con mayor lentitud, pero al mismo tiempo con mayores certezas.
Vale, entonces, considerar, en ese camino hacia la ciencia normal, el hecho de
compartir información con la comunidad de científicos sobre los avances y descubrimientos
que se van obteniendo para que dicha información no se estanque y pueda haber un
seguimiento de interés más general (pp. 49–50).
Visto así, “un paradigma es un modelo o patrón aceptado” (p. 51). En la ciencia “un
paradigma es raramente un objeto para renovación” (p. 51), es un objeto para una mayor
articulación y especificación, en condiciones nuevas y más rigurosas.
Se debe reconocer lo limitado que puede ser un paradigma en alcance y precisión en el
momento de su primera aparición (p. 51). Los paradigmas obtienen un estatus dependiendo
de cuánto éxito tengan en comparación de otros modelos, pero el que tenga éxito no quiere
decir un éxito completo en la resolución de problemas o que dé resultados totalmente
satisfactorios. El éxito de un paradigma es una promesa de éxito discernible en ejemplos
seleccionados (p. 52).
Los problemas de la ciencia normal parecieran no aspirar la producción de cambios
(p. 53). Los proyectos que no encajan en una gama estrecha de posibles resultados, suelen
fracasar. Con ellos es difícil articular un paradigma. En este tipo de problemas, el resultado
es obvio, pero se pone en duda el modo de obtenerlo de forma distinta, solucionando
problemas instrumentales, conceptuales y matemáticos. En la ciencia normal, las novedades
son fracasos, no se acercan a las expectativas. Los enigmas son en el sentido absolutamente
ordinario que empleamos aquella categoría especial de problemas que puede servir para
poner a prueba el ingenio o la habilidad para resolver. Los científicos son los interesados en
estar investigando más allá de los paradigmas ya existentes derivando de inquietudes que
van surgiendo, es como una serie de compromisos que este debe seguir según su formación,
existen reglas que se derivan de los paradigmas, pero estos pueden dirigir una investigación
aunque no existan reglas. Así con la constante investigación e inquietud de la ciencia es
como se da la resolución de enigmas debido a su constante cambio día a día.
Las zonas que estudia la ciencia normal son minúsculas, ya que enfocan su atención
sobre un cuadro pequeño de problemas relativamente esotéricos. Algunas veces los
paradigmas obligan a investigar una parte de la naturaleza más detallada y profundamente.
Y la ciencia normal posee un mecanismo interno que siempre que el paradigma del que
proceden deja de funcionar de manera efectiva, asegura el relajamiento de las restricciones
que atan a la investigación. La investigación científica normal va dirigida a la articulación
de aquellos fenómenos y teorías que proporcionan el paradigma (p. 53).
En síntesis, Kuhn, propone Tres cosas que determinan a la articulación de
paradigmas: a) hechos que el paradigma ha mostrado que son particularmente reveladores
de la naturaleza de las cosas (p. 54); b) hechos que, aunque no tengan mucho interés,
pueden compararse directamente con las predicciones de la teoría del paradigma (p. 55); c)
cuando un paradigma, desarrollado para un conjunto de fenómenos, resulta ambiguo al
aplicarse a otros casi parecidos o estrechamente relacionados (p. 57). Entonces ahí es
cuando son necesarios experimentos para escoger entre los métodos alternativos.
En conclusión, a partir de su análisis, Kuhn, muestra que un paradigma tiene fases
de emergencia y de maduración en el conocimiento científico, la primera es cuando se
produce un resultado progresivo en razonamiento, la segunda fase ratifica el primer
paradigma. El científico se concentra en los problemas que definen esa dinámica. El reto es
entonces llegar a resolver el enigma residual. En este aspecto, una discusión de enigmas y
reglas esclarece la naturaleza de la ciencia normal. Por último, otra razón de la
innecesaridad de reglas sería que si la ciencia normal es tan rígida ¿cómo el cambio de un
paradigma puede a veces afectar a un pequeño subgrupo solamente? Las reglas son,
generalmente, comunes a un grupo amplio, no es así con los paradigmas.
