CUENTO LA VAQUITA COMENERVIOS

Post on 09-Jun-2015

160 views 0 download

Transcript of CUENTO LA VAQUITA COMENERVIOS

VAQUITA COMENERVIOS

Había una vez un cole en el que siempre había mucho ruido. 

Los niños no hablaban, siempre chillaban. No caminaban, siempre corrían. Al correr empujaban a los otros niños sin querer, empujaban

las cosas sin querer, rompían las cosas sin querer…

¡ Era un caos !

Los niños no podían trabajar ni jugar, siempre estaban peleando entre ellos porque, con tanto follón, se estropeaban los trabajos

unos a otros, se quitaban los juguetes y discutían.

Y jamás escuchaban a Arantxa, la profe, con tanto grito era imposible… Y no podían jugar porque no se ponían de acuerdo

sobre a qué jugar, había tanto jaleo que no había manera.

Este cole era un desastre, Arantxa no sabía ya qué hacer. El cole

es para aprender pero en este cole no se aprendía nada porque

nadie era capaz de escuchar lo que decían los demás.

Un maravilloso día, en el que lucía el sol y cantaban los

pajarillos, apareció Arantxa en el cole acompañada de una

preciosa vaquita. Las dos entraron en silencio en el cole.

Los niños, sorprendidos, pararon un momento su griterío y la miraron.

Arantxa habló bajito, muy bajito, tanto que había que abrir mucho

las orejas para escuchar lo que decía, como si fuesen orejas de

elefante.

Hola chicos, hoy he traído al cole una

nueva amiga.

¿Una nueva amiga?

¿Cómo se llama?

Os presento aVaquita

Comenervios.

¿Come qué?

Comenervios.

Vaquita Comenervios es una buena amiga mía que ha venido

al cole para ayudarnos.

A mi amiga Comenervios le gusta mucho comer nervios.

¿Y eso qué es?

Pues… los nervios son eso que a veces nos empieza a crecer y a crecer

dentro y no podemos controlar. Os lo explicaré mejor contándoos una

historia.

Cuando yo era pequeña había veces que aquí, muy dentro de mí, me empezaba a brotar mucha energía, como la que enciende las bombillas, y

sentía que iba a explotar.

No sabía muy bien qué me pasaba, pero parecía que iba a empezar a hincharme como un globo y que si no dejaba salir esa energía de alguna

manera, me iba a hinchar e hinchar hasta explotar.

Cuando me pasaba eso me ponía a correr, a chillar, a romper cosas,… hasta pegaba a mis amigos ¡con lo que yo les quería!…

A veces me pasaba cuando me había enfadado con papá o mamá, otras cuando no me salía bien un trabajo en el cole, en ocasiones cuando me aburría o cuando un amigo tenía el juguete que yo quería, o cuando yo

quería jugar con un amigo y ese amigo no quería jugar conmigo…

Pero muchas veces no sabía por qué me pasaba.

Un día, cuando estaba en el parque muy enfadada con mis

nervios inflándome como un globo, se acercó una preciosa

vaquita.

“Hola, ¿qué estás haciendo?” 

¿Y a ti que te importa? Le contesté yo. ¿Quién eres? 

Soy Vaquita Comenervios, y lo que más me gusta en el mundo es comer nervios, para mí saben muy ricos y, además, así ayudo a los niños que se

hinchan como globos con los nervios. 

¡Anda ya! Le dije yo.

De verdad… ¿quieres probar? Me contestó Vaquita. Ven aquí y dame abrazos fuertes para que me pases

todos los nervios.

Y abracé y abracé a Vaquita. Como era blandita no le hacía daño

y notaba como en cada abrazo mis nervios me iban dejando.

Cuando ya estuve más tranquila le di un abrazo enorme, pero de los abrazos esos que damos cuando

estamos muy contentos, y le di las gracias.

¡De nada! Me dijo Vaquita. Ha sido genial poder ayudarte.

Si alguna vez me necesitas… sólo ¡¡¡ abrázame!!!

Y desde entonces Vaquita Comenervios y yo somos

grandes amigas, cuando me siento que empiezan los

nervios a brotar… achucho a mi “vacucha” y me

siento relajar.

Así que he pensado que, igual que Vaquita Comenervios me ayudó a mí

cuando era pequeña (y todavía de vez en cuando tengo que llamarla

porque los mayores también nos llenamos de nervios…), Vaquita

Comenervios también puede ayudarnos en el cole cuando nos

pongamos nerviosos.

Cuando estés nervioso, cuando te sientas explotar, en vez de

chillar, echar a correr o golpear, tan sólo dime bajito al oído:

“Vaqui, vaqui, comenervios, necesito un segundejo”

Y te dejaré achuchar a Vaquita y así los nervios se irán.