Post on 28-Jul-2022
DANZASTRADICIONALESDENAVARRA
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Mikel Aramburu Urtasun
Nada descubro al estudioso de lacultura popular si reitero el indudablevalor de las tradiciones etnomus icales en la cultura de los pueblos. Lasdanzas tradicionales encierran en símismas el secreto significado de ancestrales creencias y primitivas pautas de comportamiento. En la viejaetnia vasca la danza adquiere singular relevancia pues cuenta con unmuy rico legado de bailes y melodias.Su análisis, siquiera somero resultaimposible en estas breves líneas. Porello me limitaré a la mera enumeración de los ciclos de danza más significativos de Navarra siguiendo uncriterio morfológico que permita obtener una panorámica visión denuestro patrimonio coreográ fico.
De acuerdo con lo dicho hago acont inuación un repaso, casi telegráfico, de las danzas de palos, de espada, de hombres solos, de mujeressolas, de hombres y mujeres, deCarnaval, del Corpus, danzas juego,para concluir con una breve notaacerca de lña música de danza y delos instrumentos musicales. Dejo enel tintero numerosas danzas específicas, alguna de ellas como la jota degran popularidad desde su relativamente reciente introducción en estatierra, en el afán de abarcar la generalidad.
DANZA DE PALOS
El dance o paloteado navarro, pariente cercano de sus vecinos aragoneses , es un combinado escénicopopular que reúne una miscelánea deelementos tales como las danzas, losversos y dichos, la música, la pastorada, el enfrentamiento entre el ángely el diablo, etc. Las danzas suelen serde palos cortos con diversos números, de arcos, de cintas, raramente deespadas , y cast illos humanos. Eldance navarro se localiza en la riberameridional junto al río Ebro y susafluentes en Queiles y el Alhama. Lavilla de Cortes es la única, entre ladecena larga de localidades que a fi-
nales del siglo pasado contaban condance propio , que lo ha conservadovivo hasta nuestros días. Asistimoshoy a un proceso de investigacioón yempuje popular que ha permitido larecuperaciorí en los últimos años devarios de los desaparecidos dances.
Se entronca el dance navarro conel sistema de dances que siguen elcurso del Ebro y presenta en particular grandes semejanzas con losdances aragoneses del Somontanodel Moncayo. Paralelamente, el paloteado se relaciona con la cultura pastor il pirenaica de la que es en buenaparte deudor, en concreto por lasdanzas de palos y las pastoradas.
Cuenta precisamente la Navarrapirenaica con una joya folklórica quegeneraciones de salacenos han sabido conservar: las danzas de Otsagi/Ochagavia. Integran este cicloritual, además de las sugerentes yexpresivas danzas de apios con cuatro distintas mudanzas, la psñotodantza que dirige Bobo y la jo ta, varios elementos de alto interés antropológico. Los ocho danzantes con elenmascarado personaje bifronte , elBobo , a la cabeza celebran anualmente ante la ermita de la Virgen deMuskilda una vieja liturgia plena desimbolismo cuyo sigl)ificado último senos escapa.
Emparentados con las danzas dela vecina Laburdi y de carácter mássencillo las doce makil dantzak deVera de Bidasoa completan el extremo inventario de las danzas depalos cuyo origen, al decir de los expertos , hay que situar en los ritosagrícolas de la cultura neolítica.
DANZAS DE ESPADAS
No es pródiga esta provincia o herria/de en danzas de espadas ni sonespecialmente llamativas las contadas muestras que sobreviven hoy silas comparamos con los soberbiosciclos de danzas de este género deGuipúzcoa o Vizcaya. Tampoco porello carecen de interés. Así, las danzas de Lesaka en honor al patronoSan Fermín, con las espadas trasto-
Paloteado pertenecien te al con junto de Danzas en honor de Nuestra Señorade Muski eda, Otsagiochagabia, VAlle de Salazar.El nombre de la danza es «KATXUTXAn.
