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Italia 2011Diario del Viaje por Patty Martinez
Jueves, 2 de Junio – Roma17:00Luego de un viaje más que bueno (los vuelos directos ayudan a que las distancias y tiempos sean soportables), nos despertamos en Roma a las 5 de la tarde. Habíamos perdido unas horas de nuestras vidas pero era maravilloso haber llegado ya. En el Baggage Claim ya esperaba mamá en silla de ruedas para no cansarse. Retiramos las valijas y partimos arrastrando a la vieja rumbo a la salida. Allí se paró y empezó a disparar por todo el aeropuerto. Buscamos como llegar al tren para ir a Termini: “por ahí, no por allá, lee ahí arriba, mejor pregunto, por el ascensor.” Y con el ascensor llegamos a un túnel que nos llevó al tren. Otra vez: “hacemos la cola para comprar el ticket, voy a comprar cigarrillos, quédense en la cola que pregunto. Es acá, vengan, en el kiosco.” Listo el ticket. A validarlo y casi ahí llegaba el tren.
¡Qué idea! toda la gente con valijas y el andén un metro más abajo del tren, por lo que por unos angostos pero altos escalones subiendo las valijas. Si bien eran pequeñas y pesadas como siempre, éramos 3 por lo que una arriba, otra abajo y mamá mirando. Mientras tanto las valijas se acumulaban en un mínimo lugar donde la gente, además pretendía pasar de vagón a vagón. Poco práctico el sistema. Una vez arriba había un lugar para dejar las valijas pero ya agotadas del esfuerzo nos enchufamos en el 1er compartimiento con valijas y todo. Pobre la chica que quiso compartir nuestro compartimiento y tuvo que saltear las valijas.
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Llegamos a la Terminal. Hacía mucho calor y luego de deliberar si arrastrar las valijas 5 cuadras o tomar un taxi, decidimos esto último. Por supuesto que nos paseó un poco y pagamos por el traslado el triple de su valor. Pero, son gajes del oZicio y típicos de cualquier ciudad grande. En Zin que el hotel, en lo que ellos llaman un Palacio, era en el 1er piso, sin ascensor, pero a cargo de un chino que se largó a subirnos las valijas. Menos mal porque era bastante empinada la escalera.
HOTEL PortafortunaEsa noche no dio para más que comer un antipasto y una pizza de vegetales en la esquina, frente a la Iglesia Santa María Maggiore, en plena calle con una noche magníZica. Luego, para caminar un poco nos tomamos un helado: caro pero rico. Otro chino nos embaucó y, aunque le preguntamos cuánto costaba medio como que nos obligó a sentarnos en una mesita en la calle cosa de que el helado nos salió otra vez el triple de su valor. Nos reímos todo el viaje recordando como nos afanaron el 1er día.
ROMA estaba espléndida de noche.Caminamos un poco más. Creo que nos tomamos otro helado al lado del hotel, a precio normal, nos sentamos en un banco en la vereda mirando a la gente que pasaba y nos fuimos a dormir.
Viernes, 3 de Junio – Citytour Luego del desayuno partimos para a buscar el Bus con el que haríamos el Citytour. Como entre una cosa y otra ya eran más de las 11, el calor se hacía sentir. Teníamos un sólo día en Roma y debíamos mostrárselo a Graciela lo más posible. El Bus nos llevó al Coliseo, no sin antes dar unas vueltas ideales para ir teniendo una idea de donde estábamos y cómo era.
COLISEO y el Moisés¡Tanta gente para entrar al Coliseo como no se pueden dar una idea! El tema es que el 2 de Junio es uno de los feriados más importantes en Italia, y cayó un jueves por lo que se hizo un feriado largo (el viernes era feriado también) y la gente, turistas e italianos aprovecharon para viajar de aquí para allá. Roma estaba a full.
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CAMINAMOS un montónFotos al Coliseo, al Foro Romano desde lejos, luego caminamos un montón para encontrar San Pietro in Víncoli, y ver el Moisés. Regresamos por otro camino, mucho más cerca al mismo lugar para tomar nuevamente el bus que pasa cada 15 minutos y poder ir a otro lado.
DESDE el busSacamos fotos a medida que nos paseaba por los lugares típicos pero habíamos decidido bajar sólo cuando llegáramos al Vaticano. Ya era mediodía largo y el calor importante.
¡Era absolutamente increíble ver la cantidad de gente y cola que había para entrar al Vaticano! Nunca lo había visto así y siempre pude entrar. Pero esta vez desistí de entrada: “yo esa cola no la hago ni muerta”. Dije. Pobre Graciela que era su promesa entrar pero también ella se dio cuenta que si nos quedábamos ahí a mamá la llevábamos patas para adelante y no veríamos nada más. Decidió intentarlo en su viaje de regreso a Buenos Aires. Y ahí sí lo logró.
FONTANA de TreviEsa fue nuestra siguiente y última parada del Bus ya que luego caminamos y usamos taxi.
La Fontana estaba llena de gente, aquí sí, como siempre pero igualmente linda. Mi último viaje había sido en 1999 donde recién estaban limpiando los monumentos, iglesias y estatuas preparándolas para el 2000 y la había visto casi negra. Ahora está magníZica toda blanca. Muchas fotos para el recuerdo, la monedita para atrás para volver, y la decisión Zirme de encontrar un lugar a la sombra para comer porque ya eran más de las 2 y picaba el bagre.
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ALMUERZO Después de un almuerzo, con vino blanco porque así tomaban ellos y creo que una pasta al pesto en mi caso, ubicadas en una mesita en la calle cerca de la Fontana, caminamos hasta Vía Veneto y nos tomamos un taxi al hotel para reposar un poco y salir del calor.
PIAZZA NAVONALuego de una reparadora siesta y ya con el sol más bajo nos tomamos otro taxi hasta la Piazza. Acá vale una aclaración. Si bien el 1er taxi nos cobró €13 euros para hacer 5 cuadras (con el paseo como 15), los sucesivos taxi desde y al hotel que tomamos no nos costó más que 5 o 6 euros.
Ya en la Piazza, siempre con mucha gente, la recorrimos, sacamos fotos, Graciela entró en lo que sería una de las miles iglesias que entró, rezó por todos nosotros y alguien más también, sacó cuánta foto a santo encontró, se llevó todo tipo de estampitas y colaboró con la Santa Iglesia Católica con las monedas de € 0,10 que nadie quería . ¡Estaba en su salsa!
Mamá fotograZiaba a la gente como estaba vestida y yo me dediqué a Zilmar. Como siempre en la Piazza hay de todo.
PIAZZA SPAGNACaminamos sacando fotos todo el tiempo hasta llegar a Piazza Spagna que, como había un concierto, estaba cerrada y no se podía subir ni había gente en ella. Por ahí encontramos un banco y nos sentamos un buen rato a ver la gente pasar. Cuando oscureció emprendimos la retirada hasta llegar a un pequeño restaurante, en una callecita donde cenamos. Sólo que no recuerdo que. Posiblemente una pizza común. Luego tomamos un taxi y en la heladería, al lado del hotel, nos tomamos tremendo helado, quedándonos un tiempo más en la calle. Al día siguiente ya partíamos para la Toscana. Un tema a destacar: ¡los hombres son un despelote en Roma! Muy buenos mozos.
Guarda che sei bella Roma!
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Sábado, 4 de Junio – Dejamos Roma
Desayuno importante en el Portafortuna. Armamos la heladerita con todo lo que no comimos y fuimos caminado a buscar el auto alquilado. Acá el romano estaba histérico, una cola larga, la gente de mal humor y él no ayudaba en nada. Nos dieron el auto en el medio de la calle, nuevito sí, pero ni por asomo el que yo había pedido. Con la gente que tocaba la bocina para que saliéramos del medio, el tipo que de mal modo me largó las llaves y se rajó, sin ya ganas yo de volver a protestar y perder un par de horas más para un posible cambio de auto, partimos al hotel para buscar las valijas y tratar de meterlas en el mínimo baúl del mínimo auto.
Para entonces, más de la una, ya hacía calor, y yo sin encontrar como corno hacer para que funcionara el aire acondicionado. Más bronca tenía pensando que me habían dado uno sin aire (que sí tenía), nos bancamos así todo el viaje hasta San Fatucchio.
