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-Instituto Superior de Formación Docente y Técnica N°134 “Juan Emilio Cassani”-
-Departamento de Historia-
-Profesorado en Historia-
-2014-
1973.
“Veámoslo uno poco
con tus ojos”
Historia de algunos sujetos sociales argentinos en el
contexto del devenir histórico.
Revista Así, posterior al 22/06/´73 – Página 3
1
Índice
Agradecimientos………………………………………………………3
Introducción……………………………………………………………4
I – El año 1973 y su lógica…………………………………………...7
- La Política...……………………………………………………………….......7
- La Economía…………………………………………………………………..9
II – Testimonios de la época.……………………………………....12
- El militante del barrio norte….………………………………………….....12
- El obrero industrial……………………………………………………...…..16
- La Yapa…….…………………………………………………………..…...…19
Recapitulación….…………………………………………………….24
Bibliografía……………………………………………….….….…….27
Otras fuentes consultadas……………………………….……...…28
Extras……………………………………………………………….….29
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“Podría asegurar, sin exageración, que si queremos saber cuál será el destino de un chico
no tendremos nada más que revisar su cuaderno, y eso nos servirá para profetizar su
destino” (Roberto Arlt; en Aguafuertes Porteñas; 1958.)
“Como en el ajedrez, para ganar la partida es necesario sacrificar piezas; salvo el rey, todo
puede ser juzgado en vista al objetivo final.” (Perón, citado por Page; 1984; Pág. 249)
“Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo
argentino” (Perón, 12 de junio de 1974, citado por Page; 1984; Pág. 289)
“Así como el locutor Julio Jorge Nelson es la viuda de Gardel, cada prócer tiene sus viudas
que administran su memoria, cuidan su intangibilidad y cobran los dividendos que da el
sucesorio (…) Acotaremos que la abundancia de viudas hace que ya sea difícil el acceso a
los mármoles y bronces, lo que ha motivado la urgencia de algunos por ampliar el registro
de los próceres. Así, a falta de mármoles y bronces aparecen los chupamortajas prendidos
a la memoria de óbitos más recientes y aún de muchos insepultos rezagados en las
Academias” (Arturo Jauretche; en Manual de Zonceras Argentinas; 6°ed. 1973)
Revista Así, posterior al 22/06/´73 – Página 10
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Agradecimientos
Era poco consciente de la decisión que tomé ese verano de 2010, que decidí dejar de dar
vueltas y continuar mis estudios. Para entonces hacía ya casi 4 años que había terminado
la secundaria y 3 desde mi último intento de seguir estudiando. A partir de allí mi vida
cambió, se sucedieron las cátedras y materias entre compañeros y docentes, y sin querer
comencé a formarme como docente, sin siquiera darme cuenta de lo que estaba pasando.
Este trabajo es el “broche de oro” de esa formación, y acaso, el último requerimiento para
lograr alcanzar el ansiado título. Doy gracias a mi familia, a mi vieja y mi viejo que me han
apoyado siempre en mis éxitos y mis fracasos; a mi abuela que es una de las mentoras de
este ensayo aportando material y su testimonio, además de los mates y el cariño que
siempre están presentes. Sin ellos, hoy no sería lo que soy, y es debido reconocerlo.
También quiero agradecer a las personas entrevistadas, por haber contribuido; y a varios
de los docentes que me acompañaron durante mi formación: A Ángeles Iglesias, por haber
sido un ejemplo de docente durante mi formación secundaria, y luego como docente en el
Instituto, mi trayectoria mediando sus lecturas ayudaron a formarme como una persona
crítica y desconfiada, a dudar de las verdades, a buscar “mis verdades”.
A Griselda Vergagni, a quien conocí durante mi formación profesional, y que en este
último año me ha servido de soporte psicológico y moral frente a la tarea docente, además
de contagiarme su amor al saber y su dedicación a la tarea docente.
Por último quiero agradecer a Paulo Bársena y a Gustavo De Lucca, por aportar a mi
formación el andamiaje necesario para llevar a cabo un trabajo de esta índole, por darme a
conocer cómo es que funciona la “cocina de la historia”, por servirme de ayuda siempre
que se los requerí y por compartir sus conocimientos con este ignorante.
Quedan miles de saludos pendientes en el camino, pero este camino no se termina con
este trabajo, sino que es el mismo un incipiente cierre de una etapa, que da lugar a otra
nueva, valla a saber cómo-cuándo-dónde. Espero que aquel que se atreva a leer este
trabajo, pueda comprenderlo y disfrutarlo, como disfruté yo, confeccionándolo.
Trabajo de Lucas Mileo para la cátedra a cargo del Lic. Gustavo De Lucca
Investigación II – Tesina Final - 4° Pf. En Historia
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Introducción
El presente trabajo buscará historizar varios sujetos sociales que vivieron en la sociedad
argentina durante el año 1973. Para hacerlo, se utilizarán sus testimonios, para dar a
conocer principales aspectos de las vidas en cuestión.
Antes de esto, vamos a situarnos en el contexto, más global, de la historia que está
aconteciendo en el país, a medida que sus vidas privadas van transcurriendo. De esta
forma, se logrará una reflexión acerca del alcance de la historia, tanto en la vida de la
Nación, como en el de las historias privadas; por supuesto este camino quedará plagado
de incertidumbres y “certezas a medias” a medida que se transita, pero nos dará
oportunidad de reflexionar acerca de la historia, sus fundamentos, su base teórica y “el
discurso” plagado de subjetividades, (a pesar de la tan mentada objetividad) del que la
historia es “rehén”.
Esta forma de proceder, de instalarse en el análisis “microhistórico”, para poder
reflexionar o simplemente cuestionar la representación del pasado, que nos llega al
presente entre tantos otros medios por el canal de lo escrito, se la debemos (o podemos
atribuírsela) al italiano Carlo Guínzburg, que en su obra “El queso y los gusanos” editada
por primera vez en 1976, evidencia notoriamente, contribuyendo con aportes importantes a
las diferentes formas de “hacer historia” (metodología). Él dará entidad significativa al
individuo, dentro del cuerpo social al cual pertenece, como receptor de una “cultura
dominante” (la del poder) y a la vez productor de una cultura alternativa y subjetiva, aunque
con evidentes residuos del folklore que se le busca imponer. El empleo del término cultura
en este trabajo se utilizará para definir el “conjunto de actitudes, creencias, patrones de
comportamiento, etc., propios de las clases subalternas en un determinado período
histórico” (Guinzburg, 1999: 3). Y ayudarán a cimentar las bases de la retórica de la
investigación.
Como este trabajo busca analizar, además, el año 1973 desde una perspectiva histórica,
debemos definir también qué fenómenos sociales vamos a considerar en este planteo. Por
supuesto que será de vital importancia analizar al tercer peronismo como objeto de estudio
de esa realidad que transcurre. Esta producción contempla como militante a todo aquel que
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adhiere al Peronismo, y más específicamente a Perón y es fiel a sus prerrogativas, las
cuales defiende sin manifestar oposición.
