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TEMA 6. LAS ACTIVIDADES DEL SECTOR SECUNDARIO.
1. El sector secundario.
2. Materias primas industriales.
3. Fuentes de energía no renovables o tradicionales.
4. Fuentes de energía renovables o alternativas.
5. La actividad industrial.
6. Las revoluciones industriales.
7. La construcción.
8. La minería, la energía y la construcción en España.
9. Las actividades industriales en España.
10. La minería, la energía y la actividad industrial en Andalucía.
1. El sector secundario
El sector secundario comprende las actividades económicas que transforman las materias
primas en otros productos que satisfacen las necesidades humanas. Estas actividades son la industria,
la minería, la producción de energía, y la construcción.
La industria transforma materias primas biológicas (animales o vegeteales) y geológicas en
productos elaborados o semielaborados. Los productos elaborados son prodcutos finales, preparados
para el consumo en el mercado. Los productos semielaborados tendrán un procesado posterior para crear
con ellos productos elaborados o de consumo, siendo ejemplos las maderas, planchas de metales,
materiales de construcción...La industria es la actividad mayoritaria dentro del sector secundario y
necesita para llevar a cabo su producción:
• Las materias primas, son los recursos naturales
que la industria transforma en productos elaborados. Un
ejemplo sería la madera del arbol con la que se obtienen
tablones o listones (producto semielaborado) y con ellos
se hace una mesa (producto elaborado o de consumo).
• Las fuentes de energía son los recursos
naturales que proporcionan la fuerza necesaria para
mover las máquinas y llevar a cabo el proceso de
transformación industrial. Pueden ser renovables, como
la eólica; o no renovables como el carbón o el petróleo.
• Los factores de producción, que son los
trabajadores, el capital (dinero, maquinaria,
instalaciones...) y la tecnología.
La minería se dedica a localizar, extraer y refinar las rocas y minerales que se encuentran en el
suelo y en el subsuelo, en minas subterráneas o a cielo abierto. Se lleva practicando desde hace milenios,
desde la Edad de los Metales. Al tener el refinado como una de sus actividades, forma parte del sector
secundario, es una actividad extractiva, pero transforma la materia prima que extrae.
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La producción de energía transforma las fuentes de energía
en formas de energía, como el calor o la electricidad. Cómo la
minería, lleva a cabo la localización de las fuentes de energía, con la
prospección; posteriormente lleva a cabo la extracción; y,
finalmente, la transformación en formas de energía. Por este último
paso, es una actividad económica del sector secundario. Hay fuentes
de energía renovables, más limpias; y no renovables, que se obtienen por la combustión de carbón,
petróleo o gas, con un alto grado de contaminación.
La construcción crea edificios, carreteras, puentes, presas,
etc., utilizando sobre todo acero y hormigón. Utiliza productos
semielaborados para transformarlos en bienes inmuebles públicos y
privados, por lo que, al transformarlos, se engloba también dentro
del sector secundario.
2. Materias primas industriales.
Son materias extraídas de la
naturaleza y transformadas por la minería,
la producción de fuentes de energía, la
construcción y la industria para obtener
bienes. Los mayores productores mundiales
de materias primas son países de América
Latina, África, Oriente Próximo y el Sureste
de Asia, lo que conocemos como países en
vías de desarrollo, lo que se conocía antes
como Tercer Mundo. Proporcionan a las
industrias del mundo desarrollado, a las que
se han incorporado también las de los países
emergentes, las materias primas necesarias
para llevar a cabo la producción de productos para su consumo en el mercado. Los grandas zonas
consumidoras de materias primas son La Unión Europea, Japón y EEUU. La extracción de estas materias
primas suele estar controlada por empresas de estos países occidentales o de economías emergentes. En
función de su origen, las materias primas se clasifican en:
• Las materias primas de origen biológico. Son aquellas que proceden de los seres vivos.
Pueden ser vegetales, si se obtienen de la agricultura y de la explotación forestal; o animales, si
proceden de la ganadería y de la pesca. Son ejemplos el algodón (vegetal) o la lana (animal).
• Las materias primas de origen geológico. Proceden de la corteza terrestre y se extraen en
superficie, en minas o canteras; o en el subsuelo (minas, pozos petrolíferos, gasísticos...) Dentro
de las geológicas, tenemos:
- Minerales. Pueden ser metálicos (plomo, aluminio, cobre, cinc), metales preciosos y
no metálicos (vidrio, gemas...).
- Rocas. Son ejemplos el granito, la arcilla, la caliza y el mármol. Se obtienen en canteras
y se emplean en la construcción, como elementos constructivos y ornamentales.
- Combustibles fósiles. Son ejemplos el carbón, petróleo o gas natural, que no sólo se
emplean para obtener energía, sino que pueden transformarse, mediante procesos
químicos en productos como los plásticos, gases licuados y otros productos químicos.
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3. Fuentes de energía no renovables.
Las fuentes de energía suelen clasificarse en fuentes de energía renovables y no renovables.
Las primeras no se agotan y tienen un impacto mucho menor en el medio ambiente, son más limpias.
Por contra, las no renovables tienen un gran impacto en el medio ambiente, a veces tan grave como es
el efecto invernadero y el calentamiento global.
Las energías no renovables se utilizan
desde antiguo, pero se intensificó su uso y
consumo desde las revoluciones industriales,
siendo un punto de inflexión en el aumento del
consumo de energías no renovables, la 1ª
revolución industrial, que comenzó a mitad del
siglo XVIII en Reino Unido y posteriormente
en otras naciones occidentales. Con la segunda
y tercera revolución industrial, el consumo ha
llegado a niveles muy altos, lo que ha
comprometido al medio ambiente y ha
amenazado las reservas de este tipo de energía.
