Post on 14-Dec-2015
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¿Por qué es importante la Psicología y Sociología del
trabajo en su formación profesional?
Cuando se entiende la causa en el accidente laboral, explosiona la fórmula, causa + nexo +
accidente, y se reconoce cuán importante es la Psicología y la Sociología del trabajo en nuestra
formación profesional. Se tiene la idea preconcebida o se acepta la regla general de que causa es
la fuente, es el origen, es lo que antecede a algo, pero lo curioso y a la vez contradictorio es que
en los accidentes, cualquiera que sea su tipo, ocurre todo lo opuesto. La causa no es el principio o
la génesis del accidente porque las causas de los accidentes nacen después de ocurrido el
accidente. En la génesis del accidente o del daño, lo que interviene son tres grupos de elementos:
peligro, factor riesgo, y condición perfecta para que el peligro y factores de riesgo se unan y
desencadenen el fenómeno. Así que en tema de seguridad, no se mira la causa ni el nexo ni el
accidente, sino el riesgo, es decir, cuán probable o cierto es que ocurra el fenómeno en el trabajo
para prevenirlo.
Parafraseando a Albert Einstein, no se entiende realmente algo hasta que se es capaz de
explicarlo. En la asignatura de Psicología y Sociología se pide hacer este ensayo y el aprendiz
enfrentado a un material proporcionado por el tutor y a otras fuentes de consulta, solo tiene en
mente, la idea de hallar la relación entre: incidencias, condiciones y factores psicosociales y el
riesgo psicosocial. Y así, violentamente reconoce que hace falta una pieza para armar el
rompecabezas. Discriminar los conceptos básicos de seguridad (Peligro, riesgo y accidente) es el
punto de partida y la puerta de ingreso a otra serie de conocimientos que embargan de felicidad y
agradecimiento hacia a Dios por permitir que sea develado aquello que estaba obstaculizando la
construcción del aprendizaje. Parece inverosímil que un abogado quien ha litigado por más de
veinte años descubra, a estas alturas, que solo se puede hablar de causas del accidente cuando
este ya ha sucedido. En el accidente psicosocial inciden: la gestión organización; las características
de la organización del trabajo; las características del grupo social del trabajo; las condiciones de la
tarea (carga mental, demanda emocionales, sistemas de control a tres niveles, definición de roles,
la monotonía y el contenido de la tarea); la interfaz persona; y la jornada de trabajo; y estos
factores de riesgos se agrupan en intralaborales, extralaborales y condiciones individuales.
El sicólogo y pedagogo norteamericano David Ausubel describió un tipo de aprendizaje
denominado, aprendizaje significativo en que un aprendiz relaciona la información nueva con la
que posee, y las va reajustando y reconstruyendo. Y expone un ejemplo hipotético, donde la
palabra escrita entre corchetes es la aplicación del concepto en el aprendizaje significativo. La
contador pública de una empresa quien, faltándole dos días del plazo para entregar la
declaración de renta,,[peligro] aún no ha terminado porque días antes su hija de tres años estuvo
en sala de emergencia y con tratamiento hospitalario [factor riesgo], le comunican la existencia de
requerimiento de la DIAN al que debe dar respuesta en menos de dos días [factor riesgo]; y quien,
sin auxiliar contable, ni secretaria y ni nadie que le ayude [factor riesgo], prorrumpe en la oficina
del Jefe y con llanto descontrolado le cuenta todas sus cuitas y éste empeora las cosas diciéndole
que de no entregar ambos trabajos a tiempo, será despedida [factor riesgo]. Es probable que la
contadora cumpla con ambas tareas, pero también es probable que sea despedida o tenga al
menos un colapso nervioso [riesgo] que puede llegar afectar su patrimonio económico o daño a
su salud mental, que de producirse lo uno, lo otro, o ambos, entonces sería un accidente laboral.
