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Comentario [LT1]:
Historia De Los Judios En Espaa
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Introduccin
Segn las ms antiguas tradiciones, los primeros judos debieron llegar a
Espaa en aquellas naves de Salomn que, junto con las fenicias de Hiram,
comerciaban con Tarsis; esas naves de Tarsis en las que se embarc el profeta
Jons y que deban llegar a la Tartessos del Guadalquivir. Otra tradicin afirma que
su llegada tuvo lugar tras la destruccin de Jerusaln por Nabucodonosor el ao 587
a. C. en calidad de refugiados, encontrando aqu a sus compatriotas venidos durante
el comercio fenicio. Si bien todo ello es posible, no existe documentacin que lo
pruebe.
Es ms razonable suponer que los primeros asentamientos judos en la
Pennsula Ibrica tuvieron lugar tras la destruccin de Jerusaln por Tito el ao 70.
La guerra contra Roma y la desaparicin del Templo abrieron la gran Dispora
hebrea por el Mediterrneo que pudo alcanzar Hispania en el siglo I. En el ao 135,
los romanos sofocan la ltima sublevacin juda aplastando el levantamiento de
Bar-Kochba. En esta poca ya se encuentran epitafios y monedas en nuestras
excavaciones. Otro dato importante es la carta que san Pablo escribe a los romanos
sobre su visita a Espaa, lo que puede indicar la existencia de comunidades judas
en la Pennsula. Tambin en esta poca Jonatn ben Uziel identifica a Espaa con la
Sefarad bblica y de ah que los judos espaoles se llamen safardes.
Parece ser que los navegantes fenicios fueron los primeros que se sirvieron de la Estrella Polar en
sus viajes, con lo que consiguieron navegar fuera de los lmites del mar Mediterrneo. El rey
Salomn de Israel, en el ao 950 a.C., mand a los fenicios en una misin comercial al mar Rojo,
en la que posiblemente llegaron a la costa del suroeste de la India (lugar en donde la influencia
fenicia ha sido probada) y a Sri Lanka. Adems, los fenicios fundaron la ciudad de Gades, en la
costa atlntica de Espaa, ciudad conocida en la actualidad como Cdiz.
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Los Orgenes Bblicos de Sefarad
Luis A. Garca Moreno
Fenicios o judos?
Desde nuestros historiadores del Renacimiento
la presencia juda en Espaa se poda remontar al
primer captulo prestigioso de nuestra historia. A
aquel que las fuentes literarias clsicas relacionaban
con el mtico nombre de Tarteso, ya citado por el
padre de la Historiografa occidental, Herodoto. Ello
se basaba en la identificacin entre dicho acrnimo de raigambre griega y la Tarsis
citada por varios textos bblicos, a comenzar con el conocido I Reyes 10, 22. Pasaje
de la crnica real israelita donde se cuenta la conjuncin de esfuerzos acordada por
el rey Salomn (c. 961-922 a. C) y su contemporneo el soberano de Tiro, Jirn (c.
969-936 a. C.), para construir y armar una flota de altura capaz de comerciar con el
muy lejano y extico pas de Tarsis.
De entonces a ac los estudiosos se han dividido entre admitir la identidad de
la Tarsis bblica con el Tarteso griego y rechazarla. Razones fundamentales para lo
primero eran la evidente homofona y el claro sentido que en el Antiguo Testamento
tiene Tarsis como el punto ms alejado ultramarino a donde iba el comercio fenicio.
Por el contrario, militaban en su desfavor la nmina de productos exticos posibles
de traer de Tarsis, entre ellos pavos reales; la base salomnica de los llamados
barcos-de-Tarsis en Ezion Geber, en el fondo del golfo de Aqaba, que apunta a un
comercio y navegacin por el ndico (Golfo Prsico, Mar Rojo, Etiopa e incluso la
misma India), y la misma antigedad de la mencin, como mnimo ms de dos
siglos antes de la que se supona, hace un cuarto de siglo por la mayora de los
estudiosos autntica fecha de los establecimientos fenicios en las costas hispnicas.
Sin embargo, desde finales de los aos sesenta las cosas han cambiado
bastante. Prospecciones sistemticas han permitido datar la segura presencia fenicia
en las costas andaluzas con factoras comerciales y metalrgicas, y colonias agrcolas permanentes desde el siglo IX a. C. como mnimo. Pero con anterioridad a esa fecha es seguro que existieran previos contactos comerciales, con
el establecimiento de pequeos almacenes, y en connivencia con las autoridades
indgenas locales, desde una fecha bastante anterior. Estos primeros contactos
comerciales feno-hispnicos se habran as desarrollado siguiendo el sistema, y las
pautas institucionales, del llamado karum, de viejsima tradicin mesopotmica, tal
y como ha defendido brillantemente el belga G. Bunnens. Esquema en el que se
distingua entre unos socios capitalistas, con frecuencia de tipo institucional (un
templo o prncipe), y otros realmente ejecutores de la aventura comercial,
repartindose al cincuenta por ciento las posibles ganancias, siempre sometidas a
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mil imponderables desgracias cuando eran a larga distancia. En estos ltimos casos
normalmente los comerciantes no procedan a establecer una autntica colonia de
poblamiento, sino que se limitaban a conseguir un tratado de mutuo beneficio con
las autoridades locales para obtener as facilidades de almacenamiento, proteccin y
libertad de comercio dentro de los lmites previstos en su caso.
Sera en este modelo econmico-institucional en el que habra ciertamente que
enmarcar la colaboracin comercial entre Salomn y Jirn de Tiro, en el que el
primero parece actuar fundamentalmente como socio capitalista de la empresa
comercial. En lo relativo a la dificultad planteada por las mercaderas tradas por
estas naves-de-Tarsis conviene sealar que en el Antiguo Testamento se emplean en
contextos diversos este trmino y el de Tarsis entendido como pas o tierra-de-
Tarsis. De tal forma que el lexema nave-de-Tarsis pudo constituirse en un mero
trmino tcnico, significando algo as como buque de navegacin de altura. La
expresin habra sido tomada por los israelitas de los mismos fenicios, teniendo su
origen en el hecho de que los viajes a la lejana Tarsis significaron en su momento
(mediados del siglo X) la mxima hazaa de navegacin conseguida por los
fenicios, para la cual se necesitaba un tipo de navo especial que sintetizaba todos
los avances tcnicos logrados por los fenicios en el arte de la navegacin. Por ello
estimamos en general convincentes las razones expuestas por el alemn M. Koch en
defensa de la identificacin de la tierra-de-Tarsis bblica con la Tarteso andaluza de
la tradicin clsica. El vocablo bblico sera s un prstamo fenicio, mantenindose
en su transmisin mucho ms fiel a la original pronunciacin fnica que su
equivalente griego, tal y como demostraran otros testimonios fidedignos de dicho
topnimo de indudable procedencia fenicia o pnica.
Pero una cosa es admitir la participacin del rico Salomn en los incipientes
contactos fenicios, tirios, con el sur hispnico, o afirmar el conocimiento por los
medios cortesanos y cultos israelitas de la existencia de un fabuloso pas
ultramarino en el extremo Occidente, y otra muy distinta pensar en el
establecimiento de israelitas en las tempranas colonias tirias andaluzas. El mismo
esquema comercial fenicio tipo karum, antes descrito, deja poco espacio para
contemplar la venida a las costas tartsicas hispanas de fieles del templo de Yahv
como comerciantes o marineros. Y por lo mismo sera mucho ms difcil pensar en
colonias israelitas asentadas all y con dichos fines comerciales.
Curiosamente, cuando la presencia fenicia se hizo ms persistente y compacta
en las tierras de la hispnica Tarsis, el conocimiento de stas parece ausentarse de
los redactores de los Libros sagrados judaicos. En efecto, la arqueologa revela
cmo fue a partir del siglo VIII cuando las primitivas factoras fenicias fundamentalmente de origen tirio y chipriota en las costas andaluzas se transforman en autnticas colonias de poblamiento, creciendo las antiguas y
crendose otras nuevas en suelos incluso anteriormente vrgenes y con una parte de
su poblacin dedicada a la agricultura. Colonizacin fenicia sin duda reforzada tras
la decadencia de Tiro y el ascenso imparable de la antigua colonia tiria de Cartago
en todo el Mediterrneo occidental. Hasta el punto de que en el horizonte del siglo
IV-V a. C. se puede considerar a la Baja Andaluca y la Costa del Sol como
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autnticas tierras pnicas, con estructuras urbanas jerarquizadas dotadas de
instituciones de tipo feno-pnico y habitadas por unas gentes que hablan y escriben
en pnico. Situacin que incluso se mantendra en buena parte hasta cuando menos
un siglo despus de la incorporacin de dichas gentes y tierras al imperio de la
Repblica romana.
Un eco de la existencia de estas ya primeras autnticas colonias fenicias en las
costas andaluzas puede ser el testimonio del profeta Isaas en la segunda mitad del
siglo VIII. Pues para el gran profeta del Reino de Jud Tarsis constituye un gran
centro del comercio exterior tirio, comparable incluso a Chipre, habitado por gentes
originarias de dicha patria fenicia. Isaas era de probable origen noble con un gran
conocimiento de la Corte de Jerusaln y de la situacin internacional circundante.
De modo que sus referencias a Tarsis pueden ser indicio de la continuidad de la
cooperacin comercial judeo-tiria establecida en tiempos de Salomn. Lo que ya es
ms dudoso es que dicha actividad hubiera llevado a una cierta dispora y
establecimiento israelita en la Tarsis fenicia. Cosa que no parece la necesaria
conclusin a sacar del texto de Isaas 60, 9, que por otro lado la crtica bblica
prefiere datar en torno al 500 a.C.
Isaas es el testimonio pattico del duro golpe que recibi Tiro y el resto de las
florecientes comunidades del rea como consecuencia del avance del imperialismo
asirio con los Sargnidas. Como es sabido, ste golpe fundamentalmente a las
cortes principescas, base fundamental en la continuidad de tales relaciones
comerciales con las lejanas colonias fenicias de Tarsis, segn el esquema del karum
antes descrito. Ezequiel y Jeremas, un poco tiempo despus, lo sern del segundo y
definitivo, el de Nabucodonosor de Babilonia (605-562 a. C.), que tan duramente
afect tambin a la historia juda con el exilio de la corte y la clase dirigente
yerosolimitana a Babilonia. Precisamente son textos atribuidos a estos profetas o a
su escuela los ltimos testimonios bblicos que se refieren a Tarsis y a su comercio
con Fenicia en trminos de contemporaneidad y de cosa ms o menos conocida.