Estos dos hechos han llevado a la investigación
y un progresivo aumento del uso de lo que
conocemos como energías alternativas o renovables. A pesar de este progresivo crecimiento de las
renovables, siguen dominando el mercado las tradicionales fuentes de energía no renovables,
destacando las siguientes:
- El petróleo. Supone alrededor del 30% de las fuentes de energía utilizadas en el mundo. Se extrae
del subsuleo y con el se obtiene gasolina, plásticos, pinturas, alquitrán...Los principales
productores mundiales son: EEUU, Arabia Saudí, Rusia, Irak, Irán y China.
- El gas natural. Su consumo en el mundo está alrededor del 25% del total. Aparece de forma
conjunta con el petróleo en los yacimientos y se utiliza para uso doméstico, como combustible en
centrales térmicas, así como la industria química. Los grandes productores mundiales son: EEUU,
Rusia, Irán, Canadá, Catar, Noruega, China, Arabia y Argelia.
- El carbón. Supone algo más del 25% de la producción de fuentes de energía del mundo. Fue la
fuente de energía sobre la que se cimentó la 1ª Revolución Industrial, la del siglo XVIII y su
combustión es altamente contaminante. La cuestión se agrava porque en naciones emergentes, ya
potencias mundiales, como China o India, buena parte de su industria se apoya en la energía que
se obtiene en las centrales térmicas en las que se quema carbón para obtener energía, al se países
que cuentan con grandes reservas de carbón. Se obtiene de la extracción de restos vegetales
subterráneos de hace millones de años. Junto con el gas y el petróleo, constituye lo que se conoce
como combustibles fósiles, pues tiene origen orgánico y se han transformado por el paso del
tiempo. Se utiliza como combustible para las centrales térmicas, en la siderurgia y para la
obtención de productos químicos. Los principales productores son: China, EEUU, India, Australia,
Indonesia y Rusia.
- La nuclear de fisión. Supone alrededor del 5% de la producción mundial de energía. Tuvo un
importante impulso con la crisis del petróleo de 1973 y por carecer regiones del mundo occidental,
como es el caso de la UE, de una gran producción de petróleo. La energía atómica se abrió como
una alternativa a los altos costes de la compra de petróleo en los mercados internacionales.
Posteriormente, accidentes nucleares como el de Chernobyl, en la antigua URSS, supusieron un
freno a este desarrollo de la industria nuclear, por los peligros que acarrea y la problemática de la
gestión de los residuos nucleares, altamente contaminantes durante un larguísimo periodo de
tiempo. Se obtiene de la fisión de átomos de uranio, en la que se produce energía eléctrica. Los
grandes productores mundiales de energía nuclear son: EEUU, Francia, Rusia, China y Corea.
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4. Fuentes de energía renovables o alternativas.
Algunas se conocían y se utilizaban desde antiguo, como la fuerza del viento, con los molinos
de viento; o del agua, con los molinos de agua. Ambas, energías naturales y limpias, se aplicaban en la
molienda de grano para obtener harina; pero también en los batanes donde se trabajaban los tejidos y se
curtían las pieles. También se empleaba la solar desde la antigüedad, se cuenta que Arquímedes la empleó
como arma de guerra, al quemar las velas de barcos con espejos solares. Incluso Leonardo pensó, aunque
no ejecutó, su uso para producir calor y vapor para mover máquinas.
Pero si hablamos de energías renovables para producir electricidad, este tipo de energía comienza a
utilizarse en el siglo XX y se convierte en una alternativa al uso de combustibles fósiles para generar
electricidad a partir de los años 70. Y es que en el año 1973 tuvo lugar una crisis energética por un
ascenso súbito del precio del petróleo. Sucedió en el contexto de la lucha política entre Israel y los
estados árabes vecinos, en una de sus guerras desde el año 1948. Ese precio más alto del petróleo hizo
que países occidentales muy dependientes del petróleo y que no contaban con yacimientos petrolíferos,
como era el caso de España, tuvieran que pensar en alternativas energéticas para que su economía no se
resintiera en el futuro ante otra crisis similar. Las opciones desde entonces como alternativa al petróleo
fueron dos: la energía atómica y las energías renovables. A pesar de este impulso de las renovables desde
el año 73, en el año 2018 suponían alrededor del 10% de la energía consumida a nivel mundial, pero
están en un constante crecimiento, sobre todo porque las reservas de petróleo, gas y carbón cada vez son
menores, no son inagotables. De hecho, en los últimos años se están poniendo en explotación
yacimientos de petróleo de menor calidad o más difícil de extraer o refinar, como es el caso de los
esquistos bituminosos. También se están empleando nuevas técnicas como el fracking, que tienen más
impacto en el subsuelo, pero que permiten llegar a bolsas de petróleo muy profundas, antes inaccesibles.
Las energías renovables no son finitas, como es el caso de las no renovables, y tampoco tienen el
impacto en el medio de las tradicionales fuentes de energia fósiles como el petróleo, el gas o el carbón.
