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Consideraciones sobre acreditación, mercantilización y regulación en las
universidades latinoamericanas.
Compiladoras:
Elsa Haidee Becerra y Dolores Leonor Oliva.
EDICIONES LAE Laboratorio de Alternativas Educativas
Editado por EDICIONES LAE
Laboratorio de Alternativas Educativas Facultad de Ciencias Humanas
Universidad Nacional de San Luis Av. Ejercito de los Andes Nº 950 – IV Bloque
D5700 HHW – San Luis – Argentina Sitio Web: http://lae.unsl.edu.ar
Becerra, Elsa Haidee
Consideraciones sobre acreditación, mercantilización y regulación en las universidades latinoamericanas/ Becerra, Elsa Haidee y Oliva, Dolores Leonor - 1a ed. - San Luis: L.A.E. - Laboratorio de Alternativas Educativas, 2010. Video. ISBN 978-987-1504-15-2
1. Enseñanza Universitaria. 2. Evaluación. I. Oliva, Dolores Leonor II. Título
CDD 378.007
Fecha de catalogación: 04/01/2010 Diseño de tapa: María Constanza Vergés. Tapa: Pintura Ojo de Horus. Artista plástica: Susana Oliva. Diagramación y corrección: Cristina Tempestini. Guillermo Jorge Lasko Copyright: Ediciones LAE Hecho el depósito que marca la Ley 11.723 San Luis. Argentina 2010
Universidad Nacional de San Luis
Facultad de Ciencias Humanas San Luis - Argentina
http://lae.unsl.edu.ar
ÍNDICE
Página Nº
Capítulo 1 7
Campos, profesiones y cultura académica en una universidad pública mexicana. Por Esperanza Viloria Hernández y Jesús Francisco Galaz Fontes. 9
Capítulo 2 21
Sistemas de acreditación y evaluación de la Educación Superior en América Latina. Una mirada retrospectiva. Por Dolores Leonor Oliva y María Cecilia Montiel 23
Capítulo 3 37
Reforma educativa y cambio institucional en las Universidades: Las regulaciones en el campo de las ingenierías. Por Ana María Corti. 39 Hacia la acreditación de la carrera de Psicología. Por Silvia M. de la Cruz. 65 La acreditación de carreras en Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia. UNSL. Por Mónica Laurentina del Valle Gatica. 85
Capítulo 4 107
Profesión docente en la Universidad pública argentina: reflexiones sobre la situación actual. Por Jaquelina Edith Noriega y Carmen María Belén Godino. 109 Las profesiones en el contexto de la mercantilización universitaria. Reflexionando acerca de las profesiones en la pos-modernidad. Por Dolores Leonor Oliva y Elsa Becerra. 123
Capítulo 5 139
Desde donde analizar las prácticas en la universidad hoy: nuevos desafíos para la gestión. Por Graciela María Carletti. 141
CAPÍTULO 1
Campos, profesiones y cultura académica en una universidad pública mexicana
Esperanza Viloria Hernández
Jesús Francisco Galaz Fontes
Consideraciones sobre acreditación, mercantilización y regulación en las universidades latinoamericanas
Campos, profesiones y cultura académica
en una universidad pública mexicana1
Esperanza Viloria Hernández2 Jesús Francisco Galaz Fontes3
El documento tiene como finalidad presentar algunos resultados del estudio en
proceso, sobre campos profesionales y cultura académica en la Universidad Autónoma
de Baja California (UABC). El objetivo de la investigación fue describir las culturas
académicas que caracterizan a diferentes campos profesionales (ingeniería,
contabilidad, derecho y medicina) dentro de la UABC. Particularmente, el proyecto
busca caracterizar la forma como los académicos en diferentes campos profesionales
conciben:
(1) La naturaleza de la educación superior.
(2) Los criterios de estratificación dentro de la profesión y/o el trabajo académico.
(3) Su relación con diferentes actores de su contexto (colegas, estudiantes, personal
administrativo, autoridades, institución como un todo, organizaciones
profesionales, etc.)
(4) La naturaleza de su trabajo.
Para ello, el documento se encuentra organizado en cuatro secciones: (1)
universidad, campo profesional y profesión académica, (2) algunas posturas sobre el
estudio de la cultura académica, (3) algunos resultados del estudio sobre campos
profesionales y cultura académica en la Universidad Autónoma de Baja California y
finalmente, (4) conclusiones.
La universidad, campo profesional y profesión académica
Las características de las profesiones como la conocemos ahora, han ido
cambiando a lo largo de la historia del mundo, particularmente con el surgimiento de
los primeros centros educativos, de las exigencias del contexto socioeconómico de la
época y el desarrollo de la ciencia. El origen de las profesiones se encuentra
relacionado también con el desarrollo y transformación de las sociedades, de las
1 Trabajo preparado para el 6º Congreso Internacional Retos y Expectativas de la Universidad, “El Papel de la Universidad en la Transformación de la Sociedad.” Puebla, Puebla, México; 1-3 de Junio de 2006. 2 Dra. Esperanza Viloria Hernandez. Coord. Laboratorio de Investigación del Comportamiento (LICOM). Docente Investigadora Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Autónoma de Baja California. E-mail: viloriaesperanza@yahoo.com.mx 3 Dr. Jesús Francisco Galaz Fontes, Docente Investigadora. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Autónoma de Baja California. E-mail: galazfontes@gmail.com
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mailto:viloriaesperanza@yahoo.com.mxhttp://mx.f369.mail.yahoo.com/ym/Compose?To=galazfontes@gmail.com
Esperanza Viloria Hernández y Jesús Francisco Galaz Fontes. Campos, profesiones y cultura académica en una universidad pública mexicana.
ciudades y de las instituciones educativas. La palabra profesión provine del latín profesión que significa acción o efecto de
profesar. Dicha concepción es usada para hacer alusión al empleo, la facultad u oficio
que se ejerce públicamente. Las definiciones de una profesión son muy diversas, pero
en la mayoría se enfocan en tres criterios principales. Primero, en general se
considera una profesión como una ocupación basada en un cuerpo definido de
conocimiento organizado, un grado de expertéz que deriva de un entrenamiento
académico. El entrenamiento profesional y las universidades están estrechamente
unidos en un escenario institucional que certifica calidad y competencia. Segundo, una
profesión involucra un compromiso moral de servicio al público, que va más allá de la
oferta y demanda del mercado o del deseo de un beneficio personal (Hatch, 1988). El
ideal de muchas profesiones es que la medida del éxito no sea solamente una
ganancia financiera, sino un propósito mayor en donde se busque el beneficio público,
el cuidado de los débiles, el avance de la ciencia, o el mantenimiento de la justicia
(Cogan, 1953). Tercero, la vida profesional involucra una relativa independencia o
autonomía de los miembros de las profesiones.
En cuanto a los antecedentes de la actual noción de profesión Cogan (1953),
presenta algunos datos históricos del surgimiento de la profesión que se pueden
ubicar en la cultura griega. Sin embargo, la existencia más clara de los antecedentes
de la profesión las reporta en el siglo XI en Europa, cuando en Bolonia, París y
Salamanca se establecieron los centros de altos estudios desarrollados en las
escuelas catedrales en las que se enseñaba teología, medicina y derecho; las artes,
por su parte, eran ensenadas fuera de las catedrales. Dichos centros de estudios no
se pueden considera universidades como las conocemos ahora, pero fueron centros
de entrenamiento de líderes intelectuales de la época medieval (Haskins, 1957).
En otro momento de la historia de las universidades, los nuevos conocimientos
se desarrollaron en el siglo XI y XII gracias a los investigadores árabes de España y a
través de Italia y Sicilia. Las leyes romanas y la medicina árabe, fueron saberes que
construyeron la base de la comunidad de maestros y de estudiantes que se reunieron
en gremios, conocidos como Univesitas Magistrorum et Scholarium que
posteriormente constituyó su carácter de universidad (Haskins, 1957).
Así, el desarrollo de las profesiones se encuentra fuertemente vinculado al
surgimiento de las universidades, por lo que las profesiones fueron orientadas por la
ideología imperante en estas instituciones. De esta manera las primeras universidades
estaban bajo el control de la Iglesia, y ello obligaba a los estudiantes a formar parte de
órdenes eclesiásticas. Esta situación se mantuvo durante un largo periodo de la
historia de las universidades europeas, lo que motivó a grupos de maestros y
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Consideraciones sobre acreditación, mercantilización y regulación en las universidades latinoamericanas
estudiantes a desarrollar trabajo intelectual fuera de las universidad, formando grupos
de académicos que dieron continuidad al trabajo científico (Cogan, 1953).
