Post on 08-Dec-2015
Comentario crítico 3
Camila Salinas Leal
Es necesario comenzar este análisis con la definición de mito que nos provee Eliade: «El
mito cuenta una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo
primordial, el tiempo fabuloso de los «comienzos». El mito cuenta cómo, gracias a las
hazañas de los Seres Sobrenaturales, una realidad ha venido a la existencia, sea ésta la
realidad total, el Cosmos, o solamente un fragmento: una isla, una especie vegetal, un
comportamiento humano, una institución» (p. 18). Podemos extraer de esta definición que
el mito es considerado en estas sociedades primitivas como una historia sagrada y como
una historia verdadera. Una historia sagrada porque está protagonizada por Seres
Sobrenaturales. Pero es además una historia verdadera porque hace referencia a realidades
que podemos comprobar con facilidad, porque están a nuestro alrededor, constituyen
nuestro entorno o explican nuestra vida, como el origen del mundo o el origen de la muerte,
por ejemplo.
Este mito constituye la historia de los actos de seres sobrenaturales, los cuales no son
actores principales comunes. También está historia hace referencia a una creación, que
cuenta como se originó, produjo y creó algo. En ese mismo momento los personajes del
mito se hacen presentes haciendo que el hombre primitivo se convierta en su
contemporáneo y consiga trasladarse del tiempo profano al tiempo sagrado.
En el poema “Muerte y resurrección” de Teillier se relata a un pueblo el cual ha rendido un
sacrificio de un niño por parte de unas machis con el que se busca calmar a la naturaleza
que produjo un terremoto en 1960, se ilustran los gestos y costumbres de sus antepasados
del 1900 y cómo se vuelve al principio, a los origines de este pueblo, lo que da cuenta de la
noción de mito dentro de él. Relata toda la decadencia del pueblo a través del tiempo, con
toda su población decadente y como finalmente siempre se vuelve al principio:
“Sólo el frío y el chillido de un pájaro,
Sólo el ruido de las olas rompiendo un esqueleto lanzado al roquerio.”(pp. 39)
El poema relata la muerte que llegó con el terremoto en este pueblo llevándose muchas
vidas consigo, la decadencia de su gente y cómo iba empeorando con el paso del tiempo
que es implacable pero, posteriormente, con la llegada de la primavera se relata la
resurrección del pueblo y cómo este vuelve a resurgir y florecer, con lo que el pueblo
vuelve a nacer. La resurrección es doble, es mítica e histórica, ya que por una parte se
vuelve al origen de la creación del pueblo mapuche y por otra se sacrifica a un niño como
se hizo en el tiempo de la creación.
Teillier a menudo habla de volver al origen y se asocia con volver al pueblo natal y a la
infancia, pero va más allá de eso, es reencontrarse con esta comunidad a la que se
pertenece, de aquí esta nostalgia de poder lograr volver a esta “Edad de Oro”.
Ahora bien, este mito de la edad de oro podría ser el regreso que lleva a cabo el poeta a los
orígenes de su cultura, a través de este mito se idealiza el movimiento de recuperar la
historia por medio de la memoria y la escritura, permitiendo así darle sentido al pasado y al
presente. Se dice que “el poeta es el guardián del mito y la imagen hasta que lleguen
tiempos mejores” lo que se refleja a este poeta como el cronista que no se sigue cómodo
con los valores y costumbres de esta época, el cual nos relata esta historia hasta poder
volver a este pasado donde todo era glorioso.
Bibliografía
1. Eliade, Mircea. 2003. El mito el eterno retorno. Buenos Airee: Emecé.
2. Jones, Julie. 1980-81. El paraíso perdido de la niñez en la poesía de Jorge Teillier.
Revista chilena de literatura 16-17: 167-175.
3. Binns, Niall. 2001. La poesía de Jorge Teillier: la tragedia de los lares.
Concepción: Ediciones LAR.
4. Teillier, Jorge. 2007. Los dominios perdidos. Santiago: Fondo de cultura
económica.