Despus de estos testimonios, Tarsis y su comercio desaparecen de la vida
cotidiana juda. El Judasmo postexlico se muestra en todos los sentidos ms
encerrado en s mismo y despreocupado por la suerte y actividades de sus vecinos
del norte, los fenicios. Posiblemente porque la participacin y el conocimiento de
las grandes empresas del comercio ultramarino de aqullos haban sido cosa de los
monarcas hebreos y de sus cortesanos, y esto haba desaparecido para varios siglos
tras la catstrofe del 587 a. C. En los textos bblicos postexlicos Tarsis y sus navos
no sern ya ms que un mero recuerdo erudito y anticuarista, pero cuya misma
situacin en el mapamundi se ignora. Sin duda a todo ello contribuira tambin pace M. Koch el que la Tarsis posterior a la cada de Tiro sera fundamentalmente pnica e indgena: interesante para las nacientes potencias y las
gentes del Mediterrneo occidental, pero escasamente para las del oriental.
En todo caso, si algn israelita que todava no propiamente judo se desliz en las empresas comerciales y en las colonias fenicias en Tarsis, la huella de
ste se habra definitivamente perdido tras los primeros aos del siglo VI a. C.
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Hasta el punto de que los comentaristas rabnicos posteriores en absoluto pensaran
en las Espaas de su poca a la hora de leer las citas de Tarsis antes recordadas,
prefiriendo hasta su ubicacin en la lejana y paradoxogrfica India y no en la
cotidiana y entonces en parte judaizada Hispania.
Los judos de la Espaa Antigua. Del primer encuentro al primer repudio 1993 by Luis A.
GARCA MORENO, ed Rialp. ISBN: 84-321-3013-3
Fuentes bblicas asocian a Salomn con operaciones martimas en el mar Rojo y con
expediciones de barcos construidos por fenicios que salan desde Ezin-Geber a Ofir (I Reyes 9,
26-28; 10, 11-12.22). En tiempos de Salomn, el golfo de Aqaba se denominaba Ezin-Geber.
Ofir es identificada con la tierra de Punt, a lo largo de la costa este de frica. Parece que el oro
tena una gran importancia en las importaciones de Ofir, y un ostracon (fragmento de arcilla de
una vasija) encontrado en T. Qasile tiene una inscripcin hebrea que se refiere al Oro (de) Ofir (perteneciente) a Bet-Arn.
Los israelitas tambin comerciaron con madera de Fenicia y las localidades de las montaas del
Lbano (I Reyes 5, 10-11). De acuerdo con el texto bblico, Hiram de Tiro dio a Salomn madera
de cedro y abeto a cambio de grandes cantidades de trigo y aceite de oliva.
El hecho ms importante en el panorama del comercio del Mediterrneo desde el s. IX y,
posiblemente, en el s. X a. de C. fue el comercio martimo sin rival de las ciudades fenicias. Sus
comerciantes se haban asegurado el acceso a los puertos egipcios, con el resultado de que los
objetos egipcios se distribuan desde Tiro y Byblos al resto del Levante y, adems, los motivos
decorativos y artsticos procedentes del Nilo se hicieron familiares en el Mediterrneo al estilo fenicio.
Las rutas ms utilizadas por los fenicios eran las que iban a Chipre, al Egeo, norte de frica y
oeste del Mediterrneo. Los comerciantes vendan madera, tela, tinte de prpura, metales y grano
a todas las comunidades a lo largo de la costa mediterrnea a cambio de productos del norte de
Africa, plata y hierro de Espaa, opio de Chipre, y esclavos y mano de obra del Egeo.
Motivadas por el comercio, aparecieron colonias permanentes especialmente en el norte de
Africa y Espaa: la fundacin de Cartago data de finales del s. IX, y la de Gades, del s. VIII a. de
C.; de stas y de otros asentamientos surgieron nuevas colonias de habla semita por la costa oeste
del Mediterrneo.
EL REY SALOMN CONSTRUY TAMBIN BARCOS EN EZIN-GEBER, QUE EST JUNTO A ELAT, A ORILLAS DEL MAR ROJO, EN EL TERRITORIO DE EDOM.
I REYES 9, 26
Los Orgenes en Espaa
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Los primeros asentamientos parece que tuvieron
lugar en la costa mediterrnea y su presencia se ha
detectado en ciudades como Ampurias, Matar,
Tarragona, Adra, Mlaga, Cdiz y Mrida. Uno de los
primeros restos arqueolgicos con que contamos es la
estela funeraria del samaritano Iustinus de Mrida,
fechada en el siglo II. Este epitafio, as como la lpida de
la nia Salomnula o la del rab Lasies, permite asegurar
la llegada de judos en los primeros siglos de nuestra Era.
Los judos de la Espaa romana debieron ser simples
trabajadores o incluso esclavos y fueron medrando poco a
poco en las ricas ciudades comerciales de la costa. La
importancia de las comunidades judas deba ser tal en el
siglo IV que el Concilio de Elbira, Granada, se pronuncia
en algunos de sus cnones contra ellos. Es la primera vez
que la Iglesia se preocupa por el peligro que los judos
representan para los nuevos cristianos que, con la
convivencia, pueden judaizar.
Las primeras invasiones brbaras de la Pennsula supusieron notables
convulsiones tanto en la sociedad hispano-romana como en la juda. Los hebreos
haban ido creando una tmida explotacin agraria para subsistir, pero el
enfrentamiento con la Iglesia se acentu, producindose la conversin forzosa de
los judos de Mahn. Con la invasin de Espaa por los visigodos se produce una
poca de tolerancia del poder hacia los judos. La monarqua arriana, pese a su
inestabilidad poltica, ser complaciente con sus sbditos judos. Durante esta etapa,
judos y cristianos no se diferenciaban ms que por su religin. Los judos eran
pequeos propietarios y se dedicaban al comercio, contando con la tolerancia de los
visigodos.
Pero la conversin de Recaredo en el III Concilio de Toledo supone el
comienzo de las persecuciones bajo la monarqua catlica: Sisebuto expulsa a los
judos del reino, Egica los persigue y separa de los cristianos y Chintilla obliga a los
judos de Toledo a abjurar de los ritos y prcticas de su fe. Los nios judos eran
separados de sus padres para ser educados como Cristianos. De entre los restos
arqueolgicos de sta poca, bastante escasos, destacan varias inscripciones, como
la pileta de Tarragona o la memoria de Meliosa. Tambin es de gran inters una
estela del siglo VI-VII decorada con pavos reales y arranque de menorah.
Los Judos en la Espaa Romana y Visigoda
Por Yitzhak Baer
Lpida hebrea de Monzn de
Campos (Palencia) de 1097.
Sepultura de R.Semuel bar
Saltiel el Nas. Museo Sefard
de Toledo.
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Los orgenes del establecimiento de los judos en Espaa, como ha ocurrido
con todos los pases de la Dispora, fueron pronto motivo de leyendas. A partir del
siglo X circularon numerosas historias relativas a familias y comunidades judas de
cuyos antecesores se aseguraba que Tito, o incluso Nabucodonosor, los haba
desterrado de Judea y trado a Espaa. Estas leyendas se entrelazaron con otras de la
Espaa prehistrica segn las cuales ciertos reyes mitolgicos de Espaa, tales
como Hrcules, Hispn y Pirro, habran participado en la conquista de Jerusalem
por Nabucodonosor. Tanto los judos como los cristianos se empearon en asociar
sus orgenes con las tradiciones ms antiguas y consagradas del gnero humano.
Hacia el final de la Edad Media, los conversos de ascendencia juda buscaron apoyo
en estas leyendas con el fin de probar que sus antecesores no haban tomado parte
en la crucifixin de Jess. Pero en un principio el motivo predominante en la
formacin de tales leyendas fue la conviccin de los judos espaoles de que su alto
nivel cultural se deba a su descendencia de la tribu de Jud, que habra sido
desterrada a Espaa tras la destruccin del Primer Templo. Esta tradicin se escucha
por primera vez en el siglo X, en los das del distinguido hombre de Estado Hasday
Ibn Shaprut.
Ms antigua es todava la identificacin de Espaa con la bblica Sefarad. Tal
identificacin se debe a determinada exgesis del versculo del profeta Abdas que
habla de los desterrados de Jerusalem que estn en Sefarad (Abdas 20). Para el
exegeta, Abdas haba profetizado la destruccin de Edom, es decir, Roma, y la
congregacin de los judos dispersos, incluyendo la tribu cuyo exilio se hallaba en
los confines del Imperio romano, es decir, Hispania. Una interpretacin as slo
pudo darse en un exegeta que viviera en un momento en que el Imperio romano
consistiera fundamentalmente en las tierras que rodean el Mediterrneo e Hispania
fuera tenida por su provincia ms remota. Por tanto, las alusiones polticas y
geogrficas citadas deben datarse en los ltimos das del Imperio romano o lo ms
tarde en la poca visigoda. En este punto la leyenda se funde con la realidad
histrica.
Los primeros judos que se establecieron en Espaa formaban parte de la
primitiva Dispora que se desparram por todos los rincones del Imperio romano.
Ya el apstol Pablo proyect visitar Espaa, indudablemente para tomar contacto
con una comunidad judeocristiana all existente. Ms concretas son las noticias que
tenemos del periodo que sigue a la alianza de la Iglesia con el Imperio romano,
cuando los cristianos ms fanticos emprendieron la destruccin de los ltimos
restos de Israel y de su cultura. Severo, obispo de Mallorca, en carta escrita el ao
418, nos ofrece un relato de la conversin forzada de los judos de Menorca. En
Magona (Mahn) y por instigacin del obispo estallaron de repente violentas luchas
callejeras entre judos y cristianos. La sinagoga fue presa de las llamas. Los judos
se animaban unos a otros a imitar a los mrtires macabeos muriendo por su fe. Las
mujeres sobresalieron especialmente en el herosmo y el sacrificio. Unos cuantos
hombres lograron ocultarse durante algunos das en los bosques y en los
desfiladeros, pero todo su empeo por alcanzar el mar y escapar del lugar de
persecucin result baldo. Los miembros ms distinguidos de la comunidad se
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rindieron. Severo asegura haber ganado quinientas cuarenta almas judas en aquella
isla.
