Post on 30-Jan-2018
APARATO RESPIRATORIO Como ya sabemos, la mayoría de la energía que necesitamos la obtenemos de la oxidación de
materia orgánica en el proceso de respiración aerobia. Este proceso ocurre en las mitocondrias (son las
mitocondrias quienes respiran).
Para realizar la respiración aerobia, nuestras mitocondrias necesitan materia orgánica (que
obtenemos gracias a nuestro aparato digestivo) y oxígeno.
En el proceso respiratorio se producen sustancias de desecho (entre las que se encuentra el CO2)
que debemos eliminar porque son tóxicas para nuestro organismo.
El aparato respiratorio tiene la función de intercambiar estos gases (oxígeno y dióxido de carbono)
entre la atmósfera y la sangre. Está estrechamente relacionado con el aparato circulatorio, que se encarga
del transporte de dichos gases.
Además, en su viaje por el aparato respiratorio, el aire se limpia, humedece y calienta.
I. Anatomía general del aparato respiratorio
El aparato respiratorio humano está formado por:
Las vías respiratorias (conductos por los que pasa el aire):
Fosas nasales/ cavidad
bucal (cuando la demanda
de aire u obstrucción de
las fosas nasales lo
requieren)
Faringe.
Laringe.
Tráquea.
Bronquios.
Bronquiolos.
Los pulmones (órganos en los
que se realiza el intercambio
gaseoso). Se trata de dos
órganos esponjosos que
ocupan la mayor parte de la
cavidad torácica, formados
por millones de pequeñas
cavidades llamadas alvéolos
pulmonares.
Con respecto a su histología hemos de destacar:
Las fosas nasales y la cavidad bucal están cubiertas por epitelio pluriestratificado con
glándulas.
La cavidad nasal y las vías inferiores están recubiertas por epitelio pseudoestratificado
ciliado con células mucosas intercaladas en dicho epitelio o formando glándulas
pluricelulares.
En tráquea y bronquios encontramos tejido conectivo que sirve de soporte y contiene vasos
sanguíneos y nervios. También hay una capa muscular.
Los alvéolos están formados simple plano con dos tipos de células:
Neumocitos tipo I: muy finas que permiten el intercambio de gases.
Neumocitos tipo II: más gruesas, pequeñas y con microvellosidades que segregan
una sustancia para facilitar la disolución del aire.
Después está la lámina basal de los epitelios alveolar y capilar y el endotelio capilar.
A. Vías respiratorias
1. Fosas nasales
Son dos cavidades que abren al exterior mediante dos orificios o ventanas nasales y comunican con
la faringe a través de otros dos orificios llamados coanas.
El suelo de las fosas nasales está formado por el paladar duro, mientras que el techo lo forman los
huesos nasales y parte del frontal y el etmoides. La pared externa está formada por los huesos de la cara y
el cráneo. De las paredes laterales, salen tres extensiones óseas con forma de lámina enrollada que se
denominan cornetes (superior, medio e inferior) que la cavidad muy sinuosa. Los espacios que quedan
entre los cornetes se denominan meatos.
Las dos fosas nasales están separadas entre sí por el tabique nasal, que está constituido por el
etmoides, el vómer y el cartílago nasal.
Las fosas nasales están comunicadas con los senos paranasales (cavidades huecas de algunos
huesos) recubiertos por una mucosa, productora de moco que llega a las fosas nasales a través de unos
conductos.
También comunican con las glándulas lacrimales mediante los conductos lacrimales.
La parte anterior de las fosas nasales está recubierta por piel y está provista de pelos que dificultan la
entrada de objetos voluminosos suspendidos en el aire. El resto, está recubierto por la mucosa nasal
(conocida como pituitaria), es un epitelio ciliado (con células ciliadas) y posee glándulas secretoras de
mucus (células caliciformes), que captan el polvo y humedecen el aire. El moco es llevado hacia la faringe
por el movimiento de los cilios.
La mucosa que recubre los cornetes está muy vascularizada, se denomina pituitaria roja y su función
es humidificar y calentar el aire. En la parte superior de las fosas nasales está la pituitaria amarilla que
contiene los receptores olfatorios.
2. Faringe
Conducto de unos 12-14 cm (común con el aparato digestivo y que ya hemos visto)
Comunica con:
Las fosas nasales: a través de las coanas.
