Post on 02-Dec-2018
Roberto Arizmendi
EL MAR, ORIGEN Y DESTINO
Ediciones de la Universidad Michoacana
de San Nicolás de Hidalgo,
Morelia, Michoacán, México, 1994,
Primera edición: 1994
Toda mi vida
ha sido un río...
ésto es el mar.
“Esto es el mar”/D. SUMMERS
I. HORIZONTE SIN FIN
...por el mar se extiende
la verdadera noche,
la del amor y la música
la de las estrellas
y la luna...
Mar muerto/JORGE AMADO
EL MAR
El viento me acerca hasta tu esencia,
eres el mar,
el mar.
Escucho tu palabra,
el reflujo de las olas
marca ritmo de voces
y silencios.
La luna ilumina el recuerdo
y teje cantos.
Abordo el carro de los sueños
y transito de imaginación a deseo.
El mar es origen y destino,
surge del secreto,
del encanto mágico y la incógnita.
El mar es todo.
Surge espléndida la noche
reflejada en la irregular superficie
del océano.
Aquí no hay límites
ni anido indecisiones;
tu luz es aliento,
perfila el horizonte.
UN MINUTO PARA MI TIEMPO
Nuestra vida
es un regalo
sin abrir...
“Tormenta contigo”/D. SUMMERS
He recorrido tiempo
y geografía
pero nunca
había encontrado el mar
en plenitud.
Repaso arena
y playas
buscando caracolas,
descubro la historia
en cada paso.
He sabido de colores y tonos
por el canto de las olas
que engendran eco interminable
en los acantilados.
Y mientras,
tú
estás ahí
en casa,
a distancia,
creando figuras y colores;
en esa soledad
de no tocar tu puerta
cada instante
y penetrar para tu gozo
en tus entrañas.
Necesito un minuto
para mi tiempo,
un haz de luz
que descubra el camino,
espacio de gozo
sobre la oscuridad perdida.
EL MAR ES NUESTRO ESPACIO
Para Nayeli
Todos somos hijos de la luna
y esta línea insaciable de amor
nos pertenece.
Andamos en permanente búsqueda
de luces
que nos indiquen el camino.
Inauguramos nuevas rutas
rompiendo aldabas,
derribando muros.
El mar es nuestro espacio
y la luna refleja los sueños,
sobre la superficie calma,
insinuando un sendero
que avisora el futuro
y diluye horizontes
de futuro incierto.
NUESTRO SENDERO
Para Alejandro Mungaray Moctezuma
Soy un viajero
a la mitad del mar
en pleno invierno.
Mi barca
atraviesa la luz
de las estrellas.
La luna
señala ruta y destino,
puerto de arribo para la esperanza.
EN LA SOLEDAD
Entre playa y sol
la gente corre
sonríe,
se ama.
Y yo
pausadamente
recorro la media luna
armando solo
rompecabezas
de la vida.
AMOR ADOLESCENTE
Para Celia y Sergio
Siempre quisimos hacerle
su espacio al amor
-a la circunferencia blanca-
y abandonamos los rayos de luz
de las estrellas
sobre las olas
siempre puntuales
y precisas
para tocar los bordes
de la arena.
Pero también supe
de niño
que el mar
tenía sus propios secretos
amor entre el chasquido de los acantilados
Y así corriendo
nos fuimos
en busca del amor
adolescentes.
AMANTES IRREDENTOS
Para Rosy
Hacemos en el amor grandes espacios
para poder traslucir
nuestros pequeños átomos perdidos.
Vamos haciendo intentos
de armar esquemas diferentes
sin cúspides inútiles
ni modas dramaturgas,
sino pequeños indicios
claros y precisos
de senderos compartidos.
Amo cada rincón escondido
de tus sueños
y cada minúsculo espacio
de tu cuerpo.
El mar traslada a espacios infinitos
seres y tiempos,
deseos y esperanzas,
pero los caracoles siguen buscando lugar
en nuestro espacio.
El chasquido perenne de las olas
configuran cada momento
el ritmo imperioso
de nuestros pasos desbocados.
Quiero hacer de mi boca
un enorme caracol de resonancia
para vestir en el tus pensamientos.
El sabrá de los flujos de mis mares
donde hay cabida para tu esperanza.
Habla en mi caracol para escucharte
duerme en mi barca
y retoza en mi arena
tus fantasmas.
Soñadores somos
en medio del océano.
Sólo tenemos que encontrar el tiempo exacto
en nuestros calendarios
sin dejar de ser errantes buscadores,
amantes irredentos.
UN PEDAZO DE PLAYA
Para Miguel Angel Arizmendi
Soñaré un pedazo de playa
con su mar y sus estrellas,
como la pintura
que has hecho tantas veces
en tu mente
para saciar mi sed
de caracolas.
PAGANA INVOCACION
Guardé silencio
un momento
para dejar que el ruido
no construyera obstáculos
que entorpecieran
el arribo de los sueños.
Imaginé el mar
con el reflujo de las olas
como el ir y venir
de sueños y deseos;
la arena de las playas
como pajar
donde se busca el tiempo;
el caprichoso límite entre tierra y agua
como trazo imperfecto
de caminos recorridos;
y un horizonte abierto
como el deseo inalcanzado.
Me recosté a soñar
como pagana invocación
iterativa
y a media voz
me susurraste
un canto.
ALCANZANDO SUEÑOS
Para Layín
El mar es origen y destino
de los sueños;
levamos anclas
izamos las banderas
y subimos velas
para darles signo
y encontrar un faro.
El viento
lleva nuestra barca
surcando espacios
conociendo tierras
para tratar de encontrar
nuestros perdidos sueños.
II. NAVEGAR SIEMPRE
...el recuerdo ignora si todo fue verdad
o sólo fue inventado. Y uno no sabe cuándo
arribó a este puerto y miró una gaviota
que volaba en el muelle.
La memoria no conduce sino al vuelo
y aunque el sol derrite las alas
de los hombres que quieren volar,
los que recuerdan no mueren.
Navegar es preciso/Eduardo Langagne
VOZ ITINERANTE
Para Omar y Adriana
Mi voz quiso llegar hasta el valle más grande
de todo el universo
y producir un eco que se extendiera
sin límites a todos los rincones.
Dije que el mar nos enseñaba a conocer el infinito
y a medir la dimensión del hombre,
que nos agigantaba la posibilidad de conocer
tranquilidad, furia, amor,
violencia, placidez sin medida
y contradicciones infinitas
como la vida.
Desde la superficie azul refleja igual luna que sol
formando senderos caprichosos.
Las olas jugando con la arena
o desbocadas golpeando acantilados.
La gaviota curando nuestra frecuente desazón de vida.
Dije que el sueño era la vida caprichosa
el gusto por reconstruir el mundo a la medida
la prefiguración del acto cotidiano.
Desde su espacio damos orden a todo
en su lugar preciso.
Dije que la felicidad no es privilegio vergonzante
sino sustento cotidiano
para ir acomodando el arco iris
en medio de la neblina adormilante.
No conformarse con dejar que la vida transcurra
en el sentido del correr del viento
ni con la cuadratura del marco establecido,
que cada quien tiene que acomodar a tiempo sus juguetes
y armar rompecabezas
a su modo.
Dije que había que descubrir secretos y senderos,
que el futuro no estaba escrito
ni predeterminado
y que experiencias e ideas acumuladas al paso de los días
configuraban espacios
a la medida del acto volitivo del hombre constructor
que caminaba escudriñando el tiempo.