Sobre el fenómeno del peronismo, Macor y Tcach (2003) dicen que fue en sus orígenes
“un movimiento populista y popular que contribuyó a ampliar la ciudadanía social”. En su
tercera aparición en la Historia Nacional, De Riz (1986) nos refiere que el intento de volver
a dar legitimidad a un sistema político queda trunco. Tras la muerte de Perón “La crisis se
refleja en una doble desarticulación: la del aparato estatal (…) [y] la del campo de las
fuerzas populares”, que trae aparejado como consecuencia “la intensificación de la
violencia y(…) el creciente divorcio entre las luchas de los trabajadores y la estrategia del
sindicalismo”
Una vez definida la interpretación del fenómeno social, nos detendremos en la
metodología a seguir, la de las entrevistas orales, que buscaremos representar. Al respecto
Oberti y Pittaluga, (2006) tomando a Annette Wievriorka, que trabajó sobre el holocausto
judío, hablan sobre la “era del testigo”, que pone al archivo y al testigo como figuras clave
del cambio de siglo, sostienen que “a su suerte están atados los posibles derroteros de
nuevas prácticas políticas emancipatorias”. A esto agregan que las memorias,
rememoraciones y conmemoraciones intervienen en este conflicto “citando al pasado”.
Comprendiendo que el testimonio oral busca recrear un pasado vivido, Oberti (2009, 4-6)
nos ayuda a ser cautos y no tomar al relato como “una verdad con mayúscula”, ya que está
creado en situación, o sea “para alguien”, dando a entender que se reformula la anécdota y
que existe un desfasaje temporal sobre lo que se está contando.
Tomando estos recaudos, el objetivo de este trabajo estará orientado a confeccionar
unas historias en situación¸ basadas en testimonios orales. Que nos aportarán una visión
más cotidiana de aquello que se vive en el acontecer Nacional y por qué no Mundial.
Los casos que se van a tratar son el de una mujer y un hombre residentes en Lincoln al
momento de acaecidos los hechos. El otro aporte testimonial a tratar, será el de un
trabajador industrial de la capital, del sector automotriz, en funciones durante el tiempo que
se busca analizar. Todos están relacionados directa o indirectamente con el fenómeno del
peronismo, el primero como militante, con un rol activo desde la perspectiva política; el
segundo como trabajador de esa industria que se buscó desarrollar durante el período,
para satisfacer las demandas internas; y la tercera como una mujer inserta en la sociedad
peronista, la cual adhiere al ideal del general y sobre todo al de “Evita”1.
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Esta producción se organizará de la siguiente forma:
En el primer apartado, “El año 1973 y su lógica”, se enmarcará al lector en la trama
histórica en la que se sitúan los sujetos entrevistados. Por cuestión de conveniencia se
separará el relato más marcadamente político, del ambiente económico de la época.
El segundo capítulo, titulado “Testimonios de la época”, se fragmentará, por ser varias las
personalidades que se van a analizar al calor de los hechos sociales, de los que participan.
Llevando distintos subtítulos de color, se buscará hacer un breve recorrido indagando
sobre estas historias personales, a fin de conocer a los sujetos que van a ser sometidos a
estudio, como casos.
Por último se arrojarán algunas conclusiones sobre el alcance y las limitaciones del
trabajo que se buscó llevar a cabo.
1María Eva Duarte de Perón (1919-1952), nacida en Los Toldos, también conocida como Evita, se casó
con Juan Domingo Perón en 1945. Con la llegada de Perón al poder, Evita pasó a ser la primera dama de la
Nación, fue también Presidente del Partido Peronista Femenino, Presidente de la Fundación Eva Perón y
“Jefa Espiritual” de la Nación.
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El año 1973 y su lógica
La Política
El año 1973 es un año clave de la Historia Argentina del siglo XX, por varios motivos. El
primero es el de la vuelta de la democracia, luego de un prolongado golpe de estado (el
más largo de nuestra historia) a cargo de la “Revolución Argentina” que llevó al poder ipso
facto a Juan Carlos Onganía, Roberto Marcelo Levingston y Alejandro Agustín Lanusse
consecutivamente. También es entonces que se da apertura al juego político, y se permite
entrar en la disputa por el poder nuevamente al peronismo, que había sido proscripto
desde 1955, una vez derrocado el gobierno peronista por la “Revolución Libertadora”.
Tras la agitación social luego del Cordobazo en el ´69 y el Viborazo en el ´71, Lannusse
reemplazara a Levingston y lanzará el GAN (Gran Acuerdo Nacional) prometiendo llamar a
elecciones, sin dejar la represión a los cuadros “subvesrivos”. Esto, llevó a los diferentes
sectores del campo popular a inclinarse a la posibilidad del canal “democrático”, para
implantar el socialismo (Gordillo, 2007: 374-377)
Ante la imposibilidad de postularse Perón como candidato, logrará acceder a la
presidencia Héctor José Cámpora, representante del FreJuLi, el 25 de mayo de 1973. El
día de la asunción presidencial, plaza de mayo será colmada por el pueblo, que se dirigió
al lugar para apoyar al recién asumido presidente, sobre todo las huestes de la JP,
Montoneros, ERP, entre otras; hasta se pintó una de las paredes laterales de la Casa
Rosada con las palabras “Casa Montonera” (Page, 1984: 239). “el apoyo de la izquierda
peronista a la fórmula mencionada, no fue necesariamente el resultado de un alejamiento
del objetivo revolucionario, si no que se trató de un paso estratégico de inserción en el
poder para el logro del mismo”. (Pozzoni, 2009:175)
Una vez “el Tío” en el poder, se comenzó a preparar el regreso de Juan Domingo Perón,
por entonces residente en España. A su regreso, el clima social y político estaba lejos de
ser pacífico o de concertación y el mismo día de su vuelta tiene lugar un enfrentamiento
entre fracciones del mismo movimiento que él lideraba, en lo que se conoció para la
historia como la masacre de Ezeiza, el miércoles 20 de junio de 1973. Ese día, el avión de
Aerolíneas Argentinas que transportaba al general, a Estela, a López Rega, al “Tío” y su
séquito, debió desviarse hacia Morón, por el clima caótico de Ezeiza, por orden del
Vicepresidente, a cargo de la primera magistratura ese día.
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Casi un mes después, el 13 de julio, Cámpora presentaría su renuncia junto a su vice
Solano Lima, tras manifestar Juan Domingo Perón, su deseo de retornar a la primera
magistratura. Quedó en el mando del cargo presidencial por un breve lapso Raúl Lastiri,
Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, quien llamó nuevamente a elecciones,
siendo elegido el líder del movimiento peronista por tercera vez para cubrir la primera
magistratura, haciéndose cargo el 12 de octubre de 1973, acompañado en fórmula por su
mujer María Estela Martínez de Perón, representando al Partido Justicialista.