Simultáneamente con el desarrollo de España como la potencia líder del
mundo, Salamanca sobrepasó a las universidades de Europa con sus 4.000
estudiantes y su comunidad de 6.000 personas. La universidad en general adquirió un
prestigio que operó fuertemente en la creación de universidades en América, por tales
instituciones europeas. Fueron los españoles los que impusieron sus escuelas bajo el
modelo del viejo mundo. En nuestro país, el desarrollo de la universidad tuvo una
fuerte influencia del proceso de evangelización y de las universidades españolas. Así,
en la colonia en 1525 ya se leían (enseñaba) gramática, arte y teología. Sólo se
permitía la enseñanza de estos cursos, ya que tenían como finalidad la
evangelización. Pasaron algunas décadas para la fundación de la Real y Pontificia
Universidad en 1551 y se aceptó por el Virrey la lectura de teología, derecho canónico,
derecho civil y medicina que se impartían en otras universidades en Europa (Galaz
Fontes, 2001; Lanning, 1940).
Reflejando una tendencia mundial de aquel entonces, las profesiones de la
colonia estaban relacionadas con los cursos de la universidad previamente señalados.
Por otro lado, el ejercicio profesional de la época estaba en manos de la Real
Audiencia, mientras que el Ayuntamiento examinaba y otorgaba licencias (Arce Gurza,
1982).
Continuando con el surgimiento de las universidades en el caso de Estados
Unidos, se debe buscar su origen en la Europa medieval con el desarrollo de la
Universidad de París y posteriormente de la creación de las universidades de Oxford,
Cambridge y Berlín.
Las transformaciones de la universidad en Alemania jugaron un papel
determinante en la educación superior en Estados Unidos. Entre los cambios ocurridos
en Alemania que influyeron fue su refundación, en 1693. Halle dejó de usar
exclusivamente el latín, en 1736 en Gotingen se inicia la enseñaza de la historia, pero
el evento más importante fue la fundación de Berlín en 1809 por Wilhelm Humboltd. Se
puso énfasis en la filosofía, la ciencia, la investigación, la instrucción de graduados, la
libertad de académicos y estudiantes; se crearon los departamentos e institutos y el
profesor se estableció como una gran figura dentro y fuera de la universidad. El plan
Berlín se difundió rápidamente por toda Alemania, la cual entraba entonces en un
periodo de industrialización e intenso nacionalismo, que siguió a la derrota a manos de
Napoleón. La universidad cargó con dos grandes fuerzas: la ciencia y el nacionalismo,
pero su desarrollo se detuvo por la postura acrítica de la figura del gran profesional
que regía de por vida su departamento e instituto, aunque esto no le quita el valor al
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Esperanza Viloria Hernández y Jesús Francisco Galaz Fontes. Campos, profesiones y cultura académica en una universidad pública mexicana.
hecho de que la universidad alemana fue de las más vigorosas del siglo XIX (Perkin,
1991).
En Estados Unidos en la época colonial, los colegios se apoyaron en los
modelos ingleses ya conocidos como el de de Oxford y Cambridge. Se fundaron nueve
colegios antes de 1770: Harvard, William y Mary, Yale, Nueva Jersey, King’s,
Filadelfia, Rhode Island, Queen’s y Dartmouth.
Los colegios americanos coloniales a pesar de su denominación religiosa no
tuvieron como objetivo la evangelización, ni el reclutamiento de seguidores para
guerras religiosas, ni el entrenamiento de sacerdotes, pero sí el desarrollo intelectual
de hombres calificados, virtuosos y personas de nobles principios. Los colegios
fomentaban el aprendizaje, formaban líderes políticos en beneficio de la sociedad,
combatían la ignorancia y el barbarismo. Un colegio era un apoyo para el Estado,
instruía en lealtad, en ciudadanía, en los dictados de la conciencia y la fe. Los colegios
desarrollaron un sentido de unidad en una sociedad creada con muchas naciones de
Europa (Perkin, 1991).
La llegada de la revolución industrial transformó las sociedades y las formas de
relación entre las instituciones universitarias y las nuevas formas políticas. En dicho
periodo se establecieron los cimientos laicos en las organizaciones y las universidades
consolidan un lugar en los sistemas de educación en todas las naciones. Es en esta
época en la que se establecen las primeras concepciones modernas de profesión con
los trabajos de Flexner, en 1915 propuso 6 dimensiones. Se puede afirmar que es en
dicho periodo de la historia en que las profesiones son establecidas y legitimadas en la
sociedad. La profesión académica por su parte se encuentra vinculada por un lado a la
transformación de las estructuras sociales, la economía y a la organización interna del
conocimiento tecnológico y científico en las universidades.
La profesión académica, como señala Burton Clark, es una profesión singular,
compuesta de muchas disciplinas, desde las ciencias naturales, sociales,
humanidades hasta llegar al arte. Tiene entre sus funciones el entrenamiento para
otras profesiones, sus miembros incluyen: doctores, abogados, arquitectos, ingenieros,
y otras profesiones avanzadas. Su nombre es la variedad, por su inevitable
conglomerado de intereses en cuyos propósitos y tareas continuamente se divide
entre grupos de materias de conocimiento y servicio a clientes.
Esta profesión poco común fue relativamente simple en la época medieval,
abarcó sólo unos pocos campos y unos pocos clientes. Pero el crecimiento en el
conocimiento que comenzó de manera acelerada en el siglo XIX y la expansión en el
número de estudiantes que ha sido la marca de las décadas recientes, ha conducido a
sistemas nacionales con instituciones descomunales que requieren un profesorado
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Consideraciones sobre acreditación, mercantilización y regulación en las universidades latinoamericanas
muy complejo La profesión académica involucra a una congregación académica
grande y difusa cuyos miembros sirven no sólo como fuerzas centrales del trabajo de
universidades y colegios sino como los principales portadores de los valores de la
ciencia y el aprendizaje superior (Clark, 1987).
Algunas posturas sobre el estudio de la cultura académica
En los análisis y propuestas más recientes para el mejoramiento de la
educación superior mexicana, los académicos juegan un papel fundamental, ya que
las actividades que realizan son una fuerza motriz del desarrollo institucional (ANUIES,
2000). En congruencia con la aceptación de esta relevancia, en los últimos tiempos ha
aparecido un mayor número de estudios relacionados con el mismo (e.g., Galaz
Fontes, 1999; García Salord, Landesmann y Gil Antón, 1993; Gil Antón et al., 1994),
aunque todavía quedan muchos aspectos por explorar.
Una temática que hasta estos momentos ha sido poco atendida de una manera
directa, en el caso de México, es la relacionada con la cultura propia de la profesión
académica. En algunos estudios y reflexiones se han abordado aspectos relacionados,
como son la participación de los académicos en la toma de decisiones (Galaz Fontes,
2002; Tapia Uribe, 2000), los criterios para avanzar dentro de la carrera académica
(Villa Lever, 2001), las tareas básicas del trabajo académico (Garritz Ruiz, 1997) y
otros, pero no se tienen estudios empíricos que, de manera integral, aborden la
caracterización de la cultura académica desde la perspectiva de ellos mismos.
El concepto de cultura académica ha sido incorporado de la teoría
organizacional, la cual a su vez lo importó de la antropología, residiendo su
importancia pragmática en el hecho de que contribuye a mejor comprender el
desempeño individual y organizacional, así como las actitudes de los integrantes de
una organización hacia la misma (Schein, 1989; Tristá Pérez, 1997).
Ya en el contexto de la profesión académica ha sido utilizado por Clark (1987)
para describir la vida académica en instituciones de educación superior
estadounidenses que constituyen “mundos pequeños, mundos diferentes”, en términos
de los propósitos que se le asignan a la educación superior la esencia del trabajo
académico (crear o transmitir conocimiento, etc.), valores como la honestidad
intelectual, la libertad de cátedra, la noción de comunidad de expertos, jerarquías de
prestigio, etc.
Becher y Trowler (2001), por su cuenta, han utilizado los conceptos de tribus y
territorios como una analogía en su análisis de las disciplinas. Por último, Austin
(1989) ha trabajado la noción de cultura académica en términos de creencias,
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Esperanza Viloria Hernández y Jesús Francisco Galaz Fontes. Campos, profesiones y cultura académica en una universidad pública mexicana.
compromisos y conductas de los académicos, así como de algunos valores que
parecen unir a los académicos que comparten una profesión.