Como en los dems lugares de la Dispora occidental, los judos de Magona
haban constituido hasta entonces una comunidad nacional-religiosa separada. Al
mismo tiempo haban participado en la vida poltica de la ciudad con los mismos
derechos que los dems habitantes, hasta que la nueva legislacin cristiana vino a
romper la armona. El jefe de la comunidad juda estaba exento de las abrumadoras
tareas que llevaba consigo un asiento en la curia o concejo municipal y
desempeaba el cargo de Defensor, de alto honor y muy codiciado. Muchos
ciudadanos gozaban de su patrimonio (patrocinium). Otro judo ostentaba el ttulo
de Comes provinciae. La mayora de los judos eran ricos terratenientes. Abundaban
entre ellos los nombres latinos y griegos y slo unos pocos llevaban nombres
hebreos. Algunos apellidos, luego famosos gracias a las distinguidas personalidades
que los llevaron, se originaron sin duda en este periodo (por ejemplo, VNVTN
Cresques=Crescens; ZATP Perfet = Perfectus). En la Pennsula la situacin de los
judos debe de haber sido similar. Sabemos que poco antes de la persecucin arriba
mencionada judos de la Pennsula haban llegado a Menorca huyendo de los
visigodos, que por entonces devastaban Espaa. Vemos, por tanto, que la poblacin
juda de la Pennsula Ibrica era ya de cierta importancia antes de que las tribus
germnicas conquistaran el pas. Para comprender la posterior historia de los judos
en Espaa ha de tenerse en cuenta este hecho.
En un principio los conquistadores visigodos no introdujeron cambios en la
situacin jurdica de los judos. La legislacin que se hallaba en vigor en el siglo
VII parece indicar que la tierra era para los judos la base de su existencia, lo mismo
que para los godos e hispanorromanos. Los judos cultivaban sus tierras por s
mismos o con ayuda de esclavos. Posean fincas en arriendo o las arrendaban a otros
por el sistema muy extendido del colonato. Algunos desempeaban el puesto de
administradores (villici) de haciendas propiedad de cristianos. De su vida ciudadana
conocemos muy poco. Continuaba en vigor el Derecho Municipal romano, pero no
sabemos si la posicin social y econmica de los judos habitantes de las ciudades
segua siendo la misma. Alguna noticia espordica nos informa de judos dedicados
al comercio con otros pases. Los documentos existentes dan pie para deducir que
los judos habitaban sobre todo en los ncleos culturalmente avanzados: la capital,
Toledo, y las regiones meridionales (la posterior Andaluca) y orientales (entre
ellas, lo que luego ser Catalua); es decir, las regiones que se extienden a lo largo
de la costa mediterrnea, donde tambin encontramos viviendo a la mayor parte de
los judos durante la dominacin rabe y el segundo periodo cristiano. Pero en
Espaa no hay seales de aquel desenvolvimiento econmico propio de los judos
medievales cuyos comienzos eran ya visibles entonces entre los judos del reino de
los francos.
No est claro cmo afectaron a los judos las diferencias polticas que
surgieron en Espaa a continuacin de las invasiones germnicas. En los tribunales
civiles se juzgaba a los judos segn el Derecho Romano. Sin embargo, no se les
consideraba ciudadanos romanos con plenitud de derechos, pues las leyes del
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Cdigo de Teodosio, que por influencia cristiana haban cercenado los derechos de
los judos, fueron incluidas en el primer cdigo visigtico, la Lex Romana
Visigothorum, que fue promulgado el ao 506 con el fin de fijar la situacin jurdica
de los hispanorromanos. Este primer cdigo visigtico exclua a los judos de los
cargos pblicos, proscriba los matrimonios entre cristianos y judos y prohiba a
stos construir sinagogas nuevas, poseer esclavos cristianos, perseguir a los judos
apstatas, etc. Pero en la prctica no siempre se cumplieron estas disposiciones.
En su modo de vivir los judos estaban ms cerca de los hispanorromanos que
de los visigodos, pero el fanatismo religioso levantaba una barrera entre ellos. Al
parecer, los judos pagaban un impuesto especial. En las grandes ciudades estaban
organizados en comunidades separadas. Conocemos sus costumbres y prcticas
religiosas por los decretos promulgados contra ellos durante las persecuciones
posteriores. Observaban los preceptos fundamentales de la ley juda: la circuncisin,
el sbado y las fiestas, las leyes alimenticias y las relativas al matrimonio y los
esclavos. Para fortalecer su fe lean opsculos religiosos, muy probablemente
escritos en latn.
El ao 589 el rey visigodo cambi su fe arriana por la catlica romana y
comenz a perseguir a los judos, tal como era usual en todo el orbe catlico. Unos
aos antes (576), a consecuencia de una lucha callejera que tuvo lugar entre judos y
cristianos en Arvernum (Clermont), en el vecino reino de los francos, el obispo de
la localidad haba obligado a los judos a escoger entre el bautismo y la expulsin.
Poco despus (582) el rey merovingio Chilperico ordenaba que se bautizaran todos
los judos de su reino. Por su parte, el emperador bizantino Heraclio, bajo cuya
jurisdiccin se encontraban an algunas zonas de la Pennsula Ibrica, tras derrotar
a persas y judos en Palestina el ao 628, decret la conversin obligatoria de los
judos de todas las provincias de su Imperio. Y se dice que el rey merovingio
Dagoberto sigui su ejemplo. Tambin tenemos noticias relativas a los conflictos
espirituales de los conversos forzados de la Galia y de la provincia bizantina de
frica. Toda una generacin de hroes y santos parece haber surgido entonces por
todo el mundo judo; una generacin que salv al judasmo de la extincin total.
Sisebuto inaugur en Espaa la poca de las persecuciones. Mediante un
decreto promulgado el ao 612, meses despus de su ascensin al trono, ordenaba
liberar a los cristianos de toda relacin de dependencia respecto de los judos. stos
quedaban obligados a desprenderse de sus esclavos y servidores as como de sus
colonos cristianos juntamente con la tierra que stos tuvieran en arriendo y transferirlos a seores cristianos o dejarles libres, sin condicionar su libertad a su
observancia del judasmo. El judo que convirtiera a un cristiano sufrira pena de
muerte y confiscacin de bienes. Los hijos nacidos a los judos de sus esclavas
cristianas habran de ser criados y educados como cristianos. Los judos que se
convirtieran al cristianismo retendran sus bienes.
Con este decreto Sisebuto se propona sin duda impedir el proselitismo judo y
estimular a la vez su conversin al cristianismo. La entrada en vigor de esta ley iba
a sacudir los cimientos de la vida econmica de los judos. Quedaron excluidos de
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la estructura social normal y corriente de fines de la poca romana. En las nuevas
condiciones, privados de esclavos y colonos, les resultaba prcticamente imposible
cultivar o poseer grandes predios.
Poco tiempo despus Sisebuto ordenaba a los judos elegir entre convertirse al
cristianismo o abandonar el pas. El problema de los conversos forzosos, que era ya
doloroso en todo el Imperio bizantino, comenzaba a ser ahora en Espaa la tragedia
de varias generaciones. El decreto real no poda sin ms erradicar de los corazones
judos la fe de sus antepasados; adems, parece que el decreto no se cumpli
plenamente. Con el fin de entender de la nueva situacin se celebr en Toledo un
concilio de todos los obispos del reino (ao 633), cuyas disposiciones fueron: No se
puede convertir a los judos a la fuerza, pero aquellos que ya se hayan convertido
estn obligados a permanecer en el cristianismo y se les debe impedir la prctica de
la fe juda. Sus esclavos circuncidados quedarn libres. Se les han de tomar los hijos
para educarlos en la fe cristiana. No ser vlido el testimonio de los conversos que
vuelvan a practicar su antigua fe. El matrimonio entre un judo y una cristiana o
viceversa ser nulo, a menos que la parte juda acepte el cristianismo; los hijos
habidos de tal unin sern criados y educados en la fe cristiana. Conversos y judos
quedan excluidos de los cargos pblicos.
Estas disposiciones no slo afectaban a los judos sino tambin a los
conversos, pues se sospechaba que permanecan fieles a la religin de sus padres.
Cinco aos ms tarde otro concilio prohiba a los no catlicos residir en el pas y
pona a los conversos bajo estricta vigilancia episcopal. No se les permita viajar por
el pas sin un permiso firmado por las autoridades eclesisticas locales. Todos los
judos quedaban obligados a prestar juramento, segn una frmula fija, de haber
abandonado la Ley y las prcticas judas. La pena para los relapsos variaba segn la
gravedad de la ofensa, desde la penitencia religiosa hasta los azotes, amputacin de
un miembro, confiscacin de bienes y la hoguera.
Pero la Iglesia no logr nunca convertir a todos los judos del pas.
Sencillamente no pudo vigilarlos a todos. La nobleza, todava devotamente arriana y
rebelde a su rey, utilizaba los servicios de los judos y les daba refugio en sus
territorios. Isidoro, obispo de Sevilla, y Julin, obispo de Toledo, escribieron obras
de polmica contra el judasmo. Los judos por su parte disponan de libros para
fortalecer su fe; obras que predicaban la esperanza mesinica mediante clculos
escatolgicos y albriciadores relatos acerca de un prncipe de la tribu de Jud que
reinaba sobre algn lugar del Oriente.
El ao 681 Ervigio llev a cabo un nuevo pero infructuoso intento de poner en
vigor la legislacin antijuda de sus predecesores, aadiendo disposiciones an ms
severas. Impuso fuertes penas a quien eludiera el bautismo, observara preceptos
judaicos, impartiera instruccin religiosa juda o distribuyese opsculos en defensa
de la fe juda y menosprecio de la cristiana. Finalmente quiso hacer cumplir el
decreto de Sisebuto que liberaba a los esclavos y colonos cristianos de su relacin
de dependencia con los judos; orden excluir a los judos de los cargos pblicos y
de la administracin de los grandes predios; y tom medidas contra los nobles que
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sustrajeran de la supervisin eclesistica a los judos a su servicio. Nuevos decretos
prohiban a los judos practicantes entrar en los puertos martimos (a fin de evitar
que escaparan por mar) y tener negocios con cristianos al tiempo que eximan a los
conversos del pago de tributos y echaban toda la carga impositiva sobre los judos
que permaneciesen fieles al judasmo. Asimismo orden el rey que fuesen
entregados al tesoro del Estado en un precio fijo las tierras y los esclavos adquiridos
por los judos durante varios aos.