VITERBO Acá hicimos nuestra 1er parada a comer unos sandwiches e ir al baño. Luego le pregunté al del bar si podía entrar en la ciudad para verla de pasada y cómo seguir desde ahí a Orvieto. El cruce de Viterbo salió bien. La ida a Orvieto no. Aclaro que yo tenía el GPS que tratábamos de aprender y programar en la marcha. Y si bien nos había llevado perfectamente a Viterbo por el camino elegido, nos llevó por otro lado y nunca llegamos a Orvieto. Abajo de este castillo, que se ve a la izquierda, me puse a programarlo cuando recibí un llamado, extenso, de Renza, que además me hizo hablar con toda la familia, anche Rocco que estaba ahí. El trató de ayudarme por teléfono porque el Tom Tom se había enloquecido y me decía que no existía Orvieto. Total que, siguiendo un poco los carteles y programando mal, por el camino más corto en vez del más rápido, nos llevó por arriba de colinas y rodeando el lago Bolsena que no era para nada la intención. Para colmo se largó a llover en tramos bastante tupido. Pasamos por pueblitos divinos donde no paramos porque se nos venía la noche y la lluvia y subiendo y bajando, a 50 kms por hora, casi diría solas, y usando bastante el instinto y mis conocimientos por donde no debía ir, llegamos Zinalmente a Castiglione del Lago.
¡SAN FATUCCHIO, una delicia!
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AGRITURISMO Il Borgo SolarioLa llegada al Agriturismo fue un descanso y relax después de estar en Roma, con el tráZico y el ruido y del camino por pequeñas rutas divino pero que no disfrutamos por la lluvia. El departamento era tal cual lo que había visto en las fotos. Limpio, impecable, nuevo y moderno. Baño grande y cómodo, luz y aire. De hecho en las charlas con el dueño nos contó que era arquitecto y él mismo había diseñado estos deptos que empezó a construir hacía unos años cuando decidió irse de Roma a vivir ahí. Su única hija se casó y tenía un bebe de un año y todos vivían en ese lugar.
CASTIGLIONE del LagoLuego de desempacar y acomodar todo, ya que estaríamos una semana en ese depto, nos fuimos a Castiglione, para hacer algunas compras de comida y pasear. Pero nos dio Ziaca y decidimos aprovechar y comer una pizza, un helado y volver al depto ya listas para descansar.Teníamos internet en el depto así que aprovechamos a ponernos al día con los mails, noticias del diario, etc. etc.
Domingo, 5 de JunioDespués del día de viaje tan largo del sábado el domingo la tomamos con calma, según lo que estaba pre establecido. salimos tarde del agriturismo. Paramos en San Fatucchio. Fuimos a la Iglesia, para unas fotos, y volvimos a Castiglione del Lago.
Dimos una vuelta por el lago. Sacamos más fotos y visitamos Castiglione con más tiempo. Compramos pan, aceite, y algunas pavadas más. Tomamos un helado y no recuerdo nada más en especial. Fue un día de descanso total. Es probable que hayamos lavado ropa, baño intenso, todo muy tranquilo.
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Lunes, 6 de Junio Si bien amaneció un tanto nublado parecía que iba a aclarar así que decidimos ir a Asís y Perugia, ya que la Meteó decía que el martes estaría peor el tiempo. Rodeando un poco el lago encontramos una de las autopistas gratis, donde la máxima es de 90 kms/hr y así ahí fuimos. Antes de subir, hicimos una parada en un pueblito que se llama i Angeli, o algo así por 2 motivos: un baño y una feria que vi al pasar. Total que: ¡compramos en la feria todas!
SAN FRANCISCO de Asís Estacionar un tema. Adentro no se puede, por lo que hay que ir a los Parkings. Sin saber cuál tiré el auto en el 1ro que encontré. No estaba mal, ascensor con aire acondicionado para ir arriba, baño, y unas 6 cuadras bajando y atravesando Asís para llegar a la iglesia. Habíamos estado en Asís en el 99, luego de un terremoto, por lo que estaba sostenido por cadenas, alambres y medio destruido todo. Gris y oscuro. Maravillosa ahora.
Todo reconstruido respetando su formato antiguo como es ley en Italia, todo Zlorido, limpio, y muy bonito. Entramos en la iglesia. Vi una parte que no conocía, sacamos mil fotos. Nos encantó.
El tema fue volver a buscar el auto. Ya estábamos muertas de caminar y había que regresar subiendo. En principio fui yo unas cuadras pero como no llegaba nunca decidí volver y nos tomamos un taxi,
que por unos euros nos dejó en el parking. San Francisco bellísimo
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PERUGIADejamos Asís camino a Perugia. Aquí otra vez no tuvimos mucha suerte. Llegar fue fácil. Estacionar imposible, por otra parte eran como las 3, hora en que no se puede estar caminando, no habíamos comido así que decidí ir a un Shopping cercano pero abajo de Perugia. Sin saber bien la dirección, mamá se bajó para preguntarle a un carabiniero y lo único que me quedó en la cabeza es que debía tomar el camino de la derecha, bajando y luego que Dios te ayude. Pero bien o mal, porque una vez debí regresar por estar en el camino equivocado, llegamos. Gran estacionamiento gran, y mucho aire acondicionado. Comimos cada una lo que quiso y nos sumergimos en una tienda donde yo quería ir porque hay cosas para mi talle, o sea petisa y gorda. Todas compramos pero yo más.
En ese shopping había un supermercado grande así que aprovechamos para comprar lo que necesitaríamos en la semana. Vinos, cafés, tes, arroz, pan, jugos, aguas, shampoo, etc etc.
Con el auto cargado y pensando en un regreso seguro de más de una hora dejamos a Perugia en el olvido y regresamos cantando bajito, por caminos tranquilos, mirando los pueblitos al paso, a nuestro delicioso San Fatucchio.
Graciela ya no estaba bien del estómago o hígado, y se pasó toda la semana mal. Tanta comida diferente le cayó mal o sea que se pasó una semana a arroz y te. Parecía la maldición de los chinos. Menos mal que a mí la comida en Italia, ni el agua me hacen mal, mucho menos el vino.
Esa noche comimos en el depto. Y no recuerdo nada en especial para contar, salvo que los dueños de casa nos habían invitado a una cena, hecha por la dueña de casa, una alemana Zlaca como un espárrago que trabajaba todo el día en el huerto. Estaríamos todos los inquilinos de los distintos deptos y sólo contribuiríamos con € 5 por persona para la bebida.
A la cama temprano, supongo.
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Martes, 7 de Junio CHIUSI
Como la idea era hacer un día de paseo largo y otro día tranquilo, después del viaje del día anterior nos tocaba quedarnos cerca. Además amaneció húmedo, a veces lluvioso. Partimos por los divinos caminos de adentro, hacia Chiusi, el pueblo si se quiere, más grande de por ahí. Llegamos, estacionamos y Oh! maravilloso, había una pequeña feria donde compramos fruta y verdura fresca.
Nos sentamos en un bar donde la gente tomaba un aperitivo y las “chicas” tomaron un café y yo copié a los locales tomándome un vinito blanco suave. Recorrimos un pueblo tranquilo y bonito
CITTA della PievePusimos el Tom Tom con rumbo a este pueblo y llegamos a la media hora, luego de haber pasado por caminos de colinas sembradas, como casi siempre. Ya estábamos más expertas con el GPS y sabíamos que lo mejor era poner el próximo pueblo así nos llevaba por donde queríamos sin pasar por autostradas.
Llegamos cerca de las 3. Pensé que sería diZícil comer a esa hora. No había nadie en el pueblo. Estacioné creo que en la puerta del municipio. Supongo que nunca vi el cartel que decía que si no era local no podía ir con el auto hasta ahí. Pero nada pasó llegamos bien en el medio del pueblo.
Justo había un boliche que era una especie de bar, pequeño restaurante, etc que nos hizo unos “pichi” una suerte de Zideos caseros extraordinarios con aceite de oliva y queso parmesano. En el medio del paseo salió el sol y se puso pesado. De todas maneras el pueblo es precioso, chiquito, de ladrillo rojo y estábamos encantadas de estar ahí.
De todas maneras debíamos partir temprano, aunque estábamos cerca, una media hora, ya que teníamos la cena en lo de Máximo y Vera.
Qué lástima que Graciela no iba a poder comer todas las cosas ricas que había.
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CENA con desconocidosMamá no quiso ir porque dijo que no hablaba italiano y no conocía a nadie. En realidad nadie conocía a nadie y nadie más que los dueños de casa hablaban italiano. El resto eran alemanes, ingleses (los de la foto de abajo) y nosotras. Todos hablaban inglés. Máximo hablaba un poco de español y así habló con Graciela. Yo, que no soy una cortada para nada, hablé con todos, les saqué fotos y probé toda la comida. Había ensaladas, pan de pizza solo o con ajo y perejil, vittel thoné, espárragos, mayonesa, huevos rellenos, tartas, casi parecía una típica cena de Navidad. De postre frutillas con crema. Vino y bebida. La pasé muy bien y terminó ni bien terminamos de comer.