En Colombia, de cada 100 trabajadores 10 son acosados por sus jefes, cuenta la revista Semana.
La importancia de la Psicología y Sociología cobra mayor relevancia cuando salen a la luz pública,
casos como el descrito en la revista. Juan Carlos Forero quien desde hacía cuatro años era
director de logística de una compañía multinacional se suicida por acoso laboral, pues como lo
dicen sus familiares y allegados, el jefe se ensañó con él y procuraba perjudicarlo. Expertos en la
materia afirman que es una realidad la conexión entre el acoso laboral y el suicidio, quienes
estiman que un 5% de las víctimas de ‘mobbing’ (acoso laboral) piensan a diario en el suicidio
como forma de escapar a su problema. El sicólogo de la revista Semana, Iñaki Piñuel, dice que un
15% de los suicidios son causados por una situación de acoso en las secuelas que le deja a la
víctima; aunque el que aprieta el gatillo es la víctima, continúa diciendo Piñuel, el que primero
acosa y destruye la resistencia sicológica es el victimario. Por otro lado, no existe en Colombia
estadística de que alguien haya sido condenado por el suicidio de otra persona. En el caso
particular, tras la realización de la autopsia sicológica (procedimiento para determinar la causa
que llevó a la persona a tomar la decisión, donde se reconstruye el estado sicológico y mental del
fallecido a través de un equipo de profesionales y con la participación de los sobrevivientes) se
estableció que pese a no ser abiertamente hostil en el trato, el jefe sí ejercía mucha presión, que
ni para la víctima ni a su equipo de trabajo hubo algún reconocimiento, que se evidenció, exceso
en la jornada laboral, metas ambiciosas de difícil cumplimiento, exceso de trabajo, negación de
permisos y del derecho a vacaciones. Aunque el equipo que practicó la prueba, afirmó que era
muy difícil saber con exactitud qué pasó por la mente de Juan Carlos, sí descartó que estuviera
perturbado mentalmente, y que se trataba del típico caso del síndrome de Burn out y de la visión
del túnel; este último le impedía ver la vida de otra manera o de imaginarse salidas. Tan solo a dos
meses de haber entrado en vigencia la ley del acoso laboral, el Ministerio de la Protección social
reportó la alarmante cifra de denuncias, 1.220, donde Bogotá y Medellín eran quienes
encabezaban la lista del llamado “crimen silencioso”. El informe de la Dirección de Inspección,
Vigilancia y Control del Ministerio del Trabajo, da cuenta que al año siguiente (2013) se
presentaron 361 denuncias por esta causa, un 30% menos a las registradas en el 2012. Por
último, una encuesta de Seguridad y Salud del Ministerio de trabajo reveló que el acoso laboral se
presenta en un 9.4% entre los niveles (5% jefe inmediato y un 4.4% del compañero de trabajo o
subalterno).
Los accidentes psicosociales, hoy por hoy, son considerados un “fenómeno social emergente” o
bien como el “nuevo fenómeno en el derecho laboral” así lo reporta Andrea Fabiana Mac Donald
en su artículo, El mobbin o violencia laboral en el derecho laboral internacional” de la Revista
Ambito Jurídico.com.br. La gran mayoría de los empleadores no entienden, o se hacen los de la
vista gorda ante las campañas de internalización de la cultura de prevención del riesgo que está
haciendo el Gobierno nacional, ante eso quizás les ayuden a entrar en razón, el análisis
económico que hace la autora de tan solo uno de los factores de riesgo del abanico que existe;
cifras del análisis que se transcriben literalmente del artículo mencionado , y estas son:
“TOOHEY ha sido uno de los primeros autores que ha efectuado un cálculo acerca de los costos
económicos que origina el mobbing; los empleados muestran una tendencia hacia la jubilación
anticipada como se constata en las estadísticas públicas suecas en donde veremos que en el año
1992, el 25% de los trabajadores de más de 55 años se retiran; en tanto, durante el período
comprendido de 1993 a 1994 trabajadores con menos de 30 años, se disponían a retirarse
anticipadamente a raíz del fenómeno mobbing, lo cual ello representaría entre un 35 y 40%.