La cavidad bucal: mediante el itsmo de fauces.
La laringe.
El oído medio: por la trompa de Eustaquio.
El esófago.
En la parte superior y posterior de la faringe se encuentra la amígdala faríngea o adenoides (grupo de
nódulos linfáticos con función defensiva)
3. Laringe
Es un conducto de unos 4-5 cm, situado en la parte superior del cuello, por delante del esófago y que
comunica la faringe con la tráquea. Se encuentra sujeto por medio de ligamentos al hueso hioides (hueso
en forma de herradura situado en la base de la lengua)
Está formada por nueve piezas cartilaginosas unidas por músculos y ligamentos que impiden que sus
paredes se “peguen”. Los cartílagos principales son tiroides, cricoides y la epiglotis.
El cartílago tiroides está formado por dos placas verticales que se unen en ángulo en la parte
delantera del cuello. La unión de estas placas forma la llamada nuez o bocado de Adán, más prominente en
los hombres que en las mujeres. Las porciones posteriores del cartílago tiroides se abrazan al cartílago
circular cricoides, situado debajo y que mantiene la laringe siempre abierta.
La epiglotis es un cartílago ancho, con forma de lengüeta, que se abate durante la deglución,
cerrando la glotis e impidiendo al bolo alimenticio dirigirse hacia la laringe.
En el interior de la laringe se encuentra dos pares de repliegues de naturaleza muscular y filamentosa
(las bandas ventriculares o falsas cuerdas vocales) y las cuerdas vocales inferiores o verdaderas (formadas
por fibras elásticas) separadas por un ensanchamiento (ventrículo de Morgagni). El espacio entre las
cuerdas vocales es la glotis.
4. Tráquea
Tubo de unos 10-12cm de longitud y unos 2 cm de diámetro (en una persona adulta). Está situado
delante del esófago y se divide en dos bronquios a la altura de la primera costilla.
La pared de la tráquea está formada por una serie de anillos cartilaginosos en forma de “C”, con la
parte abierta hacia atrás. Los anillos mantienen el tubo siempre abierto.
Entre unos anillos y otros hay tejido conjuntivo fibroso que proporciona rigidez, pero que también
permite al esófago expandirse al paso del bolo alimenticio (el esófago se localiza detrás coincidiendo con la
parte abierta de los anillos)
La mucosa que recubre la tráquea está formada por epitelio cilíndrico pseudoestratificado ciliado
(células ciliadas). Entre las células ciliadas se localizan numerosas células secretoras de mucus (células
caliciformes). Las partículas sólidas son atrapadas por la capa mucosa, el movimiento de los cilios las
arrastra alejándolas de los pulmones y son tragadas o expectoradas mediante la tos.
5. Bronquios y broquiolos
A nivel de la 4º o 5º vértebra torácica la tráquea se divide en dos bronquios principales que penetran
en los pulmones (uno, más grueso, en el pulmón derecho y otro, algo más fino, en el izquierdo) en una
zona conocida como hilio pulmonar.
Una vez dentro de los pulmones, los bronquios principales se dividen y subdividen en otros cada vez
más pequeños, formando un árbol bronquial. Las últimas ramificaciones, de alrededor de 1mm de
diámetro, se llaman bronquiolos y terminan en unos conductos que desembocan en los alvéolos
pulmonares.
La pared de los bronquios es similar a la de la tráquea, con anillos de cartílago pero, en este caso,
cerrados. A medida que se ramifican la pared se va haciendo cada vez más delgada y en los bronquiolos ya
no hay cartílago.
B. Pulmones
Son dos órganos muy elásticos y esponjosos, de color rosado y forma cónica, alojados en la caja
torácica (formada por las costillas, el esternón y la columna vertebral. La parte inferior (base) se apoya en
el diafragma.
Están formados por el conjunto de bronquios, bronquiolos, alvéolos y capilares, rodeados de tejido
conjuntivo.
En la superficie de un pulmón se aprecian una serie de hendiduras que lo dividen en lóbulos.
El pulmón derecho tiene tres lóbulos. El pulmón izquierdo, de menor tamaño, tiene dos lóbulos y una
zona cóncava donde se aloja el corazón.
La zona de separación entre los dos pulmones se llama mediastino.