Miércoles, 8 de Junio El día pintaba bien, aunque por lo general amanecía con niebla. Partimos rumbo a Chianciano Terme. La idea era ira a una terma, solo que esta resultó una terma para tomar agua.
CHIANCIANO TermeNi bien llegamos a un pueblo bastante grande, lleno de hoteles, todo en muy buen estado y más bien moderno, lo primero que vimos fue una GRAN FERIA. Ahí nomás tiré el auto, no estaba programado, y nos sumergimos cada una por su lado: y compramos de todo esta vez, ya que era bastante grande y con cosas lindas. En una de las puntas había feria de comida y aproveché y compré un pollo al spiedo que hice cortar en 4, papas al horno con tomillo y unos calabacines fritos. Ya teníamos el almuerzo. Por ahí en la sombra paré el auto y comimos bajo un árbol.
Las termas estaba cerrada hasta las 4 por lo que decidimos ir a Montepulciano. No sabíamos aún que era termas de agua.
MONTEPULCIANOPor unos caminos divinos llegamos al estacionamiento al pie del pueblo. Eso quiere decir que ERA TODO CUESTA ARRIBA. ¡Y que cuesta! Paso a paso, con calor y humedad, fuimos subiendo, sacando fotos. Muy turístico, lleno de alemanes, y bastante caro.
A medida que íbamos subiendo se acercaba una nube negra importante. Ni bien escuchamos el 1er trueno nos metimos en la Cafetteria Poliziano con delicias varias.
Empezó a llover a cántaros. Pedimos chocolate con leche y unos deliciosos pairfait de chocolate con cáscaras de naranja. Creo que si algo le faltaba a Graciela era esto.
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Cuando paró de llover subimos un poco más aunque mamá partió para abajo, por una cuesta peligrosa por estar todo mojado y ser empedrado. La humedad era total. Después de la lluvia el sol. Sabemos cómo es eso.
Regresamos, por otro camino, todos lindos a Chianciano y cuando descubrimos lo de las termas de agua nos fuimos. Ya camino al Agriturismo paramos en un SHOPPING que encontramos en el camino. Ahí dedicamos un par de horas a pasear, en el aire acondicionado, tomar un helado y comprar obviamente.
Ya teníamos claro el camino, pidiéndole siempre al GPS Chiusi y de ahí se nos hacía fácil llegar a casa. Siempre cargadas. Ese día debemos haber comido una sopa en el depto porque ya habíamos completado, con creces, la comida diaria.
Acá debo aclarar que mi precisión en cuanto a fechas/eventos se debe a las fotos. En ella veo el día y voy recordando todo según como se fueron sucediendo.
Jueves, 9 de Junio
Ya se nos terminaba la semana. Increíble cómo pasa rápido cuando uno viaja. Este día fue programado, en parte, sobre la marcha. La idea era ir a Cortona y hacía allá partimos por un camino que aún no habíamos hecho.
CORTONATodos los caminos son lindos, en realidad. Este empezó más bien plano y de repente empezamos a subir y mucho. Cuando llegamos arriba vimos que había muchos autos estacionados a los costados y en cuanto vimos que uno se iba ahí mismo lo largué. Unos 100 mts más arriba empezaba la parte linda, no tan empinada como Montepulciano. Muy lindos negocios en la calle principal que llega a una especie de plaza adonde convergen varias calles. Recorrimos, no creo que compráramos nada y sí que tomamos un café en un lugar muy bonito. Habíamos partido milagrosamente temprano. Cortona no es grande por lo que luego del café decidimos ir hasta Siena y luego, si nos daba el tiempo al regresar ir a Repolano Terme, que estaba en el camino.
Cortona. un lugar para visitar.
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Caminos soñados y el problema de siempre. En cuál estacionamiento dejar el auto. Siena es más grande como para dejarlo muy lejos por lo que preguntamos y estacionamos en un lugar donde había 5 escaleras mecánicas que nos llevaba cerca del centro.
SIENA Caminando unas cuantas cuadras estuvimos en el Palio. Mientras Graciela se iba a ver la Iglesia de Sta Caterina (nosotros renunciamos por las bajadas/subidas) la esperamos sentadas en un bar en el Palio. Cuando vino fuimos al Duomo, pero sólo ella subió. Yo ya lo conocía (era mi 3er visita a Siena) y no tenía ganas ni de subir semejante escalera ni de pagar para entrar. Yo no hubiera ido a Siena, pero no podía llevarla a Graciela que no conocía nada a pueblitos mínimos y pasar lejos de los pueblos adonde la gente más le interesa ir cuando no conoce.
Estaba raro el clima. En ciertas calles mucho viento y fresco y otras bastante calor. Por eso cuando nos volvíamos decidimos no ir a las termas porque estaba más bien tirando a fresco. Nos volvimos al depto por otro camino esta vez, igual de lindo.
Viernes, 10 de Junio
Nuestro último día en la Toscana si bien el sábado la cruzaríamos de punta a punta.
Graciela amaneció re mal por lo que no quiso salir. Hizo cama y dieta. Qué lástima estar de viaje y sentirse mal.
Mamá y yo partimos Zinalmente a las Termas.
PIENZA Camino a Chianciano Terme y luego un desvío hacia Pienza. Caminos soñados como siempre, colinas sembradas con distintos colores. La primavera en su esplendor: el trigo dorado, el maíz bien verde, los caminos de cipreses y las casas de color ladrillo. Un paisaje espectacular.
Nuestra 1er parada es en Pienza. Luego de entrar en el pueblo, sin subidas ni bajadas, enseguida conseguí estacionamiento entre unas casas.
Bajamos y empezamos a caminar y sacar fotos. Un pueblito para NO dejar de visitar. Es precioso. Chico, impecable y muy bien conservado
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El paseo por el pueblo nos llevó a una preciosa iglesia, una vista espectacular a los campos, casas con balcones llenos de Zlores y unas ganas de quedarse mucho más tiempo.
Es un lugar súper recomendable. El paseito nos llevó a una feria donde aprovechamos a comprar algo para almorzar en el camino, justo cuando estaban cerrando. Volviendo al auto paramos en un bar a comprar agua y nos sentamos a charlar con unos gringos maravillados que nos sacó esta foto.
BAGNI VIGNOLIPocos kms después de la divina Pienza pasamos por San Quirico, donde Zinalmente no estacionamos por ser más diZícil y ya era la hora de mucho calor para caminar y seguimos por caminos maravillosos a Bagni Vignoli para las famosas termas.
Ahí sí estacionamos en seguida y, en unos bancos con mesa tipo picnic con una vista increíble almorzamos. Luego caminamos un par de cuadras para estar en las termas antiguas.
Fuimos a un hotel que hay ahí a tomar un helado, al baño y salir del sol. Un rato después, nos fuimos a las termas.
VAL DI SOLAsí se llama adonde fuimos. Una pileta enorme, dividida en 3 partes, donde a la 1ra llegaba el agua más caliente y era la más profunda. Por ahí ibas al lugar por donde venía el agua y caía con fuerza y de paso te iba haciendo masajes de todo tipo. De aquí el agua pasaba por unos agujeros a una pileta más abajo, menos profunda y menos caliente y así a una tercera. La gente del hotel tenía un lugar donde tomar sol, solo para ellos y para el resto hay un jardín enorme con reposeras, un kiosquito con bebidas. Por un túnel cubierto se iba a los vestuarios con duchas y baños. Este lugar cerraba a las 6. Así que a esa hora emprendimos la retirada por otro camino no menos lindo.
Pienza y las Termas, un espectáculo .
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Sábado, 11 de junio – Traslado
MONTERRIGGIONEComo estaba previsto los sábados era día de trasladarse de un lugar al otro. Esta vez cruzando la Toscana horizontalmente toda. Como a las 10am saludamos a los dueños de casa que salieron a despedirnos muy amablemente y partimos hacia Castiglione para tomar de ahí la autostrada interna, gratis, que nos llevaba a Siena.
Hicimos una breve parada para cargar nafta y comer un picnic que llevábamos y luego, rodeando Siena nos dirigimos a Monterriggione. En una colina una pequeña fortaleza y dentro todo el mini pueblo bellísimo. Recorrerlo todo no nos llevó más que una hora. Fue una buena decisión ir a este lugar que nos encantó.
