Post on 31-Jan-2018
APARATO DIGESTIVO Los seres humanos, como la mayoría de los organismos pluricelulares, necesitan de unos órganos
agrupados en aparatos que extraigan los nutrientes de los alimentos, los preparen, los distribuyan a todas
las células y expulsen los productos de desecho.
En el proceso de nutrición del ser humano participan los aparatos digestivo, respiratorio, circulatorio
y excretor controlados por los sistemas nervioso y hormonal.
El aparato digestivo es el encargado de transformar los alimentos en moléculas lo suficientemente
pequeñas para ser absorbidas (nutrientes).
El aparato digestivo está formado por:
Tubo digestivo, que puede medir de 8 a 11 metros de largo, donde los alimentos son
sometidos a procesos mecánicos y químicos. Se divide en las siguientes zonas: boca, faringe,
esófago, estómago, intestino delgado e intestino grueso.
A lo largo del tubo, existen una serie de músculos circulares, llamados esfínteres, que actúan
como válvulas para regular el tránsito de sustancias.
Glándulas anejas, vierten sus secreciones al tubo digestivo y se pueden encontrar fuera de él
(glándulas salivales, páncreas, hígado) o en la misma pared del tubo (glándulas gástricas y
glándulas intestinales).
I. Anatomía general del tubo digestivo
En una sección transversal, desde la luz del tubo, distinguimos las siguientes partes:
Mucosa: capa más interna de tejido epitelial, seguida de la lámina propia (fina capa de tejido
conectivo) y otra de músculo liso. Puede tener función de secreción ya que contiene glándulas
secretoras de mucus (sustancia protectora y lubricante) o jugos (con ácido y/o enzimas).
También puede tener función de absorción o simplemente transporta sustancias.
Submucosa: capa de tejido conectivo muy vascularizado e inervado (plexo de Meissner o
submucoso), que posee ganglios y vasos linfáticos.
Capa muscular externa: en la mayor parte del tubo, está formada por una capa circular hacia
el interior y otra longitudinal hacia el exterior de músculo liso (excepto en el esófago que, en
el tercio superior, es estriado). Entre ambas se encuentra una red nerviosa que se encarga de
la motilidad (el plexo de Auerbach o mientérico).
En el estómago hay una tercera capa oblicua de músculo.
Capa serosa o adventicia: capa externa de tejido conjuntivo.
A. Boca
Es la parte inicial del tubo digestivo. Está delimitada por los labios, las mejillas, el paladar duro y
blando, y el suelo de la boca.
Comunica con la faringe por un estrechamiento, denominado istmo de fauces, flanqueado por las
amígdalas.
En la boca se forma el bolo alimenticio, se produce la vocalización y se encuentra el sentido del
gusto.
En ella se encuentran la lengua y los dientes y a ella vierten las glándulas salivares.
1. La lengua
Es un órgano musculoso: son 8 pares y uno impar, dando como resultado 17 músculos en total,
distribuidos de la siguiente manera: Uno impar, el lingual superior y ocho pares que son: el geniogloso,
lingual inferior, hiogloso, estilogloso, palatogloso, amigdalogloso, faringogloso y transverso.
La lengua interviene en la masticación y amasado de los alimentos y los impulsa hacia la faringe para
la deglución. Facilita el lenguaje, funciona como órgano del gusto y es sensible al tacto y a la temperatura.
Está recubierta por papilas, unos relieves de la superficie donde se alojan los receptores sensitivos.
Las papilas pueden ser de tres tipos:
Papilas filiformes, situadas en la parte anterior y central (sin botones gustativos)
Papilas fungiformes.
Papilas caliciformes, colocadas en forma de V invertida en la parte posterior.
2. Dientes
Son órganos duros, encargados de masticar los alimentos.
En la estructura externa del diente podemos diferenciar las siguientes partes:
Corona: situada encima de la encía.
Cuello: estrechamiento situado bajo la corona.
Raíz: prolongación que se interna en el maxilar.
En una sección longitudinal del diente podemos distinguir las siguientes capas:
Esmalte: capa externa a la corona y cuello, dura debido a que está formada principalmente
por fosfato cálcico y flúor.
Dentina: capa bajo el esmalte, más gruesa y semejante en textura y composición a un hueso.
Pulpa dental: parte interna del diente, formada por tejido conjuntivo, donde se encuentran
los vasos sanguíneos, linfáticos y los nervios.