En este contexto, se propone estudiar las culturas académicas en cuatro
campos profesionales de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC). Los
campos profesionales considerados son los de ingeniería, contabilidad, derecho y
medicina, en función de que representan una muestra de disciplinas que varían a lo
largo de una dimensión pura – aplicada, y de otra dimensión dura – blanda (Biglan,
1973, citado en Austin, 1990) y por otro lado, constituyen áreas importantes dentro de
la UABC.
Además de incrementar nuestra comprensión de la profesión académica en
México, la realización de la investigación que aquí se propone contribuiría a conocer
mejor la dinámica de vida académica dentro y fuera de la UABC, y con ello, se
posibilitaría el tomar medidas para mejorarla.
El objetivo de la investigación fue describir las culturas académicas que caracterizan a diferentes campos profesionales (ingeniería, contabilidad, derecho y
medicina) dentro de la UABC. Particularmente, el proyecto busca caracterizar la forma
como los académicos en diferentes campos profesionales conciben:
(1) la naturaleza de la educación superior, (2) los criterios de estratificación dentro de
la profesión y/o el trabajo académico, (3) su relación con diferentes actores de su
contexto (colegas, estudiantes, personal administrativo, autoridades, institución como
un todo, organizaciones profesionales, etc.) y (4) la naturaleza de su trabajo.
Para lograr el objetivo se identificarán a cuatro académicos de tiempo completo
y cuatro profesionistas que laboren fuera de la universidad que:
(a) No ocupen un puesto administrativo,
(b) tengan al menos cinco años de laborar en la institución como personal de
tiempo completo,
(c) sean señalados como elementos distinguidos de su comunidad académica
en entrevistas exploratorias con diversos miembros de la misma.
El instrumento central para recopilar la información en este proyecto fue una
entrevista semi-estructurada (Sierra, 1998; Spradley, 1979; Strauss, 1987).
Algunos resultados del estudio sobre campos profesionales y cultura académica en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC)
En este momento se han realizado cuatro entrevistas de las ocho que se tienen
contempladas. Tres de los entrevistados trabajan de tiempo completo en la institución,
el cuarto trabaja por su cuenta fuera de la UABC. Todos son egresados de la
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Consideraciones sobre acreditación, mercantilización y regulación en las universidades latinoamericanas
universidad y tienen maestría, son dos hombres y dos mujeres, ver Tabla 1.
Tabla 1. Distribución de los académicos y profesionistas entrevistados por las dimensiones de disciplina, tipo de contrato, grado académico y género.
Disciplina Tipo contrato Institución de
egreso Licenciatura
Último grado académico Género
Ingeniería Tiempo Completo UABC Maestría Mujer
Ingeniería Ejercicio Profesional UABC Maestría Hombre
Derecho Tiempo Completo UABC Maestría Mujer
Medicina Tiempo Completo UABC Especialidad Hombre
Con respecto a las entrevistas realizadas, a medida que se analizaron los
contenidos y se saturaron algunas categorías, se puede destacar que la percepción de
los académicos sobre el papel de la universidad se puede ver a un nivel general y
particular. En general opinan que la universidad como sistema, en todo el país, no se
encuentra vinculaba con los problemas sociales y no está resolviendo de manera
eficiente y oportuna las demandas sociales. En lo particular, en el estado reconocen la
importancia y el esfuerzo de la UABC por adaptarse a la realidad del centro del país,
así como su condición de ser una ciudad en la frontera norte de México. Entre los
cambios que consideran importantes destacan la reestructuración de los planes de
estudios y las actividades de vinculación.
En la carrera de ingeniería con los cambios tan fuertes en la información, debes estar actualizando, los contenidos de los cursos, sobre todo en el posgrado. Un ingeniero que no se encuentra actualizado se queda fuera de la actividad. El cambio es nuestra vida. El estar alerta de las problemáticas de la industria, puedes tener respuesta eficiente y vender la información, vía cursos, programas o entrenamiento. (Ingeniero, académico de tiempo completo).
La universidad no esta resolviendo los problemas sociales del país, falta ser más autocríticos. Siento que la universidad, (hablando del Estado) necesita valorar su papel y analizar los planes de estudio ya que no son los correctos. En mi negocio recibo egresados que tienen problemas con matemáticas aplicadas y tengo que mandarlos a posgrados, así ellos tardan más tiempo en incorporarse a resolver problemas prácticos, el plan de estudios debe regresar a como estaba antes con matemáticas 1, 2, y 3 (Ingeniero dueño de empresa con reconocimiento nacional).
Ambos profesionistas retoman el tema de los planes de estudio pero su
concepción y contenido responden a dos realidades diferentes. El académico
universitario valora la actualidad de la información en el desarrollo de los planes de
estudio en la ruta de continuar con el posgrado y el ingeniero empresario destaca el
entrenamiento para la incorporación de los estudiantes al mercado de trabajo
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Esperanza Viloria Hernández y Jesús Francisco Galaz Fontes. Campos, profesiones y cultura académica en una universidad pública mexicana.
(práctica) lo más rápido posible, en dicho aspecto se fundamenta su opinión sobre la
calidad y pertinencia de la educación superior.
Con respecto a las rutas que han seguido los académicos en la institución para
su contratación y permanencia, se puede afirmar que son muy similares, los tres
académicos (Ingeniería, Derecho y Medicina) iniciaron como maestros de asignatura,
es decir, que ya egresados tenían trabajo en alguna institución y dedicaban sólo una
parte de su tiempo a la docencia. El trabajar como maestro era para complementar su
desarrollo personal más que por lo económico. Un aspecto determinante para su
contratación de tiempo completo, fue su activa participación en proyectos con los
estudiantes y las relaciones laborales con diferentes instancias fuera de la universidad.
Me gusta la docencia, pero primero quería trabajar, contar con práctica profesional. Cuando inicié como maestro tenía varios grupos por la noche y estudiaba la maestría. Con el tiempo, mi trabajo y compromiso con los estudiantes me distinguieron sobre los demás maestros de asignatura y fue así que me invitaron para coordinar un proyecto y desde hace más de 10 años me quedé como maestro de tiempo completo (Ingeniera de tiempo completo).
Yo cuando egresé trabajaba para un despacho de abogados y daba una clase en la universidad, de hecho la misma que imparto actualmente. Con el tiempo me invitaron a colaborar en la coordinadora de un área de la escuela de derecho. Tomé la decisión de quedarme en la escuela ya que me permitía seguir estudiando y bueno podía combinar el ser madre, esposa y maestra… más que abogada (Maestra de tiempo completo)
Los maestros manifiestan que hasta la fecha se continúa con el mismo sistema
para la contratación y permanencia de los maestros. Consideran que quien realmente
toma la decisión son los coordinadores y subdirectores académicos, creen que dada
las características de calidad de la universidad ya no debería funcionar de esa
manera, que deberían existir mecanismos más claros y transparentes. Sin embargo
confían en la autoridad.
Desde que trabajo en la universidad, creo que en dos ocasiones me han pedido mi opinión sobre una maestra para que cubra una vacante por un semestre; sin embargo aunque no se pida mi opinión, confío en que lo hacen correctamente, ya que hasta este momento todo funciona. (Maestra de la facultad de Ciencias Administrativas). Cuando fui coordinador de la carrera y seleccionaba a los maestros de asignatura pedía a los maestros del área me recomendaran a una persona para que impartiera un curso o buscaba entre los alumnos más destacados, la verdad era más de “ojo”. Creo que no me equivoqué pero sí necesitamos trabajar en mejores formas de selección. (Ingeniero de tiempo completo) Cuando egresé de la licenciatura había trabajo en la maquila, sobre todo en la construcción y diseño de las empresas. Me ayudó mucho, de hecho creo me entrené en el estudio de los metales, más bien en la resistencia de los metales en la maquiladora. Posteriormente estudié una maestría en España y me independicé,
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Consideraciones sobre acreditación, mercantilización y regulación en las universidades latinoamericanas
actualmente somos las que ganamos los concursos para desarrollar proyectos, por encima de otras empresas internacionales. Somos expertos en resistencia a los metales, ofrecemos precio competitivo y seriedad en el trabajo. No fue fácil aprender a competir.
