Post on 25-Sep-2018
SUSTITUCION DE IMPORTACIONES E INTERNALIZACION DE CAPITAL Carlos A. Rozo
DIVISION DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES Departamento de Producci6n Econ6mica
UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA Unidad Xochimilco
Mbxieo 22, D. F.
ISBN 968-597-035-1 Abril de 1980
SUSTITUCION DE IMPORTAXIONES E INTERNALIZACION DE CAF' I TAL +
Carlos A. Rozo*
El período de la segund.a posguerra presenta tendencias
que nos lleva a dividirla en dos etapas, cada una de ellas
con caracteristicas particulares en el desarrollo de la
economía internacional.
La primera etapa ejemplifica el resurgir del capitalis -
mo después de la crisis de los años treintas. El capital
asume el mando y hace florecer la producci6n capitalista.
Durante este subperiddo se destacaron particularmente los
bajos niveles de desempleo, en relaci6n con el perlodo en-
tre las dos guerras, y el lento ritmo de aumento de pre-
cios que caracterizd el desempeño de las llamadas naciones
desarrolladas. Estos factores contribuyeron grandemente
al crecimiento econ6mico colntinuo de estas economías, medi
do segfin la tasa de crecimiento de su Producto Nacional
-
Bruto. Estas condiciones prevalecieron durante gran parte
del periodo transcurrido desde 1 9 4 5 hasta el comienzo de
la década actual.
+ Trabajo presentado en el semin#ario "Principios democráticos de la Administración pública en México y Polonia", realizado en Karpacz, Polonia en mayo de 1979. Agradezco la valiosa ayuda del Prod. David Barkin para hacer posible este trabajo.
Ciencias Sociales y Humanidadeis de la Universidad Autónoma Metropoli tana-Xochimilco.
* Miembro del Departamento de Producción Económica de la División de -
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Sin embargo, durante la dQcada actual, que considera-
mos como la segunda etapa, el crecimiento econ6mico del
mundo capitalista ha experimentado una gran contracción,
lo cual ha hecho que el desempleo y la inflación se tornen
crónicos. Las señales de tensión en el sistema resultan
evidentes y han sacudido la confianza que se habla logrado
gracias al crecimiento y a la estabilidad permanentes de
la etapa inicial. Ademss, la situaci6n se agrava por la
incapacidad de l o s gobiernos de las naciones industrializa
das para sacar de ese estado de estancamiento a sus econo-
mías nacionales. Este e s un indicador que confirma la mag
nitud del problema. No puede, entonces, considerarse que
la situación experimentada por la economia mundial durante
esta década sea otra recesidn efimera, sino que debe acep-
tarse como l o que es: una crisis que surge de las contra-
dicciones de la internacionalización del capital.
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Este carácter internacional de la crisis llama la aten
ción sobre un factor que impregna a ambas etapas, examina-
do y criticado por J.M. Keynes. Este factor es el desgas-
te progresivo de la autosuficiencia nacional (Keynes,1933).
Concretamente, nos referimos a la tendencia hacia la
interdependencia progresiva de las economias nacionales.
Es decir, a la confianza continuada de l o s productores na-
cionales en la virtudes del mercado mundial, tanto para co
locar sus productos como para diversificar los valores de
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sus carteras. En este contexto es ampliamente significati-
vo el propio enunciado de l a comisión trilateral:
"La interdependencia no es algo nuevo... pero la magnitud de su presente escala s í lo es. Los fendmenos indicativos de las interacciones a través de las fronteras nacionales han crecido durante la Gltima generacidn adn más rápido que la producción en su totalidad. El intercambio entre l a s principales economlas, por ejemplo, ha incrementado cerca de 8 por ciento anual., en oposición a un crecimiento anual promedio de la econonlía global de 5 por ciento. La producción internacional por compaíífas multinacionales se ha incrementado adn más rápido, alrededor del 10 por cien- to anual; más de una quinta parte del producto industrial de los paises de economía de mercado es en la actualidad, controlada por corporaciones que planifican su inversión, sus transferencias fiscales, el uso de su capacidad de pro ducción, su polftica de ventas, etc., sobre una base trans nacional". (Frieden, 1977, pag.14)
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Este hecho real de la ec:onomfa internacional obliga a
considerar a ésta no como una simple yuxtaposición de econo
mías nacionales que mantienen relaciones mutuas de intercam
bio, sino como el entrecruzaLmiento de capitales privados
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que en sus requerimientos de: valorización generan, una uni-
dad orgánica del capital a escala mundial, la cual determi-
na los mecanismos de producción y reproducción del capital
y de la fuerza de trabajo. Por tanto, esta interdependen-
cia define las relaciones sociales apropiadas a los objeti-
vos de la reproducci6n del capital en igualdad de condicio-
nes en todos los países. Por lo tanto, la expansión y el
crecimiento de un mercado nacional no est5 en función de
las necesidades internas de un pals, sino que,son supedita-
das a los requerimientos de la acumulaci6n de capital a es-
cala mundial, bajo condiciones de un desarrollo desigual.
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Esta es la esencia del proceso de internacionalizaci6n
del capital que obliga al capital a desatender l o s llmites
nacionales y concibe al mundo, no a una nación en particu-
lar, como su terreno de acción. Ya no es un problema para
los capitales individuales, consistente en producir bienes
en un país para que sean negociados internacionalmente.
Más bien, el objetivo consiste en extender las actividades
productivas y financieras a todos los mercados nacionales
donde se puede obtener una tasa adecuada de ganancia.
(Palloix: 1975, 1978; Rozo y Livas: 1979) .
Pero esta tendencia a una mayor interdependencia hace
resaltar un elemento básico en esta unidad orghica del ca-
pital. Este elemento es la aguda competencia internacional
que ha dejado de ser cuestión de rivalidad entre naciones
para materializarse en pugna entre capitales. (Hymer: 1977)
El rasgo sobresaliente de la interdependencia es el ca-
rácter contradictorio que imparte a la internacionalización
del capital y en razón del cual aparecen los dos subperio-
dos de la posguerra antes mencionados. Así en el subperío-
do 1945-1970, l a competencia entre capitales promueve el
crecimiento de la producción mientras que en el segundo sub -
perlodo la contrae. Esta situación simplemente refleja la
manifestación, en esta decada, de las contradicciones que
la competencia interimperialista había generado anteriormen -
te a 1970.
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Aunque Keynes se referia a un momento histdrico diferen -
te tal parece que la crisis del sistema en la decada de los
setentas ha hecho profeticas sus palabras con respecto a
los efectos de la interdependencia sobre la paz y la estabi -
lidad mundiales: "...pero no parece ahora obvio que una ma-
yor concentracidn de esfuerzo nacional en capturar el comer -
cia extranjero, que la penetracidn de la estructura económi -
ca de un pals por los recursos y la influencia de capitalis -
tas extranjeros, y que una estrecha dependencia de nuestra
propia vida económica sobre las politicas econdmicas fluc-
tuantes de l o s países extranjeros, sean garantía y seguri-
dad de una paz internacional". (1933, p . 757).