Kuhn expone la “anomalía” en los experimentos científicos, con lo cual quiere
decir que a partir de algo no previsto en un experimento, de algo no tenido en cuenta, no
calculado, sucede algo que no debía suceder, y por tal, el experimento que se tenía
destinado para descubrir algo en específico, no resultó exitoso, lo que no quiere decir que
no se haya descubierto nada, sino, más bien se entiende que se descubrió algo que no se
tenía esperado ni planeado. Es la percepción de la anomalía con lo que aborda Kuhn un
fenómeno para el que el investigador no estaba preparado por su paradigma, siendo así que
el investigador es tomado por sorpresa, y con esta anomalía que es con la que empieza un
nuevo descubrimiento, ya que la anomalía en cuanto tal no es un descubrimiento, sino que
es sólo el inicio, ya que para algo se pueda llegar a llamar descubrimiento, le tiene que
seguir un proceso largo, y en tal caso de que se siga repitiendo esta “anomalía” tiene que
haber un proceso donde se ajusten las categorías conceptuales de esta anomalía, hasta que
ésta deje de verse como algo inusual y como tal, llegando así a algo que ya se tenía
previsto. Esta percepción de la anomalía abre un período en que se ajustan las categorías
conceptuales hasta que lo anómalo se convierte en previsto. En este momento se habrá
completado el descubrimiento. La ciencia normal, que no va dirigida a la novedad (sino que
más bien tiende a suprimirla), puede ser efectiva para que surja esa novedad. La ciencia se
hace así cada vez más rígida, en los campos a los que se dirige el paradigma hay una
información detallada y una gran concordancia entre naturaleza y la teoría. Cuanto más
preciso sea un paradigma, más sensibilidad habrá hacia la anomalía y a la pertinente
ocasión de cambio de paradigma.
Como se ha expuesto anteriormente, el impacto de nuevos fenómenos, causó para
muchos científicos problemas en cuestión de los paradigmas en grandes cantidades,
tuvieron que considerar cambios con relación de las técnicas de la ciencia normal,
comenzando con la crisis de realizar una gama de teorías, de las que no se tenía seguridad
sobre que los resultados sean los deseados. El significado de las crisis es el indicio de que
ha llegado la ocasión para rediseñar las herramientas. El fracaso de las reglas existentes es
el que sirve de preludio a la búsqueda de otras nuevas (p. 100) El fracaso con un problema
nuevo es, a veces, decepcionante; pero nunca sorprendente. Ni los problemas ni los
enigmas ceden generalmente ante los primeros ataques. Kuhn, menciona que después de la
existencia de una anomalía en el avance de la ciencia, todos los nuevos descubrimientos
que se habían encontrado, implican el estudio de nuevos fenómenos, con lo que a su vez es
necesario remplazar las creencias y las teorías que se habían realizado, para sustituirlas por
nuevas teorías o modificar a través de los métodos de investigación.
Sin embargo, las crisis son una condición previa y necesaria para el nacimiento de
nuevas teorías. Una teoría se declara inválida si no hay un paradigma que la remplace, es
decir no se puede hacer ciencia (p. 112). La decisión de aceptar o rechazar un paradigma y
al mismo tiempo el juicio que conduce a esa decisión, involucra siempre la comparación de
los paradigmas. Y al rechazar un paradigma sin remplazarlo con otro es rechazar a la
ciencia misma, los enigmas existen solo debido a que ningún paradigma resuelve
completamente todos los problemas. El síntoma de crisis debilita las reglas de la resolución
normal de enigmas de tal modo que permite la aparición de un nuevo paradigma. Esto
quiere decir que un paradigma constituye modelos, teorías o métodos de trabajo. Para que
la anomalía produzca crisis debe ser algo más que una simple anomalía, es decir debe ser
grande o juntarse más de una. Pero el objetivo tiene que ser más claro, concreto y que
cumpla con sus expectativas. Las crisis debilitan los estereotipos y proporcionan los datos
adicionales para un cambio de paradigma fundamental.