Una vez en camino otra vez, esta vez por caminos internos estatales, pura curva, subidas y bajadas, con un entorno típico de la Toscana de campos cultivados, cipreses que rodean las casas antiguas, una maravilla de vistas todo el tiempo.
VOLTERRASubimos y subimos, con curvas a cada rato hasta llegar a Volterra. En la primer puerta de entrada a la ciudad encontramos un estacionamiento pequeño, lleno pero que un lugareño nos dijo que podíamos poner el auto en un lugar que jamás se me hubiera ocurrido. Estacionamos y empezamos a caminar. Ni bien entramos encontramos un pequeño lugar donde preguntamos si podíamos comer (eran como las 3) y sí nos hizo el plato del día: ¡pasta! exquisita.
Un heladito y partimos hacia arriba, sacando fotos a cada paso. En un determinado lugar se hizo bien empinado y mamá decidió esperarnos ahí sentada.
Se lo perdió porque subir esa cuadra larga nos llevó a la parte más importante del pueblo, con la plaza típica en el medio, los museos, la catedral y las iglesias, las mesitas en la calle y la gente tomando un vinito. Un sobre todo un lugar donde vendían todo tipo de artículos de alabastro. Fotos, algún regalito de alabastro para llevar, un paseo y volvimos a buscar a mamá ya que todavía nos quedaba un buen camino para llegar a La Spezia.
Monterriggione y Volterra: inolvidables.
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EL MAR DEL LIGURENos esperaba un camino de curvas y más bajadas que subidas, siempre con campos a los costados.
El camino nos iba mostrando que nos acercábamos al mar sobre todo porque cambiaban los cipreses por los famosos pinos del mediterráneo tan característicos.
Llegando a Livorno, empezamos a ver el mar. Las vistas se mezclaban entre los campos verdes y los azules del mar, absolutamente maravillosos. Pero debíamos seguir esta vez por autostrada, ya bastante conocida por mí, la A12 hasta La Spezia casi sin parar. Aunque sí lo hicimos en un autogrill para un descanso, baño y refrescada.
Llegamos a La Spezia, sin problemas para encontrar el camino ni la casa. El GPS nos indicó bien el camino y yo lo conocía por haberlo visto en google map casi hasta la casa. Nos esperaban los dueños, un almirante joven y su señora, muy gentiles. El pobre almirante no tuvo más remedio que ofrecerse a cargar las valijas un piso arriba. Y eran bastante pesadas ya. La casa era excelente. Nueva, con 3 dormitorios y 2 baños enormes, uno con jacuzzi, lavarropas, cocina integrada al living, balcón, jardín, terraza, garaje, todo lo que se podía necesitar en un estado impecable. Hasta algunas cosas en la despensa, como aceite, azúcar, te, etc.
Ya veníamos cansadas del viaje así que solo fuimos a comer a una cuadra de ahí una pizza y aprovechamos a lavar ropa y descansar en el jardín. Al día siguiente llegaban Rocco y Patri y empezaba una semana tupida.
Domingo, 12 de junio A la mañana nos avisa Rocco que el tren salía demorado y no llegaría antes de las 4pm. Por lo tanto decidimos ir cerca de Sarzana donde había un hiper mercado abierto para hacer la compra semanal y pasear por los negocios del centro comercial. Por lo que despacio partimos para allá. Saliendo de la casa se pasaba siempre por el puerto, rodeándolo y ya se veía todos los arreglos de la Ziesta de la Marinería que iba a ser el jueves siguiente, con stands, música y todo decorado.
Tranquilas hicimos las compras, comimos ahí, paseamos y nos volvimos sin apuro. Rocco llegaría más demorado todavía. Cuando estaba a media hora de llegar me avisó y partí sola a buscarlo ya que la estación de tren era muy cerca. Como era domingo estacioné en una placita frente a una salida y esperé hasta que los vi venir. Grandes abrazos y partimos a casa.
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Esa noche fue cháchara y cena en casa, menos Rocco que partió al restaurante cercano a comprarse una buena pizza. Nos quedamos ahí porque ellos estaban cansados y estaba muy lindo para pasar la noche.
Lunes, 13 de junioCINQUE TERRE
El plan era partir en auto hasta Riomaggiore, recorriendo unos pocos kms muy bonitos con vistas fantásticas de a ratos y bordeando la costa. Ahí dejamos el auto, y empezamos a bajar. La bajada era importante, muy importante. Nadie pensó que la subida sería de terror. Llegamos a Riomaggiore, caminamos, sacamos fotos, creo que comimos un helado para no variar, y enZilamos para la Via del Amor, a pie, para llegar a Manarola. El camino de siempre. También ahí recorrimos, ya con bastante gente, sacamos más fotos y decidimos tomar el tren para ir a Monterrosso y almorzar ahí. Cuando llegamos ya hacía bastante calor, eran más de la una y todos teníamos hambre.
Buscamos un restaurante chiquito y almorzamos tranquilamente. Recorrimos luego Monterrosso, sus iglesias, tomamos un helado, y regresamos a tomar el tren para ver Vernazza, el último pueblito antes de regresar a buscar el auto. Ahí ya estaba muy lleno de gente. Entramos a la iglesia de la punta, que nunca había visitado. Muy bonita. Nos sacamos miles de fotos, y agotados fuimos a la estación para regresar esta vez a Riomaggiore.
Cuando llegamos, en un tren ya bastante lleno de gente también nos dimos cuenta que todo lo que habíamos bajado al llegar ahora había que subirlo, cansadísimos como estábamos todos, y con bastante calor.
Unos 10 o 15 minutos subiendo, lentamente, agotados.
Primero llegó Rocco, atrás venía yo y más atrás mamá, Patrizia y Graciela... a paso lento pero sin pausa. Aún no sé con que fuerza llegó mamá hasta arriba porque yo no daba más cuando llegué.
Una vez todos en el auto, pagamos por el estacionamiento y partimos a la casa con la idea de no volver a salir.
Comimos en la casa, en la terraza, charlamos, nos metimos en la compu, y miramos tele y temprano a la cama.
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Martes, 14 de junioPORTOVÉNERE
Muy cerca de la casa estaba este pueblito divino con salida al mar del Lígure y vista a todo el golfo de La Spezia.
Fuimos en el auto, bordeando el mar con rumbo opuesto a La Spezia. Ibamos despacio mirando todo ya que se va por una calle angosta y atravesando distintas playitas. Aclaro que nunca salíamos demasiado temprano sino más bien tarde para quien hace turismo. Entre una cosa y otra, la levantada, el desayuno sin apuro, el baño, etc, etc se hacían fácil las 11 o casi. Cuando llegamos a Portovénere encontramos un estacionamiento cubierto y sin pensarlo, dejamos el auto ahí. Muy cerca de la punta cosa de no caminar de más. Atravesamos primero el pueblito, muy simpático e ideal porque al estar las casas tan juntas no entraba el sol y estaba fresco. Al Zinal estaba ya la gran plazoleta que, por una ancha escalera de piedra antigua nos llevaba a la iglesia, el fuerte y la increíble vista al mar.
Mamá decidió quedarse abajo y debajo de su sombrilla a esperarnos. ¡Divina la iglesia e maravillosa la vista!
Volvimos bordeando el puerto y buscamos el auto para ir a otro lado. Esta vez regresando a La Spezia rodeamos toda la costa, atravesamos Lérici por arriba y enZilamos a Monte Marcello, que no habíamos ido en el viaje anterior. Se nos complicó estacionar y estábamos cansados para caminar tanto para llegar al centro del lugar por lo que continuamos bajando. Sacamos fotos desde arriba mirando los montes Apuanos, una magníZica vista siempre, camino a la Bocca del Magra. Este es el nombre del río de aguas verdes que desemboca ahí y prácticamente divide la Liguria con la Toscana. Estacionamos fácilmente y nos encantó el lugar. Tranquilo, sin gente, con una enorme cantidad de yachts y veleros amarrados, y siempre mirando a los montes Apuanos. Encontramos un restaurante donde comimos una buena cantidad de pescados y aZines, (Rocco obvio que comió pizza). Descansamos ahí sin apuro y como si fuera poco encontramos una boutique con ropa que nos encantó a las tres y terminamos comprándonos cosas. En la punta había una playita y aunque ya se había ido el sol, nos quedamos un rato mojándonos los pies y descanso. Volveríamos a la casa y nos quedaríamos ahí a cenar por lo que no había prisa.