Las paredes de los alvéolos están formadas por un epitelio plano simple y están rodeados de una red
de capilares sanguíneos para que los gases difundan con facilidad: únicamente dos capas de células
separan el interior de los alvéolos de la sangre.
Cada pulmón tiene unos 150 millones de alvéolos.
Los pulmones están recubiertos por una membrana serosa (lubricada) doble: las pleuras. La capa
externa de la pleura está unida a la cavidad torácica (pleura parietal) y la interna se encuentra unida a los
pulmones (pleura visceral). El espacio entre ambas pleuras (cavidad o espacio pleural) está ocupado por un
líquido lubricante (líquido pleural) que disminuye la fricción y facilita el movimiento de los pulmones
durante la respiración.
II. Fisiología del aparato respiratorio
A. Función respiratoria
Como hemos visto, el aparato respiratorio participa en el intercambio de gases entre el aire y la
sangre.
1. Ventilación pulmonar
Es el proceso mediante el cual se renueva el aire de los pulmones. Se lleva a cabo gracias a dos
movimientos respiratorios, la inspiración y la espiración.
Para que el aire se renueve en los pulmones se recurre a la ampliación o reducción de la caja torácica
Si la caja torácica aumenta de volumen se produce una presión negativa que hace que el aire
penetre: Inspiración
Si la caja torácica disminuye en volumen se crea una presión que hace salir el aire: Espiración
Los movimientos de la caja torácica son debidos a un músculo situado bajo ella llamado diafragma, a los movimientos de las costillas por los músculos intercostales y, en menor medida, por otros músculos torácicos.
El diafragma se sitúa bajo los pulmones, separado de ellos por la pleura. Tiene, en reposo, forma
acampanada.
Los músculos intercostales, se sitúan entre las costillas y al contraerse hacen que estas asciendan.
a) Inspiración
Es un proceso activo (necesita energía), mediante el cual el aire entra en los pulmones.
El diafragma se contrae, aplana y desciende, por lo que aumenta el volumen de la caja torácica
verticalmente. Al contraerse los músculos intercostales, las costillas se elevan y empujan al esternón
hacia fuera aumentando el diámetro del tórax.
b) Espiración
Es un proceso pasivo mediante el cual el aire sale de los pulmones. Esto ocurre cuando el
diafragma y los músculos intercostales se relajan lo que hace disminuir la caja torácica y la presión
provoca la salida de aire.
La cantidad de aire que sale en la espiración es igual a la que ha entrado de forma que siempre
queda algo de aire en los pulmones.
Puede hacerse una espiración forzada para expulsar más aire. En ella intervienen los músculos
abdominales que al contraerse, empujan las vísceras hacia arriba empujando a los pulmones.
En un individuo adulto, se producen entre 16 y 18 movimientos respiratorios por minuto y en los
niños algo más. Tanto en unos como en otros, el número de movimientos aumenta con el ejercicio físico y
las emociones.
c) Respiración abdominal y respiración torácica
Dependiendo del músculo del que dependa en mayor medida la inspiración, se distingue:
Respiración abdominal o diafrágmica es aquella en la que interviene principalmente el diafragma. En
la inspiración se abulta el abdomen al bajar el diafragma. En la espiración al contrario.
La respiración abdominal produce relajación física y psíquica. Al parecer acelera la circulación venosa,
produce un masaje continuo a los órganos abdominales y contribuye a dotar a la respiración de amplitud,
relajación y ritmo.
Respiración torácica es en la que interviene principalmente los músculos intercostales. En la
inspiración los músculos se tensan levantando las costillas. En la espiración al contrario.
La respiración normal es mixta. Más importante la abdominal en reposo y aumenta la torácica en
ejercicio intenso.
d) ANEXO:
Para estudiar la ventilación pulmonar, se mide el volumen de aire que entra y sale de los pulmones
(espirometría).
Los parámetros que se estudian son:
Frecuencia o ritmo respiratorio: número de inspiraciones por minuto.
Capacidad respiratoria o volumen corriente: volumen de aire que entra en los pulmones en
cada inspiración (V1)
Reserva inspiratoria: volumen de aire adicional que penetra en una inspiración forzada (V2)
Reserva espiratoria: volumen de aire adicional expulsado en una espiración forzada (V3)
Capacidad vital: es el volumen de aire eliminado en una espiración máxima realizada después
de una inspiración máxima (V=V1+V2+V3)
Volumen residual: es el volumen de aire que queda en los pulmones después de una
espiración forzada.