No repetir los días,
no hacer del tiempo una rutina.
Hablé de libertad como sustento del diario quehacer
de modelar la vida
y del placer como valor de sentir, de conocer,
de ser, de percibir,
de ser humano en búsqueda constante.
No el vasallaje hizo crecer la historia
sino el acto de romper cadenas.
Hablé del fracaso como demostración irrefutable
de que no hay ser perfecto
mas que el concepto de Dios que figuramos
como meta y anhelo inalcanzables
(para evidenciarnos a nosotros mismos
como constructores
del ser que no se nos obsequia).
Capacidad para reconocernos dioses
que crean historia y mundo
a pesar de los mortales.
Dije que el hombre es cualidad y límite
que debe probarse cada día.
No hay prefabricación humana
sino actitud para desarrollar simiente.
Dije que sumisión es renegar de sí,
contradecir esencia y ser,
negarse.
No hay más esclavitud denigrante
que la propia limitación que no enriquece.
Dije que la capacidad de asombro en todo tiempo
es virtud que se obtiene
de la actitud permanente de conocer
y descubrir colores.
Dije que la amistad es supremo valor
que dignifica, completa y perfecciona al hombre
y que el amor es de verdad
la búsqueda perpetua,
comprobación indiscutible
de que los días son diferentes.
Y por ahí dejé mi voz
en cada paso del camino
como palabra y constancia
en este pedazo de historia que construimos.
COMPROMISO
Para Adriana y Jorge
Aun cuando el viento arrastre
lluvia y llanto,
llegue desolación,
desesperanza,
y un mar sin playas
para el remanso en medio de la vida,
habrán rayos de luz
para orientar la lucha
y estrellas que guarden sonrisas
para marcar triunfos
después de la batalla.
El mundo será distinto
entonces.
Un nuevo horizonte
nos espera
en este espacio,
formado parsimoniosamente
con nuestras cotidianeidades,
con ese irrenunciable compromiso
de construir la historia
cada día.
DESCUBRIENDO SECRETOS
¿Dónde, por entre tanto camino,
estarán los secretos aguardando
impasibles y estoicos
contra viento y marea;
esperando,
tranquilamente esperando?
Para elegir sendero tocaré a tu puerta.
En el calor de tu regazo inventaremos el sueño
y haremos de cuatro paredes arco iris nocturnos.
Apuraremos las copas para salir
a descubrir la luz de madrugada
y seremos dos niños descubriendo tesoros
sin que nos avergüencen felicidad y gozo cotidianos.
Avanzando sin rumbo y sin destino
llegaremos a abrir los escondites.
El camino será entonces
una línea sin fin
que nos conduzca al horizonte ilimitado de la dicha.
ESPIRALES
Este destino es desatino,
torna alegría
en simple alegoría,
y de entre los escombros
surge dolor-amor
que nos doblega
y nos aparta
lentamente
del origen
para perdernos,
al fin,
en el inmenso mar,
que siempre nos aguarda,
con nuestra carga fatal
de incertidumbres.
NO HAY LINDEROS PARA LA ESPERANZA
Para Edgar Miranda
Hay ocasiones en que no puedo hablar
porque la geografía marca inmisericorde sus fronteras
y no puedo acercar las palabras al oído.
Susurro, solamente;
arrullo los silencios.
Pienso en el caudal enorme
de esta humanidad creativa que construye historias.
El mar es una promesa cotidiana,
veleidoso reflujo de las olas,
hipnótico, reflexivo
sedante y seductor;
las gaviotas presiden el espacio ilimitado,
el sueño es germen y producto,
capricho constructivo.
No hay linderos para la esperanza.
Edifiquemos juntos nuestras fantasías.
Soñadores del mundo
inventemos los siglos que aguardan su destino
pongámosle color al horizonte
y guardemos cuidadosamente la caja de ilusiones
para salir cada mañana
sin temores
a mostrar irreverentes nuestros asombros cotidianos
y a compartir por todas partes nuestras alegrías.
DECLARACION DE SECRETOS
Para Pablo Neruda
Conocí
mar y montaña
desiertos y manglares
amor y llanto.
Pero el último día
podrá apagar su luz
sólo cuando conozca
rincones y secretos
del mar y de la vida
que se quedaron impresos
en tu Isla Negra.
EL AVANCE DE LAS HORAS
Yo que quise aprovechar lo irrepetible de la vida
he perdido tiempo sin desearlo.
Pronuncié palabras innecesarias de rabia y desencanto
que frustraron intentos y procesos;
algunos días dejé correr las horas
sin generar riquezas esenciales;
en ocasiones amé sin propiciar acaso plenitudes;
toqué objetos y personas
a los cuales no pude embellecer o enriquecerlos;
no aprendí a usar correctamente las palabras,
algunas se perdieron en un mar de imprecisiones
y entorpecieron claridad y exactitud en el mensaje,
distanciando,
en lugar de propiciar entendimiento y convivencia;
hice el amor;
las mujeres matizaron mi cuerpo con sus labios
y encendieron mi fuego sus pensamientos y caricias
sin lograr, a veces, borrarles sus fantasmas;
renegué de senderos sin destino
y hubo puertos de arribo que no conocieron desembarco
porque el viento llevó la historia
por otras tempestades;
tuve que repetir los sueños en varias ocasiones
porque mis manos no pudieron hacerlos realidad
de madrugada;
mis manos, vacías y pulcras,
no conocieron tierra de labranza
ni rudeza y grasa del obrero;
carentes de coraje,
no crearon valor,
pero aprendieron a tomarlo todo.
Pero busqué,
busqué.
Recorrí los caminos
incansable,
esperando paciente a inaugurar los días;
ansioso,
tomé la savia de la vida
y bebí dulces aguas de prometedores manantiales;
aprendí de los albatros la placidez del vuelo
y la agudeza para observar al mundo y los mortales.
El tiempo se ha ido.
No hay reloj ni calendarios a la espera;
el inconmensurable avance de las horas
marca los actos del hombre cada instante.
Ahí quedan plasmados hechos y omisiones
y la incapacidad para vivir sin cortapisas
los sesenta minutos,
cada hora.
PRESAGIO
Las estrellas se esconden.
La noche negra es.
No hay un solo punto de luz
y por ningún lado se encuentra
un faro que alumbre mar y playa
ni luna que encienda
por escasos segundos
la vida.
PREPARANDO UN MUNDO NUEVO
Para Ricardo Torres Serrano
Los pétalos van cayendo
como caen también las últimas arenas
sobre el reloj del alma.
No hay licencia para matar
pero hay que aprender
a morirse poco a poco
para que una mañana
sin más complicaciones
pueda uno irse acomodando
a un mundo diferente.
Llegarán uno o dos
alguna vez
con un ramo de flores,
alguien dejará correr una lágrima
hasta caer en tierra infértil;
los amigos harán un brindis
en un bar o en cualquier parte
y estaré con ellos siempre.
Yo dejaré volar entonces
mi palabra
y vagará por las calles
reconociendo lugares
y dejando pequeños toques de aliento
bajo los cielos nublados.
Hablaré en voz baja.
Iré gozando las playas abiertas
y poco a poco iré caminando sobre el mar
hasta encontrarle todos sus secretos.
SALMO DE AMOR
Para Salvador, Paty y Edgar
El mar me estuvo haciendo señas
con sus olas.
¡Ay! los inmensos bloques de amor
perdidos en el tiempo.
