“Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Domingo 2A TO)

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“Éste es el Cordero de Dios, que quita el

pecado del mundo”

(Domingo 2A TO)

¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”!

Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.

Gloria a Dios en el cielo,Y en la tierra paz a los hombres, que ama el

Señor. Por tu inmensa gloria te

alabamos, te bendecimos, te adoramos, te

glorificamos, te damos gracias, Señor Dios,

Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo

único, Jesucristo.

Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;

tú que quitas el pecado del mundo,

ten piedad de nosotros;tú que quitas el pecado del

mundo,atiende nuestra súplica;

Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad

de nosotros. Porque sólo Tú eres santo,

sólo Tú, Señor, sólo Tú Altísimo, Jesucristo, con el

Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

Liturgia

de la

Palabra

Procesión de la Biblia

Tu Palabra me da vida,Confío en Ti, Señor.

Tu Palabra es eterna,En ella esperaré.

Dichoso el que con Vida intachable

Camina en la ley del SeñorDichoso el que guardando

Sus preceptosLo busca de todo corazón

Tu Palabra me da vida,

Confío en Ti, Señor.Tu Palabra es eterna,

En ella esperaré.

Espiritualidad Ignaciana

Para los primeros cristianos "bautizarse" significaba literalmente

sumergirse en el agua, bañarse o limpiarse.

Ellos distinguían muy bien el "bautismo de agua“,

que impartía el Bautista en el Jordán, y el

"bautismo de Espíritu Santo“,

que reciben de Jesús.

El bautismo de Jesús es un baño interior: nos empapamos del Espíritu Santo, que nos hace hijos

adoptivos de Dios con una vida nueva e inconfundible.

Por eso, los primeros cristianos bautizaban invocando el nombre de Jesús

sobre cada bautizado.

S. Pablo dice que los cristianos están

bautizados en "Cristo“

y, por eso, han de sentirse llamados a "vivir en Cristo", animados por su

Espíritu,

interiorizando su experiencia de Dios y

sus actitudes más profundas.

Hoy se observan signos de profunda

espiritualidad.Cada vez hay más

personas que buscan algo

que les dé fuerza interior para afrontar la

vida de manera diferente.

(1er paso de Oración Ignaciana:

Relajación)

Es difícil vivir una vida que no apunta hacia meta alguna. No basta tampoco pasarlo bien.

La vida se hace insoportable cuando todo se reduce a pragmatismo y frivolidad.

Es difícil vivir una vida que no apunta hacia meta alguna. No basta tampoco pasarlo bien.

La vida se hace insoportable cuando todo se reduce a pragmatismo y frivolidad.

Necesitamos paz interior y seguridad para hacer frente al

miedo e incertidumbre, que nacen en nuestro

interior.

Algunos se sienten heridos, con stress, maltratados por la vida, desvalidos, necesitados de

sanación interior.

Son cada vez más los que buscan algo que no es técnica, ni ciencia, ni ideología religiosa.

Quieren sentirse de manera diferente en la vida.

Necesitan experimentar una especie de "salvación"; entrar en contacto con el Misterio que

intuyen en su interior.

Muchos padres no bautizan a sus hijos.Muchos no saben lo que es el "bautismo del Espíritu"

y no han experimentado a Jesús como fuente interior de vida.

Muchos padres no bautizan a sus hijos.Muchos no saben lo que es el "bautismo del Espíritu"

y no han experimentado a Jesús como fuente interior de vida.

Hay quienes fomentan una espiritualidad, que tiende a marginar a Jesús como algo

irrelevante y de poca importancia.

Los seguidores de Jesús no podemos vivir una espiritualidad seria, lúcida y

responsable, si no está inspirada por su Espíritu.

Lo mejor que podemos hoy ofrecer a las personas es ayudarles a

encontrarse interiormente con Jesús, nuestro Maestro y Señor.

Las tres Lecturas de hoy presentan tres personajes que escucharon la voz del Espíritu:- Isaías, - S. Pablo y - Jesús.

Nos fijamos especialmente en Jesús.

Jesús es el Enviado del Padre.

¿A qué lo envía

el Padre?

¿Cuál es su

misión?

Jesús

-nos reúne a todos en una Iglesia,

-nos pide que nos convirtamos,

-que su mensaje y su salvación llegue al último rincón de la tierra.

Que nos convirtamos ¿de qué?

Jesús es nuestra ‘Luz’.

Para que veamos ¿qué?

Salvar a todo el mundo. Pero ¿qué clase de salvación?

Jesús es el Guía que nos conducirá a la vida eterna.

Jesús es el Redentor que se entrega a la muerte para salvar a la humanidad.

Jesús ha querido ser también

nuestro alimento y nuestra fuerza para el camino.

La ESPIRITUALIDAD IGNACIANA se basa en los

EJERCICIOS ESPIRITUALES de S. Ignacio de Loyola,

y está centrada en JESÚS.S. Ignacio quiso que su grupo se llamara “Compañía de JESÚS”.

Jesús es nuestro centro.

Creo en Dios PADRE todopoderoso,

creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo,su único Hijo, nuestro

Señor, que fue concebido por obra

y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María

Virgen,Padeció bajo el poder de

Poncio Pilato, fue crucificado,

muerto y sepultado, descendió a los

infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y

está sentado a la derecha de Dios

Padre Todopoderoso.

Desde allí ha de venir a juzgar

a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,

la Santa Iglesia católica,

la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,

la resurrección de la carne

y la vida eterna.Amén.

Créditos:José Martínez de Toda, S.J.

(martodaj@gmail.com)Román Mendoza

(romanmp59@hotmail.com)

“En todo amar y servir”

Créditos

José Antonio Pagola