Por ltimo, en el concilio que se celebr en Toledo el ao 694, durante el
reinado de Egica, se profirieron graves acusaciones polticas contra los judos. Se
les inculp de que, no contentos con socavar la Iglesia, estaban tramando
apoderarse del reino, dar muerte a los cristianos y destruir el Estado juntamente con
el pueblo. Para llevar a cabo su plan -aseguraban- haban conspirado con los
hebreos del otro lado del mar. Sin duda la agitacin mesinica que se dejaba sentir
entre los judos y sus conexiones con la nobleza rebelde sirvieron de base a estas
acusaciones. Como castigo, el concilio decretaba confiscar todos los bienes de los
judos, reducir a stos a esclavitud y entregar sus tierras a sus antiguos esclavos.
Este decreto conciliar del ao 694 constituye la ltima prueba documental que
da testimonio de la lucha entre judasmo y cristianismo en la Espaa visigoda. Los
sucesos que tuvieron lugar en Espaa durante el siglo vn sirvieron de smbolo y
ejemplo para los cristianos fanticos de la Baja Edad Media. Ciertamente estos
acontecimientos se produjeron en un marco histrico, religioso y social que en lo
esencial pertenece todava al mundo antiguo. Pero en aquellos das de lucha
religiosa en Espaa haban comenzado ya a desmoronarse los ltimos fundamentos
del Imperio romano bajo los golpes de los conquistadores rabes.
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Los judos en Al Andalus
La invasin musulmana libero a los judos de la opresin visigtica y en
ciertos casos aquellos colaboraron en la guardia de castillos y ciudades. El gobierno
rabe trajo una poca de florecimiento para la judera espaola.
La cultura y el poder en Andaluca estaban representadas por el califa Abd ar-
Rahman III, quien hizo de Crdoba la capital cultural del Oeste. Fue esta una
Edad de Oro para los judos; estudiaron rabe y erigieron prosperas comunidades en
Sevilla, Granada y Crdoba, la capital. Bajo el Califato, los judos podan
preservar sus ritos y tradiciones. La coexistencia pacifica condujo a su florecimiento
econmico y social. Poco a poco comenzaron a obtener posiciones importantes en la
administracin del Califato y tambin se distinguieron como hbiles artesanos.
Desempearon un papel en las caravanas que cruzaban las rutas principales de
Al-Andalus y sus ciudades, siendo pieles, telas y alhajas sus mercancas principales.
La comunidad juda de Crdoba gozo de un crecimiento extraordinario bajo la
proteccin de Abd ar-Rahman III, y contaban con el apoyo real en sus relaciones
con el Estado.
El judo mas importante de la poca fue Hasday Ibn Shaprut, el eficaz
medico personal y ministro del Califa. Fue el quien recibi a Juan de Gorze,
enviado del emperador alemn Otto I; quien negocio tratados con los embajadores
de Constantino VIII de Bizancio, y quien curo la obesidad de Sancho I de Len,
mientras simultneamente conclua tratados con el. Sabia latn y rabe; con el
hebreo relegado ahora principalmente a funciones culturales y litrgicas, tradujo el
tratado: "Materiales Mdicos de Dioscrides".
La cada del Califato condujo a la aparicin de los reinados Taifa y a la
persecucin de los judos, en agudo contraste con el periodo de tolerancia. Pese a
ello, los judos eran valorados como consejeros, mdicos y polticos,
particularmente Ibn Nagrela de Granada. Con las invasiones almorvides y
Almohades, los judos comenzaron a buscar refugio en los reinos cristianos del
Norte. La Edad de Oro de Al-Andalus haba concluido.
La cultura juda en Al-Andalus. La prosperidad de la que haban disfrutado los
judos bajo el Califato Cordobs y la influencia de la cultura rabe sobre ellos, les
haba permitido destacarse como hombres de ciencia y como figuras literarias, pero
especialmente como mdicos. El contacto abierto con el Oriente y el Occidente
produjo un tipo de judo con conocimientos amplios y que poda ser
simultneamente poeta, medico, cientfico y filosofo, en particular en Ciencias
Naturales, Astronomia (esta ultima disciplina con una considerable influencia
rabe).
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Despus de la cada del Califato, los reinados Taifa vieron una poca de
florecimiento cultural para los judos de Espaa. La filosofa y la ciencia fueron
favorecidos, y los judos descollaron como intelectuales, administradores y
diplomticos, y especialmente como poetas. Fue el Siglo de Oro de la poesa
Hispano-Hebraca. Citemos a Samuel Ibn Nagrella ha-Nagid
Yehuda ha-Levy fue el primero en escribir en Castellano. Su poesa religiosa
es hermosa y lograda. Las Sinidas constituyen el grito eterno del alma judo por la
perdida de Jerusaln. Abraham ben Ezra fue uno de los hombres mas educados y
cultivados de la poca. Estudio gramtica, filosofa, poesa, ciencias, astrologa...y
viajo a travs de Italia, Francia e Inglaterra, trayendo consigo la cultura Hispano-
arabe y Hispano-Hebraca. Escribi en hebreo y Latn para judos y cristianos. Era
celebre por sus trabajos en astronoma y sus exgesis de la Biblia.
Pero la cima del pensamiento judo de todas las pocas fue la figura cordobesa
de Rabbi Moshe ben Maimon, Maimnides (el Rambam). A pesar de haber pasado
la mayor parte de su vida fuera de Espaa, siempre se considero sefard, es decir,
espaol. Sus obras filosficas iban a influir sobro todos los grandes pensadores de la
Edad Media. En 1190 escribi su obra mas importante, La gua de los perplejos,
en la cual armoniza la fe con la filosofa, el hombre con la divinidad. Tambin fue
el autor de los famosos Trece artculos de fe.
Un experto medico, fue tambin el medico personal del Sultn Saladino.
Los judos en los reinos cristianos.
Hasta la cada del Califato son pocas las comunidades judas en los reinos
cristianos. La salida de judos de Al-Andalus se incrementa durante los siglos X y
XI y el papa Alejandro II aconseja a los obispos que sea respetada la vida de los
judos.
Las convulsiones que sufren los reinos Taifas empujan a los judos hacia los
reinos cristianos del norte. El fuero de Castrogeriz y luego el de Seplveda son de
los primeros en reglamentar las condiciones de vida de los judos y en el Cdigo de
los Usatges aparecen disposiciones que se ocupan de proteger a los judos del
Condado de Barcelona.
La poltica de favor iniciada por Alfonso VI tuvo como consecuencia la
participacin de numerosos judos en la administracin del reino. En la batalla de
Sagrajas, los judos combatieron junto al rey de Castilla.
Toledo ser el crisol de tres culturas y tres religiones: cristiana, musulmana y
juda. A partir de 1125 funcionar la llamada Escuela de Traductores que contar
con importantes intelectuales judos. stos traducirn el rabe al romance y luego
los clrigos harn la versin latina. En la Escuela de Traductores se produjo el
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encuentro entre la cultura clsica y el pensamiento cristiano, dndose a conocer,
sobre todo, la obra de Aristteles.
No obstante, es una poca insegura. Los judos son propiedad del rey y los
impuestos que pagan revierten en la Corona. A fines del siglo XII, se producen
saqueos y matanzas en algunas juderas como las de Toledo y Len y en el IV
Concilio de Letrn se impone a los hebreos el uso de distintivos especiales en la
ropa que los distingan de los cristianos, pero Fernando III consigui que quedase
sin efecto. Los reyes cristianos del siglo XIII fueron generalmente favorables a los
judos, pero la presin de la Iglesia, que pretenda su conversin, fue tal que en
1232 se estableci en Aragn el Tribunal de la Inquisicin. Tras la conquista de
Mallorca y Valencia, Jaime I concedi a los judos beneficios y propiedades, as
como privilegios para ejercer sus oficios. En la Carta Puebla de Carmona se
conceden ciertos derechos a los judos que acudiesen a poblarla.
La Iglesia, que acusaba a los judos de deicidio, no dudaba en emplear todos
los medios a su alcance para conseguir su conversin. As tuvieron lugar los
enfrentamientos teolgicos de Barcelona entre el converso Pablo Cristiano y el gran
filsofo judo Nahmnides en 1252 y que continuaran ciento cincuenta aos ms
tarde en Tortosa.
Alfonso X el Sabio se rode de intelectuales judos pero en las Cortes de
Valladolid y Sevilla aparecen elementos legislativos discriminatorios para los
hebreos. A todo esto se sum la cada fulgurante de los empresarios y almojarifes de
Alfonso X, acusados de traicin e infidelidad, cuya condena supuso para las aljamas
una cuantiosa multa de 12.000 maraveds de oro.
A principios del siglo XIV, en 1313, el Snodo de Zamora impuso la opinin
de los sectores ms radicales de la Iglesia resucitando las prescripciones del concilio
de Letrn y prohibiendo a los judos ser mdicos de cristianos. En 1348, los estragos
de la Peste Negra fomentan el odio antisemita y los judos son acusados falsamente
de su propagacin. Por ltimo, la victoria de Enrique de Trastmara sobre su
hermano Pedro I trajo graves consecuencias para los judos castellanos y aument la
presin sobre ellos, avivada por un ambiente de hostilidad que desemboc en las
matanzas de 1391.
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La cultura juda en los reinos cristianos.
La sociedad juda de los siglos X, XI y XII corre pareja con la cristiana. En
esta poca se mantiene una cierta estabilidad social y, por tanto, el matrimonio
constituye la base de la familia juda, pudiendo practicar libremente sus ritos
religiosos y sus costumbres tradicionales. El nacimiento de un varn sigue siendo
un acontecimiento importante para la familia juda. No obstante, la circuncisin es
una de las grandes contradicciones de la convivencia, pues mientras los cristianos
celebran la circuncisin de Jess, condenan la prctica de este rito entre los judos
como pertinaz desafo religioso.
Para los judos espaoles, la sinagoga sigue siendo el centro de la comunidad.
La autoridad moral de los rabinos se constituy en la gua espiritual del pueblo pero
las normas prescritas en la Tor sobre la comida ritual kasher motiv que
numerosas legislaciones prohibiesen a judos y cristianos sentarse juntos a la mesa.
La vida familiar giraba en torno a las mujeres de la casa. En las familias
modestas trabajaban y se ocupaban del hogar y los hijos, mientras que entre la lite
dirigente podan equipararse a las nobles damas cristianas. Las grandes familias
judas vivan en la Corte y formaban la clase dirigente de las aljamas gracias a su
poder econmico e influencia con los monarcas, sobre todo en los siglos XIII y
XIV; los Caballera, Benveniste, Santngel, Orabuena o Abravanel formaban con
sus familias una casta aristocrtica y privilegiada, rodeada en ocasiones de su propia
corte. Las costumbres de las clases dirigentes eran a veces tan relajadas que
contrastaban con la estricta moral del pueblo llano.