Lo que estamos presenciando en los años 70 es el "en-
claustramiento de la red de interdependencia" (Hymer, 1977,
p.22) en la cual, las economías nacionales se encuentran a
merced de las fuerzas mundiales; por consiguiente, pierden
la capacidad de dirigir sus propios destinos. Esto es lo
que Lord Keynes probablemente pensaba cuando dijo: "Por lo
tanto, simpatizo más con aquellos que minimicen que con
aquellos que maximicen el vínculo econdmico entre las nacio -
nes. Ideas, saber, ciencia, hospitalidad, viajes: estas
son las cosas que, por su naturaleza, deben ser internacio-
nales. Pero hay que dejar que las mercancias sean produci-
das en casa siempre que sea razonable y convenientemente PO -
sible y, sobre todo, hay que dejar que las finanzas sean
primordialmente nacionales". (1933, p.758).
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Ir6nicamente, l o s postulados de Keynes sobre la inter-
vención estatal han promovido la expansi6n del capitalismo
a través del capital industrial y han contribuido a la emer -
gencia de un sistema internacional de propiedad privada ba-
sada en el movimiento libre del capital entre l o s paises.
En contra de la opinión de Keynes, la clase capitalista ve
su éxito en términos de una mayor expansi6n del mercado mun -
dial y no en su reducci6n. En esa perspectiva, el valor no
se acumula s o l o por el intercambio de artlculos de primera
necesidad sino más bien por la imposicidn de las condicio-
nes de producción y reproduccidn en todo el globo, lo cual
lleva consigo tanto beneficios materiales como contradicio-
nes sociales y económicas.
No significa esto que la naturaleza de este proceso -de
internacionalizacih del capital- vayan en contra del objetivo
del sistema, es decir, de la acumulaci6n y de la extraccidn
de una tasa máxima de ganancia. Por el contrario, su obje-
tivo es transformar la manera en que se extrae la plusvalla
con el fin de estandarizarla en el mundo entero. As$, el
entrecruzamiento de capitales, que determina la economla ca -
pitalista, acelerado a partir de finales del siglo pasado,
ha caracterizado la diniimica de su desenvolvimiento por la
producci6n de plusvalla relativa en gran escala. A nivel
internacional ésto s610 se puede lograr mediante la internacio -
nalización del capital productivo en sus formas funcionales
de inversi6n extranjera y finanzas internacionales. Por 10
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tanto, el proceso de interna~ionalizaci6n puede llevarsc
adelante sólo mientras la relacibn social que caracteriz?
al capital: la compra de fuerza de trabajo, se extienda y
generalice.
Entonces es necesario notar que la dinámica del desarro - 110 capitalista durante esta siglo se ha dado por el impul-
so a la producción de aquellos bienes sobre los cuales gira
la definición del valor de la fuerza de trabajo. Para es-
tos fines es preciso considerar como el consumo al igual
que la producción han tendid.0 a la estandarización. Este
ha sido precisamente el rol de la corporaci6n multinacional
(EMN) en el proceso de internacionalizaci6n.
La EMN es entonces el canal para transformar la fuerza
laboral y controlar los nuevos mercados al hacerlos aptos
para el consumo masivo. Respecto a este proceso, Palloix
destaca que "la internacionalizacidn de la producción seña-
la en esta forma la internacionalizacidn del acto mismo de
la producción fuera de la internacionalizaci6n del proceso
de circulaci6n. La EMN industrial -como proceso de circula
ción interna de productos entre afiliados- es, en cierta ma
nera, la expresign de esta internacionalizaci6n de la pro-
ducción". (1975, p.218).
-
-
La forma funcional de esta estandarización es la expan-
sión de la ciencia, de las normas tecnol6gicas y de los me-
dios de comunicación a todos los aspectos de l o s procesos
9 I
socio-económicos. Esto ha llevado a un desarrollo tecnol6-
gico d e las fuerzas productivas nada independiente de la or -
ganización del trabajo. En efecto, se puede afirmar que el
desarrollo tecnológico ha estado dirigido a reorganización
de la fuerza laboral basado en los principios del tayloris-
mo y del fordismo.
/ I -,
Sin embargo, como el objetivo final de esta evolución
es la acumulación, esta estandarización es en verdad un pro -
ceso dinámico de cambio, pues "una vez que esas normas es-
tén puestas en su sitio, deben ceder inmediatamente su lu-
gar a nuevas normas, basadas en la diferenciación de las
condiciones de producción e intercambio que son necesarias
para incrementar la tasa de la plusvalla" (Palloix: 1976,
p.24).
Esta estandarizacien-diferenciación de las condiciones
de la producción a traves del cambio tecnoltjgico, es el re-
quisito impuesto por la competencia no s6l0 a escala nacio-
nal, sino internacional. Es necesario mantener la iniciati -
va en la extracción de la plusvalla para conservar el poder
y control del mercado. Pero esto implica una evolución con -
tinua de los medios de produccibn. Es un ciclo de genera-
ciendestrucción que, por su impacto sobre la productividad,
afecta a la estabilidad de precios, del empleo y del desa-
rrollo.
Para l o s Estados Unidos y demas parses industrtall$.za-
dos, este proceso de transfoxmacl8n de la fuerza de t rabajo
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que ha sido propiciado por el proceso de crecimiento y desa
rrollo de sus capitales, ha sido, hasta recientemente, com-
patible con sus necesidades de estabilidad de precios y de
empleo por l a integración que en estas economías existe en-
tre l a s diferentes ramas y secciones del sistema productivo.
El movimiento del capital entre diferentes ramas a partir
de l a dinarnica de la tendencia a la igualacidn de las tasas
de ganancia, satisface las necesidades de valorización al
promover la eficiencia orientada a incrementar la producti-
vidad de las ramas productoras de bienes de capital uTiliza
das en la producción de medios de consumo. En esta forma es
tas economías nacionales ha.n mantenido relativa estabilidad
en sus precios.
-
" .
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-
Por otra parte, el movilmiento del capital entre las di-
ferentes secciones originado por la ley tendencia1 a la ba-
ja de la tasa de ganancia entre estas secciones favorece el
proceso de reproducci6n al (centrar las relaciones intra e
interseccionales hacia las modalidades de reproduccidn de
la fuerza de trabajo adaptadas a las necesidades del capi-
tal e impulsar en esta forma la circulacidn de valores.
Esto ha implicado la transformacibn del proceso de tra-
bajo doméstico en base al desarrollo de la secci6n de me-
dios de consumo para que por medio de la utilización de mer
canelas capitalistas el trabajador se puede adaptar a las
necesidades del proceso de trabajo industrial como son el
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incremento en la intensidad y productividad del trabajo y
para facilitar la entrada de fuerza de trabajo al proceso
capitalista de produccibn.