¡Ay! la luna guiñándole un ojo
a la existencia.
Salmo de amor,
vaivenes de palmera,
ir y venir
por inmensas extensiones
de promesa.
Aprendiz de la vida;
al fin y al cabo
amores infantiles.
Hoy la enorme luna
me dejó incrustada
su promesa.
Hoy aprendí paso y ritmo.
Hoy tuve lección de vida
y una larga tarea para la casa:
aprehender cada ola
en su reflujo
entre la inmensidad del mar
y el mundo misterioso de los sueños.
SUEÑOS
Vi la belleza de un día con sol
sin oficinas
patos bañándose las plumas,
impasibles;
hojas sin árboles
árboles sin pájaros,
el aire bañado
de cantos de colores,
el agua
y el viento
repasando el mar
y la barca flotando
con su voluntad perdida
y tú en el sueño
como un sol
entre olas caprichosas.
SOMBRA DE BARCAS NUEVAS
Sombra de barcas nuevas
golpetean el agua
al ritmo de mar y vida.
Sol perdido
sin horizontes claros.
Agonías antiguas
cadalso embravecido.
Nuevos rayos
reflejaban su luz
incandescente
sobre ríos sangrantes.
Mar de angustias
y altar pagano.
El aire nos alejó
un poco más
de la discordia;
quiso llevarnos
hasta el verano ardiente.
Y estamos aquí,
ahora,
buscando la verdad,
paso tras paso,
en este inmenso mar de soledades.
NADA SABEMOS DE LA HISTORIA
Todo me lleva a ti...
PABLO NERUDA
Ni tu
ni yo
sabemos a ciencia cierta
qué es eso de la vida
a pesar de que hagamos
ensayos y discursos.
Voy caminando por las calles
tratando de encontrar
los puntos cardinales
y tu sigues buscando entre las olas
la dirección en la que sopla el viento,
indicios más exactos
del rumbo y de la historia.
Todo me lleva a ti
hasta tu mar y tu regazo
y encuentro entre las olas
faros que alargan el instante
hasta perderme en tu infinito.
MUNDO DE CADAVERES
Este es un mundo de cadáveres.
Todos transitan por el mundo
dejando su rastro de sangre
y de impotencia.
Un río enorme alimenta las ciudades
lava las tierras y la vida
y desemboca en el mar
para abrir horizontes de esperanza.
CUENTA REGRESIVA
Comienza la vida regresiva,
el tiempo a cuentagotas.
El mar devora
implacable
embarcaciones.
No hay súplica factible
capaz de doblegar destinos.
Es tiempo voraz
cuando el reloj concluye
su manera de contar segundos
con arena.
Hoy
la historia comienza a preparar
su veredicto.
III. FARO GUÍA
La sed del mar es una sed sin fin:
se muere y nunca acaba de morir.
Octavio Paz
ILUMINAR LA VIDA
Para Lourdes y Lute
Como el mar
con su reflujo
eterno,
sin tregua,
el amor
es reconquista
para encender el alba
cada instante.
QUE TIENE ESTE MAR
¿Qué tiene este mar
sin exactos matices,
estas olas
altas
silenciosas
carentes de esperanza?
Mientras,
el mundo seco y agresivo
es un desierto
con falsos oasis
circundantes.
Cada minuto de silencio me sorprende
con la vista perdida
en horizontes azules
alucinantes
nervios crispados
por el tiempo que anida
y la punta,
el principio,
el momento repetido tantas veces,
la palabra
la misma palabra que se perdió en tu boca,
la misma boca
delineada
tantas veces
el labio
el diente
el acto de morder con la sonrisa.
Cada gota de silencio empieza a destilar
un círculo de duda
de no saber cuándo
y cómo
aunque el lugar espere desde la misma historia.
¿Qué se le va quedando a este mar
con sus olas
altas
silenciosas,
sin vientos de esperanza?
ALIVIO
Así como la luna se me pierde cada noche
entre las olas del mar
así busco también en cada instante
tus palabras de alivio
para mi paso cansado por la vida.
Busco rocío
agua
flores entre jardines nuevos
nuevas hojas de primavera.
Quiero encontrar
al menos
oasis fresco en medio del desierto,
crisol para mis vasos
agua para mis pequeñas tormentas
luz para mis soles perdidos en la noche.
Busco tu cuerpo recorrido
y tus labios rebosantes
recojo semillas para mi huerto
virgen todavía
con la esperanza de encontrarlo verde
una mañana.
EN LA ALUCINACION
El mundo real se enfrenta
cada día
con el mundo alucinante
que construimos.
Ahí se enfrentan
también
tu verdad
y la mia
haciendo pirotecnia,
tratando de ganarle al mar
un pedazo de playa
donde anide el amor
sin testigos y presagios.
FRENTE AL MAR
A través de largas horas
que engendramos
creamos bosques, mares
y lagos perdidos.
Encontramos la manera
de hacer un poco más bellas
las auroras.
El tiempo nos llevó de la mano
para encontrar
la hora exacta del crepúsculo.
El mar nos dejó
con la mente perdida
y los brazos sin fuerza.
Entre las olas se fueron dibujando
claramente
las etéreas imágenes del mundo
se fueron perdiendo en la línea distante
de oscuros recuerdos
y alegrías perdidas.
Frente al mar se fueron formando también
recuerdos futuros
carentes de vida y trabajo.
Eran sólo imagen pensada
línea trazada
entre la ola y su reflujo.
Eran eco de palabras resonantes
tímidamente pronunciadas
desde cada escondite que construimos.
Eran razón y sentimiento reiterados
gritos medio perdidos
entre tiempo y olas
para alimentar un poco la esperanza.
Cuerpo y acción
dolor perdido
espacio diluido entre las manos
presagio y esperanza
apocalíptico mundo
capricornio de otro tiempo
adivinanza
duda
premonición definitiva.
Sólo el mar
nos descifró las claves.
Combinó tiempo y mente,
momentos de locura.
Revolvió crepúsculo y llanto.
Abrigó un poco más la soledad de nuevo
y pudimos entonces
construir de nuevo
nuestros sueños.
DE LA LUNA SURGIRAN PARA TI MIS PALABRAS
Esta noche
diré las palabras
que nunca pude decirte
al oido.
Abordaré la barca
entre la luna y el mar
y me iré buscando puerto de arribo
para atracar en ilusión y aliento.
Dormiré navegando
y con el sueño
desdoblaré los hilos
de tus redes.
No habrá más corazas
que rompan los vientos
sobre mi pecho
ni más oscuridad
para tus madreselvas.
Esta noche
la luna hablará con mis palabras
y surgirán de sus luces
mis canciones.
DÉJAME SER EN TI
Déjame soñar contigo
en todo tiempo,
deja que mi reloj
marque tus horas
mientras la arena de tu playa
se moja en el reflujo de mis olas.
PECADORES DE AMAR
Por el camino de la historia cotidiana
se escucha el jadeo de los nocturnos reincidentes
amantes inagotables
destrozados en medio de páginas poéticas,
reflujos musicales e inagotables copas.
Van y vienen haciendo de la vida
encuentro perenne de gozo
contra muros rutinarios
sociales moralistas
para romper la fuerza de las olas.
Hacen de cada caricia un nuevo espacio
abierto de cara al horizonte
donde los rayos del sol encuentran su morada
y descubren el mar a todas horas.
No saben qué hacer con el dolor a cuestas
y las estrellas se les van apagando
entre sus manos
porque nadie atina a darle valor
a su equinoccio.