Capacidad pulmonar total: volumen máximo al que pueden dilatarse los pulmones con el
mayor esfuerzo inspiratorio posible. Es la suma de la capacidad vital y el volumen residual.
2. Intercambio gaseoso/hematosis
El intercambio de gases entre la sangre y el aire tiene lugar por difusión (movimiento de moléculas
de una zona de mayor concentración a otra en que la concentración es menor).
El factor que determina el sentido y la velocidad de esta difusión es la presión parcial, o presión que
cada gas ejerce de forma individual.
La presión parcial de un gas es proporcional a su concentración. Por ejemplo: el oxígeno del aire, que
es el 21% del volumen de aire, tiene una presión parcial (pO2) equivalente al 21% de la presión total del aire
(presión atmosférica), es decir, unos 160 mm Hg.
En una mezcla de gases, cada gas fluye desde la región donde su presión parcial es más alta a donde
es menor, comportándose como si no existieran otros gases.
El aire atmosférico que llega a los alvéolos tiene una presión parcial de oxígeno superior a la que hay
en la sangre de los capilares que lo rodean, por lo que el oxígeno difunde de hacia la sangre. Algo parecido,
pero al contrario ocurre con el dióxido de carbono.
La difusión y el intercambio de gases se ve facilitado por el pequeño espesor de las membranas del
alvéolo y del capilar (unas 0,5 µm) y por la gran superficie de contacto entre el aire y la sangre.
También hay que tener en cuenta que la presión de oxígeno en el aire inspirado depende de la altitud
(a mayor altitud, menor presión parcial de oxígeno).
Si nos desplazamos a una altitud mucho mayor, el organismo no se oxigena bien (ya que entra menos
oxígeno) y se produce el mal de altura, que causa cansancio y puede provocar la muerte por edema
pulmonar. Para adaptarse a la altitud, el organismo reacciona aumentando el número de glóbulos rojos.
Una vez realizado el intercambio gaseoso, la sangre circula por las venas pulmonares hasta el
corazón, desde donde es impulsada a los tejidos. En los tejidos tiene lugar un intercambio gaseoso en
sentido contrario (el oxígeno difunde hacia los tejidos y el dióxido de carbono hacia la sangre)
B. Regulación de la respiración
Los músculos respiratorios se contraen o relajan en el momento adecuado, como resultado de
impulsos nerviosos procedentes del centro respiratorio localizado en el bulbo raquídeo.
La concentración de CO2 actúa directamente sobre el centro respiratorio o sobre receptores situados
en la aorta y las carótidas. Cuando la presión parcial de este gas supera los valores normales, se estimulan
los quimiorreceptores y aumentan la frecuencia respiratoria y cardíaca (una aumento de 0,3% en el nivel de
CO2 puede hacer que se duplique el volumen de aire inspirado y espirado)
El centro respiratorio tiene, también, conexiones con la corteza cerebral, por lo que podemos alterar
voluntariamente el ritmo respiratorio, o dejar de respirar unos instantes.
C. La fonación
Para los humanos es importante emitir sonidos. Los utilizamos como medio de comunicación en
exclamaciones, en nuestro lenguaje y en el canto.
Tenemos un aparato especializado en esta emisión de sonidos: el aparato fonador.
El aparato fonador aprovecha los órganos respiratorios y digestivos para producir sonidos.
Intervienen en él: los pulmones con los músculos implicados en la ventilación, la laringe, la cavidad bucal,
los labios, la lengua, el paladar y la cavidad nasofaríngea.
El aparato fonador está íntimamente ligado a la percepción de estos sonidos; la audición de modo
que nuestro oído es más sensible a las frecuencias e intensidades emitidas por el aparato fonador.
Además para una correcta emisión de sonidos es necesaria la audición. Salvo las exclamaciones, para
hablar o cantar hay que haber oído hablar o cantar.
La fonación puede considerarse como un instrumento con su sistema de producción de energía,
sistema generador de sonido y sistema modulador o de resonancia:
a) Sistema productor de energía para la fonación
Están implicados las vías respiratorias inferiores, el diafragma y los músculos del tórax.