El primero de mayo de 1974, en la conmemoración del día del trabajador, Juan Domingo
Perón dará un discurso en la Plaza de Mayo, en el cual terminará por insultar a la fracción
más radicalizada del movimiento peronista, que indignados, dejará la plaza y abandonará
al líder, luego de ser tildados de “estúpidos”, “imberbes” e “infiltrados”. Respecto de la
decisión del general a inclinarse hacia la derecha, Pozzoni (2009: 195) opina que los
acontecimientos de Ezeiza y el asesinato de José Ignacio Rucci dos días después de la
victoria del FREJULI lo volcaron a dejar las ambigüedades y jugarse por “sus viejos
seguidores”.
Este proceso se acompaña de la
creación del grupo parapolicial
“Triple A” (Alianza Anticomunista
Argentina) ideado por López Rega.
También de las destituciones de
funcionarios “de tendencia
izquierdista”, entre los que figuran,
entre muchos otros ejemplos, la
destitución de Oscar Bidegain en
Buenos Aires y el traspaso del
mando a Victorio Calabró.
El por entonces presidente muere el 1 de julio del año siguiente, tras varios problemas
cardio-respiratorios, quedando por poco tiempo más en el poder su esposa, hasta que la
cúpula militar decide darle un golpe y arrebatarle el poder el 29 de marzo de 1976.
La política en esos años, fue una política de adhesión al peronismo, el cual sin embargo
se había fraccionado y contaba con un ala “conservadora” representada en general por el
viejo sindicalismo de las 2 primeras gestiones de Perón; por el otro lado contaba con una
Imagen de V. Calabró en Lincoln - 1974
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vertiente radicalizada, con gran cantidad de jóvenes en sus filas, imbuida de ideas
marxistas y revolucionarias como lo eran los Montoneros, el ERP, las distintas FAL, entre
otras agrupaciones. Estas agrupaciones paramilitares, siguiendo el ejemplo de Onganía,
creían en la posibilidad de tomar el poder por la fuerza, o ejercer presión mediante la
violencia. “Así, la violencia – aunque con diferentes formas – comenzó a tematizarse como
una opción posible mientras diferentes actores se iban sumando al movimiento social y
alimentaban el ciclo de protesta.” (Gordillo, 2007: 365) Pronto estas fracciones se vieron
enfrentadas entre sí, contribuyendo a crispar el ya caldeado clima social que se vivía, en
un contexto de mal venturas económicas.
Para explicar el tercer peronismo, De Riz (1986: 12) afirma que “Los cambios en las
relaciones de fuerza y la emergencia de nuevos actores políticos se constituyeron en el
campo de posibilidades abierto a las condiciones estructurales”, para no caer en un
panorama lineal, ni puramente ideológico.
De ahí el clima de inestabilidad reinante, tanto en la economía, como la política, así como
la sociedad.
La Economía
“El 8 de junio [de 1973], las máximas autoridades
del país, la CGE y la CGT subscribieron el ¨Pacto
Social¨ cuyo objetivo consistía en detener la inflación
y, eventualmente, redistribuir las riquezas.” (Page,
1984: 247).
José Gelbard, un hombre salido de la burguesía
media nacional (Torre, 1982: 2), fue el encargado de
diseñar este pacto, que consistía en un aumento
salarial del 20% y el congelamiento de precios y
nuevas negociaciones por el período de 2 años.
Medidas que buscaban frenar la inflación heredada
y paliar la crisis económica internacional del ´73 y
´74. En este contexto, la inversión privada que venía
en baja desde 1972, se acrecentó aún más al año
siguiente. A estas variables se sumaron el aumento
José Gelbard al frente, detrás Rubén Mileo -
1974
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de precios de las importaciones en ese mismo período.
El hecho de que la CGT se comprometiera con la causa del Pacto Social minó su
legitimidad hacia las bases, que muchas veces continuaron con sus huelgas, pero este
“recorte” de poder se vería compensado por el acceso a cargos dentro de la cúpula
gobernante.
La política de concertación que se buscaba, necesitaba de organismos capaces de
respetar sus prerrogativas, y tanto la CGE como la CGT estaban lejos de contar con estos
códigos.
Hacia fines de febrero de 1974, tuvo lugar una reunión (originalmente prevista para junio)
entre los firmantes del “Pacto Social”, para revisarlo. Perón y su mediación fueron decisivos
para llegar a buen puerto con las negociaciones. Dicho acuerdo, que se dio a conocer el 28
de marzo, supuso un aumento salarial del 5 al 6% y estableció la posibilidad de aumentar
los precios, previo estudio de la situación de la estructura de costos por parte del poder
político. (Torre, 1982: 4)
Los nuevos niveles de precios se establecieron en abril, en un porcentaje menor al
esperado por la CGE, que se lanzó a violar sistemáticamente el acuerdo y con sus
aumentos de precios dispararon aún más la inflación.
Dos meses después, en esta difícil coyuntura, el líder político del peronismo perdería la
vida, complicando los planes económicos de Gelbard.
Con Isabel al mando del ejecutivo, las presiones de la CGT, de los radicales y la renuncia
del presidente del Banco Central, llevaron a que esta cediera a las exigencias de revisar
nuevamente el pacto social. Tras esta apertura de las negociaciones, hecha en octubre, el
ministro Gelbard se alejó del gobierno.
Para terminar con el ambiente de huelga generalizado se aprobó la Ley de Seguridad,
que logró pacificar las fábricas intervenciones y detenciones de por medio. Respondieron a
esta situación los trabajadores con una ola de ausentismo en noviembre y diciembre.
Para junio de 1975 se estipulaba una nueva reunión, tras vencer la vigencia del pacto
acordado. La decisión de no comprar carnes argentinas por parte del Mercado Común
Europeo unos meses antes, y el alza generalizada de los productos de importación,
llevaron a que el superávit de más de 700 millones de dólares en 1973, se licuara a la
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mitad del monto en negativo, para el año siguiente, avizorándose una posible futura “crisis
de pago” para el período siguiente.
Se hizo cargo del Ministerio de Economía, en reemplazo de Gelbard el ministro Gómez
Morales. La parálisis de su accionar, tiene su explicación en la no autorización por parte de
la Presidente de su plan económico. En las subsiguientes negociaciones devenidas del
final del plazo establecido por el Pacto Social, se desató una catástrofe que se llevó, con el
aumento desmedido de salarios y de precios, la renuncia del recién ascendido Gómez
Morales, y dio posibilidad de entrar a la historia a Celestino Rodrigo.
“Tres días después de asumir, el nuevo ministro comunicó sus primeras decisiones:
devaluación de la tasa de cambio en un 100%, incremento del precio de los combustibles
en 175%, de la electricidad en 75% y de otros servicios públicos en proporciones
similares.” (Torre, 1982: 9) El “rodrigazo”…
Paralelamente se dispararon los sueldos, logrando los sindicatos un promedio de un
160% de aumento, Isabel respondió anulando los convenios el 27 de junio y dispuso un
aumento del 50% a pagarse de forma uniforme.