CONSTRUIR
Para Verónica y Miguel Angel
Los años van o vienen
son como diez o cien
pueden ser como un momento
o un segundo perdido en el espacio.
Pero construir
con diez o cien peldaños
la escalera
es para hacer el ascenso irreversible.
Cada quien fabrica
su zodiaco
y hace de las linternas
su faro que lo guíe.
Hacer de amistad y amor
camino
es como sembrar a media playa,
entre las olas
y a contra corriente.
La amistad y el amor
se van construyendo
poco a poco...
SÓLO TU MAR
Sólo tu mar
resistió tempestades.
Deja mi barca en altamar,
que bailen sus ritos
en la playa
removiendo la arena que cubre tu piel
adormecida.
Yo llegaré hasta ti
a través del ritmo de bongós
a media noche
con los dioses.
Seré un caracol para tu oído
y escucharás mi voz
entre las olas.
Así será cada noche
hasta que empiecen a clarear los días.
ESTE VERANO
El movimiento de barcos
en el vaivén de los oleajes
me lleva a ti
con la vista perdida
en el contorno de la esfera.
Cada barco que atraca
deja sembrado en el ambiente
un sinsabor impredecible
como un ser incapaz de vivir y amar
porque llegó a su meta.
Cada gaviota
nos acerca una esperanza,
desnuda las palabras
para que se nos venga encima el mundo,
nos conduce a vagar
por todos los rincones de la playa
para encontrar caracolas
-escondites de amor-
que aprisionan el mundo
en sus paredes
y sólo hace falta
entonces
impulso final
para aprehender tu brisa,
tus pequeñas arenas de sal
que te construyen.
RECORRE MI HISTORIA
Buscaré un día claro,
llamaré a todas las puertas
hasta lograr espacio abierto
donde estés configurando
nuevas líneas para la vida.
Yo hablo a campo abierto
para que el viento te lleve mi palabra.
La playa está abierta
para descubrir el mar
todos los días.
Hoy te llamo y busco tus olas
para el remanso,
para saber que el agua se puede deslizar
sin más limitación
que los segundos del reflujo.
Llegaré a ti
para abrirte mis espacios
y las gaviotas llevarán
mi dolor y mis tristezas
para encontrar contigo
las arenas deshechas por el tiempo,
la blancura del amor marino.
De entre todas las puertas
buscaré la tuya,
tocaré insistente
aunque no sepa con certeza
si sabré penetrar a tu existencia
porque la vida no tiene
siempre
los sencillos colores de la infancia.
Hoy reconozco de nuevo
el tiempo perdido.
Hoy estás tu
como en los diez momentos que me diste
tratando de entender mis obsesiones.
Busco en mis miedos
de nuevo
el color azul que me recorre.
Desconozco el futuro
pero grito mi angustia
tratando que la lluvia
lave polvos
que se aglutinan con el tiempo.
Toma mi historia,
recórrela tu sola
nuevamente
y dime una palabra.
ENTRE LOS MARES DE BRASIL
Para Ione y Sebastián
Xangó sabrá de tus andanzas
y gritará por todos los rincones
que mi búsqueda fue un remanso
de amor y de locura,
que mi camino quedó marcado
por las tardes de placer
entre muelle y estrellas
entre el reflujo de las olas
y los caminos de Iemanjá, diosa del mar.
Sabrás entonces del sabor preciso de mis besos
del recorrido exacto de mis manos
y no habrá retorno ya
hasta los remansos de la infancia.
Cada momento tendrá
su nombre propio
y cada caricia
buscará su propia geografía.
MI LLAMADO
Róbale al mar sus flujos de coraje,
róbale algunas de sus inquietas olas
yo seguiré siendo la playa adormecida,
en espera incansable de tus nuevos oleajes
que me cubran.
Deja que grite el caracol dormido
deja que las arenas finas evoquen sus deseos
deja a mis dedos que repasen tu piel
en todos los sentidos
para que encuentren el espacio escondido
de tu gozo.
Yo llamaré a tu puerta cada hora
para buscar tu manto adormecido
y cada rayo de sol fulminará el estorbo
hasta sacar a flor de piel tu amor aletargado.
VOLVER A SENTIR
Volver a sentir
el viento
con su canto,
el rítmico caer
de las gotas de lluvia
en medio de la noche.
El mar abarca el universo.
Todo está aquí
sin duda
y sin reclamo.
La barca navega en altamar
sin cortapisas
y las olas,
de guardia,
le acompañan su vaivén
como queriendo matizar los tonos.
Se modelan afectos
y se manifiestan loas.
Pero también se fincan
inciertos tramos
en la iracunda aurora.
IV. PUERTO DE ARRIBO
Del mar yo soy
y al mar me voy.
“Memoria”/Fernando Ferreira
MISTERIO
Quiénes éramos tú y yo
en aquel holocausto del pasado
cuando jugamos largo tiempo
a los espejos,
quién descubrió primero
el falso cielo
que daba, como la ciudad
los tonos grises,
el canto era un sonoro silbato de tren
sin dirección ni meta
-no había estación para llegar
ni quién nos esperase-,
quiénes fuimos
entonces,
qué mares nos ahogaron,
qué sinrazón cubrió
nuestros destinos.
No había dolor fugaz
en nuestros reinos.
Por qué se nos deshacen las coronas.
CANTO AL AMOR
Para que no lloraras
busqué
las praderas pintando girasoles.
Para tus dudas
o para fincar nuestros anhelos
no faltó playa abierta
y bancos de corales.
Para el amor
todo el sonido disperso de la tarde.
Para la vida
amor
de la noche
los brazos.
INTENTOS PARA RECONOCER TU CARA
Distingo entre la bruma
parábolas inciertas
y rutas que burlaron al destino.
Los barcos zarparon ya
desde la turbia tarde,
no pueden alcanzar
puerto abierto
para que atraquen
sin discordia amor y tiempo.
El mar abierto
destrozó las proas
los timones se volvieron locos
no había brújulas ni faros
para indicar el rumbo.
Surgiste tú
entonces
dulce y seductora
amor por descubrirse.
Busqué
reconocer tu cara,
repasarla
para poder amarte
desde tu piel hasta el misterio.
Te amé.
La playa nos ofreció su espacio
recorrí sin límites
la arena de la media luna
y pude inaugurar las olas
con tu canto.
Sigo pausadamente
recogiendo caracolas,
observo el ritmo de las huellas
y abrigo horizontes y esperanzas.
Los muelles se tornan grises
sin embargo.
No hay colores claros en el horizonte
y los puertos ocultan
con fervor sus faros.
DEJA CORRER EL VIENTO
Para Sergio y Eva
Cuando me pierda en el camino
o retoce en los pastizales
no preguntes mi origen
ni qué circulo de luz me ilumina.
Deja correr el viento
hasta encontrar
estaciones de nuestro destino
y gaviotas errantes
que dibujen su horizonte.
Que se vaya acostumbrando el crisantemo
a doblegar cualquier presagio.
Ahí estaré para cantarte.
Listo para salir en busca de las playas
a juntar caracolas.
¿QUE VOY A HACER?
¿Por dónde se fueron tus pasos?
Ya no diviso arenas perfumadas
por el contacto permanente
de tu piel en largas horas.
¿Qué fue de tu figura diluida entre las olas
de mares repletos de consignas?
¿En dónde habrá quedado aglutinada
la interminable emisión de miel
entre tus labios?