Como nos gustó mucho decidimos volver el viernes para hacer el paseo en barco desde ahí.
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Miércoles, 15 de junioLÉRICI Y SAN TERENZO
Día, si se quiere, tranquilo. No mucho viaje ni mucho esfuerzo ya que habíamos decidido tener un día más largo el jueves.
Partimos tarde, llegamos a Lérici y estacionamos a unas cuadras del centro. Pero primero dejamos a todos en el centro, aunque el policía protestaba, bajaron y nos fuimos con Rocco a estacionar. Caminamos por el centro de Lérici, bien conocido para mí y que les encantó a todos. Fotos, y más fotos y el sol que pegaba lindo. Buscamos un restaurante y bajo una enorme sombrilla comimos unas pizzas riquísimas.
Luego nos desplazamos unos 100 mts a una heladería donde ya había estado con Silvia.
Acá debo contar una anécdota. Cuando nos fuimos del restaurante cada uno agarró lo suyo, menos Rocco que se dejó su mochila colgada en una silla con todo adentro. Y cuando digo todo es todo: plata, documentos, máquina de fotos, etc. Fuimos a la heladería, pedimos los helados y nos sentamos en la sombra a comerlos y RECIÉN ahí Rocco se da cuenta que no tenía su mochila. Salió disparando al restaurante en la otra punta de la plaza... y minutos después volvía con su mochila y todo adentro como si hubiera dejado un policía con ametralladora custodiándola. En Bs As no hubiera encontrado ni la silla.
Hacía bastante calor y el sol estaba fuerte. Decidí que era buena hora y día para estrenar la playa y el mar. Buscamos el auto, levantamos a todos y nos fuimos a San Terenzo. Casi se puede ir caminando, de hecho con Silvia lo hicimos pero era mejor acercarse con el auto. Otro estacionamiento, esta vez conocido por mi también.
Caminamos unas cuadras y estábamos en la playa. El agua estaba re caliente ahí y nos dimos un regio baño Graciela y yo. Mamá decidió quedarse a la sombra, comiendo helado y los chicos caminaron a la punta y fueron a sacar fotos en la Bahía Blue, dando la vuelta a la punta.
Cuando regresábamos compramos de paso lo que necesitábamos para la cena, en la casa ya que nadie tenía ganas de volver a salir. Unos buenos vinos para festejar un día hermoso en un lugar tranquilo, sin turismo y donde nos sentimos como lugareños.
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Jueves, 16 de junioSARZANA, LUCCA Y VIAREGGIO
Acá sí que partimos más temprano ya que yo quería ir a la feria y sabía que debíamos llegar temprano porque era grande. Los chicos decidieron no venir y se quedaron en la casa, descansando y disfrutando del lugar.
Llegamos a Sarzana, después de unos 20 minutos de auto y encontramos estacionamiento enseguida a metros de la feria.
Ahí nos separamos, cada una a mirar lo suyo. La feria es enorme, muchas cuadras para caminar con stands de los dos lados. Hay que mirar todo: zapatos, carteras, camisas, ropa para chicos, maquillaje, bazar, ropa de cama, ropa interior, de hombre... creo que son como 200 stands. Y hay que hacerlo rápido porque antes de la una empiezan a levantar porque la orden es: a las 2 todo tiene que desaparecer y estar limpio o les ponen multa. O sea que si terminaste de comprar o no, les importa poco, ellos levantan igual.
Una vez terminada la compra, una coca en un bar, un descanso para los pies, meter todo en el baúl del piccolo auto y rumbo a Lucca. Desconocido por todas. Llegamos pasadas las 2. Que horario para ir a recorrer una ciudad y sin comer. La vieja se arrastraba y ya se ponía de mal humor porque no encontrábamos ningún lugar para comer sin gente. O al menos que hubiera una mesa. De casualidad en una calle trasversal vi un restaurante, y contra una pared por el sol nos sentamos a comer y ya eran como las 3. Con ese calor mamá se pidió ¡una polenta con hongos y un copa de vino blanco! nosotras una ensalada riquísima. Luego caminando por ahí el helado de siempre, un cruce a la plaza redonda y a buscar el auto. Caminamos un montón porque al ser todo redondo y no conocer encontrar la salida no fue tarea fácil.
De ahí íbamos a ir Pisa pero ya era tarde y me quedaba mucho viaje por lo que me negué y dejamos Pisa en el camino rumbo a Viareggio, que quedaba en el camino. Ahí bajamos para caminar un poco, tomar otro helado y partimos recorriendo los divinos lugares de Forte dei marmi.
Una bruta sorpresa nos tocaría al llegar a la Spezia, donde como era el día de la Ziesta estaba lleno de autos y gente y un dormido nos frenó encima, rompiendo un poco nuestro auto, golpeando a mamá. Debimos llamar a la Policía. La ambulancia llevó a mamá y a Graciela al hospital mientras yo esperaba que los canas hicieran los papeles para el seguro. Más de una hora perdí en esos trámites.
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Les avisé a los chicos que ya estaban esperándonos para irse con nuestro auto a la Ziesta. Su gran salida nocturna frustrada.
Cuando los canas terminaron con los papeles me hicieron seguirlos para llevarme hasta el hospital porque obvio que yo no sabía donde estaba. Menos mal que era cerca. De ahí ir a ver a mamá que estaba en una camilla esperando a que le hicieran una placa.
Como todo estaba OK fui a buscar a los chicos sola, ya de noche, por las calles de La Spezia, llenas de gente y autos. No fue fácil. Calles cortadas, autos estacionados por doquier, un caos mal. Finalmente llegué, le dije a Patri que manejara ella porque yo estaba rendida. Ya a todo esto eran más de las 10 de la noche, y todos sin comer ni tomar nada.
Volvimos al hospital y hasta que le sacaron la placa, la doctora dijo que no había nada que no fuera normal y le dieron la alta ya eran como la 1 de la mañana. Llegamos a la casa reventadas, a tomar una sopa y acostarnos.
Viernes, 17 de junioBOCCA DEL MAGRA
El barquito es de paseo pero también es como el colectivo de la zona, ya que va de un pueblo a otro llevando a la gente que va a trabajar o a comprar. Primero cruza el Magra hasta la Fiumaretta, luego pone rumbo a Tellaro. Ahí se acerca entre las olas para que suba o baje alguien y sigue a Lérici. Acá hace una parada de unos 15 minutos, donde sin querer, terminamos comprando en un puestito unas remeras. Luego va a San Terenzo y vuelve a Lérici y a los otros lugares que fue antes.
Por suerte estaba nublado porque hacía mucho calor y estaba pesado. Húmedo. Volvimos, nos encontramos con mamá y fuimos otra vez a la boutique donde la señora bailaba en una pata viendo a estas argentinas comprar.
Día tranquilo, como dije antes, y listas para ir a la casa a hacer las valijas ya que partiríamos a la mañana rumbo a Ventimiglia.
Era el camino más largo, por autopista, que nos tocaría. Más de 250 kms. Y no sé como las valijas, bolsas y bolsitas eran miles.
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Sábado, 18 de junioCAMINO A VENTIMIGLIA
A la mañana dejé a los chicos en la estación y regresé a buscar a mis dos acompañantes, subir todo al auto y partir. Eran ya como las 11 de la mañana.
Como no había nada muy divertido que hacer, mamá dormía plácidamente en el asiento trasero gracias a unas gotitas recetadas por Fernando, Graciela y yo nos dedicamos a contar los túneles por los que fuimos pasando, que yo sabía, serían muchísimos. Sólo para darles una idea: cuando llegamos a 140 ya nos cansamos y no sabemos la cifra total.
Salimos de la autopista al llegar a Chiávari para recorrer un poco los pueblos divinos de la costa de la Liguria. Estaba un poco nublado. Recuerdo que nos paramos en la Catedral, don de Gra y mamá bajaron. Yo no porque el auto estaba a full. Luego fuimos a la playa y una pequeña placita paramos un rato. Hicimos un picnic en el auto, sacamos unas fotos, tomamos un helado y partimos viaje porque se veía feo el tiempo. Recorrida por Rapallo, Santa Margarita y ahí decidí subir a la Autopista sin pasar por PortoZino porque las nubes eran bien negras y quería ver si zafaba de la lluvia.