El sistema productor de energía genera un flujo de aire que se origina por el empuje mecánico que
ejerce el diafragma y el tórax sobre los pulmones.
Una buena fonación depende de la posibilidad de generar un flujo suficiente de aire, lo que está
relacionado no sólo con el volumen pulmonar sino también con la capacidad de desalojar con la mayor
rapidez el volumen necesario para generar dicho flujo.
La intensidad del sonido emitido es mayor cuanto más aire es expulsado.
Durante el proceso de
fonación la inspiración es
más profunda y más breve,
el volumen de aire inspirado
es hasta seis veces mayor
que en la respiración
normal, o sea hasta un 60 %
de la capacidad pulmonar.
El tiempo de
espiración es hasta 10 veces
mayor que el de la
inspiración e involucra hasta
el 50 % del volumen
adicional retenido en la
respiración normal.
Esto implica que
mientras la respiración
normal compromete
aproximadamente un 10 %
de la capacidad pulmonar la
fonación requiere de hasta
un 80% de dicha capacidad.
Durante la fonación la
actividad muscular es mayor
y más prolongada
b) Sistema generador de sonido
Intervienen la laringe con sus cuerdas vocales.
Las cuerdas vocales están ubicadas en la laringe, atravesándola de lado a lado. Su función es regular
el paso del flujo de aire proveniente de los pulmones cerrando y abriendo el espacio que existe entre ellas
conocido como glotis.
En la respiración normal, las cuerdas vocales están abiertas para permitir el paso de aire con
facilidad. Cuando se tensan y se juntan, el aire espirado provoca la vibración que da lugar a la emisión de
sonido, es decir, el flujo de aire hace vibrar las cuerdas generando la señal acústica básica de los sonidos
emitidos en la fonación.
Las cuerdas vocales no pueden asimilarse exactamente a un instrumento de cuerda ni a un
instrumento de viento. Tienen masa y tensión de cuerda y actúan sobre una corriente de aire como los de
viento, pero se parecen más a una sirena que obstruye y libera alternativamente el pasaje del flujo de aire
produciendo variaciones periódicas de la presión. Estas variaciones periódicas de la presión generan un
sonido cuya frecuencia está directamente asociada a la velocidad con que se suceden las interrupciones
del flujo de aire.
La frecuencia de vibración de los pliegues vocales depende de:
La tensión muscular.
La masa de tejido involucrado en la vibración.
El flujo de aire que proviene de los pulmones.
La tensión y el flujo de aire varían voluntariamente durante el proceso de fonación de modo que
podemos variar la frecuencia de emisión. Normalmente, el periodo de vibración de las cuerdas
vocales es de unos 8 milisegundos.
Repitiendo el proceso en forma periódica se genera un tren de pulsos de presión cuya frecuencia de
vibración es del orden de 120 Hz para los hombres, 250 Hz para las mujeres y 350 Hz para los niños.
Esta frecuencia de vibración constituye lo que se denomina tono glotal.
El tono de la voz es tanto más agudo cuanto más estrecha es la hendidura de la glotis. Los músculos
de la laringe también pueden modificar la tensión de las cuerdas vocales para emitir sonidos de
diferentes frecuencias. El tono glotal aumenta con la tensión de las cuerdas vocales y disminuye con
la masa de tejido involucrado en la vibración.
c) Sistema de resonancia:
Están implicadas la laringe, cavidad bucal y cavidad nasal. Estas estructuras se comportan como un
complejo sistema de resonancia que filtra y refuerza componentes del sonido original.
(Ocurre algo parecido a una guitarra que aunque vibren las cuerdas deben ser adosadas al
instrumento para que generen sonido audible.)
Tras las cuerdas vocales el flujo de aire llega a la zona supraglótica e ingresa al tracto vocal que está
compuesto por tres cavidades: la faríngea, la nasal y la vocal.
Estas cavidades:
Modifican la frecuencia sonora original
Generan ruidos por turbulencias y oclusiones
Pueden modificar su forma y volumen afectando a los sonidos emitidos
La modificación voluntaria de las cavidades permite la articulación de las palabras.
Esto produce un sonido cuya composición espectral es el resultado de la superposición de las
características de los dos sistemas.
2. Tipos de sonidos producidos
Sonidos sonoros o con voz: Cuando en el sonido están presentes las componentes generadas
en la vibración de las cuerdas vocales.
