Post on 15-Aug-2021
CREATÍVOZEN TIEMPOS DEL COVID
Mayo de 2021
ÍNDICE
Nota de redacción: “En los tiempos del Covid,” 3
NO FICCIÓN
“Una odisea a Chicago“ Lizzy Vega 7
“Carta al cielo” Mindy García 10
“Trajimos a nuestro país a casa” Daniela Caldera 12
“Cómo COVID afectó mi vida” Anónima 13
“El cáncer y la pandemia a la misma vez” Anónima 15
“¡Corre!” Eva Amial 17
“Mi historia del 2020 (Coronavirus)” Yulissa Alvarado 19
“Nuevos familiares” Jimena Angel 21
FICCIÓN
“El día que todo cambió” Alexis Colón 25
“Envidia” Samuel Amado Pabon 27
“El sueño americano“ Bethsi García Rojas 30
“El sobrevivir” Esmeralda Aguilera 32
“La invasión” Cristopher Rincón 35
“El salto final” Luis Alpizar García 38
“El ser doctora en tiempo de Covid” Alexandra Goeringer 40
OPINIÓN
“Cantar en los tiempos del Covid“ Josephine Carlson 44
Entrevista de Ava Hennig 46
CONTRAPORTADA: “A-Frame” por Ava Hennig… 47
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Nota de Redacción: En tiempos del Covid,
Hemos oído todos los calificativos para este año (inserte adjetivo: trágico, excepcional,
diferente, desafiante, terrible, agotador, desconectado, etc.). Sin lugar a dudas, ha sido el
año en el que más necesitábamos la conexión maestros-estudiantes, en ambas
direcciones, para poder sobrellevar los desafíos y mantenernos unidos. En nuestras clases,
cobró importancia la herramienta clave de contar historias, “story-telling” para conocernos
y crecer. En este año en que se ha calificado a muchas cosas de “esencial”, la creación de
historias la hemos visto en primera escena, la herramienta esencial en nuestras clases para
ayudarnos a superarnos y superar esta pandemia.
En los cursos de Español para hispanohablantes 3 Honores, los maestros
y lideraron a sus estudiantes en la creación de unRicardo Castro Pedro Monarrez
proyecto único y con autonomía para lxs estudiantes para contar sus historias sobre la
pandemia. Llevando la batuta, los estudiantes crearon historias propias, sumamente
creativas y realmente únicas para ayudarnos a todos, incluyendo por supuesto a ellos
mismos, a procesar las dificultades y desafíos de esta nueva etapa en sus años de
adolescencia. Los estudiantes tenían la voz para contar su versión de la pandemia.
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Se realizó un concurso en los cursos de Español para hispanohablantes 3 para los mejores
cuentos. Aquí distinguimos un primer premio y el resto de los cuentos del concurso son de
mención de honor.
En los cursos de Español para hispanohablantes 4 Honores, mis estudiantes culminaron
un año de estudios sobre la representación de los latinxs e hispanohablantes y el estudio
de grandes contadores de historias como Isabel Allende y Erika L. Sánchez, creando nuevas
posibilidades e historias propias para apoderarse de la representación y dar voz a sus
propias perspectivas.
En CreatíVoz, emitimos esta edición, la más importante y más extensa en nuestra breve
historia, dejando constancia de que el arte también es esencial y que nos ha servido para
plasmar este momento histórico y procesarlo. Es esencial, más que nunca, dar voz a
nuestros estudiantes: sus inquietudes, pensamientos, reflexiones y perspectivas. Solo
entonces les estaremos sirviendo de verdad. Solo entonces podemos presumir de ser una
comunidad.
A nuestros autores: ¡GRACIAS POR FORMAR PARTE DE ESTE PROYECTO Y USAR LA
PALABRA CREATIVA PARA ABRIRNOS A SU VOZ INDIVIDUAL Y COLECTIVO!
A nuestros lectores: ¡GRACIAS POR PARTICIPAR Y DAR IMPORTANCIA A NUESTROS
ESTUDIANTES Y SU VOZ!
Dean Burrier Sanchis
CREATÍVOZEs una revista de artes creativas en la secundaria de Elk Grove (ElkGrove Village, Illinois, USA) que busca promover la voz ycreatividad de nuestros estudiantes, fomentando a la vez apoyo ycelebración de identidad y comunidad.
Reafirmamos cultura y lengua. Proyectamos voz, alma y visión.
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Cartel de convocatoria
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NoFICCIÓN
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“Una odisea a Chicago“ Lizzy Vega
Aterrorizados, caminamos cuidadosamente a través del desierto en extrema calor.
Podíamos escuchar inmigración a 100 pies de nosotros, un mal paso y nuestra jornada se
convertiría en nuestra peor pesadilla. Alertas continuamos en busca del coyote, eran las 11
y pico y no lo mirábamos por ningún lado. Miedo empezó a estremecer y no sabíamos qué
hacer. Si seguir adelante o esperar a ver si aparecía. Nos faltaba poca agua para compartir
entre dos y la bebé en mis brazos comenzó a chillar. En aquel momento me preguntaba si
sus lloriqueos serían escuchados y si causarían nuestra muerte.
Yo y mi esposo vivíamos en un pueblito llamado Ecuandureo localizado en Michoacán,
México. Mañanas tempranas en el campo, poca comida, bajos recursos, violencia, y
pobreza eran múltiples partes de la vida allá. Nos encontramos batallando todos los días
para darle una vida mejor a nuestra hija. Yo me quedaba en casa cuidando a Jazmín, que
estaba recién nacida al tiempo, mientras mi esposo se iba desde la madrugada a picar
fresas. No había muchas opciones para chambear y las que había eran de muy baja paga.
Mi esposo y yo empezamos a hablar sobre nuestra situación y el futuro de Jazmín. Juntos
creímos que mudarnos y migrar a los Estados Unidos era la mejor opción. Habían sus pros
y sus contras, se necesitaba mucho dinero para el coyote y sería muy arriesgado más con
una bebe pequeña.
Tomamos algunos meses ahorrando dinero y por fin nos alcanzaba para pagarle al coyote.
Teníamos nuestras dudas porque no es por seguro que llegues a salvo y no tendríamos
ninguna forma de comunicación cuando lleguemos allá. Decidimos tomar el riesgo ya que
queríamos una mejor vida no solo para nosotros, si no para nuestra bebe y nuestros
futuros hijos. El 23 de Junio era cuando empezaba nuestra jornada, durante el tiempo que
el sol te pega como un boxeador profesional, casi matándote. Faltaba una semana y
fuimos arreglando unas bolsas pequeñas con poca ropa y comida. No queríamos nada
muy pesado ya que pasaríamos todo el tiempo caminando, más difícil en terreno loco.
El sol iba saliendo y ya podía sentir el calor del sol en mi rostro. A no pasaba ningún minuto
y ya pude escuchar los chillidos de Jazmín. Ese era otro riesgo, si lloraba al tiempo
equivocado durante la jornada todo se iría al bote. Debíamos esperar hasta la noche,
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entonces decidimos despedirnos de la familia. Durante eso sentí mi garganta apretarse y
las lágrimas comenzaron a rodar hacia abajo de mi cara. Fue un momento doloroso, pero
sabía que los volvería a ver y eso me calmó un poco. Ya era la tarde y Miguel había
regresado del campo. Estábamos listos para dirigirnos al lugar que nos habían
proporcionado con y sabíamos que no habría vuelta atrás.
Sentí la arena suave bajo mis pies, cada paso que daba mis pies se hundían más y más
debajo del suelo. Nos acercamos a un grupo grande de personas, no sabíamos que cada
vez que hacían esto era tanta gente, quede sorprendida. Llegó el coyote y más o menos
nos dijo el plan y que debíamos hacer. Miedo creció dentro de mí ya que llevaba a mi bebe
y dijo que algunos morían durante el camino. Este largo viaje nos tocaba hacerlos solos y
ya llegando a la frontera es cuando miraremos al coyote nuevamente. Yo y mi esposo
esperábamos que no fuera fraude y que si lo encontraríamos. No estábamos listos pero
sabíamos que sería un viaje muy largo e interesante.
El sol había cambiado lugares con la luna y las estrellas brincaron de su escondite. Aunque
el sol no brillaba, el calor seguía siendo insoportable. Dimos nuestro primer paso y es
cuando supimos que nuestra vida cambiaría para siempre. Mis ojos lloraban de ardor cada
vez que mi sudor rodaba de mi frente hacia abajo. Había veces que no podía ni ver de
tanto sudor que se acumulaba y sentía terror ya que yo cargaba a mi hija. Llamé por mi
esposo, él se había adelantado un poco y era tiempo de darle de comer a Jazmín. Ni tenía
idea de la hora pero empezaba a pujar y no podíamos arriesgar que sus chillidos se
volvieran fuertes. Para mi ya se sentían como mil años de caminar y sabía que aún nos
faltaba mucho. Estaba tan oscuro, como si estuviéramos atrapados en un agujero sin
salida. Alacranes, arañas, serpientes, y otros animales venenosos es lo que me daba miedo.
Ya había tiempo que sentía que pisaba algo, y en vez de parar nada más seguía adelante
porque ya habían hombres que se quedaban atrás por causa de mordeduras venenosas.
Después de lo que se sintió como una caminata infinita, llegamos a la frontera. Este era el
momento más importante pero a la vez más peligroso. De 100 personas, se miraba que
nada más 50 de nosotros habíamos llegado al final. Digo final, pero aún podíamos terminar
muertos o capturados. Esperamos silenciosamente por el coyote, teníamos la sensación de
que no llegaría. Una ola de alivio llegó cuando miramos el coyote llegar en una camioneta,
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por traer a una bebe pudimos bordar antes que todos. Sentada en el piso frío de la troca al
lado de mi esposo formé una sonrisa, aún no se había terminado este horrible evento pero
estábamos un paso más cerca de llegar a nuestra vida nueva.
Tomamos la oportunidad de descansar un poco en la camioneta, pero fue un poco
imposible ya que el camino estuvo lleno de baches. Pasaron algunas horas y sentí la troca
llegar a un alto. Fue un momento de muchos sentimientos. No sabía si al abrir esas puertas
seríamos capturados o si seríamos libres y habíamos llegado a salvo. Ya había amanecido y
cuando las puertas fueron abiertas mis ojos se cerraron ya que estaba muy brillante.
Extrañamente estaba feliz porque algo dentro de mi me decía que la habíamos librado y
completamos el primer paso a una vida y futuro mejor.