Cuando la CGT anunció huelga de 48 horas para el 7 de julio, los ministros C. Rodrigo y
López Rega renunciaron a sus puestos. Inmediatamente Isabel se alejó del gobierno por
un tiempo haciendo uso de una licencia, gobernando provisoriamente una coalición de
sindicalistas y políticos, que llevó a Alfredo Cafiero como Ministro de Economía. Para
entonces, la situación que le había legado Celestino Rodrigo era insostenible y complicada.
En octubre propuso la creación del Instituto Nacional de Remuneraciones, la
Productividad y la Participación, cuyos objetivos eran, en primer lugar, coordinar la política
de indexación de salarios y, en segundo lugar, estudiar la puesta en práctica de
mecanismos de participación de los trabajadores en las empresas. El proyecto, calificado
por la Sociedad Rural como una medida “sovietizante”, no llegó a ser sancionado porque
su ingreso al parlamento coincidió con el simultáneo estallido de un nuevo y definitivo
conflicto militar. (Torre, 1982: 12)
En enero de 1976 Isabel se hizo cargo del gobierno nuevamente. Unos meses después,
en este clima de incertidumbre y resignación de las capas populares y sindicales, se daría
el golpe final a la democracia, volviendo la “guardia pretoriana” a hacerse cargo del poder.
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Testimonios de la época
El militante del barrio norte
En este apartado se hablará de la vida de Rubén Barbuto, un pintor de autos que trabaja
en un taller ubicado en la calle Martín Rodríguez, al doscientos y pico de Lincoln, del cual
es dueño. En este galpón ubicado sobre calle de tierra, don Rubén nos recibe con una caja
de papeles que ubica sobre el piso, con el fin de impresionarnos, es ahí cuando empieza a
revolver, mientras se le iluminan los ojos. Dichos “papeles” terminarán siendo fuentes que
ayuden a estructurar este trabajo. Pero vamos a detenernos en el testimonio de este
personaje de “nuestra” historia.
Esta persona nos relatará sus viajes hacia Buenos Aires, como militante del Partido
Justicialista, cuando tenía apenas 16 años (Es nacido en 1957).
Junto a su padre y a su
hermano Carlos, en un colectivo
repleto, que entre sus pasajeros
también viajaban Rubén Aníbal
Mileo y Osvaldo Américo
Bracchi (por entonces líder del
movimiento en Lincoln), entre
otros, salieron desde Lincoln,
hacia la capital al menos en tres
oportunidades. Las tres
oportunidades fueron: el viernes
25 de mayo de 1973, a plaza de
mayo, para la asunción de Cámpora; el miércoles 20 de junio de ese mismo año, a Ezeiza,
para el regreso de Perón de España; y el miércoles primero de mayo de 1974, cuando
Montoneros se va del acto del día del trabajador, ante los insultos del conductor.
Respecto del viaje a Ezeiza nos cuenta que habían viajado un día antes, el martes 19 con
rumbo a capital, y se ubicaron en las inmediaciones al palco, armado sobre un puente
conocido como “El trébol”, de camino al aeropuerto, cerca del barrio I (Así, 1987: 10). Allí
pasaron la noche, junto a una fogata de las tantas que se habían diseminado por el predio.
Radiolandia – p.1 – Se ve a
Mileo y el negro “bugua”
debajo a la izquierda
13
La revista anteriormente citada nos ofrece imágenes del clima de alegría y fiesta de dicha
vigilia a la espera del general.
La obra de Page (1984) nos aporta numerosos detalles de la concentración masiva en
Ezeiza, de los puestos sanitarios y tanques de agua que se prepararon, e incluso de las
pilas de leña que se dejaron al costado de la Richieri con el fin de que la gente pudiera
cocinar, o calentarse. También nos hará mención de las características del palco, con una
imagen de Perón en el centro de unos 30 metros cuadrados, flanqueada a los lados por
imágenes más pequeñas de Evita e Isabel. (op. Cit: 251). Estos detalles se ven
confirmados y ampliados en la revista Así (1987, 11), la cual asegura que se congregó una
multitud de entre 3 y 4 millones; Barbuto lo simplificará, diciendo que “era un mar de
gente”. Esta revista además en sus páginas 3, 4 y 5 nos aportarán testimonios de los
contingentes que viajaron por medio de entrevistas, y además da testimonio de la gratuidad
de los transportes, en coincidencia con el entrevistado de Barbuto y de acuerdo a lo que
escribe Page (op. cit).
También detalla Page (op. cit), y en esto Así (op. cit) y Barbuto coinciden, de que el
grueso de la “masacre” se inició hacia las 2 y media de la tarde, si bien hubieron algunos
disparos aislados desde las 10:30 de la mañana.
Al respecto, y de forma
espectacular, Rubén Barbuto
cuenta su experiencia, por
entonces con apenas 16 años.
Su hermano Carlos, un año
mayor, tocaba en la banda de
Lincoln (una orquesta de
vientos y bombos), y al
momento que se desataba el
conflicto estaba en el palco,
tocando mientras se esperaba
al general. Así (1987: 19) nos
muestra una imagen donde se encuentra “el negro Bugua”; el hermano de Barbuto, Carlos
de 17 años y algunos linqueños más con sus instrumentos, antes de acercarse a las
tarimas armadas para las orquestas; el bombo dice: Banda Peronista Lincoln. Y Rubén
Banda Peronista de Lincoln – Así posterior al 22/06/´73 p.19
14
Barbuto califica la imagen diciendo: “Más sagrado que esto no existe”, como testimonio de
su participación en los hechos.
Rubén se encontraba junto a su padre y nos cuenta su impresión al momento de
desatarse los disparos. Inmediatamente la gente se echa al piso, el comienza a correr
hacia el lado opuesto al escenario; su padre, comienza una carrera hacia el escenario,
pisando gente y arriesgando su vida para salvar a su hijo que estaba en una de las
plataformas debajo del palco. Page (op. Cit: 254) asegura: “Los músicos de la orquesta
sinfónica abandonaron sus instrumentos y se arrojaron al suelo mientras las balas silbaban
sobre sus cabezas. La gente se lanzó en una violenta estampida. Muchos cayeron y fueron
aplastados”.
Respondiendo a la pregunta -¿vos llegaste a ver el “quilombo”?- nos dice:
“¿Cómo no? Nosotros estábamos ahí en el medio cuando empezó el tiroteo, después nos
perdimos todos, uno para cada lado salimos. Se armó el tiroteo y se vino la noche, y los
helicópteros arriba de la cabeza y nosotros por la Richieri caminando solos. Yo tenía 16
años, que locura…”
Sobre esto Así (1987: 13) aporta: “sobrevolaron la zona 5 helicópteros en misión de
viginancia. El tráfico aéreo comercial fue derivado a la VII Brigada Aérea de Morón.”