Vueltas y vueltas subiendo, alguna llovizna por ahí y luego en plena ruta la famosa rodeada a Génova. Un inZierno de rutas que van y vienen, camiones por todos lados, el GPS que ayudó mucho, por suerte, y mucho más de 40 minutos para estar otra vez en la Autopista dei Fiori, más tranquilas otra vez. Un rato después nos paramos para un café y una refrescada para hacer la última hora y media para llegar a Ventimiglia. Ya llegando le hablamos al dueño por el celu y nos dice que nos encontrábamos, pasando la casa en un pequeño estacionamiento. Yo ya conocía donde estaba la casa por haberla visto en internet o sea que llegamos sin problemas.
El tipo me dice que se queden ellas en el auto, me acompaña caminando a la casa, me explica todo y sobre todo como hacer para meter el auto en el garaje, tarea nada fácil.Cuando empezamos a bajar y el pobre vio la cantidad de bultos que teníamos no le quedó otra que ofrecerse a llevar al menos las valijas. El depto era bien cómodo. Una habitación grande, un baño también grande, un lugar con lavarropas y enseres de limpieza, living comedor con sillón cama y una cocinita mínima. Igualmente cocinar propiamente no creo que lo hayamos hecho nunca. Sí calentar comida o el desayuno. Tenía un balcón todo a lo largo con una vista maravillosa al Mediterráneo a menos de 200 metros.
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Ya esa noche estábamos demasiado cansadas para hacer algo más por lo que nos quedamos lavando ropa, y haciendo Ziaca.
Domingo, 19 de junioVENTIMIGLIA
A la mañana nos levantamos para ir a la Fiesta de la Flor. Ya había sido la noche anterior pero no fuimos. Dejamos el auto en un estacionamiento cercano al desZile. Caminamos un par de cuadras y ahí estaban desZilando las carrozas. Un rato paradas para luego encontrar un bar en una esquina con mesas en la calle y un gran toldo para el sol. Y para mejor con WiZi para poder enviar y recibir nuestros emails. Decidimos quedarnos ahí. Almorzamos una ensalada espectacular y mamá se comió un copa Melba impresionante.
Caminamos un rato por la ciudad y luego fuimos a buscar un centro comercial para encontrar algo abierto para comprar cosas para comer. Pero no. No estaba abierto el súper pero si una tienda donde nos perdimos mirando y comprando boludeces para no variar. Menos mal que había un buen aire acondicionado porque afuera estaba fatal del calor.
Camino a Latte, donde estaba el depto recordamos que el tipo había dicho que el súper de ahí estaba siempre abierto. Y hacia ahí fuimos. Lleno de gente, muchos franceses ya que estábamos a menos de un km de la frontera y de Mentón. Compramos lo necesario y huimos del malón.
Llevamos todo al depto, y como todavía había mucha luz decidimos ir a ver la playita de Latte muy cerca de ahí. El tema fue que hasta que nos cambiamos, y partimos cuando llegamos ya caía el sol, el mar estaba bastante complicado y sólo dio para una mojada de pies y respirar aire de mar.
Este había sido nuestro día tranquilo.
Lunes, 20 de junioSAN REMO
El lunes amaneció muy soleado y yo quise ir a la playa ya que fue poca playa lo que tuve en esas vacaciones. Buscando un lugar para estacionar dejé el auto casi al Zinal en un lugar donde había un bar donde se quedaría mamá ya que, otra vez, era tarde para ir a la playa. Serían como las 11:30 y a esa hora el sol está fuertísimo. Sólo me dio para estar una hora.
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Luego, ya más que acalorada, partimos con rumbo a San Remo. En el camino cruzamos Ospedaletti y Bordighera. A este último volveríamos antes de irnos para ir a la feria.
Llegamos con un solazo de aquellos. Estacionamos en seguida, unas fotos y nos metimos en un balneario, bajo un gran toldo a almorzar ya que era tarde y al sol no se podía estar. Almorzamos tranquilamente y luego regresamos a Ventimiglia.
Como era temprano nos fuimos a la plaza con los árboles inmensos, bajo la fresca y nos metimos en internet un buen rato. Luego a un pequeño súper, banco, helado y alguna compra mientras paveábamos en la ciudad.
No teníamos ninguna prisa y sí ganas de descansar.
El plan era ir el día siguiente a la Costa Azul en Francia y sería un paseo más largo.
Martes, 21 de junioNIZA Y CANNES
Acá vale un comentario. Fuimos a Italia en el 150 aniversario de la Unidad Italiana, algo así como nuestro Bicentenario pero de 150 años. Toda Italia de Ziesta todo el año. En cada pueblo, en cada ciudad cada Ziesta del patrono era una Ziesta especial. Todo era especial e Italia estaba embanderada de una punta a la otra. O sea, cuando llegamos a Roma además era el 2 de junio que siempre es feriado por ser el más importante de sus Ziestas patrias. Caía un feriado puente o sea que había gente que estaba haciendo turismo de una punta a la otra y Roma llena de gente .. un poco más si es posible. La Fiesta de la Flor de Ventimiglia también había sido especial por los 150 años. Y lo sería la Fiesta de San Giovanni, patrono de Torino cuando llegáramos ahí, el 25 día de San Juan.
Oh! detalle: en Francia no era Ziesta de nada que supiéramos pero, sin embargo nos encontramos 2 o 3. Les cuento.
Primero partimos en una mañana reluciente de sol rumbo a Mentón donde llegamos 5 minutos después. Como recién empezábamos el tour no nos paramos y solo recorrimos la costanera, muy bonita, mirando todo desde el auto.
En determinado momento era tan divina la vista que nos paramos a sacar unas fotos de Mentón a lo lejos.
En realidad a lo largo del camino paramos a cada rato para sacar fotos y llenarnos los ojos con semejantes bellezas.
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Cap Martin y cómo no parar...Roquebrune y su vista a Mónaco a lo lejos. Todos caminos con curvas y vueltas con magníZicas vistas.
Cuando llegamos a Mónaco nos encontramos con la 1er Ziesta, o al menos el anticipo de Ziesta ya que una semana después se casaba el ahora rey Alberto. Por lo que además de estar embanderado había millones de personas, autos y todas las calles cortadas. Imposible dar la famosa vuelta al Casino y aunque sea ver el Café de la Paix. Ni arrimarse. Imposible llegar al estacionamiento. Un auto atrás del otro y, todos y yo más, chinchudos por el kinoto automovilístico. Total que dimos un par de vueltas y enfoqué hacia la salida ya muy agotada.
Retomamos los caminos de la costa, Cap Ferrat y nuevas fotos. Digno de ver los trasatlánticos ahí parados, enfrentados a las playas de Villefranche sur mer.
Un par de vueltas más para rodear el puerto de Niza y mirar cuantos yachtes aparcados y ya llegamos al puerto pesquero, enfrente de la Ciudad Vieja de Niza. Ahí sí sabía bien donde estaba el parking, y tal vez haciendo alguna contravención, me metí de lleno para dejar el auto.
Subimos y ya empezaban a limpiar todo porque eran cerca de las 2. Nos sentamos en un bar y mientras Graciela daba una vuelta comimos algo y mamá se pidió una maravillosa crepe de manzana con helado encima.
Por supuesto que ya el sol era muy fuerte por lo que luego de comer caminamos por las callecitas, donde el sol, casi no entraba. Una iglesia aquí otra allá, una foto aquí otra allá, una compra aquí y otras allá. Y un nuevo helado....
Cuando buscamos el auto, como a las 5, partimos despacio bordeando Niza, que estaba bien llena de gente. Claro: un detalle: ese día era el ¡comienzo del verano! o sea que las playas en su esplendor y como si fuera poco estaban en la 2da Ziesta de la Costa Azul: la Noche Blanca. La llaman así porque es el día más largo del año y la gente No duerme en la Costa Azul. Pura farra, música, y puro champagne.
Antibes, Juan Les Pins, imposible estacionar y luego paramos en un lugar donde enfrente había unos balnearios para ver si nos podíamos cambiar para ir a la playa.
Al balneario fuimos. El traje de baño nos pusimos. A la playa no llegamos. Pedimos un café, mamá una torta primero, un helado después ... charla va charla viene nos quedamos ahí sin llegar a la playa!!!
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Al menos, con lo desnuda prácticamente que yo estaba, tomé sol igual.
Charlando con el mozo, que no sé si no intentaba levantarse a una señora que viajaba con 2 acompañantes y que creo, él supuso, que sería la que pagaba el tour... nos dice si no íbamos a asistir a la Ziesta de la Noche Blanca y la Fiesta de la Música que era esa misma noche en Cannes. ¡Más Ziestas! y como si fuera poco, medio se tiró el lance de ser el “acompañante” ... no dijo por cuánto.