Los académicos entrevistados manifestaron preocupación por los estudiantes
en la formación académica que están recibiendo, consideran importante la experiencia
de los maestros que no necesariamente se encuentra relacionada con el titulo
académico. Valoran que la preparación y la lectura de los cambios en la sociedad, es
una tarea fundamental de los académicos, tanto los que se encuentran en la actividad
docente y sobre todo los dedicados a la investigación. Es muy importante para los
ingenieros y contadores el buscar la vinculación con los diferentes sectores ya que
dichos vínculos los ven como vía, en primer lugar para conseguir fondos, en segundo
lugar para dar a conocer su trabajo, en tercer lugar para incorporar a los egresados y
viceversa. Es decir, que este proceso de vinculación permite que los alumnos por
medio de las prácticas profesionales establezcan lazos de trabajo y al mismo tiempo
los maestros consiguen dar asesorías, cursos o desarrollar proyectos. Dichos
procesos los ven como muy positivos sobre todo para los estudiantes, pero no así para
las relaciones entre colegas. Algunos maestros señalan que la relación entre maestros
se ha dividido entre los académicos altamente valorados por traer recursos por medio
de la vinculación, que buscan cambios permanentes en los planes y programas
respondiendo a la realidad social y los otros académicos tradicionales que centran su
trabajo en la docencia. Dichas diferencias han generado grupos en conflicto que dan
una imagen de desunión y rivalidad entre maestros, que han cambiado el respeto y el
reconocimiento de los alumnos.
Cuando yo era estudiante la sola presencia del maestro inspiraba respeto, por sus conocimientos, por la manera en que trabajaban y ahora pienso que ellos representaban un grupo con fuertes vínculos entre ellos, que se manifestaban en todas sus actividades. Hoy en día esa imagen de grupo ha cambiado para mal, ya que estamos compitiendo por vincularnos, juntar papeles para la beca, pertenecer a una academia y eso lo notan los estudiantes, estoy segura que ellos no tienen ese sentimiento de respeto por nosotros como maestros…. como yo lo tenía por los míos (Ingeniera tiempo completo).
Conclusiones
Los estudios de la profesión académica han descrito las muchas similitudes
con el origen de otras profesiones. Por medio siglo, los argumentos han crecido en
como definir una profesión, varios enfatizan la expertez, el entrenamiento, la
certificación, la autodeterminación (autonomía), los controles normativos y el servicio
altruista. La profesión académica es una ocupación que se regula a sí misma a través
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Esperanza Viloria Hernández y Jesús Francisco Galaz Fontes. Campos, profesiones y cultura académica en una universidad pública mexicana.
de un entrenamiento regulado y una disciplina colegiada; que tiene una base en un
conocimiento técnico, especializado; y que ve en el servicio, algo más que una
orientación de obtención de ganancias y se encuentra implícito en su código de ética
(Ben-David, 1992; Clark, 1987; Dingwall, 2004; Freidson, 2001). En los estudios sobre
la profesión académica desde si mismos, en nuestro país es un espacio poco atendido
en lo que respecta al estudio de las creencias, valores y tradiciones de los
académicos. No se tienen suficientes estudios de los procesos del recorrido que
realizan los maestros para convertirse en académicos universitarios, sobre los
mecanismos para ejercer la profesión, la naturaleza de su trabajo, de los procesos de
estratificación para ejercer en el campo profesional o en la profesión académica.
Finalmente los resultados preliminares presentados abren un panorama para el
desarrollo de nuevas metodologías para su estudio y una comprensión de la cultura
académica como una variable fundamental en el desarrollo de las organizaciones
universitarias.
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20
CAPITULO 2
Sistemas de acreditación y evaluación de la Educación Superior en América Latina.
Una mirada retrospectiva.
Dolores Leonor Oliva
María Cecilia Montiel
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Consideraciones sobre acreditación, mercantilización y regulación en las universidades latinoamericanas
Sistemas de acreditación y evaluación de la Educación Superior en América Latina. Una mirada retrospectiva.
Dolores Leonor Oliva1 María Cecilia Montiel2
Marco contextual de surgimiento
En los años ‘70, varios países de América Latina introducen el tema de la
calidad en sus propuestas de reforma de la Educación Superior. Sin embargo, el tema
de la evaluación se instaura en la agenda de los países a mediados de los ‘90, en el
marco de fuertes transformaciones en sus sistemas de Educación Superior originados,
entre otros factores, por la disminución del gasto público destinado a la universidad, el
creciente reemplazo del llamado financiamiento benevolente por un financiamiento
condicional con énfasis en la rendición de cuentas “accountability” (se utiliza como
sinónimo de responsabilidad, de dar cuenta, responder por, dar cumplimiento,
básicamente a nivel de gestión pública); presión ejercida por el Estado para que las
universidades lleven a cabo procesos de autoevaluación, complementados con
evaluaciones externas, incremento en la presencia de valores y prácticas de mercado
y orientación a la demanda. (Alcántara, A y Silva, M. sitio Web RISEU)
Así también, la evaluación de la Educación Superior surge como consecuencia
de dos fenómenos complementarios: el incremento de la demanda por educación
superior, y el desarrollo del sector privado empresarial. El incremento de la demanda
está asociado al éxito de los programas de desarrollo de la educación primaria y
secundaria, junto con la complejización creciente del sector productivo. Pero
inevitablemente, esta mayor demanda significó cambiar el modelo selectivo y elitista
de la educación superior latinoamericana por una perspectiva más inclusiva, asociada
a una población estudiantil de menores recursos económicos.
¿Es posible pensar en este marco, que la democratización en el acceso a los
estudios universitarios se estaría concretizando?. Sousa Santos (2005), manifiesta
que, a diferencia de lo ocurrido a mediados del siglo XX en donde el desarrollo de la
educación universitaria se apoyó en las conquistas de las luchas sociales por el
derecho a la educación, en la década de los ‘70 se produce una contradicción entre la 1 Diplomado Superior en Ciencias Sociales con Mensión en Gestión de las Instituciones Educativas; FLACSO. Prof.de Enseñanza Media y Superior en Ciencias de la Educación; UNSL. Profesorado de Enseñanza Primaria Ramón M. Pidal. Docente-Investigadora categorizada. F.C.H-.UNSL. 2 Prof y Lic en Ciencias de la Educación. Docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Humanas UNSL Docente e Investigadora. Integrante del proyecto de Investigación “Reforma Educativa y cambio institucional: las profesiones en el contexto de la mercantilización universitaria”.
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Dolores Leonor Oliva y María Cecilia Montiel. Sistemas de acreditación y evaluación de la Educación Superior en América Latina. Una mirada retrospectiva.
reducción de la inversión pública en educación superior y la intensificación de la
competencia entre empresas. La búsqueda de innovación tecnológica generaba la
necesidad de un conocimiento técnico-científico que lo hiciera posible y por lo tanto, la
formación de una mano de obra altamente calificada. Al mismo tiempo, la
incorporación de nuevos proveedores privados generó en la mayoría de los países un
fuerte cuestionamiento a la legitimidad y calidad de partes importantes de la oferta
educativa superior.
Más tardíamente, a principios de la década en curso, surge el tema de la
acreditación como una preocupación generalizada en toda la región, como resultado
de la centralidad que ha adquirido la educación superior en el encuadre de lo que se
ha denominado la sociedad del conocimiento o la era de la información, y su rol como
componente primordial del desarrollo de los países. Asimismo, adquiere relevancia por
la emergencia, según algunos autores, de un Estado Evaluador de “segunda
generación” de sistemas de evaluación, en el marco de cambios tendientes,
fundamentalmente, a la internacionalización de la educación superior. (Marquina, M;
2006)
Se puede visualizar que en América Latina prima enfatizar la importancia de
desarrollar modelos nacionales y centrar los procesos de aseguramiento de la calidad
en agencias también nacionales. No se puede desconocer que este énfasis nacional
se asocia fuertemente a la búsqueda de arreglos integradores, en los cuales las
agencias nacionales se consolidan con ciertos objetivos regionales con el fin de llegar
a procesos de reconocimiento mutuo. Es el caso, por ejemplo, del MERCOSUR,
donde mediante un acuerdo sobre estándares y procedimientos se llegó a acuerdos de
reconocimiento mutuo de las carreras acreditadas. En términos del desarrollo y
fortalecimiento de los sistemas de enseñanza superior, la importancia de los procesos
y prácticas de evaluación y acreditación se presenta como instrumento estratégico
para fortalecer: a) la formulación e implementación de políticas públicas en educación
superior , a nivel nacional y regional; b) la creciente calidad de los sistemas nacionales
y su reconocimiento por sus comunidades internas, pero también por otros países; c)
las políticas comprometidas con el incremento de la calidad de la producción científica,
considerando que en la región de Latinoamérica el grueso de tal producción se
concentra en las instituciones de enseñanza superior e investigación, sobre todo de
forma asociada a los programas de posgrado; d) la posibilidad de crear parámetros de
legibilidad mutua entre los sistemas nacionales y, en consecuencia, establecer bases
de comparabilidad que permitan discutir de manera segura y transparente cuestiones
como reconocimiento de títulos y acreditación; e) la puesta en marcha de programas
de movilidad docente, de estudiantes y de profesionales.