Antes de llegar estuvimos en conexión con mi hermano y nos encontraríamos con él. Él
vivía en Chicago, Illinois. El coyote nos había dejado en Texas, cerca de la frontera y mi
hermano estaba ahí esperándonos y nos llevaría a Chicago con él. Aunque lo difícil ya había
terminado, nuestra jornada aún no llegaba a un fin. Por la primera vez no sentía miedo, al
contrario, sentía emoción.
Al llegar a Chicago nuestra nueva vida comenzaría, aquí es donde crecería nuestra hija y
futuros hijos. Encontraríamos trabajo, y buscaríamos un lugar para vivir. No sería fácil ya
que la vida aquí es muy diferente y nos tomaría tiempo acostumbrarnos a los cambios,
pero recordamos que fue una buena decisión y que la vida cambiaría por algo mejor. La
jornada no fue nada fácil y nos arriesgamos mucho, pero a veces es lo que se tiene que
hacer para sí mismo y la familia.
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“Carta al cielo” Mindy García
Chicago Illinois, Junio 12, 2020 -Hoy ha muerto mamá o quizá hace un año - susurró una
pequeña voz en mi cabeza, para mi era lo mismo, había pasado un año desde su partida (El
12 de junio, 2019), el tiempo, las personas, el estar viviendo en otro país, en resumen nada
disminuyó el dolor que sentía. Me encontraba acostada en la cama de mi habitación, entre
tanto tiempo de sobra que estaba dejando la pandemia, y no es la peor parte si de eso
hablamos...inmenso número de personas que han muerto, personas desempleadas,
incremento de personas enfermas, para ser concreta afuera es una ruina de horror, por la
misma razón medio mundo está en “cuarentena”. -No sé qué dirección tomar para escapar,
tengo mi propia ruina de horror dentro de mi cabeza -pensé. ¡Cielos! también es mi décimo
sexto cumpleaños -recordé, sin mamá, ni amigos y lejos de uno de mis más grandes
tesoros “mis hermanas” realmente sentí como un puñal atravesaba y destrozaba mi
corazón. Mi mente comenzó a retroceder un año, entre tantos recuerdos que venían a mi
mente, vino la carta que le hice a mamá en el cole el 10 de mayo pero jamás fue entregada.
Resulta que mami se enfermo gravemente ese día, bueno ella se enfermaba con
regularidad pero siempre era algo leve. Del 10 de mayo hasta el 12 de junio, mami estuvo
internada en una clínica. Los días transcurrían y mamá no mejoraba, el hogar no era el
mismo desde que mami no cruzaba los pasillos, mis mañanas eran frías, no podía darle un
beso a mami antes de ir al cole, dormir o salir. En las tardes mis tres hermanas y yo íbamos
a la clínica a visitar a mami, ella siempre nos recibía con una sonrisa, como toda una
guerrera, fuerte, positiva y extremadamente hermosa, sus ojos color miel resplandecían su
piel tersa como un pétalo de rosa. Llegaba la peor parte cuando teníamos que regresar a
casa. Los días pasaban, mi cumpleaños se aproximaba, de repente mami fue llevada de
emergencia a la Capital de Guatemala, mi hermana mayor y una de las dos hermanas de
mami que habían viajado de Estados Unidos para Guatemala cuidaban de ella, los días se
hacían largos. 12 de junio, 1:30 am ¡trriintriin!-el celular de mi hermana resuena (mis dos
hermanas y yo decidimos dormir juntas esa noche en la misma habitación) mi hermana
atendió al teléfono, mi hermana mayor habló con ella pocos minutos, (esa noche habíamos
despertado de un sueño para entrar en una pesadilla) mi hermana tiró el teléfono, en
seguida entró mi tía, mi hermana se desmayó en sus brazos, no recuerdo más que
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haberme quedado en la cama inmóvil no sentía mis piernas y no podía moverme, sin haber
escuchado la conversación de la llamada sabía lo que estaba pasando.
Dos meses después, recuerdo estar alistando cosas en una mochila con mi hermana para
el viaje largo que nos esperaba, (mi familia tomaron una decisión; mi hermana y yo
teníamos que ir a Estados Unidos, las hermanas de mamá habían regresado a Estados
Unidos dos meses después que mamá falleció) El 1 de agosto, 2020 me desperté en medio
de la madrugada (3:30 am) salí al patio de la casa de mi abuelo, la luna estaba hermosa, yo
tenía la carta que no pude entregarle a mamá en mi mano, luego, mirando hacia el cielo...
sonreí, mamá siempre decía que mis tres hermanas y yo éramos su mayor tesoro, que
estaba muy orgullosa de nosotros, nos brindaba su amor incondicional, siempre
aconsejandonos, corrigiendonos y todo por nuestro bien -recordé. Me sentí con fuerzas,
me sentí valiente, mami lo era, yo también. Enseguida extendí la carta hacia el cielo y leí.
(sabía que mamá estaba en el cielo). Al amanecer mi hermana y yo nos despedimos de
algunos familiares con dolor en el alma. El 6 de agosto llegamos a un albergue de Phoenix,
Arizona en Estados Unidos. El 7 de septiembre, (después de un mes extenso) mi hermana y
yo llegamos al aeropuerto de Chicago donde mis tías nos estaban esperando con rosas.
Luego de un largo tiempo estoy acá en mi habitación recordando, mis lágrimas recorren
mis mejillas y entre tanto dolor hay algo dentro de mí que se siente como un aliento de
esperanza. Yo confío en Dios también se que sus planes son perfectos, él es el Dios de mis
abuelos de mis padres-recordé. Ligeramente me levanto de mi cama con una sonrisa en el
rostro, en seguida doblego mis rodillas a orar como mami me enseñó cuando sentía que el
mundo se caía, pasando unos minutos, todo el dolor que sentía desapareció en un
instante, supe que había alguien que me escuchaba. Dios quien siempre iba a estar ahí
para mi, y por la maravillosa familia que él me había regalado estaba feliz aunque no
estuviésemos juntos. Comienzo a ver todas las cosas de una manera distinta; aunque gran
parte de mí se ha ido, nada está perdido. Al sustituir ese pensamiento de “no puedo” por el
“sí puedo”, mis sueños y las ganas de seguir de pie aún quedan.
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“Trajimos a nuestro país a casa” Daniela Caldera
Por la pandemia, no podíamos ir a Nicaragua. Al no poder ir, estábamos pensando en las
cosas que íbamos hacer y las comidas ricas que nos gustaba comer. Después se nos
ocurrió una idea. Ya que no podemos comer la comida en Nicaragua, ¿por qué no hacemos
la comida aquí?. Escogimos Nacatamales porque son muy populares en Nicaragua. Los
Nacatamales son hechos de masa de maíz, carne de cerdo, una rodaja de papa,
Yerbabuena, una rodaja de tomate, una chiltoma, arroz, cebolla y chile. Mi prima,mi mama,
y yo fuimos a la tienda para comprar los ingredientes. Después, mi prima y mi abuela
comenzaron la maza. Ya era tarde y decidimos terminar el próximo día.
Cuando era por la mañana, comenzamos a preparar la carne. Ya cuando todos los
ingredientes estaban listos empezamos a envolverlos. Toda mi familia tenía un trabajo, ya
fuera envolviendo o poniendo la comida en la hoja de plátano. Durante el proceso, había
muchos pasos que necesitábamos hacer. Mi mamá y prima tenían que poner los
ingredientes en la hoja de plátanos. Mi abuela necesitaba envolverlos. Y yo los tenía que
amarrar. Mi abuela dijo: “asegúrese de poner suficiente comida y en el orden correcto.” Mi
prima se confundió en el orden de poner las cosas. Entonces lo tenía que hacer de nuevo
muchas veces más.
Ya cuando casi habíamos terminado, mi prima chiquita boto la maza en el piso, pero no
teníamos más hojas de plátano, entonces terminamos. Mi abuela entonces comenzó a
hervirlos. Después de cuatro horas, estaban listos. Podía oler su aroma natural desde mi
cuarto. Cuando mi abuela abrió el primer Nacatamal, se podía ver el marrón dorado de la
maza. Mi prima fue la primera en probarlo. Me agradó porque ella es una de mis primas
favoritas, ella es mayor que yo y tiene la piel clara y el cabello claro. Su acento en español
está mezclado con nicaragüense y boricua. Su acento es similar a sus gustos porque le
gusta la comida puertorriqueña y la comida nicaragüense . Cuando probó el Nacatamal le
encantó. Durante esta experiencia pude aprender cosas sobre mi cultura y pasar tiempo
con mi familia. Esta pandemia ha afectado la vida de todos y estoy agradecida de que
estamos saludables. Esta sencilla actividad me hizo ver lo afortunada que soy de tener a
una familia muy unida.
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“Cómo COVID afectó mi vida” Anónima
COVID-19 en diferentes formas impactó a mucha gente para bien o para mal. A mi la
pandemia me impactó en formas malas y buenas. En mi relato, voy a contarles cómo Covid
impactó mi vida de una forma positiva. Todo empezó en marzo cuando empezamos la
cuarentena; aunque se me hizo triste el no poder ir a la escuela y mirar a mis amigos, yo
me acordé que les podía mensajear en Snapchat o en contactos y también les podía hablar
por teléfono. Al hacer esto, ya no estaba tan preocupada por mirarlos y comunicarme con
ellos. Y con todo el tiempo que tenía, me di cuenta que era una oportunidad. Esto me hizo
pensar que podría mejorarme a mí misma en este tiempo. Decidí enfocarme en mi salud
física y mental. También quise relajarme y tal vez todo esto me podria ayudar ya que en el
pasado he estado en lugares oscuros en cuanto a mi salud mental.
Entonces empecé a hacer cosas que me podrían distraer y hacer más feliz aunque no podía
salir afuera y estar con mis amigos o pasear a lugares diferentes. Encontré cosas que
podría hacer en mi casa como hacer ejercicio, ayudar a mi mama con cosas alrededor de la
casa, encontrar nuevos estilos, aprender sobre diferentes culturas, educarme en diferentes
situaciones del mundo, etc… Y sí, habían días que sólo quería estar en la cama todo el día y
dormir porque no tenía la energía para hacer nada. Yo me quedaba en cama y miraba
alrededor de mi cuarto azul como estaba bien oscuro, ningún tipo de luz entraba por mi
ventana. La única luz que tenía era mi luz alrededor de mi televisión, miraba mi cuarto
sucio y desorganizado. Era un cochinero porque tenía ropa en todas partes del cuarto,
botellas de agua en el piso, maquillaje todo alrededor de mi tocador. Esto no estaba bien,
era horrible. Hablé con personas sobre mis emociones y problemas. Eso fue algo que sí
me ayudó mucho y el apoyo de mis padres también me hizo sentir mejor. Sentí que no
estaba sola y siempre tenía a alguien con quien hablar.