En Zin que debíamos partir a Cannes por si queríamos visitar algo. En realidad sólo otra vez paseamos en auto porque fue imposible parar, estacionar ni siquiera detenerse un segundo. Tan lleno de gente y autos estaba Cannes que luego de un par de vueltas enZile para el cartel azul que dice AUTOPISTA, para retornar por arriba.
Es un poco las ventajas y desventajas de las distintas épocas de viaje. Casi todas las veces (menos en el 2009) fui en otoño. Muy cómodo para manejar, estacionar donde uno quiere, caminar mirar todo porque no hay gente, no es época de gente ni mucho menos de ir a la playa. En plena temporada el auto es un plomo. No tenes donde ponerlo. Y hay mucha gente en todos lados. Ahora sí la playa es una delicia.
El año que fuimos con los chicos no había tantas Ziestas y pudimos movernos un poco mejor. De todas maneras donde habíamos estacionado esa vez, al costado de la vía del tren y encima de la playa ahora no se podía porque habían construido enormes cordones y no se podía dejar el auto.
De todas maneras el día fue brutal, el sol impresionante y las vistas inolvidables.
Pero ya llegaba el momento de con paciencia volver a la autopista y con el GPS enZilar a Ventimiglia. Ya en pleno ruta y casi llegando paramos en un autogrill a tomar un cafecito, una foto a Mónaco allá abajo y manejar la media hora que nos faltaría para llegar al depto.
Nos quedaba un día en la zona, que sería tranquilo, y teníamos que acomodar los bultos que cada vez eran peores. Yo había comprado una valija y logré poner adentro la de azafata ya que una valija más no entraba. El resto iría todo en bultos y bolsitos tipo gitanas.
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Miércoles, 22 de junioVENTIMIGLIA - PLAYA
Después del día agitado de la Costa Azul tocaba nuestro día light. Y lo sería totalmente. Yo decidí pasarlo en la playa. Todo el día. Mamá decidió alquilar una sombrilla con reposeras en el 1er lugar donde encontré estacionamiento. A una cuadra de nuestra famosa plaza WiZi. Ahí nos quedamos todo el día. Estaba un poco nublado pero había resolana. No hicimos nada. Fotos, descanso, yo charlé con la señora vecina donde me contó en un ratito su vida en Ventimiglia. Feliz, sola, en un depto cerca, donde todos los años alquilaba la sombrilla toda la temporada. Iba a la playa un par de horas a la mañana, almorzaba en su casa, descansaba y volvía a la tarde. Cada tanto la visitaban los hijos y nietos, y si bien estaba feliz de verlos estaba más feliz cuando se iban y ella continuaba con su rutina elegida por ella. Un encanto la señora con sus largos 80.
Al medio día dejamos algunas cosas ahí y nos fuimos a almorzar frente a la plaza, con sombra y en la calle.
Regresamos y nos quedamos hasta que nos aburrimos, no sin antes comprarle a una señora que pasaba por la playa vendiendo vestidos. ¡Otro más! qué horror... cuántas cosas teníamos. De la playa fuimos a preparar las valijas, y cenamos en el depto. Debíamos dejar todo preparado ya que al día siguiente partiríamos temprano a la feria de Bordighera y de ahí al depto, subir las cosas en el auto no sé cómo y partir a Torino donde debíamos llegar como a las 6.
Jueves, 23 de junioBORDIGHERA - TORINO
Ultimo día en Ventimiglia y acercándonos al Zinal del viaje. No sé por qué pero siempre me resulta escaso el tiempo. Lo único que ayuda es ver que uno se va quedando sin plata por lo que irremediablemente hay que volver. Ahora, si yo tuviera más ... me quedaría más tiempo sin dudas.
Amaneció lindo pero húmedo. En realidad eso de amanecer es una manera de decir porque no veíamos el día antes de las 9:30 o más.
Para cambiar el camino rodeamos la Ventimiglia vieja. Nunca lo habíamos hecho no sé por qué porque el camino era lindísimo, con vista desde arriba y se veía la ciudad vieja muy interesante... pero había que dejarla para un próximo viaje, y pensar que estábamos a menos de 1 km.
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Luego del desayuno y con todo casi listo partimos a Bordighera. Estacionamos frente a la Estación. En realidad no teníamos ni idea donde era la feria. Qué cosa: justo del otro lado de la Estación. Bien ubicadas partimos.
Quedamos en encontrarnos en un punto a las 12 y cada una partió para su lado. Muchas tiendas, muchas cosas, mucha gente. Yo caminé mirando en principio para ver qué iba a comprar. No era fácil decidirse. Había tantas cosas.
Sé que completé los regalitos. La ropa interior que me faltaba. Un regalo para las chicas y no recuerdo qué más.
A las 12 nos encontramos con mamá ya en el boliche. Ella había ido solo a una parte de la feria por lo que no había comprado mucho porque además no era la más linda.
Comimos una bruschetta inolvidable. Con un calor importante y húmedo partimos a buscar los bártulos.
Lo que fue eso. A mamá le dijimos que se quedara arriba hasta que nosotros terminábamos de bajar y acomodar todo por el calor y para no levantar más los ánimos.
Pero entró. ¡Cómo los iba a putear a los de Europcar!
Finalmente partimos. Otra vez los túneles, pero esta vez menos ya que en Savona, doblamos para Torino y dejábamos el Mediterráneo deZinitivamente.
Sólo hicimos una parada técnica para el baño en un lugar divino de Zlores y plantas.
Ya estábamos ansiosas de llegar a Torino, ver otra vez a los chicos que nos esperarían en la Plaza Vittorio Emanuel para ayudarnos con los bultos y otras yerbas.
Habíamos quedado a las 6 ahí. El GPS nos fue llevando, sobre todo a la hora de salir por Moncalieri porque yo recordaba ese camino aunque está más construido y lleno de autos y caminos que cruzan de un lado a otro.
El tráZico en Torino se complica. No sabía bien como iba a entrar en la Plaza ni cómo estaría de diZícil para estacionar aunque sea unos minutos. Los chicos nos avisan que están ahí. Yo buscaba como eran las manos, los semáforos y todo el resto para no hacer líos y ligarme una multa. Pensé en doblar en la plaza pero luego lo descarté porque era avenida así que di como una larga vuelta a la manzana para quedar de mano.
Había mucha gente y camiones preparando la Ziesta. Cuando nos ven nos hacen señas de subirnos a la vereda y ahí entre abrazos y corridas empiezan a bajar los bultos.
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El dueño de casa nos dijo nos vio desde la ventana del depto y me dio vergüenza de lo que debe haber pensado: ¡llegaron gitanos a mi depto! ¡Cuántos bultos!
Le pedí a Patri que estacionara mi auto y partió con Rocco mientras nosotros íbamos acercando los bultos a la puerta. El señor ya había bajado ansioso porque debía partir a la campiña. Un ascensor chico... varios viajes. Yo subí con el caballero y su señora me aguardaba para recibir el pago y mostrarme la casa pidiéndome que no arrastráramos las valijas para no rayar el parquet plastiZicado. Ufa como puteó Rocco alzando las valijas.
El depto impecable. Como era manzarda, era alargado. Un pasillo largo, con placar y una cama que eligió mamá, luego había una mesa de dibujo con una netbook nuevita con toda la indicación para entrar a internet. Un dormitorio bastante grande, aunque como tenía techo inclinado una parte solo era para ir agachada. Un baño cómodo, re contra nuevo y bastante grande divido en 2 partes: la de la bañera y otros y la del lavatorio que estaba primero con un buen mueble.
La luz venía, en todos lados menos en el cuarto y una del living, de ventanas en el techo que se levantaban.
En el pasillo largo, luego de la mesa de dibujo se entraba al comedor, con ventana a la plaza, enfrente el pequeño living con un TV LCD (en todos lados los TV eran así), un piano y al fondo la cocina. Todo nuevo, todo impecable.
Muy gentiles habían dejado cosas para el desayuno: tes, cafés, galletitas y otros.
Nos acomodamos un poco y partimos a la calle. Caminamos por Via Po. Sacando fotos a cada rato y Rocco apurándonos porque tenía hambre y no quería quedarse sin comer.
Llegamos a un bonito restaurante donde él dijo que había una pizza excelente. Todo lleno de gente estaba. En todos los restaurantes, pero ahí nos hicieron una mesa. Luego de comer, paseamos por Via Garibaldi donde nos encontramos con un desZile de época. Vimos cómo prendían una fogata (día de San Pedro y San Pablo) en Piazza Castello, sacamos más fotos y nos sentamos en la Piazza Vittorio a comer un helado, por supuesto.