cadas en maki/as, nos ofrecen un ricogrupo de bailes en el que destacanmaki/ gurutze dantza , ziarkakoa yzubigainekoa. Por su parte Lakunzaposee el segundo ejemplo de esteepígrafe cuya atracción reside en susencillez estructural y coreográf ica.La ezpata dantza lakunzatarra sevaila por la festividad de San Sebastián y en la del Corpus. Estos dos ciclos pueden sorprender por su aislada presencia aunque no tanto si seadvierte la relativa proximidad geográfica de ambas localidades con elárea de la ezpata dantza guipuzcoana. Como notas comunes hay quereferir la formación coreágrafica propia de estas danzas con un capitán oburuzagi al frente y el grupo de datzaris en una o dos filas tras él.
DANZAS DE HOMBRE SOLOS
Un signo diferenciador y característico, aunque no exclusivo, del folk-
lore vasco pirenaico lo const ituye lasdanzas bailadas por hombres solosen corro abierto y en sentido contarioal de las agujas del reloj. La relevancia de estas danzas descansa en susingularidad melódico-coreográfica. Sibien de alguna manera están emparentadas entre sí hay que diferenciardos tipos de danzas en este epígrafe. De un lado los iautziak y delotro las muti/ dantzak. Los primerosabarcan un área extensa que comprende la merindad de la Baja Navarra y las provincias vecinas de Lapurdi y Xuberoa prologándose hastael país de Beame. Un determinadonúmero de pasos básicos con nombre propio y combinados de maneramúltiple, pero no aleatoria, conforman las decenas de iautziak distintosque hoy se conocen y bailan con otivode cualquier fiesta especial como labestsbem. el carnaval, etc. Sus nombres y rasgos melódicos coinciden en
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algunos de ellos con los de las mutildantzak. En función de la zona el estilo de baile varía considerablementeaunque se trate siempre de los mismos pasos. Las segundas, las mutildanztak, son propias y exclusivas delValle del Baztán hasta el punto deconstituir pieza fundamental de supatrimonio cultural y por ende de Navarra toda. Se han conservado unaquincena de ellas y su estilo y coreografías son únicas. Sus pasos carecen de nombres propios que puedanser anunciados durante la ejecuciónpor lo que las largas secuencias deben ser memorizadas por los danzantes. Hay que decir que en amboscasos, en particular en los isutsisk; esya frecuente y habitual la participación, por otra parte lógica, de las mujeres en estas danzas.
DANZAS DEMUJERES SOLAS
Aunque la cultura urbana ha asumido como danzas de mujeres numerosas versiones femeninas dedanzas masculinas por la actividadcreativa de los grupos folklóricos debemos decir que sólo existe unadanza tradicional estrictamente femenina en el extenso catálogo denuestro patrimonio coreográfico: ladanza de San Juan de Urdiain. Setrata de una danza cantadas que seinterpreta la víspera de San Juan pormujeres en corro cerrado acompañando la estrofa con un movimientopendularde sus brazos unidos por lasmanos. La excepcionalidad de estecanto-danza da pie a la especulaciónsobre su carácter de manifestaciónresidual de un tipo de danzas en otrotiempo mas generalizadas y hoy desaparecidas.
DANZAS DEHOMBRES Y MUJERES
Las danzas de hombres y mujeresson numerosas en Euskal Herria sibien lo fueron aún mas en épocasprecedentes habida cuenta la pérdida sufrida en los últimos cien años.Su diversidad morfológica permitiría.si se aplicase el método de las ciencias naturales, efectuar una taxonomía que las agrupase en base a suscomunes características en género,especie y variedad. No es ésta nuestra actual pretensión pero creo conveniente subrayar algunos de sus caracteres. Estos son, como ha venidoobservando Juan Antonio Urbeltz,básicamente la diferente actitud deambos sexos en la danza, expandidaen el hombre y cerrada en la mujer, y
el papel preponderante de los bailarines que abren y cierran la cadena ocorro, papel que se vincula a las funciones que la institución de la mayordomía les otorgaba en nuestra fiestatradicional. Junto a estos dos rasgosdefinitorios cabría citar el mimético yreiterado ceremonial, el sentido antihorario de giro del grupo y las constantes coreográficas de la cadena ocorro abierto.
