El último viaje de la fragata Mercedes.

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María Luisa de Parma, en un cuadro de Goya. Carlos IV. Francisco de Goya. Museo del Prado.

CONTEXTO HISTÓRICO

CARLOS IV

Manuel Godoy, Príncipe de la Paz. Antonio Carnicero. Óleo sobre lienzo, 1796-1801.

Manuel Godoy como Caballero del Toisón. Agustín Esteve. 1800-1807.

Manuel Godoy. Francisco de Goya.

El Tratado de San Ildefonso. 1796.

Los acuerdos entre Francia y España de 1795 y 1796 habían establecido un nuevo escenario de relaciones entre ambos países frente a Gran Bretaña. El compromiso de ayuda militar a Francia por el Tratado de San Ildefonso provocó una guerra contra Inglaterra (1796-1802) de graves consecuencias. El bloqueo británico a los puertos españoles supuso interrumpir las comunicaciones con América impidiendo el comercio y envío de metales preciosos tan necesarios para la Hacienda Pública.

Tras la firma del Tratado de Amiens en 1802, que puso fin a la guerra y al bloqueo, la Corona española ordenó el envío de buques de guerra para recoger los caudales y bienes acumulados durante los años de guerra.

El cuadro representa el momento en que se hace pública la Paz de Amiens. En primer plano figura José Bonaparte (futuro Rey de España) y el representante inglés Lord Cornwallis.

José de Bustamante y Guerra. Siglo XIX. Anónimo. Óleo sobre lienzo Museo Naval. Madrid.

Diego de Alvear y Ponce de León. Finales del siglo XVIII. Copia de Candelaria de Alvear. Óleo sobre lienzo. Museo Naval, Madrid.

Retrato de Graham Moore por Thomas Lawrence. Moore comandaba la fragata HMS Indefatigable, de 44 cañones.

Diego de Alvear y Ponce de León.

Cuatro fragatas españolas, Medea, Mercedes, Fama y Clara, cargadas con los caudales para la corona española bajo el mando del experto marino Don José Bustamante, navegan hacia las costas de Cádiz procedentes de Montevideo. A la altura del Cabo San Vicente, al sur de Portugal, son interceptadas y atacadas por cuatro fragatas inglesas, Indefatigable, Lively, Amphion y Medusa, que las esperan dispuestas a detenerlas, a pesar de los tratados de paz existentes entre ambas naciones, con tal de conseguir que los caudales no lleguen a manos de Napoleón, su más temido enemigo.

Ante la negativa de los mandos españoles de acompañarles a ningún puerto que no fuese español, y sin dar apenas tiempo para dialogar y buscar una alternativa sin derramamiento de sangre, Sir Graham Moore, inicia el ataque. En medio del inesperado combate, la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes explota violentamente hundiéndose al instante. Doscientas sesenta y tres personas mueren como consecuencia de la explosión o ahogadas en los momentos posteriores. La pérdida de esta fragata, en la que viajaban numerosos pasajeros, entre ellos la mujer e hijos del segundo comandante, Don Diego Alvear, decanta el combate hacia las naves inglesas que finalmente capturan a las tres fragatas españolas y las conducen como detenidas hasta Gran Bretaña.

Combate del cabo de Santa María. De: "Historia de la Marina Real Española" de José Ferrer de Couto y José March y Labores, 1854.

Fragata Indefatigable.

Ilustración de 1804 que refleja el momento en que es alcanzada la santabárbara, lugar donde se custodiaba la pólvora, y se produce la explosión de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes.

Reproducción del cuadro de Francis Sartorius, 1804. Museo Marítimo Nacional de Reino Unido.La voladura de la fragata Mercedes y el apresamiento de la escuadrilla de José de Bustamante el 5 de octubre de 1804 originaron la declaración de guerra a Inglaterra y es el antecedente inmediato de la batalla de Trafalgar.

Batalla del Cabo de Santa María. Voladura de la fragata Mercedes.

Documentos conservados en el Archivo General de Indias y otros Archivos Estatales permiten reconstruir el último viaje de la fragata Mercedes y valorar el alcance que el suceso tuvo en la política internacional española de principios de siglo XIX.

El Estado de Caudales, frutos y efectos de la Fragata Nuestra Señora de las Mercedes es uno de los documentos más relevantes y fue utilizado en el litigio para demostrar que las monedas extraídas por Odyssey únicamente podían pertenecer a la fragata Mercedes.

Estado de Caudales, frutos y efectos de la Fragata Nuestra Señora de las Mercedes.

En 1804, casi dos años después de haberse dado la orden del envío de caudales, las fragatas salieron del puerto de Montevideo portando alrededor de 2.700.000 pesos en monedas y otros 2.600.000 en pasta de plata y oro, de los cuales, pertenecientes a la Corona eran algo más de 710.000 pesos y el resto pertenecían a particulares.La fragata Mercedes, según el documento citado, transportaba en sus bodegas cerca de 2.000.000 de pesos entre moneda y pasta de plata y oro: 972.480 pesos amonedados, de los cuales 5.809 eran monedas de oro, 950.621 en pasta de plata y 415 castellanos de oro.