Nuevamente estos mecanismos han trabajado en mantener
adecuados l o s niveles de absorción de la mano de obra en re -
lación al capital. Sin embargo, esta compatibilidad de l o s
precios, el empleo y la integración'de las ramas industria-
les y las secciones de la produccidn ha dejado de ser efec-
tiva a partir de finales de la decada pasada, pero ha teni-
do su manifestación mfis patente a partir de agosto de 1971."
Desde entonces las economlas desarrolladas han demostrado
su incapacidad para salir del atonismo y recesi6n en que se
hallan.
En este marco del des-arrollo reciente de la economfa in -
ternacional es, pues, el que nos permite considerar la evo-
lucidn que ha tenido el proceso de substitucih de importa-
ciones en America Latina y en particular en Mexico.
EL PROCESO DE INTERNACIONALIZACION DE CAPITAL EN AMERICA LAT INA.
A finales del siglo pasado y comienzos de este se di6
una expansión de los monopolios norteamericanos y europeos
hacia las economfas no capitalistas de America Latina en
busca de mercados para sus productos y de materias primas
* Esta es la fecha en la que Richard NLxon declar(3 su Nueva Polltica Econbmica.
para su produccidn. Pero no se puede caracterizar este
avance imperialista como un proceso de cambio radical y cua -
litativamente diferente al de la explotacidn de la fuerza
de trabajo que ya se ejercfa en estas naciones, pues no
transformó fundamentalmente el modo de produccidn existente
aunque en ciertas industrias CtextZl, calzado] y en algunos
países (Mgxico, Argentina, I3rasill se inician procesos de
industrializaci6n y por tanto de proletarizaci6n.
Esta transfo~mackdn del modo de produccidn, es decir,
del establecimiento de relaciones de produccidn predominan-
tes cualitativamente distintas, s6l0 ocurre con la expan-
sión de las fuerzas productivas del capital orientadas a sa -
tisfacer un mercado Tnterno. Para la America Latina este
proceso toma verdadera fuerza, aunque en forma aislada para
algunos paí'ses, a partir de la decada de los 30 y en forma
mgs generalizada luego de la segunda guerra mundial. Es de
cir, con el proceso de Industrializaci6n que se ha dado en -
base a la substituci6n de importactones.
La transformacidn masiva de la sociedad 1atinoameTicana
que este proceso ha gestado es la manifes-tacldn de la inter
nacionalizaci8n del capztal en su fase mils avanzada de la -
internacionalizacidn del proceso de produccidn o fase de
compra y uso de fuerza de trafiajo en. condicZones de produc-
cidn netamente caracterfs-ticas del capital2smo avanzado.
Es declr, la fase de la proclucci-6n en masa de mercancxas ma -
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nufacturadas para la extraccl'dn acelerada de plusvalfa rela - tiva. Esta internacionalizacibn de capital, particularmen-
te norteamericano, hacia America Latina persiguid modificar
no el objetivo del sistema de clases: la apropiacidn del
excedente productivo; sl'no la modalidad de es.a apropiacign,
de manera que se adecuara a la modalidad prevaleciente en
los centros de desarrollo 2ndustrl'al. La Znternaciwaliza-
ción del capital productiWo tuvo como objetivo generar esta
modificacl6n, es decir, transformar el proceso de trabajo y
por tanto la modalidad de la extraccr'bn de plusval5la. En
consecuencia, el papel predmrhante de America Latina como
proveedor de materias primas y de demandante de bienes de
consumo manufacturados ha sido desplazado a un segundo pla-
no para permitir, por medio de la internacionalizac$6n del
proceso de valorlzacibn, la transformaci8n de las formacio-
nes socioeconhlcas 1atinomerZcanas en campos propici.0~ p~
ra la produccidn de plusvalfa relativa.
Puesto que este proceso s610 se da en la medzda que se
internacilsce la relaciBn soci'al caractexfstlca del capttal,
esto e s , la compra de fuerza de trabajo, entonces la utili-
zaciijn que se hace de esta fuerza de trabajo bajo condicio-
nes dictadas por el capttal determznan el grado de progreso
socioecondmico de la regidn y de su capacidad para avanzar
en la integraci6n de esta Tegidn a la dinhsca de la econo-
m?a mundial.
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Este mecanismo de expansión del capital en America La-
tina ha hecho que la regi6n haya sido convertida en un mer-
cado apropiado para la expans-r'ón de la tecnologfa moderna.
SixuStiineamerLte la faerza de trabajo se ha convertido en un
e j e - r c i z o l a b o r a ; técnicamente capacltado que puede ser uti-
,izado en ei control y manipuiaci6n de la fuerza de trabajo
de l o s centros iridustriaies.
_ "
Este asentamiento de las relaciones de producción capi-
talistas de la regitin es, entonces, el eje de la Industria-
lización de América Latina. Este proceso, que ha tenido va
rias etapas en su desenvolvimiento, ha mostrado su mayor
fuerza y dinamismo en el periodo transcurrido desde la ter-
minacidn de la Segunda Guerra MundTal. En América Latina,
como en general en los pafses del llamado "Tercer Mundo!',
este ha sido el peyfodo de sustltuc28n de importaciones.
-
El proceso de industrializacTbn a que ha llevado la
substituci6n de importaciones constituye, en s f , el prQceso
por medio del cual las. economfas latinoamericanas se han in_
sertado a la dinámica de acumlaci6n dictada por los reque-
rimlentos del capital internacional.
Esta integracidn se logra, por un lado, estandarizando
los patrones de consumo y por otro lado, contribuyendo con
productos intermedios o flnales a la produccibn o el consu-
mo en otros mercados del sistema global. En una o en otra
forma, esto implica reglamentar las condiciones internas de
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producción a l a s e x i g e n c i a s d e l mercado internacional . Estas
ex igenc ias , como veremos obedecen a l a competencia interimpe -
r i a l i s t a provocada por l a i n t e r n a c i o n a l i z a c i 6 n de los c a p i t a -
l es j aponeses y europeos en l a década d e los sesentas .
La condic ionante pr incipal en e s t e comportamiento de ma -
ximización de ganancias ha s i d o l a u t i l i z a c i 6 n de medios de
produccidn altamente intensivos en c a p i t a l . E s t e e s e l r e s u l -
tad0 d i rec to de l a competencia internacional de c a p i t a l e s
por manter tasas adecuadas de ganancia. La in ternac ional iza -
c i6n de l capi ta l j apones y europeo, a t ravés de los EMN, de
f i n a l e s de l a década de los cincuenta propic id e l despertar
de una o l a de innovaci6n tecnolbgica. Este fue el t ínico me--
canismo que permiti6 a los capi ta les indiv iduales enfrentar -
s e e n t r e s i p a r a l o g r a r l a hegemonfa de los mercados p o r los
que competfan. La competencia fue entonces una carrera para
incrementar l a productividad del trabajo y f a c i l i t a r a s € s u
mayor explotaci0n.