En un informe suministrado por la OIT (Organización Internacional del Trabajo) en el año 2004,
de los 750.000 trabajadores, un 6% de la población asalariada estaría afectada a este nuevo
fenómeno del derecho laboral, lo cual podría alcanzar cerca de 1.000.000 de trabajadores en
línea, con porcentajes dados para Francia, Italia y Suecia. En tanto, en 1999, ya el 38% de los
trabajadores encuestados, dijo haber sufrido de mobbing mientras que un 42% decía haber sido
testigo de conducta de hostigamiento laboral respecto de sus compañeros1.2
Según LENE OSLEN manifiesta que “nadie sabe sobre los costos reales de la violencia vinculada al
trabajo y una vida desvastada no tiene precio”3; aquí, sin lugar a dudas, el autor mencionado,
hace referencia a los efectos devastadores que provoca el mobbing al trabajador ocasionándole
una exclusión definitiva del mercado laboral4.
En los últimos 10 años, la violencia del trabajo se ha convertido en un fenómeno alarmante en el
mundo, lo cual nos lleva a una misma conclusión que el mobbing es un nuevo fenómeno del
derecho laboral en crecimiento y que para evitar vidas devastadas como dice OSLEN, debemos
tomar medidas preventivas tanto para el trabajador como para la empresa”.
Tan importante es para los aprendices de la especialización el estudio de la Psicología y la
Sociología del trabajo como para la vida el agua y el aire. El análisis de la dimensión social y
psíquica de los trabajadores es de vital importancia, no tanto porque el factor humano sea el
activo más valioso de una organización sino en razón a que el lugar de trabajo, además de ser un
espacio de concentración de seres humanos donde surgen conflictos de orden social y emocional,
también es fuente de realización o materialización del proyecto de vida del trabajador. De esta
manera, si son suplidas las necesidades presentes y futuras del trabajador con su desempeño
laboral, la organización podrá estar segura, que está frente a alguien altamente productivo y
rentable. En un sentido epicúreo a fin de hacer entrar en razón a los empresarios, vale la pena
invertir en la prevención del riesgo psicosocial por la alta tasa de retorno que esto representa,
más aún, cuando los riesgos a evaluar y valorar, son, sutiles, imperceptibles y tan subjetivos. Y
expresado de una manera coloquial, hay que meterse la mano al dril antes de que el problema
subyacente erupcione o por lo menos llevar a cabo estas tres actividades preventivas para evitar
la incapacidad laboral e incapacidad por salud mental de los trabajadores:
a) A nivel intralaboral, revisar la política institucional, clima laboral, estilos de liderazgo,
programas de gestión humana, índices de incapacidad, rotación y ausentismos. Y hacer un
estudio ocupacional, determinar la carga y el contenido de la tarea y hacer un balance
ocupacional.
1 Informe suministrado por la OIT (Organización Internacional del Trabajo) – año 2004. (htpp//: www.oit.or.ar) 2 OSLEN, LENEN: “NO INVERTIR EN LA PRESENCIA DE LA VIOLENCIA EN EL TRABAJO RESULTA ONEROSO”. (www.ilo.org) 3 Interpretación de la autora. 4 Opinión de la autora.
b) A nivel trabajador, trabajar en la programación de los repertorios conductuales (manejo
del tiempo, habilidades sociales, estrategias de comunicación, resolución de conflictos;
entrenamiento en estrategias de afrontamiento, fortalecimiento de las competencias para
el trabajo, programas de prevención de consumo de substancias como alcohol,
tabaquismo y psicofármacos, entre otros)
c) A nivel extralaboral, capacitar al recurso humano en temas como el manejo del tiempo
libre y la conducción de las relacione familiares.