Los registros de la Real Aduana de Lima detallan el resto de mercancías que embarcaron en la fragata: un cajoncillo triplicado de las partidas de oro y plata acuñadas en la Real Casa de la Moneda de Lima en 1803, 403 barras de cobre y 1.964 de estaño y dos cañones de bronce inútiles, cuya identificación fue fundamental para demostrar la identidad de la fragata.

Junto a los caudales del Rey y de particulares, iban otros productos valiosos en aquel momento para la medicina tales como la quinina, ratania y cacao. También figuraban diversas cantidades de lana de vicuña y pieles de diversos animales como chinchilla, guanaco, zorrillo, tigre o leopardo, así como de leones y lobos marinos.Otros productos registrados que se pueden señalar son un juego de cubiertos, una mancerina para tomar chocolate, doce cucharitas de plata labrada, un cañón pedrero de 80 cm, una palmatoria y un almirez de oro.

ASPECTOS TÉCNICOS, CONSTRUCTIVOS Y MILITARES DE LA

FRAGATA MERCEDES

Representación esquemática de un navío de línea de tres puentes:

1) Pañol de municiones. 2) Santabárbara, lugar donde se custodia la

pólvora.3) Antepañol. Cuarto donde se cargaban de

pólvora los cartuchos. 4) Tapabalazo. Vía de agua tapada con tablas

de madera y planchas de plomo. 5) Tiro doble. Requerido para quebrar el casco

del barco enemigo. 6) Cañón con cureña y aparejos. 7) Zona de abordaje.

Disposición de los espacios.

Modelo en construcción de la fragata de 34 cañones Nuestra Señora de las Mercedes (1788-1804).

Forro de cobre como el que protegía el casco de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes .

Cañón en la recreación de la cubierta de la fragata Mercedes.

Reconstrucción de una sección de medio puente de la cubierta de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, con un cañón de avancarga.

Balas y cañones recuerdan la dureza de los combates navales.

Trabuco de borda español. Madera, acero y latón. Último tercio del siglo XVIII. Museo Naval de Madrid.

Culebrina.

Reproducción del camarote del comandante de la fragata.

Historia natural, civil y geográfica del Reino del Perú (1799). Un cuadro único con la fauna, recursos y tipos humanos.

Tira de caricaturas francesas contra Gran Bretaña. Personificación de Britania en tres viñetas ante una próxima violación inglesa de la paz de Amiens. El pasado es una mujer prominente, rica y satisfecha entre fardos de mercancías, que en el presente se ha convertido en una amazona furiosa pertrechada con las armas de la guerra, pero cuyo futuro es el de una escuálida mendiga rodeada de miseria y horror.

A la derecha, sobre el fondo de la popa de la fragata Fama, dos marineros británicos saquean las arcas de este buque repletas de monedas españolas, ante las airadas quejas de los españoles. Esta estampa satírica inglesa, publicada en Londres el 1 de noviembre de 1804, intenta justificar el ataque británico a la flota española en el cabo de Santa María por el supuesto destino a Francia de los caudales que transportaba. El ataque, cometido en tiempos de paz entre ambos países, fue muy criticado en la propia Inglaterra y supuso un severo golpe al prestigio británico.

Grabado satírico.

EXPOLIO DEL PATRIMONIO Y BATALLA JUDICIAL

203 años después de este histórico suceso, que tuvo como consecuencia directa la declaración de guerra contra Inglaterra en diciembre de aquel mismo año, la empresa “cazatesoros” Odyssey Marine Exploration, localiza y expolia parte del cargamento de esta fragata, trasladándolo de forma ilícita hasta Tampa (Florida) en el año 2007. Más de 500.000 monedas de plata y oro, además de algunos restos de objetos pertenecientes a la tripulación, son el rico conjunto arqueológico extraído de aquel naufragio hundido a 1.500 metros de profundidad.

Se inicia entonces un largo litigio en el que los tribunales norteamericanos dan la razón al estado Español reconociendo sus derechos sobre dichos bienes y ordenando su inmediata devolución a España. Este caso ha supuesto un importante precedente internacional en la defensa del Patrimonio Arqueológico Subacuático.

Fallo judicial en Tampa, Florida (2009).

El juez de Florida, Mark Pizzo, aceptó la tesis de que el barco expoliado era la fragata Mercedes porque no se presentó otra alternativa. Sin embargo, el motivo por el que entregó la carga a España era que todas las monedas eran españolas y, por tanto, no cabía duda de que se trataba de un buque español.

En enero de 2012, en un fallo que no admitía recurso, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos rechazó el recurso de Odyssey Marine Exploration y obligó a la compañía a devolver a España los bienes culturales extraídos del pecio de Nuestra Señora de las Mercedes en 2007.