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Consideraciones sobre acreditación, mercantilización y regulación en las universidades latinoamericanas
En este punto se tendría que hacer hincapié en prestar atención al proceso
seguido en la Unión Europea (UE), que tiene puntos de contacto con lo señalado
anteriormente. Con el objetivo de crear un espacio universitario europeo se diseñaron
políticas (universidades de la Sorbona y de Bolonia) tendientes a la elaboración de
reglas comunes en cuanto a estructuras curriculares, sistemas de certificación y de
evaluación, etc con el fin de facilitar la movilidad de estudiantes y profesores al interior
de la UE y de garantizar coherencia a la oferta europea cuando se lance de forma más
avanzada a la trasnacionalización. Y es aquí donde se presenta el punto crítico
señalado por algunos autores, en tanto esta estrategia, comparte de modo general los
objetivos de la transnacionalización del mercado universitario, es decir, la
transformación de la educación superior en una mercancía educativa, y con ello el
avasallamiento a cualquier política nacional de educación que asuma la educación
como bien público y al servicio de un proyecto de nación.
Diferentes instancias en el proceso de evaluación de la calidad
Aseguramiento de la calidad, es un concepto integrador que incluye las
acciones de distintos actores tendientes a mejorar y promover la calidad de la
educación superior, abarcando los procesos internos de evaluación y de mejora de la
calidad, contemplados por las instituciones de educación superior, a aquellos que se
promueven desde las autoridades de gobierno y sus instrumentos de política para tal
efecto. La principal distinción que suele hacerse es aquella entre procesos internos y
los procesos externos, más comúnmente asociados al licenciamiento, evaluación o
acreditación. Los procesos externos, suelen agruparse de acuerdo a los propósitos
buscados. Si el propósito principal es controlar la calidad, es decir, asegurar que sólo
operen instituciones que satisfagan criterios mínimos de calidad, el instrumento
utilizado es el de licenciamiento. Si lo que se busca es garantizar la calidad de una
institución o programa, el instrumento más apropiado es el de acreditación, mediante
el cual se verifica el cumplimiento de ciertos criterios públicamente conocidos.
Si en cambio, la finalidad principal es el desarrollo de procesos de mejora
continua de las instituciones, sus carreras y programas, el principal instrumento es el
de auditoría académica, centrada en la evaluación de los procesos internos de
aseguramiento de la calidad.
En todos los casos, se utiliza la autoevaluación y la evaluación externa como
un mecanismo de verificación. Sin embargo, el peso relativo de ambos procesos es
diferente en cada caso: en el licenciamiento prima la evaluación externa, en la
acreditación ambas son igualmente significativas, y en la auditoría, la evaluación
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Dolores Leonor Oliva y María Cecilia Montiel. Sistemas de acreditación y evaluación de la Educación Superior en América Latina. Una mirada retrospectiva.
interna adquiere una importancia preponderante. Todos estos procesos suelen
englobarse en algunas de las macropolíticas nacionales de evaluación de calidad de la
educación superior de la región y, en algunos de ellos, de forma integrada al control de
la calidad que se lleva a cabo en todos los niveles de enseñanza.
Marquina (2006), realiza un interesante aporte sobre lo anteriormente
señalado, a partir de una investigación que efectúa sobre la evaluación por pares en el
sistema de aseguramiento de la calidad que se lleva a cabo en seis países, entre ellos
México y Colombia. Aquí, se analizan algunas tendencias comunes seguidas por los
casos estudiados en el marco de las segundas generaciones de sus sistemas de
evaluación. En primer lugar, “hay una tendencia que va de mayor autonomía por parte
de las instituciones, comunidad académica o profesional, hacia mayor control por parte
de los gobiernos”; en segundo lugar, se manifiesta “una tendencia que va de procesos
de evaluación orientados al mejoramiento de instituciones o programas a mecanismos
de acreditación, básicamente de programas, que tienen como fin el aseguramiento de
niveles mínimos de calidad”, y con ello, el pasaje del carácter voluntario a obligatorio
de los procesos de evaluación, “así como un cambio en los efectos de los resultados,
orientados inicialmente a la mejora, a efectos de tipo punitivos”. Así también, la
autoevaluación, la evaluación externa por parte de equipos de pares, el informe de
evaluación y dictamen final por parte de la agencia, constituyen, tal como lo señala la
autora, los procesos seguidos por los sistemas de evaluación estudiados.
Comprender la evaluación de la calidad de la educación en cuanto un
fenómeno social, conforme lo apunta Stubrin, y no propiamente reducido a la
concepción y aplicación de un conjunto de herramientas y procedimientos de
naturaleza técnica, requiere de los actores una comprensión de su inserción en el
seno de la sociedad, de sus expectativas, de sus formas de compromiso, de una
combinación equilibrada entre factores y parámetros de orden cuantitativo y cualitativo.
Evidentemente, la expansión de los sistemas nacionales, la masificación de ofertas de
cupos, sobre todo a nivel de grado, tienden a fortalecer como una garantía de
implementación y factibilidad del proceso a corto y mediano plazos. En este sentido, a
los países que presentan sus sistemas de evaluación más desarrollados y
consolidados, como es el caso de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México, les
corresponde ejercer un rol histórico en la formulación y ejecución de las políticas
públicas de educación superior en la región.
La expansión y la consecuente complejización de los sistemas educativos han
conducido a los países e instituciones a una búsqueda de alternativas de constante
perfeccionamiento de procesos y procedimientos de evaluación, tornando su dinámica
crecientemente más compleja y de difícil manejo, tanto por parte de los gobiernos
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Consideraciones sobre acreditación, mercantilización y regulación en las universidades latinoamericanas
como de las propias instituciones. Según observa Janine Ribeiro, para responder a
esta dificultad se podría recurrir a “un sistema simplificado de evaluación, en el que se
tomen en cuenta los puntos fundamentales y no una plétora de datos que pueden ser
redundantes”.
Hay una marcada tendencia a que diferentes instancias de un mismo sistema
educativo ejerzan papeles y funciones sobrepuestas, parcial o totalmente, lo que
provoca, por un lado, una innecesaria y perversa sobrecarga en los actores
involucrados, y por otro, un funcionamiento sistémico caótico y con sus finalidades
perdidas en sí mismas. Los síntomas o efectos son inevitables y recorren desde la
desmotivación y pérdida gradual del compromiso de los actores con los procesos de
evaluación, hasta la parálisis del sistema y de su capacidad para dar cumplimiento a
su finalidad última: la promoción de la calidad de los sistemas educativos. En este
sentido, las experiencias más bien destacadas contemplan el ejercicio de papeles y
funciones complementarias por los distintos actores: Estado, agencias públicas o
privadas e instituciones de educación superior. De manera similar, como lo señala
Trebino, las buenas prácticas incluyen “la intervención de comités de pares
evaluadores” como una forma de legitimar al proceso de evaluación externa “puertas
adentro de las instituciones universitarias”.
Ali (2008) apunta a la necesidad de construir alianzas en el campo de las
políticas de investigación y de la educación superior como una estrategia para
maximizar la eficacia en su implementación y así mismo evitar la duplicidad de
esfuerzos.
En ese marco, se constata un incremento significativo en el intercambio de
experiencias y prácticas en el campo de la evaluación, tanto a nivel de gobierno como
de instituciones, que se está concretando a través de los acuerdos de cooperación
técnica, de los programas de movilidad de expertos y académicos, especialmente de
aquellos que están vinculados a redes, cátedras dedicadas al tema y proyectos de
integración regional llevados a cabo por organismos de distinta naturaleza. Para los
sistemas en fase de expansión y desarrollo, las distintas formas de intercambio
constituyen una posibilidad u oportunidad valiosa, en términos de optimización del
tiempo, de la formación calificada de recursos humanos, de la opción por parámetros e
indicadores que contemplen, en hecho, sus políticas de desarrollo nacional.