¿Dónde quedó escondida la luz dosificada
por tus ojos,
mirada inconmovible?
Amor, amor,
¿qué voy a hacer con cada extremo de mi piel,
con cada cavidad que esconden mis entrañas?
¿Qué voy a hacer, amor,
con esta forma de amar que conjugamos,
con todas las caricias que engendramos?
¿Qué voy a hacer, amor,
con las escasas llamas azules
que surgen de este fuego
que no cesa?
FABRICAR RECUERDOS
...vivir consiste en construir
futuros recuerdos; ahora mismo,
aquí frente al mar, sé que
estoy preparando recuerdos
minuciosos...
El Túnel/ERNESTO SABATO
Hoy pinté una escena de mar
para fabricar recuerdos.
Hoy inventé
un inmenso mar
un poco contigo
diferente.
CANCION DE AMOR PARA EL TIEMPO
Para Guillermo Samperio
Sólo a través del tiempo se conoce el tiempo
Cuatro Cuartetos/T.S. ELIOT
I.
Como siempre, los árboles dejan libres sus olores.
Los arbustos también hacen de los jardines noches.
Azaleas y naranjos abren al mundo su ramaje.
¡Ah! oscuridad de espera, cuánta razón de ser dejaron las luciérnagas.
¡Ah! noche doblegada, lluvia tenaz abriendo los cauces de la vida.
Ni el espíritu ni la carne
ni la razón
pueden dejar historias inconclusas.
II.
Cada canción de amor crea su pentagrama,
le busca al tiempo las notas, sus acordes.
III.
Cuando atinamos a llegar donde las olas
entre arena y caracoles, el mar nos envuelve.
Todo es entonces vértigo y descenso, retorno, dejarse retozar
hacer que el aire llene todo el suspiro;
mientras el cuerpo sigue cubierto por las olas sin poderse librar de la vorágine.
IV.
Nunca hubieron espaldas inocentes, ni purezas de incienso y relicarios
(de nada valieron los intentos para desconocer el mundo de los hombres).
V.
Recomenzar.
La vida tiene sus propias medidas en el tiempo.
Los rincones tienen sus espacios para hospedar cada locura.
VI.
¡Ay! amor,
vastedad de caminos, de sol interminable.
Cuántas horas perdidas en la maraña de la moral que nos traiciona.
VII.
El juego del tiempo permite el derroche de la inconciencia
y ella deja que el juego de la vida desperdicie el tiempo.
Busco pasado y futuro para llenar los huecos del presente
y nadie sabe dónde quedó, por fin, el cronómetro capaz de marcar los momentos
/precisos para el gozo.
Se nos va perdiendo de vista el tiempo del placer, el tiempo para buscar el cuerpo de
/la vida, el tiempo para encontrar cada uno de
/nuestros puntos cardinales.
DESCUBRIDORA DEL AMOR
Amé tu cuerpo de niña
tus senos de mujer
tus dulces palabras de esperanza.
Me perdí en el tiempo
de tu piel adormecida
cuando mi tacto
desvanecía tu sueño.
Amé tu tiempo
sin rescoldos ni pedidos,
tu forma de mujer intemporal
y tus amaneceres sabios.
Amé tu manera de inventar el fuego nuevo
e inaugurar el día,
tu sonrisa fresca
tu vocación por descubrir amores.
El mar testigo
el mar sorpresa.
Amé tu forma de ganarle al tiempo
sus historias.
RASTREADOR DESMESURADO
Para Margot y Armando
Aprendí del amor
a caminar sin rumbo
descubriendo espigas y veranos
entre tormenta y vendaval marinos.
Toqué puertas
para disipar la bruma
inoportuno audaz
y no había puerto seguro
a media noche.
Olas sin destino
había que encontrar las playas
para romper los desencantos.
EVOCACIÓN
Estabas ahí
inerte
atisbando,
mientras yo
jugaba con el tiempo
a vivir y revivir
a adormecer dolores
a estimular
la luz de los amaneceres.
Yo jugaba a ser dios
y doblegaba las discordias.
No era tu llanto
detector de la noche
ni mi euforia
descriptor de los días
entre sol y lluvias vespertinas.
Era tu amor
quien impulsaba veleros
entre sal y ventisca.
Era tu amor.
No más.
Sólo tu amor
a descubierta.
NOCHE NAVEGANTE
La luna se oculta.
No hay barcos ya
en el mar de los olvidos.
Todo se cruza
y sólo hay que esperar el alba
para adormecer
el cansancio del tiempo.
No hay manera de transponer océanos
para acercarnos a playas nuevas.
La cruz del sur
oscureció su faro.
No hay guías para el futuro
sólo tu voz
tu beso
la desnudez blanquecina de tu cuerpo
y la cópula mágica de la esperanza.
La noche se nubla.
Sólo estás tu
en medio de esta oscuridad
que no termina.
AGONÍA
Me muero poco a poco.
Ayer la vida era sol resplandeciente
hoy es hermoso recurso de construir recuerdos.
Aparecen entonces las horas
en medio del frío de otros tiempos
sofocado con el calor de tu verano eterno de amor
que me ofrecías.
Se me pierde el aliento
voy mendigando un poco de luna cada noche
para hacer del presente un nuevo sortilegio.
Este tejer a cada paso el olvido
para que la memoria sepulte los dolores
es intento estéril
de no perder horizonte,
tiempo y mar ilimitados.
ENCENDER LOS FAROS
Para Yazmín y Juan José
No hay mar aquí
pero está el mar presente,
sin embargo.
El viento corre sin límite
y mueve rítmicamente palmeras y enramadas;
tenues luces destellan
en el horizonte
y luego surge oscuridad
tiempo atrás,
al infinito.
Hay flujo y reflujo de colores,
olor de caracolas y recuerdo,
presencia inmaculada
que alumbra como faro
para incendiar los sueños.
No hay océanos
por donde transitar sobre el tiempo
pero está el mar,
presente como siempre,
para ser testigo del siglo
de esta historia que se edifica
sobre fulgor y adversidades.
Por entre la penumbra
aparece una estrella fugaz
para el deseo,
para el sueño que se construye
al iniciar el alba.
Negar y edificar,
destruir fantasmas
como consigna
para armar el presente en cada hora
de este tiempo infinito
que sin embargo se agota
se recorta y se niega
si no le damos sendero
para alcanzar puertos de arribo
y atracar en la esperanza.
Se escucha, entonces,
la palabra de las olas,
rumor constante
que invoca a la marea
para inundar la vida
y encender faros;
voz que es aliento
y demanda ilimitada,
amor sin cortapisas.
UNA PALABRA AL VIENTO
Entre viento y bruma
es tu saludo
un eco transitando el horizonte
como queriendo dejar al vuelo
palabras no pronunciadas,
tiempo sin disfrutar,
afectos escondidos
o vida que aún no se comparte.
Recorre
cielo y mar,
la magia secreta de luna creciente,
halo virginal del sol
reflejado en la textura tersa de la nieve
cubriendo los volcanes
y el tenue susurro
del canto de las aves.
BUEN AUGURIO PARA TU ENCUENTRO
La luna es buen augurio
para tu encuentro.
Desde cualquier rincón
irrumpe el eco de tu canto
para fundirse con rayos de luz,
incendio impredecible de amor
que nos circunda
en este océano de sueños
y posibilidades.
El mar está aquí
para formar senderos de luz
que surgen en medio de la noche
desde la luna testigo
hasta mis ojos.