En e fec to l a in ternac ional izac iBn de l capi ta l product i -
vo que r e s u l t a de e s t a Competencia internacional de c a p i t a -
l e s ha establec ido en l a America Latina l a infraestructura
que f a c i l i t a su expansidn y que favorece l a ' 'realización"
de l a innovacidn tecnol6gica por la renovacicjn constante d e
los medios de produccidn en e l area .
S i b ien , e l proceso de in ternac ional izac i6n de l a p r o -
ducci6n se introduce p o r 10s canales de l a EMN, e s t e no se
r e s t r i n g e n i a e s t a s empresas n i a l a s ramas productivas en
las cua les és tas operan . De FiecBo, para que l a EMN pueda
consol idarse requiere de l a transformaci6n del sector de
propiedad nacional. En e f e c t o , l a i n t e r a c c i 6 n de e s t o s dos
s e c t o r e s e s l a que sus tenta l a autoexpans i6n de l capi ta l .
E l c a p i t a l e x t r a n j e r o no podrla asentar su proceso de v a l o -
r i z a c i ó n a menos. que e l s e c t o r n a c i o n a l l e f a c i l i t a r a e l
abastecimiento de pyoducci'dn intermedia. En f í l t ima instan-
c i a , e s l a i n t e r r e l a c T 6 n o r g h l c a e n t r e e s t o s dos s e c t o r e s
que l e g i t i m i z a y hace rea l idad la in ternac ional izac ión de l
c a p i t a l . Como Pallolx af imna: "un c a p i t a l predominante ase -
gura su reproducci6n Interseccianhdose con o t r o s c a p i t a -
l e s " ( 1 9 7 5 , p . 2 3 1 1 .
En consecuenc ia , es ohv:i-o que l a s n e c e s i d a d e s p a r a l a
va lor izac i t ln de l capi ta l ex t ran jero s610 pueden s e r s a t i s f e
chas p o r e l c a p i t a l naciona:l sr' sus condlciones de produc-
c i d n son compatibles tecnoltjgicamente con l a s d e l c a p i t a l
t r a n s n a c i o n a l . E s t a i n t e r r e l a c i 6 n es punto c e n t r a l d e l p r o
ceso de i n t e r n a c i o n a l i z a c i h , . pues da nauta a s.11 r i t m o de c r e c i
miento y p o r tanto , regula o condic iona e l r i tmo propi'o de
acumulacL6n d e l c a p i t a l a e s c a l a mundial. Para e l c a p i t a l
nor teamer icano es ta cues t ian es s ingulamente s tgni f i ca t iva ,
debido a l a r e p e r c u s i h s o b r e l a c a p a c i d a d de su s e c t o r de
bienes de capital para rea1j :zar su producci6n mediante ex -
-
- -
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la contradicción se genera 'por la rApida capitalización que
a partir de finales de la decada de los afios cincuenta se
ha dado en America Latina, tanto en la industria como en la
agricultura. A s f , la contradi'cci'bn fundamental de la inter -
nacional2zación del capital productivo en America Latina
afecta l o s procesos de producci6n y circulacibn de la sec-
cibn de medios de produccifkn en la economla norteamericana.
El desarrollo deslgual #que existe en el interior de es-
tas economfas entre las dif'erentes- secciones de la produc-
cibn, aGn entre las diferentes ramas. lndustriales que inte-
gran estas secci'ones, Ea h-echo, eventualmente, inefectivo
el permanente camhio tecnolbg3c0, pues la capacidad de pro-
duccidn que se instala supeSra con creces las posibilidades
de su utilizacibn. En es-ta forma llega un momento en que
la capacidad de abso~ci6n del cmli$o tecnolbgico, materiali
zado en bienes de producci81n, llega a s-umtiximo. Hehos lle
gado a considerar que esto 16s lo que ha ocurrido durante la
presente decada,
-
-
Esto nos ha conductdo a considerar que el juicio de J . M .
Keynes en cuanto a la capac:idad del sl'stema para "hacer que
los bienes de capital sean tan abundantes que la eficiencia
marginal del capital sea ce:ro, se ha convertido en realidad".
Pero en oposici'bn a 10 que tgl pudo pensar, este es un hecho
que se est5 volv2endo en contra de la expansi6n del propio
capital.
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Esta contradicción en la utilizacidn de la capacidad
instalada tiene repercusiones significativas, tanto interna
como externamente. Internamente, por un lado propicia el
proceso inflacionario, el cual intenta recuperar la reditua -
bilidad de la inversión. Por otro lado, propicia la desocu -
paci6n de fuerza de trabajo.
Simultáneamente esta progresiva con.tracci6n en la utili -
zación del capital instalado condiciona la capacidad de re-
novación del capital físico desde el exterior, l o cual afec -
ta la acumulación de capital para los productores y provee-
dores de bienes de producci6n en los pafses industriales,
particularmente en Estados Unidos.
En este contexto, la contracción de la actividad econó-
mica en América Latina, la consideramos como factor causal
de la crisis de producción que afecta a los Estados Unidos.
Aún cuando esto puede parecer trivial desde una. perspectiva
cuantitativa, la idea se vuelve plausible no porque se pue-
da considerar la región como responsable directo de la rece -
sión norteamericana, sino porque puede servir de ilustra-
ción del proceso de acumulaci6n de capital en una escala
mundial en condiciones de desarrollo desigual y de alta tec -
nología.
El proceso de substitución de importaciones de America
Latina, pues, ejemplifica el significado del proceso deinteL
nacionalización del capital y las limitaciones a la valoriza-
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ción del capital fundamentalmente estadounidense que este
proceso implica.
Más importante afin es e1 considerar que el estado de de -
presión en que se encuentran las economIas latinoamerica-
nas no solamente es un reflejo, o un efecto del estado de
crisis que ha prevalecido en las naciones industriales capi -
talistas durante esta década, sino que es un factor contri-
buyente a la crisis actual del sistema capitalista.
La implicación primaria de esta explicaci6n concierne
el papel que debe reconocerse a las naciones latinoamerica-
nas en la bfísqueda de una !joluci6n a la actual crisis de la
economía internacional.
LA SUBSTITUCION DE IMPORTACIONES EN MEXICO.
La pauta del desarrollo capitalista en Mexico se da a
partir de la Segunda Guerra Mundial. Aparentemente, se su-
ponla que al cabo de algunos años, por el esfuerzo de inver - sidn que era necesario realizar, seria posible constituirse
en una sociedad capitalista moderna, de dimensión media, y
abrirse camino hacia un futuro en que el avance económico -
marcharía al paso del avance social. En medio de las con-
tradicciones caracterlsticas de estas sociedades, parecía
viable progresar en la correccidn de las agudas desigualda
des existentes, mediante un acelerado proceso de expansión -
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econ6mica, ajustando a las pautas capitalistas. Salir del
atraso sería tambi6n abandonar el cuadro de grave injusti-
cia que caracterizaba a la sociedad, para ingresar a la fa-
milia de l a s sociedades que han logrado condiciones "razona -
blemente" igualitarias y niveles de vida "aceptables", en
e l marco de la llamada democracia occidental.