Pero a veces me tenía que esforzar para limpiar o mi madre me ayudaba a limpiar porque
ella estaba fastidiada de mirar todo el cochinero. Habían días que sólo dormía y no me
bañaba, tocaba mi pelo y se sentía feo y raro. Miraba mi pelo en la cámara de mi teléfono y
se miraba feo y cochino. Sólo pensaba “wowwww”. No comía, la comida me sabía rara, no
me daba hambre, no tenía ganas de comer, solo tomaba agua. Sobreviví con casi pura
agua. Había muchos días difíciles yo pensaba cómo podría una niña de 14 años como yo
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podría estar sintiendo todas estas diferentes emociones… Era una niña que debería estar
feliz y contenta, disfrutando la vida, yo misma me traía me bajaba mi autoestima. Yo
pensaba, ¿quién querrá una niña chaparrita con pelo café corto que parece Dora como?.
Yo me hacía sentir mal de mi propia presencia y hasta este día todavía hay tiempos en que
no es fácil, pero toma tiempo sólo tenemos que ser pacientes. Yo me estresa porque
pensaba que nunca podría sentir me mejor, pensaba que todos los días iban a ser iguales.
En todos estos meses que he estado en casa encontré cosas que me hacen feliz, cosas que
yo disfruto y que ayudan a tener una mejor salud mental. Pude conocer nuevas personas
en línea con quienes me llevo bien y ahora son mis amigos. Aunque si hay partes de la
cuarentena que no son lo que yo quiero. Trato de no pensar en eso y sólo pensar en lo
positivo, yo aprendí de unos errores y tuve tiempo de pensar en cómo hacer una mejor
persona. Todo pasa por algo y hay que moverse hacia adelante. También hay que seguir
aprendiendo de los errores en la vida. En conclusión, la cuarentena me sirvió de algo y me
ayudó a crecer como persona. Al terminar, me gustaría compartir un cita que aprendí “self
love is the best love” esta es mi cita favorita que me ayuda a aceptarme en medio de toda
la confusión.
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“El cáncer y la pandemia a la misma vez” Anónima
Todavía recuerdo el día que mi mamá me dijo que mi tío tenía cáncer. Al escuchar eso un
mes después de estar en cuarentena me hizo sentir desanimada. Este año no solamente
había traído tristeza porque había un virus que significaba que tenía que hacer todo mi
trabajo en una computadora. En el principio, si me asusto un poco porque no podía salir de
la casa tampoco pero pude ver a mi papá por un rato. No pude visitar a mis primos tan
seguido como antes. Todo el mes de abril era lo mismo cada día: hacer mi trabajo de la
escuela en la computadora, limpiar la casa, arreglar mi cuarto, ayudarle a mi mamá con la
comida, dormir y al siguiente día hacer todo eso otra vez.
Pero el mes de mayo era un poco diferente porque era el mes de mi cumpleaños. Era el
último mes de la escuela y las cosas empezaron a mejorar pero no por mucho tiempo. Mi
tío tenía cáncer y necesitaba ir al hospital más seguido; siempre estaba en dolor y seguía
adelgazando. Cada fin de semana lo ibamos a visitar cuando estaba en su casa. Pero
cuando se quedaba en el hospital no lo podíamos visitar y cuando sí nos dejaban, sólo mi
mamá podía ir. De vez en cuando mi primos podían entrar a ver a su papá. Pero cuando no
podía verlo siempre estábamos juntos. Porque nos veíamos el fin de semana y eso nos
trajo más cerca.
Durante los meses de junio y julio los casos de COVID empezaron a subir otra vez y mi tío
no estaba mejorando. El 18 de Junio fue el cumpleaños de mi prima Tania y fuimos a su
casa. Cuando llegamos vi que estaban sentados en la mesa. Pero mi tío no estaba, tampoco
en la sala o en la cocina, estaba acostado. Empezamos a hablar y luego mire que estaban
haciendo mini pizzas en el horno. Cuando estaban listas empezamos a comer. Mi tía seguía
corriendo desde la sala hasta el dormitorio con una cara muy seria. Eso nos hacía pensar
que mi tío no se estaba sintiendo bien, pero nadie decía nada porque no nos queríamos
preocuparnos más. Diez minutos pasaron y mi mamá nos mandó un mensaje desde el otro
cuarto para que nadie más lo viera. Ella nos dijo que mi tío no se estaba sintiendo bien y
que estaba en mucho dolor. Lo tenían que llevar a la sala de emergencias en el hospital.
No podíamos ir con ellos y nos quedamos en la casa. No queríamos que Tania se sintiera
mal en su cumpleaños y salimos afuera con una pelota y jugamos voleibol. Pasan unas
horas y mi mamá regresó. Nos dijo que mi tío se tenía que quedar en el hospital. Pasaron
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semanas y había momentos cuando se sentía bien y otros en donde tenía mucho dolor. El
mes de junio se acabó y empezó julio. El primer sábado era el Cuatro de Julio. Fuimos a su
casa para pasar tiempo con él. Cuando llegamos ya todos los vecinos estaban encendiendo
fuegos artificiales. Nosotros estábamos adentro buscando los fuegos artificiales. Su
apartamento estaba en el piso más alto y mi tío no podía caminar porque sentía mucho
dolor cuando caminaba. También tenía que usar una silla de ruedas. Cuando ya
estábamos afuera empezamos a encender las bengalas. Todos estaban felices porque
estábamos juntos y nos estábamos divirtiendo. Nos tomamos fotos y nos reímos mucho.
Después de ese fin de semana mi tío tuvo que estar en el hospital por casi un mes. Durante
ese mes pudimos visitarlo desde afuera y pudimos ver que se ponía muy contento cuando
ibamos. Cuando lo dejaron salir el domingo, nos pudimos reunir en la casa de mi abuelita
y compartimos un tiempo comiendo y mirando películas. Ese día fue un día muy especial
porque era el último día que estuvimos todos juntos. Estoy agradecida de que pudimos
estar juntos y acompañarlo en su lucha contra el cáncer y aunque no esté aquí estas
memorias siempre estarán en mi corazón. Nunca me voy a olvidar de él y todo lo que hizo
por mi.
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“¡Corre!” Eva Amial
Marzo 13, 2020 fue el día que todo cambio. Era un día normal en la escuela de Hawkins
High. Todos fueron a clase. Los maestros estaban enseñando felizmente, y todos estaban
relajados. Pero algo pasó que dejó a todos sorprendidos. Anunciaron que un virus
(COVID-19) de Corea llegó cerca a nosotros y que debemos estar en casa por dos semanas.
Todos los estudiantes estaban felices porque no iba a haber escuela, pero lo que no sabían
es que esto iba a durar más de dos semanas. Después de dos semanas sin ir a la escuela,
los estudiantes estaban emocionados para regresar a la normalidad. Después de unos días
el distrito anunció que no iban a regresar a la escuela por la seguridad de todos. Todos
estaban tristes porque no podían ver a sus amigos, espacialmente Juniper. Juniper era una
niña con piel morena clara ,ojos de color marrón y cabello pintado azul. Estaba hablando
con sus amigos Jack, Alex, y Tyler por FaceTime.
Jack era un niño con piel morena pero no tan morena, ojos marrón y cabello negro. Jack le
preguntó a sus amigos: “¿no creen que es extraño que de repente tenemos casos de COVID
en nuestro estado?” “ Sí, pero iba a suceder de cualquier manera. “ - respondió Alex (una
niña con piel blanca, los ojos de color verde claro y el cabello marrón) “Sí, pero tengo
miedo de que uno de nosotros se enferme” repondió Tyler. Tyler era un niño con piel
blanca , ojos de colores verde y azul, y con el cabello rubio. “No nos vamos a enfermar, te lo
prometo” - respondió Juniper riéndose. “Quieren ir al bosque donde está nuestro
escondite?” preguntó Juniper con un tono curioso. “ Pero nuestros padres no nos van a
dejar ir.” dijo Jack con su cara triste. “¿Quién dijo que tenemos que preguntar?” - contestó
Jack moviendo sus cejas. Todos se vieron uno al otro con silencio, “ ¡AL ESCONDITE!” Los
cuatro gritaban con emoción. Ellos colgaron la llamada y se prepararon para ir al escondite.
Juniper se levantó de su cama y alcanzó por su mochila que estaba a un lado de su
escritorio.
Buscó su walkie que estaba debajo de su cama y abrió su ventana y se lanzó de su
recámara hasta que estaba atrás de su casa. Una regla que tenían entre ellos era que si
iban al escondite necesitaban solamente llevar sus walkies y no los teléfonos. Los cuatro
llegaron al escondite y estaban hablando felizmente. Una hora después, los cuatro se iban
caminando para sus casas. Eran las 4 de la tarde y estaban en el escondite por dos horas.
Estaban hablando de que nadie puede salir a las tiendas, pero luego escucharon una fuerte
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alarma en el vecindario. “Qué es eso!?” - dijeron todos. Los cuatro se miraron y corrieron
hacia sus casas. “¡MAMÁ!?..¿DÓNDE ESTÁS! ?” -gritó Juniper. No podía encontrar a su mamá.
“Hija!” Juniper se dio la vuelta y miró a su mamá en el suelo de la cocina. “¡Mamá!” “¡Mamá!
¿Qué te pasa?!” - Juniper le preguntó a su mamá con preocupación.
“ Hija..tienes que escucharme..este virus..no es normal nos va a matar..te tienes que ir con
tus amigos..a un lugar seguro..prométeme que lo harás.” - dijo la mamá de Juniper. “ Pero
mamá yo no te quiero dejar“ -respondió Juniper llorando. “Prométemelo!.. sólo
prométemelo..'' Sí mamá, te lo prometo..” “ok, ahora tienes que correr!” - gritó su mamá.
Juniper se levantó del piso y corrió. ¡Ella se asustó porque estaban sus amigos afuera
esperándola. “¡Juni, nos tenemos que ir porque este virus nos va a matar.” le dijo Alex a su
mejor amiga. “ Ya lo sé! vamos! CORRE!” - respondió Juni. Los cuatro empezaron a correr y
nunca pararon.