Las olas
con su reflujo
simulan juego de amor;
ir y venir,
creación de espacios
para construir deseo y paraisos.
No hay ocaso fugaz
de tu recuerdo.
El tiempo ha edificado
tu figura
y está por todas partes.
La luna
inauguró de nuevo
la esperanza
y aquí está ya
para alumbrar la historia,
para siempre.
Comentarios al libro
El mar, origen y destino, de Roberto Arizmendi. 1
Arturo Castillo Alva
Soy un viajero
a la mitad del mar
en pleno invierno
dice Arizmendi y lo curioso es que nació en Aguascalientes, que no se cuánto pero está
bastante lejos de la orilla.
Arizmendi, por otra parte, pertenece también a otro mar, el proceloso que, como
fuera, navegaron los que se hicieron adultos en los años sesentas.
A penas empezada la década siguiente, hacia 1972, según dice la contraportada del
libro que me ha tocado presentar esta noche, Arizmendi comienza a publicar sus textos,
aunque es hasta los ochentas cuando publica un libro propio: Las cartas del tiempo.
La arena de la playa
como pajar
donde se busca el tiempo.
Como no soy victorense, no sé qué tanto vino a hacer Arizmendi a Ciudad Victoria
y a la Universidad Autónoma de Tamaulipas por los tiempos en que fue antologado un
texto suyo (1972), pero muchos años más tarde, los que entonces lo trataron aquí
continuaban hablando bien de él.
Así lo conocí yo, de oídas. Después lo leí en la revista A Quien Corresponda, pero
brevemente. Y una noche de febrero de este año nos presentaron en casa de Guillermo
Samperio en el Distrito Federal. Como habrán de suponer, no hablamos mucho. No
hablamos nada.
Luego; dos o tres meses luego, Guillermo Lavín me invitó a presentar un libro
suyo. Tenía dos sobre el escritorio y me dijo: ¿Cuál quieres presentar? Y como yo nací
junto al mar, escogí en consecuencia.
Tratando de ganarle al mar
un pedazo de playa
donde anide el amor.
1 Texto leído en la presentación de los libros Verano que no termina y El mar, origen y destino, en el "Café
de la Plaza" del Centro Cultural Tamaulipas, Cd. Victoria, Tam. 24 de junio de 1994.
Leí el libro de una sentada; una noche de estas, aquí en el café, haciendo pausas
para mirar pasar las muchachas por la acera. Y la poesía y la alegría de las faldas y las
blusas, me hicieron sentir nostalgia del puerto.
Sólo tu mar
resistió tempestades.
Esa noche, por cierto, no escribí nada sobre el libro. Sólo me quedé con algunos
versos sueltos, en los bolsillos. No escribí nada porque no me gusta escribir sobre libros.
No sé hacerlo y, extrañamente, siempre me invitan a presentarlos. Pero esa noche no me
sentí muy culpable por no escribir, ni con Guillermo y menos con Arizmendi, porque los
poetas sólo eso queremos: que algunos versos nuestros se vayan por ahí, sueltos, en los
bolsillos.
Mientras la arena de tu playa
se moja en el reflujo de mis olas.
Iba a escribir: "en los bolsillos de algún marinero ebrio, que en la noche en que el
barco parte es el último en subir a bordo". Pero no, porque estaba hablando de mí y yo
nunca he sido marinero (e imagino que Arizmendi tampoco). Y ahí iban los versos sueltos
en mis bolsillos, haciendo un poco de ruido a cada paso por la temprana soledad de las
calles victorenses que nunca desembocan en el mar, ¡qué pena!. Pero, en fin, había leído
ya este pequeño libro de Roberto Arizmendi y ahora sólo tendría que sentarme cualquier
día a escribir algunas líneas que hablaran de él; que dijeran ¿qué cosa?, tal vez que los
poemas son, casi todos, breves; que no gritan en un tiempo de estruendo; que a veces
parecen sólo insinuados en una sábana, detrás de una cortina, en la levedad de la arena;
que dijeran ¿qué otra cosa?, ¿que los poemas de este libro debieran leerse porque todos
deberían leer a los poetas?; o ¿que
el mar nos dejó
con la mente perdida
y los brazos sin fuerza?
¿que los poemas de Arizmendi son poemas sencillos que parecen haber sido dejados caer
al azar, a lo largo de su vida, entre las páginas en blanco de los libros?
Lo que fuera, lo cierto es que ayer todavía no escribía nada. Empecé a escribir por
la tarde en el avión. Interrumpí para volverme a mirar a Guillermo que me contaba de
cuando Arizmendi le enviaba, cada cierto tiempo -no se cuánto, tal vez años-, copias de
sus poemas. Y de las cartas, las muchas cartas que Arizmendi escribía.
Los poetas, a veces, son más importantes por lo que obran en la vida de los otros,
que por lo que obran en la suya propia.
Como el mar. El mar, que va por todas las orillas donde los hombres habitan. Como
el mar que abarca el universo.
Hasta este libro, Arizmendi ha publicado nueve poemarios.
Al mar, origen y destino, Arizmendi ha lanzado innumerables botellas con su
mensaje, de unos cuantos versos dentro.
Un día el poeta comenzará a recibir respuestas.
Tal vez no reciba muchas o menos de las que, otra vez recibieron sus cartas
innumerables; sobre todo, porque los tiempos actuales desafortunadamente no parecen
ser tiempos propicios para la poesía.
Pero yo pienso que una sola respuesta bastará para justificar la tarea del poeta.
Para sonreírle por última vez al mar que nos dejó, felizmente, con la mente perdida y los
brazos sin fuerza.
Por mi parte, yo termino aquí estas palabras, tan poco coherentes, que espero
sirvan para presentarles este libro nuevo de Roberto Arizmendi: El mar, origen y destino.
Pero de cualquier forma, si no sirven, lean el libro y piensen luego en los eternos mares
que nos cercan.
El mar como océano o el mar como ola: el último poemario de Roberto Arizmendi. 2
Héctor Carreto
El mar, origen y destino es el título del noveno libro de poemas de Roberto
Arizmendi (Aguascalientes, 1945), publicado recientemente por la Universidad
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Como en sus volúmenes anteriores, Arizmendi prosigue su ruta fiel a los asuntos
que siempre lo han acompañado: el amor de la pareja, la amistad, la fe en la vida, la
intensidad del momento y el sentimiento de añoranza.
Poeta de reflexión y de emociones, Arizmendi elige en ese caso un elemento (el
mar), y lo enfrenta en sus diversas facetas, fundiendo con ellas situaciones específicas y
conceptos variables. Es decir, se aprovecha en las ilimitadas posibilidades que tiene el
mar como símbolo y como don natural. Así, para elaborar textos conceptuales, Arizmendi
asume la imagen del mar como una totalidad, y para ella construye poemas concisos y
veloces, que se leerán de principio a fin de golpe, como un todo:
El mar es origen y destino
de los sueños;
levamos anclas
izamos banderas
y subimos velas
para darles signo
y encontrar un faro.
El viento
lleva nuestra barca
surcando espacios
conociendo tierras
para tratar de encontrar
nuestros perdidos sueños.