Organismos de acreditación en América Latina
Los sistemas de acreditación obedecen a distintos regímenes, particularmente
en lo que se refiere a su dependencia. Hay por lo tanto agencias públicas, pero
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Dolores Leonor Oliva y María Cecilia Montiel. Sistemas de acreditación y evaluación de la Educación Superior en América Latina. Una mirada retrospectiva.
autónomas respecto del gobierno, como es el caso de Colombia, Chile, Ecuador, Perú,
Puerto Rico; de gobierno (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, México,
República Dominicana, Uruguay); privadas (Chile, Panamá, Puerto Rico); o
dependientes de instituciones de educación superior (Bolivia, Costa Rica, Panamá,
Perú, República Dominicana, Uruguay). En varios casos, existen diversas alternativas
en el mismo país.
La reciente y rápida expansión de los procesos y mecanismos de acreditación
puede ser ilustrada con el dato que de seis a ocho países con procesos de
aseguramiento de la calidad en 1991, se pasó a más de 120 agencias miembros de
INQAAHE, en más de 70 países.
En América Latina, el desarrollo se inició en 1990 y a la fecha existen sistemas
consolidados en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Costa Rica, Cuba, México, El
Salvador, Jamaica y República Dominicana. Algunos de estos países ya han iniciado
procesos de revisión y ajuste de los procedimientos y mecanismos, como es el caso
de Brasil, de Colombia y de Chile. A su vez, los siguientes países han iniciado la
instalación de estos mecanismos con distintos grados de implementación: Paraguay,
Ecuador, Uruguay, Perú, Bolivia, Panamá, Nicaragua, Trinidad y Tobago.
Existen también iniciativas regionales, tales como el mecanismo de
reconocimiento mutuo de los procesos de acreditación y de la validez académica de
títulos en el MERCOSUR, recientemente aprobado por la Reunión de Ministros de
Educación y denominado Sistema de Acreditación de Carreras Universitarias para el
Reconocimiento Regional de la Calidad Académica de las Respectivas Titulaciones
(ARCU-SUR), y las nuevas agencias regionales especializadas creadas en
Centroamérica para la acreditación de carreras de Ingeniería y Arquitectura, carreras
del área agroalimentaria y programas de posgrado.
Las agencias latinoamericanas desarrollan sus funciones con distintos
propósitos. Algunas cuentan entre sus objetivos el licenciamiento, la evaluación de
condiciones mínimas o la autorización de funcionamiento, brindando así una medida
básica de control de calidad. Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador y
República Dominicana están también trabajando en la acreditación de instituciones.
Un proceso interesante es la acreditación de acreditadores, que se está
realizando de manera incipiente y restringida en Argentina.
Hay que resaltar también que hay una preocupación por estudiar alternativas
de solidez de la calidad que sean financiera y operacionalmente sustentables en el
tiempo. Una tendencia es la de centrar los procesos en la acreditación institucional,
que se justifica por ser menos costosa y más comprehensiva. Es un instrumento que
facilita la toma de decisiones de financiamiento público, y permite abordar temas de
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Consideraciones sobre acreditación, mercantilización y regulación en las universidades latinoamericanas
gestión que en la acreditación de carreras tienden a quedar de lado. Un enfoque
alternativo, junto con reconocer que la acreditación de carreras es muy costosa,
resalta sus ventajas en cuanto contribuye a la movilidad, proporciona información más
relevante para las decisiones de estudiantes y, sobre todo, constituye un aporte al
desarrollo de una cultura de la calidad, ya que pone la preocupación por la evaluación
y los planes de mejora en la base de la institución.
Es posible observar que la pertinencia y la eficacia de los mecanismos de
aseguramiento de la calidad se juegan en su capacidad para abordar los siguientes
aspectos:
• La necesidad de trabajar con definiciones flexibles y amplias de calidad, que den
cuenta de la diversidad de instituciones, de estudiantes, de demandas.
• La ausencia de un trabajo sustantivo de análisis dé nuevos modelos institucionales
que hagan posible avanzar y especificar precisamente esas definiciones más
amplias de calidad.
• La necesidad de enfatizar resultados, sin olvidar insumos y procesos.
• El profesionalismo de los evaluadores, incluyendo la presencia de evaluadores
extranjeros.
• La necesidad de vinculación del proceso con otros instrumentos de política, pero
no de manera lineal o directa; en efecto, la acreditación es un instrumento que
adquiere su verdadera eficacia cuando se complementa con mecanismos de
apoyo, regulatorios, de financiamiento u otros
• La consolidación de los procesos de acreditación, para hacerlos menos
vulnerables a los cambios y reducir el riesgo de su pérdida de legitimidad.
• La búsqueda de mecanismos sustentables para la acreditación, que permitan
conservar los beneficios de la acreditación de programas y, al mismo tiempo,
reducir el costo asociado a los mecanismos tradicionales de evaluación.
Entre los mecanismos posibles se pueden mencionar, por ejemplo, reservar la
acreditación de carreras a aquellas reguladas, incorporar en los procesos de
acreditación institucional la exigencia de que las propias instituciones desarrollen algún
proceso de evaluación externa de sus carreras, combinar acreditación institucional con
acreditación de carreras reguladas o iniciar procesos de acreditación de unidades
académicas, tales como facultades, más que de carreras individuales.
La mayoría de los países ha hecho una apuesta por la creación y desarrollo de
sistemas nacionales de aseguramiento de la calidad. Aun en el caso en que se ha
llegado a acuerdos subregionales, como es el caso del MERCOSUR.
Una de las características más significativas en este proceso ha sido el acento
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Dolores Leonor Oliva y María Cecilia Montiel. Sistemas de acreditación y evaluación de la Educación Superior en América Latina. Una mirada retrospectiva.
puesto en la necesidad de que los arreglos de aseguramiento de la calidad dispuestos
por cada país se instalen en las instituciones de educación superior, generándose así,
las condiciones para que sean las propias instituciones las que puedan generar
procesos de mejora paulatina y continua.
En el MERCOSUR, la capacitación de evaluadores es uno de los requisitos
formalmente establecidos para la participación en el mecanismo regional de
acreditación, y las agencias nacionales destinan parte importante de sus recursos y su
tiempo también a generar las capacidades necesarias para instalar, en el país y en las
instituciones de educación superior, los procesos de evaluación y acreditación.
En 1998, los Ministros de Educación del MERCOSUR suscribieron un
memorando de entendimiento con el fin de establecer y poner en marcha un
mecanismo experimental de acreditación, centrado en carreras definidas por la
Reunión de Ministros, sobre la base de criterios de evaluación definidos de manera
participativa e implementado por las agencias nacionales de acreditación de cada
país, con el fin de llegar al reconocimiento de la validez académica de los títulos
otorgados por carreras acreditadas.
Entre 1999 y 2002, representantes de los países miembros y asociados del
MERCOSUR desarrollaron perfiles de egreso y criterios de evaluación para las
carreras seleccionadas (Medicina, Ingeniería y Agronomía), así como normas y
orientaciones para los procedimientos de acreditación, manuales y otros materiales y
se ocuparon del entrenamiento de evaluadores y de la validación de criterios y
procedimientos.
En 2002 se aprobó el resultado de este trabajo y se puso en marcha la
aplicación del Mecanismo Experimental de Acreditación MERCOSUR (MEXA) para las
tres carreras en los seis países, proceso que se completó en 2006.
La evaluación de la etapa experimental permitió verificar que el modelo
aplicado, mediante el cual se definieron estándares básicos para la formación en tres
áreas disciplinarias diferentes, resultó ser eficaz y de fácil aplicación.
Como resultado del proceso, la Reunión de Ministros de Educación extendió la
aplicación desde el ámbito experimental a uno ya establecido, mediante la creación de
ARCU-SUR y la extensión del sistema a las carreras de Odontología, Enfermería,
Arquitectura y Medicina Veterinaria.
La experiencia de acreditación que alcanza mayor amplitud en la región es, sin
duda, la de la Red Iberoamericana para la Acreditación de la Calidad de la Educación
Superior, RIACES. RIACES se constituyó en Buenos Aires, en 2003, con la
participación de dieciocho países y el apoyo de organismos internacionales como
UNESCO-IESALC, OEI y CSUCA. Es una red que pretende llegar a todos los países
30
Consideraciones sobre acreditación, mercantilización y regulación en las universidades latinoamericanas
de la región, razón por la cual su membresía se define en términos inclusivos,
pudiendo participar en ella no sólo las agencias de acreditación establecidas sino
diversos organismos públicos o privados cuyo propósito principal sea el fomento de la
calidad de la educación superior.
RIACES ha tenido avances significativos durante su periodo de operaciones.
Ha apoyado en forma sostenida a las agencias de Acreditación y Calidad (AC)
existentes y trabajado para desarrollar la capacidad de la AC en los países o
subregiones donde ésta se encontraba todavía incipiente.