La historia de la ciencia indica que, sobre todo en las primeras etapas de desarrollo de un nuevo paradigma, ni siquiera es muy difícil inventar esas alternativas. Pero es raro que los científicos se dediquen a tal invención de alternativas, excepto durante la etapa anterior al paradigma del desarrollo de su ciencia y en ocasiones muy especiales de su evolución subsiguiente. En tanto los instrumentos que proporciona un paradigma continúan
mostrándose capaces de resolver los problemas que define, la ciencia tiene un movimiento más rápido y una penetración más profunda por medio del empleo confiado de esos instrumentos (p. 127)
Por lo tanto, se genera una revolución científica de los nuevos paradigmas en la
medida en que se sustituye al paradigma tradicional. Es de suponer que es, sobre todo, en
los períodos de crisis reconocida, cuando los científicos se vuelven hacia el análisis
filosófico como instrumento para resolver los enigmas de su campo.
Desde esta concepción, la ciencia normal, orienta a los científicos a trabajar
basándose en un paradigma simple o un conjunto de paradigmas relacionados. Siendo el
caso de que diversos investigadores se dediquen a un mismo problema, es posible que
compartan, de alguna forma, varios de los principales paradigmas. El resultado del trabajo
creador exitoso es progreso (p. 250).
Antes del paradigma las pruebas de progreso son muy difíciles de encontrar, al igual
que en los periodos revolucionarios. Sin embargo,
Así pues, con respecto a la ciencia normal, parte de la respuesta al problema del progreso se encuentra simplemente en el ojo del espectador. El progreso científico no es de un tipo diferente al progreso en otros campos; pero la ausencia, durante ciertos periodos, de escuelas competidoras que se cuestionen recíprocamente propósitos y normas, hace que el progreso de una comunidad científica normal, se perciba en mayor facilidad. (p. 252)
Por lo que afirma el mismo Kuhn que, el progreso científico en periodos de ciencia
normal, es más fácil de percibir, en ausencia de escuelas competidoras.
El usar un paradigma permite a la comunidad centrarse en objetivos más concretos
sin tener que reexaminar constantemente los primeros principios, logrando una mayor
eficiencia. Esta eficiencia se ve reforzada por aspectos que en general, son consecuencias
del aislamiento de las comunidades científicas y los profanos. El trabajar sólo para la
audiencia de la comunidad, dando por sentado un conjunto de normas propias, sin
preocuparse de la opinión de los que están fuera de su círculo, pudiendo trabajar así con
mayor dinamismo. Las revoluciones científicas concluyen con una victoria de uno de dos
campos. Para los vencedores, la revolución debe ser progreso.
La comunidad científica se traduce en un instrumento eficiente para llevar al
máximo de la limitación y el número de los problemas resueltos a través del cambio de
paradigma. (p. 256). Al estar frente a un posible paradigma, los científicos deben demostrar
que éste contiene las características para resolver algún problema extraordinario y
reconocido que no puede ser resuelto de otra forma, y que presenta gran parte de las
características para resolver problemas que la ciencia ha adquirido con otros paradigmas.
Finalmente,
No es sólo la comunidad científica la que debe ser especial. El mundo del que esa comunidad forma parte debe también poseer características muy especiales y no estamos más cerca al principio de saber qué deben ser. Ese problema —¿cómo debe ser el mundo para que el hombre pueda conocerlo? — no fue sin embargo, creado por este ensayo. Al contrario, es tan viejo como la ciencia misma y continúa sin respuesta. Pero no necesitamos resolverlo en este ensayo. Cualquier concepción de la naturaleza que sea compatible con el crecimiento de la ciencia por medio de pruebas, es compatible con la visión evolutiva de la ciencia que hemos desarrollado. Puesto que esa visión es compatible también con la observación atenta de la vida científica, hay argumentos poderosos en favor de su empleo, en los intentos hechos para resolver la multitud de problemas que todavía no tienen respuesta. (p. 267)
Reflexiones finales
La ciencia está llena de lo que Kuhn llama paradigmas, aquello que se establece
como algo universalmente válido y que durante cierto tiempo proporciona modelos y
posibles soluciones a una comunidad científica, esa convención de ideas y principios en
saber unificado. Claramente esto tiene que ver con que cada época va generando un
universo de referentes simbólicos que tienen validez, legitimidad y reconocimiento, por eso
que algunos paradigmas son muy cambiantes pues no duran todo el tiempo, se modifican.
Para Kuhn, Paradigma trata de clasificar y ejemplificar los problemas de que consta
principalmente la ciencia normal.