Hasta el siglo XIII, muchos judos fueron ricos terratenientes y otros muchos
basaban su economa en el campo, aunque algunas legislaciones les prohibiesen
poseer tierras. Pero pequeos propietarios agrarios hubo hasta la expulsin,
destacando como viadores y enseando algunas particularidades de este cultivo a
los cristianos. Pero la gran mayora se dedicaba al comercio y la artesana, se
constituan en gremios y ocupaban determinadas calles de la ciudad.Una de las
profesiones que ejercieron mayoritariamente, sobre todo en Aragn, fue la de
tintoreros, destacando tambin como guarnicioneros, sastres, zapateros, joyeros y
comerciantes en paos, lo que les proporcionaba un desahogado medio de vida
aunque, evidentemente, no todos los judos eran ricos. Fueron pequeos
comerciantes, intermediarios y tenderos. Los reyes supriman y otorgaban
privilegios a sus comunidades y los obispos y la nobleza los gravaba con impuestos.
Algunos judos actuaban como recaudadores de las rentas reales, lo que les
granjeaba el odio de los cristianos. Las disposiciones legales eran cambiantes : unas
veces cobraban los impuestos reales y otras se les prohiba hasta el comercio con
cristianos.
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Una de las profesiones en que destacaron notablemente fue la medicina. Yosef
Ferruziel fue mdico de Alfonso VI, don Meyr Alguads lo fue de Enrique III de
Castilla y Abiatar ben Crescas de Juan II de Aragn. La ciencia rabe influy en el
estudio de la Astronoma, significndose en esta ciencia Abraham ben Daud,
Abraham ben Ezra y Yehud Cohen entre otros. Deseoso de contactar con las
comunidades hebreas de la Dispora, Benjamn de Tudela recorri Europa y
Oriente, llegando a Jerusaln. La obra que escribi en su patria al regreso de sus
viajes es un autntico compendio de geografa e historia.
Otros muchos judos destacaron en el campo de las ciencias, como el rab
Azag, que organiz los regados de Tudela, Abraham Annas, difusor de la ciencia
hebrea y musulmana en Europa, Abraham Zacuto, autor del Almanaque perpetuo, y
los gegrafos mallorquines Yehud y Abraham Cresques, autor el primero del
llamado Atlas Cataln.
Los judos escalaron puestos en la administracin de los reinos: recaudaban
los impuestos, actuaban como financieros e influan en la poltica. En este campo
destacaron Samuel ha-Lev, tesorero de Pedro I el Cruel, y Abraham Senior,
financiero de los Reyes Catlicos.
Los judos pagaban impuestos especiales y eran considerados como propiedad
de la Corona. En algunos casos, la multa por herir o matar a un judo no se pagaba a
su familia, sino al rey. La aljama era el municipio administrativo de los judos. Los
dayanm o jueces equivalan al cargo de alcaldes y el Rabino Mayor tena autoridad
sobre todos los judos del reino, mientras que la judera era el lugar que habitaban
los judos dentro de la ciudad, generalmente cerca de las murallas, el castillo o la
catedral.Las aljamas gozaban de amplia autonoma. Los pleitos entre los judos se
resolvan segn sus propias leyes y tribunales.
En Castilla se celebraron asambleas de los representantes de las aljamas del
reino para tratar de los intereses comunes de los judos. La aljama vigilaba el
cumplimiento religioso, cobraba impuestos, se ocupaba de la enseanza y de los
pobres y persegua a los malsines o delatores. A las afueras de la judera se
encontraba el cementerio. Algunas tumbas se conservan an, como las del fonsario
de Segovia. Las sinagogas, como Santa Mara la Blanca en Toledo, fueron
transformndose en iglesias cristianas o desapareciendo ante las terribles presiones
del siglo XV.
Junto a las sinagogas existan baos rituales de purificacin, de los cuales, el
mejor conservado es el de Besal, en Gerona. Al estar las juderas situadas junto a
las murallas, los castillos o los puentes, los judos fueron, en ocasiones, los
encargados de su defensa y proteccin, lo que da idea del importante papel que
jugaron en la Espaa medieval.
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La solucin final: conversin o expulsin
El ao 1391 ve desatarse las crueles e injustas matanzas que asolan las
juderas de Castilla, Catalua y Valencia, en las que perecen miles de judos. La
presin antijuda se concreta con violencia en el siglo XV y se obliga a los judos a
llevar distintivos en la ropa. Las predicaciones de san Vicente Ferrer, la disputa de
Tortosa entre judos y cristianos y la Bula de Benedicto XIII, el papa Luna, contra
los judos, aceleran la destruccin del judasmo espaol. Las predicaciones del
arcediano de cija, Ferrn Martnez, fanatizan a las turbas que asaltan las juderas y
dan muerte a miles de judos. En 1476 se establece el Tribunal de la Inquisicin en
Sevilla. Siete aos ms tarde, fray Toms de Torquemada es nombrado Inquisidor
General. Las persecuciones haban producido una oleada de conversiones forzosas.
La Inquisicin actu con dureza contra los conversos y acentu la presin sobre los
judos: los hebreos eran obligados a escuchar las predicaciones de los dominicos en
las sinagogas, tras lo cual se producan las conversiones.
Los Reyes Catlicos, ocupados en la guerra de Granada, haban aceptado la
financiacin ofrecida por don Isaac Abravanel y don Abraham Senior, Contador
Mayor de Castilla y Rabino Mayor del reino para sufragar los gastos de la guerra, lo
que no les impidi firmar el 31 de marzo de 1492 el Edicto de expulsin. Las
splicas de don Isaac Abravanel en favor de sus hermanos fueron rechazadas por los
Reyes Catlicos. La poltica real basada en la unidad dinstica, el poder real y la
unidad religiosa se apoy en la Inquisicin y en fray Toms de Torquemada para
conseguir la conversin de los judos. Todos aquellos que no aceptasen el bautismo
deberan abandonar Espaa en el plazo de cuatro meses dejando todos sus bienes.
Unos 100.000 judos abandonaron Espaa. Se distribuyeron principalmente por
Grecia, Turqua, Palestina, Egipto y Norte de Africa. Sus descendientes son los
sefardes, que conservan an el idioma de Castilla. En su Dispora por todo el
Mediterrneo llevaron en su corazn dos nombres: Sefarad y Jerusaln.
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Juderas, sinagogas y arte
De las antiguas juderas y calles de las ciudades medievales quedan pocos
restos, diseminados por casi toda Espaa. Repasaremos aquellas que todava
conservan huellas visibles en parte de sus barrios, estructura de sus calles o restos
monumentales.
Una de las juderas ms importantes fue la de Cordoba, entre las murallas y la
mezquita. La puerta de Almodvar da paso a la antigua aljama cordobesa tras la que
serpentean las estrechas callejas. En la calle Judos se encuentra la sinagoga, una de
las tres que quedan en Espaa, y se accede a ella a travs de un portn y un patio.
Fue edificada en 1315 y tras la expulsin sirvi como hospital y cofrada de
zapateros. En 1885 fue declarada Monumento Nacional. En la parte superior se
encuentra la tribuna de las mujeres y conserva una decoracin de atauriques con
arcos polilobulados e inscripciones hebraicas en los muros.
De la importante judera de Toledo an se conserva un arquillo de la cerca y se
sita entre Santo Tom y la puerta del Cambrn. Sus calles retienen todava en su
ambiente el espritu de los judos que las habitaron. La que hoy es Casa Museo de
El Greco fue en tiempos el palacio de Samuel ha-Lev, tesorero del rey Pedro I de
Castilla y constructor de la sinagoga llamada del Trnsito. Frente a los muros del
jardn se encuentra la sinagoga, con un exterior sencillo y sobrio que contrasta con
la exuberante decoracin del interior.
La otra sinagoga que posee Toledo es la llamada Santa Mara la Blanca,
edificada entre los siglos XII y XIII, asaltada por fanticos y cristianizada tras las
predicaciones de san Vicente Ferrer, aunque parece que recuper su culto judo y lo
mantuvo hasta la expulsin. En 1550 fueron construidas tres capillas que
transformaron realmente la arquitectura del templo.
El tercer monumento judo de Toledo es el Museo Sefard, abierto en las
dependencias contiguas a la sinagoga del Trnsito en 1971. Es un museo nico en
Espaa y guarda en sus salas objetos de culto y hallazgos arqueolgicos.
Otros restos de juderas pueden encontrarse en Besal, con un importante bao
ritual, Gerona, Mallorca, Agreda, Hervs, con estructura urbana muy respetada,
Ribadavia, Segovia, Tudela, Tarazona... y Sevilla, cuya judera est situada en el
actual barrio de Santa Cruz.
La religin marca todos los acontecimientos de la vida de un judo. Su
principal aportacin a la Historia de la Humanidad es la creencia en un solo Dios,
monotesmo. El Judasmo dio origen al Cristianismo y al Islam.
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Las juderas en la Historia: Las ciudades
Sevilla Sevilla alberg una importantsima colonia hebrea que ya estaba firmemente asentada en tiempos visigticos. Tuvo momentos de especial
esplendor cuando, destruido el Califato, muchas familias destacadas de
Crdoba la eligieron como refugio y nuevo habitculo, en los inicios del
siglo XI.
Ver tambin: El caso de los judos de Sevilla 1248-1492
Toledo Santuario y meta de los que buscan el recuerdo judo inmediato. Aqu podrn tenerlo con creces, tanto en los restos como en la historia.
Lucena Lucena es una visita obligada, una peregrinacin triste. Porque habiendo sido en el pasado la ciudad judia por excelencia en la Espaa musulmana,
las presiones de los almohades de Texufn hicieron desaparecer de Lucena
todo resto y todo rastro de sus judios.
Crdoba Los judos cordobeses estaban establecidos en la ciudad desde tiempos muy remotos. Hubo hebreos en la Crdoba romana y en la ciudad
visigoda. Y en los siglos IX y X, en pleno auge del Califato, fue la
metrpoli ms prspera de Al Andalus.
Granada GranadaRecientes investigaciones parecen haber dado como resultado el hecho de que la fortaleza de la Alhambra pudiera haber sido el palacio-
fortaleza que se hizo construir el ministro judo Yosef Ibn Nagrella, hijo
de Samuel Ibn Nagrella, que sirvi al rey Bassis de la Taifa Granadina.