Día largo y caluroso. Esos días en Torino no bajaba de 30 grados y húmedos. Finalmente nos despedimos de los chicos para quedar en vernos al otro día para cenar todos juntos en el depto y ver los fuegos artiZiciales.
Cayéndonos a pedazos partimos para arriba a descansar.
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Viernes, 24 de junioTORINO - SAN GIOVANNI
Ese día era el último de Graciela y debía conocer o al menos tener una idea de Torino. Luego del desayuno partimos por Via Po, esta vez de día. Entramos en cuanta iglesia encontramos en el camino. Aclaro que yo sólo conocía la Gran Madre y ahora San Lorenzo, la Catedral para ver la Síndole, y otras que ni me acuerdo el nombre. También entramos al Palazzo Reale, al Café del Palazzo y cuando llegamos al Duomo salían todos de la gran misa, con obispo y autoridades. Banda de música y hasta un desZile de coches antiguos del Museo de los Autos Antiguos que hay en Torino. Nos convidaron con pan bendecido y como siempre, con mucha gente, más en estos días de Ziesta.
Caminamos todo Via Garibaldi, Via Roma y nos sentamos a tomar un café (aperitivo yo) en el Caffé San Carlo, muy barroco y característico de Torino. Graciela compró Gianduiotti y regresando por Via Roma entramos en un HM y compramos más ropa.
De ahí al depto a descansar, bañarse y esperar a los chicos.
Patrizia había preparado una salsa y comeríamos pasta con un par de botellas de buen vino. Como a las 10 empezó el show de fuegos artiZiciales. Primero la música y el relator dijo que harían un paseo por la música en estos 150 años. O sea que empezó con música clásica y los fuegos a su ritmo. A la música moderna y los fuegos haciendo juego. Entre parte y parte había unos minutos de descanso y preparación de los fuegos supongo. Porque hubo muchísimos, diferentes, que salían de distintas partes a lo largo del Po. Desde arriba de los puentes y a lo largo por las calles. De todos colores con predominio del verde, rojo y blanco, colores con que estaban iluminados los ediZicios y la Mole Antoneleana (el Museo de Cine de Torino). El Zinal a toda orquesta y cantando la gente fue el Himno Italiano. Muy emocionante y todos los fuegos fuertísimos. Entre una cosa y la otra más de una hora de fuegos.
Para esto la gente había empezado a llegar a la plaza como a las 5 y fue incesante la presencia de gente y a las 10 no cabía un alZiler.
Luego de los fuegos bajamos a TOMAR UN HELADO, el último de una serie incontable de helados que tomamos.
Caminamos un rato hasta el Po y nos despedimos hasta el día siguiente.
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Sábado, 25 de junioTORINO - EMPEZAMOS A PARTIR
Nos levantamos más temprano ya que debía buscar el auto que había quedado en el estacionamiento desde que llegáramos y llevar a Graciela al aeropuerto y devolverlo.
Partimos ella y yo, y preguntando y por instinto, creo que ya no tenía el GPS, y por haber mirado el plano fuimos llegando sin problema. La dejé a Graciela en la puerta y di toda la vuelta para estacionar donde van los autos alquilados. Ahí entregué los papeles del choque, los del auto, la llave. La mina ni pelota, todo dijo sí, claro... el problema sería mío luego. Pero eso es otra historia, que lleva aún 6 meses sin resolverse por completo.
Nos sobró el tiempo. Casi una hora. El aeropuerto es chico y había poca gente. Les avisé a los chicos y cuando estaban cerca salí para que no estacionen.
Me despedí de Graciela y sólo al volver me enteré que había cumplido su promesa de ir a la tumba del Papa Juan XXIII. Como tenía varias horas en Roma, se largó en tren primero (ese ya lo había hecho en el viaje de ida) y luego en el subte que no conocía hasta la estación cercana al Vaticano. Había corrido como 6 cuadras, se mandó la cola, recorrido la Basílica, y corriendo hizo todo el camino de vuelta llegando a Fiumicino con tiempo para partir.
Sólo que, por las cenizas, el avión no partía y la alojaron en un hotel en Ostia hasta el día siguiente. Menuda suerte la suya. Un día más en este caso para descansar ya que llegaría a trabajar prácticamente.
Nosotros, con los chicos partimos a recorrer las afueras de Torino, en los shoppings para buscar la maquina de fotos de Micaela que a último momento debíamos comprar. No fue fácil. Fuimos a varios lugares y sólo tenían modelos más nuevos y caros. Finalmente la encontramos en Via Roma, pleno centro. Por suerte para mí ahora manejaba Patrizia.
Fuimos al depto, con bastante calor a esperar la hora para ir al cumpleaños de Lisa en lo de Renza.
Pero antes debieron acompañar a mamá a comprarse una valija que había visto por Via Po y que, luego que la recorrieron toda resultó que estaba justo enfrente.
Nos tiramos por las camas y los sillones a dormitar un rato porque todos estábamos fundidos.
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MONCALIERI - CUMPLE LISA
Otra vez en Moncalieri. Qué lindo que es con todos los árboles verdes, Zlores y pudiendo disfrutar del jardín.
Pensar que la primera vez fui a Zines del otoño, gris y marrón todo. Frío, niebla y días grises. Así estuve 2 meses. una vez. En el verano es divina la colina de Moncalieri.
Estaban ahí los dueños de casa, los abuelos paternos de Lisa, tíos y algunos amigos. Como siempre en lo de Renza se come de todo, muy rico. La casa con algunos cambios desde el años 72 pero no muchos desde el 2009.
La pasamos bien, y terminó no muy tarde, por suerte para nosotras. Nos alcanzó Renza con RafZi porque los chicos partían para Avigliana y es exactamente al revés de nuestro camino.
Quedamos que el domingo nos vendrían a buscar para cenar con ellos en una comida y charla tranquilos y familiar.
Sólo iríamos mamá y yo, ya que los chicos tenían visita en su casa.
Domingo, 26 de junioTORINO - MONCALIERI
A la mañana salimos a caminar con mamá y aunque parezca mentira llegué por primera vez al Po, arriba del puente, caminando y le saqué montones de fotos.
Luego caminamos otra vez por Via Po. Vimos un desZile de la Policia. Compré los chocolates al Rhum que me enloquecen.
Comimos por ahí en Vía Po, sin apuro, tomamos OTRO HELADO y regresamos al depto. Descansamos, mamá con su Ipad escribía todo el tiempo.
Más tarde nos vino a buscar Renza que subió a ver el depto y le encantó. Fuimos a la casa, charlamos en el jardín y cenamos en familia amigablemente.
Nos volvieron a llevar, pobres ... ida y vuelta mil veces. Menos mal que por ser domingo mucho tráZico no había.
Un domingo tranquilo. En realidad así era la idea. Un Zin de semana familiar por completo.
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Lunes, 27 de junioTORINO
Llegábamos al último día completo en Torino.
Luego de desayunar partimos otra vez Vía Po. Tranquilas y sin apuro. Ese día lo dediqué a sacar muchas fotos de los negocios de Torino. Por supuesto paramos en todos mirando vidrieras y aún comprando cosas. Teníamos la idea de ir a Porta Palazzo pero se nos hizo tarde y estaría cerrado por lo que volvimos por Via Garibaldi. Entramos en Pimkie y me compré otro vestido. En esta Via había sombra como para caminar. Ya nos arrastrábamos porque aunque uno no se da cuenta son un montón de cuadras en toda esa vuelta.
En Via Roma algo más compré y volvimos al depto, antes comimos por ahí. Debíamos terminar con las valijas.
Los chicos vendrían a la tardecita a comer con nosotros y despedirnos. Comimos en la Via Po en la recova, aún caminamos un poco más. Tomamos un helado y nos dijimos “arrivederci” temprano. Con mamá volvimos al depto. No recuerdo nada en especial después.
Martes, 28 de junioLA PARTIDA
El día amaneció lindo. Busqué un taxi enfrente tipo camioneta y subió todo sin problemas. Llegamos re bien y partimos casi a la misma hora. Mamá rumbo Frankfurt-‐Chicago y yo a Roma. Llegué con varias horas de bancada en el aeropuerto pero ni por casualidad tenía ganas de correr a Roma. Charlé un buen rato con Laura con el celular, comí por ahí, caminé, y me preparé mentalmente para partir y llegar a trabajar para recuperar la plata y empezar a ahorrar para el próximo viaje. Me había convencido a mi misma que según pasan los años se hace más diZícil y cansador y no estaba dispuesta a dejarlos pasar. Además