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Informe N°1
Una de las principales fuentes de evidencias para la práctica clínica y el conocimiento
científico en general es la epidemiología. Gordis L, en su libro define a esta ciencia como
“El estudio de la distribución y los determinantes de estados o eventos relacionados con la
salud en poblaciones específicas y la aplicación de este estudio al control de los
problemas de salud” (1). Sin embargo debemos hacer hincapié que en lo referente a
condiciones de salud en epidemiología, este término no se limita a la ocurrencia de
enfermedades, sino que incluye a cada evento relacionado directa o indirectamente con la
salud.(2) A su vez, la epidemiología y la medicina clínica tiene su inicio desde la
antigüedad e incluso los fundadores de la epidemiología fueron clínicos. Sin embargo,
siempre ha existido una tendencia por su estudio en escuelas separadas, así como el
entrenamiento en estas áreas de conocimiento y el lugar donde se reportan los hallazgos
o avances científicos frutos de la investigación ( revistas científicas, congresos, etc.)
(3) .. A partir ya del siglo pasado se ha abierto un nuevo campo que junta a estas dos
entidades, siendo denominada “epidemiología clínica”. (4) En 1938 Jhon R Paul, utilizó
este nombre con el fin de expandir los tópicos de la investigación clínica y los métodos
contenidos de la investigación epidemiológica. (5) En tal sentido la epidemiología clínica
busca la aplicación de los principios y métodos epidemiológicos a los problemas de la
práctica clínica cotidiana. Con el fin básico de promover métodos de observación e
interpretación que conduzcan a conclusiones válidas en la práctica clínica. Una manera
para interpretar es el sinergismo es partiendo de las preguntas cotidianas que se formulan
en la práctica de la medicina y a partir de estas se identifica los tópicos de interés para la
epidemiología clínica. (6) (Cuadro 1)
En el siguiente gráfico podemos observar a modo de resumen lo que la
epidemiología clínica estudia y a su vez las aplicaciones que conlleva:
Tomado de: García J. Epidemiología clínica. Qué y para qué. Rev Mex Pediatr. 1999;66(4):169–73
Dentro de la investigación clínica , el objetivo fundamental es fomentar el conocimiento de
los mecanismos moleculares, bioquímicos, genéticos, celulares, , fisiopatológicos y
epidemiológicos de las enfermedades y problemas de salud, y así mismo establecer las
estrategias para su prevención y tratamiento. (7)
En cambio cuando hablamos de la traducción del conocimiento, diseminación, utilización
o transferencia del conocimiento nos involucramos en el campo de la investigación
traslacional (IT). La IT ha sido definida originalmente como aquella investigación aplicada
y comprehensiva que pretende traducir el conocimiento científico disponible para hacerlo
útil a la población. En si el CDC define a esta rama de la investigación como “Aquella
investigación que se preocupa de institucionalizar intervenciones de salud pública que han
probado ser eficaces, de acuerdo con la evidencia científica “. (8) La IT fomenta la
integración multidireccional de la investigación básica, la investigación orientada al
paciente, y la investigación basada en la población, con el objetivo a largo plazo de la
mejora de la salud de la población
Como sucede en toda nueva concepción teórica que es sometida a contraste con
evidencia empírica, el interés de IT ha evolucionado de manera considerable en los
últimos años, dicha transformación ha favorecido su mejor interpretación y visualización
de la naturaleza compleja que posee. El primer modelo que explica a la IT, diseña un
diagrama de una vía siendo esta lineal y unidireccional con dos principales vacíos u
obstáculos; el primero es la traducción del conocimiento de la ciencia básica a productos
de mercado (drogas, dispositivos médicos, procedimientos, etc.) y el segundo es la
transferencia de las nuevas tecnologías a la población. (8)
Un modelo que mejor explica las fases de la IT, es aquel que divide estas en tres ,
designándola con nombres de T1 (Del laboratorio a la cabecera del paciente.) T2 (De la
investigación clínica a la práctica diaria.) y la T3 (De la efectividad a la implementación
sustentable y duradera). (8). En la fase T1 agiliza el movimiento entre la investigación
básica y la investigación orientada al paciente que lleva a la comprensión o normas de
atención científica nueva o mejorada. Ejemplos de T1 son el desarrollo de fármacos, la
farmacogenómica, y algunos estudios de mecanismos de la enfermedad y la investigación
en nuevas áreas como la genética, la genómica, la proteómica. En la fase T2 facilita el
movimiento entre la investigación orientada al paciente y la investigación basada en la
población que conduce a mejores resultados en los pacientes, la implementación de las
mejores prácticas, y mejorar el estado de salud en las comunidades. Ejemplos de T2 son
la epidemiología clínica, los servicios de salud (los resultados) de investigación y la