Cemento: material parecido al hueso que cubre el cuello y la raíz y fija el diente.
Se distinguen cuatro tipos de dientes, cada uno especializado en una función:
Incisivos: con forma de cincel, sirven para cortar.
Caninos: para desgarrar.
Premolares y molares: para triturar. Se diferencian en el número de raíces (1-2 y varias
respectivamente) y el número de protuberancias de la corona (2 y 4)
La posición de los dientes en la mandíbula es la más adecuada para llevar a cabo su función.
En los seres humanos aparece, en la infancia, una primera dentición decidua, temporal o “de
leche” formada por 20 piezas pequeñas (8 incisivos, 4 caninos y 8 premolares) que,
posteriormente será sustituida por una dentición definitiva formada por 32 piezas ( 8
incisivos, 4 caninos, 8 premolares y 12 molares)
B. Faringe
Es un órgano, con forma de tubo musculoso, común a los aparatos respiratorio y digestivo. Mide
entre 12-14 cm. En ella se encuentran dos pequeños órganos linfoides (las amígdalas).
La faringe se comunica con:
La boca, por el itsmo de fauces.
El esófago.
Las fosas nasales, mediante las coanas.
La laringe, cuya apertura (glotis) es tapada durante
la deglución por la epiglotis.
El oído medio, mediante la trompa de Eustaquio.
Debido a las múltiples comunicaciones, no es extraño que
las infecciones de esta zona se extiendan a esas otras zonas. Por
ejemplo, una faringitis (infección que provoca inflamación de la
faringe) puede extenderse a las fosas nasales (congestión nasal)
y al oído (otitis).
En ella se distinguen tres partes:
Rinofaringe = nasofaringe.
Orofaringe = bucofaringe.
Laringofaringe = hipofaringe
La faringe tiene función digestiva y respiratoria.
C. Esófago
Es un tubo musculoso, de unos 30 cm, que se extiende desde la faringe hasta el estómago.
Desciende entre los pulmones, por detrás de la tráquea y del corazón, atraviesa el diafragma por un orificio
llamado hiato esofágico y termina en el estómago.
Cuenta con dos esfínteres:
Esfínter esofágico superior o boca de Killian
Cardias o esfínter esofágico inferior
Se distinguen tres regiones, dependiendo de su localización:
Esófago cervical.
Esófago torácico.
Esófago Abdominal.
D. Estómago
Órgano musculoso, con forma de gaita, ocupando el
hipocondrio izquierdo y el epigastrio.
En el estómago humano se distinguen las siguientes partes:
Cardias: esfínter que comunica con el esófago,
regula la entrada del bolo alimenticio e impide ell
reflujo gastroesofágico.
Fundus: parte superior.
Cuerpo: la mayor parte del estómago, bajo el fundus.
Antro: zona que se estrecha, bajo el cuerpo.
Píloro que comunica con el intestino delgado. No se cierra por completo.
La parte externa del estómago es lisa, mientras que la mucosa de la parte interna presenta
numerosos pliegues.
La mucosa gástrica es de epitelio cilíndrico simple (a diferencia de la del esófago que es plano
pluriestratificado) y contiene numerosas células secretoras de enzimas (pepsina y lipasa gástrica),
ácido clorhídrico, moco y de una hormona (gastrina) que regula la actividad del estómago.
E. Intestino delgado
Es la porción más larga del tubo digestivo (puede medir más de 6 metros de largo y hasta 3 cm de
diámetro). Va desde el píloro hasta la válvula ileocecal que comunica con el intestino grueso.
Se encuentra plegado en la cavidad abdominal y envuelto (junto con el intestino grueso, el estómago,
el hígado y el páncreas) por una membrana llamada peritoneo.
En el intestino delgado se distinguen tres partes:
Duodeno: tubo de unos 25 cm de
largo, con forma de “C” que parte
del píloro. Está situado en la
parte posterior y superior del
abdomen. Es el lugar donde
vierten sus secreciones el
páncreas y el hígado, a través de
los conductos pancreático y
coledococo respectivamente.
Yeyuno: de unos 2,5 m.
Íleon: de unos 3,75 m, aunque el
límite entre las dos últimas partes no es
muy claro.
La mucosa intestinal contiene glándulas secretoras.
La pared intestinal forma estructuras con la finalidad de aumentar su superficie (hasta unos 300m2):
Pliegues circulares: estructuras permanentes, visibles a simple vista que triplican la superficie.