La alternativa, consistía en mantener las lineas conven -
cionales de desarrollo de los pafses occidentales, basadas
en la expansión capitalista para un mercado que se formaria
poco a poco.
La construcción democrática de la sociedad, se plantea-
ba por medio de un modelo que ampliase las bases sociales
de la producción y la acumulación y que, bajo la funcidn
rectora del Estado, propiciase la formación y desarrollo de
organizaciones democriiticas -en lo econeimico y en lo polfti -
co-. Esta Gltima opción, empero, sólo seria viable en una
correlación política de fuerzas cuya configuracian a corto
plazo no se vislumbraba con claridad.
A medida que la sociedad avanzaba por los cauces de una
economía capitalista, se fueron configurando nuevas clases
y nuevas relaciones de poder. El automatismo econdmico y
la penetración del capital extranjero impulsaban al Estado
en una dirección que l o apartaba de los objetivos sociales
y nacionales que constitulan su razón original de ser; l o s
movimientos sociales y las actitudes nacionalistas de am-
plios grupos, por su parte, lo llevaban al enfrentamiento
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con l o s centros econ6micos y polPticos del poder dominante
en la sociedad, tanto al nivel nacional como al internacio - nal.
De esta manera, el Est,ado Mexicano, que ha sido y es
base de sustentaci6n del dlesarrollo de la empresa privada,
se ve constantemente obligado a rescatar orientaciones s o -
ciales o nacionalistas de :la acci6n pdblica, de las que lo
apartan las presiones de los intereses econ6micos y polfti -
cos dominantes. El Estado no ha podido impedir, empero,
que se acentfien los efectos de la interdependencia con el
capital internacional.
El programa de desarrollo industrial, llevado a cabo -
siguiendo la estrategia de sustituci6n de importaciones en
cuanto a bienes intermedios y de consumo, ha sido el meca-
nismo de la internaclonalizaci6n del capital, y por este
intermedio la economla mexicana ha entrado por la puerta
de la interdependiente en ].as fuerzas de la competencia
del mercado mundial.
Esta interdependencia ha causado, consecuentemente,
que la economía mexicana refleje las dos etapas del periodo
de la posguerra. Así, entre 1955 y 1970, la polftica esta
tal de crecimiento económico tiene una fuerza tal que el
proceso se conoce como "el milagro mexicano". El 6.5% de
tasa promedio anual de crecimiento para este perlodo fue
más alto que el que alcanzaron las naciones industriales,
excepto el Japón que aument6 aproximadamente al 10.3% de
-
23
promedio anual.
Este crecimiento en Mexico se caracterizb, adembs, por
un nivel de precios relativamente estable que s6l0 incrementó
en 2.5% anualmente. Simultáneamente, la tasa de intercam-
b i o permanecid constante en 12.50 pesos por ddlar norteame -
ricano durante todo el perfodo. Este factor contribuyó de -
terminantemente a la estabilidad relativa interna de l o s
precios, al evitarse el incremento en el costo de las im-
portaciones necesarias para mantener elevados niveles de
producción. Estos dos hechos fueron el resultado de una
política rígida de estabilizaci6n del Estado aumentaba pa-
ra fomentar la industrializacih del pals.
La inflación, que operaba como un mecanismo eficaz de
control o reducción del ingreso real de los trabajadores,
no llegaba a desbocarse, entre otras cosas por el alto rit -
mo de expansión productiva, derivado de una acumulación
acelerada y por el avance modesto pero constante en los in -
gresos reales de una porcidn estratégica de los trabajado-
res, la que integraban quienes habran podido mantener y
consolidar sus organizaciones sindicales.
En los sesentas, cuando se adopt6 una nueva estrate-
gia de desarrollo, la del "Desarrollo Estabilizador", fue
posible mantener la tasa de aumento de los precios a un
nivel inferior al 3%. Al llegar a su término esta expe-
riencia, se renovaron las tendencias alcistas, que llega-.
ron a su nivel más alto en l o s Clltimos meses de 1976, cuan -
24
do se registró una tasa superior al 4 % mensual.
El flujo de fondos aportado a la economla mexicana por
el capital transnacional no constituyó en S € la internacio -
nalización del capital, pues ésta no constituye una simple
contabiiidad de flujos. Para entender este proceso se ha-
ce necesario examinar la oxientacibn que este capital ha
dado a las fuerzas productivas nacionales y la transforma-
ción de la fuerza laboral para satisfacer los requisitos
del capital incorporados en. los medios productivos. En
esencia, esos cambios en 1a.s fuerzas productivas son los
que definen la forma que asume, en un momento dado, el pro -
ceso internacional de reproducción de capital, en lo refe-
rente a la producción-reproducci6n de los elementos del
proceso de trabajo.
Este fenómeno sería difícil de observar si solo consi-
dergramos los efectos globaLles del capital extranjero en
la economia mexicana. Asi, para el periodo de 1962 -1970 ,
el capital extranjero participb en la formación de capital
fijo bruto con sólo 5.03% d.e promedio anual. En forma si-
milar, la contribución directa del capital extranjero al
producto interno bruto dura.nte el mismo perfodo alcanza so -
lo el 5 . 9 % anual, a€in cuand.0 esta contribución experimenta
una tendencia continua al crecimiento de un 5 . 4 % en 19.62 a
un 6 . 6 % en 3970 .
De hecho, estos dos ind.icadores señalan una influencia
relativamente pequeña del capital extranjero sobre la eco-
25
nomia mexicana. Como consecuencia, estos ihdicadores no
permiten establecer un caso sólido respecto a la importan-
cia para la valorización del capital transnacional, que
xiene la economía mexicana. Para enfatizar que 'este hecho
es s o l o relativo es necesario examinar las formas funciona - les de penetración del capital, mediante las EMN hasta el
corazón del proceso capitalista de producción: la produc-
ción manufacturera industrial.
En MExico el período de la posguerra se ha caracteriza
do por la importancia del repliegue del capital financiero
-
hacia la producción manufacturera en detrimento de otras
ramas industriales y de la agricultura. Esto es consecuen
cia de la creciente participacidn del sector ptíblico en la
economia mexicana, la cual ha estado directamente condicio
-
- nada por las necesidades de la internacionalizacidn del ca
pital. Los objetivos centrales de la polltica económica
del pais se encuentran directamente vinculados con este
-
proceso, aunque no siempre han estado claramente definidos
ni se han instmentado de manera adecuada. En consecuen-
cia, la mayor participacidn del Estado en las actividades
económicas se ha constituido en un medio fundamental para
conseguir tales objetivos, y asf, la transformación de la
agricultura mexicana, el desarrollo de un rgpido proceso
de industrialización y la integracidn econdmica interuacio -
rial del pa9s,, han s i d e ~ ~ l r c x e s o s que deuuestran la incon--
grqencia Ue los l requer in2entos sociales deLpafsr con la
26
que el propio Estado busca en la economfa idternacional.