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Mi historia del 2020 (Coronavirus) Yulissa Alvarado
Todo empezó en la escuela cuando estaba en clase de matemáticas. En los anuncios
estaban diciendo que después de la clase íbamos a ir a una clase que es como un tipo de
estudio.Todas las personas en la clase de Matemáticas estaban jugando y diciendo que
nos íbamos a ver bien pronto . Luego cuando terminó la clase de matemáticas fui a
Community (así se llama).
Cuando regresé a la clase de Community todos estábamos un poco confusos pero algunos
ya tenían una idea de lo que estaba pasando. Luego el maestro Señor Prusko puso un slide
show diciendo que íbamos hacer la escuela toda en línea. Nos dijeron que iba a ser por
unas dos semanas. Cuando se terminó la presentación todos nos salimos para agarrar
nuestras cosas del casillero. Ahí escuchábamos personas hablar del virus diciendo que nos
íbamos a ver muy pronto y también diciendo qué emocionadas estaban para no ir a la
escuela. Ya cuando llegué al autobús todos estábamos muy contentos hablado de cómo
este virus era algo muy pequeño y todos se estaban riendo en el camino a casa. Le dije a
mis amigos “bueno nos vemos pronto loser!” Él me contestó con “¡Estás actuando si no te
voy a ver hasta el próximo año o algo! Nos vamos a ver muy pronto vas a ver”
Empezamos la semana de e-learning, todo era muy confuso y complicado para hacer. Toda
la tarea era de cosas que ya estábamos haciendo en la escuela anteriormente, era un poco
aburrido . Después un día se convierte en 4 días. Esos 4 días se sintieron los más largos de
mi vida, parecía que no me podía escapar de toda la tarea que tenía que hacer. Luego 4
días se convierte en la siguiente semana, cheque mis correos electrónicos y mire uno
diciendo que ya íbamos a regresar a clase! Estaba muy contenta de saber que ya iba a
regresar para atrás. Unos días pasaron y eso fue cuando todo cambió.
¡En el correo electrónico decía que íbamos a regresar a clase para el siguiente mes! Eso me
dolió mucho cuando empecé a leer. Parecía que alguien quebró mi corazón en miles de
pedazos. Todo se hizo peor desde ahí. Durante ese mes todo fue muy difícil para mí. No
tenía nada de motivación y todo se sentía lo mismo.
Unos meses se convirtieron en mi graduación de octavo grado. Todo era en la
computadora. Era muy triste porque no podía estar con todos mis amigos/amigas ni
podíamos ir al paseo del Navy Pier que ha estado muy contenta desde el sexto año .
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Pasaron unos meses ya iba entrar a la High School y desde ahí cambió todo. Unas semanas
después de que íbamos ir a la escuela mis padres me dijeron que un primo mío se murió
por el coronavirus. Ya hemos tenido 7 familiares que han muerto en menos de un año, eso
que solamente es parte de la familia de mi mama. Esto me afectó mucho porque siempre
cuando lo íbamos a visitar me hacía unos burritos riquísimos y él me quería bastante. Esto
también afectó a mi familia porque él era una persona buena y muy feliz . Ese día fue muy
triste no solamente para mí, sino para muchos de mis familiares. Ya cuando empezamos la
escuela todo era muy estresante y mi motivación se fue para abajo. Para hacer mis tareas
era muy difícil porque me sentía muy sola. Para levantarme cada día era muy difícil, sentía
que una roca pensada estaba encima de mi cuerpo y era muy imposible despertarme cada
mañana. Todo era como una rutina y sentía que nunca iba terminar este sentimiento de
tristeza. Había ratos que ya no quería hacer las tareas que me mandaron pero lo tenía que
hacer si no les iba a preocupar mis padres.Y preocupar y decepcionar a mis padres es la
última cosa que pensaría hacer porque no me gustan decepcionarlos.
Luego empezaron los deportes del Tenis. Mi amiga Denise me había comentado de eso
anteriormente pero lo eché de menos hasta que era unos días hasta los tryouts. Fui con
ella y todavía estaba un poco triste pero lo trate. Espere por los resultados y resuelto que
hizo el equipo de Tenis! ¡Yo y mi amiga Denise lo hicimos juntos y nos encantó! Aunque
para el resto del season jugué yo sola y los demás jugaban con 2 compañeros era muy
divertido( a mí me encanta jugar sola porque después tengo mi mitad de la corte para mi) .
Empecé a notar que desde que jugué Tenis me puse mucho más feliz. Me levantaba
contenta sabiendo que iba ir a Tenis y jugar con las demás de mis amigas. No solo eso, sino
también para aprender más. Mis grados también mejoraron bastante, me sentía saludable
y feliz. Desde ahí empecé a aprender cómo gustar hacer la escuela en la tableta y cómo
manejar mi tiempo. Hasta este día todavía estoy aprendiendo algo casi cada día y eso me
hace muy feliz .
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“Nuevos familiares” Jimena AngelEra el 3 de julio de 2019. Estábamos en la yarda de mi tío Carlos celebrando su
cumpleaños. Era un día caliente y húmedo. Mi familia y yo llegamos y felicitamos a mi tío.
Mi mamá llevó la comida que trajimos a una mesa al lado de la casa donde había más
comida y botana. Empezó a llegar más familiares y cada vez que alguien llegaba, nos
saludábamos y los que llegaban felicitaban a mi tío. Cuando llegaron mis primos, Kalia,
Lucas y Jack, decidimos jugar volleyball. Lucas estaba muy alto. Kalia era chaparrita y Jack
también. Después de un rato nos cansamos porque hacía calor. Entonces, empezamos a
servirnos botana y comida. Empezó a oscurecer ya más tarde y luego mi tío Carlos prendió
unas luces. Mis tíos y tías se hablaban entre ellos mismos y mis primos y yo nos
hablábamos entre nosotros. Mis tíos y tías estaban sentados en sillas en un círculo y mis
primos y yo estábamos sentados en las mesas. Mi tía Lili empezó a contar de cuando le
había llamado a mi abuela (quien estaba en México durante ese tiempo) hace unos días.
¡Nos dio la noticia de que estaba embarazada! Todos se quedaron viendo el uno al otro y
luego se pusieron muy contentos. ¡El primer bebé en la familia después de siete años! Les
dimos abrazos a mi tía Lili y su esposo Juan y los felicitamos. Meses después, mi tío
Emanuel (quien estaba en México) llamó a mi papá para darnos la noticia de que ¡mi tía
Rosa estaba embarazada! ¡Otro bebe!
El primero de enero de 2020, recibimos la noticia de que el bebé de mi tía Lili y tío Juan
había nacido! ¡Fue niña!
- Jimena, ven. - Dijo mi mamá.
- ¿Mande ma? Le pregunté. - Me enseñó una foto de un bebé.
- ¿Ya nació el bebé? -
- Sí y fue niña. Contestó mi mamá. -
Estaba muy contenta de que ahora tenía una prima nueva. Su nombre era Sarah. El 3 tres
de enero regresaron a casa y mi familia y yo los fuimos a visitar. Tocamos la puerta y mi tío
Juan la abrió. Lo felicitamos y entramos. A la derecha estaba sentada mi tía Lili en el sillón
con la bebé. Era muy pequeña y se veía como una muñeca de lo bella que era. Casi toda su
ropa le quedaba grande. Su gorra se le seguía cayendo porque le quedaba muy grande.
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Después de un rato, me tocó a mí para agarrarla. Era muy liviana. Yo estaba muy contenta
que finalmente estaba aquí.
Uno o dos meses después, empezaron a anunciar en las noticias de un virus que estaba
extendiéndose por China. Me empecé a sentir un poco nerviosa pero aparte de eso me
sentía bien. Seguían anunciando lo que estaba pasando en China y un día vi que los
Estados Unidos ya tenían unos casos confirmados. Uno era en Illinois. Me empecé a sentir
más nerviosa y tenía más cuidado cuando salíamos.
No te preocupes hija. Todo va estar bien. - Me dijo mi papá.
Ok, gracias papá. - Le contesté.
Los Estados Unidos no fue el único país que empezó a tener casos. En Europa, los países
empezaron a reportar casos. Italia fue uno de ellos. Lo que estaba pasando en Italia era
muy trágico. Muchos se estaban enfermando. Yo no quería que eso pasara aquí. Pasaron
unas semanas y la situación se seguía poniendo peor. Los Estados Unidos empezó a
reportar más casos. La segunda semana de marzo fue mi último día de escuela en persona
para ese año escolar. Unos días antes habían anunciado que cancelaron las prácticas de
deportes y las audiciones para los deportes de fútbol para niñas y volleyball para los niños.
Yo estaba un poquita decepcionada porque yo quería estar en el equipo de fútbol como lo
hice los últimos dos años. Pero sabía qué era lo que se necesitaba hacer. Las cosas
empezaron a cambiar fuera de la escuela también. Dejamos de juntarnos con familiares,
los partidos de fútbol de mi hermano se habían cancelado, y empezamos a ver la Misa en
Facebook. Mi papá empezó a trabajar en la casa y mi mamá también, aunque era solo un
día de la semana. Como dejamos de juntarnos con los familiares, ya no podía cargar a mi
prima Sarah. Mi tía Lili mandaba fotos pero no era lo mismo.
Después de meses sin juntarnos con familiares, empezamos a juntarnos otra vez. Al
principio me puse un poco nerviosa pero después me encantaba cuando los veíamos. Un
día, hasta cargué a mi prima Sarah otra vez. La última vez que la había cargado era cuando
tenía como dos meses. ¡Ahora ya tenía como 5 y medio! ¡También llegaron las noticias de
que había nacido mi primo! Quince días después de que nació lo fuimos a ver. Mi familia y
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yo nos pusimos máscaras y lo vimos desde una distancia. Su nombre era Alan. Se veía muy
grande. No lo pudimos cargar pero por lo menos tuvimos la oportunidad de verlo.
Los casos del COVID-19 empezaron a subir de nuevo. Mi familia y yo ya no nos estamos
juntando con nuestros familiares. Extraño no juntarnos pero ahora estoy más tiempo con
mi familia y aunque no podemos salir, todavía nos divertimos mucho. No sé cómo va a ser
el año que viene pero espero que las cosas se pongan mejor.
