Alejandra Pizarnik

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Breve biografía y uno de sus mejores poemas

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Alejandra Pizarnik (Flora Pizarnik Bromiquier)

Nació el 29 de abril de 1936 en Avellaneda y falleció el 25 de septiembre

de 1972 en Buenos Aires, fue una destacada poeta argentina, escribió libros

poéticos de notoria sensibilidad e inquietud formal marcada por una insinuante

imaginería. Sus temas giraban en torno a la soledad, la infancia, el dolor y, sobre

todo, la muerte. Su infancia fue muy complicada. Hablaba el español con

marcado acento europeo y tartamudeaba y tenía graves problemas de acné y

una marcada tendencia a subir de peso. La auto percepción de su cuerpo y su

continua comparación con su hermana la complicaron de manera obsesiva. Por

esta razón comenzó a ingerir anfetaminas, las cuales se hizo adicta y

provocándole prolongados períodos con trastornos del sueño: euforia e insomnio.

En 1954 ingresó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de

Buenos Aires. Permaneció como estudiante de la Facultad hasta 1957, tomando

cursos de literatura, periodismo y filosofía, pero no terminó sus estudios.

Paralelamente tomó clases de pintura con Juan Batlle Planas. Entre 1960 y 1964,

Pizarnik vivió en París donde trabajó para la revista Cuadernos y algunas

editoriales francesas. Regresó a Buenos Aires en 1964, publicando sus

poemarios más importantes: Los trabajos y las noches (1965), Extracción de la

piedra de la locura (1968) o El infierno musical (1971). En 1969 recibió la beca

Guggenheim, lo que le permitió viajar a Nueva York, y en 1971 una Fullbright.

El 25 de septiembre de 1972, a los 36 años, se quitó la vida ingiriendo 50

pastillas de Seconal durante un fin de semana en el que había salido con permiso

del hospital psiquiátrico de Buenos Aires, donde se hallaba internada a

consecuencia de su cuadro depresivo y tras dos intentos de suicidio.

Hoy, tiene un monumento en la calle Güemes en Avellaneda.

LA JAULA

Afuera hay sol.No es más que un sol

pero los hombres lo mirany después cantan.

Yo no sé del sol.Yo sé la melodía del ángel

y el sermón calientedel último viento.

Sé gritar hasta el albacuando la muerte se posa desnuda

en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.Yo agito pañuelos en la nochey barcos sedientos de realidad

bailan conmigo.Yo oculto clavos

para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.Yo me visto de cenizas.