Se ha continuado trabajando en la armonización de estándares y
procedimientos para la evaluación de programas de Ingeniería, Agronomía y Medicina
y se espera llegar a establecer algunos acuerdos de reconocimiento mutuo de las
decisiones de acreditación en al menos una de estas áreas.
Sin embargo, resulta particularmente interesante el énfasis puesto en el
impacto de los mecanismos de aseguramiento de la calidad sobre los sistemas de
titulación. En efecto, la emergencia de procesos de aseguramiento de la calidad en los
distintos sistemas ha hecho patente la necesidad de definir criterios más específicos
para catalogar las diversas certificaciones y títulos extendidos en los diversos
sistemas, poniendo una cierta urgencia en estos procesos, en los que se evidencian
distintos niveles de avance. De esta forma, estos procesos pueden hacer una
contribución significativa hacia la definición más clara y definida de los marcos
normativos y regulatorios, así como el paso de una regulación esencialmente
burocrática hacia una regulación sustantiva que permita reconocer las capacidades,
habilidades y conocimientos que están implícitos en una certificación particular, sin
tener que recurrir a un análisis país por país.
El ejemplo MERCOSUR ya analizado es un paso significativo. Otra iniciativa
interesante es el establecimiento de acuerdos bilaterales, en el que los países
firmantes acuerdan utilizar la acreditación como una “vía rápida” para el
reconocimiento de títulos. Argentina ha suscrito convenios de este tipo con Colombia y
con Chile, en los cuales se establece que los profesionales que provengan de una
carrera acreditada por la agencia nacional correspondiente podrán revalidar su título
en forma automática, sin pasar por el lento y engorroso trámite burocrático vigente en
la actualidad.
En algunos países, los sistemas de aseguramiento de la calidad se instalan sin
contar con los necesarios recursos legales, administrativos, financieros o humanos
que les permiten desempeñar una labor eficaz. La labor de organismos internacionales
(como UNESCO-IESALC), las redes regionales (RIACES) o globales (INQAAHE), es
fundamental para apoyar y promover mecanismos que permitan asegurar que las
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Dolores Leonor Oliva y María Cecilia Montiel. Sistemas de acreditación y evaluación de la Educación Superior en América Latina. Una mirada retrospectiva.
instancias de aseguramiento de la calidad cumplen con estándares de calidad
aceptados internacionalmente, y no corren el riesgo de convertirse en accreditation
mills.
La invasión de proveedores transfronterizos en el campo de la educación
superior, sin aval de calidad, ya es una realidad en la región y debe ser enfrentada con
medidas de protección contra el comercio educativo predatorio sin referencia de
calidad, tanto en el ámbito de las políticas públicas nacionales, como de las redes y
agencias supranacionales reconocidas en alianza con los organismos multilaterales
asociados a los Estados-miembros.
En términos de las medidas de protección de los sistemas educativos
nacionales contra la invasión de ofertas transfronterizas, suele registrar que UNESCO-
IESALC llevó a cabo una encuesta sobre las directrices de calidad para los
proveedores transfronterizos de la educación superior en la región, cuyos datos
indican una tendencia aún reciente de los gobiernos de crear e implementar
normativas y marcos regulatorios para el cumplimiento de tal finalidad.
Tendencias y alcances del sistema de acreditación de la calidad de la Educación Superior en América Latina
En este contexto enmarcado por la diversidad y complejidad de intereses y
modelos de evaluación y acreditación, es posible mirar a la región latinoamericana y
destacar algunas tendencias. La primera de ellas es el desarrollo de sistemas
integrados de aseguramiento de la calidad, en un proceso progresivo que contempla -
en el orden más apropiado para cada país- la instalación de mecanismos de control de
calidad, de acreditación de carreras, de acreditación institucional o de medición de los
resultados de aprendizaje. Una segunda tendencia, que América Latina comparte con
el resto del mundo, es el desarrollo prioritario de sistemas de acreditación institucional.
Esto obedece a diversas razones: es menos costoso evaluar instituciones, aunque
sólo sea por un asunto de números; es más eficiente evaluar instituciones, porque
muchos de los problemas de las carreras provienen de decisiones de política
institucional, y no son abordables a nivel de unidades académicas. Desde el punto de
vista del gobierno del sistema, la acreditación institucional aporta una información más
útil para la toma de decisiones sobre financiamiento, regulación u otros aspectos.
Junto con la evaluación y acreditación de programas de grado o pregrado, se
observa un desarrollo importante de la evaluación de programas de posgrado. La
experiencia sugiere que éstos serán más eficaces y aceptados en los distintos países
en la medida en que se efectúen en función de criterios convergentes, identificados
32
Consideraciones sobre acreditación, mercantilización y regulación en las universidades latinoamericanas
como tales por el conjunto de países participantes. Así mismo, es importante centrar la
evaluación en las propuestas académicamente más consolidadas: las maestrías y
doctorados que son ofrecidos por universidades, excluyendo los tipos de posgrado e
instituciones que representan una posibilidad de divergencia y que por lo tanto
requieren de un tratamiento y discusión previos.
Lo anterior sugiere la necesidad de explorar y fomentar procesos de evaluación
y acreditación innovadores, que permitan generar una cultura de la evaluación al nivel
más básico de una institución y entregar información útil a potenciales usuarios de la
educación superior.
Existe un movimiento todavía inicial hacia la utilización de los resultados de los
procesos de aseguramiento de la calidad, para mejorar la armonización de criterios y
procedimientos, incrementar la legibilidad de los títulos obtenidos en distintos países,
avanzar hacia la comparabilidad de los mismos y eventualmente, facilitar el
reconocimiento de estudios y de títulos y por consiguiente, la movilidad de estudiantes,
académicos y profesionales.
Finalmente, se observa una tendencia clara hacia la definición y verificación de
criterios de calidad para las agencias de aseguramiento de la calidad, labor en que
organismos como UNESCO-IESALC y las redes de agencias de aseguramiento de la
calidad (RIACES, INQAAHE, ENQA) han jugado un rol importante.
En síntesis, y como conclusión, podemos resaltar algunos elementos
significativos en el ámbito regional.
La evaluación y acreditación de la calidad ha pasado de ser una
recomendación teórica a una política efectivamente implementada en América Latina,
al igual que en otras regiones del mundo. Un rasgo interesante en la mayoría de los
países de la región es el énfasis que se ha puesto en el desarrollo de una “cultura de
la evaluación” en las propias instituciones de educación superior, lo que confiere a los
procesos evaluativos un rol estratégico para el futuro de este nivel educativo.
Existen algunas indicaciones - incipientes todavía - de que la evaluación de la
calidad ha ido transformándose, de un concepto elitista y centrado en la excelencia, en
uno que, manteniendo la rigurosidad en la evaluación, privilegia la pertinencia y la
capacidad de las instituciones de educación superior para dar respuesta a los desafíos
que enfrentan en un contexto de masificación y diversificación.
Los procesos de aseguramiento de calidad exitosos son aquellos que han
logrado combinar de manera adecuada la preocupación institucional por la
autoevaluación con la apertura a la mirada externa, tanto en la definición de criterios
como en los procesos evaluativos.
Por otro lado, para que los procesos de aseguramiento de la calidad
33
Dolores Leonor Oliva y María Cecilia Montiel. Sistemas de acreditación y evaluación de la Educación Superior en América Latina. Una mirada retrospectiva.
mantengan y actualicen su potencial para la mejora de la educación superior, es
esencial que se desarrollen mecanismos e instrumentos para medir su impacto
efectivo sobre la calidad de programas e instituciones. Asimismo, deberán buscar la
forma de promover la innovación responsable, para que sean mecanismos no sólo de
control o garantía externa de calidad, sino de promoción y fomento de procesos de
mejora continua, tanto en calidad como en pertinencia.
De lo expuesto, surgen algunas recomendaciones y sugerencias que se
sintetizan a continuación.
En primer lugar, es preciso buscar una mejor comprensión de los conceptos de
globalidad y regionalidad frente a los retos que surgen en consecuencia de una
competitividad global que desconoce los límites y capacidades de los distintos países
miembros de cada región, en particular los que integran la ALC.
En este escenario urge apoyar el fortalecimiento de las políticas públicas y
acciones a nivel interministerial e interagencial para crear espacios de intercambio y
armonizar los sistemas de acreditación y evaluación de carreras y programas de
educación superior, aquí entendidas como experiencias de cooperación entre
gobiernos y agencias que deben ser fomentadas y diseminadas en toda la región. Es
necesario fomentar una cultura sostenible de acreditación de los postgrados que
atienda a los intereses y necesidades crecientes de los países y de la región, capaz de
gestar confianza entre los sistemas nacionales de Educación Superior (ES).