Vellosidades intestinales: cubren los pliegues, son diminutos pliegues que dan un aspecto
aterciopelado y contienen vasos sanguíneos y linfáticos.
Microvellosidades intestinales: prolongaciones de la membrana plasmática de las células de la
mucosa, en la parte que da a la luz del tubo, visibles al microscopio.
F. Intestino grueso
Es la última parte del tubo digestivo; de 1,5 m de longitud y unos 6,5 cm de diámetro. Su superficie
externa presenta numerosas dilataciones (haustras cólicas) separadas entre sí por surcos transversales.
Se extiende desde la válvula ileocecal hasta el ano.
Se divide en tres partes:
Ciego: es una parte corta, con forma de saco, al final del cual parte el apéndice vermiforme
(tubo cerrado en un extremo, relacionado con el sistema inmunitario).
Colon: es la parte principal del intestino grueso. Asciende verticalmente, por el lado
derecho,desde el ciego (colon ascendente), se dobla pasando horizontalmente por debajo y
delante del estómago (colon transverso) y baja por el lado izquierdo (colon descendente) y
termina en el colon sigmoideo.
Recto: parte final del tubo digestivo, de unos 20cm, que termina en el ano (cerrado por dos
esfínteres, uno involuntario y otro voluntario)
El intestino grueso contiene abundante flora bacteriana.
II. Glándulas anejas
Son aquellas que vierten su contenido al tubo digestivo.
A. Glándulas salivares
Son un conjunto de glándulas exocrinas que vierten saliva en la boca.
La saliva está formada por agua, sales minerales, enzimas digestivas, mucina (proteína con acción
lubricante) e iones bicarbonato y fosfato que amortiguan los cambios de pH producidos por los alimentos.
Las enzimas digestivas de la saliva son:
Ptialina o amilasa: hidroliza el almidón y es la enzima mayoritaria.
Lipasa lingual: hidroliza grasas, pero se produce en muy poca cantidad.
Lisozima: enzima con acción bactericida.
Las glándulas salivares se pueden clasificar en dos tipos:
1. Glándulas salivares mayores:
Formadas por células secretoras dispuestas en lóbulos (fuera de la cavidad bucal), que vierte su
secreción a unos canalículos que la conducen a la boca. Segregan alrededor del 90% de la saliva que
producimos (entre 800 y 1200 cm3)
Se distinguen tres parejas:
Parótidas: situadas en el
ángulo de la mandíbula,
debajo de la oreja. Vierten
por el conducto parotídeo
(conducto de Stenon) en el
vestíbulo oral a la altura del
segundo molar superior. Su
secreción es acuosa y
contiene amilasa.
Submaxilares: situadas en
la parte posterior del suelo
de la boca, por debajo de la
base de la lengua (bajo el
maxilar inferior).
Sublinguales: situadas debajo de la lengua.
Las glándulas submaxilares y sublinguales producen una saliva más espesa (rica en mucus), que
vierten dentro de la cavidad bucal, debajo de la lengua.
2. Glándulas salivares menores
Producen mucha menos saliva y se encuentran repartidas por toda la parte interna de la boca.
B. Glándulas gástricas
Se encuentran formando parte de la mucosa del estómago que se encuentra replegada formando
criptas. Pueden ser de cuatro tipos y producen el jugo gástrico:
Principales: productoras de enzimas, principalmente pepsina (hidroliza proteínas).
Parietales: que liberan ácido clorhídrico.
Mucosas: productoras de moco.
G: producen gastrina, hormona que controla la actividad del estómago
C. Glándulas intestinales
El intestino delgado posee numerosas cavidades o repliegues (criptas de Lieberkün) revestidas por
epitelio glandular: las glándulas intestinales, que producen el jugo intestinal rico en enzimas para digerir
glúcidos (sacarasa, maltasa, lactasa), lípidos (lipasa) y proteínas(peptidasa), mucus.
Las células son:
Células de absorción de la superficie.
Células caliciformes productoras de moco (mucina).
Células regenerativas.
Células enteroendocrinas productoras de hormonas.
Células de Paneth productoras de lisozima.
D. Hígado
Es la glándula de mayor tamaño (hasta 1,5kg)
Se sitúa en el hipocondrio derecho y el epigastrio (bajo el diafragma). Tiene forma triangular, es de
color oscuro y está dividido en 4 lóbulos (izquierdo, derecho, caudado y cuadrado). Cada lóbulo está
compuesto por un gran número de lobulillos formados por células especializadas (hepatocitos)
Al hígado llega sangre procedente del intestino a través de la vena porta y, sangre rica en oxígeno por
medio de la arteria hepática.