Hace referencia Barbuto también al trabajo de las ambulancias, en el medio de ese
“caos” que fue la Richieri.
Nos muestra una fotografía de la revista Así, que él guardaba como un tesoro y continúa:
“mirá lo que es la gente, era una cosa de locos, (haciendo referencia a la cantidad de
personas) era un mar, una cosa incontrolable (…) era una cosa única, todo el país en
Ezeiza, todos los trenes llenos, todo lleno. Ahí es la noche antes (nos muestra otra
imágen), la noche antes estábamos todos ahí”
-¿Ustedes nunca se iban a imaginar lo que pasó?- indagamos
“Jamás!! Nosotros íbamos a una fiesta, años esperándolo”. Como Rubén, había mucha
gente que no se esperaba semejante manifestación de violencia, pero había otros actores
que eran conscientes de lo que podía suceder e inclusive se prepararon para la ocasión,
según Pozzoni (2009: 193-194)
Lo que sigue de su historia es que se perdió en la Richieri y en medio de la
desesperación, se pasó alrededor de 6 km del lugar donde debía regresar. En palabras de
15
Barbuto: “me encuentro una estación de servicios, y le digo a un tipo: señor por favor,
vengo de muy lejos, el colectivo mío quedo en la rotonda Eva Perón. Y me dice: no, pero te
pasaste como 6 km, ahora te vas a volver loco, porque la gente va toda para el otro lado.”
para peor, una vez orientado debía volver caminando a contra pelo de la muchedumbre
que se desconcentraba en esa dirección. “Caminé horas”, nos dice, y continúa: “y cuando
querés acordar, rotondas a cagar (sic.) te encontrás. Y preguntaba, hasta que la encontré.
Subí al colectivo y dije ´yo ya estoy vivo´, qué voy a hacer.” Para su suerte, pudo encontrar
el colectivo del contingente linqueño y, posteriormente, regresarían su hermano y padre
sanos y salvos al mismo lugar alrededor de dos horas después.
A pesar de no haberse visto herido ninguno de los viajantes, debieron quedarse hasta la
madrugada del día siguiente en el lugar, por lo congestionado del lugar. “No podías salir,
porque era tanto el despelote (sic.) de colectivos, gente, y el tránsito y el quilombo que
había que no podías salir.”
Así – posterior al 22/06/´73 – p.11
Así – posterior al 22/06/´73 – p.27
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El obrero industrial
Un personaje de Lincoln, estuvo trabajando en una fábrica automotriz durante el tercer
peronismo. Carlos Álvarez, nacido en 1952, aparece en este relato para aportar sus
vivencias de época, y ayudarnos a comprender un poco más este “pasado reciente”.
Carlos es “radical de la cuna” por herencia, en todo caso, más acorde con “ideas
socialistas”, aunque dice no haber militado decididamente durante su vida.
En 1969, cuando parte hacia capital con posibilidad de entrar a trabajar a la planta de
General Motors, donde se fabricaban rodados marca Chevrolet, radicada en San Martín y
General Paz, tenía tan solo 21 años.
En poco tiempo, pudo adaptarse al ritmo de la capital, y dada la buena remuneración,
(comparando con su trabajo de Lincoln en el doble de paga) pasó los siguientes 7 años
viviendo en la capital del país, trabajando para la empresa.
Respecto de la dinámica de la fábrica, nos cuenta que la misma estaba funcionando las
24 horas del día, y que su turno era el de las 6hs a las 14hs, mientras estuvo como
operario; trabajando una hora más todos los días, cuando ascendiera al rango de capataz.
Unos años después, en 1976, momentos en que la planta estaba por marcharse del país,
le ofrecerían se trasladara a trabajar a Australia, Sudáfrica o Venezuela; ofrecimiento que
rechazó: “ya justo había nacido carolina [su primer hija], nació en octubre del ´76, por eso
te digo que fue entre el ´77 y el ´76”.
De estos detalles que nos facilita Carlos, llama la atención la disciplina que se imponía
dentro de la fábrica. “Había un japonés que cada cierto tiempo pasaba y controlaba con
reloj el tiempo que llevaba realizar cada pieza”. En el trabajo que, nos notifica, llevaba el
nombre de programación.
Respecto de su carrera en la empresa, nos cuenta que había ingresado sin siquiera
estudios secundarios (sus 2 hermanas mayores trabajaban en oficina), pero que pudo
capacitarse en el rubro por cuenta de la empresa, en horarios de trabajo, “yo estoy re
contra agradecido porque lo que aprendí en esa fábrica no lo iba a aprender en ninguna
fábrica de argentina”.
Tras dos años de cursar, comenzó a salir con un capataz, que le explicaba las funciones
del rol en el que se iba a desempeñar. Una vez como capataz, llego a tener alrededor de
80 personas a su cargo. “Yo en eso, tengo que decir, mira que yo soy antimperialista, o anti
17
americano, pero en ese sentido, ahí, el que quiere laburar, labura; y el que quiere
progresar progresa”.
Respecto de las remuneraciones nos dice: “yo cobraba mucha plata, era mucha plata. De
hoy ganaba algo así como 30 lucas (sic.). Un operario ganaba algo así como 15 lucas
(sic.). Cualquier otra empresa en Buenos Aires no pasabas las 7 - 8 lucas (sic.). Para mi
fueron los mejores años de mi vida. Ahora sí, tenías que laburar. (…) [En esa época]
entraban 30, y por el otro echaban 100 con el tema de las huelgas.”
Su acercamiento con el sindicato lo tuvo ni bien ingresado a la planta, a los 3 meses, tras
haberle propinado una piña al “puntero” (el que controlaba la zona e informaba al capataz)
de su sección, motivo por el cual un delegado
trabó relación con Carlos. A partir de ese
momento, comenzó a asistir a varias de las
reuniones gremiales de SMATA. “Ya estaba
adentro, aparte tenía la simpatía de la gente, que
me iba a votar”.
Podría haber llegado a delegado sindical
representando su fábrica, pero el mismo día de su
asunción al cargo, unos minutos antes de
investirse con dichos honores, declinó a la oferta al
notificársele que iba a tener que cantar la “marcha
peronista” durante la reunión.
Nos cuenta sobre la muerte de Dirck
Kloosterman, secretario general del gremio
SMATA, perteneciente a la CGT, quien murió tres
días antes de asumir Cámpora como presidente.
La revista El Descamisado, (1973; p.14) el día 3 de
mayo, había publicado una contra biografía de
este personaje que contaba los manejos políticos
de este ingeniero mecánico durante el “onganiato”
y su posterior rol como dirigente, no siempre transparente. Irónicamente aparece la imagen
de su cara con un blanco como fondo. Tres semanas después, será muerto a balazos al
salir de su casa en La Plata.