Suelen tener como crítica el alto coste de la implantación de estas centrales de energía renovable, pero
suponen un alivio para el medio ambiente en cuanto a contaminación y, con los avances tecnológicos,
los costes de producción de energía renovable son cada vez más bajos y esta energía más competitiva
con respecto a las tradicionales. Podemos encontrar los siguientes tipos de energías renovables:
- Hidroeléctrica: se aplica la fuerza de caída del agua
embalsada para producir electricidad. Se basa en la evolución
del principio de energía de los antiguos molinos de agua, sólo
que en este caso traslada el movimiento de una turbina
hidráulica a un generador eléctrico. Los principales
productores mundiales son China, Brasil, Cánadá, EEUU y
Rusia, países con gran extensión e importantes lagos y ríos en
los que implantar centrales hidroeléctricas.
- Solar: se aprovechan los rayos solares con paneles de los que se obtiene energía eléctrica o térmica.
La energía solar térmica se usa obtener agua caliente a baja temperatura empleada como
calefacción y para uso sanitario en los hogares, edificios públicos y privados. La energía solar
fotovoltaica produce electricidad. Los principales productores de energía solar son China, EEUU,
Japón, India y Alemania. Llama la atención que, en algunos casos, como el de Alemania o Japón,
no son países con muchas horas de sol, como si sería el caso de los países mediterráneos, tropicales
o ecuatoriales. Claramente la disponibilidad de alta tecnología es un factor importante para su
desarrollo. Tiene como principales inconvenientes la irregularidad en su producción, pues se
necesitan días soleados para producir energía; así como la dificultad de almacenamiento de esta
energía, se tiene que consumir directamente en la red eléctirca, como sucede también con la eólica.
- Eólica. En este tipo de energía renovable, el viento mueve palas de molino que transmiten el
movimiento a aerogeneradores que lo transforman en electricidad. Esta electricidad pasa
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directamente a la red eléctrica para que sea consumida en ese momento. Los principales
productores de energía eólica son China, EEUU, Alemania, India y España. También cuenta con
el inconveniente de la irregularidad, produce electricidad en los momentos en los que haya
mayores corrientes de aire en la zona en la que estén implantadas. Otras críticas que han recibido
son el impacto visual y acústico que producen en entornos naturales, así como la incidencia en el
tránsito de aves migratorias, que suelen utilizar corrientes de aire en sus movimientos estacionales.
Al suministrar electridad directamente a la red eléctrica, como en el caso de la energía solar, los
días de mayor producción de energía eléctirca solar o eólica, se hace menos necesaria la
combustión de carbón, petróleo o gas en las centrales térmicas, lo que supone un ahorro en en el
consumo de combustibles fósiles y un alivio para la contaminación del medio ambiente.
- Biomasa. Consiste en la combustión de
residuos agrícolas, ganaderos y forestales para
producir calor o electricidad. Al quemar estos
residuos se genera vapor a alta presión que
mueve una turbina, su movimiento se transmite
a un generador que produce electricidad. Los
principales productores son China, EEUU,
Brasil, Alemania y Japón. Volvemos a ver que
son países con alto desarrollo tecnológico o con
grandes masas de producción agrícola o
forestal, como es el caso de Brasil. Aunque se incluye como fuente de energía renovable, si produce
un impacto en el medio al quemar los residuos, pues, aunque los elimina, el CO2 resultante pasa a
la atmósfera, no es una energía totalmente limpia.
- Geotérmica. Utiliza el calor interno de la Tierra
para calentar agua como uso sanitario, para
calefacción de hogares y edificios públicos y
privados, además de para producir electricidad.
Como principal inconveniente destaca que se limita
a zonas con actividad volcánica y sísmica, donde se
han encontrado tradicionalmente géiseres o fuentes
termales. Se canaliza el vapor que asciende desde
capas profundas de la Tierra a alta temperatura,
convirtiéndolo en energía mecánica en una turbina
que traslada esa energía mecánica a un generador que produce energía eléctrica. Los principales
productores son EEUU, Indonesia, Filipinas, Turquía, Nueva Zelanda y México.
- Mareomotriz. Se aprovecha la fuerza de las mareas o de las olas del mar para producir
electricidad, moviendo turbinas que trasladan el movimiento a generadores que producen
electricidad. Destacan como países productores Corea del Sur, Francia, Canadá, Reino Unido y
Noruega. Como inconvenientes presenta el impacto ambiental en las zonas de costa, afectando a
especies marinas; y su elevado coste.
- Nuclear de fusión. Es una fuente de energía renovable en proceso experimental, no se usa de
forma comercial. Libera gran cantidad de energía al unir átomos ligeros de deuterio o tritio, es el
mismo principio por el que el Sol genera energía. Si recordáis, en la de fisión se generaba energía
de la separación de átomos de un núcleo pesado en otros más ligeros. Hasta ahora la energía nuclear
de fusión se ha empleado con fines bélicos, en el desarrollo de la bomba de hidrógeno. Se está
experimentando con ella en los aceleradores de partículas, pero aún no hay reactores comerciales
de fusión , sólo hay reactores experimentales. Como ventajas tendría la gran cantidad de energía
eléctrica que generaría, sería una energía practicamente inagotable. Sería más segura que la energía
nuclear de fisión y sus residuos serían también menos radiactivos. , que no produciría gases de
efecto invernadero, se reduciría la dependencia del petróleoLa energia nuclear de fusión liberaría
una cantidad ingente de energía
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5. La actividad industrial.
La actividad industrial transforma las materias primas en productos elaborados o semielaborados.