En el contexto social' y polftico, el decenio de la es-
tabilidad permitió nuevos avances del proceso de interna-
cionalización. Para proteger la tasa de ganancias, se ape - 16 a diversos mecanismos aslociados a una m5s amplia inter-
vención del Estado y del capital transnacional, se capta-
ron entonces crecientes recursos a traves del sistema fis-
cal (procedentes fundamentalmente de los trabajadores) y
se utilizd el endeudamiento interno y externo. Estos re-
cursos fueron aplicados prioritariamente al estlmulo de la
inversión privada y en meno:r forma a la prestacidn de ser-
vicios sociales.
En terminos del capital extranjero, la industrializa-
cidn de la economfa mexicana y la polltica econdmica que
la sustenta no puede desligarse de la expansidn del capi-
tal norteamericano. Un exgsnen de las tendencias de la in-
versión directa norteamericana en el extranjero durante el
periodo de la posguerra asi lo demuestra. La tendencia gg
neral del capital norteamericano en este periodo ha sido
hacia una reorientaci6n relaltiva en el flujo de fondos de
inversidn de América Latina hacia las economias de Europa
Occidental y Japbn. En consecuencia, la participaci6n la-
tinoamericana en la inversidn total directa norteamericana
en el extz-anjero pas6 de 3 7 . 6 % en 1950 a 36.55% en 1 9 7 0 .
Desde entonces se ha mantenido constante. Sin embargo, du
rante el mismo perPodo la proporcidn mexicana de las inver -
-
27
slones norteamericanas en América Latina ha ascendido de
8 . 7 % a 17 .2% .
De este modo, en el curso del Gltimo cuarto de siglo
31 sector piíblico se ha empeñado en sentar las bases de
una transformacidn estructural de la economia, pero al mis -
no tiempo se ha ocupado de la promocidn directa del creci-
miento, supliendo al sector privado cuando ello ha sido ne -
cesario para el logro de los objetivos propuestos.
La política económica se ha orientado a sentar bases
que faciliten la inserción de la produccidn nacional en el
mercado mundial. Este objetivo ha sido sentado principal-
mente para el sector manufacturero, sin embargo, no ha.10-
grado su cometido, ya que para el capital extranjero como
para el nacional, las exportaciones contintían teniendo una
importancia marginal (Fanjzylber y Martinez Tarrago: 19771.
Simultáneamente la politica de precios que se ha segui - do para el sector agricola y que pretendia favorecer al pe -
queño productor ha actuado totalmente en su contra. Pero
m5s importante ha perjudicado el desarrollo nacional:
1) al orientar a los productores hacia la produccidn de ce -
reales y oleaginosas que son utilizados para la producción
de alimentos para animales y 2 1 al favorecer productos que
son insúmos de la produccidn internacionalizada del sector
agroindustrial de exportacien. E s t o en deterioro de la
producción para el consumo interno. El efecto ha sido la
necesidad de tener importaciones masivas de mafz y frijol
28
que constituyen los princip,ales productos de la dieta mexi
cana.
Este efecto de la polftica estatal se da por increfnen-
tos en las inversiones extranjeras que generan desigualda-
des en las tasas de crecimiento sectorial gestando así gra -
ves desequilibrios interindustriales.
Así, de 1962 a 1970 la producción nacional generada
por el capital extranjero aumentó de 9.2% a 12.6%. Sin em -
bargo, durante el mismo periodo la proporción de la produc -
ción industrial manufacturera generada por el capital ex-
tranjero creció de 19.6% a 27.6%.
Estas tasas demuestran la magnitud del impacto directo
del capital extranjero sobrle la producción. Son importan-
tes y no deben subestimarse; pues en el periodo anterior a 1
1970 generaron un crecimiento sectorial desequilibrado cu-
yas consecuencias han sido mayormente sentidas durante la
presente década.
Los reacomodos de capital que ocasiond la política ofi
cia1 se reflejan en cambios en el ritmo de crecimiento sec
torial. En el perlodo inic:ial, el sector agrlcola se desa
rrollaba a un paso m5s rtipicio que el sector industrial.
Entonces la producción agrlcola crecía a 7.4% anual entre
1949 y 1955, mientras que, :La producción fabril creció a
6.9% la capacidad eléctrica a 7 % y la producción de petró-
leo a 6% (Solís, 1975, p.217-238). ACln mSs, para el peri-
odo 1955-1965, el sector agrfcola alcanzd tasas de creci-
-
-
-
29
miento del 4 .4% mientras que el sector industrial manufac-
turero alcanzaba tasas de 8 .8% y la electricidad y el pe-
trdleo se desarrollaban al 9.5% y 7 % respectivamente.
Es importante puntualizar que la polltica del llamado
desarrollo estabilizador gestd graves desequilibrios secto - riales. As i , durante.el periodo 1965-1970 la agricultura
se rezagó significativamente. Su tasa anual promedio de
crecimiento alcanzd 2 .7% muy por debajo del crecimiento de
la población. En el mismo persodo, sin embargo la produc-
ción manufacturera crecib al 8% anual, tasa add iflferior
al 8.8% lograda entre 1960 y 1965.
El resultado concreto de estas tendencias en la inver-
sión ampliamente apoyadas en la polltica estatal, es el
convertir a la produccidn manufacturera en la fuerza ding-
mica del desarrollo econ6mico mexicano en detrimento abso-
luto de la agricultura por tanto de la capacidad nacional
de autoabastecimiento de alimentos.
En estas condiciones, la actividad del sector pdblico
se ha convertido en el promotor fundamental del gran capi-
tal transnacional.
Con este prop6sito el gasto pdblico, ha crecido persis - tentemente en 1947 y 1978 a una tasa del 10% anual, en
términos reales. De este modo, en comparacibn con el pro-
ducto nacional bruto, el gasto total del sector pdblico ha
pasado del 25 .4% en 1947-52 al 35% en el pasado sexenio.
Este crecimiento del gasto pdblico ha implicado una
creciente traslación del dinamismo y recursos del gobierno
federal al subsector paraestatal lo cual explica fundamen-
talmente el hecho de que, desde principios de la decada de
1950, el gohierno ha yuesto énfasis creciente en la pro-
ducción de bienes y servicios. De este modo, creció consi
derablemente el subsector paraestatal, que no s ó l o se dedi
có a la producción, sino que incluso comenzd a absorber
-
-
una parte de las obras de infraestructura que anteriormen-
te desarrollaba el gobierno federal.