En el habla todas las vocales y algunas consonantes como m,n,b,v
Sonidos sordos o sin voz: Aquellos que están originados sólo en el tracto vocal y por lo tanto
están ausentes las vibraciones de las cuerdas vocales.
En el habla la mayoría de las consonantes
3. Control de la fonación
La articulación de los sonidos voluntarios es un proceso
complejo en el que intervine un área determinada de la corteza
cerebral: El área de Broca.
Una vez tramitados los sonidos a emitir conecta con el área motora próxima y se contraen o relaja los
músculos necesarios para la correcta fonación:
Generadores: diafragma, intercostales, abdominales
Emisores: Músculos faríngeos
Modulación: Paladar, lengua, labios, boca..
En el canto interviene también los centros de la melodía situados en el otro hemisferio de la corteza
cerebral.
4. Productos del aparato fonador
a) Exclamaciones
Las exclamaciones, gritos, llantos son emisiones sonoras que expresan nuestro estado de ánimo
(tristeza (llanto), alegría (risa), cariño o bienestar, sorpresa, daño, sensaciones desagradables, desprecio, o
placer sexual ) y son semejantes en todos los humanos..
Interviene en ellas el aparato fonador pero probablemente sean anteriores al desarrollo del lenguaje
y siguen elaboraciones neuronales diferentes.
b) Habla o lenguaje verbal
Es una característica de la especie humana. Una de sus principales diferencias respecto a otras
especies.
El lenguaje humano es un sistema capaz de transmitir y recibir información mediante señales
acústicas codificadas.
Para elaborar estos mensajes los humanos seguimos las siguientes etapas:
Pensamiento o representación mental a expresar
Búsqueda de las palabras que representen el mensaje a emitir. Sustantivos, acciones, adjetivos...
Ordenamiento de las palabras con las reglas gramaticales correspondientes al idioma del hablante
(área de Wernicke )
Preparación de los músculos implicados en la emisión sonora (área de Broca)
Movimientos musculares del aparato fonador.
Emisión del sonido
c) El canto
El canto es la emisión controlada de sonidos del aparato fonador, siguiendo una composición
musical.
El canto es el único medio musical que puede integrar habla a la línea musical.
En el canto el aparato fonador compone una melodía.
El canto se diferencia del habla principalmente en:
Alargamiento de los sonidos sonoros
Variación de las frecuencias emitidas
Agilidad y flexibilidad en la emisión de sonidos
Ritmo
Cantantes competentes controlan más específicamente los elementos del aparato fonador:
Control del sistema productor mediante control de la respiración y postura corporal
Control de la emisión de las cuerdas vocales.
Aumento de tonos emitidos y volumen de los mismos
Control de resonadores y órganos implicados: faringe, boca, labios, lengua...
Formación de nuevas resonancias
Reestructuración de la emisión de muchos fonemas.
Los cantantes se guían para la correcta emisión de sonidos por signos internos como posturas,
resonadores corporales, sensaciones musculares...
En humanos también es natural el canto. Tiene una conexión importante con la memoria. Las
canciones y frases recitadas son más difíciles de olvidar que el lenguaje oral.
III. Patología del aparato respiratorio
1. Rinitis
Inflamación de la mucosa nasal que obstruye total o parcialmente el paso del aire, acompañada de
secreción mucosa.
Suele tener una causa alérgica, pero también puede deberse a un proceso infeccioso.
2. Sinusitis
Inflamación de la mucosa que cubre el interior de los senos paranasales que cursa con dolor debido
al aumento de presión producido por el acúmulo de moco en dichos senos.
suele deberse a un proceso infeccioso.
3. Amigdalitis y vegetaciones
Inflamación de las amígdalas a causa de una infección.
4. Faringitis, laringitis, traqueítis y laringotraqueitis.
Inflamación de la faringe, laringe, tráquea o las dos últimas, respectivamente, por un proceso
infeccioso o por sustancias irritantes (como el humo del tabaco…)
La faringitis causa dolor al tragar.
Los síntomas de la laringitis como la afonía (pérdida de voz) y la disfonía o ronquera, se producen
por inflamación de las cuerdas vocales que no pueden vibrar libremente. Los fumadores pueden padecer
ronquera permanente debido a la inflamación crónica de la laringe.