23
FICCIÓN
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El día que todo cambió Alexis Colón
Un día normal caliente como siempre a las ocho de la mañana en Chicago, Illinois. Mi
amigo Alexis estaba caminando hacia su trabajo, contento como siempre, cantando una
cumbia cuando algo le agarró la mirada. ¡Alexis fue impactado! Había una multitud de
gente y vio algo que nunca se le va a olvidar. Ese algo fue como a un señor moreno lo
estaban maltratando, agarrando, golpeándolo y tirándolo al piso con golpes, a los policías
no les importó, empezaron asfixiarlo con su rodilla al pobre señor. Alexis, impactado, fue
corriendo a su trabajo para contarle a su jefe Tomás. Su jefe Tomas impactado por lo que
le contó Alexis, se lo comentó a su colega, su colega le sugirió que le dijera a Alexis que
empezara unas protestas. Entonces el jefe Tomas le dijo a Alexis qué crees que puedas
empezar unas protestas y Alexis le contestó por supuesto. Tomas le dijo pero te voy a
ayudar y voy a decirles a mis amigos del face que pasen la voz y hablen de lo sucedido.
Alexis dijo y yo les voy a contar a mis amigos del Whatsapp para ver si me pueden ayudar.
Esa misma tarde, Alexis le dijo a sus amigos de Whatsapp de lo sucedido y se preparó con
posters para salir a protestar.
Algo le falló a Alexis porque después de tres cuadras vio carros en llamas. Espantado,
furioso e impactado de tanto alboroto se quedó inmovilizado. Después de cinco minutos
de quedarse inmóvil regresó a la tierra y empezó a caminar en busca de su jefe. Alexis
caminó un poco y en medio de la multitud encontró a su jefe. Alexis le pregunto que pasó,
su jefe contestó espantado, no sé, llegaron unos señores encendiendo carros y empujando
a las personas. En menos de un minuto llegó la policía disparando contenedores de humo.
Su jefe y Alexis se echaron a correr. En ese momento, Alexis se dio cuenta que después de
eso las personas no se iban a quedar con las manos cruzadas. Ellos se enfrentarían contra
la policía. Tomas y Alexis corrieron tres cuadras, pero para ellos se sintió una eternidad
entraron a su casa de Alexis espantados por lo sucedido. Su jefe Tomas y Alexis estaban
cansados. Alexis le dijo a su jefe está bien que se quede a dormir aquí esta noche creo que
sería más seguro. Tomas le respondió si no es mucha molestia. Alexis “respondió claro que
no es ninguna molestia”.
Al día siguiente, Alexis se despertó cansado y adolorido de tanto correr, pero al minuto
escuchó un fuerte grito afuera. Alexis, con tanta curiosidad, se fijó vio al ejército caminando
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e invadiendo las calles. En seguida viene su jefe y le pregunta qué pasa. Alexis, sin palabras,
se quedó mirando hacia afuera. En ese mismo momento escuchan que alguien toca a su
puerta gritando, “¡Abran somos la policía!” Su jefe y Alexis se quedan inmóviles como si
hubieran visto a un zombie. Alexis reaccionó y abrió la puerta. Entonces el policía les dice
que quedan los dos arrestados por organizar las protestas.”Vengan con nosotros.”
Continuará...
26
“Envidia” Samuel Amado Pabon
Conocí a Jimmy hace 26 años, yo acababa de cumplir 9 y mis padres habían organizado una
fiesta no muy extravagante, tampoco muy cara, pero digna de ser llamada fiesta. Pues,
tenía los requerimientos mínimos para que cualquier persona que pasara por mi casa y
viera la decoración, supiera de inmediato que un niño estaba cumpliendo años. Ese día no
asistieron muchos de mis familiares debido a que vivían alejados de nosotros, para ser más
exactos vivían en otro continente, así que solo éramos yo, mis padres y unos amigos de mis
padres.
La vecina de la casa de al frente también fue invitada, y por supuesto ya que era una fiesta
infantil ella decidió traer a su hijo Jimmy, tenia la misma edad que yo y era un poco más
alto, tenia el cabello mono y ojos tan cafes que parecian negros , a diferencia de mi que los
tengo un poco más claros. Cuando la vecina llegó a la fiesta, mi madre me hizo saludarlo
después de haber saludado a la vecina, y después de habernos presentado mutuamente
nos pusimos a jugar en el patio de la casa, y desde ese día nos hicimos mejores amigos.
Siempre después de clases Jimmy venía a mi casa a jugar conmigo en el patio, y se volvió
tan común que mi madre siempre tenía preparado un almuerzo para Jimmy cada vez que
yo volvía del colegio, y a veces los fines de semana se quedaba a dormir en mi casa.
Pasaron los años y Jimmy y yo ya teníamos 14, nuestros pasatiempos pasaron de jugar en
el patio a jugar videojuegos, jugar basket en la cancha, o hablar sobre chicas, éramos unos
chicos muy normales y comunes, no hacíamos nada que no se saliera de los estereotipos
de la fase preadolescente. Jimmy era un poco popular en la escuela, y recientemente había
conseguido novia, una chica se le había confesado, yo por otra parte, había tenido novia
tambien pero las cosas no funcionaron entre nosotros, así que estaba solo en cuanto a
amor se refiere, de todas formas sabía que las relaciones de escuela no eran tan serias que
digamos, así que no le daba mucha importancia al estar solo, pero si extrañaba pasar
tiempo con Jimmy, pues por obvias razones ya no pasábamos tanto tiempo juntos como
antes.
Empecé a irritarme cuando un día como cualquier otro en la escuela, fui a mi escritorio en
clase de dibujo técnico, y era la única persona que no tenía compañero, después de haber
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acordado con Jimmy que nos haríamos juntos, así que empecé a buscarlo con la mirada y
lo encontré sentado en el otro extremos del salón con su novia, después de terminar la
clase me pidió perdón diciendo que se olvidó. Cosas como estas se volvieron cada vez más
seguidas, y llegaron hasta el punto que Jimmy y yo ya no nos veíamos casi nunca, a pesar
de vivir enfrente del otro.
Los años volvieron a pasar, y yo ya teniendo 18 años no había vuelto a salir ni a convivir
con Jimmy, simplemente nos alejamos poco a poco hasta que ya éramos solo compañeros
de clase, habíamos dejado de tener cosas en común, Jimmy era más como el chico popular
de la clase, y yo era uno que ni resaltaba, pero tampoco era el típico chico callado,
simplemente no era el centro constante de atención como lo era Jimmy, y en realidad me
alegraba por no serlo, pues Jimmy se había convertido en el tipo de persona que cambia de
novia cada dos semanas, y faltaba a clases regularmente, lo cual a estas alturas era algo
que no debería hacerse, pues el próximo año ya tendríamos que salir a la universidad.Y ese
año llegó, yo me metí a medicina, iba a tener unos años de mucho estudio, así que me
dedique en cuerpo y alma a estudiar hasta la noche, de Jimmy no volví, a saber nada, pues
yo ya vivía en la universidad, y él se quedó viviendo en la casa del frente de donde vive mi
madre, por ella misma fue que escuche rumores sobre Jimmy habiéndose metido en las
drogas, más que todo la mariguana, y que salía de fiesta cada fin de semana.
Yo obviamente no tenía tiempo para fiestas, ni mariguana, la escuela de medicina drenaba
todo mi tiempo, y al final del día solo pensaba en dormir, estos fueron unos años muy
agotadores para mi, y a veces maldecía mi decisión de haber elegido ser doctor, pero de
alguna manera logré superarlo, y después de 12 largos años logré terminar mis estudios de
medicina, ya era un doctor practicante.
Durante mis años de estudio conocí a una chica que también pertenecía a la clase de
medicina, y terminó volviéndose mi esposa, a la cual amo y espero que esté bien, al igual
que a mis hijos, los amo con todo mi ser y si logro salir de este pozo casi oscuro y frío,
prometo que los llevaré a Disneyland, Dios, como me arrepiento de no haberlos llevado
antes, pero puede que eso ya no se vaya a poder. Aclararé mi situación para el policía que
ojalá encuentre esta nota, y lea un resumen corto de mi miserable vida. Esta mañana salí
de mi trabajo, y me dirigía a casa, estaba pensando en qué haría hoy apenas llegara a casa,
y se me antojó comprar un poco de pan, así que paré en la panadería que había cerca del
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hospital, no era muy famosa ya que se encontraba en un sitio de muy mala fama, pues
todo tipo de atracos y asesinatos ocurrían cerca, pero hey, solo iba a demorar unos
minutos, ¿qué es lo peor que podría pasar?, pues que un tipo me diera con una pistola en
la cabeza, y me noqueara.
Cuando desperté quedé atónito al ver la persona que tenía al frente, era Jimmy, no se
como demonios hice para reconocerlo entre esos ojos tan rojos e irritados, y esa cara tan
demacrada que parecía un zombie, supe de inmediato lo que había pasado con el, pero no
me importaba en lo más mínimo preguntarle otra cosa que no fuera, ¿qué estás haciendo?,
el casi ni podía responderme porque estaba drogado, era obvio, pero lo que alcance a
dilucidar de sus palabras fue que no era justo, que yo siempre había sido un perdedor, y yo
siempre quise ser como él, y no era justo que yo tuviera esta clase de vida cuando él por
otra parte, estaba en la total mierda, en ese momento solo quise calmarlo y intentar hacer
que me liberara las manos, si jugaba bien mis cartas podría convencer a un drogadicto que
hiciera lo que yo quisiera, tendría que encontrar una forma de persuadirlo, pero antes de
poder hablar él paró el carro, y nos bajamos en un sitio que olía a mariguana y otra clase
de cosas desagradables, era un lugar donde vagabundos se reunían a dormir, al parecer la
gente que allí se encontraba conocía a Jimmy ya que le dijeron que por que se había
tardado tanto, eso me dio a entender que esto había sido planeado, vi que tenían armas y
me quedé paralizado, no era capaz de hablar, pero sabía lo que querían, y al ser un doctor
con una esposa que también era doctora, tenía de sobra así que solo aceptaría todo lo me
dijeran y no pondría resistencia, me metieron a una especie de pozo y me dejaron una
botella de agua y un poco de pan, también había un viejo cuaderno junto con un lapicero,
en el cual estoy escribiendo esto, y aquí estoy, esperando a que suceda algo, a que me den
la confirmación de que ya les llego el dinero, y que me puedo ir.
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“El sueño americano“ Bethsi García Rojas
“Solo faltan 10 minutos, tu puedes” me digo a mi misma.
Ya me quiero ir a la casa, ha estado aquí desde las 7am. Odio este trabajo. Siempre huela a
carnicería y cloro. La música siempre es muy alta y no puedo oír a los clientes. Odio a todas
las personas amargadas que vienen a la tienda y dejan todo su mal humor conmigo.
Porque piensan que porque ellos tienen un mal día, pueden hacer mi dia un mal dia?
Trabajo todos los días y cada día me amargo más, como todas las personas canosas que
vienen a mi trabajo . Me van a salir canas y solo tengo 17 años.