Pero también este creci,miento del gasto piíblico impli-
ca un ritmo más acelerado de incremento de l o s gastos co-
rrientes que de los de inversidn. Esto, sin duda debe ser
un motivo de preocupación puesto que la profundidad del im
pacto del gasto piíblico en la economfa debe medirse en ter
minos de la composicidn de este gasto en estos rubros gene
rales.
-
-
-
En concreto, los gastos corrientes aumentaron por el
aumento del personal ocupado y por el crecimiento de las
transferencias al consumo. Esto, sin embargo, ha sido
consecuencia de la respuesta del Estado para solucionar
las contradicciones que la internacionalizacidn del capi-
tal ha gestado en términos de desempleo.
Si bien, como se ha dicho, el sector piíblico ha llega-
do a convertirse en uno de :Los factores m5s importantes de
promoción del desarrollo en el pals, e l l o no ha ocurrido
uniformemente en el tiemponi en las formas de lograrlo,
31
por l a s modalidades y caracterfsticas que le han impuesto
las distintas administraciones gubernamentales, en razdn
de los requerimientos concretos de la acumulaci6n, lo cual
ha influido en el monto, composición y destino del gasto
pfiblico. La falta de mecanismos apropiados de planeacidn
y control del gasto ptíblico se ha dejado sentir de diver-
sos modos, y se refleja sobre todo en las contradicciones
que h.an surgido entre algunas tendencias de gasto y los
objetivos de la politica econdmica que deberia seguir.
A s i , el gobierno mexicano se ha propuesto, en el per€-
odo de posguerra, el desarrollo sin precedente en todas
Pas esferas de la vida econbmica, pues al mismo tiempo que
tomaba medidas apropiadas para alentar al sector privado
en la consecución de los objetivos de producción contribu-
la directamente al logro de éstos con su propia accidn en
la generaci6n de insumos productivos y en el establecimien -
t o de una infraestructura adecuada.
En concreto, en materia agraria, la acci6n estatal se
manifest6 no sBlo en el reparto, sino tambien en la reali-
zación de grandes obras de infraestructura, en la realiza-
ción de inversiones y en la prestación de servicios, desti -
nados a estimular directamente la producción o a resolver
problemas de distribución, comercialización, etc. En el
proceso de industrialización, el sector pfiblico se avoc6 a
Pa producción de energeticos, al desarrollo de las indus-
trias básicas y a la prestacidn de servicios a la industria.
32
En materia de comunicaciones y transportes, el s.ector pa.- blico se propuso la integracldn vi’al del pafs , tanto con
inversiones en la infraestructura vi’al como con la presta-
ci6n directa de se~vicios en este campo. Las ohras de ser - vicio social se orientaron s d w e todo a las actividades
educativa y asistencial, para atender necesidades que se
habLan convertido en uno de los principales obstaculos al
desarrollo. Finalmente, la invers1.h pQhlica tendib a con -
centrarse en la produccidn d.e bienes y servici’os necesa-
rios para la economfa (comp1,ementando asP la inversión pr;
vada) y a poner enfasis cadar vez mayor en las regiones
atrasadas, a fin de corregir’ los graves desequllibrios que
retrasacen la integracidn de: un mercado nacional.
Esta accidn estatal ha determinado la necesidad de
crear los instrumentos adecuados para cumplir estas nuevas
funciones, para el logro de objetivos cada vez mas especf-..
ficos y penetrantes del capj:tal, AQn sin considerar el
crecimiento en magnitud de ].as unidades gubernamentales,
la significación de la ampliaci6n del sector pQblico puede
observarse fgcilmente si se considera, por ejemplo, que en
1946 el sector estaha formado por las dependencias del Go-
bierno Federal, los Gobiernos Locales y 7 5 instituciones
del subsector paraestatal. A partir de entonces se amplia
constantemente, y al mismo tiempo que ocirrríantransformacio-
nes suhstanciales en las dependencias del Gobierno Federal
se eleve el n€.lmero de instituciones del svhsector paraesta -
33
tal a 350 en 39.59-, a 417 en 1964 y a más de 2 , Q Q O en 1978.
En esta forma el Estado ha generado una infraestructu-
ra productiva que facilr'ta los objetivos de valorizacidn
cel capital privado, aunque aparezca como competidor de
éste. En 1976, por ejemplo, las ventas de l a s primeras 50
empresas más grandes de México representaron más del 60%
del total de ventas de las 5 Q 0 mss grandes, Sin embargo,
s610 5 empresas representaban el 40% de estas ventas. Es-
tas empresas son: Petróleos Mexlcrlnos, CONASUPO, Comisión
Federal de Electricidad, Ferrocarriles Nacionales de Méxi-
co y Teléfonos de México, las cuales pertenecen al sector
paraestatal, pero su función real es proporcionar insumos
indispensables al sector productivo privado.
Si limitáramos nuestro enfoque a este de la interven-
ción del Estado en el proceso de produccibn, nos estarla-
mos restringiendo a considerar salo una forma de cualquier
teoría del desarrollo, y a tomar la producción como objeti
vo definitivo del sistema capitalista (.Palloix, 1975,
p . 2 2 1 ) . Insistir en este aspecto no enfatizarfa a la valo
rización del capital como objetivo primero del proceso ca-
pitalista de la produccibn, como tampoco se insistirfa en
que esto no puede producirse fuera del proceso de transfor
macidn de la fuerza de trabajo y de la adquisicidn de me-
dios de producción. Solamente mediante estas acciones se
transforman las relaciones de la produccidn que permitirían
la valorizacidn del capital a traves de un proceso de in-
-
-
-
34
_ _ _
dustrialización.
El empleo de la tecnologfa moderna sdlo es posible me-
diante la necesarl'a adecuacj3n de la mano de obra a los re
quisitos de esa tecnologfa, mediante la transformaci6n de
las normas a nivel del proceso de trabajo industrial, es
decir, de la conversión de ].a mano de obra no especializa-
da en especializada, como de transformaciones en el patrón
de consumo y de la demanda de bienes producidos en masa en
lugar de la demanda de autosuhsistencia. Esto es, se re-
quiere de transformaciones radicales a nivel del proceso
de trabajo domestico, estos son requisitos indispensables
para generar relaciones apropiadas de mercado para la pro-
ducción capitalista, determinadas por la integracidn de
las economias nacionales de los paises perifericos a la di
námica del sistema capitalis'ta mundial (.Palloix, 1975,
p.271). Pero esos cambios estructurales no son s8l0 una
necesidad en l o s sectores en que opera el capital extran-
jero, sino que son igual req,uisito para todo el sistema
económico. En este aspecto la intervención del Estado ha
s i d o decisiva.