Podemos distinguir los siguientes tipos de industrias, según el producto final de su transformación:
- Industria de base. Es la que fabrica productos semielaborados, como es el caso de la siderurgia,
la petroquímica y la industria pesada. Un producto semielaborado es un paso medio entre una
materia prima, que ya ha sufrido una primera transformación, y un bien de consumo. Un ejemplo
sería un tablón hecho con la madera de un árbol, que más tarde se convertirá en una mesa, un
producto elaborado de consumo.
- Industrias de bienes de equipo. Fabrican, con los
productos semielaborados de las industrias de base,
equipos para la producción de otros bienes elaborados,
necesarios para otras industrias o para el sector
transporte. De esta manera, producen la maquinaria
industrial, equipos informáticos, material ferroviario,
naval, de construcción o de la industria pesada.
- Industria de uso y consumo. Se trata de las industrias
que producen bienes elaborados destinados directamente al consumo en los mercados. Son
ejemplos la industria alimenticia, la textil, la química...
La actividad industrial se desarrolla en diferentes espacios industriales, de mayor o menor entidad o
importancia según la cantidad y densidad de empresas industriales que allí se concentran, así como del
nivel tecnológico alcanzado. Podemos distinguir:
- Polígonos industriales. Se dan a nivel local, en los municipios, son zonas de las afueras de las
ciudades dedicadas al desarrollo de las actividades industriales. Se suelen asentar en estos polígonos
industriales industrias tradicionales de diferente tipo.
- Parques tecnológicos. Se dan en ciudades grades o medias y
en ellos se concentran industrias de alta tecnología que
aprovechan la disponibilidad de mano de obra muy cualificada
que se ha formado en facultades universitarias cercanas.
También es importante la labor de centros de investigación del
entorno, aplicándose el I+D+i para desarrollar actividades
industriales que producen bienes de alta tecnlogía. Un ejemplo
cercano sería el Parque Tecnológico de Málaga, que cuenta
con facultades o escuelas universitarias de diferentes
ingenierías: de informática, de telecomunicaciones....
- Tecnópolis. Son zonas de gran extensión geográfica, en las que se
concentran industrias de alta tecnología, empresas innovadoras, centros de investigación y desarrollo,
universidades con estudios técnológicos...Puede ser un ejemplo Sylicon Valley, en California.
En cuanto a las regiones industriales del mundo, la actividad industrial no se localiza de forma
homogénea en todas las zonas del planeta, distinguiéndose las siguientres regiones industriales:
- EEUU y Canadá, Este de Asia (Japón, Corea del Sur
y zonas industriales de China) y la UE. Aquí se dan las
grandes concentraciones industriales con alta tecnología.
Es una industria con una mano de obra muy cualificada y
con mucha inversión en I+D+i.
- Potencias regionales como Rusia, Australia, Nueva
Zelanda, Sudáfrica y países exportadores de petróleo
SILICON VALLEY (CALIFORNIA)
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(Arabia Saudí o Irán). Son países con gran potencial en recursos naturales y que ejercen la función
de polo de desarollo de las economías de otras naciones limítrofes, atrayendo mano de obra
(inmigración) y vendiendo sus productos manufacturados en los mercados de estos países vecinos y
menos desarrollados.
- Países emergentes de Asia, América Latina, como India, Indonesia, Brasil, México, Nigeria o
países del Magreb (Marruecos, Túnez...). Tienen como atractivo para el asentamiento de industrias
de los países ricos, su mano de obra barata y la legislación favorable de estos estados para la
deslocalización de empresas del mundo rico hacia estos países emergentes. Atraen a grandes
multinacionales americanas, asiáticas y europeas que se asientan en estos países jóvenes
demográficamente y emergentes económicamente. Además de la abundante mano de obra barata, son
mercados de consumo ques están creciendo, con la aparición de clases medias consumidoras. La
globalización y la deslocalización industrial han hecho que estos países aceleren su desarrollo
industrial. En ocasiones suele jugar un papel negativo para su desarrollo industrial y económico en
general, la fuerte corrupción que sufren estos países y la inestabilidad política interna e incluso
conflictos civiles, siendo ejemplos Nigeria, Libia, Argelia...
Las áreas menos industrializadas del mundo corresponden a los países subdesarrollados, lo que
antes se conocía como el Tercer Mundo. En ellos escasea el capital inversor necesario para lanzar una
industria. Además son países sin un mercado de consumidores fuerte, debido a la pobreza generalizada
de su población y la débil clase media. Las débiles infraestructuras de comunicaciones, transporte y de
formación de estos países, así como su inestabilidad política, son otros factores que impiden su desarrollo
industrial. Son ejemplos de estas naciones las del África subsahariana, naciones andinas como Bolivia
o caribeñas como Haití, y algunos países de Asia como Afganistán o Camboya.
6. Las revoluciones industriales.
Las revoluciones industriales son grandes cambios que han modificado las técnicas de producción de
bienes y servicios y que han traído consigo cambios económicos y sociales, pero también políticos e
incluso culturales. A lo largo de la historia se han desarrollado tres revoluciones industriales: la 1ª
revolución industrial, desde mediados del XVIII; la 2ª revolución industrial, desde el último tercio del
siglo XIX; y la tercera revolución industrial, desde la segunda mitad del siglo XX. Incluso ya se está
hablando de una hipotética y embrionaria cuarta revolución industrial, experimental en estos momentos
y a desarrollar a partir de la próxima década, en la que la inteligencia artificial será la gran protagonista.
La primera revolución industrial se origínó en el
Reino Unido a mitad del siglo XVIII. Era una nación que
había acumulado capital proveniente de su comercio
marítimo y del aumento de su producción agrícola.