Al fin me puedo ir a mi casa. Hoy salen las letras de aceptación de la Universidad de Nueva
York. Ojalá me acepten pero el dinero me preocupa. Trabajo y trabajo pero no es nada
suficiente para irme a Nueva York y pagar la escuela. Mis padres no pueden pagar, el
dinero está apretado como es. Estoy tan cansada que siento que mi cabeza es lo único
moviéndose, mis piernas solo las estoy arrastrando.
Cuando llego a mi casa voy luego luego a mi computadora para ver si me aceptaron. Mi
mama y papa ahi conmigo viéndome meterme a la página web de la universidad. Siento
que me puedo vomitar de nervios. Me siento como un jugador de fútbol americano que va
a el Super Bowl. Entro a la pagina y es cuando veo “ Felicitaciones, has sido aceptada a la
Universidad de Nueva York con una beca completa.” Ni podía hablar, respirar, ni llorar.
Todo mi trabajo al fin valió la pena. Todas las lágrimas por mis grados, de trabajar para
ayudarle a mi familia, y la presión de ser la primera generación en América y mujer. Este
momento era el único momento que había sentido el Sueño Americano. Como mujer de
color en el paiz echo de hombres blancos este era mi momento de éxito. Mi mamá y papá
viendo me con anticipación en sus caras.
- “Me aceptaron, con beca completa” dijo con lágrimas en los ojos.
Mi mamá y papá me abrazan como nunca me habían abrazado antes. Con tanto amor y
orgullo que lo puedes sentir hasta la luna.
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- “Alexandria te dije que tu podrías lograr todo lo que quieres. Eres una mujer tan
ambiciosa que esto ni es una sorpresa.” dice mi mama con una sonrisa tan grande
que pude llenar el cuarto
- “Felicidades, tú eres una mujer tan tremenda y fuerte. Ni una duda en mi mente que
te iban a aceptar.” me dice mi papá.
La verdad es que yo hice y hago todo por ellos. Les debo todo mi éxito a ellos. Mi mamá
nunca fue una mamá machista. Ella siempre me motivó a ser independiente sin o con un
hombre. Mi papá tampoco era machista. El es un hombre muy fuerte y me hizo
exactamente como él. Los dos nunca me han callado cuando viene a mis opiniones
políticas. No importa si estábamos en diferentes lados del argumento siempre querían que
yo fuera fuerte y orgullosa de ser inteligente. Esto es importante para una mujer hispana o
latina. El machismo en nuestra comunidad nos puede lastimar mucho y yo siempre estoy
muy agradecida de que mis padres nunca lo hayan hecho.
- “Gracias por todo. Por motivarme a ser una mujer muy exitosa y por nunca callarme
y dejarme tener una voz” les dijo llorando y llorando
Voy a mi alcancía para ver cuánto dinero ha podido ahorrar para mi colegio. He trabajado y
trabajado para todo este dinero y al fin lo voy a usar para mi futuro. Tengo 15,000
ahorrados de mi trabajo, de regalos, y de ayuda de mis padres y hermanas. Ahora para
checar lo de mi apartamento y como lo voy a poder pagar. Con todo el trabajo que he
hecho y todavía tengo que preocuparme del dinero.
Ya es Julio y entró a la universidad este otoño. Encontré un apartamento chico y lo voy a
ver con mi familia y mejor amiga que va vivir conmigo. Cuando entramos a la ciudad yo
sentí este orgullo que nunca había sentido. Yo supe que esta ciudad era para mi. Yo y mi
amiga Dayana empezamos a llorar. Todo nuestro trabajo nos trajo a este punto. Que
felicidad.
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“El sobrevivir” Esmeralda Aguilera
Nadie recuerda bien lo que en verdad pasó después de la elección presidencial. Pasó hace
mucho, ahora lo único que sabemos es que tenemos que sobrevivir. Mi familia y yo hemos
viajado en círculos desde Illinois a Wisconsin. Es el año 2026 y el Coronavirus sigue aquí y
está peor. Ahorita lo único que nos importa es mantenernos fuera de vista, encontrar
comida, y buscar un lugar seguro. Tuvimos que abandonar nuestro carro hace unos años
para ser menos vistos; se que le dolió eso a mamá. En el principio mi hermano y hermana
menor se quejaban de siempre estar de pie, pero ahora pueden caminar 30 millas sin decir
una palabra.
Mi primo y yo tomamos turnos en la noche cuando dormían mis hermanos y mi mamá
para asegurar que nadie nos encontrara. En las noches que ninguno de los dos podemos
dormir practicamos defensas por si pasa algo. Algo que los demás no saben es que cuando
salí para buscar comida encontré una pistola de mano y muchas balas. No la usaré si no
hay necesidad de hacerlo, pero algo que no saben es que hace años perdí la paciencia
hacia los demás. Si alguien trata de lastimar a mi familia no pensaré dos veces en disparar.
Han pasado días que no podemos movernos de lugar, la gente se acerca y hemos
escuchado muchos balazos. “Hoy al anochecer nos iremos lo más cerca que podamos al
bosque” - le dije a mi mamá y primo.
En cuanto el sol se fue a dormir agarramos todo y nos fuimos. “¿Sabes a dónde vamos
exactamente?” - preguntó mi hermano. Lo ignore porque la verdad era que no sabía, sólo
esperaba que encontraramos un lugar salvo antes de que amaneciera. Tomamos pasos
silenciosos y rápidos, de repente *crack* el sonido de una rama rompiéndose a la
distancia. Dirigí mi mano izquierda detrás de mí señalando que se bajaran de vista,
mientras con mi mano derecha lentamente la ponía por dentro de mi suéter para tener en
mano la pistola que estaba cargando en mi pantalón. Se está acercando algo, “cuando diga
ya! Corran aya para dirigirnos hacia el norte” - dije yo.
Mentalmente me estaba preparando para lo que iba a hacer, luego de repente me escuche
gritando: “¡YA!”. Mis hermanos, mamá y primo empezaron a correr, saqué el arma y apunté
a la figura oscura. ‘Es humano’ pensé, baje un poco el arma y dispare *boom*. Le di en el
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pie, así no nos podrá perseguir. Corrí, “que hacen!? No paren de correr!”, “de donde sacaste
esa arma?” -preguntó mamá, “Ahorita no hay tiempo de explicar, corran”. Corrimos por un
buen tiempo, se sentía como una eternidad. Pise algo que tembló y que se sentía duro,
pare y moví las ramas y hojas para ver que era. Era una puerta en el piso. “Vengan por acá”
- les dije. Mi primo y yo abrimos la puerta. Vimos escaleras dirigiéndose para abajo, saque
la pistola de nuevo y me dirigí a ir primero mientras los demás estaban detrás de mí.
Encontré la luz y la prendí mientras mi primo cerraba la puerta.
Parecía un laboratorio abandonado con tecnología avanzada, encontramos un pasillo que
contenía un cuarto con camas y otro con bañeras. También había otro cuarto con
computadoras y cámaras. Ya que termine de revisar si éramos los únicos allí, deje que
todos se fueran a bañar porque ya olíamos a pescado muerto. Mientras ellos se bañaban
encontré comida, agua y ropa. Lo dejé en el cuatro con todas las camas. Había pasado por
una sección que parecía un laboratorio cuando estaba revisando que no hubiera nadie.
Regresé allí para ver si encontraba algo de buen uso. Encontré docenas de frascos que
tenían escrito borroso que deletreaban ‘C19 cura’. Traje una docena al cuarto, “¿saben qué
es esto?” - pregunté, “esto es lo que va a cambiar todo este desastre que hay en el mundo.
Después de hablar un poco de sobre lo que íbamos hacer me metí yo a bañar. Había
pasado mucho que no me bañaba en una ducha normal. Mire como el agua sucia se iba
por el drenaje, me quedé allí parada por lo que parecía ser horas. Cuando salí tome el
tiempo de ver las limpias caras de los demás, sentí alegría al ver a mi mamá por fin
descansando un poco. “En 30 horas iniciaremos el plan, ahorita disfrutaremos la
tranquilidad y descansamos”- dije yo. Mientras todos dormían yo me quedé despierta para
cuidarlos como cada noche durante los últimos 6 años, se despertó mi mamá y me dijo:
“trata de dormir un poco, ya estamos a salvo”. Aunque sabía que tenía razón, la costumbre
no me dejaba.
Cuando era tiempo de iniciar el plan me puse nerviosa, no habíamos visto otros rostros en
años. “¡Atención a todos! Tengo aquí la cura para el virus” - grité. Todos empezaron a salir
rápidamente. “Hemos esperado este día por años” - dijo una señora mayor. Empezamos a
repartir las vacunas y cada día más gente llegaba de todas partes del mundo para recibir la
cura. Para nuestra sorpresa, no había mucha gente porque la mayoría había muerto.
Lentamente todo está regresando a la normalidad. Al pasar el tiempo, el gobierno tomó
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control de nuevo aunque les tomó mucho tiempo ganar nuestra confianza otra vez. Al
mirar las estrellas escuché a mi mamá decir: “Hiciste bien mija, estoy orgullosa de ti”. “Lo
hice por ustedes y por la esperanza que nuestro amor nos ha traído ” - contesté mientras al
fin cerraba mis ojos para descansar.
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“La invasión” Cristopher Rincón
Era el 20 de agosto y estábamos en la casa como un día normal hasta que anunciaron en la
televisión en cada teléfono que había un objeto no identificado que entró a la atmósfera.
El anuncio también decía que todos se queden en casa y no le abran a nadie la puerta. Las
noticias relataban que el Coronavirus era parte de un ataque primario de unos
extraterrestres. El COVID fue enviado para debilitar la infraestructura del mundo para
iniciar una invasión de seres de otro planeta. Era importante que no tuviéramos contacto
con nadie. Estábamos todos en la casa, mi hermano, yo y mi mamá y mirábamos por la
ventana. Observamos los F-22 Raptors y más equipaje militar. Escuchamos muchos ruidos
como explosiones y balazos. Cuando empezamos a ver otros tipos de cosas volando, no
eran como aviones normales, eran aviones más redondas y más rápidos.