Mlaga Conquistada la ciudad poco antes que Granada por los Reyes Catlicos, haba conservado una importante comunidad juda bajo dominacin rabe
durante la Edad Media. No queda ms que el recuerdo de aquella aljama,
situada entre la calle de San Agustn, donde hoy se encuentra el museo de
Bellas Artes, y la llamada Alcazabilla. Por el norte, estara limitada por la
plaza de la Aduana.
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Religin y costumbres
Para un judo, el ritual religioso comienza casi con el nacimiento: a los ocho
das el nio es circuncidado segn el pacto establecido entre Ha-Shem y Abraham.
A los trece aos, el muchacho celebra en la sinagoga su Bar-Mitzb, ceremonia por
la que es admitido como miembro de la comunidad con sus derechos y
obligaciones. Las nias celebran una ceremonia a los doce aos pero de carcter
privado (Bat-Mitzb).
Otra fiesta religiosa importante es sin duda el matrimonio, que consta de dos
partes: el nissm o ceremonia y la Ketub o contrato.
La sinagoga es el templo judo. Est situada hacia Oriente, hacia Jerusaln, la
Ciudad Santa, y en ella tienen lugar las ceremonias religiosas. Las mujeres asisten a
los oficios en una tribuna, separadas de los hombres. Aparte de las fiestas, el da
sagrado es el sbado. En las ceremonias se lee la Tor y el oficio est dirigido por
los rabinos ayudados por el cohen. La sinagoga no es slo casa de oracin, sino
tambin centro de instruccin, ya que en ellas suelen funcionar las escuelas
talmdicas.
La comida juda sigue un complicado ritual basado en la observancia de la
Ley. En la Tor se especifica cules son los animales puros o impuros, los que no se
deben comer, como la liebre o el cerdo. La prohibicin de comer sangre obliga a
desangrar a los animales en la carniceras y tambin est prohibido mezclar la carne
con la leche. Para cumplir con estos ritos existen restaurantes y tiendas de
alimentacin kasher.
Las fiestas tienen gran importancia para los hebreos y conservan una
significacin religiosa. El Rosh ha Shan; ( ) o da de Ao Nuevo, cae
en otoo, la sinagoga se viste de blanco y se hace sonar el shofar. Es una fiesta
alegre que contrasta con la de Yom Kipur, el da del Perdn. En ella se guarda un
ayuno de veinticuatro horas y se pide perdn a D-os y a los hombres por las faltas
cometidas.
Otras fiestas menores son las de Shavuot, o Pentecosts, en la que se lee la
Tor y se medita la Ley, la de Shukot o Tabernculos, en la que se conmemora la
estancia de los hebreros en el Sina y la de Hanuk o de las Luces, que recuerda la
purificacin del Segundo Templo tras la victoria de los Macabeos. La de Purm o
Suertes es una fiesta profana con ambiente festivo. Otra fiesta es la del Ao Nuevo
de los rboles o Tu BShevat, que se celebra el 15 de Shevat (aproximadamente febrero) y que marca el comienzo de la Primavera en Eretz Israel, cuando florecen
los rboles frutales.
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Pero la fiesta ms importante para los judos es sin duda la de Pesah o Pascua.
En ella tiene lugar la celebracin del Sder o cena pascual en la que se come el
cordero, las hierbas amargas y el pan cimo. Se recuerda en ella la salida de los
hebreos de Egipto mandados por Moiss.
Los sefardes, descendientes hoy de aquellos judos expulsados por los Reyes
Catlicos, conservan como un tesoro su idioma castellano, sus viejas tradiciones y
los cantos y bailes transmitidos en la Dispora. Los viejos romances judeo-
espaoles, las tradiciones sefardes, se han visto enriquecidos por las msicas y
costumbres de los pases que les acogieron. Todo ello forma el sustrato nico e
irrenunciable de la cultura sefard.
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Cronologa de los judeo-espaoles
Ao Acontecimientos
70 Toma y destruccin de Jerusaln por Tito.
132 Levantamiento de bar-Koziba (Bar Kochba, el hijo de la
Estrella) en Jerusaln contra Roma.
135 Adriano repele la rebelin. Resistencia y suicidio colectivo
de judos en Masada. Los judos son expulsados de Israel.
175 Redaccin de la Mishn por Yehuda Ha-Nasi, como
actualizacin de la Tor, en Galilea.
220 Lpida hebrea de Adra.
314 Concilio de Elvira (Granada). En l se dedica ya especial
atencin a las relaciones entre judos e hispanos.
415 Invasin visigoda de la Pennsula. Los arrianos visigodos
protegen a los judos.
589 III Concilio toledano. Conversin del rey Recaredo al
catolicismo y restablecimiento de las normas represivas
dictadas por el Concilio de Elvira.
612 Accede Sisebuto al trono visigodo, con voluntad de cumplir
los preceptos del III Concilio toledano. Edicto de expulsin.
629 Los judos son expulsados del reino franco de Dagoberto. El
emperador Heraclio conquista Jerusaln.
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633 IV Concilio toledano. Se insiste en la separacin total entre
judos y cristianos.
675 Regreso de judos a Espaa bajo el reinado de Wamba.
694 XVII Concilio toledano. El rey Egica persigue a los judos,
acusndoles de conspirar con los musulmanes marroques.
711 Invasin musulmana de la Pennsula. Comienza un perodo
de auge judo en la Espaa islmica. La invasin se produce
al mando de Muza ben Nossair (musulmn) y Tarik, bereber
al que se reconoce como judo de la tribu de Simen.
845 Ramiro I de Asturias manda quemar a magos y nigromantes
de sus reinos. Entre los condenados hay algunos judos.
863 Muhammad I convoca en Crdoba un concilio ecumnico al
que asisten cristianos judos y musulmanes.
875 Jud Hebreo se establece en Barcelona bajo el reinado de
Carlos el Calvo.
900 Primera referencia a la presencia de judos en Len.
905 Primeras noticias de la existencia de comunidades judas en
el reino de Navarra.
958 Hasdai ben Shaprut de Crdoba cura de su obesidad a
Sancho I el Craso, rey de Len y de Navarra.
970 Muerte de Hasdai ben Shaprut, que ha escalado los ms
importantes cargos polticos de Al Andalus.
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974 Carta puebla de Castrojeriz. En ella el conde Fernn
Gonzlez de Castilla otorga igualdad de derechos a cristianos
y judos.
993 Nace Samuel Hanaguid (Ibn Nagrella).
1002 Muerte del caudillo musulmn Almanzor y comienzo de la
desintegracin del Califato de Crdoba. Los judos se
esparcen por los reinos de Taifas.
1013 Matanza de judos en Crdoba causada por la intervencin
juda en las luchas internas por el Califato.
1020 Concilio de Len. Primeras leyes de este reino relativas a
judos. Nace Selom ibn Gabirol.
1035 Asalto y matanza en la judera de Castrojeriz a la muerte de
Sancho III el Mayor
1050 Hay noticias de la presencia en Barcelona de judos que se
dedican principalmente a la acuacin de moneda.
1056 Muere Samuel Hanaguid (Ibn Nagrella).
1058 Muerte de lbn Gabirol.
1066 Matanzas de judos en el reino de Granada. El papa
Alejandro II aconseja a los obispos castellanos que respeten
la vida de los judos.
1069 Florece el astrnomo Ben Yahia (Azarquiel) compilador de
las Tablas Toledanas.
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1070 Cdigo dels Usatges, en el que se reglamenta la presencia de
los judos en el condado de Barcelona. Nueva matanza de
judos en Granada.
1075 Nace Yehud Ha-Lev.
1085 Conquista de Toledo por Alfonso Vl. Comienza una intensa
in migracin de judos desde Al Andalus a la Espaa
cristiana.
1086 Unos cuarenta mil judos combaten junto a Alfonso VI
contra los almorvides en la batalla de Zalaca.
1088 Los judos ortodoxos del reino de Castilla persiguen a los
judos caraitas venidos de la zona musulmana y les obligan
a establecerse slo en las zonas fronterizas.
1090 Alfonso Vl de Castilla otorga la Carta inter Christianos et
Judaeos, donde se regulan derechos y obligaciones de stos
en su reino.
1099 Primera Cruzada. Godofredo de Bouillon conquista
Jerusaln.
1107 Yusuf ben Texufin y sus almorvides ponen sitio a la ciudad
juda de Lucena.
1109 Matanzas en las juderas castellanas a raz de la muerte del
rey Alfonso VI.
1123 Los judos burgaleses organizan un escuadrn de voluntarios
para luchar por Castilla contra Sancho Aznar
1125 Yehud Ha-Lev; escribe El Cuzar.
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1126 Fundacin de la Escuela de Traductores de Toledo, de la
que forman parte numerosos intelectuales judos.
1127 Nacimiento de Benjamin de Tudela.
1130 Fecha fijada por Yehud Ha-Lev para la llegada del Mesas.
Surge uno falso en Crdoba: Mosh Dray.
1132 Auge intelectual de Abraham ibn Ezra.
1135 Nace Maimnides.
1139 Alfonso Vll de Castilla concede un fuero especial a los
judos de Guadalajara, equiparndoles a los caballeros de su
reino.
1141 Muere Yehud Ha-Lev.
1145 El rey de Navarra Garca Ramrez cede la sinagoga de
Estella al obispo de Pamplona para que sea consagrada.
1148 Invasin almohade en Al Andalus y destruccin de la ciudad
juda de Lucena. Emigracin masiva de judos a la zona
cristiana de la Pennsula.
1150 La Escuela de Traductores de Toledo se enriquece con la
incorporacin de Gerardo de Cremona.
1156 Los judos toledanos intervienen en las pugnas polticas
creadas por la minora de edad de Alfonso VIII.
1162 Sublevacin de judos y musulmanes en Granada contra los
invasores almohades. Fuerte represin ante esta resistencia.
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1170 El rey Sancho de Navarra encomienda a los judos la defensa
de los castillos de Tudela y Funes. Fuero concedido por
Fernando II a los judos de Salamanca.
1177 El fuero de Palencia exime a los judos de la jurisdiccin real
y les hace depender directamente del obispo y del cabildo.
1180 Matanza de judos en Toledo, instigada por altos personajes
de la corte castellana y por la probable leyenda de la juda
Raquel. En el fondo de esta matanza est la derrota cristiana
en Alarcos y la sospecha de que los judos toledanos
vendieron esclavos cristianos a los almohades en el mismo
campo de batalla.