Las funciones del hígado son muy numerosas, entre las que destacan:
Formación y secreción de bilis.
Metabolismo de glúcidos. Almacén de glucógeno, síntesis de glucosa a partir de lípidos…
Metabolismo de lípidos. Β-oxidación, síntesis de colesterol...
Metabolismo de proteínas. Síntesis de algunas proteínas sanguíneas, como los factores de
coagulación.
Eliminación de sustancias tóxicas de degradación de hemoglobina (bilirrubina, biliverdina), de
fármacos, de alcohol…
La bilis sintetizada en los hepatocitos viaja por los conductos hepáticos hasta la vesícula biliar donde
se almacena hasta que se necesita. En ese momento, sale por el conducto cístico hacia el conducto
biliar (colédoco) y desemboca en el duodeno a través de la ampolla de Vater o papila duodenal.
La principal función de la bilis es emulsionar las grasas (las rompe en micelas pequeñas) para facilitar
la acción de las lipasas.
Ampolla de Vater
(Colédoco)
Lóbulo izquierdo
Lóbulo derecho
Ligamento falciforme
E. Páncreas
Es una glándula mixta, con forma de punta de flecha, de color carne, situada detrás del estómago,
desde el bazo hasta el duodeno.
Anatómicamente tiene cuatro zonas: cabeza, cuello, cuerpo y cola.
Produce el jugo pancreático que llega al intestino a través del conducto de Wirsung, que desemboca,
junto con el colédoco, en la ampolla de Vater.
Hay otro conducto secundario o de Santorini que desemboca un poco antes.
El jugo pancreático contiene enzimas para digerir lípidos, glúcidos, proteínas y ácidos nucleicos.
También lleva bicarbonato., que neutraliza la acidez del quimo procedente del estómago.
Cabeza
Cuello
Cuerpo
Cola
III. Fisiología del aparato digestivo
En el proceso digestivo se pueden distinguir las siguientes etapas:
Ingestión: Es el proceso voluntario por el que los alimentos son introducidos en la boca.
Deglución: proceso por el que el bolo alimenticio es tragado hacia la faringe y el esófago.
Digestión: puede ser de dos tipos:
o Mecánica: consiste triturar el alimento, amasarlo sin producir cambios en su
composición química.
o Química: las enzimas transforman las macromoléculas en otras más sencillas .
Absorción: las moléculas sencillas atraviesan las paredes del tubo digestivo para ser
transportadas por la sangre o la linfa a todo el organismo.
Asimilación: las células utilizan esos nutrientes en los procesos metabólicos.
Defecación: eliminación de las sustancias no digeridas o no absorbidas.
Veamos la fisiología de cada una de las partes del tubo digestivo:
A. Boca
En ella ocurren dos procesos, uno mecánico y otro químico.
1. Masticación
Proceso mecánico que consiste en triturar los alimentos en trozos más pequeños para facilitar los
procesos digestivos.
La realizan los dientes, aunque la lengua participa en el proceso moviendo los alimentos.
2. Insalivación
La saliva producida por las glándulas salivares se mezcla con el alimento. Gracias a la amilasa,
comienza la digestión química de glúcidos complejos, como el almidón, que se transforma en glúcidos
sencillos.
La saliva también destruye algunas bacterias y facilita el paso hacia faringe.
La mezcla resultante se llama bolo alimenticio.
B. Fisiología de la deglución
Se realiza mediante un conjunto de movimientos musculares, los primeros voluntarios y el resto
involuntarios. Durante la deglución se pueden diferenciar varias fases:
Fase oral: En un acto voluntario, el bolo alimenticio es comprimido por la parte posterior de
la lengua que lo impulsa hacia la orofaringe.
Fase faríngea: mediante una serie de actos reflejos, el paladar blando cierra las coanas, la
laringe se eleva y la epiglotis, empujada por el bolo alimenticio, cubre la glotis cerrando el
camino hacia la tráquea. Durante esta fase, el bolo alimenticio llega hasta el principio del
esófago (boca de Killian)
Fase esofágica: mediante otro acto reflejo, el bolo alimenticio pasa al esófago y se cierra el
esfínter esofágico para evitar el reflujo.
