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8/3/2019 Comunidad Nativa Ashaninka lucha por su biodiversidad y medioambiente
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a18 l Pas___El Comercio___domingo 13 de noviembre del 2011
Ashninkas rechazan un
proyecto que los inunda
Selva central
El pongo de Pakitzapango, comotodos los del bosque tropical ama-znico, es un hermoso callejn deroca y rboles formado durantemillones de aos por el paso del roEne. Este, como el pongo de Maini-que en territorio matsiguenga y elManseriche en territorio awajun,ha sido elegido por el acuerdoenergtico entre Per y Brasil fir-mado por Alan Garca e Incio Lu-la da Silva en el ao 2010, el cualplantea proyectar al menos 15 cen-trales hidroelctricas que repre-saran las aguas de nuestros ros einundaran nuestros bosques paraabastecer de electricidad al Per yexportar el excedente a Brasil du-rante 30 aos. Pero el excedente,en este caso, es ms bien lo que noscorresponde a los peruanos, puesel acuerdo plantea que la energade cada central hidroelctricaen territorio peruano se enve al
mercado brasileo de la siguien-te manera: 80% de la produccinde cada central durante el primerdecenio, 60% durante el segundoy 40% durante el tercero. Recinal concluirse el plazo de 30 aos,el 100% de la produccin deberadestinarse al mercado peruano.
La Sociedad Peruana de Dere-cho Ambiental ya se ha pronun-ciado al respecto y ha cuestionadoel impacto social y ambiental queestas hidroelctricas generaran,adems de su inequidad, puesnuestro pas no tiene un estudio dedemanda energtica que le permi-
Central Ashninkadel Ro Ene seorganiza para hacerescuchar su voz
Acuerdo energticoPer-Brasil planearepresar su ro e
inundar sus tierras
mara luisa del ro
x
giancarlo shibayama
f
ParqueNacionalOtishi
rea de inundacin
rea de concesinPakitzapango
rea de concesinTambo 40
Territorios decomunidades
Reserva ComunalAshninka
HidroelctricaPakitzapango
familias ashninkasseran afectadas por lashidroelctricas dePakitzapango y Tambo 40
2.900
HidroelctricaTambo 40
Quimaropitari
Quempiri
Camantavishi
Cutivireni
Quiteni
Samaniato
CentroTsomaveni
Potsoteni
Alto
Saureni
ShimabenzoMazaroveni
Otica
Camajehi
Cheni
Oviri
Anapate
PoyeniRoTambo
RoEne
JUNN
UCAYALI
seran inundados730 km 2
165 metrosde alturatendra la represa
sera la produccinde energade la hidroelctrica
2.336 megavatios
Se afectaran los territorios de
10 comunidadesashninkas tituladas
Caractersticas Caractersticas
IMPACTOSSe afectara territorio de
18 comunidades
ashninkas tituladas
seran inundados220km2
86 metrosde altura
tendra la represa
sera la produccinde energade la hidroelctrica
1.287 megavatios
IMPACTOS
En el 2008 el Ministerio de Energa yMinas (MInem) hizo entrega a laempresa Pakitzapango Energa S.A.C.
(de capitales brasileos) unaconcesin temporal de 20 meses paralos estudios de factibilidad para laconstruccin de una hidroelctricasobre el ro Ene, provincia de Satipo.
Despus de haber concluido unestudio preliminar, y no los estudios deimpacto ambiental, ni haber aplicado ladebida consulta a la poblacin, laempresa vio vencido el plazo deconcesin temporal en agosto del2010, pero el Minem ha mantenido laposibilidad de otorgar nuevasconcesiones para este mismoproyecto.
En noviembre del 2010, el Ministeriode Energa y Minas otorg la concesintemporal de dos aos a la empresa
Odebrecht para estudios de factibilidadde la Central Hidroelctrica Tambo 40en las cuencas de los ros Tambo y Ene.
CARE ha presentado recursos legalespara impedir el avance del proyectoen tanto no se garantizan susderechos fundamentales a la consultay al territorio. Por otro lado, elMinisterio del Ambiente ha solicitadoante el Ministerio de Energa y Minasla nulidad de la concesin porqueesta no ha recibido su opinintcnica.
Proyecto Pakitzapango El rea en potencial conflicto Proyecto Tambo 40
El ecosistema del ro se ve alterado y se pierde diversidad biolgica.
Muchas especies desaparecen.
La descomposicin delbosque inundadogenera produccin degas metano (de efectoinvernadero), 20 vecesms activo que el CO,dixido de carbono .
Los peces contienen ms mercurio,daino para la salud humana.
Se alteran los flujos migratoriosnaturales de los peces.
Algunas cifras: Algunas cifras:
Fuente: CAAAP / CARE
El rea en potencial conflictoAcuerdo energtico Per-Brasil supone construir centrales hidroelctricas en territorio peruano
para llevar la mayor parte de la energa a Brasil durante 30 aos
chiquireni.l rechazo a la construccin de una represa en el pongo de Pakitzapango es unnime en Chiquireni. Nativos aseguran que el monte y el ro son su despensa y que ninguna oerta de dinero har que cambien de opinin.
olvidados.
Comunida-
des ashninkas
arrasadas por
endero Lu-
minoso en losochenta ahora
viven la angus-
tia de un acuer-
do energti-
co que no les
ha consulta-
do la decisin
de inundarlas y
desplazarlas.
ta estar seguro de que puede darleporcentajes tan altos de su capaci-dad a Brasil.