1190 Fuero de Cuenca. Hay en l una implcita igualdad de trato
para judos y cristianos pero se establece tajantemente la
separacin domstica de ambos pueblos.
1196 Es quemada la judera de Len por orden de Alfonso VIII de
Castilla y Pedro II de Aragn. Los judos leoneses son
sometidos a un rgimen de esclavitud.
1200 En torno a esta fecha comienzan los estudios cabalsticos en
los reinos cristianos peninsulares.
1204 Muerte de Maimnides en Fostat. Aparece la primera
traduccin hebrea de su Gua de Descarriados.
1208 Crecimiento mximo de la aljama de Palencia bajo la
proteccin del obispo y del cabildo.
1212 Batalla de las Navas de Tolosa. Significa el fin del auge de
los almohades y el comienzo de la gran reconquista
castellana.
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1213 Carta puebla de Tlascala (Toledo) en la que figuran
considerables privilegios para la comunidad juda.
1215 IV Concilio de Letrn. En l se especifica que los judos
residentes en la Europa cristiana deben ostentar signos
distintivos que les diferencien de los cristianos.
1219 Concordia del arzobispo de Toledo Ximnez de Rada con los
judos de su dicesis. Fernando III el Santo obtiene del papa
Honorio III la supresin de las seales distintivas para los
judos del reino de Castilla.
1225 Primera referencia en escrituras pblicas a la presencia de
judos en el principado de Asturias.
1228 El viernes santo hay un intento de saqueo de la aljama de
Gerona. Los judos son salvados en ltima instancia por las
tropas de Jaime I el Conquistador
1230 Asalto a varias juderas del reino de Len a consecuencia de
la muerte del rey Alfonso Xl.
1232 Queda establecido el tribunal del Santo Oficio -la
Inquisicin- encomendado al cuidado de los frailes
dominicos.
1233 El arzobispo de Santiago de Compostela decreta que los
judos gallegos cumplan los requisitos impuestos por el
Concilio de Letrn (vase 1215).
1234 Los monjes franciscanos del sur de Francia queman
pblicamente los libros del filsofo judo Maimnides.
1235 Muerte del cabalista Ezra ben-Salomn. Conquista de
Mallorca por Jaime I el Conquistador. La isla tiene un fuerte
contingente de ciudadanos judos que son absolutamente
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respetados por el rey catalanoaragons.
1238 Toma de Valencia por Jaime I. El rey favorece a los judos
establecidos en la ciudad y presuntos colaboradores en la
conquista. concedindoles repartimientos.
1240 Los judos comienzan a ocupar cargos pblicos importantes
en el reino de Castilla.
1247 Carta puebla de Carmona (Sevilla). Se establecen privilegios
a los judos que vinieran a habitar la ciudad.
1248 Conquista de Sevilla por Fernando III el Santo. Una de las
condiciones de la capitulacin es que la ciudad se entregue
vaca de musulmanes.
1249 Jaime I de Aragn concede privilegios a los judos de su
reino para ejercer oficios gremiales.
1250 El papa Inocencio IV fuerza a los obispos castellanos a
cumplir severamente la separacin entre judos y cristianos
en sus dicesis.
1252 Muerte de Fernando III de Castilla. Su hijo y sucesor
Alfonso X hace grabar sobre su tumba un epitafio en latn,
castellano, rabe y hebreo.
1256 Una bula del papa Alejandro IV permite al rey Teobaldo II
de Navarra prohibir a los judos de su reino el ejercicio de la
usura
1257 Jaime I de Aragn protege a la aljama de Lrida contra la
quema de libros judaicos ordenada por el papa Gregorio IX.
1263 Jaime I de Aragn ordena que sean tachados de los libros
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hebreos aquellos pasajes que resulten peligrosos o contrarios
a la fe cristiana. Se mantienen las controversias del cabalista
Nahmnides de Gerona con el converso Pau Cristi
1265 Proceso contra Nahmnides.
1266 Se construye en Zaragoza un puente sobre el ro Ebro con el
producto del impuesto que pagan los judos de la ciudad.
1267 Se concede autorizacin para el establecimiento de la
Universidad rabnica de Barcelona. Nahmnides emigra a
Israel.
1270 Muerte de Nahmnides en Akko.
1272 Alfonso X se hace cargo de la ciudad de Murcia.
Conquistada por su suegro Jaime I de Aragn. Dispone que
los judos de la ciudad vivan apartados de los cristianos.
1273 Una cdula de Jaime I confirma los privilegios y las
franquicias concedidas con ocasin de la conquista de las
islas a los judos que las habitaban.
1274 Ataque cristiano al burgo de San Cernn de Pamplona, con la
colaboracin de los judos de la Navarrera.
1277 Destruccin de la Navarrera -con la aljama de Pamplona por
soldados franceses, a consecuencia de los sucesos de 1275
1278 Nuevo saqueo del call de Gerona, provocado y ordenado por
el obispo Pere de Castellnou. Los judos son protegidos por
el rey Pedro III.
1280 Prendimiento y ejecucin del almojarife judo don Cag de la
Maleha por orden del rey Alfonso X de Castilla
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1281 Alfonso X impone tributo extraordinario de 12.000
maravedses a las aljamas de Castilla y Len.
1283 Pedro III de Aragn reduce las posibilidades de los judos de
su reino para el ejercicio de cargos pblicos y el cobro de
rentas reales.
1284 Pedro III pide tributos extraordinarios a los judos de Aragn
para fortificar las fronteras del reino frente al peligro francs
1285 Los almogvares, tropas mercenarias de Aragn, saquean el
call de Gerona antes de entrar en batalla contra las tropas de
Felipe de Francia. Pedro III ordena ahorcar a los
responsables del saqueo.
1286 Moiss de Len termina el Sfer ha Zohar, libro fundamental
de la Cbala.
1288 Los judos de Huesca contribuyen a la campaa de Alfonso
III de Aragn en Sicilia con tributos extraordinarios.
1290 Expulsin de los judos de Inglaterra.
1291 Repartimiento de Huete.
1293 Cortes de Valladolid. Leyes restrictivas contra judos.
1294 Primera acusacin conocida en Espaa de crimen ritual por
parte de judos, en Zaragoza.
1295 Profecas de los rabinos castellanos consignan este ao como
el de la llegada del Mesas (es el 5055 de la era juda).
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1297 Un edicto del rey Jaime II de Aragn pone a los judos bajo
la jurisdiccin y el capricho de los obispos aragoneses y de
la orden de los dominicos.
1301 El concejo de Toro consigue que los pleitos con los judos se
sometan a un juez designado por el rey y no a un juez propio.
1305 Las Cortes convocadas en Medina del Campo obtienen del
rey Fernando IV de Castilla la promesa de que los judos no
ejerzan como cobradores de impuestos.
1306 Expulsin de judos de los reinos de Francia.
1308 Vejaciones a los judos navarros de Estella por el senescal de
la ciudad.
1309 Acusacin de crimen ritual en Mallorca. Severas medidas
restrictivas contra los judos.
1311 El Concilio de Vienne anula la orden de los templarios y
trata de ayudar al pueblo judo.
1312 Ciertas irregularidades en los pagos de impuestos de las
aljamas castellanas obligan a Fernando IV a reestructurar el
sistema de cobros, en las cortes convocadas en Palencia.
1313 Un concilio convocado en Zamora y las Cortes de Dueas
dictan restricciones contra los judos, impidindoles incluso
el ejercicio de la medicina con pacientes cristianos.
1315 El obispo de Mallorca impone multas y reduce privilegios a
la comunidad juda de la ciudad. Construccin de la sinagoga
de Crdoba. que an se conserva.
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1319 Reedificacin de la Navarrera de Pamplona y la aljama de la
ciudad, por orden del rey Carlos IV tras su destruccin en
1277.
1320 Matanza de judos a manos de tropas francesas en el norte de
Aragn y Navarra. Comienza la llamada Guerra de los
Pastores.
1321 Conversin de Abner de Burgos.
1322 El obispo de Zaragoza confisca en nombre de la Iglesia los
bienes de los judos de la ciudad.
1326 Los judos del reino musulmn de Granada son obligados a
llevar divisa que los distinga de los creyentes islmicos
1327 Asaltos a distintas juderas navarras en momentos en los que
el reino se encuentra sin monarca despus de la muerte de
Carlos IV
1328 Alfonso IV de Aragn acoge en su reino a judos emigrados
de Navarra, en cuyo reino y sobre todo en Tudela se estn
produciendo graves persecuciones coincidentes con la
muerte del rey Carlos IV y la crisis dinstica que ocasion.
Los cronistas hebreos cifran en ms de 10.000 los judos
muertos en este pogrom, cifra que parece bastante excesiva.
1336 Los judos de la Navarrera de Pamplona son reducidos a
residir en una aljama tapiada.
1340 Las aljamas de Portugal llegan a un acuerdo a escala
nacional para pagar en comunidad los tributos exigidos por
la hacienda real.
1341 El ayuntamiento de la ciudad de Sevilla decreta que los
judos vendan sus productos y hagan sus transacciones
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comerciales nicamente dentro de las aljamas en que
habitan.
1348 La Peste Negra. Las juderas navarras son especialmente
afectadas por la epidemia. Hay asaltos y matanzas en las de
la Corona de Aragn, sobre todo en las de Barcelona. Gerona
y Tarragona, en Catalua. y en las de Valencia y Sagunto.
Cortes de Alcal. Alfonso XI propone que los judos dejen
de ser banqueros para hacerse agricultores.
1350 Samuel Ha Lev es nombrado tesorero de Pedro I de Castilla.
1351 Cortes de Valladolid. Nuevas medidas restrictivas a judos
1354 Conferencia convocada por las aljamas de Castilla. en la que
se tratan los problemas comunes de todas ellas y sobre todo,
el fenmeno de los malsines, conversos esquiroles
1355 Ataque a la judera de Toledo por las tropas del pretendiente
al trono de Castilla, el bastardo Enrique de Trastmara se
calculan 1.200 judos muertos
1357 Construccin de la sinagoga del Trnsito en Toledo
1360 Matanza de judos en Njera. despus de la batalla que
mantienen ante la ciudad las tropas del rey Pedro I y las del
pretendiente Enrique de Trastmara.