-
El proceso comienza mediante la inserción de capital
extranjero en la economla nacional a traves de las EMN, pe
ro no significa esto que el proceso s ó l o afecte al sector
en que se encuentre presente la propiedad extranjera. De
hecho, esta transformaci6n estructural es requisito básico
para el sector nacional, debido a la interdependencia
-
35
entre l o s dos sectores. La autoexpansi6n del capital
extranjero depende de sus interrelaciones con el sector
interno como ya habfamos visto.
Concretamente, el proceso de valorizacidn del capital
;nternacional exige insumos, que bien pueden ser artículos
terminados o materias primas elaboradas,que debe satisfa-
cer el sector nacional. Estas necesidades sólo pueden
ser satisfechas si el proceso productivo de l o s sectores
industriales que los producen, es compatible tecnolbgica-
mente con el del sector transnacional. Esta relación es
la que define la evolución dentro del sector industrial na
cional. Entre 1950 y 1965, en el sector industrial se dió
una persistente substitucidn de la producción de bienes de
consumo por la de bienes de capital que redujo la importan
cia de la produccidn de bienes de consumo de 72.2% a 45.3%
en e l producto total del sector. A s l durante este período
l .a tasa anual de crecimiento de la producción de bienes de
capital fue de 11.1%, l o cual fué muy superior a la de ta-
sa de 5 .6% en bienes de consumo ( S o l € s , 1975, p.222).
-
-
Dehe señalarse sin embargo, que este desarrollo se l o -
gró s o l o mediante la importaci6n de bienes de capital.
Así pues, en 1945 las importaciones productivas representa -
ban 75.9% de las importaciones totales; sin embargo, en
1960 representaban 8 4 . 6 % . Este reacomodo en la composi-
ción de los bienes importados es el verdadero significado
de la estrategia industrial de sustituci6n de importacio-
nes.
Pero es necesario ins$st:Zr en que este efecto no es
responsabilidad exclusiva de1 sector dominado por la pro-
piedad extranjera. Por ejemplo, en terminos de las impor-
taci0ne.s totales mexicanas ].as demandas por las suhsidia-
rias estadounidenses representan sdlo el 12.2% anual mien-
tras que en terminos de las lmportaciones provenientes de
EUA constituyeron el 3 9 . 8 % . Estas magnitudes son asombro-
samente bajas, pero extremad.amente significativas porque:
a]. Indican el grado de expa.nsi6n de las formas capitalis-
tas de producci6n en el interior del sector nacional,
Y
b]. Plantean el verdadero objetivo del capital extranjero;
el desarrollo del mercad.0 interno, puesto que en la en
trega de bienes de capi.ta1 a las economfas llperif&ri-
cas" est6 la expansirin de su propia produccibn.
El proceso de industrializacibn de Mhico es un claro
-
ejemplo de las contradicciones del proceso de internaciona
lización del capital durante el perfodo de la posguerra.
De ahí que el nivel actual del grado de desarrollo del
pais refleja, bastante adecuadamente, la veracidad de la
advertencia de Lord Keynes e'n 3933, respecto al peligro de
depositar una confianza demasiado grande en el mercado mun
dial.
-
-
Hay que conside.rar por o t r o lado, que en este proceso
de internacionalizacidn del czapstal, el papel del sector
37
l ) r i v a ( l o d i f - i c i Irnc~ntc podría habcr h a l l a t l o C X J I ~ C S S ~ I ~ s in ( 3 1
papel tl i r c c t i v o t l c l scctor público. I d a actu;~cii,r~ d c 1 c:sl.:l
do ha sido rundamcnt:~l para circunscribir los lfmitcs de
la expansión del capital puesto que ha contado con los me-
dios para promover la estandarización-diferenciación de
l a s condiciones de producción e intercambio. En este con-
texto en México, el Estado ha tomado la iniciativa para ge -
ncrar la infraestructura necesaria y para resolver las con
tradicciones que impedirían la expansión del desarrollo
económico capitalista. Primordial, en este respecto, tene -
mos c l control y suministro de fuerza laboral, y l a actua-
ción del aparato paraestatal como p u n t o dc lanza en l a pro "
moción de la internacionalización del capital productivo y
de su ciclo de capital dinerario.
-
En el perTodo de la posguerra, la intervención direc-
ta del Estado Mexicano facilitó el nuevo despliegue de ca-
pital, particularmente estadounidense, hacia el sector fa-
bril, mediante su política de nacionalización de los secto I
res básicos de la economía. Esta estrategia pretend7a su-
puestamente fortalecer la autonomía política del Estado y
hacer manifiesta la soberanía de la nación sobre sus recur -
sos y sectores estratégicos. Consideramos que tal explica -
ción es incorrecta. Racionaliza una situación en la cual
causas y efectos están revueltos.
Realmente, mediante esa acción el Estado Mexicano res -
ponde de hecho, a los requisitos de la internacionaliza-
38
ción del capital. Esto lo consideramos as€ dado que:
1. Las adquisiciones hechas POT el Estado han aliviado e l
capital extranjero de sus obligaciones en las áreas
que ya no eran suficientemente lucrativas.
2. Estas adquisiciones han permitido que el Estado promue - va l a internacionalización de la producción mediante
el suministro de insumos a bajo precio, especialmente
insumos energeticos.
Estos elementos son características sobresalientes de
la apertura del Estado Mexicano a la penetración del capi-
tal internacional industrial. De hecho, las consideracio-
nes de la polftica pfiblica nacional no pueden ya conside-
rarse sin referirse a factores externos. Como l o señala
correctamente Palloix: "La Politica Econ6mica interna se
convierte m& de dfa en dla en cuesti6n de Política Exte-
rior, la situación interna se adapta, amoldgndose a la si-
tuación externa que la determinat1. (1976, p.13).
Esto es importante porque implica que el Estado asume
la responsabilidad de la in.ternacionalización del capital
en ciertas ramas-clave para igualar las condiciones de pro
ducción e intercambio. En Mexico, el Estado ha desempeña-
do esta función bastante bien y , al hacerlo, ha impulsado
ávidamente la internacionalizaciBn del capital colocando a
México muy por delante de las naciones Iberoamericanas.
En este contexto es donde se vuelve pertinente el exámen
de la deuda extranjera de México y del papel del Estado co
-
-
cOmo consumidor directo de bienes de capital importados.
Naturalmente, estos dos renglones van de la mano puesto
que el flujo de capital dinero es el que posteriormente se
convierte en capital productivo.
La actividad productiva del Estado Mexicano ha desempe -
Ííado de esta manera, dos funciones:
1. Promover la autoexpansi6n del capital especialmente es -
tadounidense mediante la valorizaci6n del capital-mer -
cancfa. Es decir, que el Estado Mexicano ha facilita-
do el proceso de circulación que permite realizar el
valor de l o s bienes capitales producidos en el exte-
rior, en particular en los E.U.
2. Facilitar la internacionalizacidn del capital al adop-
tar el uso de medios de producci6n que establecen y di c
funden las relaciones sociales del capital en el inte-
rior de la economía mexicana.
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