Contaba además con yacimientos de carbón con los que
disponer de una fuente de energía necesaria para mover las
nuevas máquinas, que se irán inventando y aplicando a los
procesos de producción, primero en la industria textil y,
más tarde, en la siderúrgica (hierro). Por otra parte, el
liberalismo como forma de pensamiento y sistema político imperante en el Reino Unido, permitirá el
desarollo de leyes y de una mentalidad que impulsen y favorezcan el desarrollo industrial. Con todo esto,
el Reino Unido tomará una posición de dominio de los mercados mundiales, nadie producirá tanto y tan
barato como lo hacían ellos, con lo cual las otras naciones ven como los productos ingleses invaden sus
mercados. Estas naciones, hasta que copien las formas de producción británicas, implantarán aranceles
(impuestos) a los productos industriales ingleses para intentar defender su producción nacional.
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A partir del siglo XIX se irá expandiendo el
modo de producción industrial británico por el
resto de Europa y por Norteamérica. En este
nuevo modo de producción se pasa de la
producción artesanal en talleres, a la
producción industrial en fábricas, aplicando
máquinas que cambian la forma de producir,
primero en la industria textil y, posteriormente,
en la industria del metal. La energía para mover
las máquinas se obtiene de la combustión del
carbón en máquinas de vapor, vapor. Estas
máquinas irán reemplazando parte de la antigua
mano de obra artesanal. Serán máquinas
hilanderas o tejedoras, en la industria textil; o
laminadoras, fuelles o martilladoras, en la
industria del metal o siderúrgica. Irá
desapareciendo progresivamente el sistema
gremial-artesanal que existía desde el
renacimiento urbano medieval. Por otra parte,
Europa y Norteamérica alcanzarán una gran superioridad tecnológica y económica, lo que afianzará el
proceso de expansión europea por otros continentes, empezado en el siglo XV. Se producirá también un
gran crecimiento de las ciudades industriales en Europa y Norteamérica, tomando mucha más
importancia la burguesía, que acumulará más
poder económico en la era industrial y, además,
empezará a conquistar el poder político con las
revoluciones liberales burguesas del siglo XIX.
Se desarrollará de forma plena el sistema
capitalista de economía de mercado, el que
tenemos en la actualidad. Aparecerá además otro
grupo social, el proletariado, los obreros de las
nuevas fábricas, que viven en barrios humildes
en las afueras de las ciudades y que trabajan en
interminables jornadas y por salarios bajos, lo
que provocará, en la búsqueda de mejores
condiciones laborales, la lucha sindical del
movimiento obrero a lo largo del siglo XIX.
La segunda revolución industrial se originó hacia 1870 y, a diferencia de la primera, su origen fue multipolar, pues
habrá naciones como EEUU, Alemania, Francia o Japón, que
irán alcanzando en producción industrial en Inglaterra y en las que
comiencen los cambios de la segunda revolución industiral casi a
la par que en el Reino Unido, la antigua gran potencia industrial
británica había ido perdiendo la ventaja productiva obtenida en la
primera revolución industrial.
En estasegunda revolución industrial se impondrá la
producción en cadena, aplicada por ejemplo en la producción de
automóviles con el fordismo en EEUU. Conseguirá una
producción aún mayor y más barata que en la primera revolución
industrial. Además, se producirán artículos de gran consumo entre
la población, será la puntilla definitiva para el sistema de
producción artesanal. En esta segunda revolución industrial, la
INDUSTRIALIZACIÓN EN EUROPA 1ª 1/2 XIX
EVOLUCIÓN DE LA PRODUCCIÓN DE ACERO
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siderurgia tendrá un mayor peso como actividad industrial, frente a otras como la textil, sector en el que
se originó la primera. Además, aparecen nuevas industrias como la química, la eléctrica o la
automovilística. Como fuente de energía, el petróleo irá sustituyenco al carbón, empleándose para
obtener combustibles con los que mover las máquinas y los medios de transporte (automóvil, barco...),
para producir electricidad; o como materia prima de la que se obtenían los primeros plásticos (baquelita),
asfalto, parafinas (cerillas, velas), pinturas...Otra gran novedad de esta segunda revolución industrial es
la comercialización de la electricidad, primero en grandes ciudades, extendiéndose más tarde por el resto
del territorio de las naciones del mundo desarrollado.
La segunda revolución industrial traerá consigo el
nacimiento de la sociedad de consumo de masas, con
el desarrollo de las primeras formas de publicidad y
de tendencias o modas entre la mayor parte de la
sociedad. Se asentará totalmente el capitalismo y sus
principios, como el libre mercado y la ley de la oferta
y la demanda, pero las primeras grandes crisis harán
que los gobiernos intervengan en las economías, no
siendo un capitalismo o liberalismo económico total.
También, afianzará el dominio político y económico
de Europa sobre el resto del mundo, plasmándose en
el imperialismo que llevó a la primera y a la segunda
guerra mundial, aunque ahora se unirán a ese
dominio del mundo nuevos protagonistas como EEUU o Japón. Aumentarán las tensiones entre
burguesía y proletariado (obreros industriales), creciendo el número de sindicatos y de partidos políticos
que defienden los intereses de los obreros industriales y otros grupos sociales de la parte baja de la
pirámide social. Será el caso del nacimiento del marxismo, el anarquismo y la socialdemocracia. Se
continúa la lucha del movimiento obrero, nacido ya en la primera revolución industrial, alcanzándose el
sufragio universal, primero masculino y, más tarde, masculino y femenino.