El Descamisado – 1973 – n° 0 – p.14
18
Carlos nos cuenta que en el 82 se afilió al partido radical, una vez en Lincoln, por miedo a
“estar fichado” como socialista, pese a no haber estado vinculado directamente con el
socialismo. “siempre tuve ese miedo”. De capital, que dejó en abril del ’77, pasó a vivir 3
años en Rufino “de incógnito”, el primero de esos años, directamente en el campo.
Rolando Caviglia2, quien lo había acercado al sindicalismo, paso a formar la lista de
desaparecidos, de esa época oscura de nuestra historia. De ahí su temor, por la relación
cercana que mantenía Carlos con el desaparecido. “Éramos muy amigos, éramos como
hermanos”.
“Un día dije: no voy más a la fábrica. Ya me quería ir. Me quería ir. Tenía el
presentimiento que algo me iba a pasar (…) Tal es así, que dejé en abril y me estuvieron
mandando telegramas una semana seguida, y yo más sospechaba. (…) Ya ese último año
viví mal. Salía una hora después del laburo y me alejaba del lugar donde circulaba la
gente, por eso, a mi esas cosas no me la van a contar”.
Anécdota difícil de deglutir es la que nos ofrece al contarnos que entre los compañeros
de trabajo juntaban 10 pesos cada uno, por familia de trabajadores “desaparecidos” de la
fábrica, para ayudarlos económicamente, al no contar con el integrante que trabajase en la
empresa. En estas instancias de la entrevista se hace evidente el aporte de Portelli (1991:
39) respecto de las variaciones en el tono, el volumen, el rítmo del diálogo y los silencios;
que no solo aportan matices difíciles de manifestar por escrito, si no que agrega sentido a
lo hablado por medio de lo corporal.
También nos cuenta su sensación al momento de implementarse el “rodrigazo”:
“Imaginate que de un día para el otro pasas de ganar 100 a ganar 1, nadie entendía nada”.
La primera medida que tomó Celestino Rodrigo como ministro había sido una devaluación
de la tasa de cambio en un 100%.
Carlos es un fiel exponente de la dificultad que ofrece trabajar estos hechos “en caliente”,
en cuanto comenzamos a indagar acerca de momentos de su vida, en que estuvo con esa
sensación de miedo, cambia su semblante, parece ponerse tenso y ya no fluye el diálogo
como al principio.
2Rolando Caviglia era uno de los representantes gremiales de SMATA en la fábrica automotriz de la
Generals Motors donde trabajaba Carlos Álvarez. Por un incidente que tuvo nuestro entrevistado con el
“puntero” de su sección, trabó relaciones con Caviglia en los primeros meses de trabajo en la planta.
19
En intercambios posteriores el reconoce esta actitud y podemos intercambiar ideas
respecto de estas dificultades para reconstruir el pasado reciente, por lo complejo y poco
agradable que resulta la rememoración en estos contextos de miedo.
Su valioso testimonio nos aporta al trabajo, no solo una voz in situ de una fábrica, sino
además una voz disidente y también, nos aporta algunas de las sensaciones civiles que se
iniciaron con las desapariciones. Un temor, un miedo que lo llevo incluso a vivir 1 año sin
dar noticias a nadie sobre su destino, que palpo de cerca al desaparecer uno de sus
amigos y que hasta hoy, lo acompaña cada vez que recuerda.
La Yapa
Nelly Martina Haydee Salvadore es una mujer que hoy tiene 80 años (nació el 9 de junio
de 1934). La historia que ella tiene para contarnos, excede el período de estudio
mencionado en el título de este ensayo, pero, ya que contribuye a la forma en que se
estructuró el trabajo, y además agrega un aporte testimonial de color sobre
acontecimientos posteriores, me pareció pertinente sumarlo a la obra realizada. De ahí el
nombre del parágrafo.
Corría por entonces el año 1974, Perón ya no estaba en es este mundo. Su muerte,
acaecida el primero de julio de ese año, dejó al peronismo fraccionado y sin la figura de su
líder carismático, que por entonces ocupaba el cargo de presidente de la república.
Si bien, no era la primera vez que ejercía la primera magistratura “Isabelita” -ya había
quedado unas horas al mando el lunes 19 de noviembre del ´74, al respecto la revista
Gente (1973, 29/11) nos aporta abundantes detalles de este “hecho histórico”-, se haría
cargo del puesto que ocupara el general. Ella, María Estela Martínez de Perón,
Vicepresidente de la república, desde el mismo día de la muerte del presidente tomaría el
poder, hasta que tomara por la fuerza el poder Rafael Videla, en lo que dieron a llamar
“Proceso de Reorganización Nacional”, gobernando de facto, hasta la vuelta a la
democracia en 1983. Respecto de estos acontecimientos, la revista “Así” (12/07/1947)
ofrece gran cantidad de imágenes, entrevistas y el relato de los hechos respecto del
primer día que usaría la banda y el bastón presidencial Isabel, el 9 de julio de 1974, para
20
“el 158° aniversario de la declaración de la Independencia Argentina”; además incluye
imágenes de los funerales de Perón ya que por ser “un acontecimiento que sobrepasa los
límites de la emoción pública (…) los tres números consecutivos que ¨ASͨ dedicó al evento
se agotaron en pocas horas. Por tal razón” (op. cit) dicho material aporta testimonio
fotográfico de la procesión.
Page (1984: 293-295) documenta algunos hechos de interés una vez en la capilla de
Olivos los restos del general. Nos detendremos en el 17 de octubre de ese año, “primer Día
de la Lealtad sin Perón”, en el cual, Montoneros “de su tumba en la Recoleta, robaron el
cajón que contenía los restos de [Pedro Eugenio] Aramburu y declararon que lo
conservarían hasta que el gobierno trasladara los despojos de Evita a la Argentina”3.
En respuesta, López Rega volará en misión secreta a Madrid y traerá los restos de la
difunta la mañana del domingo 17 de noviembre. “La obra maestra del Dr. Ara [quien había
momificado el cadáver] fue exhibida junto con el ataúd cerrado donde descansaba Perón
en capilla de Olivos” (op. Cit.: 296), en la residencia Presidencial de Olivos. Ara ofrecerá
una entrevista a “Así” sobre su trabajo en la tirada del 19 de noviembre de 1974
3Aramburu, paradójicamente había muerto en manos montoneras, secuestrado en el primer aniversario del
Cordobazo, sería fusilado tras ser sometido a juicio revolucionario (Gordillo, 2007: 365)
Así – 19/11/´74 – p.8 restos de Evita
camino a la residencia de Olivos
21
Los hechos relatados, también son cubiertos por la revista “Así” del 19, que nos aporta
documentos fotográficos de los hechos, así como un relato del itinerario del cuerpo
repatriado, desde su salida de la CGT dos meses después del golpe a Perón en el ´55,
habiendo pasado más de 19 años desde ese entonces. Esta misma entrega cuenta que
“poco después de las 8” se informaría a la prensa el lugar donde se encontraban los restos
de Aramburu, constatando los mismos luego que se habían dejado arriba de una “Ford
Ranchero” en el barrio de Palermo, hasta la intervención de la policía y efectivos del
ejército en dicho asunto.