C. Fisiología del esófago
El bolo alimenticio avanza hacia el estómago gracias a la contracción alternada de las capas
musculares longitudinales y circulares que originan movimientos peristálticos.
D. Fisiología del estómago
En el estómago, el bolo alimenticio sufre, simultáneamente, un tratamiento mecánico (provocado
por movimientos peristálticos) y otro químico (al mezclarse con el jugo gástrico).
El ácido clorhídrico activa la pepsina, favorece la disgregación de las fibras de alimento y destruye
bacterias. Por su parte, la pepsina comienza la digestión química de proteínas.
El producto de estos tratamientos se llama quimo.
Cuanto más tiempo permanece en el estómago, más jugo gástrico se genera y la mezcla se hace más
líquida y ácida. El tiempo que el quimo permanece en el estómago depende de su composición: los
alimentos ricos en hidratos de carbono pasan rápidamente (1 h y media), los ricos en proteínas tardan algo
más (3 horas) y los ricos en lípidos son los que tardan más tiempo (más de 4 horas).
Los movimientos peristálticos van conduciendo al quimo hacia el píloro.
E. Fisiología del intestino delgado
En el intestino delgado, principalmente en el duodeno, produce la emulsión de lípidos (por la bilis), se
lleva a cabo la mayor parte de la digestión química (de glúcidos, lípidos, proteínas…) gracias a los jugos
intestinal y pancreático y se neutraliza la acidez.
La mezcla resultante se llama quilo (agua, sales minerales, vitaminas, monosacáridos, aminoácidos,
glicerina, ácidos grasos, bases nitrogenadas, productos no digeridos…).
Los nutrientes resultantes de la digestión (monosacáridos, aminoácidos….) junto con las sales
minerales y las vitaminas (que no necesitan ser digeridas) son absorbidas en el intestino delgado y pasan a
los capilares. Los productos de digestión de las grasas también son absorbidos, pero pasan a los capilares
linfáticos.
F. Fisiología del intestino grueso
Contiene la flora bacteriana que:
Produce la fermentación de residuos no digeridos, lo que produce gases y el mal olor de las
heces.
Sintetiza vitamina k.
En el intestino grueso se produce la absorción de agua, sales y las vitaminas producidas por la flora
intestinal.
Como resultado de todo esto, se forman las heces que están compuestas por bacterias intestinales,
restos de células procedentes de la mucosa intestinal y residuos no digeridos.
Las heces avanzan gracias a movimientos peristálticos y son expulsadas al exterior por el ano
(egestión)
IV. Regulación del proceso digestivo
La pared del tubo digestivo tiene receptores que detectan la distensión producida y la naturaleza de
los nutrientes. Esos estímulos dan origen a respuestas nerviosas y hormonales que controlan la actividad
del aparato digestivo.
El tubo digestivo posee una red nerviosa propia (plexos de Auerbach y Meissner) que regulan la
actividad del músculo liso de la pared del tubo, y de sus glándulas. Esta red, está conectada (mediante al
sistema nervioso autónomo) con el sistema nervioso central.
En el control hormonal intervienen diferentes hormonas:
Gastrina (en el estómago): Activa motilidad y secreción gástricas.
Colecistoquinina y secretina (en duodeno): la primera estimula la secreción de enzimas
pancreáticas y vacía la vesícula biliar, la segunda, activa la secreción de bicarbonato y agua
por el páncreas.
V. Patología del aparato digestivo
A. Caries
Patología infecciosa producida por bacterias que, a partir de los alimentos ingeridos, producen ácidos
que destruyen el esmalte y la dentina. Para evitarla debemos reducir el consumo de dulces, cepillar
correctamente los dientes después de cada comida y acudir al dentista de forma regular.
B. Parotiditis
Inflamación de las parótidas por infección vírica. Puede complicarse y afectar a meninges…
C. Reflujo gastroesofágico
Se produce cuando el contenido del estómago vuelve hacia el esófago a través del cardias. Provoca
acidez, ardor, dolor torácico, dificultad de deglutir (disfagia)
Las causas son variadas, alimentación incorrecta, embarazo, ….
D. Hernia de hiato
Se produce cuando parte del estómago se introduce hacia la cavidad torácica porque el hiato se
debilita.
Causas variadas: obesidad, estreñimiento, factores hereditarios…
E. Úlcera péptica
Lesión en la mucosa del estómago(úlcera gástrica) o el duodeno(úlcera duodenal) que provoca dolor,
ardor que aparecen una o dos horas después de la ingestión de alimentos.