La tercera revolución industrial arranca durante la
segunda mitad del siglo XX, con un origen multipolar, como
en la segunda revolución industrial, teniendo como focos
EEUU, la UE y Japón. En ella se aplica alta tecnología y una
inversión muy alta en I+D+i, aplicando progresivamente la
robótica, informática, Internet o las nuevas fuentes de energía
alternativas. Se apoya en la globalización económica, cultural
y social que se acelera en el último cuarto del siglo XX y en la
que vivimos actualmente, creando una aldea global, en la que
las modas o tendencias se imponen a nivel mundial, potenciando un mayo consumo de bienes, sobre
todo en el mundo desarrollado. Dentro de esta deslocalización se da también la deslocalización de las
industrias, desplazando factorías y parte o la totalidad del proceso de producción a países emergentes,
muy atractivos para las empresas industriales. Estos países emergentes ofrecen a las empresas
industriales una mano de obra barata, una legislación menos exigente en cuanto a cuestiones
medioambientales, unos impuestos más bajos y una legislación laboral más laxa. De esta manera,
empresas localizadas en EEUU, Japón o la UE, pueden desplazarse para ahorrar costes y aumentar
beneficios a países emergentes como México, Brasil, Argentina, el Magreb, Europa del Este,
Filipinas...Los gobiernos de los países occidentales intentan mantener este tejido industrial negociando
con las empresas industriales, para evitar la pérdida de empleos y de riqueza para el país.
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7. La construcción.
La construcción es el armado de estructuras, ya
sean viviendas privadas, edificios e instalaciones
privadas o públicas o infraestructuras como
túneles, aeropuertos, puertos, carreteras,
puentes...Es una actividad económica que emplea
productos semielaborados y con bienes de equipo
los transforma en bienes raíces o inmuebles.
Emplea una numerosa mano de obra directa e
indirectamente de diversos colectivos y sectores
económicos, en el transporte, minería, industria
de base, industria de bienes de equipo, publicidad,
actividades financieras...Por ello se la considera un motor de la economía y, cuando su desarrollo es
alto, un indicador positivo de la marcha de la economía nacional.
Podemos diferenciar entre obra pública y privada. La obra pública construye infraestructuras y
equipamientos necesarios para la vida cotidiana de nuestra sociedad: hospitales, escuelas, autovías,
aeropuertos, ferrocarriles...Se suele financiar con fondos públicos, pero esta financiación también
puede ser privada o mixta. La obra pública se ha utilizado en diferentes momentos de crisis para
relanzar la economía, pues emplea a mucha mano de obra, con lo que genera mucho empleo
directamente, pero también indirectamente, por ser una actividad económica palanca, esto es, que
tira de otros sectores económicos. Además, mejorando las infraestructuras de comunicaciones, la
economía del país se hace más dinámica.
La obra privada está constituida por la construcción de vivencias, fábricas, centros comerciales,
autopistas, sedes empresariales...Es un indicador del momento económico que vive un país, de su
confianza en la buena marcha de la economía, pero en ocasiones, si crece basándose en la
especulación, puede provocar peligrosas burbujas económicas.
8. La minería, las fuentes de energía y la construcción en España.
La minería en España.
Las actividades mineras en España se han desarrollado desde antiguo y fueron básicas para
empezar nuestra industrialización en el siglo XIX, aunque en muchas ocasiones estuvieran en manos
extranjeras, inglesas, belgas, francesas…
Ya en la antigüedad habían llegado pueblos colonizadores como los fenicios o los griegos para
explotar las riquezas minerales de la península ibérica. Con la ocupación romana aumentó la
explotación de estos recursos, quedando curiosos testimonios como el paisaje de Las Médulas, en
León. Durante la Edad Moderna destacó la extracción de mercurio en Almadén, que se empleaba
para la explotación de la plata americana en minas como Potosí, en el virreinato del Perú, o
Zacatecas, en Nueva España (México). Ya en el siglo XIX, se permitió legalmente la inversión
extranjera en la minería española, explotándose minerales como el cobre, en zonas como Riotinto,
en Huelva; el hierro, en zonas del País Vasco, Asturias o Málaga; o el carbón, en Asturias o León.
Hoy en día, la mayoría de las antiguas cuencas mineras están clausuradas, aprovechándose los
vestigios de su pasado esplendor para crear centros de interpretación turísticos y museos como en
las minas de Almadén, en Ciudad Real, o en las de Riotinto, en Huelva. Sin embargo, a pesar de que
nuestras minas se han explotado desde antiguo y en muchos casos están agotadas o ya no son
rentables, seguimos conservando yacimientos de los siguientes minerales:
- Pizarras: Noroeste de España, en Galicia, León n o Zamora.
- Hierro y carbón: En la zona cantábrica, en Asturias, Vizcaya, León.
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- Estaño: Galicia.
- Cobre: Huelva y Sevilla.
- Wolframio: Galicia.
- Plomo y zinc: Jaén, Tarragona, Cantabria y
Murcia, Almería.
- Fluorita: Córdoba.
- Uranio: En el centro-oeste, en Badajoz y
Salamanca.
- Yesos: Burgos y Toledo.
- Petróleo: Tarragona.
- Gas: Tarragona, Cádiz, Córdoba y Sevilla.
- Flúor: en Guipúzcoa, Huesca y Almería.
- Níquel y cobalto: en Huesca.
- Oro y plata: Almería.