En 1974, durante el mandato de “Isabelita”, el Nucleamiento de Mujeres Políticas
(organización multipartidaria creada unos años antes) había propuesto organizar un
Congreso de la Mujer Argentina, el cual sesionó en el Centro Cultural San Martín los días
24, 25 y 26 de agosto de 1975. (Giordano; 2012)
Durante ese congreso, un contingente linqueño estuvo en la capital, y entre las personas
que viajaron a dicho plenario se encuentra nuestra entrevistada, Nelly Salvadore; la mujer
de Osvaldo Bracchi, Olga Lazzati y la madre de nuestro entrevistado Rubén Barbuto.
Escuchando el testimonio de Nelly, en seguida notamos cómo el binomio memoria-olvido
se estructura en su relato, concentrando su atención y su recuerdo en lo que para ella fue
un “momento inolvidable”. Pilar Calveiro, (2008: 52) utilizando a Walter Benjamin, dice que
los testimonios “Recuperan lo inolvidable de lo vivido y también lo sabido de oídas, para
Así – 19/11/´74 – p.27 restos de
Aramburu en la Ford ranchero
22
transmitirlo de boca en boca, en la interacción que comprende la palabra pero involucra
también el ojo, la mano y el alma de los involucrados”.
Del congreso en sí mismo, como acontecimiento histórico, poco nos puede aportar esta
mujer. Su centro de atención se posicionó en el momento que conoció la residencia de
olivos. Allí comienza a relatarnos ese hecho de su vida privada, que la marcaría
indeleblemente para el resto de su vida.
Y es que, más allá de la fastuosidad de dicha residencia, lo que quedó marcado en su
recuerdo a través de las retinas de sus ojos fue cuando pudo ver el cajón de Juan Domingo
Perón y el cuerpo de “Evita”, por entonces en ese lugar. Aquí, se hace presente la cuestión
de que “el trabajo del recordar promueve siempre rasgos identitarios” (Oberti y Pittaluga,
2006)
Nos describe la fosa en la que se encontraban, “el cajón del general a la derecha con su
sable y su gorra; y [la momia de] Evita a la izquierda, con ropas de lienzo blanco, un
vestido que le llegaba hasta los pies, los cuales estaban a la vista y sin ningún calzado. El
raso llegaba hasta sus muñecas, donde terminaba con unos puñitos”. Nos cuenta sobre su
peinado, recogido hacia atrás, como supo usar en vida y recuerda que había izado un
pabellón al medio de ambos féretros.
La fosa era de alrededor de 1,5 metros, de material, recubierta por cristales en la parte
superior, y una baranda exterior que perimetraba el pozo. Sobre la ubicación exacta de
dicho nicho no nos puede especificar claramente el lugar, aunque asegura se encontraba
en el patio de la quinta de olivos.
Tomando conciencia de las características de las rememoraciones que nos acercan
Oberti y Pittaluga (2006) hay varias cuestiones a considerar, la primera es la fragilidad de
la memoria, que se detiene en los hechos que para uno son de relevancia, y se omiten
otros, que talvez, para quien suscribe resultarían interesante acceder. Algo es indudable,
más allá de los posibles errores, las omisiones y lo que se olvida, queda claro que aquellos
hechos que marcan nuestras vidas, nos parece haberlos vivido de continuo hasta el
presente. “Parece que los estoy viendo todavía” nos decía Nelly en su relato. De ahí la
dificultad de tomar los testimonios al pie de la letra, por mezclarse con “otros pasados” y
aún el presente. (op. cit)
A pesar de los inconvenientes interesa destacar lo que se rescata de estas entrevistas
realizadas. Primero, debemos destacar el importante papel que cumplió Evita en la
23
consolidación del movimiento peronista, que la llevará a ocupar el lugar de una virgen de la
liturgia democrática, una vez muerta. Los sentimientos que remueve el solo evocar su
nombre o ver una imagen causaron una sorprendente fascinación en quien suscribe.
El hecho de que haber visto los féretros de los dos conductores por excelencia del
peronismo, haya quedado marcado como uno de los acontecimientos más importantes,
acaso, de la vida de nuestra entrevistada, nos evidencian el afecto y cariño que se habían
granjeado los líderes de este movimiento, en una significativa capa de “las masas”.
24
Recapitulación
Se ha hecho un pequeño barrido bibliográfico, para conocer un poco más a fondo el
periodo abordado, para fijar las pautas de nuestro proyecto y para dar respaldo a nuestros
testimonios.
Se realizaron entrevistas a personas que vivieron durante la época, que nos aportaron
material y fotografías.
Se confeccionó un trabajo organizado en dos capítulos, el primero para orientar al lector
en el acontecer “general”, y el segundo para tratar los testimonios; con una introducción
que da cuenta del objetivo buscado y el marco teórico abordado.
Para aclarar, se expondrán algunas reflexiones, por la precariedad y escasez de la
bibliografía consultada sobre el tema y por la cantidad de datos que carece la presentación.
Por medio de los testimonios obtenidos conocimos el mundo de la entrevista oral, que
está plagado de olvidos y apropiaciones inintencionadas, y, con ciertos recaudos que nos
aportaron Oberti (2006; 2009) y Pittaluga (2006), pudimos reconstruir algunos fragmentos
de las vidas pasadas de nuestros entrevistados, procurando verificar con otras fuentes sus
testimonios.
Portelli (1991) nos llamó la atención sobre los matices del diálogo, difíciles de volcar por
escrito luego de una entrevista, coincidiendo en este respecto con Badano (sin ref.), del
carácter narrativo y “confuso” del discurso y la complicación al momento de establecer su
“veracidad”; también nos habla del rol del historiador, que es el que tiene el poder de dar
veracidad a las distintas fuentes orales. Complejizando nuestro análisis.
Calveiro (2008: 24) hace referencia a la fuerte resonancia social y política del testimonio,
que le da validación social, más allá de estar al margen del campo disciplinar.
Badano (op cit: 3) insiste que “El problema es captar-construir-escribir-describir-
comprender-el sentido” de dichas aproximaciones al mundo de la oralidad.
De Riz (1986), nos hizo tomar conciencia de la compleja convergencia de fuerzas
causales de la historia del tercer peronismo, librándonos de los análisis lineales y los
“idealistas”. En particular, el tercer peronismo es un caso donde la violencia social y política
se hacen presente con fuerza, en un contexto de mal ventura económica, tanto mundial
como nacional.
25
Quedarían por realizar muchas otras entrevistas a otros personajes de esta misma
historia. (Poniendo un ejemplo, en el colectivo al que hace referencia Barbuto irían no
menos de 35 personas.)