Los proyectos ms conocidoshasta ahora, por su impopulari-
dad, son los de Inambari, Pakit-zapango y Tambo 40, cuya ejecu-cin conllevara serios impactos anuestro pas, tanto sociales comoambientales, debido a la inunda-cin de grandes hectreas de bos-ques y el desplazamiento de milesde seres humanos (ver infografa).Territorios titulados donde vivegente, que se podran convertirrepentinamente en grandes lagos,a pesar de que en este caso no va-le el argumento utilizado tantasveces en minera e hidrocarburos
de que el subsuelo le pertenece alEstado. Porque no es el subsuelolo que se va a llenar de agua, soncasas con gente, son nios con es-cuelas o sin ellas, son culturas que
cazan, que tejen, que pescan, quehablan y que votan.El rechazo de estas poblaciones
no se ha hecho esperar y los pro-yectos estn cuestionados algu-nos y paralizados otros, pero cadavez que quienes se oponen a ellosbajan la guardia tratando de con-tinuar con sus vidas, aparece otraempresa de capitales brasileoscreada de la noche a la maanapara volver a la carga.
Personas que, una vez ms, nofueron informadas, mucho me-
8/3/2019 Comunidad Nativa Ashaninka lucha por su biodiversidad y medioambiente
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El Comercio___
domingo 13 de noviembre del 2011___ Pas l a19
Porque no es el subsuelo
lo que se va a llenar de
agua, son casas con
gente, son nios con
escuelas o sin ellas
nos consultadas sobre los peligro-sos alcances de un acuerdo para elcual parece que hubiera dos cate-goras de seres humanos: los quese sientan a negociar con mapasy los que, a pesar de que viven enesas tierras y son dueos de ellas,son tratados como ganado, pues
no les avisan, deciden que van adesplazarlos y como el ganado sise resisten, tendrn que ahogarse.
AcurdAte de tu gente
Luego de tres horas surcando el roEne nos recibe Javier Estrada Kai-sanawa, del anexo Pichiqua dela comunidad nativa ashninkade Miteni. Los padres y madresde las 32 familias que viven en Pi-chiqua se reunirn con nosotrosal da siguiente (mircoles 9 denoviembre) a las 6 de la maana.Hemos llegado hasta aqu despusde atravesar Ticlio, Satipo y Puer-to Ocopa, en la regin Junn, en laselva central, invitados por RuthBuenda Mestoquiari, mujer in-
dgena que representa a unos 10mil ashninkas, y que trabaja enla Central Ashninka del Ro Ene(CARE), organizacin financia-da con capitales europeos parapromover el desarrollo de esospueblos. Los valles de la cuencadel ro Ene han sido refugio paramiles de familias ashninkas quefueron desplazadas por la violen-cia poltica de los aos ochenta ynoventa. Se calcula que duranteel proceso de guerra interna, de 55mil ashninkas cerca de 10 mil fue-ron desplazados forzosamente enlos valles del Ene, Tambo y Peren;6 mil personas murieron; cerca de5 mil estuvieron secuestradas porSendero Luminoso; y que durante
esos aos desaparecieron entre 30y 40 comunidades.
Gente que fue primero violen-tada por los terroristas y luego es-clavizada por el Ejrcito, que losobligaba a marchar, izar la bande-ra, vivir en guardia das y noches, yles prohiba tomar masato.
Un grupo de sobrevivientes queha vuelto a su tierra a empezar denuevo levanta la voz el mircolespor la maana para decirnos, enun contundente ashninka, queahora un acuerdo energtico entrePer y Brasil amenaza con inun-darlos y desplazarlos. No hablancastellano, caminan todos los dasa sus chacras de pltano, yuca o ca-cao y llevan siempre una escopeta
al hombro.Les hemos preguntado si al-guien les avis de las centrales hi-droelctricas Pakitzapango y Tam-bo 40, que afectan directamente asus territorios. Ahora lo saben gra-cias a las gestiones de Ruth Buen-da, pero nadie les avis, ni a ellosni a Ruth ni a CARE. Se enteraronnoms, por un funcionario de laMunicipalidad de Satipo.
Preguntamos, entonces, si ellosestaran dispuestos a negociar sudesplazamiento, vender sus tie-
rras a la empresa, renunciar a ellasa cambio de una suma interesantede dinero, por ejemplo...
La respuesta es unnime ycontundente, el nico profesorde la pequea escuela multigra-do nos la traduce: adnde nosvamos a ir? A estas comunidadesel Gobierno no llega. Solo cuan-do hay campaa. Si ya estamosolvidados, cmo vamos a estardespus? Esos proyectos siem-pre dicen que van a dar trabajo,en qu vamos a trabajar si ni si-quiera tenemos secundarias pa-ra estar preparados? Queremosvivir tranquilos, este es nuestro
territorio, ac vivieron nuestrosabuelos. Con esas polticas que noservan para nada han matado anuestra gente. Ahora queremosser libres, nosotros no usamoscasi dinero, nuestra casa est enel monte, nuestra comida. No sa-bemos cmo vivir en otro lado.Vamos a ir a las partes altas? Ahla tierra es pura roca y no crece na-da. Queremos vivir junto al ro co-mo siempre hemos vivido, que sevayan a hacer sus hidroelctricasen sus casas. Acaso nosotros loshemos molestado? No queremossu plata, no queremos nada.
AshninkAs.Mujeres de las comunidades directa-
mente afectadas por el proyecto insisten en que no
quieren que sus hijos se queden sin tierras.
El Per noha hecho unestudio que lepermita estarseguro de quepuede destinarporcentajes tanaltos a Brasil
pAkitzApAngo.Nativos de la comunidad de Chiqueni rompen el hito colocado por Odebrecht en el pongo como seal de protesta.