(“Alcanzando sueños”, p. 20)
En cambio, cuando se mete en el mar, en una forma “más personal”, el poeta dilata
el discurso y con retazos de vida, sueños, reflexiones y recuerdos arma poemas de tono
íntimo y de carácter fragmentario, como “Amantes irredentos”, “Voz itinerante” y “El
avance de las horas”, construidos con estrofas autosuficientes que en su diversidad
forman y enriquecen un todo. En “Voz itinerante”, una estrofa dice: “No repetir los días, /
no hacer del tiempo una rutina”. En otra parte del poema: “No el vasallaje hizo crecer la
historia / sino el acto de romper cadenas”. En otra parte, se lee: “Y por ahí dejé mi voz / en
2 Texto escrito en marzo de 1995 para su publicación en la revista Casa del Tiempo, de la Universidad
Autónoma Metropolitana.
cada paso del camino / como palabra y constancia / en este pedazo de historia que
construimos”.
El tono de los textos también cambia según el grado de luz. En medio del océano el
navegante transita con angustia o serenamente según con la luminosidad que lo guíe:
“Mi barca / atraviesa la luz / de las estrellas” (en “Nuestro sendero”). Pero, más que los
astros, Arizmendi utiliza un símbolo más cercano y contundente: la luna, satélite que
surge en la noche con diverso volumen y desaparece según sus ciclos; esa luna que
“ilumina el recuerdo / y teje cantos”. Y en su ausencia “el mar devora / implacable /
embarcaciones”.
Navegante por vocación, el poeta abunda aún más en los dones marítimos: nos
muestra la postal de una marina que nos otorga la naturaleza: “donde los rayos del sol
encuentran su morada / y descubren el mar a todas horas” (p.54). También recrea un mar
a través de los ojos de un pintor (p. 71); a la distancia, nos evoca su presencia: “No hay
océanos / por donde transitar sobre el tiempo / pero está el mar, / presente como siempre”
(p. 79); no podía faltar el mar caprichoso como el amor y como el sueño (p.38), o el
encuentro sensual entre la playa y la ola (p. 53). Un mar, en fin, que por lo voluble del
oleaje evita la rutina de la vida: “No repetir los días, / no hacer del tiempo una rutina”
(p.24). Otros ejemplos muestran el sabor del mar a ritmo de samba (Sólo tu mar”, “Entre
los mares de Brasil”).
El discurso poético de El mar origen y destino -y el de toda la obra de Roberto
Arizmendi- gira sobre un eje central, sin imágenes intermitentes o lenguaje intertextual
que obstaculicen su paso vigoroso y diáfano del primero al último verso. Y es que, una de
las mayores preocupaciones de este poeta es el mostrarnos la relación armónica -interna
y externa, simbólica y vivencial- del hombre con la Naturaleza de un modo al mismo
tiempo diáfano, inmediato, vital y contundente.
Roberto Arizmendi, el poeta. 3
Marco Esquivel
Nuestra huella se queda en el camino
a cada paso.
Nos bebemos el sol a puños
como niños hambrientos
que aprenden a comer al mediodía
y la luna nos deja acurrucar
nuestra melancolía. 4
Roberto Arizmendi, poeta aguascalentense, sencillo pero elocuente, directo y
seguro, es sin duda alguna, como lo describe Benjamín Araujo, "una voz limpia, fresca,
directa y coloquial en la poética mexicana".
Da inicio la charla con el poeta, en una cafetería victorense. Jovial y sereno, pide
café para ambos. La mañana es calurosa, el ambiente cálido y agradable. Hay
espontaneidad y confianza.
A pregunta expresa, comenta Arizmendi que desde sus primeros años, durante la
primaria, descubrió cómo se iba perfilando su gusto e interés por el conocimiento preciso
del lenguaje y su utilización como recurso para expresarse a través de la palabra escrita.
Primero las composiciones en prosa; después vendría su gusto por la poesía y en general
la literatura.
La poesía es para Roberto Arizmendi una forma de vivir, de observar y asumir el
mundo circundante y una manera de avanzar en el camino; es algo tan consustancial a
los seres sensibles que se convierte en sentido, orientación y razón de ser, modo de vida,
esencia indefinible que permea todo el ser y la vida del poeta.
Un momento, unos minutos; tan sólo un poco de tiempo es lo único que él requiere
para plasmar en un papel sus ideas, sus vivencias, lo experimentado y observado, su
mundo, su concepción de la vida y de la historia.
Para Arizmendi la vida es "objeto y motivo de conjunción y acercamiento, espacio a
través del cual el hombre se realiza y trasciende. Esta vida, la personal y la social, es la
que el poeta presencia y vive para introyectarla y darle sus propios matices, para luego
enunciarla a su manera, con el ritmo y la música que el mar como el poema engendran".5 3 Entrevista publicada en el "Suplemento Cultural" de la revista Perfiles, Año VI, Nº 124, Cd. Victoria,
Tam., primera quincena de julio de 1994, pp. II y III. 4 "Aprendizaje", poema incluido en el libro Verano que no termina, pag. 38. 5 "El mar como razón de ser y trascender", texto de Roberto Arizmendi, leído por su autor en la
presentación de sus libros Verano que no termina y El mar, origen y destino, realizada en el Centro
Cultural Tamaulipas de Ciudad Victoria, el viernes 24 de junio de 1994.
En sus poemas, existe un estilo propio; en ellos los amantes de la literatura
encontrarán un lenguaje cotidiano, coloquial. Para él, escribir con palabras de uso
cotidiano no significa que el terreno de la poesía esté saturado, lo entiende como un
reflejo de lo que el poeta es y de cómo se manifiesta y expresa a través de la palabra.
Considera que en la historia de la humanidad, los poetas han abordado de manera
recurrente los temas, porque a fin de cuentas lo que hacen es hablar de los valores que la
sensibilidad humana convierte en vida, y los poetas son juglares que cantan como
testigos de su tiempo lo que el ser humano siente, piensa y vive. Por ello, considera que la
literatura es recurrente; lo único distinto es la manera y el modo de estructurar lo que se
vive u observa para reflejarlo como poema, con la cualidad de arte, esto es, creando
belleza a través de la palabra y las imágenes que surgen de lo cotidiano de la vida y del
pensamiento. La poesía es un reflejo de cómo el poeta introyecta y procesa en su interior
lo que en la cotidianeidad sucede.
"Hay poemas que surgen de la nada, pero son reflejo de lo que se trae sobre sí y
consigo, habrá que continuar escudriñando en la mente para seguir creando poemas que
sean la belleza que se refleja a través de la palabra". 6
Al seguir esta línea en el inmenso campo de la literatura, el poeta Arizmendi
aporta a ésta la visión propia que tiene de la vida y la historia, expresadas en un
lenguaje propio de imágenes que mueven a la reflexión y al pensamiento de quienes
escuchan o leen lo que él escribe.
Prefiere escribir coloquialmente porque considera que lo que se vive se debe
plasmar en forma sencilla. "Generalmente las personas embrollamos y dificultamos lo
que por naturaleza es simple; la sencillez es una forma expresiva de la belleza y el enredo
frecuentemente obstaculiza la percepción que el hombre tiene de su mundo y su
circunstancia".
Sin embargo, fundamentalmente lo que importa es que el poeta ofrezca y aporte lo
que sus ojos han transmutado de lo cotidiano; que sus poemas tengan contenido y no sólo
forma. No es la palabra rimbombante lo que acerca al poeta a cualquier transeúnte de la
vida, porque la fastuosidad y la ostentación en todo -incluido el uso del lenguaje- aparta
en lugar de acercar para que escuchen o lean a quienes se han convertido en artesanos de
la palabra. Jaime Sabines nos previno de hacer una poesía perfecta pero aséptica, en
donde a través de versos impecables y perfectos no se trasluzca el hombre, ni se perciba
al poeta con sus soles y sus manchas, con sus pequeñas y grandes marcas de lodo que lo
estigmen. Por tal razón, para él es más valioso lo que se transmite que la forma utilizada;
sin descuidar la técnica, aclara, porque con ella se logra convertir en grato al oído lo que
se dice.