Se produce cuando un aumento de la secreción ácida del estómago o una disminución de la
secreción mucos
Suele aparecer a causa de infección bacteriana (helicobacter pylori) y se ve favorecida por consumo
de alcohol, tabaco, medicamentos, el estrés…
Puede provocar la expulsión de heces de color negro (melenas) como consecuencia de la sangre
degradada.
Se trata con dieta adecuada, evitar el estrés, antibióticos, antiácidos y cirugía, en caso necesario.
En los casos más graves, las úlceras pueden perforar la pared del estómago y abrirse al espacio
abdominal ocasionando peritonitis. En ese caso, el tratamiento es quirúrgico y de urgencia.
A. Gastritis, Gastroenteritis
Inflamación de la mucosa gástrica o intestinal por diversos motivos, como infecciones víricas o
bacterianas (Salmonella, E. Coli…) e intoxicaciones alimentarias no bacterianas (por pescado, alimentos
contaminados, intolerancia a la lactosa…)
Sus síntomas son: nauseas, vómitos, falta de apetito, dolor abdominal, diarrea, fiebre y debilidad. Si
se pierden muchos líquidos se puede producir deshidratación, hipotensión….
El tratamiento depende de la intensidad y la causa. Es imprescindible reposo, dieta blanda e ingesta
abundante de líquidos.
B. Apendicitis
Inflamación del apéndice vermiforme debida a un proceso infeccioso. Se suele producir por
obstrucción de la luz del apéndice por materia fecal, o un cuerpo extraño.
Se produce dolor abdominal que se inicia alrededor del ombligo, aumenta de intensidad y se localiza
en el lado derecho del abdomen. Se acompaña de fiebre, náuseas y vómitos.
Su tratamiento es quirúrgico y si no se extirpa dará lugar a peritonitis.
C. Enfermedad inflamatoria intestinal
Abarca varias enfermedades que se caracterizan por la inflamación crónica del intestino, con
períodos de mayor actividad y otros de menor:
Enfermedad de Crohn: aunque puede afectar a todo el tubo digestivo, normalmente se
inflaman fragmentos del intestino.
Colitis ulcerosa: afecta fundamentalmente a la zona colorrectal.
D. Cirrosis hepática
Se produce por la destrucción de las células del hígado debido al consumo del alcohol, hepatitis,
enfermedad autoinmune…
E. Hepatitis
Inflamación del hígado por virus, alcohol….
Hepatitis A: causada por el virus A de transmisión fecal-oral. Es leve y se caracteriza por
malestar general, fiebre e ictericia (color amarillento de la piel y mucosas). No es
permanente.
Hepatitis B: causada por el virus B. Se transmite por contacto sexual, jeringas y material de
transfusión contaminado. El paciente se puede curar, ser portador, tener cirrosis o cáncer
hepático. Existe una vacuna para su prevención.
Hepatitis C: se transmite por jeringuillas contaminadas o transfusiones. Es crónica y puede
provocar cirrosis o cáncer hepático.
F. Litiasis biliar
Formación de piedras (cálculos de colesteros) en la vesícula o la vía biliar. Puede no dar síntomas o
producir un cólico biliar que se caracteriza por intenso dolor, vómitos, nauseas…
G. Pancreatitis
Es una enfermedad grave (inflamación del páncreas) que se suele asociar al consumo de alcohol, por
infección o a la obstrucción de las vías biliares.
El jugo pancreático contiene enzimas digestivas inactivas que se activan en el duodeno. Sin embargo,
cuando el conducto pancreático se obstruye, se puede producir una autodigestión o destrucción del
páncreas.
H. Hemorroides
Varices de las venas de ano y recto que pueden pasar desapercibidas o ser dolorosas y sangrar.
Se mejoran con dieta rica en fibra, cremas que disminuyen la inflamación y cirugía.
I. Cáncer
Son frecuentes el cáncer de estómago y el colorrectal.
El cáncer de colon es uno de los más frecuentes. En su desarrollo intervienen diversos factores como
la genética o la dieta rica en grasas y proteínas animales. La fibra reduce el riesgo.
Entre los síntomas destaca el cambio en los hábitos intestinales (diarreas o estreñimiento), dolor
abdominal, rectorragia (sangre en heces)
Se trata con cirugía y quimioterapia.