Un segundo aspecto importante surge de la verificación de que en muchos
países no existen bases de datos actualizadas en el campo de la educación superior, y
que las que existen suelen no ser compatibles.
En tercer lugar, se espera para el futuro un agravamiento de tensiones y
conflictos de interés entre los sectores público y privado de educación superior, con
reflejos inmediatos en los sistemas de acreditación de carreras y programas de
postgrados.
Por último, es recomendable e imperativo que las propias agencias de
aseguramiento de la calidad asuman el desafío de identificar elementos diferentes a
los que suelen utilizar en sus evaluaciones, y desarrollarlos de otra manera: nuevas
modalidades de enseñanza, nuevos tipos de programas, formas y modos que se
hagan cargo de una realidad en que docentes y estudiantes tienen una dedicación
parcial a las actividades académicas, búsqueda de alianzas con socios externos,
nuevos arreglos institucionales, que desarrollan otras funciones o las combinan de
maneras nuevas. Es preciso abrirse a la innovación, lo que incluye, en definitiva, una
apertura a nuevas formas de identificar y definir calidad.
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posgrado”. Agencia de Acreditación Centroamericana de la Educación Superior en
el Sector.
36
CAPITULO 3
Reforma educativa y cambio institucional en las Universidades: Las regulaciones
en el campo de las ingenierías.
Ana María Corti
Hacia la acreditación de la carrera de Psicología.
Silvia M. de la Cruz
La acreditación de carreras en Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia. UNSL.
Mónica Laurentina del Valle Gatica
38
Consideraciones sobre acreditación, mercantilización y regulación en las universidades latinoamericanas
Reforma educativa y cambio institucional en las Universidades:
Las regulaciones en el campo de las ingenierías
Ana María Corti1
Las profesiones en el contexto de la mercantilización universitaria
Para describir la forma en que se manifiesta la mercantilización en la cultura
interna de la universidad, tomamos como indicadores una serie de modificaciones
producidas en los últimos quince años que han ido impactando en sus prácticas
internas:
1. Uno de ellos es la iniciativa de reforma curricular basada en el concepto de
Competencia Profesional que emergió en los años ochenta como elemento del
debate en los países industrializados, sustentado en la necesidad de mejorar la
relación del sistema educativo con el productivo, en orden a impulsar una
adecuada formación de la mano de obra.
Su desarrollo como punto de encuentro entre formación y empleo ha tenido lugar,
progresivamente, durante la primera mitad de los noventa a partir de las distintas
experiencias internacionales que desde este enfoque se fueron materializando.
2. La acreditación de carreras con la intervención de los colegios profesionales y
agencias de evaluación nacional y privadas que se han ido impulsando en los
diversos países. En Argentina, en particular por medio de la CONEAU se han
iniciado procesos de evaluación institucional y de acreditación de carreras que han
tenido un fuerte impacto en las modificaciones de las prácticas internas y en los
criterios de formación. Este impacto ha sido diferencial según el campo
profesional.
3. La necesidad de fijar un currículum flexible que acompañe el criterio de
transnacionalización de la educación. Este criterio se complementa con la fijación
de competencias por rama profesional.
En este sentido los avances han progresado más en la comunidad europea que en
América, si bien existen programas en ejecución como el Tuning tendientes a fijar
1 Ana María Corti. Licenciada en Ciencias de la Educación.(UNMdP) Master en Sociología con orientación en Educación (FLACSO). Especialista en Administración de sistemas educativos (CONICET/OEA/UNSL) Docente Titular e investigadora de la FCH-UNSL .Directora del Departamento de Educación y Formación Docente.(FCH-UNSL)- Investigador categoría II Programa Nacional de Incentivo. Evaluadora del Sistema Nacional de CYT. acorti@unsl.edu.ar
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mailto:acorti@unsl.edu.ar
Ana María Corti. Reforma educativa y cambio institucional en las Universidades: Las regulaciones en el campo de las ingenierías.
estándares de comparación internacionales, aún no se han producido acuerdos
que impacten en las reformas educativas de cada país.
4. La reasignación de funciones que en muchos campos significó el cambio en las
prioridades de trabajo mediante la fijación de salarios basados en productividad,
que dieron un fuerte impulso a la investigación y a la competencia de fondos
concursables.
Estas nuevas regulaciones2 (1) han hecho necesario reactualizar el repertorio
de pautas compartidas (instituído de la tribu profesional/ académica) con el
consiguiente reposicionamiento de los grupos internos que deben adecuarse a las
nuevas condiciones establecidas, desplazando a los grupos que no cuentan con
identidades de la misma consistencia.
Los mecanismos de acreditación de carrera de grado y posgrado fueron un
mecanismo de regulación sistémica que promovió cierta homogeneidad en las ofertas
al determinar parámetros y estándares comunes a las diferentes carreras.
Aunque de manera indirecta, el fortalecimiento de los sistemas de información, se
constituyeron también en mecanismos de regulación sistémica ya que dotaron al
gobierno central de elementos que hicieron comparable el funcionamiento de las
instituciones y los individuos. En este sentido, como parte del Programa de Reforma
de la Educación Superior, la Secretaría de Políticas Universitarias organizó el Sistema
de Información Universitaria (SIU) con el objetivo de dotar al Sistema de Educación
Superior, a las Universidades y a la Secretaría de Políticas Universitarias de
elementos que permitieran mejorar la calidad de la información, entendiendo por
calidad, confiabilidad, completitud, disponibilidad e integridad.
Asimismo, los procesos de categorización de los docentes - investigadores y el
Programa de Incentivos proporcionaron valiosa información acerca del desempeño y
producción académica. La información se convirtió así en una herramienta valiosa
para establecer prioridades en torno a políticas de asignación de recursos.
La creación dentro del ámbito de la Secretaría de Políticas Universitarias del
programa Fondo Universitario para el Desarrollo Nacional y Regional (FUNDAR), con
el objetivo principal de promover y fomentar acciones universitarias para el desarrollo
nacional y regional tendientes a la mejora de la calidad y pertinencia de las
2 Susana Belmartino define regulación “como el conjunto de mecanismos destinados a la conservación del orden social, incluyendo la coordinación de la actividad económica, la gestión de conflictos, la asignación de recursos y el establecimiento de normas destinadas a orientar las prácticas de diversos agentes sociales, defender bienes o valores sociales prioritarios y desalentar o sancionar posibles conductas desviadas. Hace referencia a “la existencia de reglas explícitas o implícitas, formales o informales, originadas en relaciones de autoridad e instancias de negociación o sostenidos por pautas culturales, con diferente capacidad sancionatoria, destinada a ordenar las relaciones de muy diferente índole en todo tipo de sociedades, desde aquellas dotadas de estructuras relativamente simples hasta las complejas sociedades contemporáneas. Tales reglas conformarían instituciones: creaciones sociales destinadas a delimitar posibilidades y limitaciones en el comportamiento de los individuos y grupos” ” (Belmartino, 1999:17).
40
Consideraciones sobre acreditación, mercantilización y regulación en las universidades latinoamericanas
universidades nacionales, generó un mecanismo de asignación de fondos a las
instituciones universitarias a través de proyectos especiales diseñados por la SPU,
dirigidos al desarrollo de líneas estratégicas de políticas públicas para el sistema
universitario y de Contratos Programa Plurianuales celebrados entre la SPU y las
instituciones universitarias nacionales. (Resolución Ministerial N° 260/05). La idea
central de estos programas fue que el gobierno retome la iniciativa en la definición de
prioridades de educación superior para la asignación del financiamiento en consenso
con las instituciones.
Estas acciones incrementan la capacidad del gobierno central para formular e
implementar políticas para todo el sistema, restringiendo las autonomías particulares y
promoviendo mecanismos de homogenización del sistema y la estandarización de
programas. Este cambio de modalidad de control apela, por un lado, a la
autorregulación institucional, y, por otro, a sistemas cada vez más elaborados de
rendición de cuentas ante la autoridad pública. (Nosiglia, 2044).
Es así como, las profesiones sufren el avance de estas regulaciones así como
la las de sus propios grupos de colegiación reasignando posiciones en la estructura de
poder interna. Siguiendo a Tenti Fanfani y Gómez Campo, diremos que las profesiones son un caso particular del desarrollo general de los campos de producción