1361 Muere Samuel Ha Lev a manos de Pedro I de Castilla.
1366 Bertrand Duguesclin cerca Toledo. Los judos de la aljama
resisten valerosamente defendiendo la puerta del Cambrn,
vecina a la judera. Varias juderas castellanas son
esquilmadas por los mercenarios extranjeros que intervienen
a favor de uno y otro de los contendientes de la guerra civil.
Sufren especialmente las juderas de Briviesca. Aguilar de
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Campoo y Villadiego
1369 Un decreto real castellano ordena la confiscacin de bienes
de los judos toledanos, a la vez que aumenta sus tributos.
1370 Un pogrom extermina la totalidad de los judos de la ciudad
belga de Bruselas. La reina Juana de Navarra protege a los
judos amenazados de su reino.
1371 Pedro IV de Aragn obliga a los judos de Valencia a no
habitar viviendas que se encuentren fuera del call que tienen
asignado. Cortes de Toro. Nuevas medidas antijudas
1375 Fecha de composicin del Atlas cataln de Abraham
Cresques, judo mallorqun. Primeras quejas expresadas por
los judos a causa de las arbitrariedades racistas de Ferrant
Martnez, llamado el arcediano de cija. El papa Gregorio
XI recuerda a la corona de Castilla su obligacin de no
proteger a sus sbditos judos
1379 Juan I de Castilla pone a los judos de su reino bajo la
proteccin de sus monteros de Espinosa. Para el sustento de
dicha fuerza los judos tienen que pagar un impuesto de 12
maravedes por Tor
1380 Comienzan matanzas generales de judos en Francia. que se
extienden hasta 1382.
1382 El infante don Juan de Aragn autoriza la construccin de
una nueva sinagoga en Zaragoza.
1383 La aljama de Sevilla protesta ante el rey Juan I de Castilla
por el trato recibido del arcediano de cija. que est
proclamando abiertamente el pogrom. Las cortes prohiben a
los judos residir en barrios cristianos.
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1384 Las aljamas navarras, muy deterioradas, se unen para pagar
en conjunto los tributos ordenados por la corona. La de
Pamplona, en esta circunstancia, es especialmente pobre.
1385 Las tropas inglesas del duque de Lancaster toman Ribadavia,
en Galicia. La judera de la ciudad es saqueada e incendiada,
tras la defensa llevada a cabo por sus judos.
1388 Don Pedro Tenorio, el obispo de Toledo, nombra gran rabino
de la ciudad a su mdico, Rabbi Hayen.
1389 Don Pedro Gmez Barroso, arzobispo de Sevilla. prohibe las
actividades antijudias de Ferrant Martnez, el arcediano de
cija.
1390 Censo de judos en Castilla. Se recuentan 3.600 cabezas de
familia. Muere el arzobispo de Sevilla y queda como
mxima autoridad en la dicesis el arcediano de cija, que
ordena inmediatamente la destruccin de las sinagogas y de
todos los libros hebreos de la dicesis y el traslado de las
lmparas santas judas a la catedral de Sevilla. Muere Juan I
de Castilla en Alcal de Henares. Conversin de Salomn Ha
Levi (Pablo de Santa Mara) rabino mayor de Castilla y toda
su familia.
1391 En el mes de junio comienza el gran pogrom contra los
judos en las ciudades espaolas. Matanzas en Sevilla,
Valencia y Barcelona.
1392 Juan I de Aragn funda la segunda aljama de Barcelona y
permite la creacin de una nueva universidad rabnica.
1393 Juan I de Aragn encarga al Rabbi Hasdai Crescas la
restauracin especial de la sinagoga de Valencia.
1395 Enrique III de Castilla castiga al arcediano de cija por
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"alborotador del pueblo".
1401 Martn I prohibe la restauracin del call de Barcelona. Carlos
de Navarra vende los bienes de los judos de su reino.
1404 Las cortes de Valladolid son las nicas de Castilla que se
pronuncian a favor de los judos perseguidos en el reino.
1406 Muerte de Enrique III de Castilla. Su mdico, don Mayr, es
acusado de haberla provocado: es sometido a tormento,
durante el cual muere.
1408 Los judos castellanos y aragoneses son obligados a no vivir
fuera de las juderas y a llevar trajes distintivos especiales.
1412 Estatuto de convivencia restringida entre cristianos y judos
propuesto por la reina doa Catalina de Lancaster y
posiblemente redactado y dirigido por el obispo burgals don
Pablo de Santa Mara judo converso. Comienzan las
predicaciones del dominico Vicente Ferrer para conseguir la
conversin en masa de los judos peninsulares. En Segovia
se acusa a los judos de profanar la hostia. La sinagoga se
convierte en iglesia, hoy del Corpus Christi. Se promulgan
las leyes restrictivas de Aylln y Cifuentes.
1413 Tienen lugar las llamadas Disputaciones de Tortosa: Josu
Ha Lorqu, converso fantico, discute con rabinos de las
aljamas aragonesas.
1415 Bula del papa Benedicto XIII o antipapa, segn se mire,
contra los judos. La bula provoca conversiones en masa. Se
consagran la sinagoga de Barbastro y varias sinagogas
catalanas.
1424 Alfonso V de Aragn prohibe que los judos se instalen en
Barcelona. Les permite nicamente una residencia de paso,
siempre que lleven distintivos especiales.
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1429 Una epidemia diezma la judera de Zaragoza.
1432 Snodo judo en Valladolid, bajo la presidencia de Rabbi
Abraham Benveniste.
1434 Concilio de Basilea. El representante de Castilla en el
concilio es Alfonso de Cartagena, converso, hijo del obispo
burgals Pablo de Santa Mara. Se recuerda su defensa de los
privilegios eclesiales y sociales de Castilla.
1435 Muerte del obispo Pablo de Santa Mara, converso y
arzobispo de Burgos.
1448 Una nueva epidemia afecta gravemente a las juderas
aragonesas.
1449 Trece israelitas toledanos de familias principales son
excluidos de la funcin pblica que ejercan despus de una
matanza en la aljama. Saqueo y asesinatos en la judera de
Ciudad Real.
1461 Aparece el Fortalitium Fidei del converso Fr Alonso de
Espina, alegato contra los judos. Estos escritos habrn de
servir de consignas para el inquisidor Torquemada.
1467 Los conversos toledanos provocan un motn en la ciudad, a
consecuencia del cual son duramente castigados.
1469 Protesta en las Cortes de Ocaa por las actividades usurarias
de los judos castellanos.
1473 Aparece el Almanaque Perpetuo, del judo salmantino
Abraham Zacuto. Quema de judos en Valladolid y
persecucin de conversos en Crdoba.
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1474 El alcaide del Alczar de Segovia, el converso Andrs
Cabrera, logra a duras penas impedir una matanza masiva de
judos en la aljama de la ciudad.
1476 Una pretendida celebracin de cultos judos en el Viernes
Santo provoca en Castilla una violenta reaccin popular
contra los conversos.
1478 Se autoriza el establecimiento de la Inquisicin en Castilla.
1480 Las Cortes convocadas en Toledo acuerdan la prohibicin de
convivencia entre judos y cristianos en Castilla. Son
nombrados inquisidores generales de los reinos hispnicos
Toms de Torquemada en Castilla y Pedro de Arbus en
Aragn.
1481 Se publica un edicto de gracia al que se acogen unos veinte
mil conversos en Castilla para escapar a los tribunales de la
lnquisicin. La lnquisicin comienza a actuar en Sevilla.
1482 Se instala en Guadalajara la primera imprenta juda. Se
imprimen los Comentarios, de David Kimji.
1483 Se establece un tribunal del Santo Oficio en Ciudad Real.
Por muerte de Arbus Torquemada es nombrado inquisidor
general.
1484 Los regidores de Burgos acuerdan que ningn judo pueda
comerciar en comestibles y vituallas.
1485 Se completa la expulsin de judos de Andaluca.
1486 La ciudad de Vitoria acuerda medidas represivas contra los
judos de su aljama.
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1487 Toma de Mlaga por los Reyes Catlicos. Don Abraham
Senior, administrador real, logra rescatar a muchos judos
por veinte mil doblas jaquesas, embarcndoles con destino a
frica en dos galeras.
1491 Comienza el sitio de Granada. Don Abraham Senior y don
Ishaq Abravanel abastecen econmicamente a las huestes
cristianas. Proceso del llamado Santo Nio de la Guardia.
1492 Enero: toma de Granada. Son dadas seguridades a los judos
de la ciudad. Edicto de Expulsin, decretado en los reinos de
Castilla y de Aragn. Julio: Salida de Espaa de los judos
no conversos.
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DOCUMENTOS
Edicto de expulsin de los judos
Los Reyes Fernando e Isabel, por la gracia de Dios, Reyes de Castilla, Len, Aragn y
otros dominios de la corona- al prncipe Juan, los duques, marqueses, condes, ordenes
religiosas y sus Maestres,... seores de los Castillos, caballeros y a todos los judos
hombres y mujeres de cualquier edad y a quienquiera esta carta le concierna, salud y
gracia para l.
Bien es sabido que en nuestros dominios, existen algunos malos cristianos que han
judaizado y han cometido apostasa contra la santa fe Catlica, siendo causa la
mayora por las relaciones entre judos y cristianos. Por lo tanto, en el ao de 1480,
ordenamos que los judos fueran separados de las ciudades y provincias de nuestros
dominios y que les fueran adjudicados sectores separados, esperando que con esta
separacin la situacin existente sera remediada, y nosotros ordenamos que se
estableciera la Inquisicin en estos dominios; y en el trmino de 12 aos ha
funcionado y la Inquisicin ha encontrado muchas personas culpables adems,
estamos informados por la Inquisicin y otros el gran dao que persiste a los
cristianos al relacionarse con los judos, y a su vez estos judos tratan de todas
maneras a subvertir la Santa Fe Catlica y estn tratando de obstaculizar cristianos
creyentes de acercarse a sus creencias.
Estos Judos han instruido a esos cristianos en las ceremonias y creencias de sus leyes,
circuncidando a sus hijos y dndoles libros para sus rezos, y declarando a ellos los das
de ayuno, y reunindoles para ensearles las historias de sus leyes, informndoles
cuando son las festividades de Pascua y como seguirla, dndoles el pan sin levadura y
las carnes preparadas ceremonialmente, y dando instruccin de las cosas que deben
abstenerse con relacin a alimentos y otras cosas requiriendo el seguimiento de las
leyes de Moiss, hacindoles saber a pleno conocimiento que no existe otra ley o
verdad fuera de esta. Y as lo hace claro basados en sus confesiones de estos judos lo
mi