Según el pensamiento de Kuhn, el conocimiento no es lineal ni acumulativo, “quizá
la ciencia no se desarrolla por medio de la acumulación de descubrimientos e inventos
individuales”, sino que se construye a través de verdades y errores que los mismos
científicos van teniendo. Hay que recordar que la ciencia es siempre cambiante y evolutiva,
y, sin embargo, esas teorías anticuadas que no se pudieron comprobar, no dejan de ser
científicas, sino que proporcionan las bases para crear dudas más profundas.
La investigación normal parte de realizaciones que ocurrieron en el pasado desde el
punto de vista científico, las cuales son reconocidas por la comunidad, lo que implica que
las zonas investigadas por la ciencia normal son mínimas, este tipo de ciencia no aspira a
producir cambios, las novedades son fracasos, no se acercan a las expectativas.
La característica más importante de la ciencia normal es la existencia de un
paradigma. Kuhn (1970) distingue dos formas principales del uso de la palabra paradigma.
Por un lado, debe ser concebido como un logro, es decir, llegar a obtener lo que se quería
como una forma nueva y aceptada de resolver un problema en la ciencia, que más tarde es
utilizada como modelo para las futuras investigaciones y para la formación de una teoría.
Por otra parte, se debe asumir como una serie de valores compartidos, esto es, un conjunto
de métodos, reglas y generalizaciones utilizadas conjuntamente en equipos por aquellos
entrenados para realizar el trabajo científico de investigación, que se modela a través del
paradigma como logro. Kuhn también acuñó el término “matriz interdisciplinaria”, el cual,
además de incluir la noción de paradigma, se refiere al grupo de científicos como la unidad
social que reconoce y comparte un logro paradigmático, tomando en cuenta ciertas normas
y reglas, que escribe y selecciona los libros de texto, proporciona entrenamiento y grados
académicos y conduce investigación para la resolución de enigmas y acertijos.
Es importante acotar que los paradigmas no solucionan problemas, dan base para
resolverlos de forma fiable. Se dice que la ciencia normal es la base de un paradigma donde
se requiere tomar una serie de pasos: determinar el hecho significativo, acoplar los hechos a
la teoría y, por último, articular la teoría. Asimismo, se infiere que el paradigma conduce a
lo que se debe observar y escrutar, introduce al tipo de interrogantes que se debe formular
para hallar respuesta con relación al objetivo y como se debe interpretar los resultados de la
investigación científica.
En lo que se refiere a los enigmas, para Tomas Kuhn, representan aquella categoría
espacial de problemas que puede servir para poner a prueba el ingenio o la habilidad para
resolverlo. Los paradigmas sirven de criterios para seleccionar qué problemas pueden ser
resueltos, los cuales serán considerados como científicos por la comunidad científica.
Los cambios de paradigmas, hacen que los científicos vean el mundo de modo
diferente, con relación a algunos aspectos, no se compara con lo que se contaba
anteriormente, muchos detalles son transformados. Se toman en cuenta las experiencias
previas para lograr la transformación en el nuevo paradigma, es importante mencionar que
después de que la experiencia haya sido resuelta, es cuando realmente se inicia la búsqueda
de una definición operacional, una lengua de definición pura.
Una vez que comienza una revolución científica, los procesos de mediación y de
manipulación que han existido, pierden su importancia y pasan a ser sustituidos por otros:
no se produce un cambio total, es el mismo mundo, los mismos instrumentos. Lo que pasa
es que el nuevo logro de paradigma, presenta nuevas formas de ver las cosas, se crean
nuevos métodos de análisis y nuevos problemas a que dedicarse. Se inicia un proceso
amplio y externo de asimilación conceptual. En consecuencia, surge una nueva teoría a
partir de un fracaso notable de la actividad normal. La nueva teoría parece una respuesta
directa a la crisis, se deben inventar alternativas teóricas, sobre todo en los primeros pasos o
etapas de un paradigma y rediseñar igualmente las herramientas.
Por último, la ciencia normal ha encontrado en los textos un mecanismo para
difundir el conocimiento trabajado durante siglos, pero son los artículos de experimentos
los que han dado luz a la acción paradigmática y los cambios que con ella se apoya, la
transformación constante de un conocimiento que, en atención a los nuevos tiempos, cobra
relevancia y preminencia.
Referencias
Kuhn, T. S (1.971). La estructura de las revoluciones científicas. Fondo de la cultura económica. México.