A día de hoy se considera a la minería española como un sector estratégico, pero no es capaz de
abastecer la demanda de sectores como el de la producción de energía. Su peso en el PIB de España
ha ido bajando desde los años 80 del siglo XX y hoy en día está en torno al 0,7%1, Pero si vemos
cifras dentro de la Unión Europea, en el 2014 éramos el tercer productor de cobre, el octavo en
carbón, uno de los cuatro únicos países de la UE que producían níquel, el 1º en flúor, el 2º en yesos,
además de destacar en mármoles y pizarras.
En cuanto al peso de las diferentes comunidades en la producción minera española, destaca
Andalucía, con un 23,3% del valor total de la producción minera nacional; le sigue Cataluña, con
un 18,5%; y en tercer lugar queda Castilla y León, con un 12%.
También ha ido disminuyendo el peso de los trabajadores que emplea la minería española, por
debajo de los 30.000, empleados sobre
todo en las canteras de rocas
ornamentales (mármoles, granitos…) y
en la minería industrial (hierro, cobre,
mercurio, plomo, flúor…). Se ha
debido a la progresiva disminución del
número de explotaciones mineras en
España, en poco más de 10 años se ha
pasado de más de 4.000 explotaciones
a poco más de 2.500, con gran
incidencia del parón de la construcción
durante la crisis, lo que afectó a las
canteras y a los minerales
ornamentales. La mayoría de estas
explotaciones tienen plantillas
reducidas, por debajo de los 25
trabajadores.
Las fuentes de energía en España.
España es un país que a día de hoy no cubre sus necesidades de energía con la producción
nacional, teniendo que recurrir a importar fuentes de energía de otros países. Tradicionalmente ha
tenido una alta dependencia de los hidrocarburos: petróleo, gas y carbón, por lo que desde los años
70, con la crisis del petróleo en el año 1973, empezó a apostar por otras vías alternativas de
1 Datos actualizados del Instituto Geográfico Nacional, en su Atlas Nacional de España.
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producción energética, como las nucleares o las energías alternativas, como la solar o la eólica.
El carbón español se explota preferentemente
en la zona cantábrica, en torno a Asturias y León.
Son yacimientos con un alto coste de explotación,
una baja calidad y algo agotados, por lo que se
mantienen gracias a las subvenciones estatales, al
considerarse como estratégica su producción y
para conservar la mano de obra en esas regiones. A
pesar de ello, al no ser rentable, se han llevado a
cabo cierres de minas y prejubilaciones de algunos
mineros, desarrollándose una fuerte tensión social
en los años 80 y 90 en estas cuencas mineras. Su
principal uso a día de hoy es como combustible de las centrales térmicas que producen electricidad,
pero es altamente contaminante.
En cuanto al petróleo, nuestra producción es muy baja y está incluso en retroceso. Importamos
grandes cantidades de petróleo de países como México, Libia, Rusia o Arabia. Contamos con
yacimientos en Tenerife, Tarragona o Burgos. Destaca como zona de refinado de petróleo
Puertollano, donde llegan oleoductos desde puertos como el de Málaga o Rota.
El gas que produce España es muy reducido, por lo que tiene que importarse de países como
Argelia o Libia. Dentro de los hidrocarburos se apuesta por el gas por ser bastante más limpio que
el petróleo y el carbón.
Con respecto a la energía nuclear, nos permite depender menos de los hidrocarburos, de los
cuales no disponemos, pero en los últimos años ha habido un gran rechazo entre la opinión pública
en el país, debido a los grandes riesgos que conlleva y a la difícil gestión de sus residuos. El uranio
que se utiliza para su producción lo obteneos en zonas de Badajoz y Salamanca, pero una vez más,
es insuficiente, por lo que tiene que importarse.
La energía hidroeléctrica está presente sobre todo en la mitad norte de España, la que tiene
más disponibilidad de recursos hídricos. Además, podemos encontrarla también en zonas
montañosas del sur. Es una energía limpia pero con cierto impacto en el curso de los ríos y las
montañas. Su desarrollo en España tiene ya un siglo de tradición.
Dentro de las alternativas, la energía solar
tiene un desarrollo repartido por todo el país, pero
destacan las zonas más soleadas como Almería o
Murcia. La eólica es la energía alternativa que más
ha crecido en nuestro país, siendo líderes
mundiales en el sector. Destacan zonas como el
Estrecho de Gibraltar, Tarragona, Navarra, costa
gallega o Aragón. La energía geotérmica no ha
tenido todavía una gran explotación en España, con
centrales geotérmicas, si hay usos domésticos para
calefacción y suministro de agua caliente a
pequeña escala, en lugares que contaban con
fuentes termales, por ejemplo en Granada,
Tarragona… La energía mareomotriz tendría un gran potencial en España en su costa cantábrica
y atlántica, en la que se producen mayores mares. Destaca una planta en el País Vasco, la de Mutriku
que aprovecha la fuerza de las olas, se trata de energía undimotriz. Es una interesante opción de
futuro para reducir la dependencia de los hidrocarburos y reducir el desarrollo de las nucleares.
La energía de biomasa va avanzando lentamente, para obtener biocarburantes para medios de
transporte, a partir de plantas con alto nivel de grasas o azúcares; y para obtener energía eléctrica, a
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partir de la combustión de residuos agrícolas, ganaderos, forestales o industriales. Destaca la
producción en Andalucía y las dos Castillas, zonas tradicionalmente agrarias.
La construcción en España.