El Tribunal del Distrito de Florida condenó a la compañía cazatesoros a pagar la mitad de las dos terceras partes del gasto de España en abogados por encontrarla culpable de mala fe y deslealtad durante el proceso. El tribunal consideró que Odyssey conocía la identidad del pecio expoliado y la ocultó, que entorpeció la investigación y la entrega de restos, y que contravino la ley de protección del patrimonio de España a sabiendas.

España podía acceder al cargamento el día 21 de febrero de 2012 y trasladarlo a España a partir del 24 de ese mismo mes.

El patrimonio de la fragata Mercedes espera en Tampa su regreso a España.

A lo largo de tres intensos días de trabajo, el equipo técnico registró y documentó las más de 14 toneladas de monedas y el resto de materiales. También supervisó el traslado de los bienes, sellados y etiquetados, desde el lugar del depósito judicial hasta su embarque en los dos C-130 Hércules del Ala 31 del Ejército del Aire, que esperaban en la base aérea de McDill, en Tampa (Florida).

El 25 de febrero de 2012 los Hércules aterrizaban en la base aérea de Torrejón, donde esperaba un nuevo operativo para el traslado a la Secretaría de Estado de Cultura en Madrid, escoltado por la Guardia Civil. Finalmente, los bienes fueron descargados y depositados en las cámaras de seguridad.

Monedas de 8 reales.

Así tenía Odyssey dispuestas las monedas para su venta. Se han conservado varias de este modo para dejar memoria del expolio.

Bloque concrecionado de monedas procedentes de la fragata Mercedes que conserva la forma del contenedor en el que se depositaron para su embarque en el Callao en 1804.

Lingote de estaño. En total, la fragata transportaba más de 50 toneladas de este metal estratégico por su uso para fines militares.

Amalgama de tejido y botonadura

Cajitas de oro para rapé después de la restauración. Siglo XVIII.

Gemelos de oro

Monedas de 8 reales de plata de Carlos III. 1777.

Moneda de 8 escudos de oro de Carlos IV. Lima 1803.

Monedas de 8 reales de plata de Carlos IV. 1804.

Bloque de monedas con forma de arcón. Conserva la forma del arcón de madera que las contuvo. Su peso es de 58,87 kilos con unas 2.180 monedas de ocho reales. La fragata Nuestra Señora de las Mercedes trasportaba entre 800 a 900 sacas de ese tipo. Réplica en resina. Museo Arqueológico Nacional (Madrid).

Recreación del cargamento de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes.

La carga se transportaba en cajas rectangulares de madera de 50 x 25 cm. Iban en sacas de tela que contenían una cantidad fija de 1.000, de ocho reales llamadas "talegas“. Estas sacas se guardaban, de tres en tres, en cajones de madera colocados, a su vez en la "Caja de Plata", situada en la zona central de la cubierta inferior del buque. La fragata Mercedes debió transportar entre 800 y 900 sacas de este tipo, distribuidas en unas 300 cajas de madera. Muchas de ellas presentan un estado de deterioro y oxidación ostensible, pues se han llevado más de 2 siglos bajo el mar.

Bolsa de monedas de plata de 8 reales del tesoro de la fragata.

En total se estima que había unas 600.000 monedas pertenecientes al reinado de Carlos IV. 961 lingotes de cobre, 1.139 de estaño, 20 sacas de lana vicuña, cacao en rama, pieles de animales y plantas medicinales. La mayor parte de las piezas procedentes de la fragata son monedas de plata, de 8 reales, también conocidas como pesos. Las monedas de oro son piezas de 8 escudos, también denominadas onzas.

Los documentos indican que la fragata transportaba aproximadamente 360 monedas de oro de las que se han recuperado 212.

Las 30.000 monedas que sirven de ejemplo a los visitantes para imaginar la riqueza de la carga. Se estima que llevaba 600.000 monedas.

Espectacular colocación de las monedas.

El 30 de noviembre de 2012, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte presentaba el Plan de Actuación de la fragata Mercedes y anunciaba la asignación de los bienes culturales recuperados al Museo Nacional de Arqueología Subacuática, ARQUA, de Cartagena. Tan sólo dos días más tarde, el 2 de diciembre, se producía el traslado.

DESPUÉS DE 208 AÑOS, EL VIAJE HABÍA FINALIZADO.

La Exposición "El último viaje de la Fragata Nuestra Señora de las Mercedes" se inició en 2014 en el Museo Arqueológico y en el Museo Naval de Madrid y tras visitar el Museo Arqueológico de Alicante, llegó al Archivo General de Indias en Sevilla, donde se conserva buena parte de los documentos que reconstruyen el último viaje de la Fragata Mercedes.

PRESENTACIÓN SIN ÁNIMO DE LUCRO.Textos e imágenes proceden de Internet. Mi reconocimiento a sus autores a quienes pertenece el copyright.

Música: “Rumores de la Caleta”. Isaac Albéniz. Interpretación de Enzo Oliva.Realización: Emilio Fernández. eferna@telefónica.netMayo 2016.