Dicho lo anterior como preámbuloy lejos de pretender describir las diferentes danzas y variantes existentes, citaré los géneros que en esteepígrafe pueden encontrarse en Navarra. El lantza tuze en Baja Navarrasin protocolo específico para la incorporaciorí de las mujeres a la serpenteante cuerda y con uso de pañuelos; el Ingurutxo como baile socialmás extendido cuyas variedades yejemplares más significativos se hallan, o hallaban, en el área determinada por los valles de Basaburua, UIzama, Araiz, Larraun. Anue,Esteribar, Erroibar, Arakil, Aezkoa ycuya estructura rítmica muestrasiempre una determinada duplicidadcon partes binarias y partes ternarias; la Soka dantza de las zonas,también de la Navarra húmeda, colindantes y en ocasiones coincidentescon las del Inguru txo al cual precedea veces en el mismo ceremonial; lagizon dantza o giza dantza de Alsasua y Urdian conocidas bajo la denominación de zortziko (palabra demúltiples significados) que presentaequivalencias con la anterior y con elvecino aurresku; y, por último, Larrain dantza , o «baile de la era», cuyoámbito de extensión es la zona media de Navarra y que reúne un conglomerado de ritmos y figuras coreógraficas superpuestas en el tiempocomo si de una formación geológicaestratificada se tratase.
DANZAS DE CARNAVAL
Puede afirmarse que todos losrasgos característicos que definen alcarnaval rural europeo se manifiestan en nuestros iñauteriak. Ritos purificadores y propiciatorios, ceremoniales de fecundidad/fertilidad conregeneración de la vida a través de lamuerte. disfraces y máscaras, representaciones de oficios, de animales,travest ismo, esperpentos, cuestaciones, y cómo no, danzas.
En esta confuso y abigarradomundo mágico puede la danza parecer relegada a un segundo plano. Sinembargo, su presencia es más quenotable y viene subrayada por el orden y el rigor que la fiesta, pese a suaparente desorden, le confiere. AI-
gunas danzas que podemos ver enlos ciclos carnavalescos son propiasde carnaval o bien sin ser específicamente propias de esta fiesta hanquedado fijadas en la misma. Ocurreesto con Zaragi dantza en Arano y enGoizueta, con el popularizado zortziko de Lanz, con las marchas y bolant iantzak de las comparsas bajonavarras, o con el rítmico desfile delos ioaldunak de Ituren y Zubieta. Aestas viejas danzas hay que añadirahora la que bailan los momotxorroak alsasuarras en su recuperadocarnaval. Otras danzas, que denominamos quizá incorrectamente sociales, adquieren especial significaciónen este tiempo singular, efecto quecomparten con la fiesta patronal,pues la propia fiesta les proporcionaun marco idóneo de desarrollo. Claros ejemplos de ello son los iautziaky kadrilleak ultrapirenaicas, la karrikadantza de Betelu, o la soka dantza deAranaz. También los juegos con sacrificio de animales al son de suspropias melodías y diversas parodiasbufas tienen su marco en esta fiestainvernal.
DANZAS DELCORPUS CRISTI
Debemoshacer breve referencia enesta crónica urgente a las nutridascomparsas que animan en diversospueblos de la merindad de ultrapuertos la solemne y brillante fiesta delCorpus Cristi. Los marciales cortejos, que defislan y bailan al son de lasmartxak, reúnen un conjunto de anacrónicos personajes e indumentariastomados de los ejércitos francesesdecimonónicos, de las llamadas compañías de naturales, de las carlistadas, etc. y que han pasado ya a formar parte del folklore de la región.