Esto pasó por días hasta que un día no se escuchaba nada, lo único que se escuchaba era
el vientorecorriendo entre las hojas de los árboles. Se sentía que si hablábamos, se
pudiera escuchar por millas. Hasta que alguien tocó la puerta y se escuchó el sonido por
toda la casa. Miramos por la ventana y nos dimos cuenta que era un soldado tocando la
puerta. Le abrimos la puerta y fue allí en donde nos atacó. Tuvimos que agarrar a mi
hermano, Jack, y yo. No fue suficiente sujetarlo porque nos aventó con una fuerza increíble
hasta que otro muchacho con un chaleco de anti balas llegó. Este muchacho lo agarró y le
disparó con algo en la cabeza que parecía una pistola de rayos. Después nos preguntó si
estábamos bien. “Sí, estamos bien, ¿qué fue eso?” - le respondí “ No sabemos pero les
llaman camaleones. Ellos mataron a casi todos en el mundo” - respondió. Nos contó que
se llamaba Jerry Watson y que él era del programa llamado el U.R.U. del ejército americano.
Jerry dijo que ya eran suficientes preguntas por ahora porque necesitábamos ir a un
búnker.
13 días después…..
Estábamos mal y no teníamos de comer, en unas horas se nos iba acabar el oxigeno en el
bunker. Jerry nos contó sobre un lugar en Nueva York que supuestamente no fue atacado
por los camaleones, pero estábamos muy lejos, eran casi 20.000 millas. Le dijimos a Jerry
que necesitábamos irnos porque o nos iban a matar o nos íbamos a morir en el búnker sin
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agua y sin oxígeno. Me dijo que le gustaba estar seguro en el bunker, pero ya no aguantaba
estar aquí esperando.
Desde ese momento nos fuimos y encontramos un carro que todavía servía con mucha
gasolina. Nos dirigimos hacia Nueva York y en unos días estábamos en Columbus, Ohio,
pero ahora le llamaban el centro donde empezó todo.
Estaba destrozada la ciudad y había mucha gente muerta. Todavía había muchas cosas en
fuego alrededor de muchos edificios caídos. Vimos a unas personas caminando enfrente
de nosotros y de repente les empezaron a disparar otras personas que tenían rasgos de
humanos. Jerry dijo escóndanse son camaleones por eso les llamamos así porque son casi
como los humanos. Oh no, nos vieron. De repente empezó una guerra entre nosotros y
ellos . Bam bam bam son todos los sonidos hasta que escuche a mi hermano gritar: “ME
DIERON ME DIERON” En eso Jerry dijo: “Yo te cubro, corre y ve a ver qué le pasó”
Yo corrí y mire en donde le pegaron que le pegaron en el corazón a mi hermano. Jerry dijo:
“Nada se puede hacer ya le dieron y se va a morir. Es mejor que te despidas”. Yo grité: “NO,
NO, NO, ESTO NO PUEDE SER, NO TE ME VAYAS” Jack respondió “Te quiero mucho
hermano, pero me necesitas irte”. En eso agarré la pistola de Jerry y empecé a disparar a
todos los camellones. Los mate a todos y le dije a Jerry vámonos. Antes de irme me
despedí de mi hermano al llorar y gemir. Después de unos minutos nos fuimos.
2 días después
Estoy todavía muy cansado y muy triste pero hay que seguir. Yo sé que eso sería lo que
Jack hubiera querido. Llegamos a Allentown, Pennsylvania. Allentown era el único lugar
que no se veía nada mal. No estaban todos los edificios destruidos, pero si había algo raro
de todo el silencio. Las ramas se escuchaban mientras el viento les pegaba. Esto no me
gustaba porque significaba que nadie sobrevivió. De repente escuché un sonido como si
algo o alguien estuviera caminando.
Le dije a Jerry que se escondiera para ver que era. Nos escondimos y en eso vi que era un
perro. Era un perro Pastor Alemán y se nos acercó. Tenía un abrigo marrón con negro y le
decidí llamar POP porque se apareció haci como nada. POP, yo y Jerry seguimos en la
carretera. Al caminar nos encontramos con muchos camellones y ya sabes como les fue.
Un día después vimos un letrero “Welcome to New York”. Fue en ese momento que salté de
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alegría y dije: lo logramos” Habíamos llegado por fin y se sentía como Dios nos dio un
poquito de alegría que hasta Jerry sonrió. Pero me dijo unas millas más para llegar a
Albany, New York en donde supuestamente había un campamento y nos podían ayudar a
sobrevivir.
Llegamos a Albany y nos dimos cuenta que no había ningún campamento. “ AQUÍ DEBERÍA
DE ESTAR” - le dije a Jerry. En eso vimos unos camellones y fue allí donde sentí algo filudo
entrar por mi espalda. Jerry gritó: “todos ustedes deben de morir”. Yo le pregunté de qué
hablas mientras sangraba y sentía dolor por todo mi cuerpo. “Yo no soy de U.R.U” - dijo
Jerry y se transformó en un camaleón. El verdadero Jerry era alto con ojos negros piel seca
de color gris. No tenía pelo y tenía unos dientes muy feos. En eso me eché a correr y lo
único que hice fue correr al avión de ellos y me dije que ya no se podía hacer nada. Me
siguió Jerry al avión y con su mano me dio en el corazón. Escuché a Jerry decir: “fue una
aventura, pero ya se acabó” Yo le respondí con “pues, si yo me muero tu y todos tus
amigos nos vamos también. Lo que no sabía Jerry era que tenía unos explosivos que
encontré en Ohio escondidos en mi mochila. Los agarré y presione el botón. La exploción
fue muy grande que se sintió alrededor del mundo. Tal vez no ganamos la guerra en ese
momento, pero si les envié un mensaje a todos los camaleones.
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“El salto final” Luis Alpizar García
Todo comenzó en marzo cuando mi escuela anunció que iban a cerrar por causa de
un virus desastroso. Estaba en casa cuando la ansiedad empezó a entrar a mi
hogar. Mi papá empezó a hablar de que había una probabilidad de perder su
trabajo por el coronavirus. Al decir eso, sabíamos que él iba a necesitar más ayuda
en casa. Mis hermanas también estaban preocupadas de que podían perder su
trabajo. Yo no estaba pensando en eso y pensé que esta pandemia se iba a
terminar en 3 meses, pero estaba incorrecto. Durante todo el tiempo de la
cuarentena estaba en mi casa o en el parque con mis amigos porque estábamos
aburridos en la casa. Gracias a Dios mis padres y mis hermanas no perdieron sus
trabajos y todos seguimos con nuestras vidas. Por una semana mi mamá y papá
empezaron a sentirse enfermos.
No estábamos seguros si era coronavirus o si era el flu, entonces ellos se pusieron
en cuarentena. Yo pensé que algo malo iba a pasar a la familia pero nada pasó.
Recuerdo que un día me levanté de mi cama y empecé a ver alrededor de mi casa y
no vi a nadie. Llamé a mi familia y nadie contestó. Le pregunté a mis vecinos si
vieron lo que pasó pero ellos no se recordaban que nosotros vivíamos en esa casa
móvil. Fui a la oficina para preguntar si ya estaba pagada la renta para ver si ellos
se acordaban de mi familia. Entre a la oficina y le pregunté a la señora: “Hola
buenas tardes, si sabe si ya se ha pagado la renta de la traila 134?” “No nadie a
vivido en esa traila por 5 años, ¿por qué?” - me respondió la señora. Yo estaba
sorprendido porque nosotros llevábamos cinco años viviendo en esa casa. Corrí de
regreso a mi casa y empecé a recolectar todo el dinero que encontré para comida y
transporte. Camine a Oasis en donde viven mis tíos.
Cuando llegue nadie estaba en casa pero había todas sus cosas adentro. Empecé a
preocuparme y estaba como loco preguntando a las personas si se recuerdan de
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mi familia. Decidí calmarme y empecé a patinar con mis amigos para ver si todo era
una broma o mi familia se fue a otro lugar.
El sol estaba bajando y todos mis amigos ya se tenían que ir. Decidí dar la última
llamada a mi mamá para ver si ya llegaron, pero nadie contestó. Le dije a mi amigo
Jonathan de el problema y me dijo que podía quedarme con él hasta que este
asunto se arregle. Cuando estábamos en su casa empezamos a pensar en lo que
pasó y cómo pudo haber pasado. Empecé a buscar en Google para investigar lo
que me paso y encontré algo bien interesante. A un niño le pasó lo mismo, pero él
encontró la solución cuando decidió lanzarse de una montaña. Yo y mi amigo
pensábamos que no era cierto y que probablemente era una broma. Seguimos
buscando por internet y la única solución era caerse de un lugar grande.
Decidí tomar el riesgo sabiendo que si no era cierto me moriría. Yo y mi amigo
fuimos al edificio más alto que encontramos. Al llegar arriba tenía mucho miedo,
¿qué tal si era una mentira? ¿Qué pasa si me muero y mi familia no sabe porque?
Me pasaban todos estos pensamientos por la mente mientras miraba abajo del
edificio. Miré a mi amigo y le dije: “¿si no me miras mañana dile a mi familia que me
morí buscándolos”. Mi amigo estaba bien nervioso porque no quiso ver a su amigo
morir y me prometió decirles. En ese instante brinqué mirando al cielo mientras
caía a 60 millas por hora. Me acercaba a la acera y sentía que el golpe final venía;
en ese instante me levanté de un sueño.
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“El ser doctora en tiempo de Covid” Alexandra Goeringer
Es sábado por la mañana a las 7:00 am y es tiempo para ir a trabajar. Soy doctora y trabajo
en la unidad COVID en el hospital. Cada día es triste al ver a las personas que están
luchando por su vida morir por un virus. Me siento bien que puedo tratar de ayudarles y
recordarles que si siguen luchando con fuerza, tienen una oportunidad de vencer a este
virus. Hoy es uno de esos días en los que puedo hacer una diferencia. Trabajo en un
hospital en Chicago, IL y en Chicago hay aproximadamente 10.000 casos de COVID-19.
Cada día cuando tengo que trabajar, necesito tener un examen de Covid. En el hospital,
usamos los exámenes que nos dan resultados inmediatamente. La enfermera me dice:
-Salió negativo tu examen, Ava-. Al ver el resultado ahora necesito pasar por una ducha de
aire y luego puedo ir a la unidad de COVID para vestirme.
Las cosas son muy diferentes en el hospital ahora en el tiempo de COVID. Todo el personal
tiene que usar máscaras todo el tiempo, todos los nuevos pacientes tienen que hacerse
una prueba rápida de COVID antes de entrar en el hospital, y tenemos la unidad COVID.
Esta unidad es para las personas que tienen COVID y sus síntomas son muy graves. Me
gusta trabajar en la unidad de Covid porque soy capaz de ayudar a las personas que están
sufriendo de este virus. Pero el problema es que se supone que sólo trabajas en la unidad
por una semana y luego estás fuera por una semana, pero ahora necesitan más personal.