6 "El mar como razón de ser y trascender", texto de Roberto Arizmendi, leído por su autor en la
presentación de sus libros Verano que no termina y El mar, origen y destino, realizada en el Centro
Cultural Tamaulipas de Ciudad Victoria, el viernes 24 de junio de 1994.
En general cualquier expresión artística implica cierta marginación de la mayoría
circundante, porque los creadores son minoría, expresa Roberto Arizmendi, quien
considera también que la crítica es un recurso que el creador tiene para escuchar al oído
aciertos y habilidades, pero también descuidos y torpezas; con ellos podrá revisar
contenido y formas que utiliza para pulir y perfeccionar su creación.
Roberto Arizmendi considera que la creación artística en todas sus manifestaciones
y géneros ha tenido poca atención. Es un reflejo de la cultura de esta sociedad, donde
como en cualquiera otra se establecen prioridades, se transmiten valores, costumbres y
hábitos, y se desarrollan habilidades de apreciación y expresión. En una sociedad donde
el arte es superfluo, se le da poca importancia y desde la infancia se resiente. Para los
artistas esto se traduce en escaso apoyo y en pocos espacios para recrear el espíritu y
ofrecer sus creaciones, lo cual limita y condiciona que se desarrollen las cualidades y
habilidades de niños y jóvenes y que surjan nuevos creadores, porque al no existir
espacios adecuados y suficientes no sólo se limita la creación sino que tampoco se
estimula el desarrollo de la habilidad para la apreciación artística.
El se considera como un afortunado porque ha encontrado apoyos y aprovechado
oportunidades para desarrollarse en algo que le resulta vital e insustituible: la poesía.
Sin embargo, considera que a pesar de las limitaciones, el poeta y todo artista debe crear
sus propios espacios y doblegar obstáculos sin esperar que todo surja del apoyo del estado
o de las instituciones promotoras de la cultura y el arte, porque el esfuerzo propio es más
determinante que las circunstancias, y en todo caso aquél debe moldear y determinar a
éstas.
Personalmente apoya y trata de impulsar a todos los creadores, en especial a los
jóvenes, ofreciéndoles respaldo, crítica y estímulo para que desarrollen sus capacidades y
cualidades.
En nuestro estado, según Roberto Arizmendi, hay una corriente importante de
impulso a la poesía. El considera que en Tamaulipas se distinguen dos generaciones: la
de los nacidos a finales de los años cuarentas y principios de los cincuentas, y la de los
jóvenes que en este momento no llegan a los treinta años. Reconoce que la primera tuvo
que realizar un trabajo más arduo, derrumbar obstáculos, romper esquemas y abrirse
espacio a contracorriente. La segunda toma fuerza del estímulo de la primera y empuja
fuerte; ha tenido más espacios propicios para su trabajo y los ha sabido aprovechar. Las
autoridades gubernamentales han asignado más recursos y han otorgado prioridad a
estas tareas de promoción y difusión de expresiones culturales y el esfuerzo de artistas y
estado ha caído en campo fértil.
Termino la charla. Tomamos un poco más de café. El estuvo en nuestra ciudad,
presentando sus nuevos libros intitulados Verano que no termina y El mar, origen y
destino, por invitación del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Tamaulipas.
Para finalizar, presento el fragmento de un poema incorporado en uno de sus
nuevos libros:
"Reconocemos el llanto
en las tardes lluviosas taciturnas,
pero nunca acabamos de aprender la vida
ni a deletrear los signos de amor
en el camino" 7
7 "Aprendizaje", poema incluido en el libro Verano que no termina, pag. 38.
Texto en cuarta de forros:
En la obra de Arizmendi, dice Daniel Sada, “se percibe una rara combinación entre
espontaneidad y exégesis, muy al margen, definitivamente, de los rejuegos sensuales y de
los devaneos metafóricos, cuyo relumbrón busca a toda costa el impacto, antes que la
esencia y la sabiduría. En Arizmendi pesa más el recuento -trama de la memoria y crisol
de la vivencia- que la observación meticulosa de cualquier fenómeno extraño. Más que
descubrir Arizmendi ordena, calibra y reconstruye esos lados ocultos de la realidad, en
donde el hombre –y he aquí la esencia cabal de su visión- es el transformador maquinal o
el destructor voluntario de sí mismo”.
El presente volumen es una selección de poemas que tienen como referencia el mar,
símbolo y aliciente en la vida de Arizmendi, imagen seductora que se entrecruza con las
vivencias cotidianas y los sentimientos que lo identifican.
ROBERTO ARIZMENDI (1945), poeta aguascalentense que ha conjugado sus actividades
de creación literaria con la administración y la planeación educativas; obtuvo el primer
lugar en los Juegos Florales “Carlos Pellicer” de Xalapa, Ver. (1977), recibió mención
honorífica en el IV Concurso de poesía de la Revista Punto de Partida de la UNAM
(1981). Participó en el Taller de Poesía de Guillermo Samperio y dirigió el Taller
Literario de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (1972-1973).
Ha publicado poemas en diversas revistas, fue antologado en el libro 53 poemas del 68
mexicano (1972) y ha publicado los siguientes libros:
POEMARIOS: Las cartas del tiempo (1981); Historias compartidas (1985); Rastreando
por la vida (1987); Oficio de amar (1988); Repaso de la vida (1990); Navegante sin puerto
(1991); Camino sin retorno (1992); Verano que no termina (1993); y el presente volumen:
El mar, origen y destino.
EPISTOLARIOS: Todos los días son octubre (1989) y Deletrear la vida (1991).
ÍNDICE
I. HORIZONTE SIN FIN
El mar
Un minuto para mi tiempo
El mar es nuestro espacio
Nuestro sendero
En la soledad
Amor adolescente
Amantes irredentos
Un pedazo de playa
Pagana invocación
Alcanzando sueños
II. NAVEGAR SIEMPRE
Voz itinerante
Compromiso
Descubriendo secretos
Espirales
No hay linderos para la esperanza
Declaración de secretos
El avance de las horas
Presagio
Preparando un mundo nuevo
Salmo de amor
Sueños
Sombra de barcas nuevas
Nada sabemos de la historia
Mundo de cadáveres
Cuenta regresiva
III. FARO GUIA
Iluminar la vida
Que tiene este mar
Alivio
En la alucinación
Frente al mar
De la luna surgirán para ti mis palabras
Déjame ser en ti
Pecadores de amar
Construir
Sólo tu mar
Este verano
Recorre mi historia
Entre los mares de Brasil
Mi llamado
Volver a sentir
IV. PUERTO DE ARRIBO
Misterio
Canto al amor
Intentos para reconocer tu cara
Deja correr el viento
¿Qué voy a hacer?
Fabricar recuerdos
Canción de amor para el tiempo
Descubridora del amor
Rastreador desmesurado
Evocación
Noche navegante
Agonía
Encender los faros
Una palabra al viento
Buen augurio para tu encuentro
Comentarios de:
Arturo Castillo Alva
Héctor Carreto
Entrevista:
Marco Esquivel.
Texto aparecido en la cuarta de forros.