DANZAS JUEGO
La actividad lúdica tradicional delos jóvenes vinculada al ritmo y a lamúsica ha dejado en nuestro acervocultural un sinnúmero de danzasjuego consistentes en divertimentospopulares de habilidad, gracia y destreza ejecutados al son de una melodía y, generalmente, mediante unsencillo y determinado paso de baile.El inventario es proljo y es la zona delos valles de Ulzama, Baztán, Erro yAezkoa la que posee la casi exclusiva del mismo. Hay danzas-juego-conocidas también como irri-dantzak o danzas para hacer reir- en lasque la habilidad exigida consiste enseguir e imitar los complicados o disparatados movimientos del que di-
rige la fila, en saltar un cinto colocado cada vez a mayor altura, enbailar sobre un almud a ritmo in crecendo, análogamente sorterar unahilera de sillas sin tropezar con ellaso con los compañeros. Otras consisten en diversos juegos de palmadaspor parejas, esku dantzak, asimismoa ritmo cada vez más rápido y algunade ellas en combinación con un ariñariñ, o juegos de señalización progresiva de partes del cuerpo con lasque hay que tocar el suelo, saltar yseguir bailando, etc.
LA MUSICADE DANZA Y LOSINSTRUMENTOS MUSICALES
La música de las danzas tradicionales debe estudiarse desde una doble vertiente. La de las características de la música folklórica vasca engeneral y la de la relación existenteentre ésta y aquéllas en su origen yevolución. Es obvio que ni siquieraaproximadamente puede acometerse en este espacio tal tarea. Delexamen del sonido, estilo, forma,ritmo y escala puede concluirse quenuestra música tradicional pertenecea la música occidental con predominio de la forma silábica sobre la melismática, esta última vinculada al áreamediterránea de Navarra, con frasesregulares de ocho compases, abundancia de ritmos binarios simples yescala predominantemente diatónica. En relación a los instrumentosmusicales hay que decir en primer lugar que la música de nuestras danzas es fundamentalmente instrumental siendo relativamente escaso elrepertorio de danzas cantadas. Losinstrumentos tradicionales más populares son el txistu y su familia instrumental (flauta de pico con tresagujeros acompañada de tamborilque tañe el propio ejecutante) y lagaita (óboe popular de doble lengüeta que suele tocarse en duosacompañados de tambor). Junto aellos coesixten en la actualidad diversos instrumentos de tipo universalprofundamente arraigados en el folklore como el acordeón (hasta hacepoco tiempo diatónica), el clarinete, elviolín, la guitarra, etc. que se combinan formando distintas orquestaspopulares y pequeñas bandas o fanfarrias que incluyen instrumentos demetal. Hay noticia del uso de la cornamusa o gaita de odre hoy perdidamientras se siguen tocando, aunqueno para la danza, los ancestralesidiófonos la txalaparta y la tobera .
Un aspecto de interés sociológicoen relación con la danza tradicional es
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el de su fuerza en un importante sector de la juventud comprometida conla defensa de la cultura tradicional.Unos tres mil jóvenes entre los dieciocho y veinticinco años integran loscerca de cuarenta grupos de danzaestables, tanto autóctonos como urbanos, que trabajan en Navarra en larecuperación y divulgación de sufolklore. Puede observarse en todosellos el denominador común de suconciencia del valor de las danzascomo cualificado factor de la idiosincrasia de una cultura. En Navarra,como en el resto del país vasco y aligual que en tantos otros pueblos del
mundo, el folklore ha sido refugio delnacionalismo en los momentos de represión política. En la transición y conla decantación de los partidos políticos aquel movimiento pierde fuerzamilitante pero conserva e incrementala referida conciencia de cultura popular frente a la cultura oficial dominante unitormadora. Es esencialcomprender esto para situar en susjustos términos la actividad que entorno a la danza tradicional se desarrolla en Navarra.
n Miembro de ORTZADAR folklore taldeay del Consejo Navarro de Cultura.
32•Sagardantza. del Carnaval de Arizcun (Baztán)