5. Cáncer de laringe
Afecta casi de manera exclusiva a fumadores. Se caracteriza por ronquera, dolor al tragar o dolor
irradiado a un oído. El tratamiento es cirugía, radioterapia o ambas.
6. Bronquitis aguda
Es una inflamación aguda de la mucosa del árbol traqueobronquial. Suele ser leve aunque puede ser
grave en pacientes débiles, enfermos con trastornos pulmonares o cardiacos crónicos. La neumonía es una
complicación infecciosa.
La bronquitis infecciosa, más frecuente en invierno, se desarrolla tras un catarro común o un proceso
viral, por lo que el paciente presenta malestar general, febrícula, dolor muscular, luego aparece tos seca y
más tarde acompañada de esputos.
El tratamiento es reposo, antipiréticos, antibióticos (si la causa es bacteriana), broncodilatadores…
En ocasiones, la bronquitis aguda es producida por sustancias irritantes (amoniaco, humo de
tabaco…)
7. Bronquitis crónica
Es una bronquitis que dura al menos tres meses al año durante dos años consecutivos.
Es una inflamación de los bronquios que hace que las células caliciformes de la mucosa produzcan
una secreción excesiva de moco. Se produce tos y expectoración.
La causa más frecuente es el humo del tabaco.
8. Neumonía
Es una infección aguda de los alvéolos. La causa más frecuente es una bacteria (el neumococo=
streptococus pneumoniae), aunque pueden causarla otras bacterias, virus, hongos o protozoos.
Las personas más propensas son los ancianos, lactantes, pacientes inmunodeprimidos, fumadores y
pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Los síntomas son : malestar general, fiebre dolor torácico, tos y disnea 8dificultad respiratoria).
9. Tuberculosis
Enfermedad infecto-contagiosa causada por una bacteria (mycobacterium tuberculosis), que afecta
fundamentalmente al pulmón y a la pleura. La bacteria destruye el tejido pulmonar que es sustituido por
tejido conjuntivo fibroso.
El tratamiento es con antibióticos, reposo, buena alimentación y medidas higiénicas.
10. Asma
Es una enfermedad crónica obstructiva de las vías respiratorias por un estrechamiento de estas vías
como respuesta a diferentes estímulos que causan inflamación.
A veces, el estímulo es una alergia (polen, ácaros del polvo, partículas de piel de perros y gatos…),
otras veces es el estrés, ejercicio físico, ansiedad….
Los síntomas consisten en períodos de tos, dificultad de respirar, sibilancias. El paciente no puede
espirar y queda aire en los alvéolos.
En fases agudas, además del espasmo del músculo liso, se produce una secreción excesiva de moco y,
en las fases crónicas, la inflamación se mantiene provocando fibrosis, edema y necrosis.
El tratamiento se realiza sobre la causa (si se conoce), con broncodilatadores, corticoides y
oxigenoterapia.
11. Cáncer de pulmón
Es un tumor maligno que prolifera en el tejido pulmonar, sin embargo, otros tumores como el cáncer
de mama, próstata, colon, pueden llegar hasta él a través del flujo sanguíneo o linfático.
El 80% de los cánceres de pulmón se asocian con el tabaco.
Se manifiesta mediante tos persistente, esputo sanguinolento, dolor torácico, dificultad para tragar o
hablar, astenia, adelgazamiento…
El tratamiento es quirúrgico, radioterapia y quimioterapia. El problema es que cuando empieza a dar
síntomas, muchas veces se ha diseminado a otros órganos (metástasis)
12. Edema pulmonar
Es una acumulación anormal de líquido en los espacios intersticiales y en los alvéolos pulmonares.
Puede ser como consecuencia de un aumento de la permeabilidad de los capilares o un aumento de la
presión en los capilares.
13. Neumotórax
Entrada de aire al espacio pleural por herida externa o por rotura de la pleura visceral. El pulmón se
colapsa y deja de funcionar.
14. Resfriado y gripe
El resfriado común es una enfermedad vírica (rinovirus y otros) que produce estornudos, secreción
nasal, tos, congestión. Puede complicarse y afectar a oído…
La gripe está producida por el virus influenza, suele cursar con escalofríos, fiebre, cefalea y dolor
muscular. Cuando cede la fiebre, aparecen los síntomas del resfriado común.