Así que me ofrecí como voluntaria y ahora estoy en mi tercera semana seguida sin parar. El
médico jefe del Departamento de Emergencias está preocupado por mí y no le gusta que
me esté poniendo tanto en riesgo.
Es difícil trabajar en esta unidad porque la gente siempre está muriendo, y a veces no hay
nada que podemos hacer para ayudarles. Tenemos un paciente llamado Sergio, él tiene
COVID pero sus síntomas están muy mal. Él necesita una gammagrafía pulmonar. El tiene
fluido en sus pulmones y no está consiguiendo suficiente oxígeno. Necesito intubar a
Sergio. El jefe del departamento de emergencias viene para enfrentarse a mi y pedirme
que ya me vaya a descansar. Yo le digo que la gente se está muriendo muy rápidamente y
yo necesito estar aquí. Lo peor es que estoy viendo a gente con la cual yo he crecido ser
afectado por el virus. También hay personas que conozco que han tenido una vida muy
desafortunada y han crecido sin atención médica que son más afectadas. Todos están
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asustados por este virus. No puedo ir al saber que hay una necesidad tan grande. De
repente recibo un mensaje diciendo que el jefe del ED canceló el ECMO de Sergio. Estoy
furiosa, corro a su oficina.
—Cancelaste la ECMO? Sergio va a morir sin un ECMO!!— le grito a él.
—Solo tenemos cuatro más, y hay personas que van a necesitar un ECMO más que él— Él
dice.
—Jeffrey va a morir, necesitamos dárselo a él—.
—Callie, aún si se lo damos, todavía morirá. Hemos visto esto pasar muchas veces. Por lo
tanto tenemos que salvar el ECMO para la gente que tiene una posibilidad para
sobrevivir— contestó el jefe.
—ok, pero eso no significa que voy a dejar de luchar por la vida de Sergio.— - respondí yo.
Llame a la mamá de Sergio para hablar con ella acerca de la condición de Sergio en el
pasillo. La veo sentada en un banco afuera, así que camino y me siento al lado de ella.
Estaba frío afuera, pero tengo mi máscara para protegerme del virus, y del frío.
—¿Cómo está Sergio? ¿Hay malas noticias?— Ella me preguntó.
—los doctores han reconsiderado el tratamiento de su hijo, no creemos que va a ayudarle
a luchar contra el virus— le digo.
—¿Eso significa que va a morir?—.
—Lo siento, pero tienes que prepararte por si acaso Sergio no va a vivir mucho más—.
—¿Puedo estar con él?—.
—No, te pondrá en un alto riesgo de contraer el virus, necesitamos prevenir que este virus
se propague y mantener a todos seguros—.
—Él va a morir solo, sin yo estar a su lado—.
—Ojalá pudiera cambiar eso, pero no puedo hacerlo, aunque no tienes que preocuparte,
porque él no va a morir solo, yo estaré allí con él, puedo prometer eso—.
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—Gracias, eso significa mucho. ¿Puedes darle esto?—.
La mamá de Sergio me da una foto de ella sosteniéndolo cuando nació. Es una imagen
hermosa, su madre se veía tan joven al sostener a ese bebé adorable en sus brazos. Se
puede ver que ella nunca ha dejado de preocuparse y amarlo desde entonces. Tener una
conexión tan increíble con tu madre es algo tan especial. Ahora su mamá está tan
desconsolada que tiene que dejarlo morir, sin estar allí para cuidarlo y mostrarle amor por
última vez. Le doy a la mamá de Sergio una sonrisa y me voy a darle a Sergio la foto.
Cuando estoy de vuelta tengo que cambiarme otra vez mi uniforme y regreso a ver a
Sergio. Mientras lo veo acostado allí no puedo hablar porque está intubado, sólo escucho
el pitido de las máquinas. Pongo la foto que su madre me dio justo al lado de su mano,
esperando que de alguna manera pueda saber que la foto está allí. Yo quiero que sepa
que su mamá siempre está pensando en él.
—Sergio ha entrado en falla multiorgánica.— ¿Debo subir su morfina?. le preguntó al jefe
—Sí, y contacta a su mamá— Él me dice.
Aumentó su morfina y agarro mi iPad. Encuentro el número de contacto de su mamá e
inició un Facetime. Me di cuenta desde el momento en que ella respondió que hay tristeza
en su cara.
—¿Hola?, ¿Ava, está todo bien?— ella me preguntó.
—Lo siento, pero parece que Sergio se nos va ir — le digo muy tristemente.
—Déjame verlo—.
Giro la cámara hacia él. Ella llama a su hijo y sus ojos se abren. Él se despierta por última
vez.
—Te amo. Y te extrañaré todos los días por el resto de mi vida. Pero no te preocupes, te
veré de nuevo, y estaré con mi hijo para siempre. — La mamá decía mientras lloraba.
Lo único que escucho es el tono agudo de la máquina a la que Sergio está conectado.
Suena por última vez dejando la memoria de Sergio en este mundo. —Lo siento mucho,
pero Sergio se ha fallecido— le digo a su mamá,
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OPINIÓN
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“Cantar en los tiempos del Covid“ Josephine Carlson
Este año ha sido un reto para todos. Especialmente estudiantes y maestros. La escuelasecundaria ya es difícil pero cuando agregas que escuela sería en zoom, es una experienciacompletamente diferente. Hay clases que son aparentemente imposibles cuando no estás enun salón de clases. Una clase que fue significativamente difícil para navegar en un escenariovirtual fue la clase de Coro. Con muchos retos como estudiantes no poniendo sus videos enclase, el miedo a que los padres escuchen cantar, y no ser capaz de escuchar a los otrosestudiantes, nuestra directora de coro Sra. Luckett tenía que ser creativa para tener un añoexitoso en nuestro programa de coro en Elk Grove High School.
La cuarentena empezó justo antes de nuestro concierto de la primavera el año pasadoy por eso obviamente el concierto fue cancelado. Fue muy difícil hacer coro por el resto del añopasado pero después de un verano en cuarentena Sra Luckett estaba lista para implementarnuevas ideas para tener un año exitoso en su clase. En el otoño cuando empezó el añoescolar, la Sra. Luckett entregó “sound shields” para estudiantes que han pedido. El propósitode estos “sound shields” fue que su voz es más callada para que los estudiantes se puedansentir más cómodos cantando en su casa donde sus padres tal vez pueden oír.
Aunque los estudiantes por la mayor parte no pusieron sus videos, casi cada díaempezó con calentamientos vocales antes de aprender música. Al principio del año escolarestábamos preparándonos para un concierto. Aparte de practicar nuestras canciones en clase,Sra Luckett tenía unas prácticas afuera para que los estudiantes pudieran cantar como un coroen preparación para el concierto. El concierto fue fuera y también fue opcional para estudiantesque no sentían cómodo tener contacto con otros estudiantes. Luego al final del año, elprograma de coro tenía otro concierto. En este concierto, honramos a los Seniors que seestaban graduando. Finalmente, nosotros terminaremos el año cantando en la graduación de laclase de 2021. Después de mucho trabajo duro, nuestras interpretaciones finales fueron lamejor manera de decir adiós a los Senior de EG Choir que nos vamos a extrañar mucho.
No solamente fueron ensayos para conciertos todo el año. Cuando vino el invierno, laSra Luckett tenía que implementar otras ideas creativas al currículo. Por ejemplo, en estos
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tiempos los derechos civiles son un tema prominente en la sociedad. Por eso, Sra Luckett tomóel tiempo para enseñarnos sobre el movimiento de Derechos civiles y el movimiento Chicano.Después, en grupos nos enseñaron unas canciones de los movimientos y nos grabamoscantándolas. El punto de la asignación era aprender sobre la canción en el contexto delmovimiento al que pertenece, y luego dar nuestra propia interpretación. Sra Luckett tambiénincluyó lecciones sobre géneros de música diferentes por ejemplo Jazz y Rock and Roll.
A pesar de todas las cosas horribles en nuestra mundo este año, el coro siempre fue unlugar donde los estudiantes pueden usar su amor por la música para escapar de lo malo. Sinlas buenas actitudes de las estudiantes y la energía de la Sra Luckett, este año no habría sidotan exitoso.
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ENTREVISTAEntrevista de Ava Hennig
Artista detrás de las portadas de la edición ‘21: Las fotografías de esta edición son de
Ava Hennig y documentan un viaje a Arizona.
Redacción: ¿Cuéntanos un poco sobre ti y tu inspiración artística?
Ava: Mucho de mi inspiración viene de antigüedades. Me gusta notar los cambios de
tendencias a lo largo de muchos años. Siempre busco revistas viejas en Goodwill y ventajas
de garage. Tengo muchas revistas de National Geographic que uso para mis collages.
R: ¿Te apasiona tomar fotografías? ¿Qué te gusta de la fotografía como formato
artístico?
Ava: Empiezo tomando fotos porque tengo mala memoria. Uso fotos para recordar
eventos y viajes. De eso, encontré que me gusta capturar momentos. Puedo poner tanta
emoción entre un cuadrado.
R: ¿Cómo te has formado como artista? ¿Qué cursos o maestros te han ayudado?
Ava: Siempre he sido una persona artística. Desde que era una niña, hizo arte de muchas
maneras-pintando, pottery, joyería hecho a mano, y mucho más. En la escuela primaria,
tuve varias maestras que alentaron la creatividad y hacer que nos gustara.
R: ¿Dónde te encontrabas al tomar la fotografía de la portada?
Ava: En ese photo, estaba visitando a mis abuelos en Arizona. Decidimos ir en un camino
en Apache Trail, en las montañas Superstition. Tiene una historia rica de Nativos
Americanos y minas de oro.
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R: ¿Qué querías comunicar con la imagen de la contraportada, el collage de
“A-Frame”?
Ava: Empezó esa imagen con el enfoque en la casa. Por eso solo la casa aparece en color, y
todo lo demás revuelve alrededor de ella. La idea es la importancia de una casa y lo que
significa para una familia.
R: ¿Planeas seguir estudiando y trabajando con la fotografía en el futuro?
Ava: Ahora todavía no sé que voy a estudiar en el colegio, pero sé que el arte siempre será
una de mis aficiones.
R: ¿Si pudieras viajar a cualquier parte del mundo para tomar fotografías, ADÓNDE
irías?
Ava: Me gusta tomar fotos de la naturaleza, y Wyoming tiene muchas vistas hermosas.
CONTRAPORTADA: “A-Frame” por Ava Hennig…
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