Se podría realizar otro trabajo que se dedique a analizar a la cúpula dirigente del partido
peronista en el Lincoln de la época estudiada, para hacer un trabajo coherente que dé pie,
realmente, a afirmar que hay una continuidad en las características de cúpula dirigente del
peronismo linqueño entre esta época y la anterior, en la línea de la investigación de
Barnetche.
Esta fue solo una simple y breve investigación que buscó, honestamente y quizá sin
lograrlo, la mayor objetividad posible, indagando al pasado, desde el presente, con las
herramientas con las que se contó, y el objetivo de “jugar con las escalas” se cree, quedo
parcialmente realizado.
En la sección extras se agregarán algunos recortes periodísticos que dan testimonio del
clima de violencia en que se vivía en esa época.
Al respecto, gracias al testimonio de Carlos Álvarez, pudimos palpar el clima de tensión y
miedo que se genera a partir de iniciada la dictadura en el ´76. Temor que lleva a que estos
temas sean tratados con suma delicadeza, y que resulten difíciles de abordar. El “Nunca
Más” que tomará fuerza posteriormente a la última dictadura, se encuentra anclada y tiene
su fundamento las “políticas de la memoria” (Oberti y Pittaluga, 2006) enraizada a estos
testimonios “traumáticos”.
Luego de haberse trabajado el período podemos decir que el “tercer peronismo” fue un
fenómeno extremadamente complejo en el panorama mundial y nacional, contexto
marcado por una recesión a nivel mundial, esto en un clima de violencia civil en el país que
enfrento, muchas veces por las armas, a la extrema izquierda (ERP, Montoneros, FAL,
etc.) con la extrema derecha (“peronismo sindical”, Triple A).
Así las cosas, se sucedieron los distintos acontecimientos que estructuraron el período,
como la asunción de Cámpora al gobierno, la vuelta del exilio de Perón y su ascenso a la
presidencia tras renunciar “el Tío”, su muerte y la sucesión del mando en “Isabel”, hasta el
último golpe de estado de nuestra historia.
El rastreo de testimonios y fuentes nos dan cuenta de que se fuera peronista o radical, se
viviera en Lincoln, o en Capital, el “fenómeno” del peronismo era tema de periódicos,
revistas, y de “las masas” en general, indistintamente a su filiación política.
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En algunos, como en el caso de Rubén Barbuto y Nelly Salvadore, este período quedo
marcado de buenos recuerdos, que evidencian su filiación política con el régimen. Este no
es el caso de Carlos Álvarez, que era ideológicamente contrario al peronismo, aunque sin
embargo estuvo involucrado desde la fábrica donde trabajó, y fue testigo de la marcada
violencia de la época.
Estos testimonios se insertan en la historia nacional, ayudan a explicarla y también a
entenderla. Así el valor del testimonio y las fuentes orales para reconstruir hechos y/o
procesos queda tímidamente demostrado.
27
Bibliografía
*Badano, María del Rosario – “Análisis de la entrevista” – Universidad Nacional de Ente
Ríos
*Barnetche, María – “El peronismo en Lincoln. Luchas, dirigencias e ideas en un ámbito
político local (1946-1955)” – Tesis de Licenciatura en Historia – Sin editar.
*Calveiro, Pilar – “El testigo narrador” – En revista Puentes n°24 - 2008
*De Riz, Liliana – “Retorno y Derrumbe. El último Gobierno Peronista” – Introducción –
Editorial Hyspamérica - 1986
*Giordano, Verónica – “La celebración del año internacional de la mujer en Argentina
(1975): acciones y conflictos” – en Revista Estudios Feministas, Vol. 20 – 2012 –
Disponible en: http://www.scielo.br/scielo.php?pid=S0104-
026X2012000100005&script=sci_arttext
*Gordillo, Mónica – “Protesta, Rebelión y Movilización: de la resistencia a la lucha
armada, 1955-1973” – En Nueva Historia Argentina – Ed. Sudamericana- Tomo IX - 2007
*Guinzburg, Carlo – “El Queso y los Gusanos” – Prefacio (Pág. 4 a 14) – Ed. Muchnik –
1999 - disponible en:
http://www.fmmeducacion.com.ar/Bibliotecadigital/Ginzburg_Elquesoylosgusanos.pdf
*Macor, Darío; Tcach, César – “La Invención del peronismo en el interior del país” – Sta.
Fe – 2003.
*Oberti, Alejandra; Pittaluga, Roberto – “Memorias en montaje: escrituras de la militancia
y pensamientos sobre la historia” – Introducción – Ed. El Cielo por Asalto - 2006.
*Oberti, Alejandra - “Lo que queda de la violencia política. A propósito de archivos y
testimonios” en Dossier “Memorias de la Represión en América Latina”, en Revista
Temática, Revista de los Pos-Graduados en Ciencias Sociales. IFCH-Unicamp, Brasil,
Año 17, número 34, 2009.
*Page, Joseph A. – “Perón Segunda Parte (1953-1974)” – Tercera Parte: “La tercera
presidencia (1973 - 1976)” - Ed. Círculo de Lectores – Bs. As. – 1984
*Portelli, Alessandro – “Lo que hace diferente a la historia oral” – en “La historia oral”
Dora Schwarzstein (comp.) - 1991
28
*Pozzoni, Mariana – “La Tendencia Revolucionaria del peronismo en la apertura política.
Provincia de Buenos Aires, 1971-1974” – Revista Universitaria Semestral n°36 – Sta Fé –
2009.
*Torre, Juan Carlos – “El movimiento obrero y el último gobierno peronista (1973 – 1976)”
– En Revista Crítica y Utopía n°6 – 1982 – Disponible en:
http://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/libros/critica/nro6/TORRE.pdf -
*Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Dirck_Kloosterman
Otras fuentes consultadas
Entrevistas
*Álvarez, Carlos: 22/11/2014 – 27/11/2014
*Barbuto, Rubén: 18/11/2014 – 22/11/2014
*Salvadore, Nelly Martina Haydee: 04/11/2014 – 14/11/2014 – 18/11/2014 – 22/11/2014
Publicaciones de época
*El Descamisado – 08 de mayo de 1973 – p.14 “Contra biografía” – Disponible en:
http://www.ruinasdigitales.com/descamisado/numeroprimero/
*Radiolandia – Año XLVII – 29 de junio de 1973 – N°2345
*Revista Gente – 29 de noviembre de 1973
*Revista “Así” – sin la tapa – posterior al 20 de junio de 1973
*Revista “Así” – 12 de julio de 1974
*Revista “Así” – Año XX – 19 de noviembre de 1974
*Revista Gente – 28 de marzo de 1991
*Fotografías y material aportado por los entrevistados
29
Extras…
Así – 12/07/74 – p. 21
Gente – 29/11/73 – p. 92
30
Gente – 29/11/73 – p. 14