metodología de reciente desarrollo de la investigación participativa basada en la
comunidad. En la fase T3 promueve la interacción entre la investigación y la investigación
basada en la población basada en el laboratorio para estimular una comprensión científica
sólida de la salud humana y la enfermedad. Ejemplos de T3 son disciplinas como la
epidemiología molecular y genética surgiendo (8–10)
Inmiscuyéndonos ya en el campo práctico de la investigación. Toda investigación debe
iniciarse en la pregunta de investigación, es a partir de esta incertidumbre que el
investigador busca resolver, haciendo mediciones o manipulando su realidad, que inicia
el proceso de investigación. Por lo tanto la articulación de una pregunta de investigación
clara y concisa es fundamental para la realización de un estudio de investigación sólido y
útil. (11) Una de la formas para evaluar la si la pregunta de investigación es correcta es
bajo los criterios FINER: Factibilidad, Interés, Novedad, Ética y Relevancia. (12)
Otra forma de plantear una pregunta es a través del enfoque PICOT: Población blanco, Intervención de interés, Comparación con el grupo control, los Resultados o desenlaces clave (Outcomes) y el Tiempo que se requiere para evaluar los resultados y enmarcar la pregunta. (13,14)
En los estudios clínicos, el concepto de asociación se refiere a la existencia de un vínculo
de dependencia entre una variable y otra. En general, la forma de identificar la asociación
es a través de la comparación de dos o más grupos, para determinar si la frecuencia,
magnitud o la presencia de una de las variables modifica la frecuencia de la otra en algún
sentido.(15) Las criterios de Bradford y Hill publicados en 1965 tuvieron una enorme
influencia en los intentos de causalidad separada de explicaciones no causales de las
asociaciones observadas. Estas consideraciones se aplicaron a menudo como una lista
de criterios, aunque eran de ninguna manera destinados a ser utilizados de esta manera
por el propio Hill. (16)
Ya que el hallazgo de una asociación a través de una investigación clínica no implica
necesariamente que exista una relación de causa-efecto entre las variables(17). Para fin
de esto se identifican nueve criterios de causalidad
Los diseños de investigación pueden clasificarse según la calidad de la evidencia que
proporcionan sobre una presunta relación causal entre el factor de estudio y la respuesta.
(18). En tanto el nivel de evidencia clínica como sistema sistema jerarquizado, basado en
las pruebas o estudios de investigación ayuda a los profesionales de la salud a valorar la
fortaleza o solidez de la evidencia asociada a los resultados obtenidos de una estrategia
terapéutica.(19) No todos los conocimientos provenientes de los artículos científicos
publicados, tienen el mismo impacto o valor sobre la toma de decisiones en materia de
salud; por ello, se hizo necesario evaluar la calidad de la evidencia. Dentro de los
sistemas de clasificación resaltamos al desarrollado por OCEBM(Centre for Evidence-
Based Medicine, Oxford) el Esta propuesta se caracteriza por valorar la evidencia según
el área temática o escenario clínico y el tipo de estudio que involucra al problema clínico
en cuestión. (20)
Una de las características fundamental de los estudios es su validez, Argimon, define a la
validez como aquella que “Expresa el grado en que el valor que se obtiene con el
proceso de medición se corresponde con el verdadero valor de la variable en un sujeto, es
decir, que no existe un sesgo (error sistemático) en el proceso de medición. (2)
Dentro del ámbito de la validez identificamos dos tipos de esta: una validez interna y una
validez externa. La primera se refiere al grado en que los resultados de un estudio son
válidos (libres de error) para la población que ha sido estudiada. Los errores sistemáticos
y los factores de confusión afectan a la validez interna de un estudio y la segunda es
capacidad de extrapolación o traslación de los resultados del estudio a una población
diferente o más extensa que la estudiada o a un nivel más abstracto de conocimiento
científico. (1,2) Existe una relación inversa entre estas dos entidades, es decir mientras
que la validez interna se hace máxima debido a la utilización o control exhaustivo de
variables, la validez externa de esos hallazgos se reduce considerablemente debido a que
la población a la cual se intenta representar no está sujeta a controles en su ambiente
normal. Un concepto muy ligado a la validez es el error, principalmente el sistemático
antes que el aleatorio. Observando las definiciones de los mismo entendemos que el error
aleatorio ocurre cuando las mediciones repetidas, ya sean en un mismo sujeto o en
diferentes miembros de la población en estudio, varían de manera no predecible, mientras
que el error sistemático (no aleatorio) ocurre cuando estas medidas varían de manera
predecible y, por lo tanto, se tiende a sobre o subestimar el valor verdadero de la
medición de manera sistemática (21,22)
Bibliografía
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