Desde finales de los años 90 la
construcción de viviendas fue el motor del
sector de la construcción en España. Esto se
debió a que se conjuntaron una gran demanda
de vivienda por parte de los jóvenes, sumado
a la demanda de un número creciente de
inmigrantes atraídos por la bonanza
económica del país, junto a la adquisición de
segundas residencias en zonas turísticas y la
compra de viviendas por parte de
inversionistas o especuladores. Con esta gran demanda de viviendas, el precio fue subiendo
progresivamente y empezó a desarrollarse la especulación en esta actividad económica. Cuando se
desató la crisis financiera en 2007 y bajó la demanda de vivienda, la burbuja inmobiliaria, que se
había ido hinchando en los últimos años del siglo XX y los primeros del XXI, explotó, provocando
una crisis inmobiliaria y acrecentando la crisis económica.
Antes de esa crisis inmobiliaria, se vivió una época de gran bonanza en el sector, de 1998 a 2007.
En esa época, se generaron gran cantidad de puestos de trabajo, directos e indirectos, lo que hizo
subir el nivel de vida de la población del país, fueron “años de vino y rosas”. En el 2008 todo cambió,
estalló la burbuja y se trajo consigo catastróficas cifras de paro, en el sector de la construcción y en
otros dependientes. Se paralizaron gran cantidad de obras y esto afectó a las empresas de suministros
de bienes semielaborados, a las de bienes de equipo, a las de transportes y a otras dependientes de
la construcción. Dos años más tarde, en el 2010, el Estado llevó a cabo una serie de recortes entre
el funcionariado y también en sus proyectos de obra pública, como el mantenimiento de autovías,
paralización de proyectos de construcción de infraestructuras…lo que agravó la crisis de la
construcción española.
En los últimos años, desde el año 2015,
empezaron a verse signos de recuperación
económica después de la última gran crisis de la
construcción, aprovechando el sector el nuevo
aumento de la demanda de vivienda privada que
había traído la recuperación económica general.
Además, aumentó la obra pública de un Estado
recuperado de esa última crisis, que volvió a invertir
en la construcción de nuevas infraestructuras y en el
mantenimiento de las que habían sufrido cierta
dejadez en los años más duros de crisis.
9. La actividad industrial en España.
La actividad industrial comenzó en España en el siglo XIX, pero el país no llegó a alcanzar el
desarrollo industrial pleno, salvo en regiones como Cataluña o País Vasco, hasta la segunda mitad
del siglo XX. Hoy en día España es considerada un país industrializado pero con grandes retos por
superar.
El desarrollo industrial del país sigue siendo asimétrico, con regiones plenamente
industrializadas, frente a otras con escasa industrialización. Como regiones industriales destacan:
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- El eje del Valle del Ebro. Enlaza la región industrial vasca con la catalana, pasando por Zara-
goza y Logroño. Tanto el foco vasco como el catalán fueron desde la industrialización española,
en el siglo XIX, las regiones de más desarrollo. En este eje se concentra alrededor de la mitad de
la producción industrial española. También está conectado con la región industrial central, en
torno a Madrid.
- Eje del mediterráneo. Conecta la región industrial catalana con el Levante hasta Murcia. A su
vez, este eje mediterráneo está conectado con otros ejes industriales en Francia, norte de Italia y
Centroeuropa.
- Madrid. Concentra las sedes de muchas empresas industriales españolas y atrae la inversión de
otras multinacionales extranjeras. En este foco se desarrollan diversos tipos de industria, entre
ellos la industria de alta tecnología.
Son regiones con un tradicional menor desarrollo industrial:
- Andalucía. Ha sido una comunidad tradicionalmente agraria y en los últimos años se ha crecido
la terciarización económica, gracias al turismo. Curiosamente fue una de las regiones pioneras
en la industria española, con la industria siderúrgica malagueña, pero esas empresas industriales
pioneras no cuajaron. La industria andaluza supone el 10% de la producción industrial nacional
y se concentra en Sevilla, Cádiz y Huelva.
- Cornisa cantábrica y Galicia. Su producción industrial supone otro 10% de la producción na-
cional, contrastando núcleos industriales muy activos en la producción de siderurgia, los astille-
ros o la industria conservera; con otras zonas rurales no industrializadas.
- Zona centro excepto Madrid. Siempre ha tenido un escaso desarrollo industrial, contando con
muy pocos focos industriales como Valladolid o Burgos.
- Archipiélagos. Con el desarrollo turístico su actividad industrial es escasa.
La industria española lleva un
tiempo perdiendo peso en el PIB
nacional y en la mano de obra que
emplea, sobre todo frente al sector
terciario. Además, la crisis financiera de
2007 golpeó al sector y redujo aún más
la producción industrial. La
globalización y la deslocalización
industrial que trae consigo han puesto en
más dificultades al sector, que para
aumentar su competitividad dentro de la
UE y frente a las naciones emergentes,
debería apostar por la modernización de
la producción, invirtiendo más en I+D+i,
tanto desde el sector privado como desde
el público estatal. Somos mucho menos
productivos que la mayor parte de los
países industriales de la UE y, si nos
comparamos con los países emergentes, no podemos competir con ellos por nuestros altos costes de
producción, lo que hace merodear el amenazante fantasma de la deslocalización industrial alrededor
de las empresas industriales españolas. La solución menos traumática para la sociedad española sería
el aumento de la inversión en I+D+i y la especialización en la producción industrial de alta
tecnología, siguiendo el modelo de países del norte y centro de Europa.